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Jean-Philippe Drouhard 2
Yves Paquelier 3
0.Introducción
La experiencia que se va a relatar aquí puede ser considerada de dos maneras diferentes:
como una “innovación pedagógica” teniendo por objetivo mejorar la enseñanza
teniendo en cuenta restricciones de la situación y una reflexión teórica sobre ciertos
aspectos del aprendizaje de las matemáticas.
como una "investigación didáctica" apuntando a analizar los fenómenos de
enseñanza que se producen a diferentes niveles en el marco de esta innovación. Esto
con el propósito de interrogar y de modificar el marco teórico en el cual nuestra
gestión de enseñanza encuentra su significación y su justificación.
Damos por sentado que estos dos aspectos son indisolubles y no es cuestión retomar un
viejo debate: innovaciones pedagógicas y/o investigaciones didácticas. Insistimos sobre el
carácter complementario de estas dos direcciones para nuestro trabajo; somos a la vez
docentes y observadores en esta experiencia. Si bien en este artículo privilegiamos el
aspecto “innovación” (especialmente por un informe “histórico” de la experiencia), no
queremos pasar por alto la gestión teórica y las cuestiones metodológicas que conciernen a
nuestra investigación.
No se trata de ninguna manera de producir y de presentar una “receta que funciona” (en
esto, nuestra inquietud no es la de la originalidad o de la novedad), sino de analizar una
práctica de enseñanza en vías de modificación. Esto supone primero explicitar las razones
de esta modificación y después evaluar los efectos.
La presentación cronológica de la experiencia exige un cierto número de puntos de
referencia. Nosotros haremos referencia a tres años escolares, cada uno concerniente a dos
grupos de alumnos (efectivos del comienzo del año).
tienen un diploma equivalente. Los otros candidatos deben inscribirse en materias llamadas
“preparatorias”. Una de ellas se llama “Elementos de matemática”: su objetivo es una
puesta a nivel de los conocimientos matemáticos de los alumnos.
La experiencia de enseñanza que vamos a describir involucra a los TD de “Elementos de
matemáticas”.
El contenido matemático, que corresponde a los últimos años del secundario francés,
comienza con cálculos sobre potencias y la representación gráfica de funciones afines, y
termina con cónicas, integración y números a complejos.
Los alumnos tienen 2 horas de curso en anfiteatro (1 hora el jueves y 1 hora el sábado) y
tres horas de Trabajos Dirigidos (TD) por semana (1 hora el jueves y 2 horas el sábado).
Los TD son repartidos en cuatro grupos, un gran grupo en anfiteatro (150 asientos) y tres
pequeños grupos en aulas (50 asientos). Para acceder a las materias de matemáticas del
primer ciclo del CNAM, los alumnos tienen que aprobar dos parciales, o bien un examen de
Junio o el de Setiembre .
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1.2.La Población
La población de los TD de elementos de matemática es relativamente idéntica de una año a
otro; a título indicativo mostramos algunos datos de un cuestionario (ver 6.2) que hemos
hecho al grupo GY2 al comienzo del año.
1.2.1.Datos biográficos
1.2.2.nivel matemático
Un cuestionario pasado a los grupos GJ1 y GY1 al comienzo del año da las indicaciones
siguientes:
-72 es igual a 49 para 79% de los alumnos
es incorrectamente simplificado por 40% de los alumnos.
Dicho de otra manera, en los alumnos de las materias preparatorias del CNAM, graves
fallas sobre puntos elementales del programa pueden perfectamente coexistir con agregados
de conocimientos más avanzados.
Para un estudio más detallado del nivel matemático de los alumnos de las carreras
científicas del CNAM, ver Chastenet et al. (1987).
1057 inscriptos (para una capacidad de las aulas de TD de 3x50 + 150 = 300
asientos),
500 presentes a al menos un examen,
95 recibidos.
La tasa de éxito, extremamente baja, puede ser explicada en parte por una mala orientación
de los candidatos. El CNAM organiza no obstante entrevistas de orientación en el momento
de las inscripciones, pero sólo el 47% de los alumnos se han beneficiado.
2.4.Dos comentarios
La descripción de nuestras intenciones, tal como nosotros lo acabamos de hacer, es más el
resultado de nuestras conversaciones a lo largo del año y de la reflexión llevada a cabo en
julio de 1985 que la expresión de una voluntad a priori. Teniendo en cuenta las
deformaciones inherentes a toda vuelta atrás, ella nos parece sin embargo reflejar bastante
fielmente nuestra actitud al comienzo del año 0.
Utilizamos un cierto número de “expresiones claves” (”heurística iluminada” “taller”) que
habíamos inventado para nosotros, con el objeto de poner en palabras la nociones que
empleamos.
Estas expresiones no están ahí para definir conceptos (con la excepción puede ser de
“discusión alrededor de un problema”) sino para resumir nuestro pensamiento. En
consecuencia, el lector cuidará de ponerlas entre comillas cuando juzgue necesario.
3.3.2.Tratar de que el alumno hable del problema más que tenga el sentimiento que
“el problema habla de él” a través del veredicto del docente.
Muy frecuentemente, el alumno aborda la búsqueda de un problema con una mentalidad de
“víctima”, víctima de un juego cuyas reglas le escapan y cuyo desenlace será su apreciación
por el docente. En este estado de cosas, se tratará entonces para el alumno de protegerse,
recurriendo a astucias, recetas, automatismos que aplica desde que cree identificar el riesgo.
(ejemplo: calcular b2-4ac ya que aparecen unos x2…)
El desplazamiento que deseamos favorecer apunta entonces a la adquisición de una cierta
autonomía en relación al texto del problema: decir si es clásico o insólito, reconocer cuando
corresponde si es ambiguo, mal formulado, considerar prolongamientos, conjeturas
permitiendo enriquecerlo, ... En una palabra, hablar (matemáticamente, o meta-
matemáticamente) del problema, en un discurso buscando o exponiendo su resolución.
3.3.3.Hacer que los alumnos se comprometan (en primera persona) en una
discusión contradictoria sustentada sobre la verdad de sus afirmaciones.
La idea, paradójica en apariencia, que subyace a este tercer punto, es que el alumno no
puede acceder al juicio de verdad (verdadero/falso) en tanto permanece a un nivel formal,
en tanto no ha sido íntimamente convencido, en un momento dado, de que esto que
pretendía era verdadero (o falso).
Dicho de otra manera, la verdad de un enunciado matemático, que típicamente no depende
ni de las circunstancias, ni de los individuos, solamente toma sentido para el alumno en la
exacta medida donde estuvo, en un momento dado, “su” verdad (”contextualizada”, y
personalizada).
Esta personalización pasa, desde nuestro punto de vista, por el debate contradictorio:
cuando el alumno pretende que tal enunciado sea verdadero mientras que su condiscípulo
sostiene con tenacidad que es falso.
En breve, los tres puntos evocados más arriba conciernen respectivamente:
1. la relación del alumno con el maestro
2. la relación del alumno con el (texto del) saber
3. la relación del alumno con sus condiscípulos
Cualquiera que sean las diferencias de situación así como el análisis de ciertos puntos la
orientación de nuestra búsqueda sobre las situaciones de discusión debe mucho al trabajo
de este equipo.
Análisis a priori:
- de los contenidos y
de las tareas
- de la gestión de la
preparación
discusión.
Trabajo del
problema en la
casa
Presentación de
la solución en el
aula
Escritura de las
Observación
soluciones en el
pizarrón11
voto
impasibilidad 12
voto 13
Gestión del debate debate
sin tomar partido ,
14
escribe las
propuestas al
pizarrón.
Debate
Los alumnos “ataque” o
pueden hablar en “defensa” de las
“nombre propuestas
colectivo” como escritas en el
“voceros” del pizarrón.
aula
Al final queda
una solución que
satisface (y acuerdo
convence) a
todos.
Institucionalisación , 15
Toman apuntes
o reenvio a la clase
clausura
siguiente si no se
hizo un acuerdo
Redacción de una
crónica
Análisis de las
observaciones
El análisis de estas separaciones forma parte integrante del estudio completo de la gestión
de enseñanza.
Por “control”, entendemos el conjunto de medios que nos hemos dado para observar y
evaluar esta gestión.
El primero de estos medios estaba formado de “crónicas”, una especie de “diario”,
sin pretensión de objetividad, que nosotros (como docentes) redactábamos, en la
medida de lo posible, después de cada clase.
Segundo tipo de medio de control, la observación recíproca.
Tercer tipo, los registros de audio y video que pudimos hacer de algunas clases.
En fin, los tests, las tareas, y las notas de los exámenes.
4.4.1.Entusiasmo
Nuestra reacción, desde las primeras clases, es: “es increíble, pero marcha!”. Nuestros
alumnos se interesan en el juego de la discusión sobre los problemas que les hemos
propuesto. Mejor, dejan de aparecer como “motivados pero pasivos”, ellos proponen
numerosos enunciados inesperados y reveladores de sus concepciones implícitas.
Una de las razones de esta diferencia flagrante con el comportamiento de sus condiscípulos
del año 0, puede ser hallada en la presentación extremamente cerrada que dábamos, desde
la primera clase, del dispositivo de enseñanza, lo que les dio seguridad a los alumnos. Nos
prohibíamos exponer a nuestros alumnos nuestras dificultades, nuestras dudas sobre nuestra
gestión o las razones de ser de ésta, contrariamente a esto que habíamos hecho el año
precedente bajo el pretexto de “transparencia”. Pensamos, en efecto, que una tal mezcla de
géneros introducía un factor de confusión en la experiencia.
4.4.2.desencantamiento progresivo
Sin darnos cuenta, comenzamos a acomodarnos con el dispositivo: irregularidad creciente
de la preparación escrita de las clases y de los problemas, desaparición progresiva de la fase
de votación, debilitamiento de nuestra “neutralidad” matemática en la fase de discusión, en
provecho de una intervención más directa (entonces más “tradicional”) en los debates,
omisiones cada vez más frecuentes de la redacción de las crónicas.
Por otro lado, teníamos dificultades crecientes en encontrar problemas adecuados a nuestra
gestión. En efecto, después de las primeras lecciones consagradas al repaso, sobre temas
fértiles en dificultades para los alumnos (vocabulario de conjuntos, relaciones y funciones,
progresiones,...), el programa aborda nociones que necesitan un tratamiento más
algorítmico (trigonometría, funciones de primer y segundo grado). Las discusiones
alrededor de los problemas correspondientes se sustentan más sobre los métodos de
resolución que sobre los resultados. Esta evolución es necesaria, pero hace más difícil la
gestión de la discusión.
A partir del cuarto mes, nuestras crónicas se hicieron el eco de un cierto número de
dificultades al nivel, especialmente, de la gestión de las discusiones, cada vez más densas y
confusas en el grupo GJ1, y al contrario, perdiendo su riqueza y su espontaneidad en el
grupo GY1.
4.4.3.crisis
Después del primer parcial, donde el 64% de los presentes han tenido menos de 3,5/10,
sentimos un bloqueo de la situación, que se manifestó de forma fuertemente diferente en los
dos grupos: mutismo y pasividad de los alumnos del grupo GY1, abundancia anárquica de
intervenciones “fuera de tema” en el grupo GJ1. En breve, el intercambio matemático se
tornaba imposible en los dos grupos, pero por dos razones opuestas: “muro” de silencio y
exceso de “ruido”.
A posteriori, hemos notado que estos bloqueos podrían interpretarse como una táctica (sin
duda no consciente) de los alumnos de dos grupos, a fin de volver a un tipo de enseñanza
más seguro y supuestamente más “rentable” para los exámenes. Estos dos cambios
degenerativos de la discusión están, de hecho, en relación con nuestros “puntos débiles”
personales y respectivos en la gestión del debate.
Uno de nosotros soporta mal el mutismo de los alumnos, y, frente al silencio, toma
él mismo la palabra, lo que conduce poco a poco a resolver el problema.
Simplemente por quedarse callados, los alumnos obtienen entonces la corrección de
los problemas, igual que en un TD tradicional.
El segundo acepta toda intervención del alumno, inclusive incomprensible o fuera
de tema. Las discusiones se tornan entonces muy rápido enredadas, difíciles de
conducir y con una lentitud desalentadora. Para evitar el hundimiento, el docente
está entonces tentado de corregir él mismo el problema, luego de una discusión
desde entonces sin meta.
pueden cambiar de grupo de TD, lo que ha hecho que alrededor del 10% de ellos, pasen de
nuestros grupos hacia los otros dos o inversamente.
Las motivaciones de este “voto con los pies”, que hemos intentado investigar a través de
cuestionarios, eran evidentes: a una minoridad de alumnos no le gustaban el modo de
trabajo de los TD y estimaban que perdían su tiempo, y entre esta minoridad, algunos
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permanecían y otros partían. La situación era idéntica para los otros dos TD tradicionales.
En fin, algunos alumnos, que deseaban sacar más ventaja de los dos métodos, asistían a las
dos clases (una de las nuestras y una de las tradicionales).
En lo que nos concierne, procedimos, después de haber “inventado” las Discusiones
Alrededor de Problemas en Julio de 1985, a ajustes sucesivos de nuestra gestión en función
de la evolución de la situación, tal como lo hemos percibido en las clases, o vía las
crónicas, observaciones recíprocas, grabaciones o test y tareas.
Estos ajustes son un objeto de estudio: la percepción de la situación por el docente forma
parte de la situación de enseñanza.
Un cierto número de puntos de nuestro dispositivo se han revelado inadecuados:
El hecho de consagrar todas las clases a discusiones (lo que era justificado por el
riesgo de hacer aparecer sino los debates como “recreaciones” entre dos sesiones
“serias”) apareció como un factor de lasitud de los alumnos (manifestada por una
irregularidad creciente en la preparación de los problemas) de pérdida de tiempo en
las sesiones de una hora, al curso de las cuales los debates podían apenas comenzar.
Los problemas propuestos se revelaron muy numerosos teniendo en cuenta la
duración de las discusiones, por lo cual había demoras frecuentes.
Los ejercicios fotocopiados fueron poco utilizados individualmente, y no del todo
colectivamente
A pesar de su carácter facultativo, y de su mayor dificultad, las tareas estaban mejor
preparados y por más alumnos que los problemas.
La escasez de las discusiones alrededor de las tareas podía aparecer como una falta de
valoración de esta inversión de trabajo por parte de los alumnos.
5.Perspectivas
Para la gestión de la “discusión alrededor de problemas”, podríamos caricaturizar nuestra
posición al final del año 1 por la siguiente frase:
“Nosotros hemos establecido efectivamente un teorema de existencia, pero de
existencia de qué?”
Dicho de otra manera, teníamos bien observado que, seguido de un número de
intervenciones de nuestra parte, y con un público idéntico al del año 0, se estaban
manifestando un cierto número de fenómenos del orden de la comunicación, de los alumnos
entre ellos, o con nosotros, inexistentes en el año anterior, fenómenos en relación con esto
que nos representábamos bajo la expresión “discusión alrededor de problemas”.
Sin embargo, en este fin de año, no podíamos dar una definición rigurosa, ni aún una
descripción descontextualizada, una simple acotación, de la noción de discusión alrededor
de problemas. No sabíamos con precisión cuáles criterios eran pertinentes para la
descripción de esta situación ni cuáles índices, o de cuáles “reglas de acción” disponía el
docente para conducir el debate. Por otro lado, nos faltaban útiles confiables para apreciar
el impacto, al nivel de los alumnos, de esta gestión.
Las investigaciones posteriores (en el seno del equipo de Didáctica de la Universidad de
París 7, después en el seno del grupo CESAME) nos han permitido aportar elementos de
respuesta a algunas de estas cuestiones.
6.Referencias Bibliográficas
Chastenet de Géry J., Drouhard, J-Ph., Hocquenghem S., et al. (1987): “Enquête sur les
acquis ...”, Actes du colloque Orientation et échecs dans l'enseignement supérieur ...,
Université de Paris-Dauphine.
Drouhard, J-Ph., Lymberopoulos-Fioravantes, H., Nikolakarou, H., Paquelier, Y. (1988):
“Quelques développements récents de la recherche sur la Discussion Autour de
Problèmes”, Actes de: Psychology of Mathematics Education XIII, Veszprém
(Hongrie).
Legrand, M. (1990). Rationalité et démonstration mathématiques, le rapport de la classe à
une communauté scientifique. Recherches en Didactique des Mathématiques. 9/3, 365-
406.
Paquelier, Y. (1986): "Argumentation et situations didactiques: une démarche", publication
annuelle du séminaire de didactique des mathématiques et de l'informatique,
U.S.T.M.G, Grenoble.
1Traduccion de un artículo publicado en Cahiers de Didactique des Mathématiques, IREM Paris 7. Un
artículo más breve y más teórico está en los Actas de PME 1988 (ref. Drouhard et al., 1988)
2jpdrouhard@gmail.com
3Yves.Paquelier@laposte.net
4http://sites.google.com/site/urei3dl/
5http://sites.google.com/site/gecocesame/
6Bachillerato, examen francés de fin de estudios secundarios
7En Francia en los tres últimos años del secundario (liceo) los alumnos eligen unas “carreras” de ciencias, de
letras, de ciencias económicas, o carreras técnicas o profesionales.
8En Europa como en el resto del hemisferio norte, el año académico empieza en setiembre y finaliza en junio.
9http://www-irem.ujf-grenoble.fr/new2006/Debat_scientifique/
10El caso de las discusiones alrededor de las tareas se distingue de ésta que precede, en que nosotros
preparábamos la discusión aislando, en el curso de la corrección de las tareas, un cierto número de
soluciones que proponíamos en el momento de la clase.
11El hecho de escribir en el pizarrón proposiciones y argumentos proviene de esto que los alumnos escuchan
generalmente mal sus intervenciones respectivas
12La impasibilidad del docente mientras anota en el pizarrón las soluciones o los argumentos de los alumnos
es un elemento indispensable para el buen desarrollo de la discusión. Si marca por su actitud (un gesto
dubitativo es suficiente) que el desaprueba la proposición de un alumno, el valor de verdad (o la
pertinencia) de ella deja instantáneamente de ser la meta real de la discusión. Es evidente para todos que
ella solamente puede ser falsa o bien no pertinente. La discusión se torna un simulacro, donde los unos y
los otros sostienen más o menos conscientemente su rol, pero en la cual el fin vuelve a ser
tradicionalmente la satisfacción del maestro. Es el retorno a la concepción :jurídica: de las matemáticas
(Chastenet, 1987).
13La votación, que bien entendida no sirve para determinar la verdad de un enunciado, posee un triple interés:
a) Permite exigir a los alumnos a comprometerse sobre el objeto de la discusión (como mínimo por la
moción “yo no se”).
b) Proporciona al docente informaciones que le permiten gestiónar la discusión
c) Ofrece la posibilidad de vueltas reflexivas sobre los errores y sus origenes
14Las diferentes soluciones propuestas dan entonces lugar a una discusión entre los alumnos, generada por el
docente, quien no interviene, en principio, sobre el contenido
15La tarea de clausura de la discusión es devuelta al docente, quien puede entonces intervenir a nivel
matemático, institucionalizando resultados
16Hasta está prohibido en el CNAM exigir a los alumnos que estén siempre presentes, siendo adultos que
supuestamente tienen un oficio a tiempo completo que le puede impedir (o hacer difícil) presenciar cada
clase.
17en el caso de nuestros TD, la forma de trabajo Discusiones alrededor de problemas