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Bassols. Los hijos de la tecnociencia y sus síntomas. Revista de psicoanálisis notas de niños.

Cuerpos en au-
toparlante. Año 1. Número 1. Cordoba 2016.
Laurent Usos actuales posibles e imposibles del psicoanálisis
Laurent Lost in cognition
Miller partenaire síntoma
Tendlarz -biología lacaniana
Miller-biología lacaniana
Lacan de los nombres del padre (dos clases, una RSI del año cincuenta y pico y la otra previa a que
Lacan se anoticie del lío de que lo habían sacado de la lista de analistas didactas de ipa, antes
de seminario 11. Ahí labura la crítica al positivismo, que supone la inteligibilidad de la evi-
dencia de los datos). Pensamiento positivista, referencia a la inteligencia, en el 11 empieza a
decir que va a situar , (preconcientemente suena a sitiar, como sitio), el deseo del analista
respecto a dos tradiciones prácticas: la interpretación hermenéutica del lado de la religión, y
la interpretación de la ciencia en donde parece que nadie se pregunta por el deseo del cientí-
fico. En la primera clase tmb se pregunta por un tal tujem relacionado con poincare, alguien
del relativizo que influyó en el pensamiento de Einstein
Lombardi el metodo clinico en la perspectiva analitica
Lacan de los nombres del padre Paidos
Vegh isidoro- El Inconsciente, el saber y la ciencia | Psicoanálisis y Ciencias - el sigma
Sauval - El sujeto en la ciencia y el psicoanalisis - Clase 2.1 - acheronta
La ciencia como religión moderna o Neo hermenéutica utiliza la tecnología para hacer funcionar el
falso discurso llamado capitalista donde el saber es Neo religioso positivista que forcluye la
subjetividad.
Heteridad revista de psicoanálisis número 4 - fulvio marone “una ciencia que incluya al psicoanálisis”
Lacan, J. (1995): El Seminario, Libro 20. Buenos Aires. Paidós. p. 18, 19, 26, 33, 43
Lombardi ciencia y psicoanálisis revita imago agenda 54
Soler colette el encuerpo del sujeto cap 3
Askofares. “De la science à la psychanalyse”. Hétérité 1.
Lacan acto de fundación 1964 sección 3
Lacan proposición del 9 de octubre 1967 p. 270
Sauval- Seminario “psicoanalisis y ciencia” clase “resumen del capitulo 2 de “La obra clara” de J.C.
Milner. Recuperado de http://www.acheronta.org/acheronta6/clase2-1.htm
Sica-Comentario acerca del surgimiento del psicoanálisis en el marco de la ciencia moderna. Recu-
perado de https://www.acheronta.org/acheronta11/psa-ciencia.htm
El malestar actual expresa sintomáticamente el debilitamiento de los lazos sociales y su consecuente posicio-
namiento narcisista que busca sostener un estado de plenitud, en la ilusión de que todo es posible - Yo Ideal,
Omnimodo, legalidad primaria de funcionar que desconoce la alteridad, ahí la presencia significante del otro-
. Es notable, y es algo que me interpela y sorprende cada día, en la TV, en la publicidad, en el deporte, en los
mismos trabajos emergentes, en el modo de andar diario de las personas y hasta en su sentir íntimo, la degra-
dación de la vida amorosa y la desconexión y falta de reconocimiento del otro.
Desde el escenario socio-cultural, a través del discurso del mercado y la ciencia se ofrece ilusoriamente ese
estado de completud, que obtura el encuentro con el otro. De este modo, se corre al sujeto del espacio de
construcción social y se lo posiciona en el lugar de individuo consumidor, lactante regresivo por excelencia -
El Uno. El riesgo? Que la intersubjetivación queda interceptada por los objetos ciencia, y las personas se
cosifican Vivimos un tiempo de reconfiguración profunda de las familias, del surgimiento de nuevas formas
de uniones que siguen el ritmo de los cambios de la civilización. El discurso de la hipermodernidad, signado
por la alianza entre el capitalismo y las tecnociencias, trajo aparejado la declinación del padre y el eclipse de
los ideales que ordenaban el lazo social y familiar. En su lugar, es el objeto a el que asciende al cenit del cielo
social, la dictadura del plus de goce en esta época del Otro que no existe que “hace estallar el matrimonio,
dispersa la familia y modifica los cuerpos”[1]. Allí donde se ordenaba el universo a partir de la excepción de la
función del padre, de su prohibición, tenemos ahora la apertura a una lógica de lo ilimitado y lo sin excepción,
al nuevo reino del no-todo que conlleva el derecho de cada uno a gozar a su manera. Si antes la familia era un
sistema de semblantes, de significantes que intentaban ordenar el goce, ahora el goce reordena la familia y ello
trae como consecuencia la multiplicación de sus formas: conyugales, monoparentales, recompuestas, homo-
parentales, adoptivas…

Los avances en las técnicas de procreación promueven


sofisticados métodos para convertirse en padres: banco
de esperma, vientre de alquiler, congelamiento de em-
briones, verificación genética. De esta manera la mater-
nidad y la paternidad ya no quedan sujetas a la sexuali-
dad. Se crean así problemáticas inéditas ¿Quién es el pa-
dre de este niño, el progenitor o aquel que educa al
niño? ¿Quién es la madre, la donante del óvulo o la que
porta en su vientre al niño? ¿Cómo definir qué es un pa-
dre y una madre?
El Derecho, siguiendo este dinamismo social, construye
nuevas ficciones jurídicas sobre la procreación y la filia-
ción que, al mismo tiempo que apuntan a regular estas
prácticas y vínculos, las legitiman, otorgando así mayo-
res libertades. El nuevo Código Civil recoge en su letra
un significante que comienza a circular a fines del siglo
XX “Parentalidad”. Este término tiende a reemplazar al
de familia e implica en sí mismo una simetría e igualdad
entre el padre y la madre en lo que concierne al orden
familiar. Por un lado la parentalidad implica que el pa-
dre sea sustituido por los pares o las pares. Por otro lado,
la pareja parental ya no se funda en la diferencia sexual
y esto instituye la posibilidad de la filiación separada de
la sexualidad.
Estas parentalidades actuales se confrontan con nuevas
dificultades en la vida cotidiana que dan lugar a nuevos
problemas clínicos. Nos encontramos con padres que no
creen en el ejercicio de sus funciones o que no se autori-
zan en su deseo, plegándose al imperativo social del “de-
recho del niño a elegir”. Padres que sueltan a sus hijos
prematuramente porque “tienen que ser independien-
tes”. Padres que exigen demasiado o, por el contrario, no
exigen nada. Padres angustiados, irritados, impotentes, o
desorientados en lo que significa criar a un niño. Se mul-
tiplican los manuales, los tips, las escuelas para padres
que ofrecen recetas de cómo educar a estos niños y ado-
lescentes que no soportan las reglas, las prohibiciones,
que no pueden permanecer en un sitio, y en los cuales se
evidencia cada vez más un goce del cuerpo a cuerpo que
se manifiesta en peleas, agresiones que llegan a veces a
la violencia. Niños del capricho, niños solos, niños des-
ganados, niños descreídos.
Ni las ficciones jurídicas, ni las científicas, ni las peda-
gógicas pueden dar cuenta del punto de real de lo que es
el origen subjetivo de cada niño, del encuentro siempre
fallido entre los sexos, sean o no del mismo, y el deseo
de niño. Ese niño es hoy quien funda y estructura su fa-
milia, en el sentido de que la posición de los padres se
reconfigura a partir del lazo singular que establecen con
el objeto a que es el niño.
Lacan, al final de su enseñanza, habla del padre como
“instrumento” del que se puede prescindir a condición
de haberse servido. Este padre “instrumento” sirve para
enlazar de una manera singular los tres registros Real-
Simbólico-Imaginario, y vemos en la clínica cómo se
problematiza ese enlace en las nuevas expresiones sinto-
máticas del niño.
El psicoanálisis no cree en un determinismo, en una cau-
salidad familiar que permita hacer una correspondencia
biunívoca entre la estructura de la familia y el tipo de
síntoma del niño. El niño como sujeto es un lugar de in-
determinación “¿qué opción hizo? (…) La respuesta es
indeducible, la causalidad es inasignable”.[2] Es el niño
el que hace una elección y quien debe inventar un uso
del instrumento.
Nos preguntamos:
¿De qué deseo particularizado de los padres es producto
este hijo? ¿Qué hace padre (instrumento) del lado mujer
y qué hace padre (instrumento) del lado hombre en cada
niño que recibimos en nuestros consultorios? ¿Qué uso
del instrumento padre hace el niño? ¿Cómo se las arregla
el niño ante las anomalías familiares? ¿Con qué síntoma
responde? ¿Qué ficciones inventa cuando no hay padre
o por el contrario cuando se encuentra frente a una mul-
tiplicación de éstos? ¿A quién se identifica? ¿Qué estra-
tegias utiliza para escabullirse de la voracidad del Otro
maternal? ¿Qué invención significante construye para
evitar quedar capturado en el fantasma de sus padres?
¿Cómo introduce lo hétero frente al borramiento de la
diferencia de los sexos que promueve el igualitarismo
paritario de los roles familiares? ¿Cómo se orienta el
niño hacia el Otro sexo?
El encuentro del niño y sus padres con un analista, puede
ser la oportunidad para construir una solución singular
para él y para su familia.
En el tratamiento con un niño el analista es también un
instrumento, pero está obligado a tomar más iniciativas
que con el adulto[3], debiendo a veces alentar, prohibir,
orientar y sostener la palabra[4] del niño. Ofrece además
un lugar a los padres donde poder decir su sufrimiento,
su dificultad de soportar, su imposible de comprender
los problemas de su hijo.
El tema elegido para estas Jornadas nos pone en el ca-
mino de investigar las parentalidades actuales, sus inci-
dencias en el sujeto y verificar desde la clínica qué uso
hace cada niño “de ese instrumento paternal, es decir, el
instrumento broche de goce”.[5]

[1]
MILLER, J.A. “Una fantasía” 2004
[2]
Miller, J.A. “Niños violentos” en Revista Carretel Nº 14.
[3]
Miller, J.A. “Interpretar al niño”, Lacaniana 10, p.36.
[4]
Cottet, Serge “El padre pulverizado” en Virtualia 15
[5]
Laurent Eric “Parejas de hoy y consecuencias para sus hijos”

Freud decía que la ciencia es un modo de tramitar la pulsión. Esto se puede ver
en tótem y tabú . Y en introducción del narcisismo.
Belaga revista virtualia ciencia religión y arte
Gomez del significante a la letra capitulo 3: el abandono de la lingüística y del
estructuralismo

La ciencia horada los significantes, hace un agujero en ellos, atravesándolos de parte a parte. Esto es
equivalente a la expulsión del lenguaje y con ello denuncia entonces el aspecto ficcional del mismo.
Queda el terreno listo para que la multiplicidad de los productos que el capitalismo ofrece sean certi-
ficados como verdad a pesar de que el sujeto sabe que es mentira la sostiene como verdad. Es la era
de la aversión del lenguaje como sede del código, la época del rechazo de los relatos ficcionales que
sostienen el lazo. El aparato técnico de la ciencia, como las redes sociales, hace funcionar lo social.
Así el relato social queda intervenido técnicamente por el saber científico que instrumenta sus dispo-
sitivos para conectar a los seres hablantes. El problema es que aparece el odio pues hay algo del ser
hablante que no se deja compartir, y se llama goce. El asunto sería respetar cómo cada quien decide
engañarse. El psicoanálisis es eso, una experiencia que permite hacer otro uso de la palabra, una
nueva escritura, distinta de la que parece tenerse como verdadera. Y esto no es sin aceptar un impo-
sible de escribirse, no es sin soportar que algo no se va a escribir, que algo no va a cuajar en el
ordenamiento capitalista. Eso intraducible, aislado en el síntoma, es lo que permite que se pueda
inventar algo cada vez y por ello habilitador del lazo social. El capitalismo empuja a que todos deben
cuajar en un ideal, por ejemplo “ser hombre”, o “ser mujer”. Pareciera que los sujetos deben estar a
la altura de esas etiquetas, y quien siente no estarlo responde con sufrimiento. Lacan no va a ir contra
la ciencia pues desde allí surge la tesis del sujeto de la ciencia desde donde parte, pero sí va a ir contra
el cientificismo que es quien crea estas etiquetas o grandes relatos que parecen definir cómo habría
que conducirse como si hubiera relación de correspondencia entre el goce y la palabra, pero no tienen
en cuenta que existe algo que subsiste por fuera del lenguaje, imposible de hacer pasar por las pala-
bras, que aparece aislado en el cuerpo, es lo real.

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