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. especialmente los valiosos y detallados comentarios de Geoff Sampson,


Howard Giles, y Jim Y Lesley Milioy. Espero que aprueben lo que he hecho INTRODUCCION
con dichos comentarios.
Este libro también debe mucho a mi familia. Mi padre John leyó el
manucristo entero y sus sugerencias ciertamente han facilitado :.ti lector la.
tarea de lectura. Mi esposa Gay hizo algo más que cuidar de nuestras dos
niñas pequeñas, una de las cuales nació mientras se gestaba el libro, y las
tres han contribuido a que mantuviera el ánimo vivo y los pies firmes en
"el suelo. Debo finalmente expresar mi gratitud a la plantilla de Cambridge
University Press por su cualificada ayuda. Espero que ell;'esultado sea una
mezcla equilibrada de hechos y teoría, de 'entusiasmo y sobriedad.

~!'. (:~o;.;~
~~,\\ \ ~

1.1 La sociolingüística

iJul~ 1.1.1 Descripción

~~(~ij:~L ."
Podemos. de~inir la soci~lingüística. como.. el estudio de!,!(!t¡?uaíee.n,;~a-
[u
, cwn con la soCtedad,. y aSl es como mterpretaremos el termmo d~ soaQ­

lingüística en este libro. Mientras lo escribíamos (1978), la sodolingwstica .

~ 1., 2,i'l ha sido reconocida como materia de estudio de muchos cursos sobre «len­
S' guaje» o «lingüística» a nivel universitario, y constifuye~f~ente U!}~!!~.:...~_.i
los temas en expansión dentro del estudio del lenguaje, tants/cre;d~ el . ~-~
80:~~ punto de vista de la enseñanza como del de la investigáción. Existen actual.

mente dos revistas principales en lengua inglesa dedicadas a la pubW:a­


ción de trabajos de investigación (Language in Sodety e Internatiotr,al

Jo - .,( t - 0'0' Jour'!1al of the Sociology 01 Language) y abundantes manuales introdu(;"

toriÓs,.aparte del presente (otros son Burling 1970, Pride 1971, Fishma~

1972a, Robínson 1972, TrutIgill 1974b, Platt& Platt 1975, Béll 1976;:

Dittmar 1976, Wardhaugh 1976). El desarrollo de la sociollngüística se h~~¡

dado principalmente durant~ los últimos años de la década de 1960 y pri- .~

1 meros de la década de 1970! Puede verse, pues, lo nueva que es estadisci· .


plina. 10 cual no quiere decir que el estudio del lenguaje en sun:!ación
con la sociedad sea una invención de los años 60, sino que, por el contta~ . .
.' CÁRRtAAlf:"i'P~I.\.!,. rio, los estudios de dialectología y, en general, el estudio,de las r~ciones
. n!'l~
.·CA1ELiV'l LIN.·.·.Q,úiS""t't.~:c
\ entre 1enguaj~ y cultura --estudios ambos que pertenecen 'a la sociolin:.
güística según nuestra definición- cuentan ya con una larga tradición..
CÓpWO L~l..'3,: .. 0~ 10 realmente nuevo es el interés generalizado por la sociolingüística y.la'
consideración de que ésta puede aportar mucha luz en la comprensión ,de
OESCRI~CIÓN . , . la naturaleza de1lenguaje y de la sociedad... ~~,
A~OR' 'H i)DSb~'~ '. . '... A!:; igual que otras disciplinas, la sociollngüística en parte es empírica ..
,LIBIO L~·:5CG.\OU~(S -fl CA
10: .
CAPÍTULOS t f Zi 3/5
, COPIAS: t; e MORTO $
y en parte teórica; en parte, cuestión de andar por ahí acumulando datos subvencionar proyectos de investigación a gran escala, relacionados con
y hechos, y, en parte, cuestión de sentarse y pensar. El método del «sillón» el habla de los grupos menos privilegiados, con la convicción de que los
en sociolingüística puede ser bastante productivo, tanto si está basado en hallazgos harían posible una política educátiva más eficaz. El capítulo 6
hechos recogidos sistemáticamente como parte .de la investigación, como, está dedicado principalmente a los problemas. suscitados en el transcurso y a
si está basado en la propia experiencia personal. Ello facilita particular. raíz de esa investigación, pero la investigación de la que trata el capítulo 5
mente la elaboración de un marco de referencia analítico que contenga tér­ probablemente no hubiera podido ser llevada a cabo en un contexto social
minos como LENGUAJE (conjunto de conocimiento de ciertas reglas), LENGUA distinto, lo que es igualmente válido para lo tratado en el capítUlo:!,
(frases que se pronuncian), HABLANTE, OYENTE, TÓPICO, etc. Y, natural­ aunque quizá en. menor grado. Esta orientación práctica ha conducido a
, mente, también las experiencias personales son una fuente de información una discusión extensa de algunos aspectos teóricos -aquellos aspectos de
.,~ ~+Od valiosa sobre la lengua en su relación con la sociedad. Sin embargo, en se­
implicaciones prácticas, incluidos los que se airean en el capítulo pero
!'&Jo
~ • l'
g~id~ quedará claro que el sis~ema del sillón, si se aplica sólo .a la. expe­
nenCla personal, puede ser peligroso por dos razones. Primera, puede que
a una discusión relativamente pequeña (por lo menos a un nivel menos
satisfactorio) de los aspectos teóricos de consecuencias prácticas menos
1.)iU(}(\.. estemos totalmente equivocados en la forma de interpretar nuestra propia
inmediatas. falta de equilibrio sorprenderá sin duda al lector de este
! experiencia, puesto que la mayoría de nosotros no somos manifiestamente libro, aunque por mi parte hé' intentado aclarar aspectos de ambos tipos.
conscientes de la inmensa cantidad de variaciones que oímos en las conver.
saciones de cada día y frente a las que reaccionamos. Y, segunda, la expe­
riencia personal no es más que una base muy limitada para poder genera­ 1.1.2 Sociolingüístíca y lingüística
lizar acerca del lenguaje y de la sociedad, puesto que esta experiencia no
toma en consideración tod~s las demás sociedades, donde las cosas están .A lo largo de este libro me referiré a sociolingüistas y lingüistas como
organizadas de muy distinta manera. a dos grupos distintos, aunque naturalmente hay muchos sociolingüistas
Sin. embargo, la. raZón por la que el interés por la socio lingüística ha que también se autodenominan lingüistas, al igual que un gran número de
crecido tan rápidamente durante la última década no ha sido por los logros especializados en sociología, antropología y psicología social. La cuestión de
o~tenidos mediante la teorización por el procedimiento del sillón, sino gra­ quién es sociolingüista y quién. no, ni es interesante ni importa mucho;
CIas a los descub~i~ientos empíricos con~eguidos en el tran,scurso de proyec­ pero sí es importante preguntarse sí hay alguna diferencia entre sociolin­
tos sistemáticos de investigación. Parte de esta' investigación se ha llevado güística y lingüística y, en caso afirmativo, dónde reside esta diferencia.
I~~ comunidades «exóticas», 10 que ha aportado unos datos que La opinión más extendida es la de que efectivamerite eXiste üi diferencial!

I
~ ... '._','.~' " ' - . . . . . ." . ....... ., . . ~ -ztj

t muchos lectores de este libro encontrarán estimulantes precisamente por Y, que la. ling~fstica difíe~e ~e la s()ciolin~fsticaeitque aqu~a co?si?~
ser tan inesperadamente diferentes de la clase de sociedad que ellos conocen. s910.1ac?strt,t~,!y!,a~~J l~l1,guaJe, co.n.~duslOn del contexto SOCIal en.el:,q~~~
Así, por ejemplo, los británicos generalmente se sorprenden (y sienten curio. se.. apreI?-d~cY:;:s,~,~~ La~.tarea de)a~lirigÜrstlca,segun .es.te puqto,d;;;~r';-­
sidad) al oír que hay ciertas sociedades donde los padres de uno no tienen es lade elªP,o~ar:!~l~S t:e&lasdel lenguaje X», gespy-és ~e:JocuaI ~t~_
necesariamente que ser de la misma lengua nativa (ver 1.2.2). Otros proyec­ lingüista puede entraren escena y estudiar cualesquieradelos puntos en
tos de investigación, sin embargo, han sido llevados a cabo en la clase los que tales reglas entran en contacto con la sociedad, tales como los puntos
de sociedad industrial, urbana y compleja, a la que muchos de los lecto. en los que modos alternantes de expresión de una misma cosa son escogidos
r~s estarán acostumbrados, y también este tipo de investigación ha produ­ por distintos grupós sociales. Esta es~la visión caraCterística de toda la es-:
CIdo sorpresas, tales como que en los Estados Unidos las diferencias entre cuela «estructural», que ha dominado la lingüística del siglo xx, incluí.
las clases sociales quedan reflejadas el lenguaje tan bien como en la qa, la lingüística genera~vo-transformacional (la variedad desarrollada:'.á"
Gran Bretaña; a pesar de que a primera vista parezca que en Estado~ Unid~ a~hir :ae;:1957~por"'Noii;;"Cho¿;:;kY). (In~identálirie~té':esta c~r~cteií~
haya menos> conciencia de clase socral (los argumentos de esta afir.z:o:aci6n:· fiimbíéri?es~;típlcl{(fe.i:nuCho·d.e lo. qtÍese 'ha~e~enj~' eD~eñañiá' de:-ídiom~
1....'" S!! discutirán en el capítulo 5, espedalmenteen5.2.2). en? la •q'ran,Br,etaña.),~ '. ",. . ­
'1
;'c<"

::-:-O~c; ~s impo~tante reseñar qüe gran ~arte del inte~és por}~ sociolingüística Sin embargo, no todos los estudiosos del lenguaje compartirían este
I ~rovlene de .~erso~as (como 1.os educadores) que tlenen un interés práctico punto de vista. Algunos. argüirían que, puesto que el habla es (obviamente) 1
-~r el lenguaJe,mas que un SImple deseO de comprender mejor el funciona. comp?rtamiento social~ estudiarIo.~sin referencia a la sociedad sería como '
--:- m~ento de esta .pequeña át;a del universo. En. los' Estados Unidos partí. estudiar el comportannento durante el noviazgo sin relacionar el compor•
. cula~ente,ydurante las decadas de los años 1960 y 1970, se hizo posible' tamiento de cualquiera de los novios con el del otro. Hay dos razones parti­
. ~

12­
1.1.3 " Sociolingiiística y sociología del lengua¡e
cuIares para aceptar esta pOSIcIono La 'primera, que no' podemos, dar pqr;,
supuesta Ia,noción del ,«lenguaje x» sin¡nás, puesto que es en sí misma ~ He definido la sociolingüística como «el estudio de la lengua en. rela,!
una noción social ~~cÜanto que ~ene definida.en términos dé un grupo ción con la sociedad», significando (intencionada.rDente) que la sociolin':,
d;personas,que habla X. Tal como veremos en el capítulo 2, el problema güfstica es parte de! estlldio del lenguaje. Así, el valor de la sociolingüÍstica
reside en que este grupo estará definido con toda probabilidad, en círculo -est{e~ la luz que' proyecta sobre la naturaleza del lenguaje en general o
cerrado, como «el grupo que habla X», especialmente cuando nos fijamos sobre las características de alguna lengua en partiéular. Tal como sería de
en pequeñas diferencias entre dialectos e intentamos definir el dialecto X esperar, los estudiosos de la sociedad han descubierto que hechos de len­
en vez de la «lengua Z». Este argumento ha sido desarrollado especialmente 'guaje pueden iluminar la comprensión de hechos sociales; después de
por William Labov (1972a: viii). La segunda razón es que el habla tiene, todo, no es fácil pensar en una propiedad de la sociedad tan distintiva
una función social, como medio de comunicación y también como mOdó dé como su lenguaje, o tan importante como su funcionamiento. «El estudio.
igentificación de grupos sociales, y estudiar el.habla sin referencia a la, de la sociedad en relación con el lenguaje» (lo recíproco de nuestra. defi.
sociedad que la usa es excluir la'· posibilidad de encontrar explicaciones nición . de sociolingüística) define 10 que generalmente se denomina LA
sociales a las. estructuras que se usan. Esta posición es característica de SOCIOLOGÍA DEL LENGUAJE.
J: R. Firtb (e. g. 1950, 1964), quien fundó la Escuela de Londres de La diferencia entre sociolíngüística y sociología del lenguaje es, sobre
lingüística, entre cuyos continuadores se cuentan Michael Halliday (e. g. todo, una duerencia de énfasis, según el investigador esté más interesado
1973) Y Terence Mitchell (1975). Una exposición importante y reciente de por el lenguaje o por la sociedad, y también según su mayor experiencia
la influencia de la estructura del lenguaje puede encontrarse en Brown & en el análisis de las estructuras lingüísticas o en el análisis de las estructu·
Levinson (1978). ras sociales. Hay una extensa área de superímposición de las disciplinas,
En este libro ofreceré. argumentos de que los hallazgos de la socio­ y parece inútil intentar separalas más claramente de 10 que lo están actual;.;
lingüística son altamente reveladores para una. teoría de la estructuralin~ mente. Mucho ,de lo que se contiene en. este·libro podría haberse' escrito
güfstica, por ejemplo, en relación con la estructura del lenguaje (3.2) y igualmente bien en un libro de texto de. sociología del lenguaje. Por otra
el análisis de alternativas en, una gramática (5.5). Mis preferencias. van, parte, hay algunas cuestiones que un libro de texto así debería incluir y que
pues, por la segunda postura, según la cual la lingüística ignora a la socie. este libro no incluirá, sobre todo la mayor parte de 10 que se llama «macro>>­
dad para su propio mal. Hago esta advertencia para precaver al lector sociología del lenguaje, que trata de las relaciones entre la sociedad y los
contra posible~ prejuicios; pero también es claro que existe una gran dife­ lenguajes en conjunto. Esta es un área importante de investigación desde
rencia entre el hecho de reconocer que se debería. tener en cuenta la' di· el punto de vista de la sociología (y de la política), puesto que suscita
mensión social del lenguaj~. y el de. saber cómo hacerlo. . cuestiones como las de los efectos del multilingüismo sobre 'el desarrollo .'
Me referiré a «sociolingüistas» y «língüistas» como si fueran individuos' económico, y las posibles fórmulas lingüísticas que un gobierno pueda
distintos, pero estos términos pueden' simplemente {¡sarse' para reflejar adoptar (para una discusión de estas cuestiones, ver Fishman 1972a, 1972b,
la' cantidad de atención prestada comparativamente al aspecto social del y también los siguientes artículos, reeditados todos eUos en el muy acce­
lenguaje, sin conceder demasiada importancia a la distinción. Es innegable sible Giglioli 1972: Fishman 1972c, Goody & Watt 1962, Gumperz 1968,
el extraordinario progreso que se ha llevado a cabo en el estudio de la Inglehart & Woodward 1967). Tales macro'estudios, sin embargo, arrojan
estructura lingüística dentro de la tradición estructural, por gente que se menos luz sobre la naturaleza del lenguaje que los más bien «micro»-estudies.
autodenominarían a sí mismos «lingüistas» y no «sociolingüistas». Más aún, que se describen en este libro, ya que normalmente la noción del «lenglla.
es claro que algunas áreas del lenguaje, tales como las que se tratan en este je x» suele dejarse sin analizar. (Una buena presentación de las relaciones
libro, están relacionadas más directamente con.' factores sociales. que otras entre sociolingüística y sociología puede encontrarse en la introd~cción a
Trudgill.1978.) .
'íCtetnos" llamar!"
...... ,.• ~"~""".".,,,"¡"'¡':¡;CC~'.,.<ti_"""
e', "':"'f-
_otJ
Sin embargo. y aunque no afirmo' que los
temas tra 'en este libro sean los únicos que deban estudiarse, sí ~
qu~_~94(f<eh~que::se:ode<liqu~i:ál;;,esfúdt~deI:JerigtTaf~d~sa~~ctía¡qiñe~1f~
~vaf;df!_~r(a~~~'ét-: masYoonscrente' deJéOiitext6:sódáfde :sü~' materia dei
·t.s~~~I;~5ii;~~~;!;L1l2~t~~ej~~a!:;!f.~, y los temas tratados aqm.
parecen ser los mas relevantes en este'contexto. .

14',
1.2 Los fenómenos sociolfugüísticos en este aspecio:La Íínica forma de permitir el cambio lingüístico en una
comunidad totalmente homogénea es suponiendo que ,cada cambio afecta
1.2.1 ,Un mundo imaginario a todos los miembros, de la comunidad por igual y simultáneamente; Un
determinado día nadie posee la nueva forma, y al día siguiente la poseen
¿Qué hay, pues, que decir respecto- al lenguaje en relación con la' todos. (Se hace difícil pensar en algún mecanismo que pueda explicar tal
sociedad? Para empezar, puede ser útil intentar imaginar una sociedad (y cambio, ¡a falta de telepatía comunitaria!)
una lengua) acerca de la que haya muy poco que decir. El pequeño mundo Otra de las características de la comunidad que estamos considerando
descrito más abajo es completamente imaginario, y muchos sociolingüistas es que lsscircunstancias no tienen influencia en lo que la gente dice, ni
--quizás todos ellos- estarían de acuerdo en que por lo que sabemos respecto a su contenido ni respecto a su forma. Tampoco hay situaciones
tanto del lenguaje como de la sociedad, es muy improbable que tal mundo 'formales' e 'informales' que requirieran distinta clase de vocabulario (tales
exista e incluso' que pueda existir. como recibir frente a coger) o diferentes pronunciaciones de palabras (tales
En nuestro mundo imaginario existe una sociedad claramente delimitada como not frente a -n't) (ver 2.4). Ni existen 'discusiones' y 'razonamientos',
por algún tipo de frontera natural, infranqueable en ambas direcciones. ni 'deseos' y 'mandatos', cada uno de los cuales requiere no sólo formas
La finalidad de postular esta frontera es la de garantizar, por una parte, especiales sino también significados especiales. (Por ejemplo, en una dis­
que ningún miembro de otras comunidades se una a ella, trayendo su cusión uno ataca la posición de la otra persona, mientras que en un 'razo­
lengua consigo, y, por otra parte, que los miembros de esta comunidad namiento' uno la considera.) Tampoco habría diferencias entre comienzo,
nunca la abandonen y lleven su lengua a otra comulúdad, complicando núcleo y final de las conversaciones, como lo exigen las frases de saludo y
así la perfecta coincidencia entre lengua y comunidad. despedida. Ninguna de estas diferencias debidas a las circunstancias exis­
Todo el mundo de esta supuesta sociedad posee la misma lengua: las
tirían, porque caso de existir requerirían afirmaciones acerca de la sociedad,
mismas construcciones y el mismo vocabulario, con la misma pronuncia­ en particular acerca de la interacción sodal (10 que constituye el tema del
',ción y el mismo rango de significados para, cada palabra de la, lengua. capítulo 4). Ciertamente, si descartamos cualquier influencia del contexto
(Cualquier desviación de tal identidad exacta supondría la posibilidad de social; sería totalmente dudosa la misma existencia de la lengua, puesto
afirmaciones tales como 'La persona A utiliza la pronunciaci6n M, pero la que los mensajes hablados suelen estar dirigidos específicamente a las nece.
persona B utiliza la pronunciación N para la misma palabra', que sería una sidades del auditorio.
afirmaci6n sobre la lengua en relación con la sociedad.) Un problema obvio Debemos suponer, finalmente, que no existe conexión alguna entre la
es' el de los miembros más jóvenes de la comunidad, que, justo a apren­ cultura de la supuesta comunidad y los significados cuyo lenguaje (especial­
der a, hablar, necesariamente serán distintos de todos los demás. Podríamos mente su vocabulario) les permite expresar. Su lengua no debe contener,
soslayar este problema diciendo que el lenguaje infantil pertenece al domi­ pues, palabras tales como cricket o priest, cuyos significados podrían ser
nio de la psicología más que al de la sociología, y que la psicología puede establecidos, s6lo por referencia auna descripción parcial de su cultura
proporcionar los principiosgénerales de adquisición del lenguaje que nos (aspecto que discutiremo~ en 3.2). Suponer lo contrario, sería permitir abun­
permitirán predecir todos los aspectos en los que el lenguaje de los dantes e interesantes afirmacÍonesacerca del lenguaje en relación con la
niños de esa sociedad se desviará del lenguaje de los adultos. Si la psico­ sociedad, puesto que la cultura es una de las características más importan­
ÍI'
logía fuera capaz de proporcionar los principios necesarios, entonces habría

mucho que decir acerca del lenguaje en. relación con el desarrollo indivi­
'" dual, pero nada que decir sobre el lenguaje en relación con la sociedad.
,¡ tes de la sociedad. No está claro qué clases de conceptos, exactamente,
serían capaces de expresar los miembros de esta comunidad; posiblemente
tan sólo podrían ser capaces de afirmar verdades lógicas tales como 'si p
No ,hace falta decir que ningún psicólogo pensaría en afirmar que tal entonces q', ya q?e seguramente cualquier tipo de palabras involucraría
cos'áfué'riposible,rií siquieiaen principio. ' ,):", " algún mode;> de referencia' a la cutura de la comunidad. '.' •';'"
'" ,Como consécuencia de la total ausencia de toda diferencia entre' los :,;,?;;Ptl~~~9s en estos ~xtremos, nuéstro proyecto de una comunidad así;'
miembros de 'esta comunidad, queda descartado el cambio lingüístico, ya que 'parece ser ~e frgcho !utl,lto. Todas las restricciones impuestas' al plan eran ,
. tal cambio implica normalmente diferencias entre las generaciones mayores ne:esarias para garantizar que no habría nada que decir respecto al lenguaje
, ", y las' más jóvenes, de forma que cuando todos aquellos mueren, sobreviven en. relación con la sociedad, fuera de la simple afirmaci6n de 'La comunidad
solamente las formas usadas por los últimos. Ahora bien, puesto que el tal habla la lengua,X'.Es de notar, sin embargo, que es ésta una de las
cambio es algo que parece afectar a todas las lenguas estudiadas hasta el afirmaciones que acerca del lenguaje suelen hacer generalmente los lingüis­
,'momento, ,resultará que la lengua de nuestro imaginario mundo es única tas (ylqs no lingüis.tas), y agota el campo de sus obligaciones respéctqa /q~

16 17
lo, que. tengan que decir del lenguaje en relación con la sociedad. La finali. mos de esta comunidad no mencionan ningún problema importante de
dad de esta sección ha sido la de hacer ver que la única clase de comunidad adquisición de lenguaje ni de 'deterioro' general de las lenguas implicadas,
(o lengua) para la que tal afirmaci6n fuera remotamente válida sería una de modo que podemos suponer que una lengua puede transmitirse efi·
comunidad ficticia. De hecho, la clase de comunidad que Chomsky ha cazmente y exactamente incluso bajo esas circunstancias aparentemente ad­
deficido como el objeto propio de investigación en la teoría lingüística versas, a través de la influencia del padre, de los restantes familíares del
(1965~ 3).
padre y de los niños mayores. Quizá merezca la pena señalar que la mujer
suele ir a vivir a una 'casa-grande', donde también viven los padres y her­
manos del marido, de modo que no escasean los contactos con los hablan­
1.2.2 Un mundo real pero exótico tes nativos de la ~engua del padre.
¿Qué hay que decir respecto, a la lengua en relación con una socie­
Volvemos ahora a un mundo real en donde hay mucho que decir acerca dad de este tipo?cEn primer lugar; existe el problema de relacionar las
del lenguaje en relación con la sociedad. Se trata del exótico mundo de la lenguas en su conjunto con los hablantes, suponiendo, por simplificar, que'
tegiólf'notoccidentll1:~aer;'An:i¡¡Zó!úíl descrito por A. P. Sorensen (1971) y podamos hablar de 'lenguas com0 un todo' (contrariamente a 10 que propug­
J. Jackson (1974) (aunque en 1.2.3 veremos que las cosas no son tandis­ naremos en 2.2). Para cualquier lengua X, será necesario definir primero
tintas en la clase de sociedad a la que la mayoría de nosotros estamos quiénes son sus hablantes nativos, pero puesto que esto supone la refe­
acostumbrados) . rencia a alguna tribu, y las tribus suelen de hecho ser definidas solamente
Geográficamente, el área en cuestión pertenece mitad al Brasil y mitad por refeerncia al lenguaje, existe un problema evidente. La solución sería
a Colombia, coincidiendo más o menos con el área donde la lengua llamada o bien enumerar todas las casas-grandes que pertenecen a la tribu en cues­
tukano sirve de. LENGUA FRANCA (es decir, lengua de comercio hablada tión, o bin especificar el área (o áreas) geográfica donde vive la tribu.
habitualmerJ.te como lengua no nativa). Es una zona extensa, poco habi­ (Muchas tribus tienen de hecho su propio territorio, que no interfiere con
tada, y de, población diseminada.: unos 10.000 habitantes para un área dd el de otras tribus.) Sin embargo, conviene: tener 'en cuenta quec.erca d~;~
tamaño de Inglaterra. La mayoría. de la. gente son indios indígenas, divi... cuarta parte de hablantes ,nativos de la.lengua X está constiuida.por las~
didos en unas veinte tribus, agrupadas a su .vez en cinco «fratrias» (grupos mujeres casadas dispersas entre las otras tribus) y asimismo' ca¡¡Í unaeuarta.
de tribusre1acionadas). Hay dos aspectos decisivos a tener en cuenta sobre parte de la gente que vive en el área designadacomo'térritorio' de~habla X';
esta comunidad. El primero, que cada tribu. habla su propia lengua, sufi­ serán hablantes no nativos de X, por tratarse de muje,res. de otras tribusJ
cientemente distinta de las demás tomo para no. ser mutuamente inteli­ De hecho, puede que en cualquier casa-grande haya hablantes nativos' de
gibles, y, en algunos casos, genéticamente no emparentadas, '(es decir, que no una variedad de lenguas, teniendo en cuenta que loS' distintos hermanos no
provienen de una misma lengua madre). El único ciiterioporel que puo;¡ tienen por qué sentirse atraídos por chicas de la misma 'otra' tribu. Ade­
d~:distinguirse unas tribus de' otras es su lenguaje: El segundo aspectó~ más de los hablantes nativos de la lengua X habrá gente que la hable como
e,s·que)~.sd;lcofra~,~ (y así todas las veintitantas' tribus) sOÍl,exógam~~>~ uo-nativa, con todos los grados de flúidez, desde una fluidez próxima a la de
es decir, que un hom~ré no puede casarse con una mujer de la misma fratrla los propios nativos hasta una fluidez mínima. Así, cualqu~era que~ desee¡
o de la misma tribu. JUntando estos' dos factores, resulta fácil dai-sé~é!ita escribir una gramática de la lengua X tendrá que dec;ir c01!, precisión para1
de~Ja. principal, consecuencia lingüística: la mujer debe hablar una lengua quién va a ser válida tal gramática: si solamente para los hablantes nativos '.
distinta de la del marido.' del ,área de la tribu, si para todos los hablantes nativos incluidos los dis.
~:'Afiádiiilos "';tbora 'Un te~cer 'dato: eJ.::rilatrinioruo espatruoeal (la mujer 'persas entre las otras tribus, o si para todos los hablantes nati~os'o no!
y/el marido. viven en el lugar de crecimiento del marido), y ~ste una_ del área de la tribu. . ' ,
Ic·',,,,.,;.... :~.".. '·í··.:.&;;.1......• . ' .• el riigáFaeéi:¡éfu:ilent~¡:'d.¿ . ~'.'. ~~º_s~gundo lugar, está el problema, delgiscurso: ¿c61llq_seusa~~thab~
en la interacción soéial~ Hay problemas suscitados por el número de lenguas
.COllloconSé­ disponibles; así, por ejemplo, ¿cQmo se. las arregla la 'genteH::uartdoviaja 'a(
. . lingüística de esta Ilorma, la madre nO enseña a sus hijos su propia :rªvés del; t~~torio, tal como acos~braahacer:ia,',!!l~~4o?-¿.Se~poPi
. lengua, sino más bien úria lengua" que' ella h'abla·· como extranjera, como
.que deben utilizarla Je~~a,de la casa-grande.dondeestán 'de,visita:?1~1'S
'" si tododosniñosbritánicos apréndieran a hablar su'
inglés de las chiCas ex·
~~t~tnente~n(): la elecaon se hace solamente de acuerdo con lacon,,~~
. ttanjeras au~pair. Tan sólo forzando nuestra imaginación podríamos llamar
Cla. de 1.05' lllteresados (excepto en el caso de las mujeres, que, dében.,úsat!
.. ~
la lengua del marido para hablar con sushijosJ. Si el visitante no sabe hablar
• . lepgua.materna a la primera lengua de unos niños así. Las noticias que tene-
, ,,>" •

18 19
"'.
_~_"_~_~_oo _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

. .'. ". .

la lengua de la casa-grande, pero alguien sabe la suya, usarán la del visi­ n~da excepcional en el mundo en gen~ral, tal como un sociolingüista de
tante al dirigirse a éL ¿Qué hay 'que decir respecto a la lengua misma' como sillón puede deducir fácilmente del hecho de que existan unas cuatro o
tema~deconversaciótl? AquÍ,'lo que priva en primer lugar son las raZones' cinco mil lenguas en el mundo, pero sólo unos 140 Estados nacionales. Algu­
prácticas, es decir, la necesidad de saber el mayor número posible de len­ nos Estados, por 10 menos, deben de tener un gran número de lenguas, y
guas para facilitar los viajes y (para lCisjóvenes) la eleccióri de pareja: Es' muchos probablemente tienen un número bastante impórtante de ellas, con
bastante normal que se hable de una lengua, de aprender su vocabulario y un promedio de 30-35. En vista de la necesidad de comunicación .con comu­
sus frases hasta la edad andana; más aún, por lo general la gente no sabe nidades vecinas y agencias gubernamentales, parece razonable pensar que
cuántas lenguas son capaces ode hablar, y no consideran el aprendizaje de muchos miembros de numerosas comunidades son multilingües. Merece la
idiomas como una forma de ganar prestigio. Quizá sea esto 10 que debe­ pena tener en cuenta esta conclusión al leer la sección siguiente, ya que nas
ríamos suponer de una sociedad donde se espera de cada uno' de sus muestra que las comunidades monolingües, con las que muchos de nosotros
miembros que sepan por lo menos (i) la lengua de su padr~, (ií) la lengua, estamos familiarizados, de hecho son muy excepcionales e incluso 'exóti­
d~, su madre. (qge ella seguramente enseñará a sus
hijos con vistas~á' que
o cas' desde una perspectiva global.
busquen pareja en su tribu), y (iíi) la lengua franca, tukano (que puede
que en algunos casos sea también la lengua de su padre o su madre). Sin
embargo, además de los aspectos del discurso relacionados directamente con 1.2.3 Un mundo real y familiar
el mul tilingiiismo, hay muchas otras cosas que decir acerca de las relacio­
nes entre la lengua y las circunstancias sociales de esta compleja sociedad Invitamos al lector a considerar el mundo en el que él mismo ha cre­
amazónica. Por ejemplo, hay una norma según la cual, si un individuo cido. No es probable que cualquier lector haya tenido una experiencia lin­
está hablando con alguien a quien respeta, debe ir repitiendo palabra por güística tan curiosa como la arriba descrita, pero la mayoría de nosotros se
palabra todo lo que él vaya diciendo, por 10 menos durante los primeros dará cuenta, ciertamente, de que hay mucho que decir respecto a nuestros 'o'

cveinte minutos de la conversaCión. o


propios mundos sociolingüísticos, más de 10 que cabrfasuponer, y mucho
En' tercer lugar;' está ia'cuesti6ri'ae: lafelación"entreJa'Jértgti¡{:Cy~f(3 de ello sorprendentemente interesante. o o

cultura, sobre lo que pocos datos ofrecen 'los" informesdef~la:~i:egi6n:.


Con el fin de enfocar un poco la cuestión, el lector puede considerar
n?roccidental del Amazonas, pero sobre Jo que podemosa,verit4t.'ª~'.algUrias
como ayuda el imaginarse a sí mismo en una casa-grande de la región noroc­
hipótesis bastante segúras'~ Por ejempló, sería sorprendente' que alguna d~
ddental del Amazonas, razonablemente competente entukanf>, hablando
, las lenguas que nos interesan careciera de una palabra para designar 'éasa­ a los residentes sobre su lengua, igual que presumiblemente harán los indios,
grande~ o 'tribu', y podríamos esperar razonablemente que haya una pala­
viajeros en el área donde se hallen cuando se encuentran en una casa-grande
bra para «fratria» (aunque conc,eptos de tal altura carezcan a veces de nom­
cuya lengua les es desconocida. La clase de información que se esperaría
bre, como veremos en 3.3.4). Podemos igualmente predecir que muchos
de él cubriría tanto temas muy generales como muy específicos. ¿Quién o

términos pertinentes a la cultura tendrán en cada lengua palabras para ex­


o más habla la lengua? ¿Dónde viven los hablantes? ¿Saben hablar otras
presarlas, y que muchas palabras de cada lengua expresarán conceptos cultu­
lenguas? ¿Qué es 10 que dicen al encontrarse por primera vez con un extran­
rales definibles sólo en términos de la cultura en cuestión. jero? ¿Qué palabra tienen para decir «fratria»? ¿Qué nombre reciben las
En la región noroccidental del Amazonas probablemente no haya nada distintas comidas que hacen al día? ¿Hay alguna forma especial de hablar
que un lingüista pueda decir con satisfacción sobre cualquier lenguaje sin a los niños? ¿Cómo se cuenta? ¿Hay alguna forma de expresar que uno
hacer al mismo tiempo alguna complicada afirmación sobre éste en rela­ está citando 10 que le ha contado otro? ¿Cómo se da a enterider que o~ o

ción con la sóciedad. En particular, no podría decir que lenguaje estaba des­ cosa a la que uno se refiere es ya conocida al oyente? ¿Existen pronuncia~
o

cribiendo por referencia áalgi.1na comUnidad definida de antemano que 10 ciones distintas para las palabras usadas en el área de donde procede el
u~a (en la mi~ma forma en qúé pudiérasentirse capacitado para hablar, visitante? Al contestar cada una de estas preguntas, no sólo habrá sido dicho
dIgamos, del 'mglés británico' o del 'inglés de Birmingham'j. El~ piiiiéipiit algo acerca de la lengua,
o sino también acerca de uno u otro· aspecto de
o

Qtigen;~:de°:'esta;,ocóIÍlplejidád¡'~es":t,la~1!rggla,idé"Ia'~exógami;;afrlgrusticarl:'~mi~, la sociedad que la usa; y los inquisidores residentes de la casa:::gran&:'


~~i:í~~Up?P.~r~o,:demasiad9Iáe~dida:t'or,;d~tmdo~~~tp~~'9r.ig~~7is:~~ podrían multiplicar tales preguntas hasta que se proporcionara una des.
:!e:y.a~~:~~40~d~ ~~ilingüisIIiO:~iri,dividl!al ~ (o "irias,pi:ecisanieQi~,httúhi1~íí~"', cripción completa de la lengua del extranjero. . o

'~ismo), 'que hace<;difícil' deci<:Ür' quién: d habláDie~de"\:ilia'l€n~a&t&:' ~


o o Este, ejercicio tiene:por ñnalidaddar'a' entenderallector~ló nii.l~
mmada!y"quién~nó.Esta caracte!Ísticade multilingüismo extendido no es que hay que decir acercá desu propia lengua en reIación~cón la sociedad}

20 21
..
Es' mi deseo que mientras lea el libro , el lector no pierda de vista su propia . ginarnos a una persona construyendo un modelo de la coro'
experiencia e intente imaginar los resultados que se hubieran obtenido si vive (a un nivel más o menos consciente, presumiblemente), L.
'en sus propias comunidades lingüísticas se llevaran a cabo proyectos de in­ a su alrededor está ordenada en un 'espacio multidimensional', es Q
vestigación comparables a los que se describirán a continuación. trando semejanzas y diferencias recíprocas respecto a un extenso nu.u1éL\
de distintas dimensiones o parámetros. Algunas de/estas dimensiones supo­
nen diferencias lingüísticas, tales como la pronunciación de un determinado
1.3 Habitantes y comunidades fonema o palabra, y el modelo que construye abarca consecuentemente tanto
parámetros lingüísticos como variables de otro tipo. El modelo particular'
1.3.1 Conformidrd e individualismo que construya reflejará su propia experiencia personal, de forma que gente
de diferente procedencia sociolingüística construirá, consecuentemente dis­
Si la sociolingüística trata de la relación entre sociedad y lenguaje, cabría, tintos modelos referentes a la lengua y a la sociedad. '
esperar que un libro de sociolingüística trate principalmente de unidades De todas formas, el individuo no es simplemente un «autómata social»­
sociales a gran escala, tales como tribus, naciones y clases sociales. Estas que proporciona un reflejo verdadero y preciso de su pasado en su modelo"
serán ciertamente mencionadas, y se hará también mención de la impor­ actual a modo de un magnetófono que reprodUCe una grabación de su re­
tancia de algunas de ellas respecto al lenguaje, especialmente en 5.4. Sin em­ dente pasado. El individuo filtra más bien su experiencia de nuevas situa­
bargo, la sociedad está constituida por individuos, y tanto los sociólogos ciones a través de su modelo ya existente, y es 'posible que dos personas
como los sociolingüistas estarían de acuerdo en que es esencial mantener oigan hablar a la misma persona y se vean afectadas de distinta forma por
al individuo firmemente en el centro de interés, y evitar perderlo de su habla. Así, por ejemplo, un inglés y un norte~mericano que vieran la
vista cuando ~e hable de abstracciones y movimientos a gran escala,. El misma película americana, podrían detectar aspectos del lenguaje de la pelí­
hablante individual es importante en la sociolingüística, en la misma .medida cula bastante diferentes. el uno y el otro; Jo que para eJ.espéctaclor,inartea­
M que lo es la célula individual en biología: en la medida en que noentén­ mericanosupone un aspecto nuevo, el hecho de comprobar cómo. hablan
. demos el funcionamiento del individuo, tampoco seremos capaces dé enten~ los blancos' pobres' del Deep South,' para él inglés podría suponer simple.
der el comportamiento de los 'grupos de individuos. mente un nuevo aspecto de cómo hablan los americanos. Desde este punto
Más aún~ existe todavía una razón más importante para centrar la de vista, podemos esperar que las diferencias en los modelos existentes
atención sobre el individuo en sociolingüística, y que no es aplicable a la conducirán a diferencias enJos modelos futuros, inclUso donde la experien­
célula en biología (por lo menos no en la misma medida): podemos asegu" cia en la que están basados los. cambios sea objétivamente- la . misma en
rar que .no existen dos hablantes de la misma lengU4, porque no hay do~ ambos casos. (Ver McCawley 1977, para una consideración- similar de la
hablantes ·que hayan tenido la. mis1JJa experiencia de la lengua. Las dife­ adquisición de la estructura del lenguaje.)
rencias entre hablantes pueden variar desde 10 más mínimo y . trivial (en Para completar este panorama' sobre las fuentes de diferencias entre
el caso de hermanos gemelos que se han criado a la vez, por ejemplo) hasta los individuos, podelIlosyolyer.al espacio multidimensiOria:tat'qué;il~:~
diferencias completas dentro de cualesquiera límites. dados por las caracte­ ríamosantes" Hay cláras evidencias de que l~ sociedad'e~tá e~~cturad~
rísticas universales del lenguaje. Contrariamente a la célula individual, el desde un punto de vista sociolingüístico, en términos de un espacio multi­
hablante individual presumiblemente está mucho más moldeado por su expe­ dimensional, del que daremos cuenta en el capítulo 5. Basta con pensar tan
riencia (como oyente) que por su constitución genética, y su experien­ sólo en las más bien obvias formas en que la' gente puede ser clasificada;
cia consiste qe hecho en el habla producida por otros hablantes individuales, más o menos independientemente de acuerdo a los factores de •.
cada' uno de los. cuales es único. Lo que intentaremos hacer en este libro es d~~~~~~:-n' .<;!.~~; ~~~tJ/)"J?~f~sié.n). Y~'.'::"S~·_;~~iX;º~]i::p;~:a;;:a:~~~~~~
dimensIonal) . sIendo' cada.uno. de los e .

ver la sociedad desde dentro, por así decirlo;. adoptando el punto de vista
'. del· sujetoindividtíal que habla y oye a otros individuos, más que obser­
iriaf~i Una Vez q.J:~' iúgu¡en:h~'- .... '.' .'. .
un nioaclo~-de cómo presentar

."larlo desde· fuera, como, podríamos imaginar que hace' un gigante. que pu­ este espacio multidimensional desde su punto de vista, entonces debe deci-.·

diera ;:ver: la comunidad como un todo y pudiera empezar a disecarlo, pero dir dónde colocarse él mismo dentro del modelo. El lenguaje es tan s610.

.; que' no·' poseyera todavía un microscopía lo suficienteme:ilte' poten te .que ~ aspecto del panorama, naturalmente, pero un aspecto particularmente

le permitiera ver al hablante~individuaI. . unportante, porque proporciona al hablante un conjunto de símbolos muy

claramente estructurado, que puede usar para situarse en' el mundo. Si

f. ',¡.I)~'H~:#i~i!s;lasing1Jlati4ad ~eJpasado socio1ingü!~gco de cadá;~


;,':j?~~2¡j.~~11~?2i(:i(fuente de diferencia entre loS hablaí:iteS!iPodemos ima­ imaginamos un niño que viva en una zona donde existan dos grupOs~ '"

.
,\- ..:;.:,

23
1
\
~~--- ---~-----.-
..._--~---------------------------------------
"1,

1so menos su misma edad, y él pertenece claramente a uno y suele ser típico de comunidades lingüísticas muy pequeñas y entrelazadas
upos, es casi absolutamente probable que modelará su forma (tales como los grupos de la clase trabajadora de Belfast,que estudiaremos
,,~.:úcipalmente según la forma de hablar de los demás niños del en 5.4.3), o de sociedades donde eXiste una lengua escrita muy estandari­
~ (1 que se ha juntado, porque ése es el modelo que él ha escogido. zada, como es el caso del sánscrito o del francés~ Se da difusión, por otra
M . ,..:as..palabras;.' cada '. frase'. de su'.'habk:.puede' ser considerada::'com6:':
o tiifi parte, donde no eXiste ninguna de dichas condiciones. Un ejemplo extremo·
E~icTO:PE~IDENTIDAD 'en
un .' espáció"multlcli:ffiénsionaI!(Le P~ge'~i977a:Y;; sería el romani, lenguaje de los gitanos. Naturalmente, no cabepregun"
Page et al. 1974). tarse sobre la distinción clara entre enfoque y difusión, pues se trata más
A pesar de 10 expuesto en los últimos párrafos, en los que hemos hecho bien de los nombres que aplicamos a los dos extremos de una escala en la:
hincapié sobre el punto de vista de la variación individual entre los hablan. que queda englobada cualquier soc~edad o parte de la misma. . ' ..
tes, podemos quedar impresionados por el cúmulo de concordancias que Sorprendentemente, nunca ha sido señalado que los individuos puedan.
habitualmente se da entre los hablantes, y que ilustraremos igualmente en ser más o menos conformistas por lo que respecta al lenguaje, aunque evi­
,el capitulo 5. Cabe \señalar ,que.' el:· grado~:~de:~,semejanzaC;q'Ue'ericontramos} dentemente es concebible que tales diferencias eXistan. Para mostrar que
'generalmente entre los háblantes suele ultúípasar hminin:iáment~ necesario"­ si eXisten, sería necesario encontrar diferencias, por ejemplo, en la medida
para una 'comunicación eficaz; Por ejemplo, y contrariamente a ·10 que en que los individuos mantienen diferencias de morfología. No sería sufi­
afirmaba Ferdinand de Saussure, padre de la tradición estructural en lin­ ciente mostrar que, algunos individuos rechazan el modelo de sus padres
güística, no es suficiente que el hablante mantenga dos fonemas vocálicos (tal como claramente lo hacen), puesto que ello sea debido probablemente
adyacentes distintos el uno del otro: la particular pronunciación que haga a que se están conformando a un modelo distinto (el de su grupo) más que
de los mismos debe ser precisamente la misma que haga la gente que él
toma por modelo. De la misma forma, las restricciones sintácticas sobre el
f a nigún modelo en absoluto. Puede que también haya diferencias individua­
les en la disposición para crear vocabulario nueve o para usar el lenguaje
uso de determinadas palabras serán copias más o menos exactas de las res­ metafóricamente. En tal caso el individuo 'creativo' estaría yendo más allá
tricciones hechas por la otra gente (por ejemplo, todos los hablantes de in­ de las normas aceptadas" y quizá rompiéndolas en circunstancias especiales
glés están de acuerdo en restringir el uso de pro/;able al uso de las cláu­ (por ejemplo, en poesía). De todas formas, parece que tal creatividad se
sulas con that, contrastando con su sinónimo likely, que puede usarse desarrolla contra una plataforma. de un sistema lingüístico normal y confor­
~bien con thát bien con infinitivo. mista.
Muestra del triunfo de la conformidad sobre la' comunicaCión'eficaz sea
,, quizás el área de la morfología irregul~r~ donde la ~Xistencia de'.~erbos o'
,.
nombres irregulares en una lengua <:omo el inglés noesrentabl'e;desde el 1.3.2 El desarrollo sociolingüistico del niño
punto de vista de la comunicación:, Cm hace más fácil la vida del hablante
nl1adel oyente, ni la del aprendiz de la lengua). La eXistencia de tales irre­ Aunque podemos suponer que cada hablante posee una experiencia lino
gUlaridades •únicamente se explica por la necesidad de cada individuo por güística única, y que en base a ella desarrolla una. gramática única, es posi­
aparentar conformarse, una por una, a las mismas reglas que' las personas ble hacer una serie' de observaciones generales acerCa de ~os' estadios' "E2f¡
a las que toma por modelo. Como es bien conocido, los niños tienden a usar los que pasarán los .niños dqrante su desarrollo soci6lingüístiéo: Sin embar- .
,fermas relativamente regulares (tales como goed en vez de went), pero go, hay que subrayar desde un principio que las siguientes generalizacio­
• abandonan m~s tarde estas formas para asemejarse a otras personas que ya nes deben ser consideradas cemo hipótesis provisionales;más que como con:
.las habían abandonado antes. . c1u~iones obtenidas de una investigación, puesto que están basadas en una
.oLas;~d()s.:i!~~~as'~:que,acabamos. de considerar~i la~qúe ~conduCe ,á:.' dif'e~, investigación de un corpus muy pequeño y corroborado por la evidencia de
. ~t.~!~~~~ale~ii~la!~ue'~:Oili:l~~e';a~~1!léjanias:'eritrej'1ºS:1Í1:iqiViéIp~~) algunas alléCdotas. _ .
;BJ;u'id.en-:jser,úIenominadas';ttpot ~!=Q!lY:eWe~Si!i#~ÍVIDti.AtISMQ:¡Y:· . . ,.' :~t La.primera;" generalización . . ,ha~e·.·. referencia' c a' 'los rillxleloS:;lliíghlSti~
;ae
'P:AI>l L~;.Cantidad· de variación :que.'sé da hecho'eñ"tina aete .'ce..' q ue
' ......,_"...,': ·-e',.paramuChos
eL niño:7<".'gu~=,·
si .......... ',' ,'. .!iifios'-eC'roceióes'e:r
. . ' o . ".'.. ,P. , .......,
$'-- iente?t
}gt;I... . iiriiero~IQ
,........".. R., ".*.... "t,ij

·tp.~da~(dep~rídel:á(ie:ta~;'potenda~; rélát!vás "de estas. dos' fu~#ís~;;'dé'fói:1ñf


Oo. Oo.

paQre'§)ltisg~19~i;,.,ºrápaq~.i:?~.Jtíeg<5J<'.~ ..~9WJ2.s1 William Labov ha sugerido


.. ',. ~U$:~:.~~~1.~edad~;.pred0IIlÍ?ar~}a A)ñfofIriidad'yei:cotrai'eni:iQiVidti~:'l (1972a: 138) que el modelo de los niños es el de sus padres hasta los .3 6
.'Jis!Dct ~,9~:~.~ag~(1968a)"lla':súg~idó:los' téirriióos 'ENFOQúE"'f))i:~} 1 años, después de 10 cual el de sus compañeros reemplaza al de sus padres
. SlÓNi;Pru:~r~ás~aos:clases dé'sit\iáéión; se' da énfoqueaonde hay un' alto hasta los 13 años, edad en la que (presumiblemente) empieza a mirar al
.grad? dec9~~cto entre los hablantes y concordia sobre normas lingüísticas, mund91~ los adultos hacia el que se va moviendo. De todas foroias, la
. .,~ . ..~ ::"'.1.:).:­

24 25
..."
;¡¡;.' .
.
" . .. ttaÍlsicióIi del modelo de los padres al de los compañeros se ha situado en . cialmente la televisión, y también aquí el niño debe darse cuenta de la
diferentes edades por los diversos investigadores, variando desde los 4 a variación de las formas de habla, aunque puede que afecten a su propia
·6 años (Rackett 1958: 361) hasta menos de dos años (en diversas anéc­ habla normal sólo superficialmente, si es que la afectan en algún modo .
. dotas personales, y también Bolinger 1975: 334). Está claro que, por otra Como señalaremos más adelante, puede que sea capaz de 'cambiar' de
parte, más tarde o más temprano muchos qiños suelen preferir el modelo de' estilo de habla según actúe con un papel u otro.
sus compañeros al de sus padres (aunque está igualmente daro que algunos Fijémonos ahora en una pregunta relacionada con esto: ¿a qué edad
no 10 hacen nunca así, según se desprende de mi experiencia personal y por suelen darse cuenta los niños de la importancia social de las distintas for­
anécdotas como las de Labov [1972a: 307]). Es fácil hallar pruebas que­ mas del habla? Parece que ya desde edad muy temprana se dan cuenta A;.}
confirmen esta afirmación. Por ejemplo, müéh6s·....Iiiños de eriügrantes'da la existencia de distintas' formas. de habla y del hecho de que haydif~:~
primera gep.eración en ciúdades:británicas .. tienen un acento indistinguib1e~ rendas sociales entre ellas. Se ha dicho que los niños educados en un en­
de 'sus amigos no-inmigrantes,YeS'impósible"qlk hayan podido adqui-' torno bilingüe ya a los 18 meses (Ronjat 1913, citado en Weinreich 1953)
rirtal acento tomando a sus padres como modelo~ . son conscientes de la existencia de dos sistemas lingüísticos distintos. Algu­
. Más interesante' aún, y quizá más sorprendente, resulte la prueba de un nas anécdotas sugieren que esto puede suceder incluso antes, aunque otros
fenómeno denominado AdE-GRADING ;'(Hockett 1950), que aparentemente ponen el límite después de los 18 meses. Por ejemplo, Robbíns Burling
se produce en muchas sociedades. Age-grading significa que hay formas lin­ cuenta (1959) que su hijo aprendió el garo (lengu:l tribal del nordeste de la
güísticas usadas sólo por niños en su estadio de orientación hada sus India) de su niñera al mismo tiempo que aprendía inglés de sus padres, y
compañeros, y que se transmiten de una generación de niños a la siguiente que tenía aproximadamente 2 años y tres meses cuando se dio cuenta de que
sin que nunca sean usadas por los adultos'. Puede que tales formas sean muy gente distinta hablaba lenguas distintas; sólo entonces pudo saber quiénes
arcaicas en comparación con las formas de los adultos; así, por ejemplo, eran capaces de entender su garo antes de empezar a hablar. Antes de esto
entre los negros norteamericanos, son los niños los que usan formas más --<:llando tenía 18 meses- se había dado cuenta de que muchas cosas
cercanas al criollo, del que se supone que se ha desarrollado el inglés em~ . tenían más de una palabra para designarlas, tales como el inglés milk y el
," 'pleado por los negros norteamericanos (Dillard 1971). Igualmente, muchos garo. dut, pero todavía. no había hecho la considerable abstracción de la exis.­
de nosotros aprendimos una gran cantidad de cultura oral'cuando éramos' tencia de dos sistemas separados.· Por lo que respecta a las diferencias
niños --canciones;.poemas, sonsonetes y demás---:. que ahora hemos olvi­ dialectales, e.."'¿sten .pocos 'datos referentes a los niños pequeños, pero parece
dado que los supiéramos alguna vez, y que ciertamente nunca usamos en adecuada la hipótesis de que son capaces por 10 menos de d~rse cuenta de.
nuestra vida de adultos (1. & P. Opie 1959). Por otra parte, algunos in­ tales diferencias para la época en la que empiezan a modelar su lengu'a-'aé
vestigadores han sostenido que es el estadio de orientación hacia los acuerdo a.t modelo de sus compañeros, y que se darán cuenta de dife­
compañeros el que pone las bases para el lenguaje de la época' adulta, a rencias dialectales en la medida que sean diferentes la lengua de sus padres
pesar de las características de lenguaje no-adulto, que serán luego abando­ y la de sus compañeros.
nadas: Suponiendo que un niño ha aprendido que dos lenguas distintas o dos
Lá esencia dé muchas lenguas se transmite principalmente a través variedades de lengua son sistemas distintos, usados cada uno de ellos por
de las sucesivas generaCiones de edades comprendidas entre los gente distinta, ¿cuánto tiempo tarda en darse cuenta de los prejuicios
cuatro y los diez años: el ardor de las competiciones 'infantiles positivos y negativos que los adultos tienen respecto a cada una de estas
y las sacudidas de prestigio en la Infancia hacen más para moldear, variedades? ¿Y cuánto tiempo tarda el niño en adoptar estos prejuicios
para toda su vida, los patrones del habla de un individuo de­ él mismo? Otra vez existen pocos datos al respecto, y en cierto modo son
te.mi.inado q~e cualquier contacto con los adultos. (Hackett 1958: contradictorios, pero veremos (6.2:4) que hay al menas algunos. que in­
361; cfr. Labov.1972a: U8.) . . " .' dican con claridad que hay algunas comunidades en las que niños de tan
sólo 4 años han llegado no sólo a darse cuenta de tales prejuicios, sino.que
El pan~~ma"~e~:ácíiliam6é&"'p~¿~eiri'"~~:r1fi~tS(sIo¿a!'loi:módeloS'~ ellos mismos los han adoptado ya. Por otra parte; esto no es lo mismo que
que. el niño :adopta'paJ:a' su:~.b~~ñPrlllaI¡~~*nodehenios+olvidar",:que . decir que los niños de cuatro añoS'han desarrollado por completo los prejui­
aly . • . ..>. tá', . .. .. -<._=" '. ·····aÉde1:;;müñdii" cios de los mayores, y podemos suponer sin riesgo, basándonos enotros da­
tos, que sus prejuicios siguen desarrollándose a'10 largo de su niñez y ado-'
I 1escencia. De hecho, no hay razón para suponer que el proceso se interrum­
pa completamente alguna vez.
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1

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¿Q~éhabrfa que decir respecto al habla del mismo niñ6?¿Cómo se de este libro!, como toda la labor llevada a cabo en la lingüística descriptiva, .
desarrolla en relación al entorno social? De
nuevo, las escasas investiga­ histórica y teórica, en la medida en que úna tal labor no ha sido viciada
por el descuido de no' haber tomado en consideración el contexto social.
ciones hacen que las afirmaciones sean' provisionales, pero es claro que los
niños, desde una edad aún muy joven, adaptan su habla al contexto SQ... ¿ Hasta qué punto debemos ser pesimistas respecto a las posibilidades
'cial. Tan pronto como empiezan a hablar, lo hacen de distinta forma a gente' de rescatar lo que de valor permanente haya en los trabajos de la lingüís­
distinta (Giles & Powesland 1975: 139), lo que no es nada sorprendente si tica anterior? Sería ciertamente equivocado abandonar los resultados de la
pensamos que su habla es justamente un aspecto de su comportamiento lingüística asocial como si fueran simplemente falsos. Debemos pensar
~social, y si recordamos que se comportan de distinta forma con gente dis­ más bien que se trata de una lingüística incompleta, igual que los lingüistas
tinta ya desde poco después de nacer. Más aún, desde una edad muy tempra­ de los años' 70 consideran incompletas las gramáticas anteriores porque
na --en el primer año, antes de haber aprendid<*ninguna de las formas de poco tenían que decir respecto a la sintaxis y muchó menos aún respecto a
los adUltos-- utilizan ruidos distintos con fines distintos, como cuando piden la semántica o la pragmática. Si nos hemos dado cuenta de la cantidad'
algo o quieren significar algo como '¡oye, mira esto!' (Halliday 1975). Igual­ y calidad de información social que debía haber sido proporcionado como
mente, una niña de 23 meses separaba deliberadamente las sílabas para base para una gramática, corremos menos el peligro de vernos inducidos a
pronunciarlas más claramente cuando no se la entendía (Weeks 1971). pensar que las lenguas son sistemas de reglas autocontenidas y nítidas.
A los tres años el niño de padres bilingües probablemente será ya Igualmente, si nos hemos dado cuenta de que juicios de 'gramaticalidad',
capaz de mantener sus dos lenguas separadas la una de la otra en su misma 'corrección', 'aceptabilidad' y demás, reflejan no sólo las propiedades de la
.habla, y cualquier niño de tres años puede haber empezado a practicar frase en cuestión sino también la base social del juez, y en particular sí
una variedad de papeles como el de niño, doctor o cowboy (Weeks 1971). el juez es o no lingüista (Martin, Bradac & Ellíott 1977), no nos preocupa­
El papel de 'niño' es un papel particularmente interesante, por cu~to ríamos tanto cuando los lingüistas no acaban de ponerse de acuerdo sobre
que los niños se van mejorándo en su representación, más que empeoran­ tales decisiones. Al mismo tiempo, naturalmente, hay que reconocer que
do, como cabría suponer a partir de un punto de vista ingenuo del lengua­ las teorías del lenguaje que se han desarrollado durante las últimas. déca­
je infantil, que consideraría a éste como residuo de su propia infancia (Berko das tendrán todas seguramente serias deficiencias como resultado del punto
Gleason 1973, Sachs & Devin 1976). Un niño de 4 años es ya :bastante de vista asocial de sus proponentes, y queda el problema de identificar· estas
versátil. Tal como dice Jan Berko Gleason (i973): «Los niños de 4· años deficiencias con el fin de decidir qué partes de la tradición son todavía acep­
pueden lloriquear a sus madres, métersej:!n intrincados juegos verbales con tables.
sus compañeros, y guardar sus historias narrativas, discursivas, para sus ami­ Los hallazgos de la sociolingüística, tal como se describen en este li­
gos de mayor edad:» No hay razón para pensar que exista Un punto final bro, cuestionan buen número de puntos de vista bastante extendidos .. En
en el proceso de adquisición dj:! nuevos estilos de· habla, ni para llegar a el capítulo 2 se proponen las razones por las que se pone en duda la hi­
Alcanzar metas más sofisticadas en el uso de los estilos que ya se poseen. pótesis de que el lenguaje es un sistema discreto e identificable, que está
formado por dialectos que pueden seguir subdividiéndose hasta llegar al
individuo como depositario del 'dialecto más pequeño'. En el capítulo 3
;(1.4 Resumen .y conclusiones se muestra que el 'conocimiento del lenguaje' puede que de hecho no sea
algo claramente distinto, o distinto en absoluto (incluso sin claridad), del
. En la sección segunda de este capitulo introductorio hemos conside­ 'conocimiento de la cultura'. En el capítulo 4 se indica que el habla, cua­
rado tres tip9s de sociedad muy distintos y hemos mostrado que, a pesar litativamente, no es claramente diferente de otros aspectos del comporta­
de que lorelativamen~epoco que hay ,qué decir del lenguaje divorciadó de miento social, sino que algunos aspectos de la estructura del lenguaje pue­
su contexto social (1.2.2) ;: hay mucho .que. decir del lengJaleen relacian den ser descritos adecuadamente ~ólo por referencia al habla como como'
c~n laso~edad. Si la «lingüística» es distingmble de; la sociolingüística' .tan portamiento sodal. En el capítulo 5, en cierto modo la parte central dd < ..'
solo:en vIrtud de sufalta de perspectiva· social, su materia:de estudio será. libro, trataremos de la variabilidad de formas que se usan al hablar; se
nruy. restringida, y podemosconcluirrazonablem~te que el estudio denen­ muestra que no existe una tal'· gramática homogénea, sea tanto para un
gU~le desde un punto de vista asocial. casi nómerecelapena:',En efecto,la individuo como para una comunidad, sino que el hablante hace uso de
... parte 'socio-' de 'sociolingmstica'es reduridante; yla lirigüísticadebe in. una variabilidad extraordinariamente sutil de la que dispone para ubicar-'
. cluir.tantoel estudio del lenguajeen",el que el contexto social se 'toma se él mismo en la sociedad. El capítulo 6 trata de dos aspectos distintos.
explícitamente en consideración (como ,se hace en los capítulos"siguientes Primero, el del uso que hacemos de la varIabilidad como oyentes, con ,el
. - :' " .. '<.
. 28
fin de ubicar a los demás.en la sociedad, dando así a entender que todos
nosotros poseemos ima conciencia muy bien desarrollada del significado
social de las diferencias de pronunciación (entre ¿tras cosas). Podríamos .. VARIEDADES DEL LENGUAJE

preguntarnos si esta conciencia debería estar incluida en el 'conocimiento


lingüístico' que intentamos abarcar en la-gramática. Las dos últimas sec-·
ciones del capítulo 6 tratan de la segunda cuestión, la de si existe alguna
forma por la que podamos hablar con razón de la lengua de alguna gente
como 'inadecuada', para concluir afirmativamente siempre que se tomen
en consideración las exigencias sociales que se ponen en el lenguaje.

2.1 Introducción

2.1.1 Afirmaciones globales y específica;

Nuestro propósito en este capítulo es ver. hasta qué punto resulta po­
sible describir las relaciones del lenguaje con la sociédad en ~érminos de
categorías lingüísticas 'globales' tales como 'lengua X' o 'dialecto Y', y ca­
tegoríassocia1es globales como 'comunidad z'. En la medida de lo posi:
ble, las relaciones en cuestión deben ser tratadas en función de tales cate:.
gorías globales, y no deben hacer referencia a elementos lingüísticos in­
dividuales contenidos en el 'lenguaje X' ni a miembros individuales de la
'comunidad Z'. Por otra parte, veremOS que no siempre es posible hacerlo
así --de hecho, es dudoso que pueda hacerse así alguna vez- y que algu­
nos elementos lingüísticos por lo menos, tales como los elementos del vo,,:
cabulario, son distintos de todos los demás elementos en función de la
clase de persona que las use o las circunstanóas en que se use. De igual
forma, tal como vimos en el primer capítulo, podemos suponer que cada
individuo es único en su comunidad respecto al lenguaje. En la· medida
en que diferentes elementos . lingüísticos mantienen relaciones distintas
con la sociedad (según la gente y las circunstancias),. es evidentemente ne­
cesario describir estas relaciones por separado para cada elemento. ASÍ, por
una parte tenemos afirmaciones acerca de las categorías globales, como
los lenguajes en su totalidad, y, por otra parte, tenemos· afirmaciones .
acerca de elementos lingüísticos individuales; y en cada caso la afirma­
ción se refiere a los hablantes bien como miembros de alguna comUnidad
bien como individuos.·
Las preguntas que surgen son complej~s y sorprendentemente difí.
ciles de contestar, pero son importantísimas para cualquiera que esté" in­

30 31
,

teresado en la naturaleza del lenguaje en general o en,Jas relaciones del da de la estructura lingüística. Los que aceptan algúna versión de la lin­
lenguaje con la sociedad en particular. ¿Cómo deberíandefiníÍse categorías güística generativo-trarisformacional (como, por ejemplo, en Chomsky 19.65}•.
lingüísticas globales como 'lenguaje X'? ¿Cómo deberían delimitarse sus , dirían seguramente que los elementos lingüísticos son (i) los elementos :lé:' ,
aspectos particulares? De hecho, ¿se cor.J:'esponden estas categorías cQn xicos, Oi) las reglas de distintas clases (para combinar pronunciacióri·'y ..
alguna clase de realidad objetiva de modo que tales categorías tengan sen. significado de los elementos léxicos de las oraciones), y (iii) las resttic-,~ ~'
tido? ¿Pueden distinguirse distintos tipos de categoría global (por ejem­ dones de distinto tipo sobre las reglas. Según esta teoría, deberíamos po­
.
plo 'lengua' frente a 'dialecto')? ¿Cómo se relacionan las categorías glo­
.~

der esperar afirmaciones sociolingüísticas referentes a elementos léxicos in~


bales las unas con las otras? ¿En qué consisten (es decir, son categorías dividuales, a las reglas y a las restricciones. Por otra parte; no todos los'
de qué)? ¿Cómo deberían definirse las comunidades con vistas a tales lingüistas aceptarían esta respuesta. Por ejemplo hay una respetable tra­
propósitos? ¿Las comunidades definidas por criterios lingüísticos tienen dición en lingüística de referirse a 'construcciones' en vez de reglas (por
alguna clase de objetividad real? Y así sucesivamente. Es aún demasiado ejemplo Bolinger 1975: 139), donde una construcción es un modelo abs­
pronto para dar respuestas definitivas a la mayoría de estas preguntas, pero tracto como 'adjetivo + nombre', y según esta tradición la respuesta in­
es posible plantear serias dudas sobre algunas respuestas que se han dado cluiría tanto a las construcciones como (o, incluso, en vez de) las reglas y
y que han sido ampliamente aceptadas. las restricciones.
En resumen, podremos mostrar que las cosas son mucho más comple. Afortunadamente, en este libro 110 tenemos que decidir entre estas res­
jas de lo que muchos lingüistas creen, aunque puede suceder muy bien puestas, pero parece adecuado que una perspectiva sociolingüística de la
que al lector con menos dedicación a la lingüística le parezca que su visión estructura del lenguaje ayude a eliminar algunos de los candidatos. Su­
del lenguaje, normal y de sentido común, se ajusta bastante bien a los pongamos, por ejemplo, que frases como 'The liquid was boiled' son pre­
hechos. Por otra parte, mucha gente normal suelen preguntar a los 'profe. feridas a frases como 'We boiled the liquid', o 'The liquid was boiled by
sionales' cosas como: «¿Dónde se habla el cockney verdadero?» y «El crio­ us' *' en los informes científicos. Con el fin de establecer este hecho, nos
llo de Jamaica, ¿es o no una clase de inglés?», con el convencimiento de es necesario relacionar la primera clase de oración con el contexto social
que tales preguntas son realmente significativas, mientras que veremos que relevante, pero ¿cómo deberían definirse tales oraciones? Si tan sólo pue­
éstas son cuestiones que no pueden ser investigadas científicamente. Es den definirse por referencia a dos reglas distintas (una para construir la
posible, pues, que haya algunas sorpresas en este capítulo, tanto' para el oración pasiva, la otra para eliminar la 'persona agente', en este caso by
lector profesional como para el lego gola materia~por 10 menos por lo us), entonces podemos dudar de si el análisis es correcto, puesto que nin­
que respecta a las conclusiones, aunque muchos de los hechos en los que guna de las reglas es un elemento lingüístico completo. En contraposición,
~e basan no. tienen nada de sorprendentes. puede fácilmente hacerse la afirmación por referencia ala construcción
en cuestión (abstractamente) como 'pasiva sin agente'.
Más adelante veremos en este mismo capítulo aspectos que demostra­
2.1.2 Elementos lingüísticos rán que elementos lingüísticos distintos de 'la misma lengua' pueden te·
ner una distribución social distinta (en función de los hablantes y de las
La discusión será más fácil si disponemos de algunos términos que circunstancias), y podemos suponer que es posible que la distribución so­
podamos usar, puesto que nos es necesario distanciarnos algo de los con. dal de un elemento lingüístico sea única. De hecho, es más difícil demos.
ceptos representados' por las palabras lengua y dialecto,' que son un re. trar esto que el hacer ver las diferencias existentes entre los elementos
flejo razonable de nuestra cultura lega denominada 'conocimiento de sen­ seleccionados, puesto que nos sería necesario comparar el elemento que
tido,común' (ver 3.1.1), pero no útiles en sociolingüístíca.' En primer se supone único con cada uno de los demás elementos de la misma lengua,.
lugar, nos hace falta un término para las 'partes del lenguaje' a que deben precisamente para asegurarnos de EJ.ue ningún otro. elemento .tiene la mis­
hacer referencia' 'algunas afirmaciones sociolingüísticas;, cuando no sean ma distribución, Así, por ejemplo, es fácil hacer ver que la disúibuCÍón
posibles afirmaciones más globales. ,Hemos ~ utilizado ya el téimino ELE­ de'las palabras que se usan en Inglaterra para she (she, her, hoo, shoo) es
MENTO LINGüíSTICO (2.1.1) y continuaremos utilizándolo como 'término bastante -distinta de la usada para las palabras para d11t (am, is, be, bin)
técnico.' ", :;, (véanse mapas en Wakelin 1978: 21, 23). Lo que no resulta fácil, es ,ha.
,,'.. ~Qué es un elemento lingüístico? En la respuesta a está pregunta está
~p~cada Ja>,teoríaJde la, estructura lingüística, y la gente dará respuestas .. Se hirvi6 el ,líquido, hervimos' el líquido, el líquido fue hervido' por nosotros,
dis1:lntas ,segun que, teona crean' que' proporciona una 'vision,' niás adecua­ (N. del T.)

32 33
una variedad puede. contener simplemente un puñado de elementos, o in­
• cer ver que ninguna de estas formas tiene la misma distribución (por ejem. cluso, en caso extremo, un único elemento, si se define en funció~ de l,?­
plo, es usada por exactamente los mismos hablantes bajo las mismas dr. esfera de hablantes o circunstancias con las que el elemento se aSOCl>l.. As!,
. cunstancias)¡ que cualquier otra palabra. Sin embargo, no hay ningún me· por ejemplo, podría definirse una variedad que consistiera ep los ele.men­
canismo conocido que pueda impedir a los elementos el tener distribu­ tas usados por una familia o población determinada. Así, una varIedad
ciones únicas, de modo que parece razonable suponer que algunos de ellos puede que sea mucho menor que un 'lenguaje', o incluso que u~ 'dialect~'.
las tengan. La flexibilidad del término 'variedad' nos permite preguntar que base eX1S­
te para postular el 'paquete' de elementos lingüísticos a .los queconven­
cionalmente asignamos etiquetas como 'lenguaje', 'dialecto' o 'registro'.
2.1.3 Variedades de lenguaje ¿10 hacemos porque los elementos se agrupan ellos mismos en grupos na­
turales, unidos por un lazo de relaciones estructurales de alguna clase que
. Si se piensa en el 'lenguaje' como unfenómeno que incluye todas las los entrelaza, tal como ha sido indicado poi: la tradición 'estructural' del
lenguas del mundo,· el término VARIEDAD DE LENGUAJE (o simplemente siglo xx? La respuesta que nos ofrecen las siguientes secciones vuel.ve
VARIEDAD, para abreviar), puede usarse para referirse a distintas mani. a ser negativa: los haces en los que pueden "grnp~rse los elementos lm­
festaciones del mismo, justo ál igual que se puede tomar la 'música' como güísticos están atados de forma bastante laxa, y les es muy fácil despla­
un fenómeno general y distinguir entonces distintas 'variedades de mú· zarse entre los mismos hasta el punto de que los haces pueden de hecho
sica'. 10 que hace que una variedad de lenguaje sea distinta de otra, confundirse. En la sección 2.5 se discutirán los casos extremos. .
son los elementos lingüísticos que incluye, de modo que podemos definir Para concluir, las discusiones sobre el lenguaie en relación con la so­
una variedad de lenguaje como el coníunto de elementos lingüísticos de ciedad consistirán en afirmaciones referentes, por parte del 'lenguaje', bien
similar distribución social. Esta definición nos permite denominar a cual­ a elementos lingüísticos individuales, bien a. variedades, que son conjuntos
quiera de las siguientes 'variedades de lenguaje': inglés, francés~ . inglés.. de tales elementos. No hay restricciones para las reladonesentre las va­
londinense, inglés de comentarios futbolísticos, lenguajes utilizados porIos riedades:. pueden sobreponerse, y una variedad puede. incluir. otras. La .ca.­
miémbrosde una determinada casa-grande de la cuenca noroccidentaldel racterÍstica que define una variedad· es su relación. relevante para. con la
Amazonas,' lenguaje o lenguajes empleados por una persona determinada.' sociedad; en otras palabras,. por quién y cuándo se utilizan los elementos
Se podrá ver .por esta lista que la misma noción de 'variedad' incluye en cuestión. Saber hasta qué punto las nociones tradicionales de 'lenguaje',
ejemplos de. lo que normalmente se llamarían lengUaj~~ dialectos y regis­ 'dialecto' y 'registro' se corresponden con. variedades definidas de' esta'
. tras (término que aproximadamente significa 'estilo', tema que tratare­ forma; es una cuestión empírica. Cómo veremos en las secciones siguien­
mos en la sección 2.4). La ventaja de tener un término general que abar­ tes, la correspondencia es, en el mejor de los casos, sólo aproximada, y
que todos estos conceptos, es que nos permite preguntar qué base existe en al!llinas sociedades (e individuos) puede que sea extremadamente difÍ­
para hacer una distinción entre los últimos términos: por ejemplo, ¿por cil id:ntificar variedades que se correspondan incluso grosso modo con las
qúé a' algunas variedades las llamamos lenguas, y a otras dialectós distin· categorías tradicionales.
tos de esa misma lengua? Las seccioneS 2.2, 2.3 y 2.4 tratarán precisa­
mente de estas cuestiones, y nos llevarán a la conclusión de que no hay
ninguna base sólida que nos permita hacer tales distinciones. Esto nos 2.1.4 'Comunidades lingüísticas'
deja únicamente con el término general de 'variedad' para referirnos a
lo que el lego llama 'lenguajes', 'dialectos', o 'estilos'. Llegados a este punto,puede que sea provechoso discutir la clase de
· .... ' Esta-.conclusión puede. parecer un tanto radical, pero la definición de comunidad. con la que pueden ponerse en reláción variedades O elemen­
."variedad'dada arriba y los ejemplos qué se dan en la lista sugieren in­ tos. El término COMUNIDAD LINGuiSTICA es. ampliamente usado por los
·cluso una 'desviadón mayor de la tradición lingüística. Se notará que el sodolingüistas para referirse 'a una comunidad basadaeri un. lenguaje. Si
tratara todos los lenguajes de cualquier hablante multilingüe, o comuni. las comurudades lingüísticas pueden ser delimitadas, 'entonces también pue­
· ;::da:d , cOmo. una única variedad; es coherente con la defiriición, puesto que den ser estudiadas, y. quizá sea posible encontrar diferencias interesantes
· .. todos los dementas lingüísticos itJ;¡plicados tienen una' distribución social entre comunidades que se correlacionan con diferencias en su lenguaje. El
similar: son usados por el mismo hablante o comunidad. Es decir, una estudio de las comunidades lingüísticas ha interesado a los lingüistas des­
. 'V&i~ad '.~~e!' .mucho más extensa que un estrato. 'lenguaje', y puede de hace algún tiempo, por lo menos desde que Leonard Bloomfie1d;~edi~
'ihctwr.:.:,:·~erode lenguajes distintos. A su vez, según la definición,
~<.,. ':~~.~:::.
35
..34
,.

. . c6 un capítulo a las comunidades lingüísticas en su libro Language (1933: lingüísticas entre los miembros de dentro de una comunidad lingüísticá y.
cap. 3). Sin embargo, se ha dado una confusión y un desacuerdó considera. los de fuera (1968): . .
bIes sobre el signí:6.cado exacto de comunidad lingüística, tal como muestra
este repaso de algunas citas: La comunidad lingüística: cualquier conjunto humano caracteri­
1) La definición más simple de 'comunidad lingüística' es la de John zado por una. interrelación regular y frecuente por medio de un
Lyons (1970: 326): cuerpo compartido de signos verbales y disiinguiblede otros cor;t­
juntos semejantes por diferencias signí:6.cantes en el uso del len~
Comunidad lingüística: toda la gente que emplea una determinada . guaje; .
lengua (o dialecto).
Contrariamente a la definición (2), esta última no exige que haya sólo
Según esta definición, las comunidades lingüísticas pueden entrecruza~se
una lengua por cada comunidad lingüística. El resultado de poner el én­
(allf donde haya individuos bilingües) y no tienen por qué tener una uni·
fasis en la comunicación y en la interrelación, como se' hace en estas dos
dad social o cultural. Claramente, sólo es posible delimitar las comunida.
últimas definiciones, es que comunidades lingüísticas diferentes tenderán
des lingüísticas en este sentido en tanto sea posible delimitar lenguas y
a no imbricarse mucho, por contraposición a las primeras definiciones, se.
dialectos.
gún las cuales el entrecruzamiento surge automáticamente con el bilin­
2) Una definición más compleja es la dada por Charles Hockett
güismo.
(1958: 8):
5) Una definición relativamente reciente pone el énfasis en las acti­
tudes compartidas respecto al lenguaje, más que sobre el comportamiento
Cada lengua define una comunidad lingüística: el conjunto entero lingüístico compartido. Es la dada por William Labov (1972a: 120):
de personas que -Se comunican unas con otras, bien directamente,
bien indirect¡¡mente, a través del lenguaje común. La comunidad lingüística no viene definida .por un acuerdo. se­
ñaladosobre el uso de los elementos lingüísticos, tanto como por
Se añade aquí el criterio de comunicación dentro de la comunidad de
participación en un conjunto de normas compartidas; tales nor­
forma que si dos comunidades hablaran. ambas la misma lengua, per~ no
mas pueden ser observadas en tipos manifiestos de comportamien­
tuvieran el menor contaétoentre ella~.,. pertenecerían a comunidades 1in.
to evaluativo [ver in/ra 6.2 J, y por la uniJormidad. de modelos é

giiísticas distin tas.


abstractos de variación que son invariables' respecto a particula-·
3) La definición siguiente traslada completamente el é~sis de la
res niveles de uso [ver 5.4.1]. .
lengua compartida a la comunicación. Una forma simple de está\)definición

es la dada por Leonard Bloomfield (1933: 42):


Definiciones parecidas, por referenCia a nOrmas compartidas y a modelos
abstractos de varÍación, más que a comportamientos lingüísticos compar­
Unacomunidlld lingüística es un grupo de gente que se interrela­
tidos, han sido propuestos por Dell Hymes (1972) y Michael Halliday'
ciona por medio de la lengua.
(1972). Como puede observarse, una definición así hace hincapié en la
comunidad lingüística como un grupo de gente que se siente c;munidad
Lo que deja abierta la posibilidad de que algunos se interrelacionen por '.~
en algún sentido, más que un grupo reconocido tan sólo por el lingüista
medio de una lengua y otros por medio de otra. Esta: posibilidad se re­
o el extraño, tal como daban a. entender las primeras definiciones.
conoce
. -, . - .. . en la d~[inición dada
explícitamente
- , - .
por JohnGumperz
.
(1962):
. ,
, -
6) Finalmente, hay un punto de vista quepermíte evitar el término
'comunidad lingüística' por compl~to,· y que' hace referencia a caracteríS.. .
Definimos [comunidad )ingüística] como: Un grupo social que pue. ricas distintivas del habla así como a otras características sociales. Hay que
.... de ser monolingüe o multilingiie, que . ~e manti.ene unido por la. advertir que .los grupos son 'los que el hablante +:ildividual percibe como
." frecuencia de patrones de interacción sodal y delimitado de las existentes, y no necesariamente los que pudiera descubrir el sociólogo me~,
. -. --- ." áreas . circundant:es por la escasez de lín~s de co'municacióll. . . diante métodos objetivos; y puede que los grupos no agoten la población
por completo, sino' que puede que representen los casos claros de ciertos
4) Sin 'em?argo, una defuu:ciónPosferior dé Gumperz introduce la tipos sociales, es decir, los 'prototipos' en el sentido de 3.2.2). Este pun­
condición' de:'que tienen que existir algunas diferencias' especificamerÍte to de vista es el abogado por Robert Le Page (1968a): .

36 ,37
Cada individuo crea los sistemas de su comportamiento verbal de tas', puesto que cada una de ellas nos permite definir un conjunto de gente
modo que se asemejen a los del grupo o grupos cOn los que oca': que tiene lingüísticamente algo en común: una lengua o dialecto, iOterac- .
síonalmente desea ser identificado, hasta el punto de que dón por medio del habla, una esfera de variedades y reglas para usarlas,
a. él puede identificar a los grupos, un campo dado de actitudes respecto a las variedades y a 'los elementos.
b. tiene ocasión y habilidad para observar y analizar sus siste. El conjunto de gentes definido en base a los distintos. factores pueden,
mas de comportamiento, . desde luego, diferir radicalmente -uno de los criterios permite la iinbri­
c. su motivación es 10 suficientemente fuerte como para empu­ cación de conjuntos, otro lo prohíbe, etc.-, pero no hay por qué intentar
jarle a escoger y adaptar su comportamiento de acuerdo a tales reconciliar las distintas definiciones entre sí, puesto que las mismas inten­
sistemas, tan reflejar fenómenos distintos. Por otra parte, se mantiene el hecho de
d. todavía es capaz de seguir adaptando su comportamiento. que todas ellas pretenden ser definiciones de la misma COsa -la 'comuni­
dad língüística'- y el tono de algunas definiciones dadas más arriba (prin­
Este es el punto de vista mencionado en 1.3.1, según el cual el indio cipalmente la (5) de Labov) implica' que es cuestión de encontrar la
viduo «se sitúa él mismo en un espacio multidimensional», siendo defini. 'verdadera' definición ('la comunidad lingüística no viene definida por ...
das estas dimensiones por los grupos que él pueda identificar en la so. tanto como por .. .'). Además, la palabra 'comunidad' implica algo más que
ciedad. Contrariamente a las 'comunidades lingüísticas' definidas en (3), la existencia de una propiedad común; después de todo, nadie hablaría de
(4) y (5), estos grupos se imbrican de modo definitivo. Así, por ejemplo, la 'comunidad' de la gente cuyos nombres empiezan por la letra h, o
un niño puede identificar grupos de acuerdo al sexo, edad, geograña y ca­ de aquellos que han sobregirado sus cuentas. Para poder ser una 'comu­
lar, y a cada agrupación puede contribuir en algo a la combinación parti­ nidad', un grupo de gente seguramente debe de distinguirse del resto del
cular de los elementos lingüísticos que el niño selecciona como su propio mundo por más de una propiedad, y algunas de estas propiedades han de
lenguaje. . ser importantes desde el punto de vista de la vida social de sus miemhros.
. Nuestraúltima cita; de Dwight Bolinger, identificaa'estos grupos como La cuestión, pues, es cuál de lasdefinici9nesde 'comunidad 'lingüística' .
comwiidades.. lingüístiCas, y subraya ·la ilimitada complejidad que' puede nos conduce en este sentido a comunidades genuinas.
darse (Bolinger1975: 333): Podría pensarse que todas ellas 10 hacen. Aun tomando la más simple
de las definiciones, según la cual una comunidad lingüística es sirilplemen~
No ha y ,límites a las formas en que ·los seres humanos se asocian
te el conjunto de gente que utiliza una lengua o dialecto dado; es difíciI
. para la auto-identificación, seguridad, logros, diversiones, celebra.. .
imaginar' una comupjdad tal que posea' tan sólo la lengua común o dialecto
ciones, o cualquier otra clase de propósitos comunes; consecuen­
para distinguirla de otra gente: nada de su cultura, nada del lugar que
temente, no hay límite al número y variedad de comunidades lino
habitan, etc. Claro que tan pronto ,entra en escena el factor de la inter­
. güísticas que' puedan darse en la sociedad. acción, no hace falta decir que habrá otras características además de lit
interacción. Esta respuesta tiene el atractivo de resolver el aparente COIl",?
Según este punto de vista, puede esperarse que cualquier población :!lkto entre las definiciones de 'comunidad lingüística', pero conduce inevi~
(sea una aldea, una ciudad, o un Estado entero) contenga de hecho una tablemente a la conclusión de que distintas comunidades lingüísticas se
gran cantidad de comunidades lingüísticas' con participación imbricada de intersectan unas con otras de forma compleja. Así, por ejemplo, una co­
sus miembros y con imbricación de sistemas lingüísticos. La salvedad que munidad definida en función de la interacción puede incluir partes de mu­
a
hace Le Page ('en la medida en que pueda él identificar los grupos') deja chas comunidades definidas en función de variedades lingüísticas compar­
. abierta la posibilidad de que miembros diferentes de la población tengan
tidas. Se. verá que es ésta precisamente la noción. de 'comunidad lingüística'
conciencia de la eXistencia de grupos diferentes.' Si partimos de que las
tal como está definida en (6), de modo que podemos tomar (6) como el:, .
. ronnmidadeS lingüísticas deben tener" algún modo' de realidad psicológica
punto de vista más completo que incluye a todos los demás, y que,> por '.
. para sus miembros (como en la definición (5) supra), entonces debemos
tanto, los hace innecesa¡ios .
i~emmcal: distintas comunidades lingüísticas en una misma población se. Tal conclusión puede parecer satisfactoria, puesto que reconcilia defi­
gun la'persoriá' cuyo punto de vista tomemos. . niciones .en conflicto unas con otras y las sustituye por una única defini-'
2 Hemos )~adoasf de una definición muy simple de 'comwiidad lin­ ción. Sin embargo, suscita un problema importante, puesto que la noción
güístIca'a otttmiiy compleja. ¿Cómo podemos evaluar estas distintas de­ 'comunidad lingüística' así definida resulta ~ucho más difícil de utilizar
finiciones? Una respúeSi:á sería que tódas ellas son, por supuesto, 'correc­ con el fin de hacer generalizaciones sobre la lengua y el habla que' 13S:
:,r:, . . .

38 39
, ,

clases d~~~~Unidad~~ikgüísticils definidas según las primeras, definiciol;les. 2.2 Lenguajes


Lo que sería de gran ayuda al sociolingüista en su trabajo, sería el poder
,identificar alguna clase de comunidad lingüística respecto a la' que pu­ 2.2.1 'Lengua' y 'dialecto'
diera hacer todas sus generalizaciones, y mucho de la sociolingüística ~
ha llevado a cabo bajo la creencia de que ello es posible. Así, por ejem­ En lo que queda' de este capítulo,' i~tentaremos echar una. ojead~ a
plo, el contexto de la definición de Labov sobre 'comunidad lingüística' las clases más conocidas de variedad lingüística: 'lengua', 'diale~to !
dada anteriormente es una exposición de, su trabajo sobre la ciudad de 'registro'. Veremos que los tres conceptos son ext~e~adamente problema: ,
, Nueva York, que él pretende que puede ser '. tratada Como una única ro­ ticos, tanto en ,el momento de encontrar pna definiclon general para ~da'
munidad lingüística respecto a la cual puede hacerse una gran cantidad uno de ellos y que lo distinga de los demás, como desde el punto de vlsta
de generalizaciones. De hecho, llega al punto de proponer que su comu­ de encontrar criterios para delimitar variedades. .
nidad comparte una única «gramática comunitaria» (ver 5.5.1). La defini­ Consideremos primero el concepto de 'lengua'. ¿Qué quiere declr que
ción de 'comunidad lingüística' preferida por nosotros predice que no po­ alguna variedad es una lengua? Antes que nada; he aquí una pregunta
drá existir un conjunto único de gente, tal como el que vive en la ciudad acerca del uso popular: ¿qué quiere decir la gente normal cuando afirma
de Nueva York" respecto al que al sociolingüista le sea posible hacer to­ que alguna variedad es una lengua? Despué~ d: co~testar, a la pregun,ta
das sus generalizaciones; por el contrario: distintas afirmaciones serán ver­ de esta forma, podemos o no considerar el terrnmo len~a. c~~o. un ter·
daderas de comunidades delimitadassegÚD distintos criterios. Como se mino técnico v decir cómo proponemos que se use en sOClolingUlstlca. Nos
verá, esta conclusi6n quedará ampliamente corroborada por los datos y ra­ vendrá bien 'h~cerlo así, si vemos que el uso popular refleja alguna clase
zonamientos ,de las siguientes secciones. de realidad a la que queramos referirnos en sociolingüística, pero si lle.
Más importante aún, cabe la duda de si la noci6n de 'comunidad lin­ gamos a la conclusión de que el uso popular no refleja tal realidad, en·
güística' resulta útil de alguna forma, o si conduce a equívoco. Tal noción tonces no habrá ningún motivo para definir 'lengua' más explícitamente
implica la existencia de grupos discretos de gente en la sociedad que, el con el fin de usarIo como, término técnico.' "
sociolingüista debiera ser capaz de identificar, de modo que una deter- ' Algo que queda fuera de duda es la importanc.ia de ~stu~iar. el térmi~ .
minada persona sería miembro de un grupo particular o no lo sería. El no 'lengua' simplemente como parte del vocabulano del figles, Junto con , ..
primer problema es que la definici6n (6) establece explícitamente que ta­ 'bien-hablado', 'gato' ydemás vocabulario que refleja las partes de la cultu­
les grupos sólo son reales en la medida en que algún hablante es cons­ ra relacionadas con la lengua y el habla. Es parte de nuestra cultura .el .'
ciente de su existencia, Jo que, deja abierta la posibilidad de que algunos distinguir entre 'lenguas" y 'dialectos'. De hecho, solemos hacer do~ dis­
grupos puedan ser, delimitados sin claridad por el hablante en cuestión~ tinciones diferentes. al, usar estos términos, y podemos sacar conclusIones
Puede que se dé cuenta de que una variedad particular o elemento sea: de este hecho acerca de la visión del lenguaje que la cultura nos ha he­
'utilizada por los 'norteños' o por los niños, pero que no tenga ni idea ae­ cho heredar (al igual que podemos usar e.j. vocabulario como prueba de •.
por dónde hacer laseparaci6n entre los norteños y los sureños, o entre otros aspectos de la cultura; véase 3.2.1). , •.' , ..,
los niños y los adultos. El segundo problema, que se discutirá con algún En este aspecto podemos comparar nuestra cultura con otras en las'
detalle ,en 5.4.3, es que por 10 menos en algunos casos resulta mejor ana­ que no se, hace tal distinción. Según Einar Haugen (1966), po; :jemplo,
lizar las relaciones de la gente en función de la red de relaciones indivi­ esto es lo que ocurría en Inglaterra antes de que en el RenaClmlento Se
duales más que en función de los grupos a los que puedan ono pertene­ tomara prestado del griego el término dialecto, cuma' palabra culta. De
cer. En ot!"as palabras, es posible que las comunidades lingüísticas no hecho, podemos ver que nuestra distinción entre 'lengua' ~ 'dialect?' .es
, ,existan realmente 'en .la sociedad más que como prototipos en la mente,de debida a la influencia de la cultura griega, puesto que en gnego la disttn-.
;1á~ gente,é.d el cual caso la búsqueda de la 'verdadera' :definición de'có­ ción se hizo a causa de la existencia de una, cantidad manifiestamente dís-'
"nlUÍlÍdad lingüístiéa' essiIÍ1plemente cómo la caza de un fantasma;--'(' tinta de variedades de lengua escrita que se usában en.. la Greciadásica,·
asociadas cada una de ellas con una regiQp. distÍr!tl!.. Yo, usadas en distintas
clases de literatú;~. Así,el significado de lc~stérminos griegos que se tra-:;:
dujeron como 'lengua' y 'dialecto' era'de ~echo bastante distinto del sig: .
nificado que ahora 'seatribuye en inglés a estas palabras. Sus equivalentes
del francés son quizás más semejantes a los .del griego,. ya que la palabr~
francesa dialecte. se refiere' s610 'ajas variedades: tegional~sque pos~;~~
....~
"'>.:c
~~'7-'rrlnl"Q'-y IiteratUr~, en contraposición a las variedades regionales que no .. relación bastante anormal, si se la compara al contexto de las decenas
escritura, las cuales reciben el nombre de. patois. El propósito de . (¿o centenas?) de miles de mos que hace que existen las lenguas. Mien~
discusión es mostrar que no hay nada absoluto respecto a la distin­ tras que suele creerse que el desarrollo normal del lenguaje suele: produ"
ción que el inglés viene a hacer entre 'lenguas' y 'dialectos' (y para los cirse de forma más bien azárosa, muy por debajo del nivél de concienda.
'. lectores conocedores de alguna lengua distinta del inglés, difícilmente hq.­ de los hablantes, las lenguas estándar son el resultado de una interven­
biera sido necesaria esta discusión). ción directa y deliberada de la sociedad. Esta intervención, llamada 'estan-.
¿Qué diferencia hay, pues, entre lengua y dialecto para los hablantes darización', produce una lengua estándat donde anteriormente sólo había
de inglés? Hay dos formas de distinguirlos, y esta ambigüedad ha sido 'dialectos' (es decir, variedades no-estándar).
causa de gran confusión. (Haugen [1966] argumenta que la razón de la La noción de 'lengua estándar' es un tanto imprecisa, pero. una len­
ambigüedad, y la subsiguiente confusión, reside precisamente en e! hecho gua estándar habrá tenido que pasar por los procesos señalados a continua­
de que la palabra 'dialecto' fuera tomada prestada de! griego, donde exis. ción (Haugen 1966; para una lista un poco distinta véase Garvin & lvra­
tía la misma ambigüedad.) Por una parte, hay una diferencia de tamaño, thiot 1956).
puesto que la ,·lengua, es más extensa que el dialecto. Es decir que una 1) Selección. De una forma u otra debe haber sido seleccionada una
variedad llamada lengua contiene más elementos que una llamada dialec­ variedad particular como la que va a ser desarrollnda como lengua están.
to. En este sentido podemos referirnos al inglés como una lengua que dar. Puede que sea una variedad ya existente, como la usada en un cen­
contiene la suma total de todos los términos de todos sus dialectos, inclu. tro político o comercial importante, pero también podría ser una amal­
yendo el 'inglés estándar' como uno más entre ellos (el inglés de Yorkshire, gama de distintas variedades. La elección es un asunto de mucha impor­
el inglés de la India, etc.). De ahí, pues, e! mayor tamaño de la lengua tancia social y política, ya que Ja variedad escogida suele necesariamente
inglesa. ganar prestigio, y así la gente que ya 10 habla comparte ese prestigio. Sin
La otra diferencia entre 'lengua' y 'dialecto' es una cuestión de preso embargo, en algunos casos la variedad escogida ha sido una variedad sin
tigio,. prestigio que posee la lengua y del que el dialecto carece~ Si aplica.,. absolutamente, hablantes nativos; como pOi' ejemplQ . el hebreo clásico- en
mos el',. término -en este sentido;· el inglés. estándar (es decir,' la forma. de ISrael y el bahasa de Indonesia (lengua de recien te creación); ver 25.3 para
. inglés que se usa .en este. libro ) no es. en absoluúl' un dialecto," -sino una'. la noción de 'pidgin')en Indonesia (Bell1976: 167) .
lengua, mientras~:quelas va1:iedades quena se usan en la escritura son 2) Codificaci6n. Alguna institución tal, como la Academia tiene que
dialectos .. El. que'una_ variedad· sea llamada lengua o dialecto depende. del haber escrito diccionarios y libros de. gramática para 'fijar' una. variedad,
prestigio que uno. crea que _tal variedad tiene, yopara mucha gente éste es de forma que todos puedan ponerse de acuerdo en lo que. es correcto;
un asunto muy daro, que depende del hecho de que' sea usado en la Una vez hecha la codificación, hace> falta que todo ciudadano' ambicioso
escritura formal. ConseCuentemente, los habitantes de las Islas Británicas aprenda las formas correctas y que no use en la escritura ninguna de las
habitualmente se refieren a las lenguas no escritas (o que creen' que no formas 'incorrectas' que puedan existir en. su variedad nativa, 10 que pue· .
tienen escritura) como a dialectos, o 'simples dialectos', independiente­ de suponer un montón de años dé su carrera escolar. .
mente de si existe o no una lengua (propia) con la que están relacionados. 3) Elaboraci6n funcionál. Tiene que ser posible utilizar la varied?d
(Naturalmente sería absurdo utilizar de esta manera la palabra 'dialecto' seleccionada en todas las funciones asociadas con. el gobierno central y con
en el sentido del'tamaño'.) El hecho de que pongamos tanto peso en si la escritura, por ejemplo en el parlamento y en los tribunales, en docu"
es o no una forma escrita al distinguir entre 'lengua' y 'dialecto'> es una mentas burocráticos, educativos y Científicos de toda clase, y, naturalmen.
de las cosas interesantes que los términos nos muestran sobre la cultura te en los diversos géneros literarios. Ello puede suponer '. que haya que
británica, y volveremos sobre la importancia de la escritura en 2.2.2. añadir elementos lingüísticos adicionales a la variedad seleccionada, espe­
cialmente palabras técnicas, pero también hace falta desarrollat nuevas '
'. o', • ",." convenciones para usar las formas existentes: c6mo· formular preguntas
2.2.2 .- ~guas éstándtir de exámenes, cómo escribir. cartas en estilo fOIlllal, etc. ..'
4) Aceptaci6n, La variedad elegida ti~e que ser aceptada 'por la po­
".l: ES probablemente "ádecuado decir que laúnÍca variedad qué pueda blación afectada como la variedad de la comunidad; de hecho, normal­
'cOnsiderarse 'é()mo-~leógua propiamente dicha»' (én elseguridó: sentido de mente como la lengua nacional. Una vez qu~ ha sucedido así, la lengua
'lengua'} sea la'lengua estándar. Las lenguas estándar son interesantes en estándar sirve de' potente elemento unificador del Estado, como símbolo
. Olantoque tienen con la sociedad una relación más bien especial -una de su independencia con respecto a otros Estados (suponiendo que tal es­
o

42 41·.
- o :

'. ...... '.' ......" ar.. únÍcoy no compartido con otros), y como una marca desa queremos decir al afirmar de una variedad que es una lengua? Podemos
¡ l!-""~(;;;"'l1ife~etidá frente a otros Estados: Es predsaIllentti esta función simbólica aclarar ahora la cuestión, distinguiendo entre los dos significados de 'leri-.
,~;f:,'.,:;:;:~~~'tiÍ:'~iIe ericierta medida impulsa a los Estados a desarrollar una lengua es.. gua' basados, respectivamente, en el prestigio y en el tamaño. Hemos dado ..

¡11' '~~~~e
; ('~
análisis de los factores involucrados específicamente en la estan­
darización ha sido bastante ampliamente aceptado por los sociolingñistas
ya una. respuesta sobre la base del prestigio: una lengua es una lengua
estándar. En prinCipio es ésta una distinción absoluta: una variedad o es
lengua estándar, o no 10 es. (No queda claro, sin embargo, que algunas
:' (para más detalles y ejemplos ver Garvin 1959, Garvin &Mathiot 1956, lenguas sean más estándar que otras; el francés estándar, por ejemplo, ha
..¡ Hall 1972, Macau1ay 1973, Trudgill 1974: 149). Sin embargo, hay un sido codificado mucho más rígidamente que el inglés estándar.) Al tratar·
amplio campo de debate y de desacuerdo acerca de la deseabilidad de cier­ de la otra distinción, basada en el tamaño, la situación es muy distinta,
tos áspectos de la estandarización. Por ejemplo, ni siquiera es necesario ya que todo resulta relativo. Así, por ejemplo, en comparación con una
que la estandarización tenga que incluir aspectos de pronunciación igual determinada variedad, otra puede que sea extensa, pero comparada cOn
que de escritura (Macaulay 1973), ni que la lengua estándar deba pre­ otra más,' puede que sea reducida. La variedad que comprende todos los
sentarse como la única variedad 'correcta' (aspecto discutido por muchos elementos usados en la Gran Bretaña parece extensa comparada, digamos,
lingüistas y sociolingüistas, sobre todo por Trudgill 1975a; ver también con el inglés estándar o el cockney, pero reducida si la comparamos con
infra 6.2). Además, un tratamiento que convenga a una comunidad puede la variedad que comprende todos los elementos usados en cualquiera de
que no convenga a otra, de forma que es preciso mostrar mucho cuidado, los países 'anglo-hablantes'. Siendo esto así, la afirmación de que una va­
sensibilidad, sabiduría y conocimiento para tener éxito en un programa de dedad particular es una lengua, en el sentido de su 'tamaño', es muy poco
estandarización (Kelman 1972). significativa. ¿Hay, pues, algún modo por el que la distinción entre 'len­
Esta sección sobre la lengua estándar es la única de este libro que tra­ gua' y 'dialecto' basada en el tamaño pueda hacerse menos relativa? Anti­
.ta con algún detalle de los problemas a gran escala de la sociología del cipemos que nuestra respuesta es negativa.)
lenguaje: {ver 1.1.3 para 1á diferencia entre sociolingñística y sociología El candidato obvio. para otró. criterio es el de la mutua inteligibilidad.
dél lenguaje), pero se ha incluido por tres razones. En primer lugar, es Si los hablantes de .dos variedades pueden entenderse; entonces. las va- .".
relevante para la discusión del segundo significado de 'lengua' introducida riedades en cuestión son componentes de ·la misma lengua; en caso con•.
en 2.2.1 (donde 'lengua'= 'lenguaestáhdar'). En segundo lugar, es in. trario, no lo son. Es éste un criterio usado muchas veces, pero que nO' .
teresante ver que la lenguá puede ser.delíberadameniemanipulada por la puede tomarse muy en serio, puesto que plantea graves problemas en el
sociedad. En tercer lugar, y más importante acaso, para hacer resaltar el momento de su aplicación.
carácter ins6lito de las lenguas estándar, las cuales son quizás las formas 1) Incluso el uso popular no se corresponde consistentemente con
de lenguaje menos interesantes. para cualquiera que se muestre interesado este criterio, ya que variedades que nosotros (como profanos) considera­
por la naturaleza del lenguaje humano (como 10 están muchísimos lingüis. mos lenguas diferentes pueden ser mutuamente inteligibles (por ejemplo .
. tas). Acaso se podría describir la lengua estándar como patológiaa por su las lenguas escandinavas, a excepción del finlandés y el lapón), mientras'
falta de diversidad. Para ver el lenguaje en su estado 'natural', hay que variedades que consideramos como la misma lengua puede que no lo sean
buscar una variedad que no sea ni la lengua estándar ni un dialecto subor­ (por ejemplo los llamados 'dialectos' del chino). El uso popular tiende a
dinado a un estándar (ya que también estas últimas muestran caracterís­ reflejar la otra definición de lengua, la basada en el prestigio, de modo
ticas patológieas, especialmente por la dificultad de hacer afirmaciones so­ que si dos variedades son ambas lengua estándar, o están subordinadas a .
bre el dialec~o no-estándar sinser influidos por el estándar). La ironía, na· distintos estándares, tienen que ser lenguas distintas; y, al revés, tienen
tUralmente, es que ·la lingüística académica es susceptible de originarse tan que ser la misma lengua. si ambas. variedades están subordinadas' ál mis­
. _sóloén una sociedad con uná lerigÚa estándar, como es el caso' de Iñgla. mo estándar. Ello explica la diferencia de nuestraS creencias. respecto a l~
.... terra;~ los EstadüsUnidós, o Franda, y la primera lengua a la que los variedades de Escandinavia y. ·las· de China:' cada país escandinavo poSee
lingüistas prestan atención es a la suya propia: la estándar. una lengua estándar distinta (Noruega, de hecho, posee dos), mientras que·'
toda la China sólo tiene una. (Es curioso el efecto que produce la situa- . "
ción de China: una persona de Pekín no suele poder entender a una de
2.2 ..3 . La delimitación de lenguas' Cantón o de Hong·Kong que hsble su proPio dialecto, pero sí al escribir
_; :0;:<,-.:,. e1estándar.) .
'-::~:Yolvamosah6Í'a:a la piegtinta plantea.da al comienzo de 22: ¿Qué 2) La mutua inteligibilidad suele ser una Olestión de. grado,: v~:'~'.~~ -: ,.0

45
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;eÍlcia. pre.;ia tenga más facilidad tendrá para entender. Ambos aspectos .
~~do desde una inteligibilidad total hasta una total in-inteligibilidad. ¿A qué . n scitanotro probl;ma referente al uso de la. mutua inteligibilidad como
nivel de la escala deben encontrarse dos' variedades para que puedan con­ ~iterio, concretamente el hecho cieque la m~tua inteligib~idad no tie~e
sid~rarse como miembros. de .una misma lengua? Sinceramente, ésta es una por qué ser recíproca, puesto que A y B no tienen por q.ue. tener el IDlS­
pregunta que más vale evitar que contestar, puesto que cualquier. res­ mo grado de motivación pata ~tenderse ~u~ament:, ru tIenen que.ha-.
puesta será necesariamente arbitraria. G.\-Ierecela pena hacer notar que ber tenido necesariamente la IDlsma expenencIa preVIa de sus respec1l.vas
Gillian Sankoff ha desarrollado un sistema para calcular el grado, de mu­ variedades. Normalmente suele ser más fácil que un hablante de lengua
tua inteligibilidad (1969), donde muestra claramente que la mutua inteli­ no estándar entienda a un hablante de lengua estándar que al revés, en
gibilidad puede ser .tan sólo parcial al aplicarse a determinadas comuni­ parte porque el primero habrá tenido más experie~cia acerca de. la. ;ra­
dades.) . riedad estándar (especialmente a través de los medlOs de comurucaClo~)
3) Las variedades pueden ser distribuidas a lo largo de un CONTI­ que al contrario, y en parte porque pue?e ~ue él esté motivado para IDl­
NUUM DIALECTAL, una cadena de variedades adyacentes en la que cada nimizar las diferencias culturales entre el mIsmo y el hablante de la len­
par de variedades adyacentes son mutuamente inteligibles, y que los que gua estándar (aunque ello no ocurra necesariamente siempre. asf), ~ientras
se hallan en extremos opuestos de la cadena no lo son. Se dice que un conti­ que el hablante estándar puede que quiera subr::iva,r estas dlfere?CI~S,
mmm de este tipo se extiende desde Amsterdam a través de Alemania has. En conclusión la mutua inteligibilidad no funCIona como crIterIO para
ta Viena, y otro desde París hasta el sur de Italia. El criterio de mutua delimitar lenguas 'en el sentido del 'tamaño'. No hay ningún otro criterio
inteligibilidad se basa, sin embargo, en la relación entre lenguas, lo que que merezca la pena ser considerado corno alternativa, de modo que de­
es lógicamente distinto de la relación de identidad de lengua, que se su­ bernos concluir (con Matthews 1979: 47) que no se puede trazar real­
pone que trata de aclarar. Si A es la misma lengua que B, y B es la mis­ mente una distinción entre 'lengua' y 'dialecto) (excepto por referencia al
ma lengua que e, entonces A y e deben ser también la misma lengua, y prestigio, yen tal caso sería mejor usar el término 'lengua est.ándar' o sim­

I
!
así sucesivamente. «Identidad de lengua» es, pues, una relación transitiva,
pero «mutua inteligibilidad~) .'es una relación intransitiva: si A y B son
nmtuamente· inteligibles; y B Y e son mutuamente inteligibles; e y. A .no
necesariamente sqn' mutuaménteinteligibles: El problema es que una' re·
plemente ~.estándar' mejor que simplemente !~en~~:~:;!-n o~ras'palabras,
el concepto 'lengua ~ X' no tiene lugar. en soclOlinguIstIca, m, exactamen­
te por las .mismas razones, en lingüística, Lo único que nos hace faIta es
la noción de 'variedad X', más la observación obvia y sorprendente de que
lación iritransitiva:"no puede ser ufilizada para dilucidar una relacióri tran- ' una variedaddeterrninadapuede ser relativamente semejante a algunas'
sitiva. otras variedades y relativamente distinta de otras. .
4)· La mutua inteligibilidad no es realmente una relación entre va.
riedades; sino entre gente, puesto que es la gente, y no las variedades, la
que se entiende entre sí. . Siendo esto así, el grado de mutua inteligibilidad 2.2.4 El modelo de árbol de parentesco '..
depende no sólo de la cantidad de imbricación que' se dé entre los ele­
mentos de las dos variedades, sino que depende de las aptitudes de la Un modo conveniente de representar las relaciones entre variedades es

gente en cuestión. Un aspecto de mucha importancia es la motivación: según el modelo de árbol de parentesco, que fue desarrollado en el si­

¿cuánto interés tiene la persona A en entender a la persona B? Ello de­ glo XIX como ayuda para el estudio histórico de las lenguas. (para una

pende de numerosos factores, tales corno el aprecio de A respecto a B, exposición acertada, ver Bynon 1977: 63). Este modelo permIte mostrar

o el distinto grado de deseo de subrayarlas diferencias o las semejanzas el grado de proximidad de una serie de variedades habladas actuaJ:nente;

culturales entre ellos, y así sucesivamente, La motivación es importante, es decir cuánto divergen unas de otras comoresuItado del cambIo a 10

porque el entender a otra persona siempre requiere. un esfuerzo por parte largo d; la historia. Tomemos, por ejemplo,el inglés, ~ alemán, el galés,

del oyente: sirva de prueba la pOsibilidad de 'desconectar" cuando la mO:­ el francés y el hindú como variedades de lenguas .relaoonadas. Trazando

tivación de uno es ; baja. Cuanto mayor sea la diferencia entre las varie­ una estructura arbórea por encima de estas variedades como en la Figu­
dades en cuestión, mayor será el esfuerzo necesario, de modo que si A . ra 2.1, puede mostrarse que el inglés se relaciona más de cerca con el·

no puede entender a B,ello nos muestra simplemente que la empresa alemán, un poco menos de cerca con el galés y el francés, y aún menos

era demasiado grande para la motivación de A, y no sabemos qué hu­ con el hindú. (Para un cuadro más completo ·de las relaciones entre estas .

biera ocurrido si su motivación hubiera sido mayor. Otro aSpecto rele­ Y muchas otras lenguas 'indoeuropeas', ver ,Bolinger, 1975: 446.) ~ .

vante es la experiencia del oyente: ¿qué cantidad de experienciitiene Se ha añadido el chino para mostrar que no esta relaC1onado en abso­
~obre la variedad que está escuchando? Obviamente, cuanta mayor expe­
47
46
2.3 Dialectos

2.3.1 Dialectos regionales e isoglosas

Después de haber rechazado la distinción entre 'lengua' y 'dialecto'.·


inglés alemán galés francés hindú (excepto' por referencia al prestigio), podemos ahora fijarnos en una cues­
chino
tión incluso más fundamental: ¿Cuáles son los límites precisos entre las
variedades? El modelo jerárquico del árbol de parentesco implica que los'
,luto con las otras lenguas. Si se incluyen dos variedades en el mismo límites entre las variedades son claros a todos los niveles¡:lel árbol. ¿Es
diagrama, se supone que se hace descender a ambas, a través de cambios así de hecho? ¿Es posible, sobre todo, continuar un árbol así hacia los ni­
históricos, de una variedad 'antepasada' común, la cual podría tener un veles irleriores, haciendo aparecer variedades cada vez menores, hasta lle­
. nombre en el diagrama. Así, podríamos añadir el nombre 'proto-indoeuro­ gar al nivel de los hablantes individuales (el 'idiolecto')? La respuesta, ne­
pea' en el nódulo superior del árbol, haciendo ver que todas las varie­ cesariamente, . es no.
dades representadas en la parte inferior (excepto el chino) descienden de Si consideramos las diferencias de variedades menos discutibles basa­
esta única variedad. De forma semejante, podríamos denominar el nódulo das en la geografía, debería ser posible, si el modelo del árbol de paren­
que domina al inglés y al alemán como 'proto-germánico', para dar un tesco es correcto, identificar los llamados dialectos, regionales dentro de
nombre a la variedad de la que ambos descienden, una variedad más amplia como el inglés. Mortunadamente, hay una gran
El valor principal del modelo de árbol de parentesco para la lingüística cantidad de datos que aportan pruebas para la solución de este problema,
histórica es que aclara ll,ls relaciones históricas existentes entre las varie­ procedentes de esta disciplina llamada DIALECTOLOGÍA y, en especial, de
dades en cUestión, y que, en particular, da una clara idea de la cronología la rama llamada GEOGRAFÍA DIALECTAL (ver Bloornfield 1933: cap. 19,
relativa de los cambios historicos por los que han ido divergiendo las va­ Chambers & Trudgill, en prensa; Hockett 1958: cap. 56; Hughes & Trud­
riedades. Desde el punto de vista actual, sin embargo, la ventaja es que gill 1979; Sankoff 1973a; Wakelin 1972; ver también infra 5.4.2). A par­
un árbol de parentesco muestra una relación jerárquica entre las varieda­ tir del. siglo XIX, los dialect610gos· de Europa y de . los Estados. Unidos (y
des y.que no hace distinción entre 'lenguas' y 'dialectos'. Ciertamente, en en menor escala los de las Islas Británicas) han estudiado la distribución
lingüística histórica es normal referirse a ·las variedades. que proceden del geográfica de los elementos lingüísticos, tales como los pares de palabras. "
latín como a 'dialectos' del latín (o 'diaJectos romances'), aunque incluyan sinónÍmas (por ejemplo, pail frente a bucket), o pronunciaciones distintas
obviamente '1enguas' (en, el sentido prestigioso) tales como el francés es­ de una misma palabra, tales como farm, pronunciada con la /r/ osio ella.
tándar. Si hubiéramos querido añadir el inglés de Yorkshire o el cockney Los resultados suelen plasmarse en un mapa, donde se muestran las for­
~la, list~ de variedades, las ~ubiéramos añadido simplemente debajo del mas que aparecen en cada localidad (la dialectología suele tender a con­
mgle~, stn darles un estaros diferente al de las otras. El único cambio que centrarse en las áreas rurales para evitar la complejidad de las ciudades),
n;cesttaríamos hacer ,en la interpretación del diagrama del árbol genealó­ El dialectólogo puede entonces trazar las líneas del área en donde se re­
gtco, en comparación con la interpretación histórica, es que los nódulos gistra un elemento y las áreas donde se registran otros elementos, mar­
supellores no representarían unas .variedades anteriores, a partir de las cando un límite llamado ISOGLOSA para cada área (del griego iso- 'igual' y
que. descenderían las modernas (tal como del proto-indoeuropeo), sino unas glossa, 'lengua').
varIedades más extensas que incluirían todos los elementos de las varieda­ El modelo del árbol de parentesco permite hacer una importante pre­
des .inferiores. " dicción acerca de las isoglosas, concretamente que no deben intersectarse .
.: Ap~rte d;l atractivo que acabamos dehacer notar;sln embargo, el Esta predicción es una consecuencia de la jerarquía estricta existenté en el
~o~~o del arbol de parentesco no es muy recomendable parÍ! el so<;io­ modelo entre las variedades, lo que permite tan .sólo dos tipos de rela­
lingutsta,' ya ·-que representa una exageiádá idealizáción de las relaciones ción entre dos variedades: o bien una es antepasado de la otra, o las dos
entre las variedades. En particular, no permite influencias entre lasvarie­ son 'hermanas'. Imaginemos ahora un hipotético estadio de cosas 'en don­
da~es, .que en casos extremos podría inclúso llevar a Una fusián;' que' una de una variedad L más extensa' contiene dos elementos, x e y, ninguno
vanedadprocedade dos variedades distintas rvéase Triúigott 1977). Vere~ de los cuales es usado por todos y cada uno de los hahlantes de L. Pó­
n;osen 25 que eno no suele de hecho suceder, yen .. 2.3.2 introdu­ dremos distinguir en'tre variedades de L que posean el elemento x y que
ctremos un.lll?delo más adecuado, la 'teoría' de las ondas':' no lo posean (+xv -x), y otras que posean el elemento yoque n,O lo
" , .~,

48'
49
seim (+y, -:-1), Y que de hecho existan las cuatro combinaciones posi­
hIes de estas variedades: hablantes que tengan ambos elementos (+x, +y),
ottOS que no tengan ninguno de los dos (-x, -y), y aquéllos que sola­
~.--mente-te.o.gan-el-uno-e-e1--otro-f+x; ,'-y._(5' '';;;;;''x; ~+y).', En' qü'é relación B:EY: come [kum]
~
, estarían entonces las variedades definidas por x (+ x, -x) y las definidas (kAID]
por y .( +y, -y)? ¿Qué relación habría~ por ejemplo, entre la variedad x
farm~
y la variedad y? Está claro que ninguna de ellas es el antepasado de la
otra, ya que ninguna de ellas contiene a la otra por completo, pero nin­ [fa:rm]
guna de ellas es hermana de la otra, puesto que cada una de ellas contiene
parcialmente a la otra. Este tipo de situación es, pues, incompatible COn
el modelo del árbol de parentesco.
Hay muchos paralelismos reales de esta situación hipotética. Por meno, Mapa 2,1
cionar tan sólo un ejemplo, en el sur de Inglaterra hay dos isoglosas que
se intersectari tal como se ve en el Mapa 2.1 (basado en Trudgill 1974b:
159 y Wakélin 1978: 9). Una de las isoglosas separa la región (hacia el 1izar? Parece que no hay alternativa, y que nos hallamos en una posición
norte) donde sorne se pronuncia con la misma vocal que stood, de la re· similar a la amerior en nuestra discusión de las lenguas: no hay forma de
gión, donde se pronuncia con la vocal abierta [A], igual que en el Re. delimitar las variedades, y por lo tanto debemos concluir que las varieda.
ceived Pronunciatíon (RP) *, el modo de pronunciación de más prestigio' des no existen. Lo único que existe son hablantes y elementos, y los ha­
de Inglaterra (ver Gimson 1962: 83). La otra isog10sa separa la región blantes pueden presentar un mayor o menor grado de homogeneidad res­
(hacia el nordeste) donde la r de farm no se pronuncia, de la región donde pecto a los elementos de su lenguaje. Aunque no atrayente, esta conclusión
sí se pronuncia. La única forma de' conciliar este hecho con el modelo del es al menos verdadera, e incidentalmente suscita cuestiones tales como qué
árbol de parentesco sería dando' prioridad a' una isoglosa frente a la .otra, es lo que determina la cantidad y clase de homogeneidad entre la gente.
pero tal decisión sería arbitraria ydejaríade todas formas desconectada la
isoglosa subori::linada, representando cada una de ellas una subdivisión de
una, variedad distinta, mientras 'que, de hecho,cada una de eIDIs repre­ 2.3.2 La difusión y la teOrÍa de las ondas
senta cla..-..amente un fenómeno 'páIricular.; Ejemplos como ésté podrían
multiplicarse indefinidamente (para aliún, otro ejemplo particular, véase Ya en el siglo XIX se desarrolló una alternativa al modelo del árbol de
mapa en Bolinger 1975: 349; y para una exposición erudita, ver Sankoff parentesco para dar cuenta de la clase de fenómeno que acaba~lO,s ,~e
1973a). . considerar. Se denomina .TEORÍA DE' LAS ONDAS, Y se basa en la hipoteslS
A partir de tales hechos, muchos dialectólogos han sacado la conclu-, de que los .cambios lingüísticos se extienden desde centros de influencia
sión de que cada elemento tiene su propia distribución dentro de la po­ hacia .las zonas circundantes; más o menos de la misma forma' en que Se
blación de hablantes, y que no hayraz9n alguna para suponer que ele­ extiende la onda de agua de un embalse al echar una piedra. Este punto
mentos distintos tengan idéntica distribución (Bynon 1977: 190). Parece de vista del cambio lingüístico es aceptado por casi todos, si no todos,
ésta la única. conclusiÓn que puede deducirse de los datos, aunque uno los eruditos, tantO en el campo de la lingüística histórica (para una expo­
podría mostrar sus reservas acerca de! grado de diferenciación existente en­ sición detallada, ver Bynon 1977: .192) como en el de la sociolingüística,
tre los elementos; la clase de datos, por ejemplo, a los que nos '.referíamos. donde tal punto de vista ha sido desarrollado principalmente por Charles-:
más, amba., c.on isoglosas que 'se intersectande manera caótica,es mucho James Bailey (1973), Dciek Bicke:-ton (1971, 1973, 1975) Y David De­
menos común en Alemania que en Francia (Bynon 1977: 191, ~tt;hews Camp (1971b). (El trabajoteóríco de estos sociolingüistas basado en la
1979: 47). Pero esto conduce a laultenor conclusión de que noa neceo teoría de las ondas lo trataremos en 55.2.) ,."
sario que las isoglosas delimitenvariédades, excepto en el sentido trivial La teoría de las ondas explica por qué se intersectan ,las isoglosas pos­
en que las variedades constan de sólo un' elemento; y si no podemos uti­ tuland; diferentes focos geográficos de írra¿i~dón de los distintos ele.
lizar lasisoglosas para delimitar variedades, ,qué es lo que podemos' uti­ :mentos. La isoglosa entré dos elementos como fa:nn con y sin /r/, m.ues­
tÍ'a el IDaar donde te..T"IIl.Í!Íá la influencia. de un elemento y empieza la ,de
* . PronunciaciÓIÍ prestigiosa, dásiea. o estándar; (N. del T.) otro; en la hipótesis de que uno de los, elementos represente una innova­

50 51
especies en el campo esté en constante cambio con respecto a cada ele­
. '. ía decir que la isoglosa señala los puntos más lejanos que he. mento, y que en la analogía puede estar representado cada elemento, y no
o.'6n querrel nuevo elemento cuando el dialecto
. ? ádo . '1 ogo ha recogI'd o sus da­
alcanz sólo aquéllos que fueran innovadores. .
tos.._NQ_h2,:z..J1Í.!lg<Jna~ra'?:_Q.n--por-ÁLqUe.J.nllOv.aC1one:s-conducen :es--a-cual.-.
' . 1 "
Según esta nueva analogía, una innovación lin~stica sería como ~
quiera de las dos iso glosas hayan tenido que produClrSe en el mIsmo lugar nueva eSpecie que hubiera brotado (o por mutaaon o por haber SIdo
-ni incluso en la misma época-, de modo que no hay ninguna razón es­ traída de fuera), y que puede o no prosperar. Si prospera, puede q~e se
pecial que impida que las isoglosas se intersecten. Volviendo a la analogía, extienda y sustituya a algunas o todas sus contrincanr.es; pero, ':1 no,
si se echan dos o más piedras a un embalse, no hay ninguna razón para . puede o bien morir o bien que~arse ~o~,an.ada en un area_ pequena del
que caigan todas en el mismo lugar, y podría haber muchos centros de . campo (es decir, en una comurudad lingUIStlCa muypequena). El hecho
influencia desde los que se extenderían e intersectarÍan las ondas. Ade­ de que una especie se desarrolle o no, depende. de la ~erzacon que :rez..
más, los centros pueden cambiar con el tiempo, según nazcan o se desva­ can sus .representantes (es decir, de la fuerza e lD~uencl~de S1.! com~~ldad
nezcan las distintas influencias. Cada centro representa un elemento in_ lingüística): cuanto mayores sean las plan~as, mas. semillas prod~C1t~, y
novador distinto desde el que las 'ondas' se extienden en distintas direc­ mayor será la oportunidad de que la espeCIe conqUIste nuevo terntono.
ciones.
La analogía falla en que las ondas de influencia lingüística suelen 'con­
gelarse~ y dejan de expandirse, debido a que la. influencia del punto de 2.3.3 Los dialectos sociales
origen no es 10 suficientemente fuerte . como para· seguir man teniéndolas.
En' otras palabras; en función de la teoría,'de los actos de .identidad (ver .. Por supuesto que los dialectos no están distribuidos tan sólo geográ­
1.3.1), la influencia de un elemento termina cuando los individuos de­ ficamente, como se ha dado a entender en 10 expuesto hasta el. ~resente:
ciden, . por cualquier razón, no identificarse con el grupo que lo usa. Lo Hay dos fuentes más de complejidad. En prime.r .lugar, suele e~stlr. m~·tJt.
que significa que la isoglosa puede hallarse en el mismo lugar donde se t! lidad geográfica: gente que se desplaza de un SltlO a otro, llevandose ,-on­
hallaba hace un siglo -<:ontrariamente a las ondas de un embalse-, ya sigo sus dialectos aun cuando los vayan modificando con el tiempo para
que la fuerza: de influencia del grupo con el que se asocia el elemento i
! integrarse en el nuevo entorno. Así, e~ ir señalando en un mapa ~ los
puede que no sea 10 suficientemente potente como para hacerla avanzar hablantes puede producir un modelo mas o menos desorden~do se~ la
más. Además, no es necesario que un elemento suponga una innovación movilidad de la población (problema que normalmente se eVIta en dialec­
para influir en la gente, puesto que sus efectos dependen de la situación tología seleccionando como info.rmantes a hablantes que nacieron y ere- ~
sodal del grupo con el que se le asocia (lo que hemos llamado su 'comuni­ cieron en el lugar que ahora habItan). ,
dad lingüística' en 2.1.4), más que de su novedad. Es bastante posible que La segunda fuente de complejidad nace del ?eci;o de que la geografla - - ­
una forma relativamente arcaica arrincone :l una forma más nueva que se .essolamente uno de los factores relevantes, slend.o otros. factores rele­
había extendido. Así, por ejemplo, en algunos lugares. de los Estados Uni. vantes la clase social, el seXo y la edad (ver 5.4.2). Los dialectólogos, p~es,
dos la pronunciación de palabras como farm con I rl está desplazando la hablan de DIALECTOS SOCIALES, o de SOCIOLECTOS, para referirse a dife­
pronunciación sin Irl, aunque de hecho la innovadora sea esta última (tal rencias . no regionales. Debido a estos otros factores, puede que un ha.

como indica la escritura). Presentaremos un ejemplo .de tal área en 5.2.2. blante muestre más semejanza en su lengua con gente del mismo grupo

Después de estas obserVaciones parece mejor abandonar la analogía de social de una región distinta que con gente de otros grupos sociales,aun­

las piedras que caen en el embalse. Una analogía más adecuada sería quizás que sean de la misma región. De hecho, una de las características de la

la de las distintas especies de plantas. sembradas en un campo, expandién- .. estructura' social jerárquica de un país como la Gran Bretaña eS que la

dose por cÍispersiónde sus sémillassobre un área determinada; En. la ana­ clase social suele prevalecer sobre el. factor geográfico como determinante

logía, cada elemento estaría representado por una especie distinta, con su del habla, de modo. que se da mucha mayor variación geográfica entre la

propia. proporci6n de dispersión de 'la' semilla,' y' la: iso glosa estaría repre­ ~ . gente _de las clases sociales bajás que entre la gente de la 'cumbre' de la

sentaqapor' el límite de extensión de cada especie. Especies diferentes masa social. Lo que ha llegado hasta el punto de que la gente que ha

podrían coexistir eii el mismo espacio (una relajación de las leyes botáDÍ. pasado por el sistema escolar público (o quiere ·aparen:ar que lo ha ,he.

. 6ls.normales), . per~ habría -que hacer notar las' especies' en' competición
cho) característicamente no tiene en absoluto rasgos regIonales en su ~en·

.- 'mutua; -correspondientes a elementos que próporcionan' modos" alternati~


:gua. Esta es. una caractenstka de la Gran. Bretaña, y ~o se da en otros

.:; - v~'d<::apiesar la niisma cosa (como las-dospronunciacio~es-:ge 't~rm). Lás


países como los Estados Unidos o Alemarua, donde. la gente de la curo­
...."'''-'.~ .... ventaj:1s:cde·~éSta· a'nalogía son que no hace falta que la 'distribucón de

.: .. :.
~.> .53
. ~re' dejan ver s~, lugar de,origelu' través de la pronunciación, aunque se~ · tados Unidos sobre la Gran Bretaña, su influencia sobre el inglés britá..
.. guramer:te tam~len a traves de algunos otros aspectos de su lenguaje. . . mco se 1in1ita casi exclusivamente al vocabulario y no parece que tenga
•. DebIdo. a diferencias de apreciación respecto a las distinciones regio­ · ningún efecto en absoluto sobre la pronunciadónde los grupos incluso

nales y socIal~s ~n:rel~ pronunciación y otros aspectos del lenguaje, sue­ más susceptibles, tales como los adolescentes (los disc-jockeys de las emi­

le ser norm3.\. distmguIr entre acento y dialecto,· queriendo indicar con soras de radio y los cantantes pop son una excepción. compleja e intere­

ACENTO •sólo. la pronunciación, y con DIALECTO cUalquier aspecto de la sante). Sin embargo, la diferencia entre pronunciación y otros tipos de

lengua, mclulda la pronunciación. Ello nos permite distinguir entre<lla­ elementos puede tener diferentes manifestaciones, como en el caso de al.

lecto estánda; (que deberí~,namarse 'la lengua estándar', ver 2.2.2) y dia. gunos niños y adolescentes de Detroit, hijos de negros de la clase media,

1ectos no-e~t~dar, y tam?;en ¡:Joder hacer afirmaciones. aparte respecto de que fueron estudiados como parte de una investigación sobre 'dialectología

la pronun~laclón en funclOn de los acentos. Así, en la Gran Bretaña po­ urbana' (materia de estudio de casi todo el capítulo 5), El autor del in­

d~mos decrr, de mucha gente que tiene un acento regional pero que usa el forme, Walter WoIfram (1969: 205), indica que los elementos sintácticos

dialec~o estandar, y que unos pocos hablantes selectos usan un acento RP y morfológicós eran los que cabría esperar normalmente para estos ha­

(Recelved ~,r0nunciation) con el mismo dialecto estándar.· Suele resultar· blantes procedentes de la clase media (por ejemplo, había pocas 'negacio­

una confuslo~ gr~nde si se identifica el dialecto estándar, que es cuestión nes dobles',* muy normales en el habIa de la clase baja de Detroit), pero

de vocabularIO, SIntaxis y morfología, con la 'RP'. que su pronunciación era más o menos como la de la juventud de clase

En esta sección no he hecho más que introducir los términos 'dialect baja de Detroit. También señala (1969: 204) que las diferencias de pro­

. 1" '-al d
s~~la. y ac~r:to, sen an o que entre los hablantes hay diferencias li.r¡­
o nunciación pueden ser cuantitativas, mientras que otras diferencias son cua·

gUlstlcas . debIdas no sólo a factores geográficos, sino también a otros fac­ litativas; es decir, que las diferencias de clase en fonología son una cuestión

tores ~oc!ales. Los problemas de delimitar dialectos regionales también pue­ de cuántas veces se usa un determinado elemento, mientras que las de

den SIn duda extenderse a los dialectos sociales, y en el capítulo 5 cierta­ · sintaxis y morfología son una cuestión de cuáles son los elementos emplea­
~ente veren:;os que así suele suceder. Sería difícil trazar isoglosas para los dos. Sin embargo,.la base de esta afirmación es extremadamente escasa, y .
d~a1ect~s socIales, ya que se haría necesarióplasmarlas. en un mapa multi­ no ha sido confirmada por otros proyectos de investigación.
d:mens:on~l, pero no ,hay motivQ para. dudar de que, si un map~ así pu­ Puede suceder", pues, que la pronunciación y los otros elementos jue­
. dlcra dibUJarse, hallan amos que cada isoglosa sigue un camino único. Así, guen distintos papeles en los actos de identidad de· los individuos a los
p.ue~, .debemos rechazar las nociones representadas tanto por 'dialecto so­ que nos referíamos más arriba, Así, por ejemplo, pudiera ser, que usára­
c~~l com~ por 'acento', por la misma, razón que hemos rechazado la no­ mos la pronunciación para identificamos con nuestro origen (o. para dar
c~on de dialecto regional, excepto como un modo simple y torpe derefe-. a entender que originalmente pertenecíamos a un determinado grupo, per­
tImos a las cosas. teneciéramos o no de hecho a él; compárense los británicos que adquieren
tardíamente el acento RP con los jóvenes negros de clase media de De­
troit, que por alguna razón adquierén un acento de clase baja, bastante
2.3.4 Clases de elementos lingüísticos pronto). Por el contrario, podemos emplear la morfología, la sintaxis y el
léxico para dar a entender nuestro estado sodal actual, como, por ejem­
Una de las p:eguntas más interesantes que suscita toda esta discusión plo, el grado de educación que hemos recibido, Por el momento esto es
acerc~ d:, las vaned~des, es la de si todo elemento lingüístico está sujeto conjetural, pero hay suficientes pruebas de que existen diferencias entre
a vanaClon de. la IDlsma forma. Al referirnos a la noción de 'acento' he­ la pronunciación y otros aspectos de la lengua como para que merezca la
mos apuntado ya .. que puede que haya una diferencia general entre ele­ pena buscar alguna explicación general. Tal como se ha apuntado ya, la
m~ntos dé J:?ronunciacióny .otros elementos (morfoloaía sintaxis. vocabu­ diferencia puede que simplemente sea un artilugio del proceso de ·estan•
. IarlO); por ~ hecho de qué es más.difídl estandariz~r' la pron~nciaci6n darización, de modo que es importante ahora analizar los datos que nos
Dada la. especíalc~nexión entre estandarización y escritura, y el hecho <k ofrezcan las. comunidades no afectadas por la estandarizadón, Si tal~s di­
que no sea necesarIO que la estandarización, se extienda a la pronunciación ferencias se hallan también aIlí, entonces podemos suponer qué hemos
(2.22), no es sorprendente que ello sea así, aunque tampoco es necesario hallado un .hecho fnndamental, y más bien misterioso, acerca del lenguaje.
que 10 sea._, .:_: _ ... _ '.' . : . . ¿Existe alguna prueba de las; diferencias entre aquello a 10 que yo
..... ~~.pror:unciación.difiere, al parecer, de otros tipos de elementos por su

tunaon SOCIal. Por ejemplo, a. pesar de la influencia manifiesta de los Es­ .. Por ejemplo ~d ~on't like notbing». (N. del r.)
5.4 55
--~~_.-.-----

;c;:rid~' refiriendo como a pronunciación (con el fin de evitar pre­ -parece que efectivamente hay una mayor teDdenciaalaucif~rmidad e? la
c;>guntas-acercade 1:1s relaciones entre' fonética y fonología)? ¿Hay alguna .' ...• sintaxIs que en las otras partes de la lengua, 10 queo? es facil. d~explicar.
. -por ejemplo, en favor de que las representaciones súbyacentes(es , ¿Pudiern ser que se diera entre la gente una tendenoa a surm,mtr alterna­
,,-'co"••·_,··.:. _. . .cdecir,la información que se da de una palabra determinada en el léxico,
tivas sintácticas, y a buscarlas deliberadamente en el vocabulano?- :
por oposición a los detalles que podríamos dar de su pronundación en' ora­ Hay dos fuentes de pruebas que corroboran este p:mto ~e vista. ~s
ciones determinadas) están menos sujetas a variación entre los habitantes elementos sintácticos están más bien uniformemente difundidos a traves
que las reglas de pronunciación de determinados fonemas (punto de vista de las fronteras del 'lenguaje' dentro de las áreas adyacentes. (Los aspec­
que señalan, por ejemplo, Chomsky & Halle 1968: 49)? Hay pocas pruebas tos que son compartidos de esta forma, y que no pueden ser explicados
en favor de ese punto de vista, y generalmente se acepta que las diferen­ como resultado de una herencia común a partir de una lengua madre, se
cias de las formas subyacentes (es decir las diferencias léxicas) son abun­ llaman RASGOS TERRITORIALES [Areal featuresJ; para una exposición de
dantes. Por ejemplo, los que pronuncian la Irl de farm puede decirse que tales rasgos, ver Bynon 1977: 244.) Por ejemplo, tres lenguas ady~cen~es
tienen para esta palabra una forma subyacente distinta (y para' todas las de los Balcanes (el búlgaro, el rumano, y el albanés) poseen la mas bIen
palabras con I rfarite consonante o a final de palabra) a la de la forma poco usual característica común de tener un artículo determinado sufijado;
subyacente de la gente que no pronuncia la Irl (ver 5.5.1). De hecho, se así en albanés mik significa 'amigo' y mik-u 'el amigo'. Este rasgo común
suele dar todo tipo de variaciones imaginables en fonología, y se suele dar pu~de ser explicado sólo por difusión de un pasado relativ~mente reciente
a gran escala (cE. los estudios sobre variaciones de pronunciación de O'Con­
(por 10 menos desde la época del !atín, lengua de, la que derIva e~ ru.?!a~o).
Dar 1973: 180; Trubetzkoy 1931; Wells 1970).
Presumiblemente los rasgos se difunden a traves de barreras lmguIstlcas
Cabría preguntarse algo semejante sobre aspectos del lenguaje distin­ como resultado del bilingüismo, y el que prevalezcan los rasgos sintácticos
~(1S de la pronunciación: ¿Hay alguna prueba, por ejemplo, en favor de entre los rasgos territoriales puede ser debido a la tendencia de los bilin­
la opinión de que la sintaxis se resiste más a la variación que la morfología
gües a suprimir las construcciones usadas en una lengua para expresar rela­
o el léxico? Ciertamente se da el caso de que los ejemplos de diferencias
cionessintácticas, favoreciendo así. la difusión de los rasgos sintácticos de
sintácticas dentro de una variedad 'del tamaño de una lengua' suelen citarse
la otra len!rua. La difusión territorial de rasgos sintácticos es, por otra
con mucha menos frecuencia en la literatura lingüística que las diferencias
parte, difícil de comprender, ya que parece que por 10 general la sintaxis
de pronunciación o de morfología, que en todo caso son difíciles de man­
es relativamente impenetrable a los cambios históricos. .0
tener separadas; así, por ejemplo, la <#Jerencia entre-ing e _in' en palabras
•Otra prueba a favor de que solemos suprimir activamente ~ternativas

como coming ¿es una diferencia de pronunciación o de morfología? Ade­


sintácticas, es la que aportan Joho Gumperz & Robert Wilson (1971) de

más, las diferencias de vocabulario son también mucho más mencionadas en


Kupwar, un pequeño pueblo de la India, cuyos tres mil habitantes hablan

los tratados de dialectología que las diferencias de sintaxis. Parece, pues,


tres lenguas distintas: marati y urdu,_ ambas indoeuropeas, y kannada, que

que entre la sintaxis y el resto de la lengua existe una diferencia que es


no es indoeuropea. (Un reducido número habla también una cuarta lengua

necesario explicar. (Para una exposición más extensa de esta clase de ele­
mentos variables, ver 503.1.) . no-indoeuropea, el te1egu.) Como es habitual en la India, el pueblo está

dividido claramente en distintos grupos (castas), identificándose cada uno de

Es preciso, sin embargo, andar con cuidado respecto a esta aparente di­
ellos por su lengua. Sin embargo, obviamente los diferentes grupos nece­

ferencia. Por una parte, la falta de referencia en la literatura a diferencias


sitan comunicarse entre sí, con 10 que el bilingüismo (o el trilingüismo)

sintácticas podría ser debida a la dificultad de estudiar tales diferencias


es normal, especialmente entre los varones. Estas lenguas han coexistido así

puesto que a'parecen. con relativamente poca frecuencia en la conversació~


durante siglos, pero, a pesar del contacto, actualmente son todavía com­

normal Y' son más difíciles de elicitar en comparación, especialmente, COn


pletamente distintas en 10 relativo al vocabulario. Gumperz & Wilson su­

los elementos del vocabulario. En segundo lugar, la estabilidad aparente


gieren que la razón debe buscarse en el hecho de que las diferencias lingüís­
de la sintaxis podría ser ilusoria, pues, de hecho; existen relativamente
ticas sirven de fuerte símbolo de diferencias de casta, que suelen ser mante­

pocos elementos sintácticos (es decir, construcciones) coU;parado' con' los


nidas muy estrictamente; así,- el vocabulario tiene el papeL de distingtili

elementos del vocabulario, de modo que, aunque los elementos sintácticos


grupossociaIes, sin 10 que las demandas de eficacia en la comunicación segu­

variaran en la misma proporción, daríancomoresú1tado un nút:ÍIero más


ramente hubieran eliminado gradualmente las diferencias de vocabulario a

. pequeño. En tercer lugar, aunque haya diferencias entre 1á sint~s y el


100 largo de los siglos. Por 10 que respecta a la sintaxis, sin embargo,

resto de la lengua, ello pudiera ser de nuevo un artificio del proceso de es­
en Kupwar las tres lenguas principales han llegado a hacerse más seme;an­
_~damación~
.... ",,-:,".;,-. .
Sin embargo, sin dejar de tener en cuenta' estas apreciaciones,
tes que eno ningún otro lugar. Por ejemplo, en el kannada estándar, frases o'

~:. ': .
l .- como el cartero es mi mejor amigo no contienen una palabra para indicar
'es' n:iienttas que enurdu y marati sí; pero en la lengua kannada de
Ku~ar sí existe la forma 'es', según el modelo del urdu y del marati. Este
necesaria porque la misma persona puede usar. elementos lingüísticos muy
diferentes· para expresar más o menos el mismo significado ep. diferentes
ocasiones, y el concepto de 'dialecto' no puede ampliarse razonablemente

It .,.
H
..
ejen:iplo es por lo menos compatible con nuestra hipótesis de que las alter.
nativas sintácticas tienden a ser suprimidas, mientras que las de vocabulario
y pronunciación tienden a ser favorecidas como marcadores de diferencias
sociales. No parece que haya nigún ejemplo en favor de la tesis contraria,
para· incluir tal variación. Al escribir una carta, por ejemplo, una perso~a
puede empezar: 'Le escribo para informarle de que ... ', pero en. otra podrla
escribir: 'Simplemente quería hacerle saber que.. :. Tales ejemplos po­
drían multiplicarse indefinidamente, e indican que la cantidad de variación
debida a diferencias de registro (si de alguna forma pudiera cuantificarse)
de que el vocabulario y la pronunciación presenten. menos variación que
puede ser bastante. comparable a la debida a diferencias de dialecto.
la sintaxis dentro de una comunidad.
Podemos interpretar diferencias de registro en función del modelo de
Aunque muy provisional, surge así una hipótesis respecto a los distintQs
actos de identidad, al igual que para las diferencias dialectales. Cada vez
tipos de elementos lingüísticos y sus relaciones con la sociedad, ,¡¡egún la
que una persona habla o escribe, no sólo se coloca ella misma con refe­
cu.alla sintaxis sería la marca de cohesión en la sociedad, haciendo que los
rencia al resto de la sociedad, sino que además relaciona su acto de comu·
individuos intentaran eliminar alternativas sintácticas de sus lenguas indio
'nicacíón con un esquema clasificatorio complejo de comportamiento comu­
viduales (la observación de ·Wolfram de que las diferencias sintácticas ten.
nicativo. Este esquema toma la· forma de una matriz multidimensional,
derían a ser cualitativas más que cuantitativas, parece apoyar este punto
justo igual a la representación de la sociedad que cada individuo construye
de vista). Por otra parte, el vocabulario sería un marcador de divisiones
en su mente (ver 1.3.1). Podemos decir, aun a riesgo de simplificar dema.
. en la sociedad, y puede que los individuos cultiven activamente alterna.
siado, que el dialecto de cadá individuo muestra quién (o qué) es uno,
tivas de vocabulario con el fin de hacer distinciones sociales más sutiles.
mientras que el registro de cada individuo muestra qué es 10 que uno está
La pronunciación refleja el grupo social permanente con el que el hablante
haciendo (aunque estos conceptos son mucho menos diferenciados de 10
se identifica. De ello se origina una tendencia por la que los individuos su.
que el eslogan implica, tal como veremos en la página 61). . . .
primen alternativas; pero, contrariamente a la tendencia que se produce
Las 'dimensiones' en las que. puede ser situado un acto de comuOlcaClón
en· sintaxis, grupos .distiritos suprimen/alternativas diferentes con el fin de
no son menos complejas queJas referentes a la: ubicación social del hablante.
diferenciarse de los otros grupos, y, los individuos mantienen 'con vida' algu­
Michael Hallida:y(1978: 33Jdistingue tres clases generales de dimensión: ....
nas altemativas;;a. fin de poder identificarse con sus orígenes 'aún con más
. <campo', 'modo' y 'tenor' (aveces se usa 'estilo' e~ vez de 'tenor', ~r~ es I
precisiÓn, al. us~iíasen una proporción especial y distU:ltiva con respecto .
mejor evitarlo, ya que 'estilo: suele ~sarse ensentrdo profano para. Indicar ~dru}
a las demásaltemativas; Por muy increíble que pueda parecer al principio,
más o menos lo mismo que registro.). El CAMPO trata del proP()Stto y de f
esta es ciertamente una de las formasen que suelenusarseJasvariables·de'
la materia-objeto de la comunicación; el MODO se reHereal medio .a través
pronunciación; tal como· veremos en el capítulo 5.
del que tiene lugar la comunicación, sobre todo el babIa O la escritura; y el
La razón principal de haber adelantado aquí las indicaciones anteriores, TENOR depende de las relaciones entre' los participantes. Un eslogan puede
es la de mostrar la posibilidad de formular hipótesis interesantes e inves­ . servir de ayuda una vez más: el campo hace referencia al 'porqué' y 'acerca
tigables en comparación con la experiencia de una visión virtuahnente ili­
de qué' se produce la comunicación; el modo es acerca del 'cómo'; y el
mitada del lenguaje que estamos desarrollando, en la que ya hemos visto
tenor quiere decir 'a quién' (es decir, cómo define el hablante el modo
que no hay lugar para los conceptos 'lengua X', 'dialecto X' o incluso
'variedad X'. . en que ve a la persona con la que se comunica). En función de este modelo,
.'~ los dos ejemplos antes citados de cómo empezar una carta diferirían en el
tenor, la una impersonal (dirigida a alguien con quien el remitente tan sólo
2.4 Registros tiene relaciones formales) y la otra personal, siendo el campo y el modo
10s mismos.. , . . U:..
; Según este modelo, las diferencias de registro son por lo menos tridi- nU.\'v'.v..
2.4.1- Registros'J dialectos
mensionales_.. Otro modelo muy usado es el propuesto por Dell· Hymes ......r­
(l972),en elque 10~,elementos lingüísticos seleccionados por elh~blan­
.La palabra ·ltEGISTROes muy usada en sociolingüística para referirse a i:é·:vtenell determinados por no menos de trece variables distintas, dejando
'variedades según el uso', en contraposición a los dialectos, definidos' como
aParte la variable 'dialecto'. Es muy dudoso que incluso este número refle­
'variedades según el usuario' (HaIliday, McIntosh & Strevens 1964; ver
je toda la complejidad de las diferencias· de registro. Sin embargo, ~da
también Crystal & Davy 1969, Gregory & CarroIl1978). La distinción es . ­

58
..~ el término 'registro' (utilizado sólo por los sociolingüistas como término·
de ~stos modelos. ofrece· ~n marco en el ·que phed~nsituaiS'e cu~es~·
.. téCnico) nunca hayan pretendido que se tomara en este sentido, como mues..
_quiera. dimensiones de similitud. y diferencia que sean relevantes; Por·
.tra el hecho de que todos los modelos presentados ponen mucho énfasis
ejemplo, las relaciones entre el hablante y el oyente implican más de una
en la necesidad de análisis multidimensionrues de registros.
relación (como veremos en 4.4.2), incluida la dimensión de 'poder', en la
!' . Otro. aspecto coincidente entre dialectos y registros es que suelen· im­
que el oyente es subordinado, igual o~uperior al hablante, y la dimensión
. #¡
;l :f; denominada 'solidaridad', que distingue relaciones relativamente íntimas de
bricarse considerablemente: el dialecto de un individuo puede ser el regis­
tro de otro. Así, por ejemplo, los elementos que una persona utiliza en
relaciones más distantes. En inglés el hablante sitúa sus relaciones con el
. todas las circunstancias, aunque sean informales, puede que sean utiliza­
oyente en estas dos dimensiones, en gran parte a través de la elección de
das por algún otro en las ocasiones más formales, en las_que siente la nece­
términos o fórmulas de tratamiento:Mr Smith, sir, John, mate, y así suce­
sidad de imitar en lo posible a la otra persona. Esta es la relación que se
sivamente.
da entre hablantes 'nativos' de dialectos estánclar y no-estándar. Formas
n
'1
· Hasta el momento hemos presentado el concepto de 'registro' en la for­
que son parte del 'dialecto' del hablante estándar son parte de un 'regis­
ma en que es usado normalmente como el nombre de una clase de varie­
I
ilI
dad paralela al 'dialecto'. Sin embargo, ya hemos mostrado que los dialectos
tro' especial para el hablante no-estándar. De nuevo, aportaremos pruebas
masivas en· favor de esta afirmación, aunque las pruebas son apenas nece­
,. no existen como variedades discretas, así que debemos preguntarnos por
sarias cuando los hechos son tan conocidos.
qué existen los registros. La respuesta es que, predeciblemente, no pare­
Para concluir, hemos desarrollado ahora un modelo del lenguaje radical­
ce que los registros posean más realidad que los dialectos. Así, por ejemplo,
mente distinto del basado en la noción de 'variedad'. En el último, cual­
es fácil ver que la selección de elementos de una frase dada refleja dife­
quier texto dado representa sólo una variedad (aunque reconociendo que
rentes factores, que dependen de los términos implicados. Puede que un ele­
'1 puede darse 'cambio de código'; ver 2.5), y para cualquier variedad dada
mento, por ejemplo, refleje la formalidad de la ocasión, mientras que otro
puede escribirse una gramática: una descripción que cubra todas las clases
refleja la habilidad del hablante y del oyente. Este es el caso de una frase
de elementos lingüísticos que se hallan en los textos representativos de tal
como We obtained somesodium ehloride, donde obtained es una palabra variedad. . . ..
formal (en oposición a got) y sadium chlaride es una expresión técnica (en
. . podemos darle el nombre de MODli:LO BASADO Ei~ LA VARIEDAD¡ en opa­
oposición a solt). La dimensión de formalidad es totalmente independiente
SIClon al MODELO BASADO EN . LOS ELEMENTOS· que hemos desarrollado en
de la dimensión de tecnicalidad, como queda reflejado por .el hecho de que
este libro hasta ahora. En el último modelo, cada elemento lingüístico se
la elección entre obtoin y get· no tien~ absolutamente ninguna conexión
asocia con una descripción social que indica quién 10 usa y cuándo: Se tienen
con la elección entre sodium chloridl'y salto Así, con las siguientes frases,
en cue~ta las semejanzas entre los elementos en su descripción social, y, en
perfectamente· normales, pueden representarse cuatro combinaciones de
la medida en que los elementos son semejantes, pueden ser agrupados juntos
formalidad y teCnicalidad:
como miembros de una versión débil de 'variedad', pero puede haber mu­
chos f5:Upos así de elementos en la lengua de 'una persona determinada, y
formal, téCnico We obtained some sodium ehloride.

tamblen habrá muchos elementos con descripciones sociales únicas. No es


formal, no técnico We obtained some salt. .

necesario que las descripcio.nes sociales de los distintos elementos se refie­


informal; técnico We got some sodium eh/arMe.

ran todas ~ los mismos factores, y de hecho no 10 hacen así, de modo que
informa!, no téCnico We got some salto
en una misma frase algunos elementos (pongamos, palabras) pueden re­
flejar la región de origen del hablante, otros su clase social otros su rela­
Ejemplos sencillos como éste indican que los diferentes elementos lin­
ción con el oyente, otros la formalidad del momento, y así 'sucesivamente.
güisticos son sensibles a los distintos aspectos del acto de la comunicación
· de la misma forma que~los diferentes elementos responden a las distinta~
Se~ este punto de vista, el objeto de. la descripción, para la lingÜística
descnptiva, no es la 'variedad' sino el elemento l.iñgiiístico, y la pregunta
car~cterísticas del hablante- ('.4.2). Podemos hablar de registros sólo como
a la que buscaremos respuesta es hasta qué punto podemos hacer afirma­
· vanedades' en .el sentido míts bien exiguo de conjuntos de· elementos lin-·
ciones generales acerca de los elementos lingüísticos;-tant6dentro de la leD:­
güísticos que poseen todos la misma distribución social esdec1r\:¡ue apare­
gua de un individuo como a través-de los individuos ~y, naturalmente
~ cen todos bajo las mismas condicio~es.Eséste uitdarriÓr lejano de la noción qué clases de afirmaCÍ:0nes generales hay. .... .'
a
de varÍ:dad en la que el hablante se Sujeta a una variedad· 10 largo de una
. s~enC1a d~ habla, hablando 'un dialecto' (quizás .el úñico /que sabe) y 'un
regIstro'. Sm embargo, probablemente sea justo decir que los· que iltili.

60 61

ji:.
, .' . .

that... y la preferencia por la primera es simplemente una éuesti6ri de


':1 necesidad convención.
Esta discusión tiene consecuencias prácticas ilDportantes, puesto que·
Una pregunta particularmente interesante, que surge en conexión con entre la gente profana existe una tendencia a presentar todas las diferen­
las 'descripciones sociales' a las que no~ referíamos en el último párrafo, cias de 'registro' como igualmente importantes, y, por la misma raz6n, como
es la de si representan normas sociales, como resultado de simples conven­ importantes. Consecuentemente, puede que un niño tenga que invertir
ciones, o si son consecuencia necesaria de la forma en que el lenguaje tanto tiempo y esfuerzo en aprender asuntos de convención lingüística (tales
es aprendido y usado. Este problema se plantea tanto con respecto a los cómo el usar la pasiva al escribir sobre experimentos científicos) como en
'dialectos' como· a los 'registros', es decir, con respecto a las descripcio. asuntos de necesidad lingüística, tales como los términos técnicos de la
nes sociales que se refieren tanto al hablante como a las circunstancias. química.
Sin embargo, aquí limitaremos la dlscusión al último aspecto, en el que La distinción entre limitaciones sociales convencionales y necesa:rias es
las cosas están más claras. también interesante a la vista· de la fuerza de sentimiento que suscita el
. &,.fu. El inglés que se usa en las cartas formales incluye expresiones como primero. Ello es especialmente claro en el caso del tabú lingüístico, tal como
(yJ'fc~o-further to our letter of ... } we note that ... , we regret to inform you that ..., el de las 'four letter words' en inglés (ver Bloomfield 1933: 155, 400 Y
wJ. Y así sucesivamente. ¿Por qué se hallan particularmente estas expresiones, Bolinger 1975: 255). Existe una convención muy arraigada, según la cual
cuando otras con el mismo significado (por ejemplo we are sorry to tell ciertas palabras, tales como shit, * nunca debieran usarse, y mucha gente _
you) no se dan? Una respuesta sería que simplemente es cuestión de con­ conoce estas palabras pero observan la convención hasta el punto de que ~ 0...t ')~'
vención v una casualidad de la historia el que fueran seleccionadas las for­ nunca las pronuncian desde que nacen hasta que mueren (ní siquiera para
mas que' ahora se usan con preferencia a las alternatívas, que hubieran ser­ decir que sus hijos las han usado), hecho verdaderamente sorprendente,
vido 10 mismo. Puede que una vez establecidas las convenciones luego considerándolo objetivamente. Más aún,.la conyenci6n está itlcluso respal.
lleguen a ser necesidades, en el sentido de que. deben ser utilizadas si: se dada por la ley, de modo que ,hasta época recienté los editores corrían el
. quiere que una carta sea. aceptada como 'normal'. Pero no había ninguna . riesgo de ser perseguidos por la ley si imprimían ciertas palabras~ Para mu~
raZón· para que iueran éstas lasi formas preferidas en un principio. La otra clllsima gente, el efecto del tabú lingüístico es el de conceder a estas pala­
respuesta es la de que simplemente no hay formas alternativas de signifi. bras un valor extra como símbolos de protesta, por. ejemplo. Es 'particular­
cado idéntico, dé modo que el uso de los elementos en cuestión es inevi. mente claro que en estos casos· el valor social de una palabra es simple.
table, si tales significados han de ser expresados de algún modo .. mente una cuestión de . convención, puesto que otras palabras,' con los
No es difícil buscar una: solución genera1.al conflicto entre convención' mismos significados precisamente no son tabú (aunque puede que estén
y nece~idad como eh"Plicaci6n de los hechos. Resulta que una explicaci6n restringidas al uso como términos técnicos, cómo jaeces, ** o para hablar
es adecuada en algunos casoS, y que la otra lo es en otr?s. Por ejemplo, la con los niños, como poo-poo,*** etc.).'Toda el área lingüística del tabú o
elección entre· get y obtain es cuestión de convención, puesto que no hay semi-tabú (jerga, juramentos, insultos, etc.) merece una seria investigación
ningún requisito· general por el que el más específico de los dos términos sociolingüística, 10 que nos indicaría mucho acerca de la lengua en rela.
deba ser el más formal (compárense car y vehicle). Contrariamente, la ción con la sociedad.
elección entre salt v sodium chloride como término técnico es (preS'o.1mible.
mente) una cuestiÓn de necesidad, puesto que, por una parte, es impor­ Hl c¡( U,}JJ)- .
tante evitar la ambigüedad en los términos técnicos, y salt es ya una palabra 2.4.3 Diglosia
usada como. t~mino técnico en química {aplicado a todo compuesto forma. Ll;-\)~ dJ- fS--ít~ ht>...í.t~,.4- 'tI.>\.. ~\jf\.~{l
dopo! la comhinaci6n.de dos iones) y, por otra parte, es conveniente tener . Después de haber hecho' hincapié. en la posibilidad teorética de que
.un nombre para. designar la sal de mesa. que' revele su relación, conótias ,cada elemento lingüístico individual tenga su propia y única distribución
. substancias~ talcomo hace el nombre compuesto sodium' chloride:' De 'forma social con respecto a las circunstancias de uso, es importante ahora' decir

semejante; esdiffCil'pensár •en formas alternativas de' 'lenguajeórdiriano' que no es necesario explotar esta posibilidad, y que en algunas sociédades

:'l .... para expresar lossignifcadosde further toour letterof... y we notedthaC;,


de mqdo que su uso en cartas formales, en lasque hay que expresar tales * Mierda. (N. del T.)

signifkados, es uria cuesti6n de necesidad. Por el contrario, weregret. to ** Heces. (N. del T.)

inlorm you that... expresa el mismo significado que we are sorry to tell JOU *** Caca. (N. del T.)

. ,

,62
6J
,erii:reJOspobres y los ricos, pero las dif~rencias se manifiestan ~ólo en las" , .
seda una situaci6n relativamente simple denomfu~da DIGLOSIA, en la que, , sltuaa:ones públicas formales quereqUleren el uso de la vanedad alta,. ,','.' ,
un tipo por lo menos de restricción social sobre Jos, elementos puede c'no 'tanprotíto'cómo el hablante abre la boca. Volveremos a tratar la, r-I~
venir expresada en función ele 'variedades' a gran, escala, más que de ele­ . ~ituación de sociedades no diglóskas en 6.2 y 6.4., " ' -­
mento por elemento; El término diglosia fue intrOducido en la literatura ,Es de notar que la definición dé 'diglosia' dada por. Ferguson es ba~tan-
sociolingüística inglesa por Charles Ferguson (1959), con el fin de ,descri­ " t e específica en algunos puntos. Po.r ejemplo, se reqUl:re, que las va;:l;da­
bir, situaciones como las encontradas en Grecia, el mundo de lengua árabe des alta y baja pertenezcan a la nusma lengua, es, de:1t arabe (o claslco~.
en general, la paite germanófonade Suiza, y la isla de Haití. En todas Sin embargo, algunos escritores ha extendido el terIl11O~ has.ta abarcar SI-, ,
estas sociedades existen dos variedades, suficientemente distintas para el , tuaciones que estrictamente no entrarían de?tro de la dig!osla de acuerdo
profano como para ser consideradas lenguas diferentes, siendo utilizada una con esta definici6n. Joshua Fishman, por ejemplo, se refiere al Para~uay
de ellas sólo en acontecimientos públicos y formales, mientras que la otra como un ejemplo de comunidad diglósica (1971: 75), aunque las varIeda­
forma es usada, por todo el mundo en las circunstancias diarias y norma­ des alta y baja sean respectivamente el español y el guaraní, una lengua
les. La definición que Ferguson da de diglosia es la siguiente: india sin ninguna relación con el español. Puesto que hemos argumentado
que no existe una distinción real entre las variedades de una lengua y entre
[9t:J10:Í.11.ti. Diglosia es una situación lingüística relativamente estable en la diferentes lenguas, tal relajamiento parece bastante razona~le. .,
t~orrL 1 que, además de los dialectos primarios de la lengua (que puede Sin embargo, Fishman (siguiendo a John Gumperz) extiende tamblen el

-.J incluir un estándar o estándares regionales), existe una variedad término diglosia hasta incluir cualquiet sociedad en la que se usen dos o

superpuesta, muy divergeme y altamente codificada (a menudo gra­ más variedades bajo distintas circunstancias (1971: 74). Podría ser ésta

maticalmente más compleja), vehículo de un corpus extenso y res­ una extensión lamentable,* puesto que haría de toda sociedad una sociedad

petable de literatura escrita, bien de una época anterior, bien de diglósica, incluyendo la Inglaterra de habla inglesa (menos los ~grantes

otra comunidad lingüística, que es extensamente aprendida en la con lengua materna distinta al inglés), donde los así llamados diferentes

educación formal y que es utilizada en la mayoría de sus funciones 'registros' Y 'dialectos' son usadog:hajo diferentes circunstancias (compá­

formales escritas' y habladas,' pero que no es utilizada por ningún r~seun sermón y una información· de deportes, por ejemplo). El valor del

sector de la comunidad en la conversación ordinaria. concepto de diglosia es que puede Utilizarse para la tipología sociolingüís­

tica --es decir, en la clasificación de las comunidades según el tipo de esce· "

En una comunidaddiglósicaárabe, por ejemplo, la lengua empleada en nariosociolingüístico prevalente- y la 'diglosia' proporciona Un contraste

casa es una versión local del árabe'~puede haber diferencias muy grandes revelador con la clase de situación que se da en la Gran Bretaña y en los

entre un 'dialecto' y otro del árabe, hasta el punto de no entenderse mu­ Estadós Unidos, que podríamos llamar dialeetia social, para mostrar que

tuamente), con poca' variación, entre los hablantes más educados y los las 'vaiiedades' implicadas son dialectos sociales, y no registros.
menos educados. Sin embargo, si alguien tiene que pronunciar una confe­ FInalmente, ¿cómo podemos reconciliar la definición de diglosia con

rencia en la universidad, o un sermón en la mezquita, debe utilizar el ára­ nuestra reiviridicación de que las variedades no existen más que como

be estándar, una variedad diferente de la variedad local vernáéüla a, todos maneras informales de hablar acerca de los elementos lingüísticos que

los niveles, tan distinta de ella que se suele enseñar en las escuelas de la
misma forma en que se enseñan las lenguas extranjeras en las escuelas de * Si, acertadamente, hemos negado valor generalizado a los conceptos lengua,

países de habla inglesa. De la misma forma, cuando los niños aprenden a dialecto, variedad..., y si lo que realmente cuenta es cada individuo con su esque­

leer y escribir, se les enseña la lengua estándar, y no ht vernácula locaL ma mental de la sociedad y los elementos lingüísticos y su distribución social, 10

La dif~renda más obvia entre las sociedades diglósicas y las sociedades mismo sucede, consecuentemente, con el concepto de diglona. Si queremos mant~er

el concepto de aiglósia con valór generalizador, no hay por qué no mantener tambtéo.

normales, de. habla ingleSa es que en las ,primeras nadie tiene el privilegio con el, mismo valor, (es decir, sin valor 'alguno), los otros conceptos anteriormente

deaprendér la variedad de lengua alta ,(tal comó, se i.lsaeÍl los aconteci­ , discutidos. De' hecho, toda lengua ,estandarizada supone ya una consagraci6n de la

mientos formaJes' yen la éducación) como su' primera lengua, ya q~e en diglosia.Más aún, si la. lengua es reflejo, entre otras cosas, de la situaci6n social, 0.

'casa todo el mundo habla la variedad de lengua baja. Enconsecuéncia, lo que es Ion+ismo, la divisi6n de la sociedad en clases, o:stas... sociales queda refleja.

la forma de aprender la variedad' alta en tal sociedad no' es naCiendo en da en la lengua (o sea, produce 'variedades'), toda sociedad así será digl6sica (digl~

sia por simplificar; lo más seguro, sin embargo, tri·, tetra--, penta-... n-glóska), que

" la .clase ~decuada de familia,sino yendo a la éscueIa::Desde luego que es precisamente' hacia lo que apunta Fishman, y que el mismo Hudson parece .indicar

ex:tsten diferencias entre las familias respecto a sus posibilidades de pagarse en el párrafo final de esta parte. (N. del r.). '" ,

la educación, de modo que la diglosia no garantiza la igualdad lingüística.


65
64
tienen una distribución social aproximadamente idéntiat ? .si hemos de ban en su cónversación ambas variedades, la estándar y la dialec- .'
, mantener' esta posición, podemos considerar diglósicas a'las comunidades" tal, según estuvieran o no hablando de asuntos oficiales. Tgu~­
en lasque la mayoría de los elementos lingüísticos pertenecen auno u otro mente cuando los residentes se acercaban a la mesa de los funoo­
de dos conjuntos no imbricados, usados cada uno de ellos -bajo circunsian~ , nacios; el saludo y las preguntas acerca de los asuntos familiar~s
das' distintas. Por oposición a esta situación, los elementos lingüísticos ~ acostumbraban a hacerse en el dialecto, mientras que la parte ofi­
, una' comunidad no diglósica no pertenecerían a un número reducido de con-, cial de la operación se llevaba a cabo en el estándar. (Blom &
jqntos no imbricados, sino que estarían más cerca del extremo opuesto, en Gumperz 1971: 425.)
donde cada elemento posee una distribución social única y propia. Visto
en función de este modelo, la, diferencia entre comunidades diglósicas y no Ejemplos como éste muestran que los ha.blantes :on capaces ~e manipu­
diglósicas no deja de ser menos atractiva, pero bien pudiera suceder que lar las normas que rigen el uso de las varIedades Justo del mIsmo modo
fuera algo menos clara de lo que la definición de Ferguson pudiera dar a que pueden manipular las normas que gobiernan los significados de las
entender. palabras usándolas metafóricamente. Esto es algo que todo el mund?
sabe por su experiencia cotidiana, pero merece la pena hac~rlo notar explí­
citamente en un libro de teoría socíolingüística. ya que evua la trampa de
2.5 Mezcla de variedades considerar a los hablantes como si fueran una clase de autómatas socioIin·
güísticos, capaces de hablar tan sólo dentro de las condiciones .impuestas
2.5.1 Cambios de c6digo por las normas de su sociedad. ., .
Otro aspecto que hace más interesante los camblOs de COdlgO es que
A fin de facilitar laexposíción de esta parte usaremos el término 'varie­ el hablante puede cambiar de código (es dedr, variedades) dentro de una
dad' para referirnos a la clase de objeto tradicionalmente denominado len­ misma frase, e incluso puedehacerló repetidamente;]ohnGumperz:(1976)
gua, dialecto o registro. Sin embargo, todavía hay más razones para.noto-. sugiere eLtérmino CAMBIO DE CÓDIGO ~ONVE:RSACIONAL para este tipo: de
," mar esta noción demasiado en serio 'como parte de la teoría sociolingüística, cambio, con el Hnde distinguirlo del "CAMBIO DE CÓDIGO SITUACI~NAL
" , puesto que lis llamadas variedades puedenmezclarseexasperadamente unas' (que él llama de hecho 'diglosia'en el sentido más amplio s~ñalado. arrl~~), .
.M~~V:t~o:t:asaunenünamisma:~~rción del habla. El ejemplo más obvio y.más en el que, cada punto del cambio correspondeaun cambIod: sltua~lOn.
\~ (Id' conOCIdo es loqlIe:se denomma CAMBIOS DE CÓDIGO, por el que unmlsmo En el caso de cambio de código conversacional no hay tal caml;>lo de' sltua­ ,1
~ y¡)..< ,hablante utiliza diferen:es ~aciedades en .mom~ntos dis:intos.Esto,' natu­ dón, ni tampoco cambio de tema. que pudiera llevar a un cambio dé ~ódigo
y .,ralm:nte, es consecu~:la directa ~e la eXlste~cIade ~regIstros', puest~que metafórico. En cambio, se tiene la impresión de que el objetivo es SImple­
el lDlsmo hablante llttlizanecesatlamentereglstros diferentes en ocaSIOnes mente producir muestras de las dos variedades en una pr?pordón, diga­
diferentes (para una exposición clara de cambÍos de código en determinadas mos, más o menos igual. Este equilibrio puede ser consegUIdo expresand?
comunidades, ver Denison 1971, Parkin 1977). Si esto fuera todo 10 que una frase en una variedad y la siguiente en la otra' variedad, y así suceSI­
implican los cambios de código, tal cóncepto no añadiría nada nuevo a lo vamente, pero también es posible que las dos variedade.s sean ~s.adas en c,S.
que ya sabíamos. Sin embargo, no todo acaba aquí. partes distintas de una misma frase. Parece que el cambIO de codigo con- .ti L'].'"
En primer lugar, el denominado CAMBIO DE CÓDIGO METAFÓRICO versacional es aceptable en algunas sociedades, pero no en otr~s; no es algo ·~o ;...
(Blom & Gumperz 1971), donde una variedad normalmente usada sólo en que haga el individuo bilingüe, excepto al hablar con un mIembro de la' ' ..... '
una clase de s~.tuación es usada en otra distinta porque el tema es de los comunidad que 10 permita. , . " ,
que surgírían normalmente en el primer tipo de situación: Un ejemplo cita­ Los casos más claros de cambio de código conversaCIOnal son, natural- O
do porJan-Petter J3lom y John Gumperz, es el que se produjo durante la mente, aquéllos en los que las varie9adesimplicadas son claramente más ~s: ~
investigación que llevaban a cabo en una población del norte de Noruega, tintas como suelen ser!bcuando se trata de lenguas distintas.' Laque
Hemnesberget, en.la cual se da una situación de diglosiá con una 'de las sigue'es . un extracto del habla de una hablante de, Puerto Rico que vive
dos lenguas estáOdar noruegas (Bokmal) como vaciedad alta y con un dia­ en Nueva York, citado por William Labov (1971): '
,- lecto local (Renanial) como variedad ~aja. " lhe- \'"\ilh~Yl
¡
Por eso cada, you knowit's notlúng to be proud of, porqu~ yo
,L ;\jd'e,"{)'\
: En el tt~so de una mañana en las oficinas de la administra­ no estoy proud of it, as a matterof fa:t 1 .hate it, ?ero V1e.ne
~~ J~\tJ _Vierne y Sabado yo estoy, tu me ve haoa mI, sola WIth a, aquí ',' '

--
ci6n municipal, nos dimos cuenta de que los funcionarios utiliza­
'!tv¡¡\.;~ .
66 67
. '.
pré:stamo no implica ningún
a; L,.-:l ~':-U1~ .. ir .IL ~¡'¡M..
de variedad cQ.ando un&elemento tal \ ~
solita, a veces que Frankie me deja, you' know a stick Or some-
usa en una frase del inglés como Let's haile some boeufbourguignonJ ¡Y;,A
· . que boeuf bourguignon es ~hora parte de la lengua inglesa, po:- lo {,.~bi~
J

, E!e~pl?s como' ~ste son interesantes porque muestran que las categ~
· .que respecta al hablante. En camblo, en caso de que el hablante hubiera (.Vi';:.;
:las slOta~lcas que se usan para clasi:ficar-elementos lingüísticos pueden ser
· dicho Let's have du hoeufbourguignon, sí habría cambiado de código,'
lOdepe:ndientes de sus descripciones sociales. Por ejemplo, en el extracto
porque la palabra du ('algo') es francesa y no inglesa, y aparece sólo ante
de amba, ~l ~erb? es~añol estoy va seguido de un adjetivo, pero en este
nombres franceses, de modo que podemos con toda seguridad predecir que
caso un adJetIVO lOgles (proud). Lo que corrobora el punto de vista de
Lets'have du bread no se daría nunca, a no ser que bread fuera un présta­
qu; 'p'0r lo menos algunas ca;egorías sintácticas (y otras) empleadas
en el !, ,;. mo del inglés al francés, y que contara, por tanto, como palabra francesa.
.\.. Es mucho menos probable que palabras como du sean tomadas prestadas
análiSIS ~ la len~a s~n uruversales y no sujetas a lenguas particulares.

Un eJ:mplo aun mas claro de cambio de. código conversacional dentro


como elementos individuales que el que lo sean palabras como boeuf bour­
de unaml:ma frase es el citado por GilIianSankoff~ ·referido al habla de
guignon, simplemente porque es probable que no haya ninguna necesidad
un cont~atlst~ de un pueblo de Nueva Guinea (Sankoff 1972: 45), Las
de tomarlas prestadas por tal variedad.
lengu~s, Implicadas aquí son las llamadas buang y pidgin neo-melanesio
o Es normal que los elementos se asimilen, en algún grado, a los elemen­
tok plsm (a ~as que volveremos en 2.5.3), En la lengua buang, la negación
tos que ya existen en la variedad que los toma prestados, siendo los soni.
se,hace mediante la forma su antepuesta al predicado (es decir, el verbo
dos reemplazados por los sonidos nativos, etc. Por ejemplo, la palabra res­
n: as sus complementos), y la for~a re pospuesta; pero en una frase (dema_
taurant perdió la r uvular al pasar como préstamo del francés al inglés, de
SIado .Iarg~ pa:a mencIOnarla aqUl) el predicado era sobre todo en inglés,
modo que ahora en una frase del inglés sólo se daría con r uvular como
pero Iba mclUldo entre las formas su ... re de la construcción del buang
ejemplo de cambio de código. Por otra parte, no es necesario que la asi­
~odemos concluir, una vei más, que elementos de lenguas tan distinta;
milación sea total, y muchos anglohablantes aún pronuncian restaurant con
rclhs~ como el buang y el' pidgin neo-melanesio son clasificados tanto por
vocal nasal. al final de la palabra, lo que no hubiera sido así si la palabra
os a !ant~ c~m,o por los lingüistas, en función de un conjunto' común de
no .hubiera sido tomadáprestada del francés. Palabras como ésta hacen
categonas ~m:acttcas (en este caso, algo como la categoría 'predicado').
que resulte muy difícil trazar una línea precisa en torno al 'inglés' y des­
Una ~atena ~n~eresante 4e ~vestigar en las comunidades que permiten
cribir 'el sistema fonológico del inglés', puesto que el sistema del inglés
cambIOS, de co~~o conversacIOnal es si;:;hay alguna restricción que regule
está mezclado con sistemas de otras lenguas. Por otra parte, éste es un fenó­
el ca.mb~o de codi~o. Por. ejemplo, ¿podría darse en medio de un sintagma
meno muy común tanto en inglés como en otras lenguas. (Obsérvese, en
n,?illlnal. Ta~to SI resultara que las restricciones se deben a una conven­
el inglés británico, la fricativa velar al final de loch y las frÍcativas laterales
CIÓ? de la soetedad como a limitaciones de la mente humana, los resultados
sordas en Llangollen, casos que no se darían normalmenté en inglés si no
senan seguramente interesantes. fuera por un cambio de código.) .
El préstamo que continúa completamente sin asimilar, se sitúa en el e:'{·
tremo de una escala que tiene en el otro extremo elementos que ya no pre­
2.5.2 Los préstamos sentan parecido formal con las palabras o expresiones extranjeras de las
cuales derivan. Tales términos son denominados CALCOS. Por ejemplo,
Otro ,modo de q~e variedades diferentes lleguen a mezclarse entre sí
el inglés superman es un calco del alemán Übermensch, y la expresión
;~ a tr~s d.e lo~ prestamos (una exposición breve y buellapuede hallarse
['ve told him [ don't know how many times es una traducción directa del
Blll'. g 1970, cap. 1~, 1.. una n:~s.e.'{tensaen Byhon 1977: cap. 6).
francés Je le lui ai dit je ne sais ptts combien de fois (Bloomfield.1933:
~s ObVIO qué es 10 9uequ::remosde~Ir:9I? el !érmino 'préstamo' cuandoUh
457). Estos ejemplos ilustÍ:an que ~l préstamo puede implicar los niveles
e.emento p~sa de una vanedad'.a.otra; es dedr, ctiandoél nombre de uÍi
de la sintaxis y de la semántica sin implicar en absoluto el de la pronun­
piato fra.nces con:o boeuf b:)Ur~utg,!on se toma prestado' para usarlo tomo
ciación, lo. que nos lleva de núevo a la cuestión de los rasgos territoriales
r;;abra mglesa;Junto con su pr()nunfiación francesa (c(}n r üvular, etc.).
ya tratados en. 2.3.4, donde veíamos que era normal que rasgos sintáctico:
s h~blantes mgl~s.es qu: saben que tal elemento pertenece a una lengua
pasaran prestados de una lengua a otra vecina a través de los hablantes bi­
~f tranjera, .10 claSifican SImplemente cambiando su descripción social de
lingües. Sabemos ahora de tres mecanismos que pueden ayudarnos en la
rancés' a ,. l' '. ( , b bl . ", explicación de estos hechos. primero, que existe una tendencia a elimi·
'usad . 1Jl~ es o, :[rl.as pro a emente, de" usadC? por los franceses' a
" o por mt). ql5?~lamente a lo queocutrecon el cambio de código, nar al~emativas sintácticas (ver 2.3.4). Después, la existencia de calcos

68
69
..... . . La palabra que exprese el número 'uno', por ej~mp10, ser~ tomada
~~i\cjF~?:;>~o~Jos\"qt¡(! 'a<:abamos de citar, que pueden actuar 'luego Como niode10s .• . tada sólo cuando casi todos hablen tanto la lengua acreedora como la
. . ' ,seg&ilos,qtledesarrollar construcciones 'nativas' normales.Y,.en tercer f=gua'fueri.té',mientr~s que la palabra que signifique 'aeroplano' pacida
lugar, existe también e! cambio de código conversacional (25.1), que faci­ ser tomada prestada fácilmente sin que nadie fuera comp1etan:;ente comp~.
'litad que las lenguas en cuestión lleguen a ser más semejantes en su sin­ .. tente en las dos lenguas, pero con que una o dos personas tu'V1eran la, Sufl­
taxis, de modo que los elementos de cada una de las lenguas pueden sus­ . ciente familiaridad con la lengua fuente como para conocerla, palabra ~ero­
. tituirse más fácilmente entre sí dentro de una misma frase. Si ambas len­ . plano'. Sin embargo, puede que la verdad resulte mucho .mas compleja de
guas colocan el complemento en el mismo lugur respecto al verbo, por ejem­ 10 que esta hipótesis s~~iere, que de todas f~rn:~s ~o es SImple, po: l~ que
plo, el cambio de código es más fácil que si una lengua pone e! complemen­ respecta a la organizaClon de los element~s lingtUstIcos en. n~veles distmtos,

to en un sitio y la otra en otto. . tales com sintaxis, vocabulario y fonologla, ya que .los dIstmtos ~lement?s

La cuestión es si hay algunos aspectos de! lenguaje que no pueden ser del vocabulario se ponen en extremos opuestos de la escala. ASI, el pres­

prestados de una lengua a la otra. La respuesta parece ser que no (Bynoo tamo es un fenómeno que puede echar luz sobre la organización ínter.na de

.1977: 255). Incluso la morfología infIexional de una lengua puede ser la lengua, y ciertamente sobre las relaci~nes ~ntr~ la lengua y la SOCIedad,

tomada como préstamo, como 10 prueba una lengua de Tanzania llamada una vez que se hayan llevado a cabo las lOvestlgaclOnes adecuadas.

mbugu, que por lo visto ha 'tomado prestado un sistema infIexiona1 de


una o más lenguas banm vecinas, aunque otros aspectos de su sistema gra­
matical son no-banm. Sus rasgos no-banm de ahora incluyen los pronombres
--- _1....;"/ ).
,
f / ~ í ,I'~~i¡l
2.5.3 Pidgin ~~---~ --- -·pilK fT-f­
personales y los números de 1 a 6, que según se considera normalmente, . '-,
constituyen un vocabulario tan 'básico' que son inmunes al préstamo (Bynon Además de Jos cambios de código y del préstamo, hay otra forma de
1977: 253). Evidentemente que tales casos suelen plantear problemas al mezclar variedades entre sí, concretamente mediante el proceso de crear
modelo de árbol de parentesco, ya que tendría que ser posible clasificar una nueva vadedada partir de dos (o más)variedzdes existentes. Este pro­
la lengua en un árbol nada más. Mientras que algunos de los rasgos indi­ ceso de 'síntesis de variedades' puede adoptar qnnúmerodiversode formas,
can que la lengua debería estar enel.árbo1.bántú, otros, como los men­ incluida, por ejemplo, lá creaci6n de lenguas auxíliáres;arrificíales como el
cionados arriba, indican que pertenéc~aaJgún otro. árbol (posiblemente al esperanto y el inglés básico (para esto, ver Bolinger 1975: 580). Dé todas ..
árbol de las lenguas 'cushíticas').¿Cómo:deberíamos 'resolver el conflicto? formas, la manifestación' más importante, con mucQo, es el proceso de
¿Puede aplicarsealgúnprincipiog(!1leralpara, contrapesar 'la evidencia de pidginización, mediante el que se crea~.las LENGUAS, P7DG1N,. ~ P:rD?INs.
la morfología infIexional contra ladélvocábulario básíco?(Hay que hacer Estas variedades son creadascón proposltos muy' practICaS e mmedIatos
notar, entre paréntesis, que la morfología inflexionalestá acompañada de re· . entre gente que de otro modo no tendrían ningún lenguaje común, y trans­
glas de concordancia del tipo bantú, que pertenecen, presumiblemente, a la mitidas de persona a persona dentro de las comunidades implicadas, ~omo
sintaxis.) Uno se pregunta si acaso existe alguna Clase de realidad externa· forma de comunicaci6n aceptada con los miembros de la otra comumdad.
contra la que se pueda contrastar una respuesta a preguntas como ésta . (Una excdente exposición de los temas tratados aquí y en 2.5.4 es la de
. Suponiendo que no existan áreas del lenguaje no susceptibles'de prés­ . DeCamp 1977.)
tamo, es posible preguntarse aún acerca de las diferencias entre las dis­ Puesto que el comercio suele ser muchas veces la razón por la q~e :e
tintas .áreas del lenguaje. Por ejemplo, ¿hay algunas limitaciones a las quiera comunicar con miembros de otras comunidades, una lengua pldgln
condiciones en las que los distintos aspectos de la lengua puedan ser toma­ puede ser lo que se llama una LENGUA DE COMERCIO, pero ~o to~as las
. dos prestados? Po~emos sospechar, por ejemplo, que alguna clase de ele­ lenguas pidgin están limitadas al us~ d.e lenguas de co~erClo, n~ todas
mentos serán tomados prestados sólo bajo condiciones de bilingüismo muy las len~as de comerc.iosQn lenguas pldg~. Po~ el contra:~?, puede que la
extendido, mientras que otras clases pueden darse donde sólo haya unos lengua de una comunldad de una determIna~a area sea ut1ilza~ como len­
pocos miembros de la sociedad que sean bilingües en las lenguas en gua de comercio por todas las otras éomumdades .. Se recordara que e~ 1~
. .cuestión. Los aspectos del primer tipo constituirían la menor rpateria de región noroeste del Amazonas e! tukano es la lengua de ?~a de las vemt,l­
préstamo, y los de! segundo tipo constituirían la mayor materia-de prés­ . tantas tribus que allf habitan, peroque es empleada tamblen por las den: as
tamo, de modo que podríamos construir una~ escala de accesibilidacl al prés­ tribus como lengua de comercio. De iguál forma, en muchas partes de Afrtca
'" tamo,en la que lamorfologfa inflexional,y e! 'vocabulario básiCo' como los
se usan el inglés y él'francés como lenguas de comercio. En raposi~ón
ÓÚIneros ·pequeños, seguramente se hallanan en el extremo 'menos accesi­
a lenguas de este tipo, una lengua pidgínes una varieda s~Cial~
~ ble','y el vocabulario de los inventos (como aeroplano o hamburguesa) ene!

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.70
me~te" ~on el propósito de' conii.micarse con algtin ótrogiupo, sin que sea mente, uno de los rasgos más característicos de las ,lenguas p;idginef la~ ,
tlsadá por ninguna comunidad para comunicarse entre ellos mismos. falta de morfología, y; si ~e encontrara. que alguna vaneda~co~tleI}7~<;lrf.~;
~~i~ . ~1 térmm? 'pidgio' ?e.tiva, segúri creen muchos (aunque no todos), logía, especialmente, morfología inflexional, ~uchosesJ?eciaysfas. ~e este,
j a..t.; ~., . de la palabra 1O~esa b~s:nessJ tal co~o es pronunciada en el inglés pidgin campo se mostrarían reacios a :ratarla com? pldgin (lo que no slgnifl;a, .na­
'?tAi~l que se ~esar;o~o .en Ch~a, (esta varIedad fue llamada 'business English', turalmente, que toda lengua s10 morfologla deba ser una lengua pIdgtn).,

r" pronun.cIa?O pIdgu: Enghsh ; ver DeCamp 1971). Hay gran número de len­ La falta de morfología inflexional en las lenguas pidgio es interesante

guas pId~n espa~C1d~s por todos los continentes, incluida Europa, donde 'en sí mismo, especialmente puesto que ello es un aspecto tanto de las situa­
los trabajadores Irun.tgrantes en países como Alemania han desarrollado dones de contacto en donde las lenguas implicadas tienen todas una rica
. variedades pidgin basadas en las 'lenguas nacionales lOCales. Cada pidgin morfología inflexional como de las situaciones' en que la lengua domirlante_
está especialmente construido para ajustarse a las necesidades de sus usua­ es pobre en morfología inflexional (como el inglés). Ello puede apuntar
rios, lo que significa que debe poseer la terminología y las construcciones hacia una propiedad general del lenguaje humano: el que la morfología in­
necesarias para culaquier clase de contacto que se produzca normalmente flexional sea en algún sentido un mecanismo antinatural para expresar ras
entre .las comunidades, pero no es necesario que vaya más allá de estas distinciones semánticas y sintácticas. Así, aun cuando una lengua tenga
nece~idades, anticipándose a las inesperadas posibilidades en que puedan una forma fácil de indicar distinciones por medio de la inflexión (como la
surgIr otro tipo de situaciones. Si los contactos en cuestión se límitan a terminación en -s del plural regular en inglés), nunca suele usarse como
la compra y venta de ganado, entonces sólo serán necesarios los elementos marca de la distinción implicada en un pidgin basado en esa lengua, sino
lingüísticos que tengan que ver con ello, de modo que no habrá forma de que siempre suele ser reemplazada por una palabra distinta. Si existe real­
hablar de la calidad de la verdura, o de las emociones, o de ninguna de mente algo intrínsecamente difícil, o ineficaz, en la comunicación acerca de
las muchas cosas acerca de las que pueden hablarse en cualquier lengua la morfología inflexional, es raro que se halle tan extendido entre las len­
normal.
guas, y más raro aún el que muchas lenguas toleren tanta complejidad e
,l.,.rr.;,r'~~·G. ~tro. requisit~ de una' lengua pidgin es que su aprendizaje debe ser irregularidad en su sistema de inflexiones, dado que ello no beneficia a
~o mas sImple posIble,especialmente para aquellos que menos se beneficien nadie. En 1..3.1 sugería que la fuerza causante del mantenimiento yde'!­
de su aprendizaje. Como consecuencia de ello, el vocabulario suele basarse arrollo de la irregularidad inflexional es la presión a la, resignación ejerCIda
en la leng~a del grupo dominante. Por ejemplo, un grupo de trabajadores sohre el individuo. Podría ser que existiera una presión similar por parte
turcos reSIdentes en Alemania no se beneficiaría demasiado de un pidgin de la sociedad que explicara el desarrollo y mantenimiento de la morfolo­
que, se basara en el turco, puesto que pocos alemanes estarían dispuestos ~ gía inflexional en general, tanto la regular como la irregular, '!f que impi­
hacer, el esfuerzo de aprenderlo; consecuentemente, 10 tomarán del alemán. diera que fuera suprimida tal como es cuando el único criterio es la efi­
SemeJantem~nte, en una situación colonial en que los representantes de un cacia y la facilidad. , '
poder colomal :xtranjero necesiten comunicarse con la población local con En otras palabras: si la variedad. es la lengua nativa propia de uno, en~

~es de comerCIO o de administración, y si el interés por comunicarse pro­ tonces se procurará usarla para identificarse' uno mismo con la comunida.::l

VIene, por parte de la población local, entonces el pidgin que se desarrollará que la usa, adaptándose a las normas de la última hasta los detalles más

esta:a basado en el vocabulario del poder colonial. De ahí que la gran sutiles' de pronunciación, incluyendo los aspectos de la morfologíainBe.

cantIdad de pidgins esparcidos por el globo estén basados en el inolés xional. El simplificar o regularizar la morfología supondría marcarse a sí

francés, portugués y neerlandés. '" ,


mismo como foráneo. Pero si la variedad implicada es una lengua pidgin.

• De todas f?~as, aunque el vocabulario de una lengua pidgin pueda nadie la usa com medio de identificación de grupo, de modo que no hay

est~r basado,pr1OcIpalmente en el de una de las comunidades implicadas la ninguna presión que obligue a mantener los aspectos ineficaces de pronun­

varleda~.:~ominante'! el pidgin sigue siendo. aún tín compromiso entre ésta ciación. Esta ~hipótesis es, por supu~sto, bastante especulatiya, 'pero la

y las vanedadessubordinadas, por el hecho de 'que susi~taxis v su fono­ falta de'morfología inflexional en ,los pidgins requier~algunaexplicació.t?-. '

. l~~a Ptlederi ~er se.mejarih:sálasúltimas, hadeñd~ qde el pidgio' sea ~ás y ésta es una posibilidad que. por 10 menos merece la pena de explorarse.

fagg,de.at:render para la, otra comunidad que la lengua dominante ~ en su Es fácil deducir de la discusión anterior el. porqué los lingüistas han dedi- '

,fonna ofdinaria: Por 10 querespect~ ala morfología, ~~ele dejarse fuera cado tanta atención a los pidgins, como prueba de 10 que oetirriria COll el.

por co~pl::to:J?:.qu:, de nU,evo; fad~ta elaprendiiáje, y ello hasta el punto lenguaje si no fuera por su utilización como símbolo de identidad sodal.,

de que~s:_.~~:enclas -de tIempo, numero, caso y demás nose indícan en Volvamos a la euestión más general de la relación entre ,las lenguas pid.

absoluto;;}Ic:~~:r:r marcadas por la adición de distintas partículas. Verdadera. gin y las sociedades que las crean. Tal co.mohemos visto, suelen ser des­
72
,'7J> ,
. .
de situaciones cada, vez mayor, y así gradualmente fueron adquiriendo el
.' . . ,. . lenguas de comerCio, 10 qÍle'podemos)omaren un sentido estatus de lenguas criollas (ver 2.5.4). '
;;";'é;P';:c:;? baStañteamplio como variedades usadas sólo para el comercio y la admi­ Resulta útil enumerar algunas de las características de las lenguas pid­
:i;;é;Ó~~:'§",I!!stt~~:ión: Ejemplo de unpidgi.n desarrollado en estas' condiciones es el 'gin, que las distinguen de otras variedades y mezclas de variedades.
; 'pidgi.nneo-melanesio o tok pis in ['pidgin taIk'] (ver 2.5.1). Es éste un pid­ 1) Un pidgin basado en una variedad X no es simplemente una mues­
. gin basado en el inglés y usado en Nueva, Guinea 'o/ varias islas cercanas, ' tra de 'mal X', como podría alguien describir. el intento infructuoso de un
que se ha desarrollado durante el presente siglo como medio de comunica­ individuo extranjero de aprender X. Un pidgin es una variedad en sí misma,
ción entre los funcionarios de habla inglesa y la población local, quienes con una comunidad de hablantes que la transmiten de generación en gene­
por. su parte hablan un gran número de lenguas incomprensibles entre sí ración, y, consecuentemente, con su propia historia. De hecho, se ha suge.
(una de las cuales es el buang). Las frases siguientes tomadas del tok pisin rido incluso que muchos pidgins tienen uo origen común en el pidgin ba­
(citadas por Bollnger 1975: 356) dan una idea de su relación con el inglés. sado en el portugués que se desarrolló en el Africa occidental y oriental
Las palabras entre corchetes indican el origen inglés de la palabra tok pisin durante el siglo XVI, bajo la ioyuencia de los navegantes portugueses, y que
precedente. . , , .. -' ", ., . este pidgin basado en el portugués pudiera tener sus raíces en la 'lengua
franca' * desarrollada en el Mediterráneo ya en época de las cruzadas. Esta
Bimeby [by and by] leg belong you he-all-right gain [again].
hipótesis representa uno de los muchos intentos de explicar la existencia de
'Your leg will get well again'
un número bastante considerable de características que han sido encontradas
Sick he-clown-im [him] me.
en pidgins de diversas partes del mundo, (Para una presentación excelente
'1 am sick'
de estas cuestiones, ver DeCamp 1971a, 1977.)
Me like-im saucepan belong cook-im bread.
2) Un pidgin no es el resultado de un intenso préstamo de una varie­
'1 want a pan for cooking bread'
dad a otra, ya que no hay una variedad pre-existente a la que prestar los
elementos. Un 'pidgin basado en X' no es una variedad de X que haya
tomado prestadas un móntónde construcciones sintácticas, y rasgos fono­
Al igual que otras lenguas pidgin, el tokpísin se ha desarrollado COn lógicos de otras variedades, ya qtle puede que no haya ningún modelo en·
tanta eficacia, que al llegara, ser aceptado como medio de comunicación estas.otras variedades para ninguna de las adaptaciones de las palabras"
paratantassituacíones, h~sido adoptado actualmente cotnolengua nacional . especialmente la· pérdida de las' inflexiones' a las que nos refer{amosante­
de Nueva, Guinea (Hall 1972). (Recientelllente también' se' ha convertido . riormente: Ni es tampoco una variedád de alguna otra lengua que haya to­
en lengua criolla, como veremos en 2.5.4.) mado, prestado un montón de vocabulario' de X, puesto que nó es necesa­
Sin embargo, no todos los pidgins se han originado como lenguas de rio que la sintaxis, fonología y morfología sean las mismas que las de ningu­
comercio, como lo hizo el tok pisín. Otra situación en la que se hacen nece­ na de las demás, variedades implicadas. De todas formas, no queda claro
sarios los pidgins, es. aquella en' la que gentes de diferentes orígenes han qué comunidad sería la acreedora, ya' que el pidgi.n se desarrolla por ambos
sido amontónadas y tienen que comunicarse. entre ,si, y con un grupo do­ lados de la falta de comunicación, intentando cada una de ellas tender el
minante,con el fin de sobrevivir. Esta es la situación en la que se encon­ puente. Desde luego, hay un problema interesante en relación con el présta­
traron muchos africanos que fueron llevados como esclavos al Nuevo Muo­ mo, ya que podemos hablar de préstamos a un pidgin pre-establecido, al
, do, puesto que 'los negreros tendían a destruir los grupos tribales con el igual que podemos hacerlo respecto a cualquier otra clase de variedad, mien­
fin det:educit al máximo la posibilidad de una rebelión. Así, el único tras que no podemos invocar el préstamo durante el establecimiento del
modo de que los esclavos pudieran comunicarse, bien entre sí bien con pidgin por primera vez. El problema está en que ello implica una distin­

I:·i
sus amos, era"a través de un pidgin que normalmente aprendían de los ne­ ción demasiado clara entre los perlodos anterior y posterior al estab1ecí­
grero~c:basadoensü propia lengua. Puesto .que la mayoría de esclavos ape­ ,miento del pidgin. El problema es x:esultado, posiblemente, de poner dema:"
nas ten1ari oportUnidad de aprender la lengua normal de sus amos, el Pidgin síado peso- en el concepto de 'variedad', aeercade lo que ya hemos Vi~tf>
.' t
rt;sultliba ser' el, único medio decomunicacíón' de muchos esclavos para el que existe motivo de desconfhinza. .'~'>:.
~!
. réstdde,sus yidas;Esto aCatl'eaba dos consecuencias. Una, que los pidgins
3} Un pidgin, contrariamente a las lenguas normak.s, no, tiene hablan~
ll,egarox: 'a guedar muy ásociados con los esclavos;' y adquirieron una repu­

tación Pobre éomo resultado dé ello (y también sobre los esclavos' cayó la

*EI pidgin de los puertos del Mediterráneo recibe el nombre de Jabir, es decir, .
ret:,ut~lci<Í¡n de qué eran torpes, ¡ya que no podían hablar una lengua 'correc­
'saber'. (N. del T.) ' . ,
otra .consecuencia fue que los pidgins eran usados en uria gama
U:S,~tivos, laque es consecuencia del hecho quees.:usádos610 en la y en. tercer lugar' hay minorías como los inmigrante~ antill~os, enla.,,;
. comunicación' entre miembros de comunidades diferentes, en las.q;.}e no Gran Bretaña, cuyos miembros hablan alguna forma de crIollo.; Sl ~u lengua ,
,;;,:' existe uriil variedad normal como, pu~~,.te~:POt: otra parie,tainpoco esta dis. , t' basada en "la 'lengua mayoritaria del país al que han emIgrado -por, "
esa , , 1 d 1 . . t la
tjnción es demasfadó tájante, ya que"sc{dirlsituadones, como en el caso de ejemplo, un criollo basado en el inglés, en e caso, e o~~gr~ es en
la esclavitud, en las que una comunidad puede llegar a formarse con un. Gran Bretaña-, pueden surgir graves problem~s educat.lvos SI ru los maes­
pidgin como única variedad común,' aunque todos los miembros. de la comu­ tros ni lo.s alumnos, pueden estar seguros de 51. este crIOllo es. una lengua
nidad lo hubieran aprendido como segunda lengua. La falta; de un" grupo diferente de la lengua mayoritaria o bien un dialecto de la mIS~. En el
claramente definido de hablantes nativos produce el efecto de situar a la primer caso podría ser adecuado el utilizar los ~ét~dos de ensena~a de
mayoría.de las lenguas pidgio cerca del extremo 'difuso' de la escala que lenguas extranjeras para enseñar la lengu~. may~ntana, lo que no sena en
mida 'enfoque' y 'difusión' (1.3.1), en contraste c,on las lenguas estándar absoluto un buen método si se tratara de un dIalecto. Conse~uenten:e~t,e,
muy enfocadas, como e1francés, y es ésta otra de las razones por las que es necesario investigar con el fin de establecer el grado ~e diferencIOCIOn
los sociolingüistas prestan un interés tan considerable a los pidgins. Sin em. entre el criollo y la lengua mayoritaria, Problemas s.eme)an,tes sur,gen:n '
bargo, tal como hemos, hecho, notar' ya, hay algunos, pocos pldgins que los países donde la lengua ,mayoritaria' es la lengua ~r1olla mIsma, SI segun.
son utilizados ahora como lenguas estándar, 10 que presumiblemente signi. el sistema de educación se espera que la lengua estandar, sea aquell~ en la
fica que se han desplazado a 10 largo de la escala hacia el extremo 'enfoque', que está basada la criolla, como en el caso de muchos paIses ~eI Ca~lbe. El
otro fenómeno que merecería la pena que estudiaran los interesados en las problema no se alivia, naturalmente, con el hec~o ~<; que la dIferencl.a entre
relaciones de lengua y sociedad. 'igual' y 'distinto' sea más bien carente de slgruflcado al ser aplicada a
variedades lingüísticas, tal como lo analizamos en 2.2, de mo?o que puede
que un modelo más realista del lenguaj~ ,contr~buya a. soluc;onar algunos
2.5.4 Criollos de estos problemas. (Para una expOSlClon mas amplIa, vease Le Page
1968b.) . , ' d 1 l' . '1
Un pidgin que haya' adq~irido hablantes nativos se denomina LENGUA, Desde el punto de 'vista de lo que nos indican acerca e engua]e, as .
CRIOLLA,
o CRIOLLO, y el proceso por el que un pidgin se convierte en lenguas criollas, son de un interésmenosinmediat~, ya que' son lenguas '" '
criollo se
denomina'criollización'. Es fácil ver cómo los pidginsadquie~ corrientes como cualesquiera, otras, excepto en sus orlgenes (Sankoff 1977).
, ren hablante nativos, concretamente al ser hablados por parejas que tienen Quizás haya que hacer una aclaración a esta afirmación, concretam~nte.\.
~iños y que los crían conjuntamente: E~tosucedió a gran escala entre los la de que es posible que haya una relación especial entre una lengua ~rIOlla,.
esdavosafricanos llevados al Nuevo Mundo, y está pasando en alguna esca- y la variedad que hoy en día es la representativa de la lengua dO~Il1nante
la menor en comuriidades urbanas en lugares como,Nueva Guinea. ' sobre la que se formó su pidgin antepasado, si es que las dos coeX1sten en
. Desdé un punto de vista social, las lenguas criollas son más interesan­ el mismo país, como frecuentemente es el caso. Un. país en. el que así
tes que)ós pidgin por tres razones. En primer lugar,hay más hablantes. de sucede es la Guayana, cuya lengua <:riolla ha sido estudiada partIcularmente
lenguas criollas que pidgi:O; calcúlándose entre 10 y17 millónesJÓshabÍan. por Derek Bickerton (1971, 1973, 1975). Siguien~o la, terminología de,
tes de le~gu~s criollas, contra los 6, a 12 millones que normalmente usan William Stewart uno de los' fundadores de los estudios crIOllos en los Esta­
le~guas pldgm (DeCamp 1977). En segundo lugar, lamayoria de lenguas dos Unidos Bickerton llamó al criollo puro BASILECTO, y a la versión local
, ,. 'mas'1 ' como en actO­'
~rlOllas son habl~das por ~scendientes de esclavos africanos, y son de gran del inalés estándar, ACROLECTO (del griego a,"!ro- ato,
mterés ::-tanto p!ftasus hablant~scomopara los demás-- como una de las polis ; acróbata). Postuló un contínuum que uniera el bas~ecto y el ~cro­
más importan.tes tuentes de información sobre sus orígenes, y como sim- lecto por vía de una sucesión de MESOLECTOS como úm;:a ruta VIable
. b~~o,de s~.iden\4~~i'}nt,~f~s, seIllejl!llte es. el demosp-ádo· pOti~~genfeque para el hablante que quisiera 'perfeccionar' su lengua acercandose al acro­
~a?!~ varl~dadesproced~t~s. de una ;lengua .criolla~; pero.' que se han ido lecto, y proporcionó datos de investigación bastante convincent~ para de­
;'descriollizandó'" es J:-decir~' desplazándose\hacií(~la~variedaddoIIlÍi1ante :\¡, mostrar que parlo m,enos la mayoría de los hablantes de la amplia muestra
e::g?enLSas., .:~~ la~, ~r~cterística~.más. 41s!Ífltiy~s" der:, criollo~,;:Pa1:ece>.muy " que él estudió. podían ser situados en este .continuum ~ver 5.?2.para una
Ible qued ingfes de,los negros de los, Estados Unidos sea una varie- exposición más detallada}-. También mostró que hay ~erenclas ~portan­
dad d~ és~~ y porell() las ~~t1~as cr~o.ll~s. son de M~ar}nté:~ plil:a mu­ tes, de sintaxis semántica' entre el acrolecto y el basilecto, espectalmente
chos .mgulstas norteamencanos(vease 1.3.2, 5.4.2.y, una buena exposi­ respecto al tratamiento del tiempo y las relaciones temporal::s. Por ejemplo,
' ción, WoIfram 1971). " ,',' ,:~' ~,' ,', ',.. en ,el basilecto se usa la misma forma del verbo para refenrse a cosas que
76 77:
bra usada como demostrativo y como marcador de oraciones en relativo, de 2.6 Conclusiones
la misma forma que ia. Lo especialmente interesante acerca de esta inves­
tigación es que los hablantes de un pidgin continúen desarrollándolo em­ En este capítulo hemos tratado un gran núm.ero de variedades lin­
pleando cualquier medio a su alcance, en un proceso no dependiente de la güísticas, que incluyen 'lenguas', 'dialectos' (tanto regionales como sociales),
criolliz~ción. De hecho, ~ankoff & Brown po'seen pruebas de que el proceso 'registros', 'lenguas estándar', variedades diglósicas 'alta' y 'baja', 'pidgins'
empezo por lo menos dIez años antes de que existiera un número sianifi­ y 'criollos'. Hemos llegado a conclusiones esencialmente negativas acerca
cati:o de. ha~:antes nativos de tok pisin. Una vez más, no hay pr~ebas de las variedades. En primer lugar, hay problemas considerables de deli­
de .1~VeStlgaclOn en favor de cambios ocurridos durante procesos de criolli­ mitación entre una variedad y otra de la misma clase (es decir, una len­
zaClOn que no pueden ser emparejados con cambios en lenguas pidgin sin gua de otra, o un dialecto de otro). En segundo lugar, existen serios pro­
hablantes nativos. blemas de delimitación de un tipo de variedad de otro: lenguas de dia­
L~ conclusión ha~ia la ~ue parece conducir este análisis es la de que lectos, o dialectos de registros, o 'lenguas ordinarias' de criollos, o crio­
n~ eXIste una clara dlferenCla entre pidgins y criollos, aparte de la que los llos de pidgins. (Hubiéramos podido mostrar dudas semejantes en la de­
cn~llos ~oseen hablantes nativos y los pidgins no. No parece que deba se­ limitación de variedades 'estándar' y 'no-estándar'.) En tercer lugar, he­
gUlrse mnguna otra diferencia de ésta úlrima entre los pidgins y los crio­ mos sugerido que la única forma satisfactoria de solucionar estos proble­
llos. Puesto que hemos argumentado que los criollos son iustamente len­ mas es evitando completamente la noción de variedad como concepto
guajes ordinarios (con algunas reservas respecto a los continua criollos) v analítico o teorético, concentrándonos por el contrario en el elemento lin­
que los pid¡úns son más bien algo peculiares, se siaue que la distinció; güístico individual. Se hace necesaria una 'descripción social' para cada
e~t~e '~~rmal' y 'p.eculiar' (tal como aparece en los pri~ero~ estadios de pid­ elemento, precisando quién lo usa y cuándo: en algunos casos la descrip­
~lnl~aclOn) es ~onbsa, y más bien es un continuum que una diferencia cua­ ción social de un elemento será única, mientras que en orros es posible
htatlva. Ademas, queda claro que no hay un momento determinado en el que pueda generalizarse a través de un mayor o menor número de ele­
que un pidgin dererminado empiece a existír repentinamente, sino más bien mentos. Lo más que este método se acerca al concepto de 'variedad' es
un proceso de creación de variedad denominado pidginización, mediante en estos elementos de similar descripción social, pero sus características
el que se desarrolla .gradualmente el pidgin a partir de la nada. Bien podría­ son más bien distintas de las de las variedades como las lenguas y los dia­
Ir:OS. pregumarnos SI este proceso es esencialmente distinto de lo que ocurre lectos. Por otra parte, también es posible utilizar los términos como 'va­
dlanamente en ,las relaciones entre gente 3l!~ cree hablar la misma lengua, riedad' y 'lengua' de un modo informal, como han sido utilizados en las
p.ero cree q;le constantemente va acomodando su lengua y habla a las nece­ pocas secciones anteriores, sin ninguna intención de que se tomaran de­
,sldades reClproc~s. (Compárese la observación que hace Robert Le Page masiado seriamente como armazones teoréticos.
[197?bJ de que cada acto de habla es, .. el reflejo de un 'pidgin instantáneo' También llegamos a conclusiones más bien similares respecto al con­
relaclOnado co~ la competencia lingüística de más de una persona'.) Puede cepto de 'comunidad lingüística', que parece existir tan sólo en la medida
~razarse un ejemplo paralelo entre los nativos de Nueva Guinea que en que una determinada persona la haya identificado y pueda situarse con
ln~entan aprender una aproximación al vocabulario inglés de entre ellos referencia a la misma. Puesto que individuos distintos identificarán de esta
mls~os.. :, ~e los hablantes locales de inglés, por una parte, y los alumnos forma comunidades distintas, nos vemos obligados a abandonar cualquier
de hngUlstlCa que aprenden una aproximación al vocabulario de sus profe­ intento de encontrar criterios objetivos y absolutos para definir comuni­
sores de entre los alumnos mismos y de los procesores. Queda claro en dades lingüísticas. Ello nos deja, por una parte, con el hablante indivi­
ambos casos quién es el que debe hacer el trabajo de aprendizaje, aunque dual y su gama de elementos lingüísticos, y, por otra, con comunidades
puede que el gr~po dominante utilice a veces las formas que saben que usa definidas sin referencia al lenguaje pero a las que podemos encontrar útil
el grupo subordinado, con el fin de facilitar las cosas. Lo que se produce referirnos según la lengua.
en ambos casos es una variedad de lenguaje que va pasando de una per­ Después de haber reducido la materia de estudio de la sociolingüística
sona ..!l otra, desarrollado a partir de intocables encuentros entre alumnos al estudio de elementos lingüísticos individuales de hablantes particulares,
y prdfesores y entre los alumnos entre sÍ. Puede parecer divertida al lector podemos preguntarnos qué tipo de generalizaciones podemos hacer. Hemos
de este libro la idea de ser él mismo un hablante de 'pidgin lingüístico' visto que hay muchas preguntas generales cuyas respuestas sería intere­
pero esperamos que la advertencia sea tomada bastante en serio. ' sante conocer, tales como si clases diferentes de elementos lingüísticos res­
ponden a aspectos diferentes de la sociedad (es decir, del modelo perso­
nal del individuo acerca de su sociedad). He apuntado algunas respuestas

80 81
ocurren en d momento del habla que para las que ocurrieron en el mismo cia entre pidgins y criollos es menos clara de lo que cabría esper~r de sus
tiempo que otras mencionadas con anterioridad, incluso en el' pasado, mien­ definiciones, y puede que los estadios primeros de una lengua cnolla sean
tras que en d acrolecto (el inglés estándar), se emplearían formas distin­ para la teoría lingüística de tanto interés c?mo los pi?gins. .
tas en estos dos casos (compárese 1 see my mistake con After tooking for an Se recordará que las 'etapas primeras de un CrIollo suelen pro?uc~rse
hour 1 saw my místake) (Bickerton 1975: 46). en el momento de la adquisición de hablantes nativos, y, por conslgUl~­
Hay dos peculiaridades acerca de un 'continuum criollo' como éste, te, en el momento de dejar de ser un pidgin, y cuando cabría esperar d?s hl­
en comparación con la situación que cabría esperar donde no existe criollo. potéticas clases de cambio. Primero, hay cambios debidos a que la vanedad
Primero, hay diferencias más profundas entre las variedades que coexisten está siendo aprendida como primera y no como segunda lengua. En la
en la comunidad que las que cabría esperar en una comunidad fragmentada medida en que los niños están genéticamente preparados para aprender so­
por el proceso normal de formación dialectal; y en particular hay más va­ lamente lenguajes 'normales', y en cuanto qu~ los pid~in no posee~_ la
riación en la sintaxis de 10 que cabría esperar, por las razones aducidas en propiedad de tales lenguajes, cabe esperar camblOs a medida que los mnOs
2.3.4. Las diferencias halladas son de hecho más semejantes a las que cabe van aprendiendo los pidgins, puesto que tienen que adaptarlo en los puntos
esperar bajo condiciones de diglosia, aunque naturalmente un continuum en los que no es como el lenguaje ordinario, con el fin de hacerlo apren.
criollo no es un caso de diglosia, ya que el acrolecto y el basilecto son usados dible. (La noción de que los niños están capacirados genéticamente para
ambos domésticamente por grupos distintos. La razón de estas diferencias aprender sólo lenguajes ordinarios, está nsociada especia]m~nte con Noam
entre acrolecto y basilecra es que no quedaron separadas, en primer lugar, Chomskv; ver, por ejemplo, Chomsky 1965: -17, \' 1968). Sm embargo, no
por los procesos normales de difusión que suelen ser responsables de las hay pru~bas, por el momento, de que tales cambios ocurren de hecho.
diferencias dialecéales, sino más bien por eí proceso de pidginízación, que La otra clase de cambio hipotérico es debida ¡JI hecho de que la lengua
conduce automáticamente a diferencias drásticas entre el pidgin y lo. lengua es mada ahora en una amplia gama de situaciones domésticas, para hablar
dominante. de cosas de las que una lengua de comercio como tal no· tendríariinguna
La otra peculiaridad de un continuum criollo es que tan sólo una.cade, necesidad de tratar. Sin embargo, queda claro que los cambios de esta clase
na- única de variedades conecta el basilecto y el acrolecto, permitiendo a los son simplemente una continuación de lo. que ya estabaoéurrie~do. co~, el
hablantes solamente una dimetlsión única en la que situarse con referen­ pidgin, y, conSecuentemente, no exclusivos del proceso de crlOlliza~lO~.
cia al resto de la sociedad. El cuadro descrito por Bickerton es de hecho Los padres tienen que haber desarrollado alguna forma. de hablar en· pl~gJn'
algo más complejo, ya que los hablantes individuales son capaces de utili­ de los asuntos domésticos antes del nacimiento del niño, y ya hemos Vlsto
zar una gama de variedades dd coniinuu11Z,· y no están restringidos a una que algunos pidgins están lo suficientemente desarrollados co.~o para ser
única variedad (Bickerton 1975: 203), pero aún.sigue existiendo solamente empleados como lenguas estándar, como en el caso del tok plsm. En este
una dimensión en la que puede situarse el hablante en cada ocasión. Esta aspecto, Gillian Sankoff y Fenelope Brown (1976) ?~n llevado a c~bo un
situación contrasta enormemente con el extenso número de dimensiones trabajo particularmente interesante sobre el tok plsm; han estudiado la
independientes que los elementos de una variedad proporcionan normalmen­ historia reciente de las oraciones de relativo del tok pisin mostrando cómo
te al hablante para su ubicación. La explicación de ello puede, presumible­ fue desarrollándose gradualmente un consistente marcador de oraciones
mente, hallarse de nuevo en la historia de los criollos, pero no es fácil de :1
de relativo a partír de la palabra ia (originalmente basada en inglés hefe),
comprender precisamente cuál sea esta explicación (para una hipótesis, utilizada ahora al principio y final de muchas frases de relatIvo.
véase Bickerton 1975: 17, 178).
Las lenguas criollas, aparte de esta consideración bastante importante Na pik ia 01 ikilim bipo ía bai ibmap olsem draipela ston.

acerca de sus continua, son lenguas normales, y no contribuyen en nada (Now pig here past kill people here future become huge stone)

específico a nuestro conocimiento del lenguaje en general. Esta afirmación 'And this pig ~h they had killed bef~re would turn into a ~~ge

es ciertamente verdadera e incontrovertible al aplicarla a criollos bien es­ stone.' (Sankoft& Brown 1976: 632) - 'Ni!!'

tablecidos que durante generaciones han existido como tales. Muchos crio­
llos pertenecen ya a esta categoría, ya que se originaron durante la época del Esta construcción puede ilustrar la influencia de la sintaxis de las len­
comercio de esclavos y empezaron a existir como criollos ya en aquellos días. guas locales en el pidgin, ya que el. buang, por ejemplo, posee una pala­
Algunos de ellos pueden incluso rastrearse a través de testimonios escri­
tos de hace bastantes siglos (como ejemplo de ello, respecto al criollo de " 'Y este cerdo que habían matado ames se. convirtió en una gran roca.' (N.
Nicaragua basado en el inglés, ver Holm 1978). Sin embargo, la diferen­ del T.)

78 79
.3
a esta pregunta, Y a otras suscitadas en este capítulo, pero a estos nivel:s
LENGUAJE, CULTURA Y PENSAi\¡UENTO
pueden ser poco más gue especulativas. De todas formas, ahora d,:bena
estar ya claro que merece la pena el hacerse tales preguntas, y que :~ves­
tigaciones futuras proporcionarán respuestas basadas en pruebas empmcas.,

3.1 Introducción

3,1.1 Cultura

En el capítulo anterior hemos visto que el fenómeno del lenguaje no


presenta divisiones naturales entre 'variedades' de lenguaje, que podríamos
llamar 'lenguas', 'dialectos' o 'registros', aunque puede que haya divisio­
nes internas naturales dentro de1mismo en base a 'niveles' ,de lenguaje,
tal como el vocabulario, la sinta::ds, la morfología y la fonología. Nos nja­
remos ahora en las relaciones externas del lenguaje, para preguntarnos si
hay barreras naturales entre los fenómenos que abarca el término 'lengua­
je' y otras clases de fenómenos, especialmente los denominados 'cultura'
y 'pensamiento'. Una vez más llegaremos a una respuesta más bien com­
pleja, pero que subraya las semejanzas entre el lenguaje y otros fenóme­
nos más que diferenciarlas (para un punto de vista similar, d. Lakoff 1977),
y que acentúa las estrechas relaciones entre los fenómenos más que su
independencia. Por ejemplo, sostendré que muchas de las propiedades del
lenguaje examinadas en el capítulo anterior son también propiedades de la ." ',~
cultura en general, y que más vale estudiar el significado en relación con
la cultura y el pensamiento. En la medida en que estas conclusiones son'
correctas, suponen un desafío al punto de vista que ha prevalecido en la ¡L:\".U
lingüística del siglo xx, que afirma que el lenguaje, esa la vez único y 1
autónomo.
Para evitar confusiones, debemos empezar, por algunos aspectos de,' la

terminología. En primer lugar, la palabra CULTURA se entiende en el sen- \

tido que le dan los antropólogos, según los cuales cultura es algo que todo;

el mundo tiene, contrariamente a la 'cultura' que se encuentra sólo en los " ,

círculos 'culturales': en la ópera, las universidades, etc. Diferentes antro- ¡

pó10gos utilizan el término de formas distintas, pero siempre referido a

83
82
· ,~, alguna 'propiedad'. de . una comunidad, especialmente ag_u~llas propiedades - Después de haber descubierto los hechos relevantes sobre un cierto
ql~.~_J~_l:!~~iiii!=diS:ªl1~l!ls. ~e.()~~~scomunidade5 :--Algunos antropóIOgoS" es­ número de individuos, queda el problema de la generalización en ambas
tán interesados en lo que denomInan 'cultura materíal'; los utensilios de disciplinas. ¿Hasta qué punto podemos suponer que la gente estudiada
una comunidad, tales como las vajillas, sus vehículos o sus vestidos. Sin es representativa de la comunidad entera? ¿Y hasta qué punto podemo.s
embargo, seguiremos a Ward Goodenough, entendiendo cultura el' co­ suponer que, si dos personas comparten un mismo elemento de conOCI­
nocimiento adquirido
--~--~-~ -~~~--,-~
socialmente:
- .. _----...,_. miento compartirán también algún otro elemento? Al discutir los ele­
mentos' lingüísticos en el capítulo 2, habíamos llegado a la conclusión de
Tal como yo la concibo, la cultura de una sociedad consiste en
cualquier cosa que uno deba aprender o creer con el fin de com­
portarse manera aceptable a sus miembros ... La cultura, sien­
I; que es muy difícil hacer afirmaciones generales, tanto respecto a la gente
como a los elementos lingüísticos, e igualmente sería cierto de los elemen­
tos de conocimiento cultural (Sankoff 1971). En pocas palabras, los pro­
do algo que la gente debe aprender como distinto de su herencia blemas de metodología que existen en el estudio del lenguaje se encuen­
biológica, tiene que consistir en el producto final del aprendi­
zaje: el conocimiento, en el sentido ... más general del término.
(Goodenough 1957.)
f tran también en el estudio de la cultura.
Antes de dejar la cuestión de la cultura, deberíamos observar que no
es necesario que e! conocimiento incluido en una cultura sea de lacto u
objetivamente correcto para que cuente como tal. Por ejemplo, algunas
Como señala Goodenough, debemos entender el 'conocimiento' en un personas creen que el ejercicio fuerte acorta la vida, mientras otras creen
sentido amplio, que incluya tanto el (s~ber CÓll1.o' co;o ~r'saber qúé'; lo contrario; pero mientras podamos mostrar que ambos puntos de vista
por ejemplo, que abarque tanto la habilidad de hacer nudos como el ·co. son aprendidos socialmente (es decir, de otra gente), ambos cuentan como
nocimiento de que con un billete de una libra se compra 10 mismo que elementos de cultura. Muchas veces nos referimos al conocimiento de la
con diez monedas de diez peniques. Uno de los aspectos atractivos de gente profana como CONOCIMIENTO DE SENTIDO COMÚN, Y es la clase de
aceptar este ?~nto de vista, muy extendido entre. los antropólogos, es conocimiento que más interesa a los antropólogos, de la misma forma que
que nos permItlrá comparar lengua y cultura (como en 3.2.1). los lingüistas están más interesados en el uso diario que en las gramáti­
Si la cultura es conocimiento, sólo puede tener existencia en la mente cas prescriptivas y en los diccionarios. Por otra parte, el conocimiento del
de la gente, de modo que se plantea una dificultad de estudiarla: ¿cómo especialista o del científico o del profesional es también una parte de la
podemos saber cuál es el conocimiento cultural del- señor X? Peor aún cultura, y una de las cuestiones más interesantes en el estudio de la cul­
¿cómo podemos saber cuál es el ¿óh~dmiento cultural de una comuni~ tura es aquella acerca de la relación entre el sentido común y e! cono­
dad X? ¿Hace falta analizar el conocimiento cultural de cada miembro cimiento del especialista, puesto que está claro que la influencia es mu­
de la comunidad? ¿Y qué, si hay diferencias entre la gente? Problemas tua. Por ejemplo, uno de los problemas planteados al escribir este libro
como éste son completamente familiares al estudioso de la lingüística na­ es que en cualquier cultura existe· gran número de conocimientos de
turalmente, y las soluciones suelen ser más o menos las mismas tan~o si sentido común acerca de la lengua, en parte acertados y en parte muy
uno está interesado por la cultura como por la lengua. En pri~er lugar, equivocados, pero es difícil predecir las creencias particulares de cada
podemos observare! comportamiento natural de la gente (es decir fuera lector. Y un problema similar de la misma sociolingüística es que e! socio­
d.e situaciones experimentales artificiales) y sacar nuestras propias ~onclu­ lingüista sabe, en principio, que algunas de sus creencias acerca del len­
SIones acerca del cor:0cimiento que le subyace. En segundo lugar, pode­ guaje pueden ser equivocadas e inútiles, mientras que puede que otras es­
mos concertar entrevIstas y hacer a la gente preguntas más o menos di­ tén bastante cercanas a la verdad como para incorporarlas a su teoría;
rectas ac.erca de su c.onocimiento, recogiendo sus respuestas con una pizca pero no sabe de antemano cuáles son unas y cuáles las otras.
d~ sal SI fuere preCISO. En tercer lugar, podemos servirnos de nosotros
mIsmos como informantes. Y, en cuarto lugar, podemos llevar a cabo ex­
perimentos psicológicos de diversas clases, tales como medir el tiempo que 3.1.2 Pensamiento
le cuesta a la gente e! llevar a cabo algunos quehaceres, con e! fin de des­
arrollar una 'medida de la complejidad relativa del conocimiento implica. El término 'pensamiento' abarca un distinto número de formas de ac­
do. (Para más discusión de la metodología, ver 5.2.) Todos estos méto­ tividad mental y pertenece a la rama de la psicología cognoscitiva. Para
dos pueden usarse, y han sido usados, tanto en antropología cultural como facilitar nuestra presentación, distinguiré primero entre MEMORrA e INFE­
en lingüistica.
RENCIA, Y después entre CONCEPTOS y PROPOSICIONES, como los objetos

84
85
~q~~~me!l:!Q[i~y la inferencia. Los términ~ebiemrL~.eL!uto-explicati_
nuestra experiencia: 'yo', o 'la forma de hablar de mi mujer', o 'el olor a
v~_~L~_ considera :3:. I~~pr?posiciones como más o m~n()seg~em:e~ a.
pintura'.
l~~~~a.~~~~~!y~los c_~s~ptós~~bIQO~:sateg9ri~~g~Q(!r:ales en función de
En la medida que puede hacerse distinción entre conoclml~~to~lru.­
las_.9~~_s_~fQ!!ll_l!~I1_la~_p!.~~g~~lºJ:;.~L~ procesa la . exp~rl~ii$:1.~-:-por
ejemplo, las palabras inglesas oíl,water, flo-at y-oñ*pueéI~n t~marse como ra1 -;-noc¿~t!J¡2L]ii-CIlstllg:lc5.u--~(p~Ltiñeri!<:~_ra_eI.o~igen dé t.a~ conocl~._
nombres de conceptos (dos sustancias, un estado y una relación), y la tta­ miento. Si significa una aproxim,aciófl. a los conceptos o propOSiciOnes de
las mentes de otra ~!lt~,_e; ..C1lltural;éfe ot~a forma, no. Una-de las ·éO::-·
s~ Oil floats on water ** puede tomarse como el 'nombre' de la proposi­
Ción de que 'oH floats on water', es decir, que una de las sustancias se sas riiási;;t~~e~a-;t~s sobre el conocimiento cultural es hasta qué pun~o
mantiene en estado flotante en la relación 'on' con la otra sustancia. Esta puede la gente interpretar el comportamiento de cada uno y lleg~r mas
ItO QsiciónplJ.t:debienser recordada (almacenada ya en la memoria) blen
o menos a los mismos conceptos o proposiciones. Por ejemplo, m1llones
~p.te_r.ifla ,~I~~~s ~eds--pu~3ue s~a!g~y~~~~c!9,_º_<1ig~~9~e· de personas asisten a conciertos de varias clases en la Gran Bre:aña, pero,
con muy pocas excepciones, parece que todos comparten los m!smos ~on­
se descuorl;(Y _que:J?~~babl~rn_e!J.te.s.e.añªde_aJ;a llJemoría de uno, de modo·
ceptos para categorizar los conciertos (pop, clásico, jazz, y. así sucesiva­
@~~_.próxima estará alli como conocimiento). Igu~~ñte~·uñ-~
cepto puedeeXisti:r-'en-lii--memorIa--ae -l;;ü:·c·omo una· categoría utlIIZaca mente), y las mismas proposiciones acerca de lo que constituye el com­
portamiento adecuado en cada modalidad (por ejemplo, durante un c~n,
aLp~nsar, o puede ser creada como categoría nueva que puede almace­
cierto de música clásica la participación está muy estrechamente restrIn,
narse entonces en la memoria. (Es normal en psicología usar el térinilio
'formación de conceptos' más que de 'inferencia' en el caso de la creaciÓn gida respecto al qué puede hacerse y cuándo) ..Si b gente no cOl.npartiera
un conocimiento tan detallado, su comportam1ento en los conC1ertos no
de nuevos conceptos, aunque el proceso parece más bien similar al de la
sería tan predecible como lo es de hecho, especiaimente cuando las con­
inferencia de proposiciones.) Cuando lleguemos a las relaciones entre len­
venciones son un tanto arbitrarias.
guaje y pensamiento, nos resultará conveniente distinguir entre estas va­
rias clases de 'pensamiento'. Por otra parte, no se sigue q~to n<?:s~!nu:aLt~!!g~ que_
diferir· de persona a petsornr;-ya que gent~(hfe.IelltLll~@ .ii. cQI1cl,:!slones ..
_.LQ).CrelaciónJIay,.p~~,. entre pensamiento y cultura? Dada la defi­
nición de cultura como 'conociñlIetitO:7idqilldéIosoéi~!mellt~~~·Ikii ver se'meTántesenba-se--aexl?eri~nª-as~aef _~~~v.~!:3'Q__sil11!J!,!r~s .~. ~E._?asea_ pr~~.
disp~skiones genéticas similares. Por ejemplo, si hallamos que todo, ser .
~ue la c~ltura es una ~a!J:~A~Ji.mem_ºrIll~:c.-o:~'c!:~~a_~ePl:e -ra-'p;rt~ "adqui­ h~mano pósee el·concepto -'dimensión vertical', no hay ninguna neceSIdad
rIda soclalmente'¡por.opO$ícióo_a..:I.a.qyeno implica a otragente:--E&ta
~stinción lo es. todo menos clara, de modo que no debemos poner dema­ de suponer que todos ellos lo han aprendido de los demás c~n el fin, d~
. s1ado pe~o en ella, pero puedeseE~Lrnos para distinguir entre_p1.'.9p~icio::
establecer una cadena de conexiones entre ellos; es mucho mas· verosimll
que sea debido a que todos ellos viven en un mundo dominado por la ley
n~s.~n~lder~~!..~.?mo ve!~~eras_~pa~!Jr. ~e .!a experienclá-personaI pro­ de la gravedad y lleno de seres humanos que andan de pie. (Véase. ~lark &
J?!.a_y_l~~_~n~da~_~E._otr~g~.~te. Ejemplo·d~Ia·'pfimeí:a-Clase sena Clark 1977: cap. 14, especialmente p. 534, para una presentaclOn exce­
«Hoy he comiCio salchichas para almorzar», que queda excluida de la no_
lente sobre semejanzas de conceptos no-culturales.)
ción 'cultura'; mientras que una proposición como «Colón descubrió Amé­
Así tenemos que hay tres clases de conocimiento:
(i) co~ocimiento cultural - que es aprendido d~ l(js dem~s;
rica» pertenece claramente a la cultura, como algo que uno ha aprendido
de otra gente. De igual modo, algunos conceptos S(jI1_ culturales y otros
(ii) conocimiento no-cultural compartido - que es compartido por la gen­

__ ~. Cr~s los· primeros porque vemos-que~má~o-arre:­


<Ledor los usan:i!pensar, corno _p~~de ilu~!E~~~_CO!lJos~o~¿~pto~_·q¡;:~'~~ns­
te de una misma comunidad o por todo el mundo, pero que no es

truye el estudIante de lingüística o deSociolingüística porque se da -~uen­ aprendido de los demás; . ., .

OH) conocimiento n.o-cultural y no-compartido - que es úmco al mdlv~­


ta de que. ~~~ Il1a_~~!'..()~J9__~a,.~e~. (En muchos casos existe una palabrá
duo. No es difícil encontrar un luga.rpara el lenguaje en este esquema.
para tales conceptos, de modo que la clave principal que el alumno tiene
Algunás· partes del l~nguaje son" conocimif'!1to cultura}, ya:qú.ed=be~
de la existencia de un concepto como 'diglosia' es la existencia de la pa~
labra.) "Q.fl concepto no-culturaI, por otra part~~~~Lqu~consttuim.9L~in
ser áprendidos de los demás, mientras que otras partes son .c-,?noCl­
mi~~to no-cultural compartido. Volveremos sobre este punto más ade­
referencia aTa---otra-,gen~e?_.5<:J.:no .~~~.. _forma conveniente de interp~e:~ --··lante, en 3.1.3. . "
Puede que el lector se muestre escéptico sobre la posibilidad de estu­
* 'Aceite', 'agua', 'flotar', 'sobre'. (N. del T.)

** 'El aceite flota sobre d agua. (N. del T.)


diar de hecho el pensamiento, por oposición a especular acerca de él, d.e
modo que puede ser conveniente referirse brevemente a la gran can tl­
86
87
-
dad de investigaciones que se han llevado a cabo sobre la materia, y a las
de ellos por un conjunto de rasgos de criterio, n~ habría modo de expli~ar
por qué algunos objetos satisfacían los rasgo.s m~Jor que otros. ~n cambiO,
conclusiones a las que se ha llegado. Podríamos escoger, como mención cabría esperar una clara distinción entre los miembros y no-miembros de
especial, uno de los desarrollos más recientes en el estudio de los con. las categorías implicadas. . .
ceptos, ya que nos seguiremos refiriendo a este trabajo más adelante, al Uno de los atractivos que la teoría del prototiP.O eJer:e, ~obre el antro­
discutir el problema del significado (3.23). (Las investigaciones sobre el póogo o el sociolingüista, es que no resulta demaSiado difICll de e~tende~
estudio de los conceptos están compendiadas e ilustradas en Johnson· cómo la gente puede aprender tal~s concept~s los unos de los ?tro". 1ma
Laird & Wason 1977: Parte 3.", y también en Clark & Clark 1977: 464.) ginemos una criatura, sin lenguaje, aprendiendo el concepto lugar para
Según una de las teorías de los conceptos, cada uno de ellos consiste dormir' un daro ejemplo de concepto cultural, puesto que depende de lo
en un conjunto de rasgos necesarios y suficientes para que algo sea válido que los' demás esperan que haga la criatura, ! n~ justamente de l~ que la
como muestra de tal concepto. Por ejemplo, el concepto 'pájaro' estaría criatura quiere hacer ella misma. El <prototlp~ lu?ar para dormir es la
formado por un conjunto de rasgos referentes a alas, plumas, huevos, ser propia cuna de la criatura, y mientras pueda I~;ntificarlo como el luga~,
animado, y así sucesivamente. Esta teoría presenta una serie de proble­ por excelencia, para dormir, su tarea formaClOn del con~epto ha termi­
mas, sin que sea la menor el hecho de que resulta imposible decidir qué nado. Pueden concebirse luego otros lugares bajo este mIsmo concepto,
es 10 que se cubre con él 'y así sucesivamente'. En otras palabras: es im. según vaya surgiendo la necesida?: otras cunas, o camas de los m~yores,
posible, tanto en principio como en la práctica, identificar las condiciones o camas hechas en el suelo, o aSIentos traseros los coches, y as! suce­
suficientes y necesarias para que algo sea válido como pájaro. Para supe. sivamente. En algunos casos el concepto será extendido sél? temporalmen­
rar estos problemas, algunos psicólogos, especialmente Eleanor Rosch, te, pero si la situación Se repite de nuevo, puede qu~ la cnatura .almacene
desarrolló una teoría alternativa según la cual un concepto no es un con· en su memoria la nueva clase de lugar para dormIr '( llegue mdu~o a
juntO de rasgos necesarios y suficientes sino más bien un prototi¡tf!> u~ reemplazar el prototipo original por el nuevo. La finalIdad .de este eJem­
descripciÓn de no caso típ" n conce to determinado. Así, el" con­ plo es la de mostrar que un concepto basado en el ~rototlpo ser
cepto 'pájaro' tomado como. descripción de un pájaro típico, como, por aprendido en base a un número ,de casos. r:n,u y reducIdo. .
ejemplo, un petirrojo a manera ge un conjunto de rasgos o como imagen caso único-- v sin ninguna clase de defimclOn formal, mIentras que una
~_ visual.· Según esto, no es simplemente que un objeto sea o no un pájaro, definición bas;dá en los rasgos ~ería mucho más difícil de aprender, ya
. sino que lo es en cierto grado, según la semejanza que guarde con res­ que sería necesario un número m~cho ~ayor de casos n;ás un número de
pecto al prototipo (para una presei1taC!9~ más extensa, véase infra 3.2.2). no-casos, antes de que el aprendIZ pudIera resolver que rasgos son nece­
-- Hay numerosas pruebas en apoyo"de la teoría de los conceptos del
sarios y cuáles .no. . .
prototipo, frente a la teoría de los <rasgos de criterio' (criteriol features). Otro atractivo de la teoría del prototIpo es que permite la clase de
Alguna de estas evidencias proviene de la experimentación; así, por ejem­ flexibilidad creativa en la aplicación de conceptos con los que nos encon­
plo, a la gente le cuesta menos verificar una frase como X es Un pájaro tramos en la vida real; en otras palabras: predice que los límites e~tre los
si la palabra X es el nombre de un pájaro típico, que si se trata. de una conceptos serán difusos, como de hecho lo son. Supongamos, por ejemplo,
palabra como avestruz o pi"!güino, nombres de aves muy atípicas (Rosch que tenemos dos conceptos, 'fruta' y 'vegetal', construidos en parte sobre
1976). La evidencia proviene también de "experimentos en los que se pe­ la base del habla de los demás, pero también sobre la base de nuestra
día a la gente que evaluaran a miembros de categorías más generales se­ propia experiencia no-lingüística: por ejemplo, la fruta habitualmente se
gún lo típicos que fueran de las categorías implicadas. Este ejercicio fue come como postre o entre las comidas, crece usualmente en los árboles o
significativo, porque hubo una gran coincidencia entre la gente respecto matorrales, y es típicamente dulce, mientras que los vegetales se com~n
a la posición relativa de los elementos. Por ejemplo, hubo acuerdo en habitualmente acompañando a la carne, crecen usualmente sobre o ba]o
que los petirrojos y las golondrinas eran los pájaros más típicos de una lis­ tierra, y son típicamente amargos. La manzana posee todas las cara~t~ns­
ta de ocho, y las gallinas y los pingüinos los menos típicos; entre los ele­ ticas de una fruta prototípica, y la col todas las del vegetal prototlplCO,
mentos de mobiliario, las sillas y las cómodas eran los más típicos, y las pero hay casos anómalos como los tomates. y. ruibarbos, que ?,ueden valer
radios y los ceniceros los menos; las manzanas y las Ciruelas eran las mues.. como ambos, según el criterio más convemente en cada ocaSIono La tarea
tras más típicas de fruta, y los coces y las aceitunas las menos; los panta­ de la persona que aplique el concepto 'fruta', por ejemplo, no es simple­
. Iones y los abrigos eran los elementos más típicos entre los vestidos, y les mente la de hallar la característica definidora de fruta en el tomate o el
bolsos y las pulseras los menos típicos (Clark & Clark 1977: 464). Si les ruibarbo, sino la de mostrar iniciativa y sensibilidad, según 10 aconseje la
conceptos 'pájaro', 'mueble', 'fruta' y 'vestido' vinieran definidos cada uno
89
88
ocaslOn, para decidirse por los criterios que debe e~plear. Comparado
con el modelo basado en los rasgos, el modelo del prototipo pone mayor 3.1.3 Len guaje, cultura y pensamiento
peso en el usuario, pero le concede una libertad virtualmente ilimitada
para aplicar sus conceptos creativamente. El propósito principal de las dos secdone~ anteriores e~~ el de acla~ar
Un tercer atractivo que el modelo del prototipo ofrece al sodolingüista la terminología referente a cultura y pensamiento, y tambIen sus relaCiO­
es que puede hacer uso de la teoría para explicar el modo en que la nes. Poco hemos dicho del1enguaje comó tal, de modo que ahora pode­
gente categoriza los factores sociales con los que relaciona la lengua, fac­ mos Íntent3.r situar el lenguaje dentro del panorama descrito hasta el mo­
tores como la clase de persona que está hablando y las circunstancias en
que 10 hace. Como vimos en el capítulo anterior, la gente aprende que
ciertos elementos lingüísticos están asociados a derta clase de gente o de
I
¡
mento. Veamos primero qué aspecto presenta el panorama.
Tal como hemos visto, podemos definir la cultura como la clase de
conocimiento que aorendemos de los demás, bien mediante la instrucción
circunstancias. Si los conceptos estuvieran basados en la definición de sus J directa bien media~te la observación del comportamiento de los demás.
rasgos, sería igualmente fácil decidir si cualquier hablante o conjunto de Hemos distinguido, sin embargo, dos clases más de conocimiento: el 'ca·
circunstancias es o no muestra de una categoría dada. Por otra parte, si t nacimiento no-cultural compartido' y el 'conocimiento no-cultural no-com~
las categorías están basadas en los prototipos, lo único que tenemos que partido'. De éstos, el compartido es pertinente para el le~guaje, aunque
hacer al aprender un elemento lingüístico nuevo es descubrir qué clase de no sea aprendido, y podemos ignorar ahora el no-compartido, ya que el
hablante es el que 10 usa típicamente, o cuáles son las circunstancias tí­ lenguaje se refiere siempre a conceptos compartidos (o que se cree com­
picas en las que se usa, dejando que los casos dudosos se solucionen por partir).
sí solos cuando llegue el caso. Las tres clases de conocimiento (tal como es utilizado aquí ,el término)
Esta es, de hecho, la base de un sistema de análisis bien establecido y caen dentro del apartado 'memoria' más que dentro de 'h"lferencia', aun­
desarrollado por ]oshua Fishman, en función de los llamados DOMINIOS, que naturalmente podríamos extender el término hasta incluir cosas -ela­
conceptos tales como 'casa', 'escuela', 'trabajo', 'religión', etc. (véase Fish. boradas para uno mismo en una ocasión particular. Por ejemplo, si estu­
man 1965, 1972d). La hipótesis subyacente a este sistema es la de que viéramos hablando de los resultádos de multiplicar dos números, el cono­
la. elección de lengua en una comunidad bilingüe varía según los domi­ cimiento de una persona incluiría las respuestas que ha memorizado como.
nios, y que los dominios son combinaciones congruentes de una clase de­ resultado de aprenderse las tablas de la multiplicación (es decir: 'dos por
terminada de hablantes y oyentes, en una clase determinada de lugar, al tres, seis') y también las reglas generales de la multiplicación. Sin embar­
hablar de una clase determinada de tema. Si' un maestro habla de his­ go, sí extendiéramos el concepto 'conocimiento' hasta incluir el producto
toria a un alumno, y se hallan en la escuela, los factores contribuyentes de la inferencia, podríamos decir que el conocimiento de una persona
son congruentes y definen un' dominio --el de la 'escue1a'- y no habrá incluye el hecho de que veintitrés por diecinueve son 437, una vez que ha
ninguna dificultad en decidir qué lengua usar. Si, por el contrario, con· efectuado el cáiculo necesario. .
vertimos en incongruente uno de los factores -trasladando el escenario Las tres cIases' de conocimiento pueden incluir conceptos propios, o
a casa del alumno, por ejemplo-- la interacción ya no queda cubierta sin bien relacionarse entre sí mediante proposiciones; y tanto los conceptos
ambigüedad por ninguno de los dominios, de modo que el hablante debe como las proposiciones tienen que ver con la inferencia al igual que con
hacer uso de su inteligencia e imaginación para saber decidir qué lengua la memoria. Podemos dejar a un lado la cuestión de si en principio existe
utilizar.
La precedente exposición sobre la teoría del prototipo de los concep­
,i alruna diferencia real entre un concepto y una proposición, aunque he­
m~s venido suponiendo que sí. Podemos también dejar de lado la reIa­
i
tos debe haber dejado claro que el sociolingüista tiene mucho que apren­ ción entte 'conocimiento de qué' y 'conocimiento de cómo' (el saber cómo),
der de la psicología cognoscitiva y de la psicolingüistica. Cualquier inten­ y suponer por el momento que am.bos pueden ser incluidos en la noción
to de-levantar fronteras entre el estudio 'psicológico' y el 'sociológico' del de una proposición. (Esto es un aspecto particularmente i~portante p~;a
lenguaje sería en detrimento de nosotros mismos y también de aquéllos el lingüista, ya que es cuestionable si las reglas de un lenguaje son cuestlOn
que están más específicamente interesados en las cuestiones psicológicas. de saber que tales y tales frases están bien construidas y significan tal y
cual cosa, o si son cuestiones de saber cómo producir y entender las fra­
ses.) Hemos tomado, sin embargo, una posición particular respecto a la
naturaleza de los conceptos. He defendido que por 10 menos algunos con­
ceptos es mejor considerarlos como prototipos que definen los casos cIa·

90 91
ros, dejando los menos claros para ser resueltos por inferencia, tal y como
vayan apareciendo, y a medida que aparezcan. de la palabra gato es el concepto 'gato', que bie~ puede haber existido en
la memoria la persona antes de haber aprendIdo la palabra para expre­
Podemos ahora volver al lenguaje. Hay cuatro puntos en los que el
sarlo (para este punto de vista, ver Clark & Clark 1977: 439, 449). De
lt:.ut!.l.UtilC contacta con el conocimiento, que serán presentados en esta sec­
todas formas, no todos los elementos lingüísticos corresponden a concep­
ci6n, y discutidos más detalladamente algo más adelante, en este mismo
capítulo. tos como 'gato'. Algunos, por ejemplo, más parece que son com~, c1av~~
de ayuda al oyente, tales como el en contraste con un. La arumaclOn ,quI. \
zá más adecuada acerca del significado, es. que se trata de ~na entIdad
1) _Los elementos lingüísticos Son conceptos. De cualquier modo que
mental, un ente de raz6n, que puede ser bIen un concepto bIen un pro­
interpretemos la noci~ement()sTíngüísticos' (ver 2.1.2), podemos
C?nSl?erarlos c.omo cate::gorías_Jll1~ílizamos parª ana~nuestra expe­ cedimiento.
n,:ncla, _~crr, como conceptos. Por ejemplo, cada elemento léxico su­
3) Las categorías s~~iales lif!:gijis.tir.amé;tJk. I.ele!!..t!.ntes ._~o..t!~:E.!9s.
pone una combinación de características fonológicas, sintácticas y semánti­
Como señalamos al-final de 3.1.2, podemos suponer que la gente cIasifica
cas, exactamente de la misma forma en que el concepto 'fruta' supone
una combinación de características relacionadas con el cuándo es comida por categorías a los hablantes y las circunsta?cias en función, de concep:os
d6nde crece y si es dulce o amarga; de forma semejante, una construcció~ basados --como de costumbre- en prototIpOS. En el capItulo. anteno.r
sintáctica viene definida por una configuraci6n compleja de características, señalábamos que los hablantes se sitúan ellos mismos en un e:pacIo multl­
de for~~ muy p~recida a como el concepto 'mesa' viene definido por una
dimensional en relación con el resto de su sociedad, y que SItuaban cada
ordenaclOn de pIezas verticales y horizontales. Además, cada vez es más acto de habIa en un espacio multídimensional en relación al resto. de su
dar~ ,que muchos. elementos lingüís~icos (si no todos), vienen definidos en vida social. Podemos sugerir ahora que cada 'dimensión.' vie~~ d~fi?lda por
funcLOn de ~rototlpoS, ex~ctamente Igual que los conceptos no lingüísticos, un concepto particular de un hablante típico o de una sltuaCIon tlpIca. Este
lo que explica el por que a veces es imposible de señalar una distinción ..punto de vista nos permite predecir muchos fen6men?s que" d~ hecho, s,e
taí.ante ! ~ápida entre oraciones 'correctas' e 'incorrectas~. Por ejemplo, el encuentran en la sociolingüística, tales como el 'cambIo de codigo metafo­
sUJeto tlplCO de un verbo como cook es la persona que efectúa la acci6n rico' discutido en 2.5.1 y los distintos grados en que el habla de la gente
(Mary cooked the meat), pero también puede ser el instrumento (The oven identífica tales fenómenos con déterminados grupos (capítulo 5, sobre
cooked the meat) o incluso la cosa .que se cocina (The meat cooked well). todo infra 5.4.3).
El sujeto prototipo de cook incluye un'iiiÍlinero de características diversas
entre ellas .la de ser 'agente' y la de 'tener la responsabilidad primera'; 4) Los siunificados de las oraciones son proposiciones. la medida
pero .a par~lr de. esta c6~binaci6n es posible generalizar a los casos en que en que existe <> una distinci6n entre conceptos y proposiciones, podemos
el SUjeto sImplemente tiene la responsabilidad primera del cocinar, como decir que la mayoría de los elementos lingüísticos a1macen~dos en la me.
en The Oven cooked the meato Si incluso este rasgo estuviera ausente la moria tienen conceptos como significados, pero que las oraClOnes formadas
frase resultaría mucho menos aceptable, como en The saucepan cooked . mediante su combinación expresan proposiciones. Contrariamente a los
the meat.. ~Para una exposición detallada de ejemplos como éste, y una ar­ ~significados de los elementos lingüístico~ al.macenados, tales c~~o las pa­
gumentacIon a favor del punto de vista de la teoría del prototipo respec_ labras y las construcciones, se llega al slglllficado. de .una oraCIon hablada
to a los elementos lingüísticos, ver Lakoff 1977.) mediante inferencia, aunque naturalmente nada Implde almacenar en la
memoria una oración entera, junto con su significado, lo que ocurre fre­
2! S.i.gz}jjkg!fgs y conce~. Existen grandes controversias sobre la cuentemente (ejemplos típicos son A good tim: waS had ~y al! y Two ~~d
d~~cíOn de 'significado' er~ aCe ta generalmente~ two make four).* Lo que significa que debenamos preCIsar la afirmaclOn
c.l.e.~ ..eI~~t.? l~~güístico es su sentid2z. es em, o que es per~e de 2) acerca de que los significados son conceptos, ya que ello es verda­
~ca ~-=u_~~lacl0n con .~~~!::ndo,..E:!ás que süSiélerentes, los 'Objetos o dero sólo de los elementos almacenados menores, que sean menores que
a<.:on.~l!I11:ntoS!,§~9!!.~~re~_t:g]et..<:rm~~(Ver l(~~p­ las oraciones.
son 1977: 12; Lyons 1977: cap. 7), Mucho más controvertidamente sin
embargo, podríamos proseguir e identificar el sentido de un elemento' COn Para simplificar algo, podemos concluir que lo almacenado como sis- ¡

el concepto con el que se relacione en la memoria del hablante' en otras tema lingüístico es un conjunto de conceptos memorizados, que son los
palabras, COn el concepto que el elemento expresa. Por ejemplo, 'el sentido
* 'Todos se lo pasaron muy bien', 'Dos y dos son cuatro'. (N. del r.)
. 92.
93
3.2 La relatividad lingüística y cultural
memoria inferencia
3.2.1 Componentes léxicos y semánticos

concepts Después de haber aclarado algunas de las relaciones entre lenguaje,


cultura y pensamiento, podemos ahora prestar alguna atención a dos te­
mas que han prevalecido en el estudio del lenguaje .en relaci?n con la
cultura y el pensamiento. En primer lugar, ¿hasta qué punto difieren en,
rrorositions tre sí las lenguas y las culturas? ¿Son en cierta manera todas ellas hechas
/ según el mismo molde, reflejando una 'humanídad' subyacente común, o
difieren entre sí arbitrariamente y sin límites, reflejando el hecho de que
gente distinta vive en mundos intelectuales y físicos muy distintos? ~
es el problema de .la RELATIVIDAD, que pued~~~E >c.onsiderado bien en rela..
Figura 3.1. Relaciones entre pensamiento, cultura, lengua y habla.
~ión con-el-I~ng;:aJe~bien'·coñaspectos-aeIa cultura no IingüíStlcos,-bie~
con el área de contacto entre lenguaje y no-lenguaje en la cultura. ConSI­
deraremos en esta sección la última de estas relaciones, y nos fijaremos
elementos del lenguaje, junto con los conceptos o proposiciones que cons­
hasta qué punto los significados pueden diferir de variedad a variedad, y
tituyen sus significados, y más conceptos que definen su distribución so'
en si hay algunas conexiones entre las diferencias de significados y de culo
cial. Cuando hablamos o escucharnos, hacernos uso de los conceptos que
turas. El segundo tema es el del DETERMINISMO (al que volveremos en 3.3),
ya conocernos con el fin de inferÍr proposiciones (los significados de las
que trata de la influencia del lengl!aje. ~~re el p':E~.~mien~o.
oraciones), y también sus categorías sociales, definidas en términos de
_conceptos, Uno de los aspectos de la' relatividad es muy fácil de demo~!ra~L.ya
que podemos fijarnos en e~~.:nto~..d~>_~I~l1~~~>leI1,g~i!¡qüe"expresend~r­
R~~to a la relación ~h!~.eJ~g~_y>cultura, la mayor parte del len-. fame-niesfiñIfic9.Clos'no-;;Xpresados en· otras. Ello puede verse en las difi:
guaje está comprendida en1i cultura; de modo que no'qúedará muy lejos cúltadesdé traducción >entre lenguas asociadas a culturas diferentes; que
de >li-verdac!"-el' a'firmar que-'(Ja-~feñg~d'e-una"socIedad ~s >.ro' aspecto de
consecuentemente tienen nombres para . los distíntos-rangosde -¿o'stumbres
su cultura ( ... ) La relación de la lengua: con la cultura es la: d~ la parte (por ejemplo birthday-party) , objetos (hovercraft, sausage) , instituciones
con el todo» (Goodenough 1957). El área de imbricación entre lengua y (university), etc. Cuando surge la necesidad de expresar un concepto para el
cultura es la de aquellas partes del lenguaje aprendidas de los demás. Sin
que no existe en la lengua .un término disponibl~,j)~~-ª~~-=-~~.<:.r~<:.._~()s
'-eiií5argo, . debemos aceptar que algunos aspectos no se aprenden de esta
cosas: puede cambiarse la lengua i~~roduc!~rl<i.~...9uiz~~~na for~3:....!!.ueva
forma, de la misma manera que, sin lugar a dudas, algunos conceptos no con el significado deseadd,· o"pUeaen usarse los recursos aeTa!.:e:9:gg¡L9..ue
son aprendidos de los demás. Presumiblemente, al menos algunos de los
ya existen pa;a «desempaq~etar» el significadº_:qü~--Se.~d:.~s.i.i~e:xnr~~r. (Así,
conceptos asociados a las palabras como sus significados son de esta clase p~ede expresarse 'universidad' por su equivalente lugar a donde la gente
(por ejemplo, parece probable que un bebé comprenda el concepto 'verti, va para aprender cosas difíciles cuando son mayores de 18 años). De cual­
cal' antes de aprender la palabra que lo designa), y puede haber otros as­ quiera de las dos formas, sin embargo, no es necesario expresar en una
pectos del lenguaje que el niño no tenga que aprender, como el inventa­ lengua los conceptos expresados por elementos lingüísticos memorizados
río de los rasgos fonéticos o los conceptos 'nombre' y 'verbo'. En la me, por tales elementos en otra lengua. .
dida_en_que...hay_asp.ectos. del lenguaje qUe .no son aprendidoli9.eJOs de. Podemos extender esta afirmación en dos dirC{;ciones. En primer .lugar
I m6'§". ~1 ).engYilÍe.. 1!9,.~!!tá c9ntenido completamente dentro de la cultura. podemos tomar nota de lo visto en el capítulo 2 y abandonar la noción
...... La figura 3.1 puede ~oñttlbüir ·áaCliúa:da:s·teIádónes·entre- périsiünien­ 'lengua' como concepto inútil y equívoco, concentrándonos en cambio en
to (el cuadro entero), la cultura, lá lengua, y el habla (representados por los elementos linoüísticos familiares al individuo. Esto nos permite mos­
los tres círculos del cuadro).
trar que los tipos"de diferencias arriba mencionadas: con referencia a comu­
nidades enteras-séco~ona:eñ- exactamente con diferencias entre mdi·­
vid;os de~tro de un;a;ini~~~~~~id;d.·-G--~iperienda OlarIanos dice
que algúnosconocen ñomores-ae-übletos, instituciones, etc., que sus fa­

94 95
miliares y amigos desconocen, y en esta medida podemos decir que existen

diferencias individua~1.1,J.D.SJigIliliQldos expresjldos pm!os-eIementos


[1956], en el estudio de aspectos de la cultura tales como el parentesco.)
-fingiiisti~~~~p.º~__d~,ge~te. Por ejemplo, cualquiera q;';;-l1ayineído
ejemplo trata de los pronombres del palaung, lengua hablada por una
él presente libro hasta este punto, poseerá ya en su memoria una serie
reducida tribu de Birmania (Burlíng 1970), en el que los pronombres pue..
de elementos lingüísticos (como 'diglosia', 'elemento lingüístico', 'isoglos,a')
den ordenarse en un sistema curroso que distingue tres componentes dis­
que faltan en el lenguaje de alguien que no sepa de sociolingüística.
tintos:
En s~gu~~o . lugar , pOEemos PE,~~cindi~i~~;::~uier referenc.ia" a, la,cuL

tu.!:UlQJi{).gy!..~!.s~,xa"queen el lenguaje existen diferencia's~de significádo


(i) El pronombre, ¿se refiere al hablante (entre otros)?

que no Jienen,,,I).ac!!1.qt:!~ver ,~OJI' otr~~, aspectos de la cultura (al menos


(ii) ¿Se refiere al oyente (entre otros)?

por lo,que podem.os supon!;!r). Por ejempío,'eñ~IemáÍl existen dos verbos


(iií) ¿Se refiere a una, dos o más de dos entidades?

que significan 'comer', uno referido al comer de los humanos (essen) y el

otro al comer de los animales (fressen), contrariamente al inglés, donde un

El cuadro 3.1 muestra cómo se intersectan estos componentes para deter­


solo verbo, eat, cubre ambos significados; así, el alemán y el inglés con sus

minar la forma del pronombre.


elementos lingüísticos expresan significados distintos: el alemán carece del

equivalente al inglés eat, y el inglés carece de los equivalentes a los ver"


Cuadro 3.1. Los pronombres del palaung (adaptado de Burling 1970: 17).
bos alemanes más específicos (aunque ambas lenguas poseen un verbo más

general que significa 'consumir', que engloba igualmente el significado de


(i) ¿Hablante? (E) ¿Oyente? (iii) Uno Dos Más de dos
beber) por 10 que resulta irrelevante). Aun aSÍ, seguramente sería difícil
ar
enco~tra~ algún otro .aspecto ~e las culturas de los hablantes del inglés y
sí no J yar yE
del a~eman que estuvlera relacIOnado de alguna forma con esta diferencia.
no sí mi par PE
De momento, pues, hemos 'ÚstQ_que,existen algunas diferencias entre no no An gar ge
una pers?na.:? ~omunidadY~9t~~~n Jos c~n¿eptos_iipre~ª"o,spor,~,s~'s'~le~
n:entos lmgulStlcos, pero esta. conclusión deja gran número de' preguntas
sm resP1J.e.sta. ¿P.:!,,<:i~ue §tas djf~t<;m:ias º~.s,aR.arecferan si consiCleiá­ Los pronombres del palaung '~xpresan más distinciones con respecto a
raTOS, !os,cQ.~t~Q}:m!-:!II2-~,..p,~~,!!!.-~~Jo~.9~e_s~, c~!I~i~~y~n" lÜs-;igruflcaaos; estos coml'onentes que los del inglés. El inglés, concretamente, no expresa
mas,qu~J~s ~()l!.!~U:aci~nes ,part~c.,~~~s ,,~,I1)()s q,Il.e., tales':!:9.r!í"p'on~je"~- apa­ la distinción de 'dos' y 'más de dos' o entre 'hablante y oyente' (el 'nos­
~~~~~ntos sIstemas lingüístico!? Si lo 111ciéramc)s así, nos encontra: otros inclusivo'). Por otra parte, los tres componentes suelen ser de hecho
!lamos con que, por ejemplo, el alemán y el inglés son menos distintos de utilizados' de algún modo en inglés. Para los componentes 'hablante' y
10 que pensábamos re~pe~t~a los verbos que expresan somer, ya que to­ 'oyente' no nos hace falta ír más allá del sistema de los pronombres, en
dos los componentes IndIVIduales que contribuyen al significado de essen el que ambos componentes son necesátÍos para distinguir we (hablante in­
y fre~s(?'rt pueden ser expresados en inglés por elementos como eát) human cluido), yau (oyente incluido, pero no el hablante), y they (ambos exclui-'
y anzmal. Por lo general, podría parecer que la posibilidad de 'desempa­ dos). Por lo que respecta al componente de número, el inglés distingue
~u~tar' un significado (como 10 hemos hecho con la palabra universidad) entre al! y both (,todos' y 'ambos') o none y neither ('ninguno' y 'ninguno
llldic~ q~: l.os c?mp~nentes del significado son compartidos por los siste­ °
de los dos'), precisamente según sean sólo dos más de dos los referentes.
mas !InguIStlCOS lmplIcados. Es decir, incluso si alguien no poseyera ningún"'" Puede verse, pues, que el palaung y el inglés no difieren en lo que respecta
térmmo para indicar 'universidad', seguramente tendría elementos para sig­ a los componentes semánticos, sino en el modo en que los emplean.
nificar 'gente', 'aprender', etc., que son los componentes a partir de los ¡ La _hipótesis que estamos considerando, la de que las lenf@as difieren
cuales se construyen los significados. . I tan sóloe.!L~L!podo(fecorñbinacr6ii<iel'os~romponenteSSemánticos· y no'­
Esta posibilidad es ampliamente aceptada por los línQÜistas como la 1 eñ 'los-oomEonentes mismos, parece estar corroborada por los datos que
base de su teoria semántica (para una presentación útil, ~éase Kempson acabamos de ver -'(que;'''evldentemente;''jJoilifan'iriuftIplicarsetma 'y(JtJ:a
197~; 96). Plantea problemas, pero antes de entrar en ellos fijémonos en I ~).-'Sin'e.i:ñbargo, nos enfrentamos con un problema inmediato, si to­
un ejemplo algo más extenso de análisis semántico en función de los com­ mamos en serio la afirmación (hecha en 3.1.3) de que los significados mis­
ponentes. (~eneralmente denominado ANÁLISIS COMPONENCIAL) fue des­ mos son conceptos (individuales). Si ello es así, se sigue que el significado
arrollado pnmero por los antropólogos, especialmente William Goodenough de una palabra c,omo la del inglés we 'nosotros' es un concepto individual,
que induye a 'hablante' y a 'muchos' entre sus rasgos definicionales, más
96
97
que como componentes del significado de we como tal. En otras palabras, En diversas sociedades, entre las que se cuentan los indios seminola de
la relación entre palabras y conceptos como 'hablante', 'oyente' y 'muchos', Oklahoma y Florida y los habitantes de las islas Trobriand (al Este de
es tan sólo indirecta, mediatizada por el concepto que los une como 'sig­ Nueva Guinea), puede usarse el mismo término (X) para referirse a las si­
nificado'. Si aceptáramos este punto de vista, podría objetarse que 10 que guientes relaciones:
hemos estado llamando 'componentes semánticos' de hecho no forman en
absoluto parte de la semántica, sino que más bien pertenecen a la estruc­ (i) padre

tura cognoscitiva en general. La conclusión de este razonamiento es la de Oí) hermano del padre (inglés uncl e, castellano tío)

que, después de todo, en las distintas lenguas los significados son muy (iíi) hijo de la hermana del padre (inglés cousin, castellano primo)

diferentes (muchos pronombres del palaung tienen significados que no (iv) hijo de la hermana de la madre del padre (inglés?, castellano ?)
suelen ser expresados por ninguno de los pronombres del inglés, y vice­ (v) hijo de la hija de la hermana del padre (inglés?, castcllano ?)
versa). Sin embargo, podemos considerar esto como un debate terminoló­ (vi) hijo del hermano del padre del padre (inglés ? castellano ?)
gico, que no tenemos por qué profundizar aquí. (vii) hijo del hijo de la hermana del padre del padre (inglés?, castellano ?)

Los términos del incrlés (v del castellano) que aparecen entre parén­
3.2.2 Los prototipos '" .
tesis, cuando los hay, no son en modo alguno traducciones exactas, ya
que poseen significados más extensos que los términos que traducen. Por
Una de las consecuencias de analizar los componentes que contribu­ ejemplo, uncle (' tío') se refiere tanto al hermano del padre de uno como
yen ;I;-f~~ma~ió;'d~T3igpiii~-aJ~-~;-q-;;e-íos -sIstemas semánticos de las al hermano de la madre de uno. Además, para la mayoría de nosotros en
_~Jsti11.tas_lt::ng1Jas_el)1piezap_apar~c~r-=mlichq:~m-enos--dis~int~sque si se inglés (o en castellano) simplemente no existe ningún término para ex.
~~ider~r:an los si~f!cados como enti9ad<'=~~_~!:1I§ ~i!l.~nalizar. n~ la presar los significado~ de (iv) - (vii), aunque, sin lugar a dudas, los sufi­
misma' forma, si se examinan los significados en relación con los proto. cientemente expertos en estas materias (una minoría reducida en la Gran
tipos (ver 3.1.2), puede mostrarse que los prototipos alrededor de los que Bretaña) serían capaces de construir algún compuestO como second cousin
se organizan las palabras son mucho menos distintos que las áreas totales twice removed, 'primo tercero'. Casi no merece la pena subrayar que no
de significado que cubren las palabras. Ello es verdadero de dos áreas del existe término en inglés (ni en castellano) que se corresponda con el sig­
vocabularJo --color y parentesco--, que suelen aducirse frecuentemente nificado del término X de. esas. lenguas.
como muestras de d]Ji!:.ir¡cias extremas entre las lenguas. Por 10 que res­ El término X no sólo es chocante para el hablante normal de inglés,
pecta al color, los lingüistas y los etnólogos han solido quedar impresio­ sino que supone también un reto al analista que intente buscar los rasgos
nados por el hecho de que lenguas distintas parecían dividir el espectro comunes que definan la gente a la que puede aplicarse el término X. Un
del color según líneas completamente distintas. Por ejemplo, en zuni un rasgo común es que la persona implicada ha de ser varón, pero, aparte
término único equivale al inglés orange 'naranja' y yellow 'amarillo' (Bolin­ de ésta, no es fácil ver alguna otra característica del conjunto al que puede
ger 1975: 245), y la palabra galesa glas cubre el rango de las palabras in­ aplícársele el término X. (Hay que hacer notar que X no significa 'pariente
glesas green 'verde', blue 'azul' y grey 'gris'. Igualmente existen algunas de sangre de parte del padre', ya que no incluye al 'padre del padre', por
diferencias sorprendentes entre las lenguas en la forma en que cubren los ejemplo.) Sin embargo, si aplicamos el punto de vista del prototipo en
conceptos de parentesco, tal como veremos. (Para una ampliación acerca vez de andar buscando los rasgos de definición, las cosas aparecen de ma­
de la terminología sobre los colores, véase Clark & Clark (1977: 524) y nera muy distinta. Según Lounsbury, pueden predecirse todos estos sig­
Rosch. (1974), que constituye también una buena exposición de los es­ nificados suponiendo que el significado básico (el prototipo) es simple­
tudios empíricos recientes sobre la relatividád lingüística.) mente' padre', y que los demás significados se derivan de él por aplicación
Los principales desarrollos a los que nos referiremos en relación con de cualquiera de las siguientes 'tres reglas de equivalencia:
la terminología de parentesco se deben al antropólogo Floyd l,pypsbu.EJ,
quien llegó a la noción de significado centrado en los prototipos inde­ A. la hermaná de un hombre equivale a su madre;
pendientemente del trabajo de psicología de Eleanor Rosch, al que nos B. hermanos (es decir, hermanos y hermanas) * del mismo sexo son equi.
hemos referido en 3.1.2 (ver especialmente Lounsbury 1969, y la crítica valentes entre sí;
de Burling 1970: 49). Empecemos con la clase de datos que aparecen ante C. medio-hermano 1< es equivalente a hermano-completo. *
el lingüista o el antropólogo que analizan la terminología de parentesco.
. '--­

98 99
-~--------------------------;-------------------------~­

, ~stas tres reglas son necesarias para predecir los significados de otros generales, aunque podemos suponer que existirán variaciones en las reglas
tertnlnos de parentesco en las mismas lenguas, y sólo son necesarias estas de derivación. Por supuesto que no pueden rechazarse como insignifican­
tres. tes las diferencias que suponen esas reglas, puesto que pueden tener con­
Empezando por un ejemplo fácil, 'hermano del padre' (íi) se deriva de secuencias dramáticas y de gran alcance, pero habremos restringido por
'padre.' mediante la regla B, ya que el padre y su hermano Son hermanos lo menos las clases de diferencias entre la terminología de parentesco de
del mIsmo sexo: y~ ..por ta.nto, equi~alentes. En el caso de 'hijo de la las distintas lenguas, y ya no serán consideradas como prueba de la rela­
ma~a del padre (111), aphcamos prImero la regla B, convirtiendo 'padre' tividad extrema.
en hermano,del padre', luego. la regla C, sustituyendo 'hermano' por 'hijo S~r,í~~1!l~g~a~o.~,.~~, ~1E~t:g21...9Q~ºl1J.~9S la impresión de 3~~ la
de la m,a~~e (modo de referIrse a un medio-hermano),* dando como re­ teC?rj~__~~Lproto.!i129._hac~~u~_.!9ª()~,JQ~ . sistemas parentesco parezcan
sultado hIJo de la madre del padre', y finalmente la regla A sustituyendo idénticos excepto en .s~,Ll::¡;glas_de .. deri.vación, .. puesto que ~ste'-ñ(n:$-dei­
'madre del padre'por 'hermana del padre', resultando la rel~ción 'hijo de tamente elÚso. InCluso los significados-prototipo puede que eúene;¡tre­
la her~ana del padre' tal como queríamos. El cuadro 3.2 muestra cómo cha~ente relacionadOsconlaorgaiíízadóri·soéi'al defgrupo implicado. Por
se ?erIva el. significado (vii) 'hijo del hijo de la hermana del padre del pa­ ejemplo, se da el caso de una tribu aborigen de Australia denominada
dre, a partlr de 'padre'. njamal, cuyos hábitos respecto al matrimOnio suelen ser asignados a la uni­
dad que los antropólogos llaman moíety ('mitad'), ya que la tribu queda
Cuadro 3.2. Derivación de términos de parentesco en algunas lenguas dividida en dos partes (cf. francés moitié, 'mitad'). (Lo que está ba­
sado en Burling 1970: 91, 21.) La moiety de uno es la misma
Regla Significado que la de su padre, pero distinta de la de su madre, puesto que las re­
prototipo padre glas requieren que los maridos y las mujeres perrenezcan a diferentes
moiety. La importancia de las diferencias de moiety queda reflejada no
JI.' \¡

sólo en las reglas de derivación, (formuladas de forma que no haya mez­


B hermanos * = hermanos * hermano del padre

cla de parentela procedente de distinta moiety bajo el mismo término),


¡¿' \¡
sino también en los significados-prototipo. Por ejemplo, existen básica­
e medio-hermanos_* = completos hijo dd padre del padre

mente cuatro palabras para referirse a los miembros de la generación de


'1. ~ la del padre de uno mismo: uno para 'padre' y atropara 'madre', como
B hermanos" = hermanos * hijo del hermano del padre del padre cabría esperar, pero también otro para 'hermano de la madre' y otro para
.¡ ~ . 'hermana del padre'. ¿Por qué se han escogido estas dos relaciones, can
e -medio-hermanos '" = completos hijo del hijo de la madre del padre del padre exclusión, pongamos por caso, de 'hermano del padre'? La respuesta, pre.
J, sumiblemente, es que proporcionan un contraste básico del sexo indepen­
A hermana = madre _hijo del hijo de la hermana del padre del padre diente del contraste de moiety (por ejemplo, el padre de uno y la hermana
del padre de uno son de la propia moiety que uno mismo, pero de sexos
, yno de l?s ~spectos sorprendentes de este análisis es que el significado opuestos, y la madre de uno y su hermano son de la otra moiety, pero de
diferentes sexos). cambio, el hermano del padre de uno es de la misma
bastco ?el te~mmo X es ~hora :xactamente el mismo que el del inglés
father padre, y que las dIferencIas entre ellas son 'debidas a' la existencia moiety y del mismo sexo que el padre de uno, y no sería, pues, prototipo
de reglas de derivación que existen en otras lenguas y no en el inglés. distinto útil.
(Hay:'q~e hacer notar que en inglés la palabra inglesa father también tie­ Incl1.!!o si adoptamos el métodQ del prototipo para la t~,!~!nología de
ne, SIgnificados secundarios, derivados, como 'sacerdote' y 'padre adopti­ P~Ec:~~~c:~a aÚIL.t¿Il.. _a.mp'IíQ,pl~F~.~~__dife!~nciª-S_Slue__ se._r¿fl~ia.~_.~!l
vo .) Este h~l1azgo abre l~ posi~ilidad de que, si comparamos los signifi­ l!\.,orgªpizaciórL§9fi!1J.._bien en los mismos prototipos, bien en las reglas
cad~s-prototlpo de la te~mmologla de parentesco de diferentes lenguas (su­ d.e. deriYi:I<;jón, de.. !Qs.. Qttó·s-·slgnifiéados'apartirCfé ~élIós.(P(ir-e¡emplo;-er
mismo' concepto de 'p¡dre;··pu~de--ser-aefin[doenfu~dón de un número
pomendo que pod~mos ldentificar -tales signific,ados para todas ellas), vere­
mos que hay relativamente pocas variaciones de 'unos pocos modelos muy diferente de factores tales como la paternidad biológica y el estatus de
protector, y tales factores pueden tener énfasis distintos en distintas sa­
* El original inglés emplea la palabra siblings 'hermanos' como ar-chisema de ciedades.) Además, parece probable que un concepto como moiety es un
brothers, 'hermanos' y sister!, 'hermanas'. (N. del Y.) concepto de referencia necesario al definir prototipos en lenguas como el
100 101
I
.~
njamal, pero no para lenguas que están asociadas a otras formas de siso
tema social, de modo que ni siquiera podemos estar seguros de que los
'componentes semánticos' a los que se hace referencia con los prototipos
sean 'universales' en un sentido muy significativo.
~ Un aspecto último respecto a la noción misma de 'prototipo'. Hemos
.
ferencia de 10 que cabría esperar en la or[!,allización del significado de las
palabras (ver Clark & Clark 1977, Rosch 1976; en algunos aspectos la
teoría fue anticipada por Brown 1958a, b). Parte de! supuesto natural
que la forma en la que una lengua estructura el mundo, mediante los sig­
nificados que distingue, depende en parte de la forma en que el mundo
) considerado tres modos diferentes en que puede ser extendido el signifi. mismo está estructurado, y en parte en las necesidades comunicativas de
I cado pro:~típico de una palabra. En primer lugar, el hablante o el oyente sus hablantes. La noción del 'prototipo' surge del hecho de que en el mun­
I pu~de utrl:zar lo qu: he~os llamado 'flexibilidad creativa' (3.1.2), lo que do en sí los rasgos no se combinan al azar, sino que tienden a presentarse
qUiere decir que esta hacIendo una extensión original del significado, que en haces complejos. Por ejemplo, HIgo que tenga alas, tendrá también,
'. poden:os llamar con bastante legitimidad 'metafórica' (cuando se aplica un muy probablemente, dos patas, vuela, pone huevos y tiene pico. Todo lo
1 protOtIpO establecido a un objeto totalmente exótico al que se le ajusta tan que hacemos al crear un concepto de un 'prototipo es reconocer este hecho
1 sólo pobremente). En segundo lugar, puede haber reglas aceptad~3 y cla­ acerca del mundo permitiendo también el hecho de que existen casos ex·
ras para extender los significados, como en el caso de los análisis de cepcionales. Puede argüirse que éste es un punto de vista más eficaz que
j Lounsbury de la ter~inología de parentesco, y podemos suponer que al­ el alternativo, el de elaborar categorías exactas con sus rasgos definíciona.
'gunas de las extensiones de significado por lo menos son elaboraciones les, necesarios y suficientes.
; nuevas cada vez, y que más bien no son almacenadas en 1a memoria del Otra consecuencia que Rosch deduce de su s,:;,uesto básico, es la de
,hablante. Y, en tercer lugar, hay palabras cuyo significado se centran en que tiene que haber lo que ella llama CONCEPTOS DE NIVEL B,\SICO, en
¡algún prototipo, pero cuyos significados ampliados se almacenan presumÍ­ contraste con otros conceptos que son ¿'-¡;Ien· 'generares'; o'ble;:;: más
®en: ente también en la memoria. Por ejemplo, debemos supone; que el específicos. Suponiendo que existe por lo menos alguna estrUCtUra jerár­
sIgnIficado de padre, que. puede aplicarse a un sacerdote católico es alma-. quicaen nuestros conceptos más generales como 'mobiliario' que incluyen
c~na.do en la memoria, aunque. se derive, históricamente por lo menos, del otros menos generales como'sílla', ~eb~Eia~,~<:r_12.0sible descubrir qué nivel
slgntficado .primario; biológico; de padre. Quedan muchas cuestiones inte­ de la jerarquía es el que proporciona'~ más. informaClünTesdecl'r;abarca-.
resant~: e imp?rtantes acerca dé las relaciones entre estos tres tipos de más ~(¡lDPonentes .en cada corió;:proJaCamblo'derñí-;;nor esf~¡r¡~(;;~"de-
extensI0n, y que· no podemos tratar aquí, pero cualquier leCtor familiari­ . c:ir, empleando el menor-número decOncé¡:)fos"¿riSi:ímosT:Por ejemplo, es
zado de algún modo con el. estudio de la formación de palabras verá que mucho más informativo el decir comp~aJ~-~~-;sill~" que 'he comprado
las. formas en que son extendidos los significados del prototipo pueden un mueble', pues silla implica distintos rasgos físicos (superficie horizontal,
hacerse corresponder 'exactamente con el modo en que, diaamos se foro patas, respaldo vertical), mientras que no todos los muebles comparten ta­
man los números 'ordinales'. Por ejemplo, el hablante que dice v;intisiete les características, y de igual forma, silla comporta información acerca de
está creando, presumiblemente, una forma nueva mediante la aplicación la función, en términos de un 'programa motor', indicando qué hacer. cOn
de una regla (caso 2), el hablante que dice primero o segundo, tiene que ella, en oposición a mobiliario, que sólo conlleva 10 más impreciso de la
~traer la forma de la memoria (caso 3), y el que quiera referirse a un información funcional. Por otra parte, silla de cocina indica solamente un
ejemplo numerado 3a y se refiere a él como el e¡emplo 3a-avo está actuan­ rasgo más comparado con silla, un rasgo que en todo caso sería de poco
do creativamente (caso 1). (Para una presentación sobre formación de pa­ interés para la situación, y el esfuerzo necesario para identíficar un objeto
labras, ver Bolinger 1975: 108, Leech 1974: cap. 10, Matthews 1974: como silla de cocina, más que simplemente como silla, es mayor por el
cap. 3.) hecho de que este rasgo partícular tenga que ser reconocido. Consecueh­
temente, silla_e.s_un concelrt0 de~el básif..o, en el sentido de que ~sta
categoEÍ~_~s la que. vien~~~_~más natu~5~ndo-..!e~os
3.2.3 Conceptos de nivel b/¡sico que refer~U_,º!LQ.bÜ'*)_9!:!~"p"Qdr!g~~ª,escrito i.&!:!!lm..eB~ bie~
~~gjy:ehl~~~l!!-g.uI!..~sil1a de cocin~. Hay una justificación obvia en
Hemos visto que el enfoque sobre los componentes y los prototipos favor de esta conclusión en el hecho de que silla sea simplemente una pa­
produce el efecto de reducir las diferencias entre las lenguas en los signi­ labra, en contraste tanto con kitchen chair ('silla de codna') como con piece
ficados que expresan. Examinaremos ahora una teoría desarrollada también 01 lurniture ('mueble'),* pero las pruebas más evidentes provienen del
por la psicóloga Eleanor Rosch (quien, se recordará, desarrolló la noción
de prototipo en psicología), que sugiere que posiblemente haya menos di­ * Farniture, 'mobiliario' o 'muebles'; pieee al larniture, 'mueble'. El inglés ca­

102 103
3.2.4 Conclusiones
modo en que los hablantes emplean estos conceptos, tal como ha sido es­
tudiado por Rosch. Quedan todavía bastantes aspectos acerca de la. relatividad que.~o
La importancia de los conceptos de nivel básico con respecto a la cues­ han sido tratados en las secciones precedentes, especlalment~ la cuest1?n
tión de la relatividad tiene dos filos. En primer lugar, si es verdad que de la relatividad en aquellas áreas del signíficado que se reflejan en la sm·
los conceptos tienden a organizarse jerárquicamente alrededor de otros más taxis o la morfología más que en el vocabulario. Nos h:~os co?ce~t~ado
básicos, deberíamos suponer que existen semejanzas entre las lenguas en en la última, sin embargo, porque según nuestras prevlSlones mt~I:IVgS,
Ja organización jerárquica de sus vocabularios. Esta predicción ha sido suponemos que encontraremos menos variabilidad en las proposlC1~nes
confirmada por los estudios sobre 'biología folk' llevados a cabo por el an­ que pueden ser expresadas por la .sin~axis. que .en los conceptos definIdos
tropólogo Brent Berlín y sus colegas (resumido en Clark & Clrak 1977: en el vocabulario. Es, pues, más slgmficatlvo SI se demuestra que la rela­
528), quien halló que los nombres de plantas y animales suelen organi­ tividad es limitada incluso en el vocabulario. De igual forma, s~e1e haber
zarse en cinco o seis niveles, en una variedad de lenguas muy amplia, de grandes diferencias entre las lenguas en los conceptos que refleja la mor.

los que el tercero empezando por arriba constituye el nivel 'básico'. ASÍ, fología, variando desde aquéllas en donde no hay morfología en abso1~to

por ejemplo, el inglés posee una jerarquía representada por términos como hasta las lenguas en donde ésta es increíblemente abundante y expreSIva.

planta (planta), tree (árbol), pine (pino), Ponderosa pine y northern Pon­ Por otra parte, cierto número de conceptos tales como los que tr~ta~ .del

derosa pine, y en esta jerarquía el tercer nivel, reoresentndo por pino, es el tiempo, número y 'modo' (la actitud del .h~~lante ~nte lo que esta diCIen­

nivel más bajo en el que es usado una palabra sola, dando a entender que do tal como su certeza ante una proposlclOn) estan entre 10 que en mu­

constituye su base. Un tanto sorprendentemente, Berlin y sus colegas en­ ch~s 1enouas suele ser expresado mediante la morfología. Puede haber así

contraron que todas las lenguas estudiadas por ellos poseían aproximada­ restricci~nes bastante fuertes a la relatividad en los significados corres­

mente el mismo número de elementos del tercer nivel de la 'biología' je­ pondientes a la morfología, que, como la sintaxis, co~stituiría un área de

rárquica: unos 500. Tomados en su conjunto, estos hallazgos representan investigación menos prometedcraque la del vocabulat1~ ..

un grado muy alto de semejanza entre las lengua.;; respecto a su estructura Las siguientes condusiones!pu~~.s~. re~~_~....Jlgnificado tal co~

semántica, incluso cuando los conceptos particulares implicados pudieran quea:atetIe¡;do en el voca6umiO;1lo que qUIere deCIr que, de hecho, con.

ser bastante distintos, según las clases de plantas y animales hallados allí ~idera~~~·_s.~~1~~:P~J~~4~$ignjfi~l!.®jiü.rt?~~ de·IoScOñC~~X. ~? <le .
donde cada lengua particular era hab~g.a. 1asJ2roposiciones ~ Hemos halla~.3~~.J~_P~~~~~~~~~lU~vls.tl10"
. La segunda conexión entre los cdtÍceptosde nivel básico y la relati­ . e~tr~;:o'no·-es-so!;teiíJl;Ie7~-~xisten. claras~!.~ ace~ &na
vidad es que presentan un . área más respecto de la cual la gente puede natur;leza' y extens~l~fer.@~ts exi.,itJ!.DJes,.J:nUe la gente ~es~ecto
diferir en el lenguaje, haciendo que la relatividad del lenguaje aparezca aro~s~pre~~_º- sus l~as. Algu~rlccl0nes
, como mayor. La gente presenta diferencias respecto a los determinados con­ ;~n_d~bid~.9..11e gente diferente, d~socíed~de~ mu dI erentes, puede :u~
LEeptos que tratan como básicos. Por ejemplo, la investigación llevada a .usen los .mi.SmO_U;;9n<;.~R!9L~ ~__....1LIQs... slgOlficados de las palahl:~.s­
cabo por Rosch mostraba que la gente de la ciudad consideraba al 'árbol' d~~i~-ro; sigillJi~ªºp§d~.J1¡..LP_alab.rAs...pQe.den ser definid~~~.de
más que, digamos, al 'pino' como básico (Rosch 1976), seguramente por­ '~q~p~n~?t~s. _~~1l!:~.f!ticq§,:..9!:l.uE:~.9.~lLSerSQ.~llfl~_ª-~rp.E.C?OSl_~ 1l!~1us2-!?­
que están menos familiarizados con las propiedades específicas del pino dos, los humanos. Puede ,q1,1e.llf:! c.ompone_~!e sel!lantlco s_~~~~v,:~~al,.I:.~:-.
de lo que lo están los habitantes del campo con los que trabajaron prin­ que. es parte de 1a.estrucJ\:g·¡l_GQgQQ2..ggva...llprmal de J2.§.)í.ul!!~~,._~omo
cipalmente Berlín y sus colegas. A la inversa, cabe esperar que 'Ponderosa l~ fac~ltad humana de pe!cibir)os,<:~J~:es_, o EC!~qu.e.p. p8.:r\es1~L~n..t9;ªP
,~ine' pueda ser el nivel básico para un guarda forestal, y que ello quede mor al -.1'1 ue os 'h'"mlínos
u , .como. la onoS1C1on entre
:.t:~___ .• _ .. __•. vertlcal
,~., _____ ._ _ - ..Y...ll9!g;Q!)tal
~ o
reflejado en la abreviación del nombre en una sola palabra, Ponderosa ·d;Y~dif~r~~t;;·mf~rohi.Qi~iLitupo familiar biológico.
(Clark & C1ark 1977: 553). (No~bre alternativo de 'pine' es píne tree, - Otr~;-;estricd;;;s a la relativídad pueden ser exPlicadas en funciQn
y sería interesante saber si los que tratan 'árbol' como el concepto de nivel de í~~ -ne~¿ldádes'corñüñ1Cativas comunes de los h~~os, especialmente
básico usarían esta forma más larga de 'pino' más que los habitantes del 1a- ·_·_.. ··_·~.;}"'.l--~t-ra·-~m1t·1r·-:ta1ñáxíiilá cantidad----
ne$g~S!.,<;!~..:,__" ns~_ .~. __,_.____.
de W.gk~a_~ión
. con la m1ru.­­
campo.) m¡~antidad de esfuerzo. Esto c2.?-Euce ~.!endencl~L~t'aren~emente ~­
rece de una palabra como la castellana para designar 'mueble'. La prueba que el autor ::~~L~~!~tj!l~~~~~~~t~~br~;~~~~~~~~~~:~:

ierárq~ica;_~4~J:~2~~~1~!J:i'1~ª~~~~i~te~~?~~_ª.:!5~~et}iª~~s
aduce le va bien con el inglés, pero no así con el castellano, en el caso de mueble
(una sola palabra) contra piece 01 forniture. El caso de kitchen chair sí es paralelo al
de silla de cocina. (N. del T.) .
1Q5
104
s~nüicados expresados, Otras restricciones se, ~kº~ª_ªJª- tendencia del mun. medida muy grande y de muchas formas, y discutiremos esta hip6tesis bre­

d~ ~ e:~ructurs:rse ,por ~LI!l~~!Do,?,frecien4() cOI1~eptos-y;bechos- parasu vemente en 3.3..5. De todas formas, hay muchos otros puntos de contacto

ut~~~S!().!l;_c.Qmo proto.!!P5)~?_<:l~~_~~c<:~-'::..~!:.,llE~~~iedad o persona entre el lenguaje o la lengua y el pensamiento.

a, _~tra soclecia_d~J)!.~.ona~s..~Qnceptq!L~~il:te,n.cl.id()s~_ ela5o;-~C:fos-á-par. : La primera conexión a establecer es la existente entre el lenguaje y los

u:-Ae)oslJ!:otouEoiJver E.,~,~~l2J~~ió~I1._ªt:l!erior de la palabra 'p'adú;' en'" ., demás aspectos de la cultura. la medida en que los elementos lingüís­

diversas lenguas), . ' -"""'._'~~--""--'" ,


, ticos son aprendidos de los demás, son en conjunto parte de la cultura, y

, Hay q~e s~brayar que todas estas conclusiones son hipótesis que han como tal, es muy probable que estén estrechamente asociados con otros

SIdo puestas a prueba contra u~ corpus de datos más bien reducido, pero aspectos de la cultura que es aprendida de la misma gente, Podríamos

que ?~r 10 menos son tan convIncentes como las hipótesis alternativas del • esperar, pues, que si una persona determinada aprende dos elementos lin­
relatl~lsmo ~xtremo y ~el..;:niversalismo _~ (que anrma que no exis. güísticos distintos de dos grupos distintos de gente, cada uno de ellos pue.
ten dlfere,nclas en los slgmncados expresados por los distintos sistemas de da estar asociado con un conjunto distinto de creencias y valores cultu­
vocabulano). Lo que es más, estas hipótesis poseen el atractivo de estar rales. Más aún, no sería sorprendente, que cada uno de los elementos ac­
corroboradas tanto por explicaciones sumamente sencillas como por una tivara un conjunto distinto de tales creencias 'y valores al ser usado, y en
cierta cantidad de datos aceptables. esta medida podríamos decir que el lenguaje (en este caso, la elección de
~~ra__~a~er_~n ba1an~~,cl~.s_~!1cl~~i()E.':s que muestran que las dife. una variedad lingüística más que la otra) es determinante del pensamiento.
renCIas s?!)Je~.t~tr~.!5~d~s!"c:I.e.1~,e_mos resumir ahora'las'
conclusiones que mues. Hay alguna evidencia de que esto puede re21mente suceder así, tal

tran 3~.e exis~e!l c:li~e~el1c~as y·'que;- de' hecho, son grandes. Hemos visto como se ve por el comportamiento de algunas mujeres nacidas en Japón

que eXIsten dIferenCIas e!}Ios componentes semánticos' involucrados inclu­ que se trasladaron a los Estados Unidos como esposas de ex funcionarios

so en á::~s_ a~t_a~~.~st:~ct~~adas _y .universa~es . como la terminología de norteamericanos y que aprendieron el inglés allí. Estas mujeres partici.

parentess..o (C0:n0 motety ,es rerevante en algunos sistemas, pero no en paron en un experimento ,llevado a cabo, por Susan Ervin-Tripp, pionera

o~ros); y~s,evl~er;t~ glJ~ex!stendife~encias.eI1las formas en que se como en. los estudios psicológicos y sociológicos del.1enguaje (Ervin"Tripp. 1954,

b1nanJ2s~coIl1P?!l~!!t~st;:~}ossigru~cados de las palabras (cf.los pronom. 1964). A cada mujer se le hizo una entrevista en inglés. y otra en japo.

bres del palaungy del Inglés). De', forma "semejante, existen ,diferencias nés, y se le pidió que ejecufaradiversos ejercicios que suponían el uso

en los, prototipos,que son_E.<:c:on29siQs..mm9-1ª-l~ (como 'universidad'o' , creativo del lenguaje. Una de ellas, era el completar, en la lengua apropiada
cualqUIer otro prototipo que seren~ia:;amoÜ?ty), y yastªs_difer.en.<;~s en_ , a la entrevista, un número de fragmentos de frases, como I like to redd: ..

"las m~n~r~s~º_~u.!:_pue~!!..se~e~tendldos los Pr:~!0iPos (como las tres 'me gusta leer ... ') o su traducción japonesa. En una entrevistª- típica ja~

regl~s de extens16ndeIos prototlpos de parentesco en lenguas Como el ponesa podría venir completada por .. .'sobre sociología\ reflejando un

semmola, que no se dan en las demás). Finalmente, existen diferencias en conjunto de valores japoneses, mientras que en la entrevista en inglés la

los co~ceptos que gentes diferentes tornan como básicos, variando de una misma mujer podría producir 1 like to read comics once in a while becduse

c~I?uU1dad a otra, o variando dentro de una misma comunidad según la ha­ they sort 01 reldx my mind ('me gusta leer comics de vez en cuando por­

bIlIdad .del hablant~. En pocas palabras, semejanzas y diferencias existen que de alguna forma me relajan la mente'), reflejando, presumiblemente,

e? cantldades suficlentemente grandes, y en formas suncientemente espe. los valores que ha aprendido en los Estados Unidos, Diferencias seme·

C1nCas, como para conceder a la semántica del vocabulario una atención jantes se produjeron en otro de los ejercicios, en los que se preguntaba a

mayor en su estudio comparativo del que hasta ahora ha recibido. ' las mujeres que dijeran lo que ocurría en un dibujo en el que se veía una

granja, con un granjero arando en la lejanía, una mujer apoyada en un

árbol, y una chica en primer .plano que llevaba unos libros bajo el bra~?,

3.3 Lenguaje, habla y pensamiento En las entrevistas en japonés, una descripción típica era la siguiente:

3.3.1 El lengua;e y el resto de la cultura , Una estudiante que se siente en conflicto porque se le obliga a ir
a la escuela. La madre está enferma y el padre trabaja duro sin
!""--" Volvemos ahora a la cuestión del determinismo lingüístico. ¿Hasta qué
demasiado premio económico. Sin embargo, continúa trabajando
i punto y de qué forma el lenguaje det~to? Esta pre­ diligentemente, sin decir nada, rogando por el éxito de su hija.

1
9unta suele responderse normalmente por referencia a la HIPÓTESIS DE
Es igualmente un marido que nunca se queja ante su mujer,
SAPIR-WHORF, según la cual el lenguaje determina el pensamiéñtOéñ-;;:;;;

-......:.. ......
_.--~.,- ,J

106
1
i
107

J
sujeto se le dio una vela, una caja de clavos, y dos o tres cerillas, y se les
Cuando, -por el contrario, la entrevista era en inglés, la mujer podía dar la

siguiente descripci6n:
.pidió que encontraran la forma de poner la vela verti~al en l.a pared de
modo que no goteara cera. A algunos sujetos se les dieron sunplemer::e
los objetos y se les dijo lo que tenían que hacer, pero a ?tros se les di~o
Estudiante de sociología impresionada por las dificultades deJa
vida del campo al observar a los granjeros trabajando.
10 que era cada objeto: una caja, al~nos clavos: unas ~erillas .Y una ve ,
El hecho de nombrar los objetos atrajO la atenoón haoa la caja como ~b­
jeto separado, más que como simple recip~~nte de los clavos, lo que ~.
Sería acientífico el deducir demasiadas conclusiones a partir de unas

fluyó en que los implicados vieran la SolucIon de~ problema: clava l~ caja
datos de investigación más bien reducidos y de alguna forma insatisfacto­

rios. Por ejemplo, no queda claro cuántas de las mujeres implicadas mos_
en la pared y coloca la vela encima. A los que, SImplemente ~e les dieron
los objetos les costó casi quince veces m,ás de tIempo el soluclOnar el pro.
traron un cambio tan considerable de actitud al cambiar de una lengua a

blema que a los que se les dieron los obJet?s con el no:nbre. Por otra par.
otra, o cuántos ejercidos produjeron tales cambios; y, en todo caso, siem­

pre es peligroso el generalizar a partir del comportamiento de la gente


te, parece probable que la ayuda no les vmo por el SImple he~ho de ha­
bérseles proporcionado los nombres, sino de habérseles proporc10nado .los
en situaciones de experimentos de entrevista formales. Sin embargo, los re. ~

sultados son por lo menos compatibles con 10 que habíamos adelantado en


que eran relevantes. Si en vez de una caja y algunos clavos,. se les h.ublera .
base a las conexiones entre el lenguaje y el resto de la cultura, de modo
dicho una caja de clavos, debemos suponer que no les hub.lera serv1do ~e
que es bastante aceptable el sugerir que solemos hacer uso de diferentes
ninguna ayuda; de hecho, puede pensarse que se les hU?lera hecho mas
sistemas de valor y de creencias de acuerdo a los cuales resulta que sole­
difícil la solución del problema, ya que quizás se les hub1era refor~ado la
mos usar las variedades lingüísticas según la ocasión.
tendencia a no tener en cuenta la caja. Es una pena que no se hub1era ex­
perimentado esta posibilidad en la citada in~estigación. ...".
Puede que la importancia que esto rev1ste para la soclOhngu1st1ca no
3.3.2 Habla e inferencia parezca obvia al principio, pero ~e hace más clara si record~mos que una de
las principales fundones so~ialés' de la lengua se da en el a:ea de la reso~u­
" La siguiente conexión a establecer es entre el habla y lo que venimos ción de problemas, al permitirnos el 'plantear un problema con l?s dema~.
-. llamando 'inferenciá', con lo que se quiere incluir todos los aspectos del A menudo la solución llega simplemente del hecho de hablar del m1smo, mas
! pensamiento que no están cubiertos po~da 'memoria' (ver 3.1.2), No cabe
que de ninguna sugerencia detern;inada .hecha por, algún otro. El habl.ar de '.
¡ duda de que en algunos casos el habla influye en la inferencia haciéndola algo nos ayuda a verlo con mas ,clar1da~. Segun vayamos;ntendiend?
I más fácil o más difícil; es decir, en algunos casos el habla 'actúa como mejor la influencia de! habla en la 1nferencIa, veremos por que ello es aSl, ~
lhetramienta. Por ejemplo, muchos lectores estarán probablemente de acuer.
ao en que utilizan el habla para ayudarse si tienen que hacer de memoria
un cálculo relativamente complicado, como la suma de una columna de 3.3.3 Habla y socialización
números o la multiplicación de dos números que quedan fuera de las tao
bIas que han memorizado. De igual forma, mucha gente suele murmurar Otro punto de contacto entre habla y pensamiento es el uso que hace
para sí cuando tiene que resolver algún problema complicado como el -1 la generación anterior para transmitir su cultura a la más joven. En ?tras
volver a montar un reloj u organizar un ensayo. Naturalmente, el valor palabras, el habla es un instrumento de SOCIALIZACIÓN, e! proceso mediante ¡
,del habla como herramienta es aún más obvio si la inferencia tiene que el que los niños se convierten en miembros enteramente compete~tes de ,
¡ s:;~ hecha cooperativamente, ya que el habla permite que dos o más per­ su sociedad. Obviamente, no todo lo relativo a la cultura se transpl1te por
Itonas se pongan de acuerdo en la definición de un p:t:.Oblema y discutir medio del habla, Por ejemplo, hay muchos aspectos del comportamIento ob­
~e.spués su solu.ción. . servable que>son apr.endidos simplemente mediante la observación, tal,es
Estas coneXiones entre habla e inferencia son 10 suficientemente ob­ como él andar, el reír y cómo hacer señas (cosas todas que varían de SOCle­
vias como para no necesitar pruebas que lo corroboren, pero hay prueba dad en sociedad). De hecho, podría decirse que gran parte de la lengua
de que la infiuencia del habla en el pensamiento' inferencia! es <lÚn más misma es aprendida de esta forma, ya que normalmente no se usa el habla
profunda. El lenguaje utilizado en la definición de un problema puede para impartir conocimiento de la lengua, sino más bien como ~?de!o a
tener consecuencias radicales para nuestra habilidad en resolverlo. Por ejem. imitar. De todas formas, una gran parte de la cultura es transmIt1da: v~­
plo, en un experimento que mencionan CJark & CJark {1977: 556), a cada balmente, y se dice muchas veces que el desarrollo de la facultad del lenguaJe

108 109
por la especie humana hizo posible la 'evolución biológica', operando sobre
peligro de que algunas madres idealicen su comportamiento. Sin embargo,
los genes, para ser colocado como factor dominante de nuestro desarrollo
había tal congruencia entre las respuestas, y se correspondíaIl tan bien con,
por 'evolución cultural', operando sobre nuestra mente. No hay necesidad /
los resultados de unos pocos experimentos que comprobaban el comporta­
de insistir en el hecho de que el habla es un componente decisivo en el
miento real de las madres (en una situación experimental), que podemos
proceso de socialización. _

tomarias como reflejo más o menos directo de lo que realmente las madres
Sorprendentemente, sin embargo, parece que la gente difiere en la forma
harían y dirían.
e~ que usa el habla en la socialización. Diferentes profesores de univer­
La conclusión de esta investigación es que existen diferencias entre la
sIdad, cuya tarea principal de hecho consiste en socializar a los alumnos en
madre 'media' de la clase media y de la clase trabajadora (las dos clases que
sus propias y particulares áreas de cultura, ofrecen una buena ilustración de
se comparan en el trabajo de Bernstein). La madre 'media' de la clase
e~l~. Alg~nos prof.es~r~s utilizan el habla para comunicar hechos espe­
media usa el habla más que las madres de la clase trabajdora baja en los
ClfICOS mas que pnncIpIos generales; otros ponen el énfasis precisamente
asuntos personales que implican emociones, mientras que las últimas pro­
en todo lo contrario; otros ponen énfasis en el entretenimiento o en susci­
penden más que las primeras a utilizar el habla para enseñarles conocimien­
tar interés; ~ aun otros intentan decididamente el hacer participar emocio­
tos prácticos. Las madres de la clase media tienden también a utilizar el
nalmente e Intelectualmente a los estudümtes haciendo que utilicen ellos
habla en la explicación de los mandatos ('No debes hacer eso porque ... '),
el habla en el desarrollo de las discusiones. Diferencias semejantes existen
y dar información, de hecho, sobre cosas y gente, con la consecuencia (pre­
entre los políticos, predicadores, propagandistas y periodistas. Las diferen­
sumiblemente) de que estimularán y satisfarán más fácilmente la curiosidad
cias que son i~teresantes en el contexto presente no son las de registro
de los, niños.
(ver 2.4), que tIenen que ver con el cómo se dice algo, sino más bien con el
Si 'iestos hallazgos son correctos, es claro que tienen implicaciones de
qué se dice, y qué aspectos del proceso de socialización son los que más se
largo alcance, tanto teóricas como prácticas, y discutiremos algunas de ellas
subrayan. '

en 6.4. Lamentablemente, la evidencia de diferencias de 'estilo materno' es


V?lvie~do a los sujetos de socialización· más obvios ;' los niños, hay algu­ ,parte de una teoría general que contenía a su vez, en un principio, una sub­
na eVIden<;rade que los padres ---'-las madres, sobre todO-'- hacen uso dis­ teoría acerca, de diferencias lingüísticas específicamente entre los niños de la
1 tinto del habla al socializar a sus hijos. Esta evidencia procede sobre todo clase media y de la clase trabajadora y que ahora, en su mayor parte, no goza
' del. trabajo del s?ciólogo Basil Bernstein; de Londres, y Robert Hess, de de créditO (ver 6.3.2), y ha apartado a los críticos de tomar en serio la
ChIcago \B~rns~e1h & I:Ienderson 1969, Hess & Shipman 1965; para un cuestión del estilo maternal
,'resumen utiJ, vease RobIDson1972: cap. 9). La hipótesis bajo investigación Tal cómo cabría esperar, pueden darse diferencias totales en el papel""
era. que madres de diferentes clases sociales utilizan el habla de diferen­ que se permite jugar al habla en la socialización entre las culturas. Por ejem­
te m~nera en la s~cialización. De ser verdad, se esperaba que esta hipótesis plo, los gonja del Africa occidental consideran el preguntar como un modo
ofreClera una expIrcación parcial de las diferencias existentes entre los niños de afirmar la autoridad sobre otra persona, de modo que no se considera
pr?~edentes de distintas clases sociales en la forma en que ellos, a su vez, apropia(:[o el que un alumno haga preguntas a su maestro. Así, pues, de las
u~:Irzaban el habla. Expondremos las supuestas diferencias del habla de los que ap~enden a tejer, por ejemplo, se espera que aprendan a hacerlo sin
nIDOS en 6.3.2. y 6.4.2, y aquí nos limitaremos a la cuestión del habla de hacer nunca preguntas directas respecto a ello (Goody 1978). Ejemplos
las madres. .~

como éste muestran cómo las exigencias de un aspecto de la socialización


La mayor parte de la evidencia proviene de entrevistas en las que se (el no hacer preguntas a los superiores) pueden estar en conflicto con las
preguntaba a las madres sobre situaciones hipotéticas. Por ejemplo: "En de otros aspectos (el aprender a tejer), y lo mismo puede decirse tampién
qué medida sería ~ás difícil para los padres el hacer X con los niños~ si de las diferencias de clase social en los estilos maternos antes ménbo­
los padres no pudIeran hablar?' .(donde X podía ser 'jugar con ellos' o nados_
'enseñ~r!es lo que es:á bien y lo que está mal', o una variedád de otros tipos
de ?C~IVI~~des especIalmente seleccionados abarcando diferentes aspectos de
soc~aIrzacIon), o '¿Qué diría usted 'si su hijo le trajera a casa un objeto 3.3.4 Lengua;e y socialización
CO~I~O de una obra en construcción?' Hay obvios problemas de interpre­
ta~lO~ de las respuestas a preguntas como la última, si uno está interesado El habla es un factor importante en la socialización, no sólo a través: \
pnncIpalmente en lo que las madres realmente dicen en situaciones reales de la información para cuya comunicación se usa, sino también a través de
de la vida más que en lo que dicen que dirían; especialmente, existe el los conqeptos que requiere que el niño identifique éomoosignificadosAe los
¡ '" •.

110
111
acerca de ellos, especialmente durante nuestra educación forn:: aI , d7, modo'
elementos lingüísticos que aprende del habla de los demás. En otras pala­
e de hecho sí los aprendemos a través del lenguaje, tanto Si hubleramaS
qu , , . b bl
bras, el lenguaje que el niño aprende está estrechamente relacionado con
podido o no aprenderlos sin él. De no s::;
por el le~guaJe, pro a emente
los conceptos que aprende como parte de su socialización. La cuestión es si
no poseeríamos conceptos a los que pudleramos aSOCIar palab.ras. como: pe­
puede decirse que el lenguaje influye en estos conceptos, o si simplemente
nínsula, feudal; metabolismo, clásico o factor. Una de las ~rInCI~ales, n:n­
refleja unos conceptos que estarían allí de todas formas. La respuesta par~­ dones de la educación es la de enseñar conceptos, y la termInologIa t~cru:a
ce que es 'un poco de todo'. "
es la ayuda más importante delinaestro en ~u tarea. (I:Iay que adverur, sm
/ Podemos estar seguros de que algunos conceptos son independientes
embargo, que existe la tendencia a confundIr el con~clmIento del concepto
,del lenguaje, incluidos los que aprendimos como criaturas antes de la adqui­
con el conocimiento del término correcto para el mIsmo.)
\sición del lenguaje hacia el final del primer año de vida, y otros suelen
En conclusión, podemos decir que el lenguaje es más importante en. el .
¡formarse después, pero sin recurrir al lenguaje, puesto que no tenemos pala­ aprendizaje de algunos conceptos que en el de otros, y puede ~ue el pnn- :
0ras para enos en nuestro vocabulario de adultos. Por ejemplo, poseemos
". t.·f
~'-
cipio general sea que el lenguaje resulta más ím~ortante. a ~edida 5.ue ~os \
un concepto para li! clase de cosas que compramos en un quiosco (o en un conceptos implicados se van alejando de la propla experIenCIa sensrtIva In- ."
estanco, o en una tienda de bricolage), pero ningún nombre para ninguno de
'~l mediata; en otras palabras, más abstractos.
estos conceptos, en contraposición a los conceptos de otras cosas que com­

pramos en otra clase de tiendas, por ejemplo comestibles" El hecho de que

exista o no un nombre para tales conceptos parece que tiene poco que ver
3 J .5 La hipótesis d~ Sapir-W horf
con nuestra habilidad de aprenderlos. De igulll forma, podemos ver las seme­

janzas entre clavos, tornillos, remaches, tuercas y espárragos -desempeñan


Llegamos finalmente a la famosa 'hipótesis de Sapir-W?orf', a la que
funciones semejantes y cabría esperar que la gente los almacenara conjunta­
dieron nombre los lingüistas norteamericanos Eº~rd Saplr <!884-1~
mente-, pero no existe ningún nombre para tal concepto. Ejemplos como
y Benjamín Lee Wborf (uno de ws alumnos de _?ap~~,_!.89~:!.941): -:r:anto
éste son fáciles de multiplicar, y nos son un aviso contra el peligro de supo­
S'~pTr-como Whorf trabajaron er;tensamente con las !e~guas amermdlas e
ner que los conceptos existen solamente cuando hay evidencia lingüística
hicieron importantes contribuciOt1~sa nuestro conOCimiento de ~ales. len­
específica de los mismos. Curiosamente, parece que tales 'vados léxicos' tien­
guas y. también a la teoría lingüístiCa (por. no. menci~nar !as contrIbUCIones .
den a darse a todos los niveles por encima del 'básico' (ver 3.2.3). (Los
de Sapir a la antropología y a la psicología). El trabajO mas claramente r::le­
vacíos por debajo de este nivel son difíciles de identificar, ya que pueden ser
vante a la hipótesis fue llevado a cabo durante la década de 19)0, al fmal
llenados fácilmente por una formá cor:qpuesta como Ponderosa pine.)
de sus actividades respectivas, de modo que sus ideas representan el resu.l­
r Por otra parte, podemos estar igualfuente seguros de que hay otros con­ tado de dos vidas distinguidas dedicadas al estudio profundo del lenguaje
\ ceptos que no los tendríamos ahí de no ser por el lenguaje. Los casos más y de la cultura, que no puede pasarse por alto ligeramente. Por otra parte,
¡ obvios son aquellos que se refieren al lenguaje como fenómeno: los concep­ no queda nada claro qué formulación de la hipótesis ace~tarían, exact~­
¡ tos 'lenguaje', 'significado', 'palabra', etc. Sin embargo; hay otros conceptos mente los mismos Sapir y Whorf, ya que ninguno de los dos mtento defimr
I que aprendemos después de haber aprendido sus nombres, y para los tal hipótesis, y de vez en cuando ambos cambiaban de opinión sobr~ ~spec­
"l¿:uales el nombre es nuestra mayor evidencia. Por ejemplo, Clark & dark tos importantes. Por consiguiente, 10 mejor es empeza~ con la v~rs.lO? ~­
(1977: 486) citan un pasaje en el que una madre dice a su hijo de trema de lo que los especialistas posteriores han entendIdo por la hIpote~Is
cinco años, 'Tenemos que tener 1as ventanas cerradas, cariño, para que no de Sapir-Whorf', formulada en términos de las categor~as que ya hemos m­
entren moscas. Las moscas suelen traer a casa gérmenes consigo'. Cuando se troducido. (Para una exposición de la hipótesis de Saplr-Whorf, ve.r Brown
le preguntó después al niño qué eran gérmenes, contestó" Algo con 10 1958b: 229-63, Carroll 1956: 'Introducción', 1964: cap. 7, Slobm1971;
que juegan las moscas' (!). Este ejemplo ilustra perfectamente la forma en una antología de las obras de Sapir .fue publicada por Mandelbaum 1949,
que;juna nueva palabra puede actuar con evidencia de la existencia de un y de Whott por Carroll.1956:*. . " .

concepto desconocido, dejando al aprendiz con el problema de elaborar de .( Nu:est.~a versión extrema d.e ,la hipóteSIs es un~ combmacIon del re1a~- .

algún modo lo que el concepto es, haciendo uso de cualquier evidencia a I vismo eXtremo con el determlnlsmo extremo. Mlrma <lue.no haL restr~­
su alcance. Muchos estudiantes de lingüística deben de hallarse ellos mismos l ­
haciendo esto en algunas ocasiones, cuando se encuentran con términos como * Trad. castellana: Lengua;e, pensamiento y realidad, Barral Editores, Barcelona
completiva o incluso empírico. 1971. (N. del T.)
. rAdemás, solemos aprender muchos conceptos cuando se nos explica algo
11.3
112·
~~:m:~}~5,~?~~d~d.Y_tipo_ de var~ación, qu~ c'l~e, .esperll~_,~ntr5! las ,lenguas,
misma evidencia física hacia un mismo panorama del universo,
inC!~ndo sus estructura-s s'emál1t~sas, y que el efecto determ.inan-~--de-Ia a no ser que sus orígenes lingüísticos sean similares, o puedan de
lenguL~~ ,~Lp.e~~a!Ilieñtoes total; nó-náYPensaffi.ieñto-sm-r~~guaje. algún modo compararse. .
~" ~nimo~ estas .do.s, afirma?ones, ~_R~Ua__conclusi~Il--.4.~que -n9_b1!Y.
En este pasaje podemos ver algo del problema de la interpretación de
l~..E~s_~Q)a.:va!l~c!on_CJtle cabe en~o_fltr~::~tre l~~~e~_<!!lJ~J<:)~~1'!....~
p'len~~,.~speclalmehte en_!~_~<:)nc~ptos ~..e_!9!,ma. También se sigue que, si
Whorf y Sapir. Algunos pasajes indican relatividad extrema y determi­
uno .r:~ede encontrar el modo oe controlar el lenguaje que la gente aprende, nismo extremo --<:omo 'Disectamos la naturaleza según las líneas que
tamblen uno sería capaz de controlar sus pensamientos, como en la novela nos marca nuestra lengua nativa'-, aunque otros vienen calificados por
1984 de George OrwelL la expresión en gran parte (subrayado por mí, no por Wborf), que deja
Garo que la hipótesis extrema es falsa.' Hemos dtado razones para re­ abierta la posibilidad de algún pensamiento independiente del lenguaje.
, chazar los dos constituyentes suyos en las dos últimas secdones, de modo Así, ¿puede decirse realmente que este pasaje representa la versión extre­
que no es necesario que repitamos los argumentos; pero, al mismo tiempo, ma de la hipótesis? .
hay algo de verdad tanto en el relativismo como en el determinismo de Debería estar claro, sin embargo, que virtualmente todo 10 que se dice
modo que podemos suponer que el lenguaje es responsable de algunas ¿life­ en este pasaje, taIl elocuentemente, va en contra de las indicaciones que
·-rendas en los conceptos de la gente. Podemos citar un fragmento de Whorf hemos hecho en este capítulo. Son las ideas las que perfilan el lenguaje,
(1940), que presenta una de las formulaciones más extremas de su teoría y más que a la inversa, excepto en las áreas relativamente abstractas del
de la de Sapir, con el fin de compararla con nuestra hipótesis extrema: pensamiento. La formulación de las ideas es en conjunto un proceso inde.
pendie..lte, relativo al lenguaje. Disectamos el universo según las líneas
...el sistema lingüístico subyacente (en otras palabras, la gramá­ puestas por la naturaleza y por nuestras necesidades comunicativas y cog­
tica) de cada lengua no es simplemente un instrumento para pro­ noscitivas, más que por nuestro lenguaje. Los significados de lós elementos
nunciar las ideas, sino que es ensimismo elmodeIa:dordelas ideas, lingüísticos pueden ajustarse al individuo para satisfacer sus necesidades,
programa .y guía de la actividad mental del individuo en su aná­ por extensiones metafóricas; y en la medida en que los significados san
lisis de las impresiones, en la síntesis de su almacén' mental. .La aprendidos de los demás, no hay necesidad de que 'una comunidad lin­
formulación de las ideas no es un procesú.independiente, estricta­ gÜística' en conjunto esté de acuerdo con los mismos, puesto que exis­
mente racional en el sentido antiguo, sino que es parte de una gra­ ten muchas sub-comunidades especiales con sus sistemas semán!Í!=os pro­
mática determinada, y difiere, de ligeramente a extraordinariamen­ pios. Por otra parte, el hecho de que dos lingüistas tan egregiamente
te, entre las distintas gramáticas. Disectamos la naturaleza según competentes y experimentados como Sapir y Whorf pudieran haberlo creído
las líneas que nos marcan nuestra lengua nativa. Las categorías y de otra forma, ofrece alimento moderador al pensamiento, sugiriendo que
clases que aislamos del mundo de los fenómenos no los encontra­ cualquier afirmación sobre el lenguaje y el pensamiento (incluidas las hechas
mos ahí porque aparezcan así ante cada observador; por el contra­ en este capítulo) no tienen que ser aceptados a la ligera.
rio, el mundo se presenta en un flujo cáleidosc6pico de impresiones
~ue tiene que ser organizado por nuestras mentes -y esto signi­
fica en gran parte por los sistemas lingüísticos de nuestras men­
tes-o Hacemos cortes en la naturaleza y la organizamos en con­ .i
ceptos, y adscribimos significados tal como lo hacemos, en gran
parte porque somos parte interesada en un acuerdo de orga­
nizarlo de esta forma, un acuerdo que se extiende a través de
nuestra comunidad lingüística y es codifcado en las estructuras de
nuestra lengua. El acuerdo es, evidentemente, un acuerdo implí­
cito y no expreso, PERO EN TÉRMINOS ABSOLUTAMENTE OBLIGATO­
RIOS; no podemos hablar en absoluto sin suscribir la organización
y la clasificación de los datos que el acuerdo decreta ... Asr, pues,
nos hallamos introducidos en un nuevo principio de relatividad
que mantiene que no todos los observadores están guiados por l~
115
114
, ,
a;A-N1YT1tT\\}i)
EL ESTUDIO Earl:LI1'A:rIVO DEL HABLA

5.1 Introducción

5.1.1 La esfera de los estudios cuantitativos del habla

Para algunos sociolíngüistas, la materia que vamos a describír en este


capítulo es precisamente la sociolingüística (ver Trudgill 1978: 11), aun­
que generalmente suelen reconoce.f. el valor del trabajo expuesto en los ca·
pítulos precedentes. El desarrollo de estudios cuantitativos del habla ha
coincidido con el de la sociolingüística, y, para muchos lingüistas para
quienes la estructura del lenguaje constituye su principal interés, esta par.
te de la lingüística aparentemente supone la contribución más relevante,
al proporcionar datos nuevos que han de ser reconciliados con las teorías
lingüísticas actuales.
--- Los estudios cuantitativos del habla parecen particularmente relevantes

para la teoría lingüística, porque abarcan precisamente aquellos aspectos

.- ¡' del lenguaje -sonidos, formas léxicas y construcciones- que los lingüis­

tas teóricos consideran centra-les. En el capítulo 2 hemos analizado la no­

ción de 'variedad de habla', que cubre nociones como 'lengua', 'dialecto'

y 'registro', pero para muchos lingüistas teóricos tales conceptos no san

·1 problemáticos, y, por consiguiente, no les son particularmente importan.


tes. En el capítulo 3 hemos explorado las relaciones del lenguaje con la
cu-ltura y el pensamiento, área de la lingüística teórica que tradicional.
mente ha sido reservada para la antropología y la psicología. El capítulo 4
ha sido dedícado al discurso, donde se ha mostrado (entre otras cosas)
que el hablante selecciona su habla muy cuidadosamente para adaptarse
a las' necesidades de la ocasión. Sin embargo, los aspectos del habla a los
que nos hemos referido se hallaban sobre todo en el límite de lo que
muchos lingüistas llamarían la estructura lingüística: vocativo, saludos,
formas alternativas de pronombre, etc., por no mencionar el comporta.

151
miento no verbal. Ello es en parte debido a la contingencia histórica de bras que presentan más de una pronunciación (house con o sin [h]) either
que la lingüistica últimamente se ha centrado en lenguas como el inglés con [i:] inicial o con [aiJ, etc.). Para cada variable existe una lista de
y el francés, en las que resulta que los marcadores del discurso son más VARIANTES -las formas alternativas que se sabe que están en uso- y el
bien periféricos al resto del sistema, en contraste con muchas de las investigador examina sus textos anotando las variantes que se emplearon
otras lenguas menos conocidas a las que nos hemos referido. Aun así,· para cada variable de su lista predeterminada.
muchos lingüistas consideran que su cometido es el de escribir gramáticas El objetivo de esta rama de la sociolingüística, al igual que la rama .de
.adecuadas de lenguas comó el inglés y el francés, y creen que los marca­ la 'geografía dialectal' de la dialectología, es explícitamente comparatwa
dores del discurso son tarea exclusiva de los especialistas en el discurso. --el de comparar unos textos con otros, más que el hacer alguna clas.e de
En el presente capítulo revisaremos el trabajo basado sobre todo en análisis 'total' de cada texto sin referencia a los demás-o Cada varIable
datos del inglés (si bien a menudo del inglés no estándar) y relacionados predeterminada ofrece una dimensión separada en la que pueden co~pa.
con variaciones en la forma de las palabras y las construcciones. Así, por rarse los textos. Así, por ejemplo, podríamos tener un centenar de cmtas
ejemplo, hay algunos hablantes que nunca pronuncian las palabras como grabadas de distintas personas hablando en circunstancias se;nejan:es, y
houre y hit con· Eh], en oposición a otros hablantes que sí 10 hacen, de una lista de diez variables de las que sabemos que presentaran vanantes
modo que presumiblemente estos dos grupos de hablantes poseen dos sis­ disrÍntas según un texto u otro. Después de haber pasado todos los textos
temas lingüisticos distintos, uno con un elemento (al que por razones teó- . identincando las variantes de cada variable, podemos agrupar los textos
ricas podemos querer llamar o no 'fonema') [h], y otro sin él. Pero para según el uso de las variantes, distinguiendo, por ejemplo, entre los textOs
muchos hablantes, la Eh] aparece y desaparece en tales palabras: a veces en los que palabras como house aparecen con Eh] y aquéllos en los que
houre se pronuncia con Eh] y otras veces no. ¿Cómo vamos a tratar esos no, entre aquéllos en los que aparece any o no después de una negación,
sistemas lingüísticos? Y ¿cómo vamos a tratar el hecho de que a veces y así sucesivamente. (Según se verá en la sección 5.3, las distinciones no
aparece [h] en palabras como apple ('manzana'), en donde la gente re­ son de hecho tan claras,· pero .esta complicación· puede ser ignorada de mo­
gularmente pronuncia house y hit con [h]? De igual fotma, ha habido mento.) En su función, estas agrupaciones son semejantes a las isoglosas
estudios sobre las reglas de construcdónde las oraciones negativas. Para del dialectólogo (2.3.1), y característicamente (como las isoglosas) no
algunos, los sintagmas nominales indefinidos que siguen a la negación not coinciden unas con otras. Es decir, que no es probable que un centenar
contienen any (l didn't eat any apples), para otros estos sintagmas conde-· de textos coincidan precisamente en las mismas clasificaciones en base a
nen no (1 didn't eat no apples), y muchos hablantes aplican unas veces cualquiera de dos variables distintas, del mismo modo que es poco pro,
una regla y otras veces la otra. ¿Cuál es la relación existente entre las bable que dos isoglosas distintas sigan precisamente la misma rutá. (Na­
gramáticas de esta gente? ¿Qué ciase de diferencias existen exactamente turalmente, podemos hacer, en ambos casos, que las distintas clasificaciones
entre ellas? Por ejemplo, ¿difieren en .Ja morfología, en la sintaxis o en coincidan con los textos escogidos de dos lenguas distintas como el fran­
la semántica? ¿Y de qué modo incluiríamos a la gente que alternan los cés y el inglés -pongamos por casO-- y seleccionar las variables que
dos sistemas? Cuestiones como éstas constituyen claramente el meollo de distinguen precisamente entre estas dos lenguas; pero los métodos que ex­
la lingüistica teórica. ponemos aquí, ni son empleados ni es necesario que 10 sean con el fin de
El trabajo al que haremos referencia a continuación está basado por establecer unas distinciones tan grano modo.)
entero en el estudio del lenguaje hablado más que del lenguaje escrito (aun­ Debería quedar claro que este modo de estudiar las variables lingüís.
que en algunos casos el hablante esté leyendo un texto escrito, como una I ticas a través de textos es precisamente 10 que viene exigido por la con­
lista de palabras, y su objetivo es el de estudiar el habla cotidiana de la cepción del lenguaje que emerge de los capítulos anteriores de este::¿H~
gente normal; por reacción al alto grado de idealización, característico de bro, en donde se muestra que los hablantes individuales escogen lás for­
la gramática generativo-transformacional (para una crítica general, ver La. mas lingüísticas con el fin de situarse en un espacio social multidimensio­
bov 1972a: cap. 8). Como veremos, resulta más difícil de lo que parece nal altamente complejo; Hemos visto muchos ejemplos de distintas varia­
llevar a la práctica este objetivo, y en algunos aspectos no es más que una bles lingüísticas, rdlejo de distintos contrastes sociales. Por ejemplo, en la
continuación de una larga tradición de cuidadosos estudios llevados a cabo frase John'll be extremely narked (Jobo se enojará en extremo), cada pa.
por los dialectólogos (expuestos en Sankoff 1973a) y los fonetistas. Al labra, a excepción de be, se relaciona con dimensiones distintas de su es­
igual que en este trabajo anterior, el investigador centra su atención en pacio social: John (en vez de, pongamos por caso, Mr. Brown:) sitúa~l
una lista predeterminada de VARIABLES LINGüíSTICAS: elementos que ya hablante en relación con John 'll (y no will) sitúa la ocasión en la dimen~
J

de antemano se sabe que poseen diferentes realizaciones, tales como pala­ sión informal-formal, extremely sitúa al hablante (es una suposición mía)

152 153
en la dimensión educada-no educada, y narked (regionalismo que significa
"t eh] en palabras como house, y (no/any) podría utilizarse como. nom?re de
la variable implicada en 1 didn't eat any/no apples (no he comIdo nmguna
angry, irritado) lo sitúa regionalmente. Puede que en algunos casos resulte '
,,1
,
manzana). Ampliaremos esta convención escribiendo el nombre de una va­
bastante seguro utilizar los juicios introspectivos de los hablantes como riante particular detrás de la variable implicada, separa~as por dos pun~o:.
evidencia para diferenciar las distintas variables, pero finalmente debería Así los casos de la variable (h) en los que se pronunCIa la [h] se escrlbI­
ser posible comprobar cualquier hipótesis formada de esta manera con los ría.~ (h): Eh], en contraste con los casos en los que está ausente, escritos
datos de los textos, y éste es el propósito de estudiar los textos: el com­
t (h): 0 (0 es el símbolo utilizado normalmente en lingüística para repre­
probar las hipótesis respecto a las relaciones existentes entre las varia­ -sentar 'cero', es decir, la ausencia de algúnelemento).*
bles lingüísticas y las variables sociales. El hecho de que el investigador \i
parta de una lista predeterminada de variables lingüísticas y sus variantes,
indica que espera que las variantes de su lista se den realmente en la clase 5.1.2 ¿ Por qué estudiar el habla cuantitativamente?
de textos que ha recogido, y generalmente parte también de un conjunto
de hipótesis acerca de las variables sociales que se relacionan con las de Si cada texto contuviera muestras de tan sólo una variante para cada
su lista, tales como región, clase social o sexo. Todo el trabajo que se variable, entonces podría ser situada en el espacio lingüístico m~lti-dimen:
menciona aquí está basado en tales hipótesis, pero hay que reconocer que siona! relevante sin el \:!mpleo de métodos cuantitativos. Por ejemplo, SI
algunos investigadores ven el peligro que existe al prejuzgar el problema estuviéramos investigando (h) y (no/any) en una serie de textos, debe­
partiendo de unas hipótesis equivocadas acerca de las relaciones entre va­ ríamos (concebiblemente) encontrar que algunos los textos contenían
riables lingüísticas y variables sociales (véase Pellowe et al. 1972). mUestraS de (h): 0, y no de (h): [h]; y que otros textos contenían mues­
Por otra parte, el estudio de los textos lleva mucho tiempo, y, por ra­ tras de (h):[h], y no de (h):0; e igualmente para las dos variantes de
zones puramente prácticas, lqs estudios llevados a cabo hasta el momento (no/any): en este caso, cada variable definiría simplemente dos grupo~ cla.
se han centrado en variables lingüísticas que se dan relativamente con ramente distintos de textos, y la única cOmplejidad lapresentaria la mter­
mucha frecuencia y que son relativamente fáciles de identificar. El requi­ acción de las dos variabl'!s; en base a lo que sabemos acerca de la mayoría
sito de la frecuencia tiende a eliminar el estudio de las palabras indivi­ de comunidades de habla inglesa;tabría esperar que (h): [h] tienda a ocu­
duales~ excepto· palabras como los pronombres, que aparecen con bastante rrir en los mismos textos en los que se da (no / ttny): any, y que (h):
frecuencia; y en vez de estudiar, digamos" <;;ómo se pronuncia la palabra o co-ocurra con (no/any):no. Es decir, cabría esperar encontrar oraciones
house> suele preguntarse cómo se pronuntián las palabras escritas con hj como We didn't see no 'ouses (no hemos visto ninguna casa) y We didn't
es decir, tiende a incluirse cada una de las variables lingüísticas en una see any houses (no hemos visto ninguna casa), y estaríamos menos segu­
clase entera de palabras (aunque mencionaremos una serie de estudios que ros acerca de We didn't see no houses y We dUn't see any 'ouses (no
han tratado sobre palabras individuales, y que han proporcionado resulta­ hemos visto ninguna casa). El estudio de un amplio número de textos nos
dos interesantes). El requisito de la frecuencia elimina también muchas proporcionaría alguna indicaci6n de hasta qué punto son sensibles estas
construcciones sintácticas, ya que aquéllas que se sábe que varían, puede dos variables lingillsticas a las mismas variables sociales. Si halláramos que
que ocurran tan sólo unas pocas veces al día (jO a la semana!) en el ha­ I (h): [h] se daba siempre en los mismos textos que (no / any): any, y que
,1
bla de una persona dada. El otro criterio, el de que las variables deben (h): 0 y (no/ any):no co-ocurrían en los mismos textos, tendríamos entonces
ser fáciles de identificar, favorece los casos en los que queda claro que dos alguna justificación para concluir que ambas variables lingüísticas son de
formas son simplemente maneras distintas de decir la misma cosa, tales 1
hecho sensibles a precis:lmente la misma variable social. Al llegar a esta
como pronunciaciones de una misma palabra. Puede que los dos criterios conclusión, podríamos mirar el origen social de los textos, en la medida. en
estén en conflicto -por ejemplo, las palabras individuales constituyen que 10 conociéramos, e intentar decidir cuál es esta variable social. Imagme­
buenas variables por el hec~o de que son fáciles de identificar, pero po. mos que hemos encontrado que todos los textos con (h):[h] y (nojany):any
bres desde el punto de vista de la frecuencia- y muchas muestras de este eran producidos por personas a las cuales sus patrones pagaban -por men­
tipo de trabajo presentan un compromiso con un tipo u otro de debilidad. sualidades, y que todos los demás eran de asalariados que cobraban por
No hay duda, sin embargo, de que (como espero mostrar en este capítulo) semanadas. Sería entonces razonable concluir que la variable social rele.
,este método ha ofrecido resultados interesantes e importantes.
En este momento, conviene mencionar la notación que se emplea nor· * O y 0 propiamente son sÚllbolos de dos conceptos distintos: 0, como sÚllbolo
malmente en la ~. Las variables lingüísticas suelen darse entre parén. del número cero; 0 como sÚllbolo del concepto 'conjunto vacío). (N. del Y.)
tesis: (h) representará~ ~r consiguiente, la presencia o ausencia variable de
'.\. 155
'" ~ • I
c'!B1 l:rU1n.--:n~
1"
vante era la clase de trabajo que tenia el hablante, y en particular si cobra. 5.2 Metodología
ba un salario mensual o bien un salario semanal, conclusión que podría ser
hallada sin la utilización de técnicas matemáticas cuantitativas. 5.2.1 Problemas metodológicos
Naturalmente, el mundo sociolingüístico no es en absoluto así. Distin.
tas variantes de la misma variable ocurren juntas en el mismo texto, y los' A diferencia de muchos lingüistas teóricos, los sociolingüistas que estu·
1 textos pueden ordenarse en una escala continua según la frecuencia de apa.
rición de las variantes. Por ejemplo, en un estudio del uso de la negación de
dian los textos cuantitativamente, han prestado mucha atención a la meto­
dología: cómo recoger datos fiables, analizarlos bien, e interpretar sus resul­
varios grupos de adolescentes de los Estados Unidos, William Labov halló tados con éxito (la presentación estándar es Labov 1972a: cap. 8, especial­
que (nojany):no y (nojany):any aparecían juntas en muchos de los textos mente 207-16). Los métodos empleados son distintos de los que se aplican
que recogió, dándose (nojany):no aproximadamente entre un 80 y un en la lingüística transformacional generativa, en donde el input está cons­
100 por cien de los textos de acuerdo con el texto (Labov 1972b: 181). tituido normalmente por los juicios del propio lingüista acerca de oraciones
De igual modo, Peter Trudgill estudió (h) en Norwich (Inglatera), y halló hipotéticas aisladas, y la principal cuestión consiste en cómo compaginar
que (h):[h] constituían entre un 40 y un 100 por cien de las apariciones tales datos en una gramática con la mínima pérdida de generalidad o eco­
de (h), de acuerdo con el texto al que nos referimos (Trudgill 1974a: 131). nomía. Tales cuestiones normalmente juegan un papel solamente muy pe­
Las relaciones entre diferentes variables lingüísticas son también cuestión queño en el estudio cuantitativo de los texos.
de grados,estando algunas de ellas más relacionadas que las otras; y 10 La metodología es tanto importante como problemática en todos los
mismo puede decirse de las relaciones entre las variables lingüísticas y las niveles del estudio de un texto sociolingüístico. LDS estadios de tal estu­
sociales. De hecho, es raro encontrar alguna variable lingüística cuyas va· dio suelen ser:
riaciones se correspondan exactamente con las de cualquier otra variable A. selección de hablantes, circunstancias y variables lingüísticas;
lingüística o social, aunque-es normal el encontrar variables que se corres­ '.<:f-..r'!::5'{'-'rjue textos;
B. ="'f5=a .
. .
ponden mu~uamente 10 suficiente estrechamente como para .convencernos,· C. identificación de las' variables lingüísticas' y sus variantes en los
de que existe algún tipo de conexión casual entre. ellas. Además, las varia­ textos;
bles sociales mismas' son característicamente contiriuas más que 'discretas: . D. procesamiento de los datos;
la gente es más o menos rica, o adulta;' o educada, o extrema, más que E. interpretación de los resultados.
pertenecer a grup6s sociales claramente discretos Ce internamente homogé­ Los estadios siguen inevitablemente el orden establecido, pero suele
neos). haber normalmente cierto carácter cíclico que supone uno o dos estudios pi~
Todos estos hechos exigen un tratamiento cuantitativo de los datos; y el loto a pequeña escala antes del estudio principal. Además, no es nece~
uso de las técnicas estamsticasadecuadas. La persona especialmente res­ sario que se recojan todos los textos antes de empezar el proceso de los
ponsable del uso de los métodos cuantitativos en el estudio de los textos es datos, ni tampoco es necesario que se hayan identificado todas las variables
el lingüista William Labov, .cuyo trabajo dominará la presentación de este antes de que puedan ser procesadas algunas de ellas. El orden en el que
capítulo. (Como vere~os,\también ha hecho una importante contribución a se llevan a cabo las operaciones es menos importante que la metodología
la metodología de la -re~gMífcrn- datos y la interpretación teórica de los re­ aplicada en cada estadio.
sultados.) De todas formas, el trabajo de Labov ha estimulado a muchos (A.' La selección de los hablantes, circunstancias y variables lingüísticas
otros investigadores muy capaces a estudiar los textos cuantitativamente, implica algunas decisiones extremamente importantes, que hasta cierto
de modo que existe ahora un extenso corpus de datos de los que podemos punto vienen dictadas por las hipótesis hechas acerca de los result~p.os
extraer nuestros ejemplos (véase particularmente la lista de Labov 1972a: que se esperan. Por ejemplo, podríamos partir de la hipótesis de que los
205, y las siguientes antologías más recientes: Bailey & Shuy 1973, Ervin­ hombres y las mujeres de una determinada comunidad difieren en el uso de
Tripp & Mitchell·Kernan 1977, Fasold & Shuy 1975;1977, Sankoff 1978, un conjunto particular de variabléslingüísticas, y de que los miembros
Trudgill 1978). Indicaré primero lo que podríamos llamar la concepción mayores Y. los más jóvenes' de la misma comunidad difieren respecto
'laboviana clásica'. de tal trabajo, para ilustrar después algunas formas en las a algún otro conjunto. Para comprobar estas hipótesis, debemos evidente~
que el método pudiera ser completado. mente tener hablantes que representen las cuatro posibles combinacia­
nes de edad y sexo, pero debemos asegurarnos también de que ningúIl
otro factor interfiera con los resultados Por ejemplo, si todos los hombres
seleccionados fueran trabajadores manuales y todas las mujer.es fueran

156
profesionales de 'cuello-blanco', podría ser que las diferencias lingüísticas hacer es prestar oídos. Sin embargo,. existe un grado considerable de
existentes entre. ellos resultaran bien por su ocupación, bien por su sexo, subjetividad al reconocer las variantes fonéticas (por oposición a las va.
y no podría obtenerse una conclusión segura. Igualmente, es importante riantes de 'nivel más elevado' como [no/ any ]), y es posible que investiga­
que, en la medida de lo posible, todas las muestras del habla sean reco­ ; dores diferentes produzcan análisis diferentes del mismo texto, incluso
i cuando ambos son fonetistas altamente experimentados (Knowles 1978, Le
r gidas bajo las mismas circunstancias.
Existe aquí un importante problema de definición, tanto respecto a las
I variables sociales relacionadas con el hablante y las circunstancias, como res­
l' Page et al. 1974). Puede que uno tenga también que recoger informa­
ción acerca del entorno lingüístico en el que se usa cada variable de la
I pecto a las variables lingüísticas mismas. ¿Cómo definimos 'trabajador ma­ muestra, ya que ello influye a menudo en la elección de una variante frente
I nua!'? ¿Cómo distinguimos 'viejo' de 'joven'? ¿Cómo definimos las cir­ \ a otra (ver 5.4.1), pero esto sólo es posible si existe ya una hipótesis clara
--cunstancias con la suficiente precisión como para mantenerlas constantes? de qué aspectos del entorno son relevantes. Puede que existan problemas
'. ¿Cómo definimos la variable (h)? (Si la definimos por referencia a la también de identificación de los entornos lingüísticos; así, por ejemplo,
ortografía, entonces deberíamos esperar (h): [h] en palabras como hour; podemos querer distinguir entre los casos en que (hl ocurre después de
si la definimos por referencia al habla 'estándar', ello presupone que pode­ límite de palabra (como en house) y casos en los que ocurre dentro de
mos definir el habla 'estándar' y que no podemos tomar decisiones, como palabra (como en behind) , pero encontrarnos después con la dificultad
por ejemplo que horizon y hotel contienen [h] en el habla estándar; y así de decidir si existe o no límite de palabra ante (h) en greenhouse y summer,
sucesivamente.) Por lo que respecta a esto, ¿cómo definimos [h] y 0, house. Un problema más de este estadio es la dificultad en decidir qué pala.
las variantes de (h)? decir, ¿ qué cantidad de soplo de aire tiene que bras o construcci eberían contar como muesrras de alguna variable:
haber antes de que reconozcamos las existencias de [h]?) Peor aún, hay hemos aludido ya . mente a este problema en conexión con (h) (¿debe­
problemas mayores al definir la comunidad que debe ser estudiada, ya que ría tratarse hour ¿cirro muesha de- ello?), aunque este problema se suscita
'las' comunidades lingüísticas no son auto-definitorias, tal como vimos en virtualmente con todas las variables, y plantea problemas de interpreta­
2.1.4. No existen respuestas. sencillas a ninguna de estas cuestiones, pero ción de los resultados, como veremos en55.1.
de alguna forma el futuro investigador tiene que proporcionar soluciones D. El proceso de los datos implica contar el número de apariciones
que por lo menos sean razonablemente satisfactorias, con el fin de evitar identificadas de cada variante en cada texto, y comparar las cantidades
el peligro real de que sus resultados carezcan de valor a causa de las aparecidas en los diferentes textos. primer paso obvio es el de reducir
amhlgüedades producidas al definir· las ,yariables. _ todas las cantidades a porcentajes, ya que ello simplifica mucho la compa- .'
, .~-'
\,B. Después de haber llegado a una'decisión respecto a cuáles son los ración. Por ejemplo, es mucho más fácil comparar entre si '80 por ciento
hablantes que serán adecuados y bajo qtté circunstancias, la recogida de tex­ (h):[h]' y '65 por ciento (h):[hJ' que el comparar '73 casos de 91 (h):[h]'
tos explica el hallazgo de los adecuados hablantes que quieran participar. y '97 casos de 150 (h): [h J'. El siguiente paso es descubrír cuáles son las
Típicamente, ello significa encontrar gente que quiera ser entrevistada y diferencias existentes ..entre los. te;'¡;!9S que son significativas, es decir, cuá.
grabada durante una hora en sus casas, aunque la 'literatura presenta mu­ les serían las bas""onab1es para generalizar a otros textos del mismo
chas alternativas. Ello- puede suponer el ganarse la confianza de un grupo tipo. Supongamos . " éjemplo, que hemos analizado los textos A y B, y
de gente y el obtener su permiso para grabar mientras hablan en circuns­ que hemos encontrado que de las muestras de (h), el 20 por ciento son
tancias de otro modo normales (o la alternativa especialmente ingeniosa (hl:[h] en A y el 40 por ciento son (h):[h] en B. ¿Tenemos aquí Una base
descrita en la página 161). Un problema práctico es el de obtener graba­ de generalización para textos como A en contraste con textos como los
ciones que sean lo suficientemente claras como para identificar después de B, con el efecto de que los primeros contendrán una proporción menor
i

¡ las variantes fonéticas, evitando que el grabador domine de tal modo la de (h): [h). que los segundos? La respuesta depende una serie de facto­
"
!¡ eScena que convierta la conversación en el equivalente a una entrevista res, tal como el número de muestras de eh) de A y de B en los que se
en la radio, perdiendo por consiguiente cualquier oportunidad de grabar, el basen los tantos por ciento, y los pórcentajes hallados en otras textos pare­
tipo más natural de habla del hablante. No existen soluciones simples, pero cidos a los de A y B que estén a nuestra disposición. En algunos casos la
con ingenio (una de las características más notables de Labov) puede respuesta es obvia. Por ejemplo, si tuviéramos 1.000 muestras de eh) tanto
hall~re normalmente un compromiso satisfactorio. de A como de B, nadie dudaría en afirmar'que la diferencia entre un 20 par
'c. La identificación de variantes de las varia.bIes seleccionadas es el
,,II esta '0 en el que uno debería hallar menor dificultad, ya que conocemos
ciento y un 40 por ciento es significativa; y si tan sólo hubiera cinco mues­
tras de cada, la diferencia es claramente significativa (ya que solamente
deantemano las variantes que han de distinguirse, y todo lo que debemos haría falta una muestra más de eh): [h] en A para igualarla con B). Sin em­
d
,l
i 158 159
I
¡
.! 1
5.2.2 Un ejemplo: Nueva York
bargo,la respuesta muchas veces no es tan obvia, y el investigador se Ve
en la necesidad de utilizar tests estadísticos con el fin de decidir la sionm­
Para dar una idea del alcance de la metodología, consideraremos tres·
catividad de las cantidades. Ello plantea problemas por sí solo, ya que"exis­
trabajos distintos basados en diferentes métodos. No representan todos
~ t~n .much~s tests estadísticos diferentes, cada uno de ellos apropiado para
los tipos de trabajo que se han llevado a cabo; por ejemplo, los tres son
} ~stmtos tIpos de datos, y el investigadof debe asegurarse de que está uti.
estudios de comunidades urbanas, mientras una gran cantidad de trabajo
lIzando el adecuado para sus propósitos particulares. Desde el comienzo
(especialmente sobre las lenguas criollas) ha sido hecho en comunidades
de los estudios cuantitativos de los textos, a principios de los años sesenta
rurales (ver Bickerton 1975, Le Page 1972, Le Page et al. 1974), donde
técnicas estadísticas empleadas se han ido haciendo continuamente má~
los problemas y los métodos son un tanto diferentes. El primero no es un
y más, sofisticadas (para una exposición reciente ver Sankoff 1978), y la
ejemplo de un método ampliamente utilizado, sino propio del ingenio per­
mayona de los aspirantes a sociolingüista tienen poca experiencia incluso
de los .aspectos más elementales de estadística, de modo que algunas partes I
sonal de William Labov (1972a: cap. 2).
de la hteratura pueden parecer un tanto desalentadoras. Merece ciertamen.
t: l~ pena a cualquier estudiante serio el aprender algo acerca de los
'1
El primer trabajo empírico de Labov, llevado a cabo en 1961 en una
pequeña isla frente a la costa de Nueva Inglaterra (llamada Martha's
Vineyard), demostró la existencia de diferencias sistemáticas entre los ha.
termmos y tests de estadística más comunes, tales como desviaciones están.
blantes en el uso de ciertas variables lingüísticas (1972a: cap. 1 y 7), sobre
dar y tests de X-cuadrado (un buen libro introductorio y económico es el
las que trabajó luego en una comunidad muy distinta de Nueva York.
de Miller 1975). "
Este último trabajo consistió principalmente en entrevistas individuales
. Es importante también el comprender que las técnicas estadísticas per·
con hablantes escogidos, del tipo descrito en 5.2.3, pero fue precedido por
m1ten calcular la probabilidad de algún patrón de resultados que aparecen
un estudio preliminar en el que los datos fueron recogidos en .solamente
al azar, es decir, sin ninguna conexión causal entre las cantidades implica­
unas horas y que constituye un ejemplo clásico de método de o!Jservación
das-, aunque nunca proporcionen una prueba ni a favor ni en contra
anónima r4pida. .
de la existencia de una conexión causal. Pueden indicarnos, por ejemplo Labov quería experimentar. algunas hipótesis que ya había formulado
que un patrón determinado tiene la probabilidad de ocurrir al azar tan sól~
acerca deL uso de una única variable lingüística, (r), en Nueva York. Esta
una vez en un millar más de ejemplos aunque incluso· tan remota posibilídad
variable representa la presencia o ausencia [(r):[r] versus (r):0] de una
nunca puede ser excluida completamente. pe todas formas, el sociolingüista
constricción consonántica correspondiente a la letrar en palabras como.
se sentiría completamente justificado.al postular una conexión causal de farm (granja) y fair (justo), en las que el sonido siguiente no es el de
algún .~ipo para explicar el patrón. Aun cuando las estadísticas reflejen una una vocal de la misma palabra como en very): sabía que los neoyorkinos
coneXlon causal entre dos factores, no se sigue que un factor sea la causa
unas veces empleaban una variante y otras veces la otra, 10 que resultaba
del otro. Puede que ambos sean el resultado de algún otro factor. Por
de particular interés, ya que parecía que la elección indicaba un cambio lin­
ejemplo, sería fácil encontrar Una conexión estadísticamente significativa
güístico en proceso, según los neoyorkinos se iban desplazando de una
entre la al.tura y ~a habilidad de efectuar operaciones matemáticas, ,pero norma previa de consistente (r): 0 (como en el RP británico) hacia una nor­
ell? n? qUIere deCIr que la una sea causa de la otra, sino que ambas son ma nueva y relativamente consistente (r):[r] (como en muchas otras pro­
mas b1en parte de un proceso general del crecimiento. nunciaciones de los Estados Unidos). El estudio de los cambios lin­
¡ E. La interpretación de los resultados es de alguna manera el estadio güísticos que se están produciendo en la actualidad ha sido uno de los
1 más dificil" ~a que es aquí donde los hallazgos tienen que encajar en un intereses constantes de Labov, a partir del trabajo realizado en Martha's
, marco teor~t1Co general de la estructura del lenguaje y sus relaciones para Vineyard; ver Bynon 1977: cap. 5.) Labov predecía que la proporciórtde
; con la soc1edad y los individuos. El éxito a este nivel no sólo depende (r): 0 sería más alta en el habla de la gente mayor (ya que (r): [r] es una
i de la. ,metodología correcta empleada en todos los estadios previos, sino innovación), y de la gente de estatUs bajo (ya que el nuevo estándar,
ta~bten en el hech~ de tener un marco teorético general adecuado; y lo
(r):[r], es el resultado de la influencia de la comunidad deestatus alto
mas que se puede aftrmar de momento es que tal teoría tan sólo estáempe­ de fuera de Nueva York). Predecía además, que (r):0 sería más frecuente
zando a aparecer~ Presentaremos algunas sugerencias que ya se han hecho cuando los hablantes prestan menos atención a su habla, ya que entonces
en 55 ~cerca de la literatura sobre sociolingüístka, y por el momento no es estarían menos preocupados acerca de cómo evaluarían los oyentes su esta­
necesarIO decir nada más acerca de la interpretación de los resultados. tus social; y, por fin, que el contexto lingüístico de (r) influiría en la varian­
.A. la .. ~ista detodosA:stos problemas, no debería sorprender que los te utilizada, (r): 0, siendo más favorecida en el caso de seguir una éonso­
,,~99qlingtpstas hatán prestado tanta atención a la metodología.

160
nante que en el caso de seguir límite de palabra, como podría ser predicho
100 r
por razones fonéticas generales debido a la tendencia generalizada de sim. 9°
plificar los grupos consonánticos. .
El método empleado en la recogida de datos fue muy sencIllo, yexacta 7 80
mente adecuado para las hipótesis que había que comprobar. Labov anduvo
en tres grandes almacenes de Nueva York preguntando a los empleados 70
dónde podría encontrar algunos productos que él ya sabía de antemano que
60
SP.' hallaban en la cuarta planta. Predeciblemente, cada empleado iba a
contestar 'Fourtb floor' o IOn tbe fourtb floor' (en la cuarta planta).
Entonces se inclinaba hacia adelante, simulando no haber entendido la 5°
primera vez, haciéndole repetir al empleado. Seleccionando las palabras
fourtb (cuarta) y floor(planta) podría comprobar la hipótesis acerca de la

influencia del contexto lingüístico, ya que (r) es seguida de consonante en 30
fourtb pero no en floor. Haciendo que repitieran la respuesta, podía com­
probar la hipótesis de que la cantidad de atención prestada al habla era

o~~~k
relevante, ya que el dependiente pondría seguramente mucho más cuidado
en la segunda respuesta. La hipótesis acerca de la influencia de la edad
podía ser comprobada fácilmente suponiendo la edad aproximada de cada
. dependiente. Finalmente, Labov podía comprobar la hipótesis acerca del II JI II 1
estatus social comparando los tres almacenes entre sí, ya que cada uno de Saks : Macy's KleÍn
ellos era frecuentado por tres tipos distintos de clientela, que podía ser
clasificado desde estatus alto (Saks, en la Quinta Avenida); pasando por un Cuadro 5.1. (r) en Nueva York. Porcentaje de (r): [r] en primera (IJ y
esta tus medio (Macy's), hasta un estatus bajo (S. Klein). Esta clasificación segunda (II) pronunciaci6n de fourth (en blanco) y floo! (rayado) de de­
pendientes de tres grandes almacenes (basado en Labov 1972a: 52)
podría ser hecha en .base a un número'A~ criterios simples, tales como .ros
precios de sus productos y los periódie0s en los que ponen los anunCIOS.
Dentro de cada almacén podrían hacerse' aún más distinciones entre los de­ atención puesta en el habla es confirmada por la tendencia de las columnas
pendientes según su tipo de trabajo, e incluso entre las distintas plantas de denominadas 'H' a ser más altas que las denominadas 'I' para cada alma­
cada almacén, ya que los productos de estatus alto suelen estar situados en cén, a excepción de que no se producía virtualmente ningún cambio entre
los pisos más altos. . la primera y la segunda pronunciación de floor en Saks, y un descenso de
El método de recogida de datos fue el de anotar secretamente los (r): [r] entre la primera y la segunda pronunciación de fourtb en Macy's.
detalles acerca de cada dependiente, de modo que ninguno de ellos se Sin embargo, antes de buscar una explicación a tales desviaciones, es ÍID-
diera cuenta de que formaban parte de una investigación lingüística, 10 que
hubiera podido influir en su habla. Una de las dificultades del método es
Portante saber si son o no estadísticamente significativas.
,
De hecho" no
_\~
les ha sido aplicado ningún test estadístico a estas cantidades, de moao
la de que requiere un investigador que sea no sólo un. fonetista experi. que no podemos saber si es más probable que las desviaciones sean debi.
mentado, siqo también actor, aunque, como se verá, ello sí combina COn
das simplemente a una fluctuación fortuita, o si de hecho se deben a
eficacia los estadios B (la recogida de textos) y C (la identificación de las alguna razón que las explique. Existe una base segura en favor de la hipó­
variables -lingüísticas y sus variantes) . tesis de que fourtb y !loor son diferentes, puesto que las columnas en
. Cuarido se proc;esaron los datos, quedaron confirmadas la mayoría de las
blanco son consistentemente más cortas que las rayadas. El tanto por ciento
hipótesis de Labov. El cuadro 5.1, por ejemplo, muestra el porcentaje de (r)
de (r):[r] en !loor es consistentemente más elevado que el de fourtb, tal
realizada como (r):[rJ para cada palabra, indicando las pronunciaciones
como había sido predicho por Labov.
'primera' y 'segunda' de cada almacén por separado. Como indicaba la

La hipótesis, que no fue confirmada en un~tJorma directa y simple,


predicción, el uso de (r): [r] descendía de almacén de estatus alto a almacén

fue la de la edad. Se recordará que la hipótesis orígiriatafirmab,a.. sin,lple,.


. de estatus bajo, como prueba el descenso general de la altura de las colum­

mente que la gente mayor utilizaría más la variable antigtla, (r): 0 ,que ..
nas de izquierda a derecha. De igual modo, la hipótesis acerca de la

162 163
la hipótesis revisada, estos grupos se verían menos afectados. por el cam­
roo bio de pronunciación después de su adolescencia, por oposición a los de
estatus medio, cuyas aspiraciones sociales podrían llevarles a cambiar de
90 pronunciación para asemejarse más .a la última pronunciación de prestigio.
80 Esto constituye un claro ejemplo del estadio de 'interpretación' en la in­
vestigación, en el que el investigador va más allá del procesamiento de
70 las cifras, para relacionarlas con una teoría general. La hipótesis revisada

60 r fue puesta a prueba más tarde y confirmada en el trabajo principal de Labov


sobre Nueva Yak (Labov 1972a: cap. 5).

50 r 5.2.3 El ejemplo de Norwich


40
Otra investigación llevada a cabo por Peter Trudgill de la Universidad
30
de Reading, ofrece un ejemplo del 'método clásico laboviano', empleando
20 entrevistas estructurales (Trudgill 1974a). La ciudad seleccionada fue Nor­
wich, ciudad natal de Trudgill, hecho que es extremadamente relevante, ya
ro que poseía así no sólo una gran cantidad de conocimiento 'interno' sobre
la estructura social de Norwich y de su acento, sino que podía utilizar el
acento de Norwich él mismo al llevar a cabo las entrevistas, impulsando
15+ 35"';'" 55~: 15+ 35+ 55+: 15+ 35+ 55+ por consiguiente a los hablantes a hablar con más naturalidad de 10 que
Saks Macy's Klein 10 hubieran hecho en el caso de que hubiera utilizado la pronunciación RP.
Es importante subrayar este dato, ya que la influencia de la propia habla
Cuadro 5.2. (r) en Nueva York. Porcenta;es de empleados. de tres grupos del entrevistador en el entrevistado es uno de los principales problemas
de edades y tres grandes almacenes que emplean (r): [r] consistentemente que se plantean en las entrevistas formales en la recolección de datos.
(basado en Labov 1972a: 59). La selección de los hablantes fue planificada con todo cuidado, teniendo
en cuenta lo que ya se conocía acerca de la estructura social de Norwich.
Se seleccionaron en primer lugar cuatro áreas representativas de los dis­
los más jóvenes, quienes favorecerían la forma innovativa (r): [rJ, Las ci­ tintos tipos de vivienda y esfera de ·estatus sodal; luego se seleccionaron
frás relevantes (ver cuadro 5.2) muestran que la hipótesis se confirma para al azar los individuos a partir de los censos electorales de estás cuatro
el almacén de estatus alto, Saks, y los datos de KIein por 10 menos no son áreas y fueron contactados en sus casas para ver si estarían de acuerdo
demasiado difíciles de conciliar con la hipótesis, ya que el pequeño incre­ en ser entrevistados. La mayoría de ellos estaban dispuestos a aceptar (tan
mento entre los de edad media y los de más edad puede que sea signifi­ sólo se negaron a ello 15 de los 95 contactados), aunque por. diversos
cativo. (Incidentalmente, hay que hacer notar que los tantos por ciento que motivos algunos tuvieron que ser rechazados, tales como los que se habían
aparecen en el cuadro 5.2 no son comparables del todo con los del cua­ trasladado a Norwich hacía menos de diez años. Los que rehusaron o tuvie­
dro 5.1, puesto que los del cuadro 5.2 muestran la proporción de depen­ ron que ser rechazados fueron sustltuidos por otros al azar, hasta obtener
dientes de cada grupo que emplearon (r);[r] en las dos palabras en un total de cincuenta adultos dispuestos y elegibles. A éstos añadió Trudgill
ambos casos, mientras que el cuadro 5.1 muestra el tanto por ciento de diez niños en edad escolar para ampliar la esfera de edad,· haciendo un
pronunciaciones de cada palabra que contienen (r):[r];de todas formas, total de sesenta entrevistas. Esta puede parecer una cifra demasiado reducida
tal diferencia no es relevante para el propósito presénte.) sobre la que basar unas conclusiones generales acerca de las normas conjun­
El problema es que Macy's presenta una tendencia contraria, indicando tas de los 160.000 habitantes de Norwich, pero una muestra tal es esta­
qué la gente mayor empleaba (r):[r] considerablemente más que los jóve­ dísticamente adecuada para proporcionar un aspecto amplio de los modelos
nes de dicho almacén. Tal hallazgo contradice la hipótesis de Labov, lo de variación, supuesto que no se quiera dar cuenta de dem¡tsiados f.actores
que le llevó a revisar la hipótesis de forma interesante, restringiéndola sociales distintos, o que se quiera hacer un conjunto de discrimin.aciones .
a los grupos de estatus más elevado y a los de estatus más bajo. Según

164
.
...
demasiado precisas. (Como regla general, uno debería apuntar hacia un
mínimo de cinco personas para cada categoría social, de modo que veinte
100 ~
80
personas serían suficientes para una comparación de dos clases sociales y
dos sexos, pero serían necesarias cuarenta si se quisiera también un con­ 60
traste de dos edades; y así sucesivamente.) . .
Había que seleccionar también las circunstancias bajo las que debían
actuar los hablantes. La misma preselección de los hablantes sirvió para
escoger las circunstancias, ya que la única forma factible de obtener los datos ·20

extensos que se querían era mediante una entrevista formal. Sin embargo,
Trudgill siguió a Labov en la estructuración de las entrevistas, de modo que ciuse
clase clase clase da~t:
incluyeran un número de típos distintos de circunstancias. La mayor parte trab ajadora trabajadora trabajadora
media media
de la entrevista seguía el modelo normal de una entrevista con un extraño media baja alta media baja
y podía suponerse que se elicitaría un estilo de habla relativamente formal:
En un momento dado se pedía al entrevistado que leyera en voz alta un Cuadro 5..3. (ng) en Norwich. Proporción de (ng)s hJ en el habla de
fragmento de prosa continuada y una lista de palabras, con la suposición cinco clases socioeconómicas en cuatro estilos: lista de palabras (en blan.
de que la lectura produciría un estilo aún más formal, en el que se pondría coY, pasaje de lectura (rayado), formal (pt/nteado) , informal (en negro)
(basado en Trudgit! 1974a: 92)
más atención en el habla. En otros momentos, sin embargo, el habla del
entrevistado se desplazaba hacia un estilo menos formal, como cuando era
interrumpido por otro miembro de la familia, o cuando se le pedía que hipótesis. Cada uno de .los histogramas (es decir, grupos de columnas)
h~blara sobre alguna ocasión en la que se había reído mucho. Trudgill,
representa la puntuacióri media de un grupo de hablantes, y refleja una
sIguiendo a Labov, afirma que existe una serie de 'claves de cana!', tales variedad de factores: profesión,ingresos, educación, vivienda, localidad y
como el cambio de tiempo o esfera de tono, que pueden ser utilizados profesión del padre (Trudgill 1~74a: 36). Tomados en su conjunto,estos
para identificar. este tipo de habla menos formal, de modo que cada entre­ factores son utilizados para definir una jerarquía de cIases socioeconómicas.
vista podría ser dividida (desigualmente) en cuatro estilos: 'informal' (iden­ Ya tendremos ocasión de decir algo más (5.4.2) acerca de esta clase de
tificado por las claves del canal), 'formíll' (el grueso de la entrevista), categorización de los hablantes, pero de momento puede ser aceptado como
r~presentación de una jerarquía basada en el estatus. Los hallazgos con·
'pasaje de lectura', y 'lista de palabras'. Estas categorías pueden ser toma­
das como representativas de parte del repertorio de pronunciaciones dis­ fIrman la hipótesis de que (ng): [l]] es utilizado más a menudo por la
ponibles del hablante para utilizarlas en distintas circunstancias. gente de esta tus alto que por la de estatus bajo. De hecho, podemos ir
Las variables lingüísticas se seleccionaron de antemano a partir de 10 más allá y elaborar una hipótesis aún más precisa: el uso de (ng):[l]] en
que ya se sabía respecto de la variación que se da en Norw1ch. Se selec­ el habla informal es muy bajo (0-20 por ciento) en los miembros de los
cionaron un total de 16 variables para su estudio (3 consonantes y 13 vo­ grupos de hablantes de la 'clase trabajadora', y relativamente alto (60-80
cales), de modo que resulta difícil ofrecer un cuadro completo de los re­ por ciento) en los miembros de los grupos de la 'clase media'.
sultados en el espacio de que disponemos, y citaremos tan sólo uno (ng), La hipótesis acerca del efecto de las diferencias en la cantidad de aten­
para mostrar con qué claridad se relaciona con las variables sociales estu­ ción prestada al habla se ve también confirmada por el crecimiento gene­
diadas. El caso muestra pronunciaciones alternativas del sufijo -ing, que ral de la proporción de (ng): [11] del estilo «informal» al de «lista de pala­
muchas veceS Se pronuncia [n] (convencionalmente representado por n', bras». De todas formas, la diferencia principal para los hablantes de
como en huntin', shootin', y fishin') por 10 que a las consonantes se refiere clase media es entre los estilos formal e informal, mientras que para los
y a veces como lul (rimando con· sing). Existen, pues, dos variantes: hablantes de las clases trabajadoras es entre los estilos formal y de lectura
(ng):[n] y (ng);[u]. De éstas se considera (ng):[u] como norma del inglés :le .pasaje. Ello plantea problemas interesantes de interpretación, ya que
est~d~r.y RP, de modo que podemos predecir de antemano que (ng): [U) Indica que (por lo menos respecto a esta variable particular) los hablantes
sera utilIZada con más frecuencia por los hablantes de estatus alto que por de la clase media son sensibles a las diferencias de formalidad de lo que
los de estatus bajo, y más a menudo bajo circunstancias que centran la aten­ podría ser llamado conversación iletrada (unscripted conversation, emplean­
ción en el habla. do el término para abarcar tanto el estilo formal como el informal), mien­
Los hallazgos de Trudgill (cuadro 5 ..3) confirman claramente estas dos tras que los hablantes de la clase trabajadora no lo son, aunque son muy

166 167
mismo Labov en los estudios del habla de los adolescentes negros en los
sensibles a las· diferencias entre conversación iletrada y la lectura. De ser
Estados Unidos (ver concretamente Labov 1972b: cap. 7). Hablaremos
verdad esta hipótesis, ¿podría generalizarse hasta abarcar todas las variables,
del trabajo de los Milroy en tiempo. pasado, pero viven en Belfast y en
y no sólo (ng)? En cierto modo algunas de las otras variables muestran
1978 todavía seguían desarrollando su método. .
un comportamiento similar, de modo que la hipótesis parece razonablemen~
La diferencia principal entre el trabajo de los Milroy y el de Trudgtll,
te prometedora, pero todavía puede ser-perfeccionada. No hay forma de
al que nos hemos referido anteriormente, es la de q~e Lesley Milroy',
que los hablantes de la· clase media pudieran haber incrementado su uso de
que fue quien llevó a cabo la mayor parte del trabajO de ca~po, fue
(ng): [U] al leer en comparación con la conversación iletrada, puesto que
aceptada como una amiga por los grupos cuya habla estaba estudiando, lo
ya la utilizaban casi siempre, de modo que es posible que en principio sean
que hizo innecesario el empleo de la técnica de la entrevista forn:al. Ello
tan sensibles a las diferencias entre conversación iletrada y lectura como
tenía el gran atractivo de que hacía posible el estudiar. el ha~la In~ormal
los hablantes de la clase trabajadora, y que su utilización de las variantes
genuina, tal como se usa entre amigos, porque la presenCIa del InvestIgador
estándar será más elevada en los últimos que en los primeros en las variables
no incrementaba la formalidad de la situación. Por más 'informal' que pre­
que permitan un incremento. Precisamente se da un comportamiento seme­
tenda ser un extraño una entrevista será siempre una entrevista, y no
jante con una de las otras variables, la pronundación de /t/ (que varía
existe garantía de qu~ 10 que Labov o Trudgill consideraban habla 'in_
entre la estándar [t] o [th ] y la no estándar [?] o [t?]): los hablantes
formal' estuviera necesariamente cerca del habla más relajada de los hablan­
de la clase media incrementaban su empleo del estándar (t):[t] al leer
tes ímolícados. Otra ventaja del método es la de que abre posibilidades nue­
precisamente tan intensamente como los hablantes de la clase trabajadora
vas y'estimulantes para la interpretación teorética de los datos sociolin­
(Trudgill 1974a: 96). Por otra parte, había muy pocos cambios en la va.
güísticos. Llegando a ser un amigo más entre la gente que se está inves.
riable (t) entre los estilos informal y formal, incluso para los hablantes de la
tiO'ando uno llega a ser parte de la red de las relaciones existentes entre
clase media, lo que parece refutar la primera parte de la hipótesis. Además,
ellos, y' puede utilizar la estructura de esta red c?mo dato social con el
parece que otras variables' muestran un cambio completamente muy pe.
que relacionar el habla. Volveremos a este punto mas adelante(5.4;,3).
queño entre los estilos dentro de un .grupo de hablantes, aunque distin­
Antes de empezar su investigación, los Milroy decidieron no abarcar
tos grupos de hablantes difieran manifiestamente en el uso de otras va­
un espectro completo de las clases sodoecon6micas, sino exclui~estadi- .
riables:
mensión y ,~ntrarse en el habla de la gente de la clase tr~baJadora ~e
Por lo que respecta a Norwich, hay que concluir (con Trudgill) que Belfast. Se seléccionaron específicamente tres áreas de la clase trabaJa­
la influencia del estilo difiere de acuerdo con O) la variable lingüística en dora, típicas todas ellas de 'áreas de clase trabajadora ~e zonas venidas. a
cuestión, (ü) la c1asesocioeconómicadel hablante, y (iii) las diferencias menos con una incidencia de desempleo alta y otros tIpOS de desgraCIas
. particulares de estilo en cuesti6n, sin que las diferencias que se dan dentro sociales' (J. & L. Milroy 1978). Tras estas semejanzas, sin embargo,exis­
de la conversación iletrada estén necesariamente en consonancia con las tían importantes diferencias entre lás áreas. Dos de ellas eran claramente
existentes entre la conversaci6n iletrada y la lectura. Queda el problema protestantes y una católica, y en una de las áreas protestantes (Ballyma­
de cómo incluir tales resultados en una teoría general explicativa, pero carrett) la industria tradicional local, el astillero, seguía contratando a perso­
no hay duda de que ni siquiera hubiéramos sido conscientes de la existen- , nas de la localidad mientras que en la otra área protestante (The Hammer)
cia del problema sin los estudios cuantitativos de unos datos cuidadosamen­ y en el área cat6li~a la contratante tradicional de trabajadores era la .indus­
te recogidos. . tria del paño, que ha venido a menos, ocasionando el desempleo,u obligando
a la gente a desplazarse fuera del área por motivos de trabaJO. Veremos
más adelante que esta diferencia en las estructuras de empleo es altamen­
5.2.4 El e;~mplo de Belfast te relevante para las diferencias de habla. .
Lesley Milroy estahleció relaciones con un grupo determinado de gente
La investigaci6nfinal que describiremos aquí es la de James y Lesley dentro de cada área, pasando' de uno a otro como (am~ga de una amiga':
Milroy en Belfast, Irlanda del Norte, descrita en una serie de artículos un estatus bien reconocido en esta comunidad, que confIere un estatus caSI
(J. Milroy 1978, L. Milroy 1976, Milroy & Margrain 1978, J. & L. Milroy equivalente al de un miembro de la familia. Naturalm~nt~, el l?grar y
1978, L. & J. Milroy 1977). Los métodos empleados son bastante distintos mantener un gran numero de amistades supone unas obltgaclOnes mtensas
de los empleados siguiendo al clásico laboviano,tal como ha sido ejem­ sobre el tiempo y la energía del investigador (por no mencionar. el act? y ~?"
plificado por el estudio de Trudgill sobre Norwich, sino más bien seme­ raje necesarios en una ciudad conflictiva como Belfast). Una mveStlgaclOn
jante a los utilizados en los últimos años de la década de los 60 por el

168
individuales o de toda una clase de palabras (todas las palabras que en
así no es para el sociolingüista de sillón. Como rtsultado de estos esfuer­
una determinada pronunciación empiezan por [h], o todas las que termi·
zos, ,Lesley Milroy llegó a ser aceptada como una amiga' que podía 'dejarse·
nan en -in& pongamos por caso), y en las estructuras de la sintaxis. En los
caer en ciertas casas en cualquier momento, sentarse en la cocina oyendo
estudios que acabamos de describir, todas las variables implicadas hacían
o tomando parte en la conversación durante todo el tiempo que quisiera
referencia a la pronunciación, aunque no hay escasez de estudios de varia.
! utilizar incluso e! magnetófono, después de haber explicado que estaba· bIes sintácticas, como se ilustra en la siguiente. lista:
mteresada en el habla de Belfast. Parece improbable que bajo tales circuns­
tancias su presencia, o incluso la de! magnetófono, afectara el modo de (no I any) en d inglés norteamericano de los adolescentes blancos
habla de la gente. y negros (Labov 1972b: cap. 4)
Los Milroy procesaron estas grabaciones al igual que Trudaill iden­ Por ejemplo: 1 didn't eat nolany apples ('no he comido ningu­
tificando las variantes de una lista predeterminada de variables "y ~ompa­ na manzana ').
rando sus frecuencias a 10 largo de los textos. El interés principal de sus
hallazgos es la luz que arrojan sobre e! efecto de la estruc.:tura de la red presencia I ausencia de is I are en e! inglés americano de los negros
social sobre el habla, que será discutido más adelante en relación con los (Labov 1972b: cap. 3 es simplemente uno de muchos estudios
distintos correlatos sociales de variaciones en el habla (ver 5.4.3). de este tipo)
Por ejemplo: John (is) tired ('Juan [está] cansado')

5.3 Variables lingüísticas presencial ausencia de that como conjunción subordinativa en el


inglés estándar americano (Kroch & SmaIl 1978)
Por ejemplo: They think (that) it's difficutt ('creen [que]
5.3.1 Tipos de variable
es difícil ').
variables lingüísticas estudiadas por los sociolingüistas son aquellas presencial ausencia· de ne en el francés de Montreal (Sankoff &
:1
en l~s que signific~do se mantiene constante y varía la forma, aunque en Vincent 1977) ..
teona podrlan estudIarse aspectos como las distintas maneras en que son Por ejemplo: Pierré~(ne) dart pas ('Pedro no está durmiendo')
empleadas las formas de pretérito como. variable lingüística. Existen, sin
embargo, graves problemas si intentamps"utilizar esto :como definición de avoirj étre como auxiliar de ciertos verbos en el francés de Mon­
'variable lingüística', ya que es difícil :"dejar claro qué es lo que cuenta ueal (Sankoff & Thibault 1977)
como 'igual significado'. Por ejemplo, podría ser discutible que cat (gato) Por ejemplo: Pierre al est parti('Pedro se ha ido')
y pussy ~minino) tuvieran el mismo significado, y podría, por consiguiente, fui tu como partícula preverbaI ('to') en el criollo de la Guayana
s~r consIderada como una variable lingüística, de la misma forma que, por (Bickerton 1971) ,
ejemplo, las pronunciaciones alternativas de house con·y sin [h]. Se podría Por ejemplo: You want fui tu go ('quieres ir')
argumentar contra esto que el 'significado' ~endría que ser definido con más
li.be,ralidad, incluyendo 10 que frecuentemente se denomina 'significado so­ El último ejemplo constituye simplemente una de las muchas variables
Cial ; en cuyo caso cat y pussy tendrían significados distintos y no podrían sintácticas que han sido estudiadas en las lenguas criollas, en donde parece
ser tratados como variantes de una váriable lingüística. Mortunadamente que son particularmente abundantes. De todas formas, no ha habido dema­
la ~isma noción de 'variable lingüística' no está tomada como parte de un; siados estudios cuantitativos de este tipo (dos excepciones son Le Page
teona general del lenguaje, sino que más bien es un instrumento analí­ 1977a, Le Page et al. 1974). una exposici6n general de variables
tico de la caja de herramientas del sociolingüista, de modo que no tenemos sintácticas que, o bien han sido estudiadas, o biendebedan serIo, en San.
por qué preocuparnos innecesariamente acerca de estos problemas de defi­ koff (1973b) y Trudgill (1978: 13).
nición. Los sociolingüistas que hacen uso de variables lingüísticas no han in­ Existen importantes prob1emas que que las variables de pronun.
tentado definirlas rigurosamente, y no parece que haya necesidad de que ciación sean más difíciles de estudiar de 10 que cabría esperar. El estado
lo hagamos nosotros aqui. . actual de confusión de la teoría fonológica, en donde, por ejemplo, todavía
. Aparte de afirmar que una variable lingüística no debe incluir un cam­ está en duda el esta tus de los fonemas y la naturaleza de las formas subya­
bio de Significado: poco hay que decir respecto a qué aspectos del lenguaje centes de las palabras, plantea uno 'de tales problemas. ¿Está uno justifi­
pueden tener varIables. Pueden hallarse en la pronunciación de palabras cado, por ejemplo, de tratar el sonido [r] en cart (cattO) como una mues..

170 171
tra del mismo 'fonema' que el de car (coche)? ¿Podría uno utilizar las " la de anterioridad/posterioridad, pero la transcripción de Trudgill implica
diferencias que halló Labov en su estudio sobre Nueva York como eviden­ una segunda dimensión de nasal/oral, ya que la variante anterior (aunque
cia de la existencia de fonemas distintos, (suponiendo que el término 'fone­ no la posterior y la central) pueden o no ser nasalizadas [a:]. Trudgill
ma' sea un término significativo)? ¿Está justificado el postular un fonema agrupa [a:] y [a:] conjuntamente como muestras de la misma variante,
/h/ en las formas subyacentes de pa1abr~s como house (casa), cuando los de modo que no hay forma de decidir a partir de su análisis si eran utiliza.
hablantes no 10 pronuncian casi nunca en el habla corriente? Si la respuesta das por clases distintas de gente o bajo circunstancias distintas, y debemos
es que no, ¿con qué derecho suponemos que tales hablantes están ilustran­ suponer que Trudgill estaba seguro de antemano que no lo eran. Uno podría
do la misma variable al escoger entre house con y sin Eh] que otros seguramente objetar que esto era algo de lo que él no podía estar seguro
hablantes que normalmente pronuncian la [h], pero que a veces se la 'co~ hasta después de haber hecho el análisis completo, pero el sistema laboviano
men'? Estos problemas aparecen COmo menos importantes si tratamos las;, de análisis obliga a uno a reducir todas las dimensiones fonéticas en las
variables lingüísticas como instrumentos analíticos simplemente, aunque que las variantes pueden diferir a una única dimensión, representada por
se mantiene la cuestión de cómo interpretar las cifras de las variables lin­ una única lista ordenada de variantes. (En 5.3.2 ya veremos por qué es así
güísticas que han sido aplicadas indiscriminadamente a toda el habla en esta lista.)
una muestra, sin haber prestado atención a los detalles del sistema lin­ Los problemas resultan aún más agudos en los casos en los que inter­
güístico de cada hablante. (Para una sugerencia interesante como solución a viene un número elevado de variables fonéticas, como en el caso de la varia.
tales problemas que deja de lado las cuestiones lingüísticas por completo ble (a) de Belfast (ver J. & L. Milroy 1978), que es la vocal de palabras
ver Sankoff & Thibault 1978.) , como bag, back} fat} man y fasto Presenta la siguiente esfera de variantes:
Aparte de los problemas de definir las variables mismas existen otros al la forma local de prestigio asociada con los hablantes de la clase media
listar las variantes de una variable dada, incluida la cuestiÓn de la disconti­ es [a], pero entre los hablantes de la clase trabajadora se emplea [E]
nuidad. Es difícil pensar en, cualquier variable que, en un grado u otro, no (relativamente cerrada y anterior) ante consonantes velares (bag, back),
plantee este problema, pero suele ser especiaImentegrave en el caso de las mientras que en otras posiciones presenta una variante más posterior que
vocales. Por ejemplo~ una de las variables de Trudgill en el estudio de [a], y a veces también más cerrada" con o' sin glide centra1izáda, dando por
Norwich era (a:), la vocal de palabras como after,cart y páth (Trudgill,;. ejemplo [o';;)]. El interés de este ejemplo no está tan sólo ep que están ,im­
1974a: 87). Esta vocal varía en Norwích desde una pronunciaciónposterior';1 plicados varios contrastes fonéticos (anterior/posterior, abierto/cerrado,
[a:] hasta una pronunciación anterior de vocal abierta [a:]. Trudgill con/sin glide), sino en que es difícil el ver cómo las variantespodrfan ser
re:onoce un valor intermedio entre estos dos extremos, que transcribe reducidas a una lista única y ordenada con fundamento fonético; puesto
[a: - ii], pero esto es, presumiblemente, una cuestión de conveniencia que no existen sonidos extremos obvios que proporcionen puntos extremos
más que una división deternlinada de algún modo por los hechos de la pro~ para tal lista. Hay extremos, desde luego, pero demasiados, ya que [a];;¡:
nunciaci6n de Norwich. Podemos suponer que hay un continuum entre [E] y [O';;)] podrían justificadamente todos ellos ser tratados como tales. El
,,[a:] y [a:], y que cualquier división entre ellas es, en el mejor. de los problema es que el método laboviano requiere una única lista ordenada de
casos, arbitraria y/ en el peor de ellos, desorientadora si es que distorsiona variantes, mientras que una estructura triangular, como en el caso de la (a)
los resultados. Por ejemplo, si se hubiera hecho simplemente una distin. de Belfast, no puede ser reducida a una lista así. (Berdan 1978 describe
ción doble, sin ningún estadio intermedio, hubiera dado la impresión de una técnica estadística para representar los resultados sobre un número dis.
q17 e los hablantes de Norwich localizan las pronunciaciones de estas varia­ tinto de variables en función de una única variable, más abstracta, pero in­
bles siempre en un' extremo u otro, sin proporcionar ninguna manera de cluso con esta técnica sería necesario poseer más de una variable abstracta.)
investigar la posibilidad de que también puedan utilizar formas intermedias.
:n
, ~l ismo problema se plantea incluso con variables como (h), que al prin.
CtptO parece que se refiere simplemente a la presencia o ausencia de un 5.3:2 Cálculo de la puntuación 'de los textos
segmento de sonido, mientras que [h] puede estar presente en distintos
grados, precisamente al igual que la vocal (a:) puede ser pronunciada cOn El, método clásico laboviano ofrece un modo atractivo y simple de
distintos' grados de 'postérloridad' en la boca. asignar una puntuación a los textos, para indicar las semejanzas y las dife.
Otro de los problemas hace referencia a las dimensiones (ver especial.
rencias entre el uso de las variables lingüísticas por parte de los hablantes,
mente Knowles 1978). El último párrafo daba la impresión de que la varia.
pero veremos que también tiene serias debilidades. Se calcula la puntuación
ble (a:) implicaba simplemente una única dimensión fonética, concretamente
de cada variable en cada texto, lo que permite que los textos puedan ser ,

172
~. ~_._~_. .-_.~---_.-_._-~-_._-_._--_.__._.. ----_.~_.-_·_~·-c-""""----_·_-_·__·_--_··_--~~:'~----~·d~o~c=o=n~l=a~di~'~s;r=.:ib:u:c:io:'n~··~d~Fe'-I;~al~s-'v:a!~riiantes, ya que la cifra final obten~da p~ra
comparados respecto a una variable cada vez, lo que constituye uno de los . un texto no da idea de la contribución relativa hecha por cada var!ant~ !n.:
primeros objetivos de los estudios cuantitativos de los textos. Para calcu­ dividua!. Una puntuación de 2 para un texto, en nuestro caso hlpotenco
lar las puntuaciones de un texto .para una variable determinada, se le asigo podría reflejar el uso exclusivo de ~ (pun:uando ,2 c~da vez que aparece),
na una puntuación a cada una de las variantes; la puntuación de cualquier o el uso exclusivo de A y C, en numero Igual, sm runguna muestra de .B
texto será, pues, la media de todas las puntuaciones individuales de las' en absoluto, Tomemos un ejemplo real, utilizando los datos de un estudio
variantes del texto. Tomando un ejemplo sencillo, digamos que tenemos sobre la variable (r) en Edimburgo de Suzanne Romaine (1978). Este estu­
una variable con tres variantes, A, B y C, y que hemos calculado una pun­ dio es algo excepcional al proporcionar cifras aparte para cada variante indio
tuación de 1 para cada muestra de A, de 2 para cada una de B, y de 3 vidual, en vez de las puntuaciones conjuntas para la variable e~teras. La va­
para cada una de C. Supongamos ahora que tenemos un texto que contie­ riable (r), como la que estudió Labov en Nueva York, se aplIca a pala,bras
ne 12 As 23 Bs y 75 Cs. Calcularemos la puntuación del texto calculando que contienen una r (en la escritura) sin que le siga una vocal en la mIsma
las puntuaciones de todas las As (12x1==12), todas las Bs (23x2=46), palabra. Sin embargo, estas cifras de,terminadas se r:fie:~n. sólo. a (r) de
y todas las Cs (7 X 3=225), efectuando después la suma de todas ellas final de palabra, e indican la influenCIa del contexto lInguIStlCo: SI la pala­
(12+46+225=283) y dividiendo el resultado por el número total de va. bra es seguida de pausa, o por otra palabra que empiece. por conson~n:e,
riantes halladas (es decir, 12 + 23 + 75== 11 O), resl1kmdo 283+ 11 O 2.57.= bien por vocal. Las variantes no son exactam7nte las mIsma~ ~~e dIstm.
Esta sería la puntuacién del texto en cuestión par" esta variable. guía Labov, puesto que existen dos tipos pOSIbles de constncclOn conso­
Este método tiene dos defectos, ambos importantes. El primero tiene nántica para (r) en Edimburgo, una continua no fricativa, como en RP ! e?
que ver con la ORDENACIÓN de las variantes, a lo que hemos hecho refe. la mayoría de las pronunciaciones norteamericanas [l], Y [r] '. La dlstr;'
rencia en 5.3.2. La asignación de puntuaciones distintas a variantes indio bución en los tres contextos descritos más arriba de estas dos vanantes, mas
viduales (1 para A, 2 para B, y así sucesivamente), tiene que ser basado la variante cero (0), puede verse en la tabla 5.1. El contexto muestra al,
en algún principio, de otra forma los resultados pueden ser absurdos. El gunas estructuras bastante complejas en la elección de variante. La vocal
puntuar no es simplemente arbitrario, ya que la relación aparente entre los siauiente favorece mucho la apadción de [rJ en comparación con cualquiera
textos podría cambiarse completamente utilizando un sistema de puntua­ d; las otras dos variantes, pero.o:t:ros contextos favorecen ambas variantes
ción distinto. No hay problema alguno si una variable tiene tan sólo dos consonánticas casi por igual, aunque la variante cero es más popular ante
variantes, ya que no importa cuál de ellas obtiene una puntuación 'alta' pausa que ante consonante. Si las cifras de esta tabla fueran reducidas a
y cuál de ellas obtiene ulla puntuación 'baja' (supuesto, naturalmente, que puntuaciones de texto de la manera acostumbrada, se perdería !~ mayor
se mantenga la misma puntuación á través"deíodo el análisis). El problema parte de la información. Pongamos que damos a [rJ la puntuacIon de 1,
se plantea cuando hay tres o más variantes, ya que la puntuación refleja a [l ] 2, Y a 0 3. Un texto típico puntuaría 1.34 para (r) ante vocal,
una ordenaci6n determinada de las variantes, con dos variantes como máxi­ 1.72 ante consonante, y 1.94 ante pausa, de modo que podríamos aventu­
~¡nente distintas y la ordenación de las demás entre las otras dos. En rar que [rJ es más común ante vocal que ante pausa, y quizá que 0 es
rrúichos cas.os esto puede hacerse en base a las relaciones fonéticas entre las más común ante pausa que ante vocal, pero esto sería simplemente una
variantes, en el caso de una variable fonológica, ya que a menudo las va­ suposición, y existen muchas otras maneras de interpretar las ~ifras, in­
riantes pueden ser ordenadas en alguna dimensión fonética tal como la cluida naturalmente la interpretación compleja que de hecho eXIgen.
apertura vocálica. Sin embargo, hemos visto que de ningún modo re­ Parece, pues, preferible no reducir las cifras a una puntuación única para
sulta siempre así -puede que haya más de una dimensión imelicada-, de .~. cada variable, sino mantenerlas para cada variante por separado, como por­
modo que los hechos fonéticos no indican al investigador: cómo ordenar centajes de los casos totales en los que apareció la variable, haciendo así
las variantes. 9tra de las bases para la ordenación es el prestigio social
Tabla 5.1. (r) en Édimburgo:. tres variantes como porcentajes de (r) en
de las variantes, lo que permite escoger la variante más estándar y la menos
tres contextos língiiístiéos(basado en Romaine .1978: 149)
estándar como variantes extremas, y disponer las demás en medio de acuer·
do con su relativa 'estandaridad'. El problema de este método es que supone Anw vocal Ante· consonante Ante pausa
de antemano que la sociedad está organizada en una jerarquía :iíriica refle.
(r] 70 40 34
jada en las variables lingüísticas, cuando ello a veces resulta no ser así, de
modo que el método conduce la investigación hacia conclusiones inco­
(¡] 26 48 38

rrectas. o 4 12 28

El segundo defecto del sistema de puntuación ·laboviano está relaciona­


175
174
innec~saria la asi~~ción de puntuaciones a lasvanantes por separado, y El fiarse solamente de las puntuaciones de grupo, oculta la cantidad de
solucIonando tambIen el problema de la ordenación. variación dentro de cada grupo. Una puntuación de grupo, .digamos, de 2
para una variable que oscile entre 1 y 3, podría ser producida bien si todos
los miembros del grupo tuvieran una puntuación muy cercana a 2, o bien
5.3.3 Cálculo de la puntuación de ind~viduos y de grupos si algunos puntuaran 1 y otros 3. En el primer caso, la media 2 del grupo
representa una norma alrededor de la que gira el habla de los miembros del
. En un ~studio sociolingüístico de textos, el investigador posee un mate. grupo, mientras que no indica absolutamente nada o es engañoso en el
na! producIdo por distintos individuos, y a menudo más de un texto de segundo caso. No hay forma de conocer si un promedio dado de grupo es
cada ~no, producidos. en distintas circunstancias (como en el caso de las significativo o no, sin ninguna tndicación de la cantidad de variación que
graba~I~nes de Trudglll, en las que cada grabación comprendía cuatro· tex. pueda darse dentro del grupo, lo que nos viene dado admirablemente por
tos ~s:mto~, uno para. cada estilo). Un proyecto típico de investigación un método estadístico ampliamente utilizado, denominado 'desviación están.
pO~Ia Imphc~r el estudio de 10 variables en el habla de 60 personas bajo dar', que suele ser baja cuando existe poca variación y que se incrementa
. 4. t~pos de cltcunstanci~s, pro?~ciendo 10 X 60 X 4 = 20400 puntuaciones rápidamente con el incremento de la variabilidad en el grupo de las cifras.
dis:tntas de los textos, SI se utIl1Zara el método clásico laboviano. La cifra La clase de estructura que puede darse cuando la variación entre los grupos
sena na~uralmente mucho mayor sí se adoptara la alternativa de citar las es pequeña, queda indicada en la tabla 5.2, demostrando que los grupos
p~ntuacIones de las variantes individuales por separado. El problema es p~edefinidos de hablantes pueden resultar remarcablemente homogéneos
C?;n0 h~cerse. cargo de una tal cantidad de datos sin empantanarse. La solu. por lo que respecta a sus normas lingüísticas, en contraste con el caso ilus­
Clon mas satisfactoria, con mucho, es usar una computadora con un pro. trado en la tabla 5.3, en donde los grupos predefinidos son, lingüística.
grama estad.ístico sofisticado, que es 10 que se hace ahora en los sitios mente, relativamente heterogéneos.
en d~nde exIsten fondos suHcientes y mano de obra disponible. . Las cifras de la tabla 5.2 proceden de los datos proporcionados por
Sm em~argo, otra solución es la de reducir e1númerode las cifras dlindo Nader Jahangiri, recogidos mediante entrevistas labovianas con 40 hablan.:
l?s prom;diosde los in~iv~d~~~ o grupos ?eíndividuos, lo que es aún pré<:. tes de persa en Teherán· (ver Jahangiri, 1980). La· variables se refie­
tlca comun entre los socl0hngUlstas. Por ejemplo, si podemos reducir 60 ha­ re a la· asimilación de una vocal a otra de la siguiente sílaba en palabras
bl~nt~s a 8 grupos< definidos digamos, por el sexo y la clase socÍoeconó. como /bekon/ (¡haz!), cuya primera vocal varía entre [e] y [o]. Cada cifra
m~ca, r~ducimos inmediatamente el número total de cifras de 20400 dado . representa el tanto por ciento de vocales asimiJadas eh el habla de un .ha­
n: as arnba al de 320, lo que significa simplemente 32 cifras para cada va. blante; los hablantes están distribuidos en ocho columnas, representando
r~able tomada por separado. Además, se incrementa el número de casos cu­ cada una de ellas un grupo distinto. Los grupos vienen definidos por crity!j(;
bIertos por cada una de las cifras, ya que cada puntuación de una variable rios no lingüísticos, en base a la educación (universidad, secundaria, sóti:.
r~presentará u~ grupo entero de hablantes en vez de un único hablante. Esto
t1~ne la. ventaja de incrementar la importancia estadística de cualquier
diferenCIa entre las puntuaciones, ya que ello no depende tan sólo del Tabla 52. Asimilación vocálica del persa de Teherán: tantos por ciento de vocales
asimiladas el¡ el habla informal de 40 hablantes y 8 grupos basados etJ. educación y
tan: año de la diferencia sino. también del número de casos implicados. sexo
EXIsten, pues, grandes ventajas al fundir cifras distintas en promedios.
Todas la~ .cifras reale.s citadas hasta el momento (cuadros '5.1-5.3, ta­ Sexo Varón Hembra
b~a 5.1) han SIdo promedIos de grupo y no puntuaciones de hablantes indi­
Educación unív. secundo primo ninguna univ. secundo primo ninguna
VIduales. Esto .es característico de la literatura, en donde de hecho es raro
e~ encontrar cifras . para hablantes individuales. (Algunas excepciones re. Puntuaciones 7 24 46 71 5 21 33 * 55*
. c~entes son Douglas-Cowie 1978, Macaulay. 1978, Reíd 1978; otros estu­ 12 28 48 77 5 22 38 * 60
dios, tales. com? Labov [.19:2.a: 100-6, 1.68, 288, 306] y Le Page et al. 13 32 ~ 81 6 23 39* 67
36 * 56 * 68
(1974], cIta~ CIfras para mdivIduos selecCIonados, pero no de sus muestras 14
57*
81 6
6
28
29
43
18 41 * 82 48 73
com?1etas.) 3m embargo, la práctica de reducir las cifras individuales apun­ Promedio -13 32 52 78 6 24 40 65
tuaClones ~e grupo cien: dos consecu~cias lamentables, más bien semejantes
a las surgIdas al redUCIr. las puntuaCIones de las variantes a puntuaciones 'Desviación
de las variables (p. 17 4). .. . e¡¡tándar .3 6 4 4 O 3 5 6

. 176 . 1J'f,<
11 ;¡....~;~.";;.
~. >

L.

---~-
.,
mente o ninguna en absoluto) y el sexo. Respecto a los datos precisa, no produjo unas agrupaciones mucho más homogéneas. Todos los
de la 5.2~ hay que subrayar dos cosas, concretamente la homogenei­ niños de la escuela tenían padres clasificados como 'encargados, trábajado­
dad de los grupos y la falta de superposición entre los mismos. La super- . res manuales cualificados y trabajadores por cuenta propia no profesio­
posición viene indicada por los asteriscos, situados junto a las puntuaciones nales', a excepción de los dos marcados con asterisco, cuyos. padres eran
. de un grupo educacional que se superpone con los del grupo adyacente. 'trabajadores manuale~ semi-cualificados o sin cualificar; o trabajadores
Por ejemplo, las dos puntuaciones de 36 y 41 al pie de la columna 'varón, como personal de servicio'. Los niños marcados con un asterisco en la co­
secundaria' se superponen con las cifras- 33, 38 y 39 de la parte superior lumna de la escuela 2 también tenían padres clasificados como 'encargados,
. de la columna 'hembra, primaria'. Se verá que no hay superposición en etc.', mientras que el resto eran de la clase de los 'profesionales, jefes y
absoluto entre grupos educacionales del mismo sexo, y que todos los aste­ empresarios'. Tanto si basamos Íos grupos en la escuela como en la profe­
riscos representan casos en los que los varones de un grupo se superponen sión del padre, parece claro que los promedios de grupo para el uso de
con las hembras del 'siguiente' grupo de la escala. Respecto a la homoge­ (t): [? ] más bien carecen de sentido.
neidad de los grupos, ello viene dado por las cifras de la desviación están­ El otro problema que se plantea con las puntuaciones de grupo está
dar, que reflejan hasta qué punto se desvían las puntuaciones individuales relacionado con el primero, y de hecho surge a raíz de él. Sí la agrupación
de las del promedio del grupo. Las cifras de la desviación estándar san de los hablantes o de los textos es simplemente una cuestión de con­
sorprendentemente bajas, sin que ninguna de ellas sea mayor que 6, y veniencia del analista ante una masa de datos de otro modo intratables,
siendo una de ellas el asombranteO que representa la identidad virtual de no existe probablemente ningún problema. No cabe duda de que el agrupar
las puntuaciones de las graduadas universitarias. Esta cifra es tanto más im­ le ayudará a ver distintas tendencias generales de los datos, que de otra
presionante cuando se tiene en cuenta lo que representa: el tanto por ciento forma podría perder. Pero existe un problema al desplazarse de esta posi­
de palabras como /bekon/ cuya primera vocal se asimila a la segunda en el ción a otra muy distinta, en la que uno cree que las agrupaciones son social­
habla informal. Resultados como éstos son un reto real para cualquiera que mente 'reales', parte de la estructura objetiva de la sociedad, y, por con­
vaya tras un modelo psicológico y sociológico para explicar la variación siouiente, parte del marco de referencia teorético al que se hace referencia .. '
lingüística. e:: la interpretación de los resultados. Ello puede que sea justificado en al­
La fuente de datos de la tabla 5.3 es un estudio acerca de la pronuncia­ gunos casos, pero es importante~l considerar modos alternativos de inter­
ción de dieciséis niños de once años de tres escuelas distintas de Edim­ pretar los datos sin suponer la existencia de grupos discretos discontinuos
burgo. Los niños llevaban colgados micrófonos inalámbricos mientras juga­ en ia sociedad. Ya hemos mencionado una de tales alternativas (p. 40),
ban en el patio, y se esperaba que los datos recogidos de esta manera estu­ según la cual la sociedad está estructurada por lo menos en función de
vieran bastante cerca de la clase de habl?;que los nmos usaban naturalmente. unos retículos de individuos conectados más o menos estrechamente, quie­
Se escogieron tres escllelas de modo que cada una de ellas cubriera un estra­ nes están influidos en distintos grados por las normas de los diversos retiéu­
to distinto de esferas sociales, pero puede verse que el agrupar a los niños los. El defecto de los análisis de grupo es que no permiten distinciones
"'Por escuelas producía unos resultados muy heterogéneos desde el punto de para la gente que pertenece a los grupos en distintos grados; y cuando las
vista de la variable (t), con una gran cantidad de superposición entre los puntuaciones individuales se han fundido en promedios de grupo, no
grupos. Reid proporcionaba también información acerca de la profesión de hay forma de indicar si ello debía o no haber sido tenido en cuenta.
los padres, pero incluso esta medida de estatus social, supuestamente más VoJveremos a tratar de la cuestión del uso de los retículos un poco más
adelante (5.4.3).
Tabla 5.3. (t) en Edimburgo: tantos por ciento de (t) realizado como Resumiendo esta sección, hemos criticado el método laboviano de iden­
/?/ o /?t/ por dieciséis niños en 'estilo de patio' (basado en Reid
1978: 160) tificación de variantes y del cálculo de puntuaciones porque hace perder
demasiada información qUe puede ser importante. La información· sobre
Escuela 1 Escuela 2 Escuela 3 el· uso de las variantes individuales se pierde cuando éstas son fundidas en
30 60 pl!ntuaciones de' variables, y 'la información acerca del habla de los índi-·
65
69* 80* 71 viduos se pierde también si éstos son incluidos en promedios de grupo. En
69 * 85 80 cada estadio el método impone una estructura sobre los datos que puede
.. 100 85 88 que sea más rígido de 10 que era inherente en los datos, y, en esta medida,
100 89
100 distorsiona los resultados: suelen imponerse fronteras discretas sobre pa­
90*
rámetros fonéticos continuos, se utilizan ordenaCiones artificales para varian­

178 179

tes que están relacionadas en más de una forma, y los hablantes son clasi­ la del complemento (adjetivo, sintagma nominal, locativo, o verbo), y la
ficados en grupos discretos cuando se les relaciona mutuamente en función naturaleza del sonido siguiente (vocal o consonante). Existe por lo menos
- de retículos más que de grupos. No es siempre fácil el hacer el análisis una muestra de una variable puramente sintáctica influida por el con­
menos rígido, aunque esperamos que nuevos métodos proporcionarán unos texto sintáctico, concretamente la variable (bai) en tok pisin _(Sankoff
resultados aún más esclarecedores que el método clásico laboviano. . 1973b). Eai (derivado de «by and by») es un marcador de tiempo de futu.
ro, y aparece antes o después del sujeto, dependiendo de si el sujet~ es
un sintagma nominal o un pronombre. Si es un pronombre, bai tIene
5.4 Influencias sobre las variables lingüísticas más probabilidades de preceder que de seguir al sujeto, aunque ninguno
de los órdenes queda totalmente excluido en ninguno de los casos.
5.4.1 Contextos lingüísticos r El aspecto más interesante del estudio del contexto lingüístico es
, probablemente el de la cuestión de las diferencias léxicas que se dan entre
En esta sección revisaremos la clase de factores que se ha hallado que i los contextos. Está resultando daro que la probabilidad de aparición de
" influyen en la elección de variantes de las variables lingüísticas, empezando ¡-una variante particular en una palabra puede variar según qué palabra sea
por los efectos del contexto lingüístico. Estrictamente hablando ésta no es ésta, y no según las características fonológicas o sintácticas generales de la
en absoluto una cue"stión de sodoli~güística, sino de un estudio' puramente palabra. Por ejemplo, en Belfast, una de las variables es la vocal de pala­
'interno' de la estructura del lenguaje, sin referencia a la sociedad. Sin em­ bras como pull, put, took y could, que podemos llamar la variable (AL
bargo, los lingüistas interesados en las relaciones internas del reno-uaje han Esta varía entre [.'\J como en el RP cut) y [u] (semejante a put del RP,
tendido, no a estudiar los textos, sino ti la utilización de métod~s intros­ pero algo más cerrada). Como parte del análisis de los datos recogidos por
pectivos, de modo que el estudio cuantitativo de la influencia de un elemen­ los Milroy, se trazó una lista de palabras individuales que contenían esta
to sobre los elementos contiguos ha sido dejado para el sociolingüista. Una variable, y se calculó una puntuación para cada palabra (Maclaren 1976,
vez más, WilIiam Labov fue el primero en llevar a cabo un estudio/deta­ J. Milroy 1978). Las apariciones de palabras que contenían (A): [AJ (ta·
llado de tales estructuras; en su estudio de la 'elisión' o coritracciónde ís bla 5.4) ilustran la afirmación general de que pueden aparecer diferencias
en el -habla de los adolescentes -negros norteamericanos (Labov 1972b: brutas en la probabilid~d de una variante de una palabra u otra, sin que
cap. 3). ­
sea posible dar cuenta de ellas en función de unas diferencias fonológicas
En conjunto, este trabajo ha mostrado que la influencia del contexto generales entre las palabras. ­
lingüístÍco en la selección de alguna variante puede ser probabilístico más La razón por la que cifras como éstas son interesantes, es la de- que
q~e categórico, tal como algunos tBlbajosprevios tendían a suponer. Por proporcionan una base para la teoría de la DIFUSIÓN LÉXICA: la teorta
ejemplo, la tabla 5.1 indicaba que) la influencia de un sonido siguiente a de que el cambio diacrónico del sonido puede -extenderse gradualmente
una palabra terminada potencialmente en Irl hada más posible el que a través del léxico de una lengua, más que afectando todas las palabras
una variable apareciera en unos contextos que en otros, más que eliminarla .. relevantes al mismo tiempo y en el mismo grado (ver Chen & Hsieh 1971,
completamente de algunos contextos y hacerla obligatoria en otros. La Chen & Wang 1975, Hsieh 1972, 1975, Wang 1969, Wang & Cheng
n:ayo~ía de los lin?üistas y fonetistas descriptivistas probablemente hayan 1970). Existe evidencia de que la pronunciación [,\] de palabras como pul!
SIdo slempre conSCIentes de que algunas áreas del lenguaje funcionaban así, en Belfast es una innovación, de modo que la tabla 5.4 muestra que esta
aunque sus marcos de referencia teoréticos no ofrezcan lugar para las dife­ innovación ha afectado a distintos elementos léxicos en distinta medida.
rencias probabilísticas.
Según J. Milroy (1978), las diferencias generales de la tabla 5.4 reflejan
Respecto a los contextos a los que se ha hecho referencia, son princi­ el hecho de que algunas palabras se pronuncian con la pronunciación [AJ
palmente de unos tipos bastante familiares. Para las variables de pronun­ (más o menos consistentemente) en proporciones diferentes de la pobla­
ciación podemos referirnos al tipo de sonido que sigue a la variable, o a ción: . tres cuartas partes de su muéstra de hablantes dicen [pAl] en pull,
su emplazamiento en la palabra, y así sucesivamente. Un número de varia. pero menos de la décima parte dicen [JAd] en should. En otras palabras,
bIes implica la presencia o ausencia de alguna palábra, y frecuentemente para cualquiera de los hablantes cada palabra - dada pertenece a una u
tanto los aspectos sintácticos del contexto lingüístico como los fonológi­ otra de dos clases léxicas, la clase de [-H-] y la clase de [A], y el cambio de
cos son relevantes. Uno de los ejemplos es el de la ·variable (is) que estudió [u] a [A] implica la transferencia gradual de palabras de la clase de [;:¡..]
Labov (Labov 1972b: cap. 3), que abarca las formas is, 's y 0. Se halló a la clase de [Al.
que era influida por la clase gramatical del sujeto (SN o pronombre), por ¿Cómo relacionar la teoría de la difusión léxica con la teoría de las
180
Tabla 5.4. (A) en Belfast: tantos por ciento de [A] en ocho palabras Tabla 5.5. Asimilación vocálica en el persa de Teherán: uso de las formas asimiladas
(basado en lvfacLaren 1976) por siete hablantes en una lectura de una lista de palabras, y por todos los ha­
blantes en su conversación libre (basado en Jahangiri, 1980)
Porcentaje de [A] N.a total de apariciones
Asimilación por siete hablantes en Asimilación en habla libre
.pull 74 69 lectura de una lista de palabras por todos los hablantes
full 47 32
put 39 .309 A B e D E F G % asimiladas Total
took 33 148
could 31 266 /bekon/ + + + + + + 91 331
look 27 191 'Do!'
would 16 541 /bedo/ + + + + + 78 23
should 8 59 'Run!'
t /bexan/ + + + + 40 139
'Read!'
ondas expuesta en 2.3.2? Según la última, los cambios se extienden gradual.
1
I
/begu/ + + + 22 132
'TeLl!'
mente a lo largo de la población, exactamente igual que, de acuerdo con /bebb/ + + 4 122
la primera, se difunden a través del léxico, de modo que podemos espe. 'Hit!'
rar que haya una conexión entre ellas. Una hipótesis razonable es la de /bebor/ + 3 124
que los cambios se extienden acumulativmnente a lo largo del léxico al 'Cut!'
mismo tiempo que se extienden a lo largo de la población, de modo que las
palabras que han sido afectadas primero por el cambio serán las primeras
que se adoptarán por los qtros hablantes en su nueva pronunciación. Por seleccionados especialmente con el fin de ilustrar esta cuestión lo más cla­
la tab!a. 5.4 no podemos saber si ello sucede realmente aSÍ; podría ser que, ramente posible, y que la estructura del conil1nr.o de la investigación, en
por ejemplo, la poca gente que utiliza la nueva pronunciación de should la que se utilizaban diez hablantes a los que se les pidió que leyeran un total
use aún la pronunciación antigua de pull, y al revés, mientras que nuestra de sesenta palabras. es mucho más confusa, e indica que :a hipótesis es pro­
hi~~tesis predice que la forma should. debería ser utili~ada por quienes bélblemenre demasiado simple. Por eiemplo. sería difícil hallar una razón
utuzan la forma nueva de todas las otras; palabras de la lIsta. Una pequeña a priori por la que una innOV,lción no pudiera aplicarse a palabras nue­
prueba a favor la tenemos en la tabla .~J;5, que se refiere nuevamente al vas por otras personas que los originadores de la innovación (o sus suce·
fenómeno de la asimilación vocálica en el persa de Teherán (véase tabla 5.2). sores), aunque esta posibilidad queda excluida de las hipótesis.
Nos da dos conjuntos distintos de datos de seis palabras, que son suscepti­
bles ?e~ proceso. Las cifras de la derecha indican la frecuencia en la que
se aSImila cada palabra en el habla libre de todos los hablantes estudiados 5.4.2 La pertenencia de los hablantes a un grupo
re;eland.o :lDa diferencia bruta entre palabras como /bekon/, que se asi~ ...
mIla caSI S1empre que es usada, y !bebor!, que no se asimila casi nunca. El
¡
La fuente más obvia de influencia sobre las variables lingüísticas· es
s~gno 'más' de la izquierda indica cuál de estas palabras era asimilada por el hablante mismo, es decir, la clase de persona que él es y las experien­
SIete hablantes seleccionados a quienes se les pidió que leyeran una lista cias por las que ha pasado. (Otra fuente obvia de influencia, que ha sido
de .palabras que podían ser asimiladas. Puede verse que el hablante A uti­ ,"-mencionada ya, es la formalidad de la situación,) Los socio!ingüistas han
lizaba las formas asimiladas para todas las palabras, en contraste con G estudiado amplia y exhaustivamente diversas clases de diferencias en­
que no asimilaIJa ninguna de ellas, y que todas las palabras asimiladas po~ tre los hablantes, incluidas la región de origen o el lugar de residencia
un hablante serían asimiladas también por todos los hablantes de la izquier­ actual; estatus sOcloeconómíco, sexo; raza y edad. De acuerdo con la teoría
da de la jerarquía. (Esta clase de estructura se conoce con el nomhre de de los actos de identidad, tales factores influirán en el habla de la gente
'jerarquía implicacional', y será expuesta en 5.5.2.) Por lo que respecta sólo en la medida en que representen grupos sociales con los que puedan
a las palabras y a los hablantes seleccionados, pues, la tabla 5.5 indica que identíficarse los hablantes mismos; en otras palabras, lo que cuenta no es
la innovación de la asimilación vocálica se difunde acumulativamente a lo tanto la propia experiencia de una variedad determinada de habla, sino más
. largo del .r~c~ y de la población, tal como predice nuestra hipótesis. Hay bien el deseo de uno de identificarse a sí mismo con la clase de persona
que admittr, S10 embargo, 9ue las palabras y los hablantés habían sido que la usa. De todas formas, merece la pena mencionar que existe una

182 183
pequeña cantidad de evidencia de qué la exposición continuada a la varie­ ,ÍéE! ~ ~o
,J."
dad estándar de la televisión puede afectar el habla de la gente que no
muestran otros signos de identificación con la clase social más elevada
(Naro 1978). El efecto de los medios de comunicación sobre la gente te­
quiere un cuidadoso estudio, aunque no ha recibido virtualmente ninguna
atención. ' '
Ya hemos citado ejemplos de diferencias debidas al estatus socioeconá­
mico (pp. 161, 177), edad (p. 161) Y sexo (p. 178), Y no hay necesidad de 200
multiplicar tales ejemplos, pero aún no han sido ilustrados dos factores
y merece la pena discutirlos aquí, ya que van a ser relevantes para .5.4.3.
I5°
Se refieren· a la influencia del lugar y de la raza. Larvik
La influencia del lugar endonde vive una-:-persona ha sido estudiada
por Peter Trudgill (197.5b), quien escogió una variable del sur de Noruega, Cuadro 5.4. (re) en el sur de Noruega: puntuaciones de domicilios se.
la vocal (re), que varía entre rE] y un sonido ligeramente cerrado y pos­ leccionados en y entre dos centros de influencia. Puntuación elevada =
terior [a]. El último es una innovación que se está extendiendo actual­ incidencia alta de (re): [a] (basado en Trudgill 1975b).
mente de la ciudad local, Larvik, a la región circundante. La otra única
población de algún tamaño en el área es Nevlunghamn, que está unida de la llamada «cópula cero», es decir, el uso de absolutamente nada en
a Larvik por carretera, estando Larvig y Nevlunghamn en los extremos donde los hablantes blancos utilizarían is, como en John tíred en lugar de
opuestos de una península (que constituye la punta sur de Noruega). Trud­ ']ohn is tired' (Joho está cansado). (Más exactamente, Labov ha mostra~~
gill y un colega noruego entrevistaron a intervalos regulares a la gente que que la variante cero es utilizada por los negros en donde los blancos utill­
vivía en casas seleccionadas a lo largo de dos líneas entre Larvik y Nev- . zarían.1a contracción 'Sj ver Labov 1972b: cap.3.)Parece que los blancos de
lunghamn, al igual que a otras personas. que vivían en estas mismas ciuda. los Estados del norte virtualmente no usan nunca la cópula cero, cualquiera
des. Las cifras de (re) en el habla de la gente entrevistada como se indica que sea su estatus sOcloeconómico, pero el que los negros la utilicen o no,
en el cuadro 5.4, donde el eje horizontal representa la distancia entre las y con qué frecuencia, depende de lo cerca que se siéntan de la sub-cultura
dos ciudades, el eje vertical representa el uso proporcional de (re):[a], negra. La. evidencia de esto proviene del estudio de . Labov de una pan­
y las dos líneas representan las dos rutas entre las ciudades. Las curvas del dilla de negros de Harlem, llamada los]ets. Después de haber ,establecido
cuati::o 5.4 son exactamente las que cabría esperar de acuerdo con la teoría un contacto regular con este· grupo; fue capaz de estudiar su estructura
de las ondas (2.3.2). Las puntuaciones más altas se dan en Larvik donde interna y sus relaciones para con los demás grupos de negros adolescentes
empezó la innovación, y las siguientes en Nev1unghamn, con su fácil co­ del vecindario. Preguntando quién se relacionaba con quién, identificó cua·
tro grupos distintos: . los miembros del núcleo de los ]ets, los miembros
municación por carretera y unos contactos comerciales y de otro tipo regu­
lares, y las puntuaciones más bajas se dan en las viviendas alejadas de cual. secundarios, los miembros periféricos, y los no-miembros. (Los últimos son
quiera de estos dos centros de influencia. Una vez más, resulta difícil llamados lames, 'lisiados, tarados' por los adolescéntes negros, y son los
saber exactamente cómo interpretar estas cifras en términos lingüísticos: que están menos estrechamente asociados con la cultura negra, aunque,
¿las diferencias se deben a diferencias en el número de elementos léxicos naturalmente, puede que sean de piel tan negra como los ]ets del núcleo.)
a~ectados por la innovación (ver p. 174), o a las diferencias en la propor­ Cuando Labqv calculó las puntuaciones para cada uno de los cuatro grupos
CIón general de aplicación de una regla que sustituye [re] por [e]? De indicando qué tanto por dento del uso de (is) estaba constituido. :por
todas. formas, podemos ver que en cualquier caso la influencia lingüística cero cópulas, halló un decredmieQtoconstante del núcleo hacia las •.afueras
de L~rvik es proporcional a la cantidad de contacto social con la gente de de la pandilla:. Los Jets del núdea·puntuaban un 4.5 por dento de ceros, los
Larvik. .' . .. .. . Jets secundarios puntuaban un 42 por ciento, los Jets periféricos un 26 por
La importancia del facto~ha sido indicada por William Labov y sus ciento, y los tarados un 21 por ciento. (Los totales de [is] eran, respecti­
colegas de Nueva York, que han trabajado sobre los rasgos distintivos del vamente, 340, 223, 82 Y 127; es decir, muestras lo suficientemente am­
habla de los adolescentes negros. Existe un número de estructuras de habla plias como para tomar en serio las' diferencias.) Esto ilustra la forma en
características de los hablantes negros, más que de los blancos o de otra que las variables lingüísticas pueden ser explotadas por los hablantes como
raza, en los Estados del norte de los Estados Unidos, que iricluyen el uso símbolos sutiles de la medida en la que se' identifican a sí mismos con ¡

184 185
a1g'Jn grupo, en este caso basado en la' raza. Incluso los tarados se identi­ ser anotados por separado, aunque dejando la posibilidad de que actúen
ficabana sí mismos como negros mediante el uso ocasional de (is): 0, entre sí, exactamente de la misma forma que pueden afectar a otros fa?to­
puesto que los blancos nunca usan la cópula cero, aunque se distanciaban res tales como edad y sexo. En otras palabra~, los datos ~frecen re~atl~a­
del grupo central de la comunidad negra haciendo un uso de la cópula mente poco soporte a la ñocÍón de esta tus SOCIal c?mo f~omeno urutarlO.
cero menos frecuente que los miembros del núcleo. (Esta exposición esta ...... Una segunda cuestión fundamental es la de SI la SOCiedad p~ede ser
basada en Labov [1972b: cap. 7], y las cifras corresponden a las de la clasificada en distintos grupos, definidos en base a su estatus sOClal, a los
página 279.) que pudiéramos denominar (cIases socío económicas '. ;ista de la res­
Ya hemos discutido ejemplos de estatus socioeconómico que afectan --puesta a la primera cuestión, no parece probabl~ ~ue sea esta la .forma en
la puntuación de los hablantes, pero debemos preguntarnosahora una cues­ la que se organizan las sociedades, ya que las disttnta~ bases pOSIbles para
tión fundamental sobre el concepto mismo de 'estatus socioeconómicb'. En la definición de las cIases están probablemente en conflIcto, 10 que de hec~o
primer lugar, ¿es éste un concepto unitario? Es' decir, ¿existe una única significa que cada criterio define un conjunto distinto de. clase~. Ademas,
jerar~uía para cada sociedad que posee una estructura jerárquica, a la que existe una evidencia creciente de que la noción de grupos dIscontlnuos .de la
los diversos factores como la riqueza, la educación y profesión contribuyen sociedad es generalmente menos ilustrativa que la nocÍón de que la SOCIedad
como características definitorias, o se trata de un término impreciso apli­ está organizada alrededor de un número distinto de centros. focales, que
cable a un rango de distintas estructuras jerárquicas más o menos indepen­ definen, cada uno de ellos, distintas normas de comportamlen:o, y que
dientes entre sí: una para la de riqueza, otra para la de educación, y así atraen en diversos grados la sumisión de los miembros. de la ~~Iedad. No
sucesivamente? En socioling'Jistica, la mayoría de los trabajos han tendido existe ninguna razón a priori por la .q~e las clases soclOeCOnO~}cas d~ban
a aceptar la primera posición, y se ha utilizado un sistema de puntuación constituir una excepción a este prinCIpIO, de modo que la nOClOn de .a1es
de los hablantes que da cuenta de una variedad de factores. Por ejemplo, clases debería probablemente ser reinterpretada en términos de centros
Trudgill daba cuenta de la profesión, ingresos, educación, vivienda, locali­ focales y no en términos de entidades discretas (de la misma forma que
dad y profesión del padre, reduciendo estos factores a una escala. única. el significado de red [rojo] puede ser definido como un punto del espec­
Por otra parte, acertadamente, se cree que el hecho de si tal procedimiento tro más que como un área-véáse 3.2.2).
es o no correcto es una cuestión empírica, y los sociolingüistas consideran Pueden preguntarsecuestione:~ interesantes .en base a lo.s datos socio­
que pOseen unos datos en extremo cIaros para responder. a esta pregunta, lingüísticos. En particular, ¿allídbnde una v~:Iable es sensl~l,e a los fac-'~,
ya que se reduce a una cuestión de~s~f1dística. Dadas las puntuaciones toresde 'estatus social' tales como la educaclOn O la profeslon, las pun­
para los hablantes de cualquier corpus':qe textos y la información acerca tuaciones sugieren siempre que los establecedores de la .norma se hallen e,n
de los ingresos de los hablantes, educación y demás, ¿cuáles són los facto­ los extremos de la escala, es decir, son los de. estatus más .el:va~~ o m~5
res sociales que, solos o en combinación, proporcionan las mejores bases bajo? Evidentemente éste es el caso, por ejemplo, de la aSlmllaclo.? vo:a- .
para predecir ras puntuaciones ¡> líca en el persa de T eherán, . donde las incidencias más altas y mas bal,~s
Curiosamente, el mismo La~otY proporcionóuna·i~dicaciónde. la res­ de asimilación se dan entre los hablantes deestatus más bajo y más alto,
puesta, concretamente la de que los distintos faétores son relevantes a respectivamente (tabla 5.2). De igual forma, (ng) polariza la sociedad de
diferentes variables, que es quizá 10 que deberíamos haber esperado sí Norwich en torno a la norma (ng): [lJ] de. la 'ciase media' y la norma
se considera a la sociedad como una matriz multi-dimensiona1 en la que el (ng): en] de la 'cIase trabajadora' (cuadro 5.3). Los cuadros 5.1 Y 5.2 su­
individuo se sitúa a sí mismo. En el estudio de Labov sobre Nueva York gieren una interpretación similar para la (r) de Nueva York.
basado principalmente en entrevistas, la mejor base para predecir las pun~ Por otra parte, existen casos en la üteratur~ en los que 'parece q~e la
tuaciones para algunas variables, ,como (1'), fue la combinación de la pro­ norma viene definida por un grupo que se halla en el medzo de ~a lerar­
fesión, los ingresos y la educación, mientras que pgra otras, era la combi­ quía corroborando la idea de que la sociedad no está necesanamente
nación de simplemente la educación y la profesión (Labov 1962a: 115). polarizada entre la 'cumbre' y la parte 'inferior') por lo q<:e respecta .al
Ejemplo de la última cIase de variable es (th), pronunciada bien como habla. Ejemplo de ello es el. de la variable (e) que menCiona TrudgilI
[th] bien como [0] en palabras como tbing (cosa). Otros sociolingüistas (1974a: 104), que se da en una clase más bien peq~eña depal~bras como
han elaborado jerarquías sociales que se corresponden relativamente bien tel! (decir, contar) y better (mejor), donde h;/ o b1en es segUIda de (1/,
con las puntuaciones de las variables lingüísticas simplemente en base a un o bien es precedida de una consonante bilabial y seguida de /t~ (qu~ tiene

solo factor, como el de la educación (tabla 5.2), Los datos sociolingüísticos, que ser glotalizada) en sílaba .penúlt~~.,ac:ntuada; ~ boruto ejemplo

pues; parecen sugerir que los factores como profesión y educación deberían de la posible complejidad de var1ables ItngwstIcas; (e) vana entre [e] cerra­

. 186 187
14° [
informal formal lectura

::: t clase trabajadora baja •


80
60
L
clase trabajadora media
I
40
20
clase trabajadora alta

clase media baja


~ t
estilo'­
formal
estilo de estilo
It>ctura de pasaje lista de palabras clase media media 1 I
~
Cu~dro 5.5. (e) en Norwich: puntuaciones más elevadas de las cinco clases Cuadro 5.6. (e) en Norwich. Esfera de influencia de tres normas en tres
SOCtoeconómzcas y c.uatro estilos. Puntuación elevada =incidencia alta de
estilos
(e): [ ]. Clases: media-media (en negro), media-baja (a rayas) trabajadora ,
'·1
alta. (en blanco), trabajadora media (punteada), trabajadora 'baja (líneas ¡
vertzcales) (basado en Trudgill 1974a: 105) estatus socioeconómigo, tales como la educación y la profesión. Cada uno
de estos factores puede influir en el uso que la gente hace de las variables
~a'y [ ] abierta, y la ~ncidenc.i~ más elevada de la variante abierta (que, -lingüísticas, bien directamente, bien en combinación con otros factores.
mCIdentalmente, es una mnovaClon en Norwich) se da entre los hablantes de Ello no quiere decir que cualquiera de los factores tenga que ser relevante
la clase tr.abajadora más alta (cuadro 5.5). Parece que los hablantes de la para elhabla en cada sociedad; por ejemplo, parece que en Australia existe
~lase media no quedan afecta~os, relativamente, por esta variante, y que sorprendentemente poca variación debida al lugar de origen o al domicilio
. os habla.ntes de la clase trabajadora tanto media como más baja aspiran a actual (ver Mitchell& Delbridge 1965). Tampoco son éstos los únicos
ella. CUrIosamente, los hablantes de la clase trabajadora media incrementa­ · factores que pueden influir en el· habla, son simplemente los que la
bande hech~> el uso de ]a vá!iante abierta eh el estilo de entrevista: formal mayoría de sociolingüistas. han estudiado, y muchos otros factores, tales
~n tmparaclon ~~n el estilo informal, aunque ello significaba el apartarse '. como. la política y la religión, también son fuentes .potenciales de influen­
e a nor~a deftruda, por la clase media, mientras que los hablantes de la cia. Permanece todavía sin explicar el por qué en una comunidad es rele.
clase. trabaJa.dora. ~lta se alejaban, en el estilo formal, de sus propias nor­ · vante un conjunto de factores y en otra comunidad lo son ~tros: Podría­
masen !~ di.recClon de las de la clase media. Para complicar un poco más · mos suponer que los factores relevantes son los que, para la comunidad en
la cuestIon, todos los hablantes de todas las clases se alejaban hacia la cuestión, son los factores que eran más importantes desde un punto de vista
norma de la clase media cuando estaban leyendo, abandonando las otras social, pero no es fácil de ver evidencia suficiente en favor de esta' hipóte­
normas por completo.
sis a partir de los datos de que disponemos. Por ejemplo, cabría esperar
1 Para sacar algún sentido de estas estructuras, parece que debemos pos­ que la religión fuera una fuente de influencia en Irlanda del Norte, dada
tu ar no menos de tres normas: una norma (e): [ e] de la clase media una la importancia de las divisiones religiosas en aquella comunidad; pues aun
~o~ma de la d~se trabajadora baja, que fonéticamente es ]a misma q~e la así no parece que los datos de los Milrby indiquen diferencias significa­
e a clase media, y la norma (e):[ ] de la clase trabajadora alta. Diferentes tivas entre las áreas protestantes y católica que ellos estudiaron que ;no
?ormas respon~an a distintas circunstancias (cuadro 5.6). En el habla puedan ser explicadas en otros términos. Sería interesante el poseer ex­
mformal se aplicaba~ las tres normas, y su influencia viene indicada pOr plicaciones de estos (y de muchos otros) hechos que han producido el
l a.s flechas. En el estilo formal, la esfera de influencia de las normas caro­
estudio cuantitativo de los textos.
~laba, alcanzando ahora .la norma de la clase media hasta los hablantes de
~ .clase :rabajadora ~ta, mientras que la norma de la clase trabajadora
aja no influía ennmguna otra clase. En los estilos de lectura sólo la 5.4.3 GraJo de pertenencia del hablante a un grupo
norma de la clase media es completamente operativa. '
r: Para concluir, hemos examinado un número de factores social~s en base En esta sección desarrollaremos la noción de que el uso de una ~aria~lef
1 a los que ~a ge~te puede asociarse .a sí misma COn los demás: lugar de ot'Í­ lingüística por parte del individuo depende del grado en que sea inflU1d~
1\ gen o reSIdencIa, edad, sexo, raza y diversos factores implicados en el por una o más normas de su sociedad. Hemos examinado ya algunos estu..'
. 188
dios que ofrecen un gran apoyo general a esta noción, tales como los datos corroborando la hipótesis, aunque los hallazgos fueron más allá de esto.
d~ Trudgill acerca de la extensión gradual de {a!):[a] en Noruega, yel estu­ Cinco de las ocho variables estudiadas mostraban una correlación gene­
dio de Labov acerca del uso de la cópula cero por los adolescentes negros ral con el PFR, es decir, eran influidas por el PFR en todas las sub secciones
de Harlem, además de los muchos ejemplos que hemos citado de la influen­ de las comunidades estudiadas, mientras que las otras tres eran influidas
cia. de las diferencias de estatus social. Los Milroy han investigado espe­ por la fuerza de la red en algunas _secciones, pero no en todas .. ?ste es un
cífI:~mente,~ste aspec:o de variación, y nosotros expondremos la interpre­ hallazgo notable, especialmente en vista del hecho de que las varlableses~­
taclOn teoretIca que dieron a sus hallazgos, que encaja muy fácilmente en diadas no fueron escogidas de antemano teniendo en cuenta la relevanCIa
el modelo general del lenguaje que hemos ido desarrollando a lo largo de que pudieran tener con respecto a la fuerza de la red.
los capítulos previos. (Ver también Gal [1978) para unos datos similares En segundo lugar, y ello se desprende del primer punto, diferentes sec­
procedentes de una comunidad rural de Austria.) ciones de la comunidad reconocieron distintos rangos de variables lingüísti­
Los Milroy selecionaron a sus hablantes a través de presentaciones cas como 'símbolos de la calidad de miembro' del núcleo de su red. Por
personales dentro de JIna red de contactos, y tuvieron la oportunidad de ejemplo, la variable (ai) la utilizan de esta forma sólo la gente de Ballyma­
pasar una gran cantidad de tiempo en los domicilios en cuestión, llegando carrett, y otra, (I), sólo los de The Hammer. De igual forma, una tercera
a conocer la estructura de sus relaciones sociales (ver 5.2.4). Las tres comu­ variable [denominada (Al)] es utilizada sólo por la gente mayor como
nidades estudiadas eran todas áreas pobres típicas de la clase trabajadora, índice de la fuerza de los miembros del grupo. Esto no quiere decir que
y muchas ~e las familias implicadas eran típicamente de la clase trabaja­ los demás miembros de la comunidad eviten el uso de las variantes asociadas
dora, ~onstIn:yendo parte de una 'red compacta', es decir, una red de gente con la pertenencia nuclear a la red, sino tan sólo que ellos no usan la varia­
que nene mas contactos con otros miembros de la misma red que con ble para indicar su pertenencia al grupo. Para ilustrar este aspecto, ,podemos
gente de fuera de ella. Ello afecta a las clases de relaciones que tienen entre referirnos a las diferencias entre hombres y mujeres. Respecto a dos de
sí, ya que, en áreas tradicionales de la clase trabajadora, los lazos de amis­ las variables, (a) y (th), los hombres empleaban por lo general una pro­
tad, trabajo, vecindad y familia se refuerzan siempre mutuamente. Uno de porción más elevada de variables 'nucleares' que las mujeres, pero las pun­
los efectos de pertenecer a una red. tan cerrada es que la gente suele estar tuaciones de los hombres respeCto a estas variables estaban menos 'estrecha­
muy estrechamente condicionada por sus normas de comportamiento y, con­ mente correlacionadas con sus PFR,.' que las de las mujeres. Existe, pues, la
,secuentemente, existe poca, variación de comportamiento entre sus iniem­ tendencia para los hombres, (y nó- para las mujeres) a emplear las varia­
,

¡-
bros (o por lo menos de las normas quea<;:eptan). Siendo esto así, cabría bles nucleares a menudo, sin tener en cuenta su proximidad al núcleo de
esperar .encontrar un grado relativamente:alto de uniformidad de habla, que la comunidad. Respecto a las mujeres, sin embargo, la frecuencia alta de
es un tIpo de comportamiento regido pórnormas. Y, a la inversa, cabría variables nucelares es un indicador fiable de que se hallan cercanas al
esperar que la gent: que no pertenece a una red compacta, o que perte­ núcleo, según la medida del PFR.
ne:e a. ~na red ~mda poi' pocos lazos de unión, muestren un grado de En tercer lugar, es posible utilizar- el PFR para conectar las puntuacio­
umformIdad relatIvamente bajo en relación con las normas dé habla de nes sobre las variables lingüísticas con hechos conocidos acerca de la estruc­
cualquier red compacta. Esta hipótesis fue comprobada en los datos de los tura social. Por ejemplo, para la mayoría de las variables de Belfast exis­
Milroy por ellos mismos, y los resultados se hallan publicados en Milroy ten claras diferencias entre las personas de distinto sexo (al igual que en
& Margrain (1978).
muchas otras comunidades: compárese, por ejemplo, las cifras de Teherán
,En pocas palab~as: la hipótesfs fue confirmada. Alguna de las personas en la tabla 5.2), y existen diferencias igualmente en el PFR, en donde los
grab~~s por los MIlroy perteneCIan a unas redes extremámente compactas, hombres adquieren una puntuación más elevada que las mujeres. Puesto
pero otros teman unas relaciones más libres con la comunidad. Cada hablan. que las diferencias de sexo en las variables lingüísticas indican q1,le los
te fue consecuentemente puntuado respecto a la 'fuerza' de la red que lo hombres utilizan más variables nucleares que las mujeres (con una excep­
o la conectaba a los demás miembros, una 'puntuación de fuerza de red' ción, sobre la que volveremos más adelante), las diferencias de,sexo.. sobre
(~FR), que fue cal~~da te;uendo en cuenta cinco factores; por ejemplo, las variables lingüísticas pueden ser explicadas como consecuencia auto­
SI la persona en cuestlon tema o no lazos sustanciales de familia en la vécin­
mática de diferencias en la variable de la fuerza de red, y, consecuentemen­
dad, .Y si t:abajaba en el mismo sitio que por lo menos dos personas más de te, no hace falta que postulemos ya más el sexo como un factor social inde­
la ~sma area. En t~ caso ,se .~a hacer tests estadísti~os sobre las pun­ pendiente que influye en esta variable lingüística. La cuestión es, pues,
tu~CIones de las var1ables lingmStlcas, para ver si alguna de ellas se corre. por qué los hombres adquieren una puntuación más elevada que las muje­
laCIonaba con el PFR del hablante. Muchas de las variables 10' hacían así, res en la fuerza de red. La teoría de las estructuras de red proporciona una
190
191
respue~ta sencilla: supo~endo que Jos hombres salen a trabajar más que una comunidad estrechamente entretejida de Belfast, pero por una razón
las mUJeres, y que trabajan con hombres de su misma vecindad, los hom­ bastante distinta: no a causa de tener una red densa de contactos sociales
bres forman. más 'lazos de trabajo que las mujeres, pero poseen más o mutuos, sino porque la norma a la que se adhieren ha sido estandarizada,
m~os los nusmos lazos de otro tipo. En general, pues, sus redes tienen con todo 10 que significa en términos de codificaci6n de gramáticas y dic-'
mas lazos y su PFR será, consiguientemente, más elevado. Las diferencias cionario, la enseñanza en las escuelas, el uso en los medios de comunica­
de ~abla p~eden, .pues, ser explicadas," más o menos directamente, por refe­ ción, etc. (ver 2.2.2).
renCIa a diferencIas de estructura de empleo.
La persona cuyas normas no vengan dadas ni por una comunidad es·
Sin emb~rgo si las estructuras de empleo no son así, y los hombres no trechamente entretejida ni por un dialecto estándar, debe, presumiblemente,
s~en a :rabaJar con otros de su misma vecindad y más que las mujeres, las poder escoger entre una amplia variedad de modelos, y, a su vez, contri.
diferencIas d,e habla pa~ecen desaparecer, a juzgar por los datos de Belfast. buirá con otro modelo, único, para que los demás den cuenta de él. La co­
De las tres areas estudiadas, Clonard ha perdido su recurso tradicional del munidad en la que viva mostrará consecuentemente un grado relativamen­
e~pleo de. hombres -la industria del paño--, pero ha permanecido rela. te alto de diversidad, o difusión, en sus normas lingüísticas, en compa.
t1~amente malterada por el movimiento de población a gran escala que se ración con los otros dos tipos de comunidad, cuyas normas lingüísticas se
dio en la otra área afectada por el declive de la industria del paño (The hallan relativamente enfocadas (ver Le Page 1968a). Los lingüistas han
Ha mmer ): La tercera área, Ba11ymacarrett, aún posee los astilleros para tendido en sus estudios a seleccionar comunidades relativamente enfoca..
d~r trab.a)o a sus hombres. Consecuentemente, cabría esperar encontrar las das (p. 34), y, en consecuencia, han construido teorías del lenguaje en las
dIferencIas tradicionales entre hombres y mujeres sólo en la comunidad de que queda reIativamente poca cabida para la variabilidad. Incluso en las
Ballym~carrett, mientras en el otro extremo las diferencias habrían sido pequeñas comunidades, estrechamente entretejidas, estudiadas por los Mil.
neutralizadas a causa de la pérdida por parte de los hombres del empleo roy, existía una considerable cantidad de variación en detalle, de modo qu~
local. El PFR del área de Clonard confinaba esta predicción. Ciertamente podemos esperar que haya una variación relativamente grande en comunI­
en su co.njunto las :nU!ér~s daban un PFR más elevado que los hombre~ dades más difusas. Esta predicción parece surgir de estudios sobre las len.
de ,la ~~ma área, tnvI:tlend? el m~elo habitual. (No queda claro por guas pidgin, que son interesantes precisamente por su grado de difusión I
" ,
que tema que haberse mvertldo la diferencia, en vez de haber sido sim. (ver 2.5.3), aunque hay unagrari escasez de datos relevantes apropiados
ple~ente neutraliza~a.). Las puntuaciones. de algunas· variables lingüísticas sobre lenguas dif lsas ordinarias. Por ejemplo, seda de considerable inte­
del are~ de CloJaard mdicaban también que las mujeres utilizaban a menudo rés conocer la cantidad de variación existente para la 'clase trabajadora alta'
las vartantes .nucleares co~ tanta frecuencia como los hombres (por como el!! el estudio de Trudgill sobre Norwich, en donde parece que ha podido in·
parar, por ejemplo, las curas sobre la variable (A) en ]. & 1. Milroy troducirse una nueva norma' de pronunciación (tablas 5.5, 5.6). ¿Cuáles
1978: 26).
son las fuerzas sociales que mantienen viva esta norma y que incluso hacen.
Quedan por explicar muchos hechos acerca de las normas de Belfast que se extienda a las clases trabajadoras media y baja? Esperemos poder
pero ~a;ece que por 10 menos el uso de la fuen.a de red como variable sociaÍ entender mejor estos procesos después de unas pocas décadas más de inves­
nos SItúa un paso más adelante en su comprensión. tigación sociolingüística.
Las t~es co~~dades de Belfast estudiadas por los Milroy eran

todas de baJO prest1gIO y estrechamente entretejidas, relativamente, aunque

naturalmente que no todos pertenecen a una comunidad así, especial.


5.5 Interpretación de los resultados
n:ente en las sociedades urbanas modernas. ¿Cuáles son las normas que

rtgen el h~bla de estas otras? Puede que éstas tengan acceso a un dialec.
5.5.1 Reglas variables
t? estándar que utilizar .c:>mo no!n:a, en. cuyos caso es posible que 10 uti.

licen a causa de su presttgl? Lo uruco que podría fren:;¡rles en la aceptación


Hasta el momento, hemos dado' en cierto modo por supuesto en .este
de esta norma es el conoomento de la existencia de otras normas locales
capítulo la interpretación lingüística de la variación, apoyándonos fuerte.
menos prestigiosas: y que, al aceptar las estándar, estarían rechazando la~
mente en la noción de 'variable lingüística' e ignorando los problemas
otras, que, po!." diversas razones, pueden tener algún valor para ellos
de relacionar tales variaciones como elementos de11enguaje de forma que pu- .
Quienes es~án .influidos completamente y de lleno por el' estándar (en 1~
dieran ser justificadas en términos teoréticos (para algunos de estos pro­
, Gran Bretana aquellos. qu~ hablan el inglés estándar con acento RP) pueden blemas, ver la presentación de 5.3.1). ¿Cómo pueden, pues, ser interpre-¡'
ser exactamente tan semejantes entre sí en su habla como los miembros de tados los resultados de un estudio cuantitativo de los textos en términos
192
19.3
~.Jie la teoría lingüística? Tanto William Labov como Derek Bickerton han social que se especifique. (No es necesario elaborar aquí los detalles de
intentado responder a esta cuestión, y nosotros, por nuestra parte, haremos estos dos métodos; el lector que esté interesado puede consultar parti.
una consideraci6n de sus respuestas, indicando algunos de los defectos de cularmente Cedergren 1972 [una buena introducci6n], Cedergren & San.
sus argumentos. Ambos están de acuerdo (y es difícil el no estarlo) en que \. kar 1974, Labov 1972b: cap. 3, D. Sankoff 1978.)
~o es posible explicar la variabilidad en él habla ni en términos de algoo La respuesta de Labov tiene bastantes defectos graves. La suposición de
tlpo de factor general de 'actuación' tal como dejadez o limitaciones de me­ que cada variable lingüística corresponde a una regla de la gramática trans- '
moria, ni en términos de 'mezcla dialectal', por la que dos dialectos homo. formacional tiene que ser rechazada. Tomemos, por ejemplo, la variable
gé.neos se mezclarían en proporciones distintas en el habla de una persona. (h), que representa la presencia o ausencia de Eh] en palabras como house
Nmguna de estas dos hipótesis da cuenta del por aué las distintas variables en tantos acentos ingleses. Traspasando las variables lingüísticas directa­
lingüísticas pueden ser afectadas de forma diferente por los mismos facto­ mente a reglas variables, debemos llegar a la regla citada anteriormente, que
res de actuaci6n o mezcla dialectal, como suelen serlo con toda seguridad. presupone que las palabras como house contienen una [h] subyacente en
( . L.a .respuesta de Labov (Labov 1972a: 216ss) es bastante íntegra en la representaci6n léxica pará cada miembro de la comunidad a los que esta
1 prmcIPlo, puesto que acepta la adecuaeÍón general de la gramática transo gramática les es aplicable; en otras palabras, que cada miembro de la co­
! formacional·generativa (tal como fue expuesta a finales de los años 60) munidad sabe que house contiene potencialmente [h], mientras que owl,
y ta~b.ién que ca~a variable lingüística se corresponde con una regla de l~ por ejemplo, no lo contiene. Pero el problema es que muchas comunida­
!•• gramatlca. Sus vanables coresponden bien a reglas fonológicas bien a trans­ des, especialmente entre las menos educadas, normalmente no utilizan Eh]
formaciones sintácticas, las dos clases de regla que pueden referirse a un en house, etc., de modo que al niño le sería difícil aprender qué palabras
contexto lingüístico. Supuesto esto, el único paso siguiente necesario para contienen [h], y también que muchos de estos hablantes no saben qué pala­
hacer una gramática compatible con la variabilidad era el de introducir la bras contienen [h], de modo que emplean eh] en palabras como owl o
~oci6~ d~ RE~~A VARIAB,LE, y situarla'junto a 'las' 'reglas 'obligatorias' '~j' office donde los hablantes estándar no 10 hacen. En otras palabras, para
~ptatlvas. MIentras que las ,reglas obligatoriastiénen que ser 'aplicadas tales, hablantes tiene que haber;una regla especial de 'inserción de Eh]',
s~empre que se den las condiciones pará que'seapliquen: y:las' reglas opta: para su uso en ocasiones formales, de aplicación a cualquier palabra que'
t~vas pueden o no ser aplicadas bajo tales circunstancias, una regla variable empiece por vocal, con la esperanza de que por lo menos en algunos casos
tIene una probabilidad específica.de aplicación cuando se 'satisfacen sus con­ la Eh] será adecuada y producirá una impresión más educada por parte
diciones, variando desde una certeza completa (en el cual caso es de 'hecho del hablante. Para otros, la [h], naturalmente, está presente con toda cla­
una regla' obligatoria) hast:<l una imposibilidadcompfetcCori el fin de for. ridad en la representación léxica de house) pero no de owl y office) de
malizarlo de alguna fOrma, Labov intt<:iduJo la 'coñvenoón 'de escribir la modo que si pronuncian palabras como house sin [h], ello es resultado de
parte de la, derecha ~e un¡¡,,-re?lavari~?le,ent~~}9~~i~~.os 'menor que y una regla de elisión de [h]. La variable [h], pues, resulta que se corres­
m~yor qu~ ',cone! fm.?e mdicarqll,~,,~_~~~~s~,m~~.o lIlenosaplicable: ponde no a una regla sino a dos reglas distintas, cada una de ellas apropia­
¿-S.l,. ?or eJempl,o, la vanable (h) podría ser representada,P9runa regra"de da para una sección diferente de la comunidad. (Incluso es concebible que'
elislOn de Eh] , escrita de la siguiente forma: "" , algunos miembros tengan lasdCis reglas, en "el caso de que tengan algunas
palabras con Eh] en el léxico, pero sepan que existen más palabras de
h~ < 0 >. ésas en el estándar, sin saber, naturalmente, cuáles sean éstas.) Podrían apli­
carse argumentos similares a la variable (r) de Nueva York y de partes
Cada variable suele venir acompañada de algún tipo de afirmación acer­ de la Gran Bretaña, en donde el uso de [r] es variable, como en Edim­
\ ca de su probabilid~~ de aplicación. bajo cualesquiera circunstancias que burgo (tabla 5.1).
afec;e~ a tal probabilidad, dando la información en una de dos formas. Si Podría objetarse que en principio no hay ningún problema en asignar
los UnlCOS fact~res relevantes son lingüísticos, aquellos' contextos que favo­
¡ recen a la vanable pueden ser listados como parte de ,la exposición del
contexto de la regla, indicando sus inflúencias relativas sobre la probabili­
una variable a dos reglas distintas. Sería necesario volver a hacer algunos
cálculos de las probabilidades (con el fin de prevenir, por ejemplo, que la
gente de la clase inedia aplicaran la regla de inserción de eh]), aunque por
{
I~a~ de la re~la mediante el orden en el que son enumerados, o mediante otra parte sería simplemente una cuestión de añadir las reglas variables
·'11 m~ces espeCIales. El otro método, utilizado cuando las influencias SOrl necesarias a la gramática. Sin embargo, ello no es así, puesto que serían
¡ ¡ soclales más ~~e lingüísticas, es el de especificar una fórmula para resol. necesarios también dos léxicos distintos, uno con Eh] y otro sin eh] para las
, ver la probabilidad de la regla, dando los valores para cualquier variable entradas de las formas subyacentes. Después sena necesario que hubiera

194 195
una forma de escoger entre los dos léxicos distintos, con un. grado de proba­ Esto podría haberse afirmado de cualquier versión de g~amá~ca trans­
. bilidad unido a la elección, algo que el mecanismo de las reglas variables formacional del tipo normal, asocial, pero Bickerton va mas alla. de e.s;a
no es ciertamente capaz de hacer. . osición hasta tener en cuenta una gran cantidad de datos de onentaclOn
Otro de los defectos del aparato de las reglas variables. es ,el de que ~ocial que él había acumulado,. principalmente de sus trabajos en la <?uaya­
está . conce~!do:,<:onja--:finalída&'deq¿e:.s~ea·_uti.lg.~do. en gramáticas',par.a. na (América del Sur) sobre el continuum criollo (es declt, el c~ntt~uum.
comunidades enteras, más que para individuos (como suden' ser "'escritas de variedades existentes en comunidades como la Guayana entre el basrlecto
riortriaImeritelas gramáticastransformacionales). Ello es así porque se criollo y el 'acrolecto' estándar; ver 2.5.4), Con el fin de dejar siti? para
. quiere que lás probáoilidadésref1eJ'e:ñ'diféreñéi~~ entre los háblantes ,. da~do la cantidad de variación tan considerable que se encuentra en un contmuum
cuen~a de factores tales como el estatus socioeconómiso. Lo que presenta
.
criollo Bickerton hizo básicamente dos sugerencias.
H

una seria dificultad;' ya que;como"hettü5s-visféráñferiormente, puede que H;ce distinción entre el 'idiolecto', en el sentido del rango total del
los distintos miembros de la comunidad requieran gramáticas diferentes, hablante individual, y el LECTO, o ISOLECTO, que es una gramática consti.
especialmente cuando existen diferencias en el léxico (para un análisis y tuida por un conjunto de reglas compatibles ent~e .s~ pero que excluyen
ejemplificación más amplios de este problema, ver Kay 1978, Milroy & cualquier alternativa (excepto las que llevan ~ vanacl~n ala~ar! ... Con ,esta
Margrain 1978, Matthews 1979: 45). Además, es difícil de delimitar sa­ distinción entre la 'gramática' y la 'competencIa del haDlante mdi-udual.' un
tisfactoriamente las comunidades lingüísticas (ver 2.1.4), y, sin una defini.
ción absolutamente precisa. de .los hablantes para los que se pretende elabo­
rar una gramática determinada, cualquier afirmación será incomprobable
y esencialmente vacía.
I determinado hablante podría incluir más de u~ lecto en,. su comp.etencla, y
su actuación, por consiguiente, podría ser vanable. ASl, la cantldad total
de variabilidad que se dé en una comunidad sería tratada en tres .~asos:
O) mediante la distinción entre variación signific~ti\:a. y al azar; (11) me­
Quizá sea significativo que la teoría de Labov de las reglas variables diante la construcción de gramáticas de lectos mdivlduales que .cub~~n
hayatenido ninguna o poca influencia en la elaboración de las gramáticas todas las formas posibles de combinación; y OH) II!ediante ladetermmaclOn
desde que fue expuesta por primera vez a finales de los años 60, aunque de qué individuos utilizan qué lectos, dando p~r supuesto que mucho.s
las· variables lingüísticas hayan sido estudiadas a gran escala., El mismo de ellos o incluso todos, utilizarán más de uno. Sm duda alguna e~t~ pOSI­
Labov, después de sus primeros intentos de elaborar gramáticas que con­ ciónha~e que el trabajo del analista sea más difícil que c,0? la pos;clón de
tuvieran tales reglas (1972a, b), aparentemente no ha seguido más en Labov, ya que uno no puede dar por sentada una gr~ma.tl~a comun de la
esta dirección. °
comunidad la unidad de la gramát.ica d:l hablante mdl~l~ua1. pe todas
formas, ya ha sido cuestionada la eXistenCIa de una gr.amatIca baSlca ~orr:'
partida para cada comunidad (p. 196), y la impor:a?~la de que cada mdi.
5.5.2 Relaciones' implicacionales entre gramáticas viduo pueda ser tratado por separado en los an~llS1s qu~ hemos subra­
yado, de modo que en este aspecto el punto de VIsta de Blckerton parece
Fundándose en el trabajo de Charles.James Bailey (1972, 1973) y David
más realista que el de Labov. .
DeCamp (1971b, 1972), el intento de Derek Bickerton de incluir la varía­
La otra sugerencia principal de Bickerton era la de que las relacl.ones
bilidad dentro de la teoría lingüística (Bickerton 1961, 1972a, b, 1973,
entre los lectos, por lo menos en las comunidades que él había estudiado,
1975) hace referencia explícitamente a la teoría de las ondas desarrollada
eran lo suficientemente sistemáticas y condicionadas como para ~u: el ana.
como parte de la lingüística comparativa y de la geografía lingüística (ver
lista pudiera establecer un conjunto ordenado de reglas que con:;rtleran un
2.3.2). El esquema de la teoría es bastante sencillo, lo que constituye uno
lecto en otro (en líneas semejantes a las reglas de transformaclOn, aunque
de sus principales atractivos. Bickerton defiende que toda variabilidad lin­
su formalización es una cuestión de detalle que no nos concierne). El hecho·
güística o espor azar o es consecuencia de que se utilizan diferentes gra­
de que tales reglas estén ordenadas, significa que los 1e,ctos pueden ser
máticas en diferentes ocasiones (y a menudo por hablantes diferentes).
dispuestos en una JERARQUÍA IMPLICACIONAL, .d~ la nusma fo:r;ta que
Cuando la variación es al azar, puede ser tratada· mediante el aparato bien
hemos visto que los hablantes pueden ser clasifIcados en relacron a la
. establecido de las reglas opcionales, y no hay necesidad de incluir dife­ difusión léxica (tabla 55). Una jerarquía implicacional es una tal c1~se
rencias de probabilidad en la gramática, como hace Labov; y cuando la va­ de relación entre propiedades e individuos, que la posesión de una propl~­
riación es sistemática, puede ser tratada simplemente posMando gra­ dad de 'la jerarquía implica la posesión de todas las dem~s 'por debajO
máticas diferentes de tipo convencional (que Bíckerton, al igual que Labov, de esa jerarquía. Las propiedades implicadas ~ueden s::r. distmtas reglas
asume que son una variedad de la gramática transformacional). de la gramática, o la misma regla que se aplica en distmtos contextos,

196 197
como en el ejemplo q~e sigue (~e Bickerton 1971). En la Guayana existen pronunciaci6n, aunque, al igual que Labov, sus análisis se refieren más a
dos formas ,de la partlcula que mtroduce un infinitivo (to del inglés están­ las relaciones entre las reglas que entre elementos léxicos., De todas. formas,
d~r): el baslle;to fu (o fi), y el acrolecto tu. La regla para escoger entre las es fácil de ver c6mo la teoría de variabilidad de Bíckerton podría ser usada
m~sm~s seleccIona tu en algunos contextos que están en una jerarquía 1m­ para describir la variabilidad de los elementos léxicos, ya que los lectos pue­
plicacIOnal, como se muestra a continuación: .. den diferir en sus elementos léxicos exactamente con la misma facilidad que
en sus reglas. En cualquiera de los dos casos, lo único que hace falta es
contexto I: después de verbos 'incoadvos' como staat (de u~a regla de conversión que cambie un elemento de un lecto en un .ele­
start, comenzar), begin (empezar); mento 9iferente que exista en otro lecto. La teoría de l~ difusión léxica po­
contexto TI: después de verbos 'desiderativos' y otros verbos dría así ser tratada como un caso especial de la teoría',de Bickerton de la
relación entre los lectos.
'~sicológ~c~s' como want (querer), disaid (de de­
czde, decIdIr), traí (de try, intentar), beg (rogar) Quizá sea importante distinguir en esta teoría entre sus rasgos más
a~au (de allow, permitir), fuget (de forget, ol~ generales y su potencial y sus aplicaciones particulares a los datos de
V1dar)j
la Guayana, puesto que esto último pudiera en algunos aspectos repre­
contexto IrI:
después de verbos como ron (de run, correr), sentar una situación sociolingüística atípica, con un;l jerarquía relativa­
mente clara entre basilecto y acrolecto. El mismo Bickerton niega que
kom (de come, venir), bc:ra (de borrow, tomar
exista una 'Jerarquía implicacional única para todos los aspecros de la gra­
prestado), cuando el infinitivo expresa propósito.
mática (afirmación que se hace aún más explícitamente en DeCamp 1972).
Así, por ejemplo, algunos aspectos de la fonología pueden variar indepen­
, Hay lectos en los que la forma tu se emplea en contextos I pero en dientemente de las variaciones de las formas tul fu y de otros aspect03
mnguno de los otros dos, y leetos en los que se emplea en I y en Ir pero de la sintaxis. De hecho, a priori parece altamente probable que así sea.
no en IIr, y otros en los que se emplea en los tres, aunque 10 suficiente_ De modo que las relaciones existentes entre lectos no deben ser descritas
mente poc~s casos de tu que se den en Ir sin que se den también en I. por medio de una jerarquía implí~acional única, sino mediante un número
? en 1;1 SIn que se den en Ir o I, como para justificar el postular un; extenso de jerarquías reducidas, ,que contenga cada una de ellas un número
Jer~~qU1a en la que 1 esté como .prerrequisito de Ir y Ir como prerre­ bastante. pequeño de reglas o contextos. Ello incrementa considerablemen­
qmslto de Irr. "
te la flexibilidad del modelo en comparaci6n con la interpretación simple,
Trasla~ando el foco de variabilidad fuera de la gramática individual en la que solamente existe una única jerarquía, y permite particularmente
a l~s r.e~acl0nes entre las gramáticas, de hecho trasladamos el estudio d 1 que el modelo sea aplicado al tipo multí-dimensional de situaci6n que existe
vanablhdad fuera de la lingÜística descriptiva a la li .. ,. : a
E . 1 '" ngmstlca comparanva en muchas comunidades. Podemos considerar cada jerarquía implicacional
npartlCu ar, deviene una rama de la lingüística histórico-comparativa y~ como reflejando una dimensión distinta del mundo social, y las jerarquías
d ue
lo que un~ se pregunta es '¿Cóm0 reflejan las relaciones entre vari;da­ implicacionales podrían ser consideradas incluso como actuando en direc­
es conte:nporaneas (como lectos) los cambios históricos a través de los que ciones opuestas a lo largo de la misma dimensi6n social: por ejemplo, un
estas, vat1ed~des ~an llegado a ser COmo son?' Bickerton afirma que las cambio extendiéndose de la ciudad al campo, y otro extendiéndose del
relaCIOnes smcrómcas dentro ,de u,n continuum criollo reflejan de hecho campo a la ciudad.
muy estrechamente los cambIos diacrónicos ya que para e" 'l· , , A pesar de todo su atractivo, la teoría de Bickerton tiene dos defectos
' l i . al ' : 1 a Jerarqula
Imp caClOn de las reglas de contexto constituyen la única 'escalera' osi­ serías. El primero de ellos es que no cabe la posibilidad de incluir dife­
bi q~eI los hablantes pueden escalar al trasladarse desde el basilecto facia
e
rendas probabilísticas entre lectos, del tipo que los datos citados en este
e acro ecto, estableciendo un ejemplo que habI'a SI' do se01~;d capítulo demuestran que son ciertamente una realidad, Por ejemplo, ¿cómo
h bl S· . . . e - o por otros
a antes. 1 pensamos en estos desplazamientos de introducción de Jor­ serían descritas las relaciones entre los diversos lectores del persa de Tehe­
. i:~laa~ol~ctal~s (o P,o:- lo meno~ no-basilectales) como innovaciones del
. d ~sr a , e:¡ facil de conSIderar esta posici6n como un intento de
muo UOr ~ te.oría de las ondas (2.3.2) en la lingüística sincrónica.
rán (tabla 5.2)? (Incidentalmente, merece la pena señalar que las diferen­
cias de los datos del persa no son unacuesti6n de difusión léxica, puesto
que se ha permitido explícitamente la entrada de diferencias léxicas en
d~ l~u~s~~uJ~rs,e otro p,araleIo obvio entre la teoría de' Bickerton y la los datos mediante la exclusi6n de los elementos léxicos frecuentes.) Para
t: h lex:tca (analizada en 5.4.1). Contrariamente a Labov, Bic­ cualquier regla dada, 'Bickerton sólo permite· tres relaciones posibles· con
erton se a concentrado en la sintaxis y en la semántica más que en la un lecto X: debe ser obligatoria, optativa, o no existente en X, pero todos
198
199
-
los lectos de la tab}a 5.2 ~enen asimilación vocálica como regla optativa, de liar de ~preg ..._ "acerca de la estructura exacta de las gramáticas particula­
modo que la teona de BIckerton no nos' permite distinguirlas. res, o de las gramáticas en general, y la parte comparativa tendrá que res­
El segundo defecto hace también referencia a la probabilidad, concreta.. ponder un número de preguntas interesantes e importantes, incluidas las
mente al hecho de que las reglas de Bickerton para relacionar los lectos que se han planteado en este capítulo. Podríamos resumirla sucintamente
unos. con otros son en sí mismas afirmaciones probabilísticas acerca de .las en '¿Cómo y por qué difierm las gramáticas individuales?', o alte~nativa­
relacIones mu~as .n:::ás posibles. Sus propios datos ofrecen abundantes ejem­ mente' ¿Cómo y por qué muestran puntos de acuerdo las gramáticas indi­
plos de lectos mdivIduales que infringen la jerarquía implicacional aunque viduales?'.
estos lectos divergentes son lo suficientemente superados por los Íectos re­ En segundo lugar, la teoría tiene que ser compatible con la referente
gulares como para sugerir una tendencia significativa. De modo que podemos al aprendizaje de la lengua, de modo que cualquier semejanza que' se pos­
tomar las reglas de relación de lectos de Bickerton como afirmaciones h,te. tule entre las gramáticas individuales sea el resultado bien del azar bien
resantes y reveladoras acerca de la ruta más probable entre el basilecto y el del aprendizaje del individuo a partir de lo que oye. (Doy .por supuesto
acrolec:o 5l~e seguirán los individuos, aunque no cubran la esfera completa que habrá semejanzas de tipo general, correspondientes a los universales
de van~bihdad que se da en la comunidad, ya que quedan excluidos los lingüísticos,) Lo que significa que la teoría tiene que ser capaz de acomodar
le,ctos dIvergentes. Parece, pues, que al describir el habla de una comu­ gramáticas individuales de la misma comunidad que difieran, por ejemplo,
~Idad, no e~ suficient; el tener una. descripción de una o más gramáticas de en sus elementos léxicos o en sus reglas sintácticas fundamentales; no es
.punto-?as~ y ,des~ues una coleccIón de reglas de relación de lectos (en necesario, por ejemplo, suponer que todos los de la comunidad en cuestión
lerarqmas Imphcaclonales). Se necesita, por el contrario, una descripción tendrán las mismas formas fonológicas subyacentes para palabras como
completa de cada lecto que se dé en la comunidad, incluyendo los diver­ house, * de modo que las variaciones de pronunciación puedan ser locali­
gentes, suplementados por un comentario comparativo sobre las relaciones zadas en las reglas fonológicas. Este requisito plantea un problema muy
e~:re. tales lectos .. En otras palabras: vuelve a surgir la distinción entre lin­ serio para el lingüista descriptivista, ya que es muy probable que los datos
gUIstIca comparatIva y des~riptiva} y los problemas del lingüista. descriptivo observables no sean suficientes para permitirle decidir cuál' sea el análisis
~rmanecen exactamente Igual que. ~staban.anteriormente: Cómo identi­ adecuado para cada hablante individual, y puede que tenga que recurrir
ftc~r el objeto de sude~~ri?ción (lo, ql.le Bickettón denomina el 'lecto'; que a la experimentación psicolingillstica para poder decidir, pongamos por caso,
sera seg~ramen~e tan dIfIcil de concr~.ar como e! idiolecto, dado que hace si un determinado hablante posee o no eh] subyacente en house. (Este
referencIa a. mas de una jerarquía. implicacíonal) y cómo identificar' los problema· general está descrito en un contexto 'un tanto diferente por James
modelos en el habla y sus interrelaciones. . .. McCawley 1 9 7 7 . ) '
En tercer lugar, la teoría·. tendrá: que estar basada en un modelo de eS- .
tructura de! lenguaje, en la que existan menos diferencias entre los elemen­
5.5.3 Una teoría ideal tos léxicos y las estructuras lingüísticas en las que se insertan de las
que existen en la mayoría de las teorías actuales. Siguiendo le.. terminología
Quizás ahora nos sea posible identificar las características que debiera de 2.1.2., podemos referirnos simplemente a 'elementos lingüísticos', em­
poseer una teoría lingilistica que incluyera el poder de las dos teorías pleando este término no sólo para los elementos léxicos, sino también para
expuestas ~nteriormente a la vez que evitaba sus deficiencias. Ninguna las construcciones sintácticas y las estructuras morfológicas y fon~lógicas
d.e la~ te~nas actuales posee todas las características, pero no es impo­ de todo tipo. En otras palabras, un elemento lingüístico es simplemen­
SIble 1lllag;.nar que pueda desarrollarse una tal teoría en .la próxima década. te un modelo que puede ser identificado, a cualquier nivel de abstí:acdón,
En pnmer lu?ar, la teorí~ d~be incluir tanto la lingüística descriptiva . en la estructura de la oración. La razón de querer reducir las diferencias
como .la comparatIva. La descnpClón de la gramática del hablante individual en el trato de las distintas· clases de elementos es la de que los hechos de
te~cI:a que estar J:,asadaen los principios teoréticos de lá lingilistíca des­ distribución social son en gran medida de! mismo tipo tanto si el elemento
cnptIva, mientras que el rango de habla en una comunidad dada tendrá en cuestión es un elemento léxico (como pussy, <minino', en contraste con
que ser· descrita en función de la teona de la lingilistica comparada. De cat) 'gato'), como una construcción (como Teddy fdl down en,;eontraste
este modo podrem~s viajar sin riesgo entre e! Scylla de suponer que todo el con algo como Let Teddy ¡al! down), o una estructura fonológica (como
mundo pose~ la lll1sma ~ramát.ica individual y el Charibdis de dejar com­ [t] en vez de [st], o una morfológica (goed én vez de went). Cuanto
p~e:amente libres las pos1bles diferencias que se dan entre las gramáticas in­
diViduales. La parte descriptiva de la lingüística abarcará la esfera fami. * Con eh] o sin ella en la forma subyacente. (N. del T.)

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~

se traten estas estructuras ~ ,difícil 6


ser~ el des~rro~~ ?e un,a teorí~ unific~da que L_¿~/¿~; lel contexto' DESIGUALDAD LINGüISTICA y SOCIAL
SOClal, y mas diflcil sera tamblén explicar por q~ _ están r";!laclonadas c!e.1a . .
rnisIna forma con el contexto social. Desde este punto de VIsta, la gramattca
transformadonal-generativa es una teoría poco prometedora, a causa de la
distinci6n fundamental que hace entre las estructuras almacenadas en la
. ')gramática, como los elementos léxicos, y las que vienen definidas indirecta­
mente por medio de reglas de estructura de frase y transformadonales.
(Existen además otras razones para rechazar la gramática transformadgJlal_
generativa como teoría de las estructuras del lenguaje; Hudson 1976.)
Finalmente, la teoría debe ser compatible con afirmaciones estadísticas
de cierto tipo. Estas afirmaciones tendrán que referirse no s6lo il los
elementos en su contexto social ('el elemento X tiene un n por dento de
probabilidades de aparecer en el-contexto Y'), sino también a elementos de
contextos lingüísticos determinados, dada la importancia de los contextos
lingüísticosqe su· influencia sobre las variables lingüísticas (ver 5.4.1). Ade­ 6.1 Desigualdad lingüística
más, sería conveniente que la teoría fuera compatible con la noción de los
prototipos. La conextonentre probabilidades y prototipos es que ambos 6.1.1 Introducci6n
hacen uso de categorías no-discretas, exactamente igual que el elemen­
to X tiene más o menO$ probabilidades de aparecer en el contexto y que Uno de los 100'ros más sólidos de la lingüística del siglo xx ha sido el
en el Z, igualmente el elemento X puede ser más o menos similar a algún de eliminar la ide:(por lo menos entre los lingüistas profesion¡1l~s) de que
prototipo' de lo que Jo es el elemento Z. Sería concebible que el mecanis_ algunas lenguas o dialectos son 'inherentemente' mei~res que otros. ~s
mo que diera cuenta de la descúpci6n de los prototipos diera también cuen­ lingüistas están dispuestos a reconocer que algunas varledad:s del lenguaje
ta de las' diferencias· probabilisticas que existen entre los elementos, aunque están mejor consideradas que otras por el profano, pero senala? que cada
por ahora probablemente estemos áventurando demasiado . variedad manifiesta unas características comunes a todo lenguaje humano,
. ' El aspecto más general e importante que emerge de este capítulo, pro­ tales como la de estar regidas por reglas, y que incluso las variedades
bable~ente sea el de la estrecha conexión que existe entre los datos y la lingüísticas menos prestigiosas pueden man~estar un. a:~iunto de mo?e­
teoría. Hasta que pudimos disponer de datos sobre variaciones cuantitati. los estructurales impresionantemente compleJOS. Los lingwstas ~efenderl.an
vas de las variables1ingüfstica~ a través del trabajo de Labov, era innece_ que si simplemente se les enseñaran las gramáticas de dos vanedades lin­
sario tomarse en seno la necesidad de afirmaciones cuantitativas en la teoría
güísticas la una de alto y la otra de bajo prestigio, no serían capaces de
. lingüística, y, a su vez, la falta de espacio para tales afirmaciones en la teo­
señalar ~uáles cuál, más de 10 que. podrían predecir el color .de los que
ría lingüística impedía a la mayoría de lingüistas el que se preocuparan de ir
habla cada una de las dos variedades. ­
en pos de los datos relevantes. Más aún, la mayoría de lingüistas probablemente .afi~rr:~rían lo ~isn:o
ilcerca de las diferencias lingüísticas entre hablantes mdivIduales: SI exls­
ten diferencias entre las gramáticas de dos personas, no hay form.a de sa?er
cuál de los dos posee un prestigio más alto en la sociedad estudiando SIm·
r
f plemente las gramáticas. Hay que a~tir que hay individuos que ~~ramen.

l te poseen gramáticas inherentemente<1mperfectas, tales como los runo:, .los


¡" extranjeros y .los retrasados mentales, pero estas desviaciones son faci1es
!
de explicar y predecir, y dejan intacta la afirmación de que todas las pero
sonas son iguales por lo que respecta a sus, ~ramáticas. Desde .lu:g? que
no hay escasez de diferencias entre las gramatlcas, sean de los tndi~ld~~s,
sean de comunidades entera,s, pero no existen términos puramente lingws­
ticos para evaluar unas gramáticas más altamente que otras.
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