Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
La misma agua que por medio de la tormenta quisieron matarle, son la misma que te van a
impulsar a llegar al otro lado.
La misma agua que intento ahogarte, es la misma que te va llevar al otro lado.
Las demás barcas no tenían, el destino ni el propósito que tenía esa barca.
Si el viento ataca tu barca, no es para que llores, es para que reme, comienza a
remar, rema…
El viento es originado en los movimientos de rotación y traslación de la Tierra.
Las tempestades no suelen ser tan duraderas como sí lo pueden ser las simples
lluvias que en algunos casos pueden permanecer por mucho tiempo.
Navegando
Marcos 4:35-38 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado.
Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había
también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y
echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la
popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no
tienes cuidado que perecemos? Es la misma Escritura, relatando la misma
situación, pero bajo el concepto de Marcos.
Ha sido un día largo de trabajo, usted es uno de los discípulos de Jesús, uno de los hombres que Jesús
mandó con cestas a repartir panes y peces que se habían multiplicado; usted había sido testigo como
fueron alimentadas 5,000 personas. Estaban cansados de atender a tanta gente. Dice que despidió a la
multitud, y los discípulos prepararon las barcas; Jesús se subió, es de noche, hay mucho cansancio, pero
repente, las olas empezaron a levantar, el viento empezó a soplar más fuerte. ¿Qué pasa cuando la
tormenta nos alcanza? ¿Cuántos de aquí están pasando por una prueba económica o de salud? En
cualquier momento me puede agarrar la tormenta, pero si tengo las técnicas para sobrevivir, no me va a
acabar. En la vida, nos sucede; somos hijos de Dios, creemos en Jesús, pero de repente, nos alcanzaron
las olas, el viento y las cosas se ponen difíciles. ¿Qué andaba haciendo Jesús durmiendo? ¿Por qué en
una situación de peligro, de muerte, estaba dormido? Y los demás pensando a qué hora se morían.
Muchas veces, la vida nos presiona a tener que actuar y querer despertar la atención de Dios.
La tempestad es una batalla de vientos espirituales que ponen patas arriba nuestro
mundo, las circunstancias de nuestras vidas, para hacer hundir la fe de cada
persona en particular y de la Iglesia en general. Cuantas veces hemos visto
tempestades entre amigos, por no decir entre matrimonios, con los hijos o con los
padres, además de en el mundo, en el trabajo, y entre hermanos en la Iglesia, etc.
es algo que ocurre a diario. No debemos caer en el error de pensar que estamos
solos, porque el Señor navega con nosotros en la travesía de nuestras vidas, y
debemos evitar intentar calmar los vientos con nuestras fuerzas, en lugar de orar
y clamar a Dios en Cristo, quien por ser el creador, los vientos le obedecen.
Tengamos pues fe en Él y digámosle al mundo en el nombre de Jesús: Calla,
enmudece.
En la barca hay que trabajar, hay que soltar el ancla para salir a navegar, hay que
limpiar y lavar los pies, hay que extender trapo para que al abrir las velas el
Señor sople, hay que remar hombro con hombro ayudando al hermano, hay que
llevar el timón orando para que el Capitán Cristo, gobierne y estar seguro del
rumbo. Hay que echar las redes a la derecha y recogerlas, para luego llevar los
peces a tierra firme y así una y otra vea.
Primero que debe de saber quién está en tu barca.
La barca sirve como transporte de discípulos de una tierra a otra, es decir de un
lado a otro de sus vidas en Cristo, tanto en un periodo de crecimiento personal y
espiritual como en la capacitación para predicar el Evangelio.
Lo importante de todo ello es con qué fin navegamos, a donde vamos, porqué y
cuál es el destino del viaje, pero no solo esto, sino qué estamos dispuestos a
hacer durante la navegación por los demás que están abordo.
y debemos evitar intentar calmar los vientos con nuestras fuerzas, en lugar de orar
y clamar a Dios en Cristo, quien por ser el creador, los vientos le obedecen.
Tengamos pues fe en Él y digámosle al mundo en el nombre de Jesús: Calla,
enmudece.
Aquí es donde está lo interesante de la historia: es Cristo quien dice que pasen al
otro lado. Yo no puedo querer pasar al otro lado, si no tengo al Señor delante de
mí. No puedo avanzar en ningún aspecto, si no es el Señor quien va delante de
mí. Yo no puedo moverme delante de la nube, sino detrás de la nube; porque
cuando me muevo detrás de la nube de Dios, no importan los problemas que
vengan, Dios está en control de mi vida porque estoy sometido en obediencia a Él.
Los procesos revelarán las áreas de tu corazón que necesitan ser transformadas
por el Señor. Y esta tormenta en la vida de los apóstoles les estaba demostrando
que había áreas que Jesús debía de trabajar en ellos, antes de llevarlos al otro
lado. No sé cuál sea tu opinión, pero las tormentas en mi vida han sido necesarias
para mostrarme las áreas que Dios debe trabajar conmigo.