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La ciencia no conoció un desarrollo importante en Roma en el campo de la teoría o de la

investigación pura, limitándose los autores romanos a recopilar conocimientos anteriores, sobre
todo los griegos; Plinio el Viejo (23–79) recopiló en su Naturalis Historia la ciencia griega.

Se destacaron los romanos en la tecnología aplicada, sobre todo en agricultura, obras públicas y
tecnología militar: molinos hidráulicos, sistema de calefacción central y aislamiento contra la
humedad de las viviendas; catapultas, ballestas, torres de asalto instaladas sobre ruedas; faros
en los puertos y, sobre todo, un sistema de construcción de calzadas, con firme de piedra
amalgamada con mortero, bordillos y zanjas de desagüe, que han permitido que aún se conserve
gran parte del trazado viario romano.

Las construcciones romanas más importantes eran:

 Los teatros. Donde se representaban obras de arte.


 Los anfiteatros. Donde luchaban gladiadores.
 Los circos. Donde se hacían carreras de carros.
 Las termas. Donde se bañaban y hacían gimnasia.
 Los arcos de triunfo. Recordaban hechos históricos y personajes.
 Los acueductos. Para canalizar y abastecerse de agua de lluvia.
 Los huertos. Donde se introdujeron diferentes cultivos.

Medicina

Artículo principal

En los primeros tiempos la medicina romana era considerada magia o religión. No obstante, se
sabe que los etruscos, habilidosos practicantes de la adivinación, también lo eran en la fabricación
de prótesis dentales. Una ley atribuida al rey Numa prescribía la cesárea cuando la madre moría
antes del parto, para salvar al niño. Pero no menciona ningún médico. Probablemente cada uno
hacía lo que sabía en caso de necesidad. En un momento la medicina griega hace una aparición
en la cultura romana. Cuando el primer médico griego llega a Roma (Arcagato de Esparta,
219 a. C.), Catón se opone a la admisión de esta y otras novedades que teme van a helenizar, es
decir, a iniciar la decadencia de Roma. Y propugna la vuelta a la medicina tradicional (en su caso,
por ejemplo, eran panaceas la col y el vino). La medicina griega que llega a Roma viene dividida
en dos escuelas:

 La de Hipócrates, convencido de la vis medicatrix naturae y por lo tanto seguidora de un


método expectante, consistente en no violentar el curso de la enfermedad. Hipócrates decía
que lo primero era no hacer mal (primum non nocere).
 La de Asclepíades, por su parte, era partidaria de actuar para que la curación se produjese
cito, tuto ac iucunde (rápida, segura y agradablemente) porque quien cura es el médico, no
la naturaleza. Utilizaba dietas, masajes, medicamentos y música. Llegó a practicar la
traqueotomía.

En tanto, en las obras de Celso encontramos descritas operaciones de cirugía plástica, extirpación
de pólipos nasales, amígdalas, etc. Galeno (130-200) ya practicaba la disección de cadáveres,
pero con animales, porque estaba muy mal visto el estudio anatómico de cadáveres humanos. A
juzgar por lo que apareció en casa de un médico de Pompeya, los materiales quirúrgicos no eran
excesivamente rudimentarios. Existen indicios de que conocían el espejo dental y las propiedades
antisépticas de ciertos ungüentos. La enseñanza de la medicina era privada y no había títulos.
Cualquiera podría practicarla, incluso en la época imperial cuando eximen a los médicos de pagar
impuestos y del servicio militar. La mayoría de los médicos eran griegos y judíos. No hubo un gran
avance de la medicina en la civilización romana debido a que no había interés por la investigación
experimental, y porque se obsesionaba con escribir libros de medicina en verso. Sammórico
(inventor de la fórmula mágica Abracadabra) fue el introductor de esta moda que gobernará la
Edad Media. En cuanto a la organización sanitaria, la gran aportación de Roma en este campo es
el sistema hospitalario, no obstante, sus inicios eran no más que la habilitación de un refugio para
que pudiesen morir los enfermos pobres: la llamada illa tiberiana. Con la extensión del imperio, se
fueron creando los hospitales militares en lugares estratégicos. Tras estos hospitales, aparecieron
los hospitales de caridad. El primero en Roma lo creó una mujer llamada Fabiola en el siglo IV a. C.
Por otra parte, una importante novedad en la higiene fue el abastecimiento de agua a la ciudad.
Una red de acueductos aportaba a Roma más de mil millones de litros por día.

Costumbres

En Roma tenía lugar una animada vida social y comercial. Su prosperidad económica y el hecho
de ser la capital política se conjugaron para que su planta urbana se llenara de bellas estatuas,
imponentes edificios, y arcos y columnas conmemorativas de los triunfos militares.

Vivienda Las residencias de los ciudadanos romanos dependían, como hoy, del grado de riqueza.
Los Patricios y los ricos hombres de negocios (Caballeros) habitaban en villae, que tenían grandes
jardines con fuentes, hermosas vistas y muy lujosas. Los principales modelos eran dos: insulae y
domus.(esto esta editado)

Vivienda

Artículo principal: Vivienda (Roma Antigua)

Las residencias de los ciudadanos romanos dependían, como hoy, del grado de riqueza. Los
Patricios y los ricos hombres de negocios (Caballeros) habitaban en villae, que tenían grandes
jardines con fuentes, hermosas vistas y muy lujosas. Los principales modelos eran dos: insulae y
domus.(esto esta editado)

Comidas

Véase también: Gastronomía romana

Los textos antiguos hablan de tres comidas en un día romano.

En primer lugar, estaba el ientaculum que era el almuerzo o lo que el niño llevaba para comer en
la escuela. En todo caso, era una comida ligera.
La segunda era el prandium que coincidiría con un tentempié actual. Se tomaba a la hora VII
(mediodía solar) y ni se precisaba sentarse ni lavarse las manos.

La tercera comida era la cena, pero que más bien corresponde a la comida en el sentido actual,
no solo por la hora (VIII en el invierno, las 12.44 hora solar; IX en el verano, las 14.31 hora solar),
sino por su abundancia. En la cena se distinguían tres partes:

 gustus o gustatio que consistía en tomar unos entremeses: huevos, aceitunas, lechuga,
achicoria, ajos, ostras, setas o pescado en salmuera. Bebían mulsum (vino con miel).
 cena propiamente dicha: carne y pescado de varios tipos, según la economía. Bebían vino.
 secundae mensae (postres): queso, bollos, fruta, frutos secos.

En algunos casos, después venía la comissatio (sobremesa en la que se bebía copiosamente) en


la que los autores leen, cuentan cuentos, etc. Se podía alargar mucho.

La cena, por tanto, duraba horas ya que, no siendo en los balnearios (thermae) o en el barbero,
no tenían otro lugar para juntarse y matar el tiempo.

Tenían una postura para comer extraña hoy en día: tumbados sobre el lado izquierdo. El comedor
se llamaba triclinium, porque eran tres lechos con el cabezal frente a una mesita cuadrada. El
lecho que no tenía a otro enfrente (lectus medius) era el principal; le seguía en importancia el que
estaba a su izquierda (lectus summus). Pero con el tiempo la mesita se hizo redonda y los tres
lechos se hicieron un único lecho en forma de media luna. Esa mesita se llamaba repositorium.
Las mujeres romanas comían con sus maridos, no como en Grecia. Y los esclavos sólo se ponían
a la mesa con los amos en algunos días de fiesta, por ejemplo, durante las saturnalia.

En el repositorium se posaba la comida que ya venía cortada de la cocina. E inicialmente se cogía


con los dedos. La buena educación de cada uno se veía en coger la comida con las puntas de los
dedos sin mancharse la mano ni la cara. Los restos se tiraban al suelo. Al terminar la comida, los
comensales podían llevar algo de la comida sobrante para la casa.

Los esclavos suplen las incomodidades de no tener aún un cubierto para pinchar con un constante
servicio de agua y toalla para lavar las manos reiteradamente. Cuando uno iba invitado a la casa
de otro, llevaba su propio esclavo para estos servicios.

Lo que si tenían los comensales era cuchillo (culter), palillos y cucharas de varios tipos, desde el
cucharón (trulla), la cuchara de un centilitro de capacidad (lígula) y la cucharita afilada (cochlear)
con l

a que abrían huevos y mariscos de concha. No obstante lo anterior es aplicable a las personas de
alta clase. Los más pobres y humildes sí que comían sentados y cosas más sencillas.

Vestimenta

Artículo principal: Indumentaria (Roma Antigua)


En Roma la vestimenta distinguía y diferenciaba a las clases sociales. Por ejemplo, sólo los
senadores romanos usaban el calceus, zapato propio de esta casta. A pesar de las similitudes
entre griegos y romanos estos últimos tenían una gran característica: la ropa tenía un profundo
significado político. Los jóvenes al cumplir 21 años usaban sobre la túnica, la toga, amplio manto
de lana o hilo, símbolo del hombre libre. En la toga se colgaban los distintivos del grado político
que el ciudadano adquiría a lo largo de su trayectoria. Las mujeres romanas, como las griegas del
periodo clásico, usaban una túnica y un amplio manto rectangular conocido como palla. La túnica
o estola fue el reflejo de las influencias etruscas (sencillez en las líneas y en los colores). Más
tarde el contacto de esta civilización con culturas orientales y el crecimiento del concepto de la
elegancia fueron modificando el atuendo. Las túnicas se confeccionaron con telas más suaves y
ligeras, de colores más variados e intensos. Este hito sucedió también con la ropa masculina
después de la caída del Imperio Romano de Occidente, donde las influencias bizantinas entraron
marcando la elegancia en las togas y túnicas. Bordados de oro y piedras preciosas adornaron las
elegantes y refinadas telas que caían en profundos pliegues. Sin embargo, el vestuario romano
popular casi no varió. Ellos siguieron vistiendo la túnica tosca y la capa con gorro de lana, en
invierno y de algodón, en verano.

muerte tienen en Roma, como en todas las culturas, particulares significados antropológicos.

Los primeros romanos comían solo para alimentarse, conocían muy pocos alimentos. Los platos
más comunes eran el Palmetum, papilla de mijo, o guisantes; el Puls, gachas de harina de trigo y
otros cereales a la que en ocasiones añadían manteca; la Polenta, gachas realizadas con harina
de cebada. El pan era su alimento estrella. De vez en cuando comían huevos, queso de oveja o
cabra, aceitunas, verduras, frutas, sopas y legumbres. Las carnes se comían poco, pero cuando
consumían carne solían comer pollo o cerdo y los más adinerados buey. El pescado solo se comía
en la costa.
Con la expansión y el comercio a partir de finales del siglo III a.e.c. la gastronomía se revolucionó
con nuevos alimentos.

Los romanos aprendieron el oficio de los panaderos en el siglo II a.e.c., por el contacto con la
cultura griega. En las ruinas de Pompeya se han encontrado restos de panes junto a moldes y
utensilios relacionados con el arte de hacer pan.
Los romanos elaboraban pan ácimo y pan fermentado, con sal y sin sal, panes de diversos
cereales, panes con especias, con hierbas aromáticas, con miel, con queso con pasas; de diversas
calidades y formas, de diversos tipos de cocción; al horno, a la ceniza, panes cocidos en moldes.
Pan con vino, con aceite, con leche y pimienta....
También había panes para días señalados y fiestas.
En el año 30 a.e.c. en Roma había 300 hornos de pan. El precio del pan estaba regulado. Existía
el colegio de panaderos que gozaba de algunos privilegios sobre los impuestos. En la ciudad de
Roma se llegó a distribuir pan a todos los ciudadanos. Juvenal dijo que para tener contento al
pueblo solo hacia falta darle “pan y circo”.

Los romanos con la paulatina romanización fueron extendiendo el cultivo del olivo, la vid, higueras,
limoneros, manzanos, los cerezos, los albaricoqueros, los melocotoneros, las granadas, muchas
variedades de lechugas y de calabazas, los melones y las sandías, los embutidos, las salsas, el
queso............... Dependiendo de cada estación se aconsejaba un alimento u otro, aconsejaban el
ejercicio moderado y no abusar de los azucares y las grasas. Se utilizaba mucho las especias
como pimienta, comino, asafétida, azafrán, cardamomo, jengibre, fenogreco, mostaza, sésamo.
Las hierbas aromáticas destacamos, albahaca, cilantro, hinojo, laurel, menta, mejorana, perejil,
ruda, salvia, tomillo.

Con el paso de los años se puso de moda los platos muy especiados y fuertes. De la austeridad
pasaron al exceso y en el 95 a.e.c. se fijó un límite a la cantidad de alimentos que se podían servir
en los banquetes, la Ley Licina.
La elaboración de la comida eran cada vez más laboriosa, al principio se encargaban de ella los
esclavos pero poco a poco se fue especializando la cocina y nacieron los cocineros, rápidamente
se pusieron de moda y sus servicios, eran muy caros.
En la época imperial los romanos realizaban tres comidas, dos ligeras que era el desayuno,
ientaculum y la comida o almuerzo, prandium y otra más contundente que era la cena.
Por la mañana solían tomar un trozo de pan mojado en leche, un huevo y aceitunas. A medio día
comían queso de oveja o cabra y un trozo de carne. En la cena se servían unos entremeses, un
primer plato de carne o pescado y para finalizar postre.
Los romanos disponían de ganado bovino, ovino y caprino, pero sobre todo apreciaban los
productos de la caza. Comían avestruz, ciervo y jabalí, y también pollo y ternera. La carne se
conservaba seca o salada. En la época imperial se comía mucho pescado fresco y en salazón, y
les encantaban el marisco, pero lo que más se consumía era la morena. Las hortalizas y verduras
inicialmente silvestres, se convirtieron en la base de la alimentación romana. Los primeros dulces
estaban preparados en casa a base de frutas, harinas, agua y leche, y se aderezaban con pimienta
y miel antes de servirse.
El vino dulce se elaboraba con miel, hidromiel, ya que la caña de azúcar que llegaba de Egipto
era un producto carísimo. El vino era utilizado sólo para los ritos religiosos, pasó después a formar
parte de las costumbres populares, aunque estaba prohibido para las mujeres y hombres menores
de 30 años.
Los romanos eran muy religiosos y supersticiosos. Antes de cada comida realizaban ritos de
agradecimiento durante los que se ofrecía comida y vino a los lares, divinidades protectoras de la
casa.
Comían con cuchara o las manos. Los alimentos generalmente eran triturados, los romanos eran
expertos en albóndigas, purés y sopas. En las casas pobres no se solía cocinar, las insulae, que
eran casas de 5 o 6 pisos de altura, como una finca de hoy, por miedo de provocar un incendio
los platos se servían fríos.

Era muy común comprar comida y comer fuera de casa, había diferentes tipos de tiendas de
comida:
Las cuppediae las tiendas de más lujosas, servían comidas exquisitas, sus clientes eran ricos.
Las popinae eran las más populares, para gente más modesta, ofrecían platos calientes para
consumir in situ o para llevar.
Las cauponae eran como las popinae, pero además servían bebidas y funcionaban como hostal.
Las thermopolias vendían bebidas y comida rápida para consumir in situ o para llevar.
En las tabernas a parte de beber, también se podía comer sentados en bancos y eran sitios con
mala fama, también se podía pernoctar.
Las masio donde se podía comer, descansar, dormir, cambiar los caballos............
También se podían comprar comida a algunos de los muchos vendedores ambulantes situadas
cerca de los baños, anfiteatros, circos............
En las villas o casas de adinerados, el triclinium era una sala con tres lechos, en torno a una mesa
de la que todos se servían. Los comensales se recostaban sobre el brazo izquierdo y comían con
los pies descalzos. En cada uno de los lechos se instalaban tres personas en sus respectivos
lugares de derecha a izquierda: lecho superior, medio e inferior. Las casas romanas poseían por
lo menos dos triclinium, uno de verano y otro de invierno, según la dirección del sol.
La cena se abre con el lavado de las manos después de haber salido del baño en las termas.
Viene a continuación la gustatio o entrada de aperitivos, que serian los entremeses. La cena
propiamente dicha, summa cena, constaba de cuatro platos o servicios, y era regada con vino
abundante. Se terminaba con la secundae mensae o postre, consistente en manjares
condimentados secos para favorecer la bebida, que al final era muy copiosa. Aún quedaba para
la clase acomodada la comissatio que sigue a la comida. Es una especie de segundo festín en
que se bebe abundantemente. Se elige por sorteo un magister bibendi, quien fijaba la cantidad
que hay que beber y la proporción de la mezcla, pues el vino se mezclaba con agua caliente, fría
o helada. Se ha de advertir que los romanos bebían el vino puro merum, mezclado con agua y
especias. El vino puro sin mezcla, lo reservaban para las ofrendas y cultos religiosos. Existían
muchos tipos y calidades de vino.
Los principales aportes romanos a la vitivinicultura fueron:
• Las "Instrucciones para los Vinicultores", escritas por Publio Virgilio Marón,
• La utilización de barricas y botellas similares a las actuales.
• El cultivo de vid en arbustos o enredaderas.

Los comensales utilizaban los dedos para comer; por ello, antes, durante y después del banquete,
los esclavos, con aguamaniles, vertían agua fresca y perfumada en sus manos. Eructar estaba
bien visto y los invitados a un banquete estaban autorizados por edicto imperial, realizado por
Claudio, a expulsar gases libremente. En algunas casas había una bacinilla en el comedor para
necesidades mayores. Si se tenia ganas de vomitar se metían una pluma de pavo en la garganta,
y posteriormente, se enjuagaban con vino y a seguir comiendo. Cuando terminaba el banquete,
se podían llevar los restos de la cena a casa con su servilleta que habían traído; así se alababa al
anfitrión.
En las tertulias de la cena se hablaba sobre la muerte, se ofrecían regalos o pequeñas sumas de
dinero, y se rendía culto a los Lares.... En los postres se debatían temas filosóficos o literarios y
se recitaban versos. Los invitados se perfumaban y coronaban de flores, y se cantaba.

El aceite de oliva; un regalo de los dioses, el oro líquido símbolo de la fuerza, la sabiduría, la paz,
la victoria...............,
Los romanos distinguían 21 variedades de olivas para la obtención del aceite y las recetas para
preparar las olivas, en vinagre o aceite, con sal y aromatizadas con hierbas. Los romanos
elaboraban muchos tipos de aceite:
Según el momento de recoger las aceitunas y según el prensado obtenían:
Aceite flos era el aceite virgen, el sequens obtenido en el segundo prensado, el cibarium de menor
calidad, el omphacium, utilizado para la perfumería, también hacían aceites para los masajes y
para iluminar con las lucernas.

Los romanos utilizaban el vinagre como bebida, la posca mezcla de vinagre con agua, era una
bebida refrescante, que bebían las legiones romanas; Otra bebida muy popular fue el oximel, que
se obtenía mezclando vinagre con agua y miel.
Plinio el Viejo, en su obra Historia Natural, nos describe algunas propiedades medicinales del
vinagre, lo recomienda para hacer gargarismos, baños de pies y para aclarar la visión. Su
utilización más importante fue en la cocina, Marcial, Apicio, lo utilizaban como conservante, para
aliñar platos y como parte de los ingredientes de muchas salsas.

Organización social de los romanos

La sociedad romana era muy diversa, y se crearon distinciones de clase que consistían
básicamente en los siguientes niveles:

 Patricios: Representaban la clase social más importante, la cual gozaba de todos los
privilegios en sentido político, fiscal, judicial y cultural. Se les consideraba descendientes
de los fundadores romanos, por lo que eran parte de la clase noble de Roma y hasta de
Europa. Los patricios formaban parte del senado y contribuyeron al desarrollo del imperio
romano de aquella época.
 Plebeyos: Los “plebeyos” era el término que se le daba al pueblo en general que no gozaba
de todos los beneficios del Estado, pero que luchaba por obtenerlos. Se les separaba de
los patricios debido a que no podían demostrar que eran descendientes de los fundadores
de Roma, por lo que se creía que no tenían sangre romana como tal.
 Libertos: Estos representaban a los esclavos que habían sido liberados por sus dueños,
algo que se hacía por distintas razones. En este aspecto, se puede mencionar el caso de
muchos gladiadores que fueron liberados por el emperador después de que ganaran
batallas importantes en los coliseos romanos.
 Esclavos: Los esclavos eran aquellos prisioneros tomados de las guerras ganadas contra
los distintos pueblos que dominó el imperio romano. Estos se ponían a la venta en
mercados de esclavos, justo como si fueran un producto, donde gente influyente o con
riquezas dentro de los plebeyos o patricios los adquirían. Pero cabe destacar que esta
esclavitud era sobre todo una clase social, la más baja, de la cual se podía salir pagando
por la libertad u obteniéndola por parte de los amos.

Religión de los romanos

Los romanos siguieron una forma de religión politeísta, donde se daba culto a múltiples dioses y
divinidades. No es extraño oír hablar de la mitología romana, muy similar a la de la antigua grecia,
la cual contaba con todo un abanico de dioses poderosos e importantes para los romanos. Para
honrar a dichos dioses, se construyeron distintos templos en varias partes del imperio y se instauró
un sistema de sacrificio animal para darles tributo. Además, los romanos utilizaban los oráculos
para saber sobre el futuro y las consecuencias de las decisiones que tomarían, lo cual no era otra
cosa que la consulta a los dioses mitológicos.
Por otro lado, los romanos instauraron en su calendario fechas especiales donde realizaban fiestas
religiosas importantes en honor a sus divinidades. Entre estas fiestas se cuentan las saturnales, las
cuales se celebraban con el fin de honrar a Saturno (dios de la agricultura) y al mismo tiempo, era la
fiesta del triunfo para conmemorar la victoria de un general romano antiguo; las lupercales, que se
realizaban para honrar al dios Fauno, también conocido como Luperco, en la que se escogía a un grupo
especial de sacerdotes llamados lupercos.

Además, las fiestas equirias, honraban al dios Marte, el dios de la guerra, con lo que se preparaban
campañas militares y se pedía al dios Marte el apoyo de dichos planes; por último, los juegos
seculares, en los cuales se realizaban sacrificios y se representaban obras teatrales a fin de
marcar el final de un período que representaba la vida de un ser humano, de 100 a 110 años.

Economía de los romanos

La economía del imperio romano se basaba en la esclavitud, es decir, esclavos que trabajaban forzosamente
para el estado sin beneficios para ellos mismos, solamente para el gobierno. Estos esclavos fueron los
utilizados para construir las fortificaciones y toda una cantidad de cosas que conformaban el imperio
romano, donde se pueden incluir las vías de comunicaciones entre las distintas regiones dominadas por
Roma, puertos que servían para el comercio y la transportación, ciudades, entre otras.

Por otro lado, vivían de la agricultura y ganadería, la cual les permitía producir cultivos de cebada, trigo,
hortalizas, legumbres, granos, también viñas y olivos. Además, se valían del tributo o los impuestos para
exigir de otros pueblos, incluso de sus mismos ciudadanos un pago que iba al Estado.

Música de los romanos

La música romana tenía una gran influencia de la antigua Grecia, pero fue desarrollando su propio estilo,
especialmente en lo que tiene que ver con la estética. No podían faltar los músicos famosos quienes daban
vida al arte musical romano. Además, se incluyeron actuaciones que mezclaban la música con el humor, lo
cual resultaba agradable para los romanos.

Por otro lado, se desarrolló la música vocal, que mezclaba el baile con la música, lo cual tenía su origen
etrusco en los ludiones. Además, los teatros romanos eran el centro de conciertos musicales gratuitos,
donde se presentaban artistas reconocidos del imperio romano a realizar espectáculos.

Cabe mencionar los instrumentos romanos, ya que estos también tuvieron mucha influencia griega y de
otras regiones. Entre estos instrumentos se pueden destacar las trompetas, que se desarrollaron en múltiples
formas (curvas, rectas, de boca ancha, cortas, largas, etc.); se elaboró una especie de órgano que se
utilizaba en el circo y los coliseos para animar los espectáculos. Además, se utilizaban instrumentos de
cuerda como arpas, cítaras y laúdes, así como también instrumentos de percusión, especialmente para dar
ánimo a los soldados que iban a combatir.
Su origen se ubica alrededor del año 800 a.C. y a partir de entonces sufrieron grandes cambios
estructurales. Estos llegaron a estar divididos en dos ramas: ejército y armada. En un principio, el ejército
romano estaba compuesto por ciudadanos romanos que prestaban voluntariamente servicio militar como un
deber con el Estado. Fue en este período donde el ejército se enfrentó a distintos enemigos locales.

Una vez que Roma se extiende cada vez más por el mundo y también crecían las poblaciones, el trabajo
del ejército romano tuvo que ir perfeccionándose, hasta que llegó recibir un salario. Con esto, los
soldados romanos prestaban su servicio de forma más prolongada, algunos hasta pasaban toda su vida
formando parte del ejército.

La importancia del ejército romano se acentuó al encargarse de proteger y defender las fronteras del
imperio, una tarea para nada sencilla dados los continuos ataques bárbaros y de otros enemigos del
imperio. Ya en la última fase del imperio, el ejército se componía en gran medida de aliados y grupos de
mercenarios, muy pocos eran ciudadanos romanos, lo cual llevó a una mezcla de estrategias y habilidades.

El ejército del imperio romano fue conocido como uno de los más agresivos de la historia. Su
organización, tácticas y número lo hacían temible. En el ejército podían participar hombres desde los 17
años. En este participaban hasta miembros de las clases influyentes, pues al participar en una carrera
militar, tenían un mayor alcance a privilegios y oportunidades en el imperio.

Los grupos combatientes eran separados por la edad, por lo cual existían los triarios, prínceps,
hastarios y vélites. Cada uno tenía bien definidas sus acciones en batalla y la clase de equipo bélico que
debía manejar.

Además, el ejército estaba dividido entre legiones, cohortes y centurias. Cada una de estas unidades se
organizaba para atacar de acuerdo al peligro que existiera. Por otra parte, eran comandadas por los Legatus
Legionis, entre los que se encontraban senadores y caballeros.

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