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La Revista

coacción
Diálogos de Saberes
como forma de
LA COACCIÓN COMO FORMA
ISSN 0124-0021
instrumentalización
Revista No. 24.
DE INSTRUMENTALIZACIÓN
en la autoría
Enero-junio
mediata de 2006 EN LA AUTORÍA MEDIATA*
Págs: 109-134
Álvaro E. Márquez Cárdenas PH.D.**
Universidad Libre. Bogotá D.C.

RESUMEN
El que usa la fuerza para obligar a otro a cometer un delito debe actuar con dolo
directo con relación a la acción de fuerza. Debe dirigir su acción de coacción
precisamente a la obtención de que el tercero realice el hecho descrito por el
tipo penal; si no ha sido así, aunque haya pensado el que empleó la fuerza que
la misma podría - como posibilidad- tener ese efecto en el tercero, no puede ser

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calificado como autor de lo que en definitiva este tercero ejecutó.

Grupo: Derecho Penal


Es autor mediato únicamente aquél que concretamente dirigió su actividad
de fuerza al objetivo de que otra persona realizara un determinado delito. A
su vez, no se ve inconveniente para que el autor mediato responda, a título de
dolo eventual, de lo realizado por el coaccionado, con relación a las posibles
desviaciones o alteraciones que sufra en el evento durante su concreción por
este último.
109

PALABRAS CLAVES
Participación. Autor. Concepto unitario. Instrumentalización. Fuerza. Coac-
ción. Violencia física. Autoría inmediata. Punibilidad. Inducción. Autoría
mediata. Intermediario.

ABSTRACT
The one that uses the force to oblige another to make a crime should act with
direct dolus with relationship to the action of force. It should in fact direct its
coercion action to the obtaining that the third performs the fact described by
the penal type; if it has not been in this way, although the one who employed
the force has thought that the used force could –as possibility- to have that
effect in the third, it cannot be described as author as what in definitive this
third executed.

Fecha de recepción del artículo: 2 de abril de 2006.


Fecha de aceptación del artículo: 21 de abril de 2006.
* Este artículo forma parte de un avance de investigación “La Coautoría en la Dogmática Penal Colombiana y su relación con otras
formas de Autoría y Participación” en la Universidad Libre. Proyecto de investigación financiado por la Universidad Libre.
** Abogado. Universidad Libre de Colombia. Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid-España. Especialista en
Criminología –Instituto de Criminología U. Complutense de Madrid. Master en Estudios Políticos. Universidad Javeriana. Docente-
investigador. Universidad . Libre – postgrados. Investigador Universidad Militar Nueva Granada.
Alvaro E. Márquez It is mediate author only the person cesidad que los jueces, abogados y fis-
Cárdenas Ph. D that concretely directed its activity cales no dejen de aplicar esta figura
of force to the objective that ano- en las causas que procedan fundamen-
ther person should carry out a certain tándola con un criterio dogmática,
crime. In turn, it is not inconvenient evitando de esta manera la impuni-
so that the mediate author responds, dad que generan los delitos cometidos
to title of eventual deceit, of that en forma conjunta por varios sujetos
carried out by the one coerced, with y que frente a una falta de precisión
relationship to the possible deviatio- de concepto los más responsables, los
ns or alterations that it suffers in the jefes de bandas delincuenciales ter-
event during his concretion for this minan siendo sancionados a penas
last one. como simples cómplices con penas
irrisorias, o al contrario una simple par-
ticipación convertida en coautoría
KEYWORDS
aplicando penas desproporcionadas a
Participation. Author. Unitary con- lo realizado por participe.
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cept. Instruments, Force. Coercion.


Grupo: Derecho Penal

Physic violence, immediate respon- PROBLEMA A INVESTIGAR


sibility. Punishability, . Induction.
Este estudio consiste en determinar
Mediate responsibility. Middleman.
el verdadero sentido del art. 29 del
Código Penal que trata la figura de la
INTRODUCCIÓN
coautoría, buscando su genuino alcan-
El presente artículo constituye un ce de la norma, correlacionándola e
110 avance del proyecto de investigación integrándola a las demás disposicio-
titulado “la Coautoría en la Dog- nes sancionatorias, buscando
mática Penal Colombiana y su desentrañar las valoraciones políticas
relación con otras formas de Au- y sociales en que esas normas descan-
toría y Participación” que se adelanta san o se inspiró el legislador al regular
en el centro de investigaciones de como lo hizo, las formas de autoría y
postgrado en la Universidad Libre. participación. Por lo anterior cabe pre-
La figura de la coautoría, no ha sido guntar: cómo debe interpretarse la
preocupación de un estudio serio en figura de la coautoría en el CP vigen-
nuestro país, de hecho en nuestra li- te? Si el CP define sólo la coautoría
impropia, cómo deben entenderse la
teratura jurídica nacional no hay una
demás formas de autoría? ¿Cuál es la
obra de dedicación exclusiva a cerca
teoría dominante que explica la exis-
del tema. Es decir, esta forma de
tencia dogmática de la coautoría
coparticipación penal no ha sido ob-
como forma de coparticipación?
jeto de divulgación ni de una
¿Cómo ha venido la jurisprudencia de
investigación académica al respecto
las altas corte interpretando la figura
que nos permita clarificar el sentido
de la coautoría? ¿Cuál es la teoría do-
del art. 29 del C.P., su desarrollo, al-
minante en Colombia y cuál es su
cance, regulación y sobre todo que
fundamento? ¿Qué elementos esen-
explique qué soluciones pretendió
ciales nos permiten diferenciar la
alcanzar el legislador con tal figura.
coautoría de otras formas de partici-
La importancia del tema está dada en pación, como la complicidad
cuanto pretendemos divulgar la ne- necesaria, donde también hay acuer-
La coacción do previo? ¿Cuál ha sido el desarrollo un tercero, presenta una situación de
como forma de jurisprudencia de concepto previo complementación de acciones; por
instrumentalización para definir la coautoría en España?. tanto el comportamiento del que coac-
en la autoría
La respuestas a estos y otros interro- ciona como el del ejecutor del hecho
mediata
gantes nos van perfilando la necesidad son independientes, pero en conjunto
de presentar elementos determinados materializan el tipo penal. La del pri-
y claros para definir esta forma de mero termina cuando logra doblegar
autoría para fines prácticos. la voluntad del coaccionado, decidién-
dolo a la comisión del hecho, y la del
METODOLOGÍA segundo comienza en esa oportunidad
Se trata de una metodología de inves- con los actos tendientes a concretar-
tigación normativa, jurisprudencial y lo. Cada comportamiento tiene su
comparativa con la legislación y doc- propia identidad y su propia finalidad:
trina española, que pretende explicar la del autor mediato, lograr que el
desde el punto de vista dogmática presionado se decida a realizar el

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penal, el origen de la necesidad que hecho que él le indica; la de este úl-

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el legislador colombiano tuvo en men- timo, concretar materialmente el
te para vincular al derecho positivo suceso cuya realización se le impo-
el inciso 2º del art. 29 CP, consultan- ne. Aquí no hay una sola acción del
do los antecedentes doctrinarios, sujeto múltiple, pues la finalidad de
legislativos, el derecho positivo ex- los comportamientos de uno y otro
tranjero. interviniente son distintos y perso-
nales; no existe acuerdo en cuanto
Se busca también, con el sistema al propósito de un actuar en conjun- 111
metodológico adoptado, el análisis de to y una división de la actividad
las otras formas de autoría y partici-
mutuamente aceptada; hay una vo-
pación frente a la figura del coautor;
luntad, la del autor mediato, que se
el examen por grupos y casos concre-
ha impuesto coercitivamente sobre la
tos, de los tipos delictivos cuya
del realizador inmediato; el primero
estructura admite la figura de la coau-
descarta su participación en la ejecu-
toría en el sentido del derecho penal.
ción material del hecho que en
plenitud queda a cargo del forzado,
RESULTADO cuyo propósito no es otro que el de
1. El dominio de la voluntad cumplir aquello que le ha sido impues-
mediante la coacción to, que constituye el designio forzado
Frente a esta primera forma de ins- de su acción.
trumentalización se plantea la Ambas acciones se complementan
cuestión acerca de cómo puede fun- mutuamente, pues el que emplea la
damentarse el dominio del hecho en fuerza quiere el hecho delictivo, y lo
un sujeto que ejerce coacción sobre quiere ejecutado por el coaccionado,
otro si éste, en virtud de ella, come- considerando el comportamiento de
te un delito. éste, más que como complemento de
su propia acción, como su resultado
1.1 Del uso de la fuerza
o consecuencia. Por otra parte, el eje-
En el uso de la fuerza para obtener la cutor inmediato del hecho tiene
realización de un delito por parte de conciencia de que está cumpliendo
Alvaro E. Márquez un designio que le ha sido impuesto No constituye verdadera autoría me-
Cárdenas Ph. D por quien lo presiona y que al con- diata la de quien se sirve de un
cretarlo, dará satisfacción a aquél; la instrumento humano que obra sin
finalidad de su acción y la decisión acción. Esto es, la autoría mediata
de cumplirla no han sido libremente tiene lugar cuando se trata de un si-
adoptadas por él pues su voluntad ha tuación vis compulsiva; la vis absoluta
sido doblegada coercitivamente. origina la autoría inmediata.
El que usa la fuerza para obligar a La fuerza -dice Carrara- que impele
otro a cometer un delito debe actuar al hombre a obrar, puede ser física o
con dolo directo con relación a la moral; es física, cuando obra sobre
acción de fuerza1. Debe dirigir su ac- el cuerpo, y es moral, cuando obra
ción de coacción precisamente a la sobre el ánimo2. Según el maestro ita-
obtención de que el tercero realice el liano en el primer caso se habla de
hecho descrito por el tipo penal; si forzar, en el segundo de coaccionar.
no ha sido así, aunque haya pensado Existen dos formas de forzar a una
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el que empleó la fuerza que la misma persona a cometer un hecho, inde-


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podría - como posibilidad- tener ese pendientemente de la naturaleza del


efecto en el tercero, no puede ser ca- medio empleado al efecto, que pue-
lificado como autor de lo que en de ser moral o material. Estas dos
definitiva este tercero ejecutó. formas son las denominadas “vis ab-
Es autor mediato únicamente aquél soluta” y “vis compulsiva”3
que concretamente dirigió su activi- Vis absoluta es aquella violencia físi-
112 dad de fuerza al objetivo de que otra ca que ejercida sobre una persona
persona realizara un determinado de- anula su voluntad y la convierte en
lito. A su vez, no se ve inconveniente un simple instrumento del que em-
para que el autor mediato responda, a plea la fuerza. El violentado no
título de dolo eventual, de lo realiza- acciona en realidad, pues se trans-
do por el coaccionado, con relación a forma en un cuerpo físico como
las posibles desviaciones o alteracio- sucede cuando un individuo sujeta
nes que sufra en el evento durante su con firmeza la mano de un anciano
concreción por este último. que se afirma en un bastón, y con su
Se ha precisado que hay dos acciones mayor energía y musculatura lo obli-
complementarias: la del coaccionador ga a vapulear a un tercero. Aquí no
y la del forzado; el primero responde hay una acción de parte del anciano:
sencillamente se le ha usado como
de la del segundo en calidad de autor,
un instrumento material para golpear
siempre que en su propia acción haya
a la víctima.
actuado con dolo directo. De la ac-
ción del forzado responde hasta del Vis compulsiva es la fuerza física o
dolo eventual. En cuanto a la situa- moral empleada en contra de otra
ción del ejecutor inmediato, le son persona con el objeto de obligarla
aplicables las reglas generales. adoptar una decisión4. Si bien puede

1
GARRIDO MONTT, Mario. Etapas de Ejecución del delito. Autoría y Participación. Chile. pág. 285.
2
CARRARA. Opus. cit. t. II. párrafo 278. pág. 194.
3
GARRIDO MONTT, Mario. Etapas de Ejecución del delito. Autoría y Participación. Chile, Ed. Jurídica de Chile. 1975. pág. 257.
La coacción tratarse de violencia psíquica, como que da lugar a la autoría mediata.
como forma de amenazar la voluntad, con un castigo Esto obliga una nueva distinción,
instrumentalización reiterado tendiente a ese objetivo, la pues la hipótesis que importa una im-
en la autoría
mediata
vis compulsiva va dirigida siempre a la posibilidad total de determinación de
voluntad del forzado. Mezger expre- parte de la persona objeto de la vio-
sa, que la vis compulsiva puede consistir lencia debe descartarse de la
en una acción violenta material, posibilidad de la autoría mediata ya
“como cuando, por ejemplo, se apa- que transforman al forzado en un
lea al que resiste hasta que acaba por mero instrumento o, mejor, herra-
ceder de su resistencia”5, y no sólo en mienta de la voluntad del que lo
apremios de carácter moral. Agrega coacciona y, por lo tanto, pasa a cons-
que la característica de la violencia tituirse en autor directo.
física empleada para convencer, radi-
ca en que ésta no “sólo supone la 1.2 Consideraciones doctrinales
perspectiva de un mal, sino que en sí
misma lo contiene”, a diferencia de Un sector de la doctrina viene admi-

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tiendo la posibilidad de apreciar

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la violencia moral, que “es el anuncio
de un mal que ha de realizarse por el autoría mediata cuando el instrumen-
que lo anunció”. to carece de capacidad de acción,
donde el ejecutor actúa como un
Normalmente se acepta que cuando mero impulso material o mecánico en
se habla de fuerza, se alude a la vis manos del sujeto de atrás6. Estos au-
compulsiva, o sea, a que es ejercida tores estiman que la intervención del
sobre la voluntad, que puede ser fí- sujeto de atrás, utilizando a una per-
sica o moral. 113
sona que carece de capacidad de
obrar, supone realizar el hecho por
La fuerza -vis compulsiva- que se em-
medio de otro, aunque sea evidente
plee para convencer a un sujeto para
que el instrumento en estos casos
que ejecute una acción determina-
nunca podrá disputarle ni, en conse-
da, puede tener diversa intensidad;
cuencia, arrebatarle el dominio del
desde una simple presión de su vo-
hecho al sujeto de atrás.
luntad hasta la privación de toda
posibilidad de determinarse, como Rodríguez Devesa y Serrano Gómez,
sucede si se recurre a medios tales señalan que cuando el artículo 14 nu-
como provocar un miedo de los de- meral 2 del C.P. de 1973 se refería a
nominados insuperables o usar la ‘los que fuerzan...’, englobaba la fi-
fuerza irresistible. Y es aquí donde gura de la autoría mediata 7 . El
un sector de la doctrina considera, concepto hacía referencia a la fuerza
en forma que no compartimos, que física, toda vez que el que fuerza a
cuando se presenta la denominada vis otro se sirve de él como si fuera un
absoluta estamos ante una situación ser inanimado. De esta manera, no

4
NOVOA MONREAL, Eduardo. Curso de Derecho Penal Chileno. Ed. Jurídica de Chile, 1960. pág. 600
5
MEZGER. E. Tratado de Derecho Penal. t. II. Madrid, Ed. Revista de Derecho Privado, 1957. pág. 208
6
KIENAPFEL, Strafrechr A.T. pág. 558; En España Rodríguez Devesa/Serrano Gómez. Derecho Penal, parte general, pág. 801;
Muñoz Conde. Teoría general del delito. Pág. 178 y ss; Gómez Benítez. Teoría jurídica del delito. págs. 91, 146.
7
RODRÍGUEZ Devesa/SERRANO GÓMEZ. Derecho Penal, parte general, pág. 744 7ª Ed. Madrid. El autor mediato responde
como si hubiera ejecutado por sí mismo la acción que realiza el ‘autor inmediato’.
Alvaro E. Márquez hay diferencia entre romper con una un delito son casos de autoría me-
Cárdenas Ph. D piedra un cristal o lanzando contra diata, ya que alguien utiliza un
él a un tercero desprevenido. Siendo instrumento de su voluntad para rea-
lo característico para este autor la lizar un delito: como en el ejemplo
falta de acción en el autor inmedia- de narcosis, hipnosis, etc9.
to. En este mismo sentido afirma
Pero la doctrina mayoritaria piensa,
Muñoz Conde8 que ‘no sólo en casos
por el contrario, que ejercer fuerza
de ausencia de acción relevante en
sobre otra persona, eliminando su ca-
el instrumento, puede hablarse de
pacidad de acción para utilizar en la
autoría mediata. También en otros
ejecución de un delito, permite fun-
casos en los que el instrumento no
damentar la presencia de una autoría
actúa típicamente...’ y trae como
directa, pues tal instrumentalización
ejemplo el hipnotizador que obliga al
para nada impide afirmar que el autor
hipnotizado a cometer un delito, o el
ha realizado de propia mano todos los
que fuerza a otro con violencia a sus-
elementos del tipo10.
cribir un documento. Por su parte
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Gómez Benítez, con fundamento en La doctrina dominante en Alemania


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el concepto de fuerza irresistible que entre otros, Maurach11, Roxin12, Cra-


alude al artículo 14 numeral 2, pri- mer13, Stratenwerth14, estiman posible
mer párrafo, constituye un auténtico la autoría mediata en los casos en que
supuesto de autoría mediata, pero que el instrumento obra sin libertad, esto
‘no constituye una causa de inexis- es coaccionado, pero lo que hay que
tencia de la acción penal sino de comprobar es el ‘grado de coacción
114 atipicidad de la acción por ausencia y de la influencia de ésta sobre la res-
de imputación objetiva del hecho a ponsabilidad jurídico-penal del
su autor’. En consecuencia, los su- instrumento, desde el punto de vista
puestos en los que una persona del estado de necesidad disculpan-
fuerza a otra a ejecutar directamente te’. Criterio que tiene su importancia

8
MUÑOZ CONDE, Francisco. Teoría general del delito. 1984. Temis. Bogotá. págs. 178 y ss.
9
GÓMEZ BENÍTEZ, José Manuel. Teoría jurídica del delito. Derecho Penal. PG. págs. 91, 146. Para este autor el concepto de acción
puede ser válido para las ciencias de la naturaleza, pero no es concepto valorativo: la acción se da incluso en quien realiza un acto
reflejo, o quien actúa en un estado hipnótico o de sonambulismo. Afirmando que alguien ha realizado una acción no se trasciende al
terreno valorativo jurídico-penal; es, por tanto, una afirmación prejurídica, meramente descriptiva, natural. Incluso si esa acción
coincide con la escrita en una tipo penal, puede seguir siendo irrelevante para el derecho penal –y, por tanto, atípica- si no ha sido
imputable a su autor. ‘acción típica’ no es, pues la acción descrita en e tipo, sino la acción descrita en el tipo y que es imputable
objetivamente aun autor. Lo mismo cabe indicar del resultado de la acción. Los abusos deshonestos, el allanamiento de morada, matar
a un ser humano, cometidos en estado hipnótico o de sonambulismo, por ejemplo, son acciones descritas en los tipos, pero no son
imputables a su autor y, por tanto, son atípicos. Así que los actos reflejos y los realizados por fuerza mayor o en estado de inconsciencia,
no implican ausencia de acción, como suele afirmarse, sino ausencia de imputación objetiva de una acción a su autor, y , por tanto,
ausencia de tipicidad.
10
MAURACH, R. Derecho penal. parte General. II. Formas de aparición del delito. pág. 330; Gallas. Deiträge. pág. 98; Meyer. Derecho
Penal. Parte General. pág. 309; Mezger. Studienbuch. pág. 222; Bacigalupo, Enrique. Principios de Derecho penal. 4 º Ed. pág. 369;
Cobo del Rosal/Vives Antón. Derecho penal. Parte General. Pág. 574; Mir Puig. Derecho Penal. parte General. pág. 402; Rodríguez
Mourullo. Comentarios al Código penal, tomo I, pág. 845; Quintero Olivares. Los delitos Especiales; Cerezo Mir. Problemas
fundamentales. pág. 340; Octavio de Toledo y Ubieto/Huerta Tocildo. Derecho penal. parte General; Ruiz Antón. El Agente
Provocador; Sainz Cantero. Derecho Penal. Parte General. pág. 821; Del Rosal. Lecciones.
11
MAURACH/Gössel. Derecho penal. parte General. II. Formas de aparición del delito. pág. 336.
12
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del Hecho en Derecho Penal. cit. pág. 560.
13
CRAMER, en Shönke-Schröder, StGB Kommentar. pág. 350.
14
STRATENWERTH, Günter. Derecho Penal. parte General I. El hecho Punible. Edersa, págs. 237 y ss.
La coacción cuando se analiza la coacción por Para Cobo del Rosal y Vives Antón18
como forma de dependencia psíquica. Para Mezger, lo que caracteriza la conducta del au-
instrumentalización si bien el ‘instrumento’ es un per- tor mediato, distinguiéndola de la del
en la autoría
sona que actúa voluntariamente y partícipe, es la instrumentalización
mediata
que es a veces incluso punible, si se del ejecutor. Tal instrumentalización
le utiliza como objeto sin voluntad, puede tener lugar sobre la base del
esto es vis absoluta, no hay lugar a la error, y también sobre la del empleo
autoría mediata sino la autoría in- de la violencia física o moral. Pero
mediata15. afirma Maurach16 que la no basta la concurrencia de tales cir-
fuerza física es graduable, en este cunstancias para calificar de autor
sentido que puede afectar a la ca- mediato al que, valiéndose de ellas,
pacidad de reacción y valoración impulsa a otro al crimen, sino que es
del sujeto coaccionado, que es lo preciso que la violencia sea de tal
que sucede en el grado leve de fuer- naturaleza que conviertan al que ac-
za, en la vis compulsiva doblegadora túa en un instrumento, de manera
de la voluntad. Pero puede también que la realización del sustrato típico,

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la fuerza física anular la capacidad que sigue al impulso del autor me-

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de actuación del sujeto coacciona- diato, ha de hallarse presidida por la
do de modo que éste aparezca como necesidad. No obstante, para que
‘objeto sin voluntad’ como prolon- pueda hablarse de autoría mediata,
gación del brazo del autor de la el instrumento ha de actuar; si no rea-
coacción, que es lo que sucede en liza una acción, cual sucede en las
los casos de la vis absoluta. hipótesis de vis absoluta, entonces la
En la doctrina española el profesor autoría del hombre de atrás no es me- 115
Bacigalupo17 es muy claro sobre el diata, sino inmediata.
punto en cuestión cuando afirma que
Por su parte para Mir Puig, cuando el
los casos en que falta la acción del
instrumento no realiza un comporta-
instrumento, porque se lo utiliza me-
miento humano no se halla justificado
diante fuerza física irresistible o de una
acudir a la autoría mediata, pues la
forma análoga, no dan lugar a autoría
utilización meramente material de una
mediata sino a autoría directa. Como
persona, sin que ésta actúe como tal
en los ejemplos de quien al ser atro-
bajo control de su voluntad, no tiene
pellado por un vehículo, da contra una
que distinguirse del empleo de otro
vitrina y rompe el vidrio causando
instrumento no humano19.
daños o, como el que rompe un jarro
como consecuencia de acto reflejo Romero Soto, estima que el instru-
provocado involuntariamente, no son mento, solo puede ser el ser humano
instrumentos de un autor mediato, en estado de conciencia. Quien eje-
sino quienes dieron lugar al desplaza- cuta un delito valiéndose de un robot
miento del cuerpo como un objeto o de un animal amaestrado o de un
material, resultan autores inmediatos. ser humano hipnotizado, no se le pue-

15
MEZGER, Edmud. Derecho penal. parte general 6ª ed. 1958. pág. 305.
16
MAURACH, R. Tratado de Derecho Penal. Parte General. II. Formas de aparición del delito. pág 67.
17
BACIGALUPO, Enrique. Principios de Derecho penal. 4º Ed. pág. 367.
18
Cobo del Rosal/Vives Antón. Derecho penal. Parte General. pág. 562.
19
Mir Puig. Derecho Penal. parte General. 4ª ed. 1996. pág. 342. Trae el siguiente ejemplo: alguien empuja a otro que estaba distraído
al borde de una piscina y causa al caer al agua lesiones a un bañista. El que emplea la fuerza irresistible es el autor directo.
Alvaro E. Márquez de considerar como autor mediato, cución de la acción y la producción
Cárdenas Ph. D sino inmediato, del hecho delictuoso20. del resultado no se interponga otra
acción humana voluntaria.
Rodríguez Mourullo, indica que quien
padece una fuerza vis absoluta no rea- Cuando el instrumento no actúa, no
liza ninguna acción, quien despliega se puede dirigir su acción voluntaria
dicha fuerza aparece como autor di- hacia un determinado fin, sino que
recto del hecho. Porque convertido el se interpone una causa física-mate-
sujeto que sufre la fuerza en ‘objeto rial que anula su capacidad para
sin voluntad’ si interposición, no des- formar una decisión, y por tanto la
plaza el carácter inmediato y directo imposibilidad para ejecutarla. Si esto
de la autoría como no lo aleja el em- es así, cualquier instrumentalización
pleo de cualquier utensilio material y de otra persona no vale como presu-
mecánico. El empleo de la vis absoluta puesto para la autoría mediata.
no constituye una hipótesis de parti- En consecuencia, el dominio del he-
cipación en el hecho ajeno, sino de cho en la autoría mediata supone que
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relación del hecho propio, con todas lo que está dominando el sujeto de
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las consecuencias21. atrás es la voluntad del instrumento,


De esta manera para efectos de la dirigiéndola hacia determinado fin o
coacción como fundamento de la au- conformándola de determinada for-
toría mediata, el término fuerza debe ma o aprovechándose de la misma.
Quien carece de capacidad de acción
comprenderse, solamente la vis compul-
no puede cometer un delito ni reali-
siva proveniente de actuaciones
zar elemento típico alguno.
116 físicas sobre el sujeto coaccionado, es
decir, la fuerza que afecta a la capaci- En los casos de vis compulsiva, resulta
dad de reacción y valoración y que aun como vimos, factible la autoría me-
pudiendo llegar a suprimir la libertad diata ya que, valoremos como
volitiva, no anula, sin embargo, la vo- valoramos la actuación del instru-
luntad. Caben aquí todos los grados mento desde el punto de vista
de vis compulsiva, desde los menos in- jurídico-penal, el comportamiento del
tensos que, como tales, no excluyen sujeto de atrás ha causado determi-
la responsabilidad del coaccionado, nados efectos – un comportamiento
hasta los que, por su mayor intensi- voluntario en el de adelante- que con-
dad, fundamentan una total exclusión. trastados con el dominio del sujeto
de atrás, pueden calificarsele como
Concretando, en los casos de vis ab- autor de los mismos.
soluta existe auténtica autoría
directa. Lo que necesita el autor me- 1.3 La autoría mediata
diato para la comisión del delito es y la inducción
precisamente una acción ejecutiva
del instrumento, que sirva de base a El dominio del hecho en los supues-
la realización del tipo. La necesidad tos de coacción, constituido por la
de recurrir a la autoría mediata no utilización de la fuerza sobre el suje-
surge en los casos en que entre la eje- to de delante, es para la doctrina como

20
ROMERO SOTO, Luis Enrique. Derecho penal. Parte General. Volumen II. Temis, Bogotá, 1969. pág. 351.
21
RODRÍGUEZ MOURULLO. Comentarios al Código penal, tomo I, pág. 845.
La coacción indiscutible para dar lugar a la auto- terio que determine cuándo estamos
como forma de ría mediata22. Lo anterior no quiere ante una autoría -mediata o inmedia-
instrumentalización
decir que no se cuestione tal presu- ta- y cuándo ante una participación,
en la autoría
mediata puesto. Si bien se detecta una pues si en principio la pena no varía,
aceptación del dominio del hecho en estar ante una de las situaciones de
estos casos, Samson23 considera que autoría o participación, da lugar a con-
el fundamento y límites del dominio secuencias jurídicas distintas. Es
del hecho mediante coacción resulta cierto, como indicamos respecto de la
bastante controvertido. Ya que la uti- autoría mediata, que el grado de vio-
lización de la violencia para conminar lencia no puede verificarse en una
a otro a que ejecute un delito no es ausencia total de acción en el instru-
algo privativo de la autoría mediata. mento, porque ante la fuerza
irresistible se excluiría la acción del
La doctrina admite que el empleo de
sujeto o que elimine un marco de li-
medios violentos para la determina-
bertad en el que pueda sustanciarse la
ción dolosa de otro a cometer un

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resolución delictiva, más o menos li-
delito, puede constituir también la

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bre del inducido, dejando intactas las
base para una inducción24. Además
posibilidades tanto de una autoría
que la coacción es un medio propio
mediata como de una inducción. Y
para la autoría directa, pues no toda
esta limitación es la que estimamos
fuerza produce instrumentalización
en el intermediario relevante para la conveniente y necesaria. La determi-
autoría mediata, precisamente como nación del título en virtud del cual
veíamos arriba, en aquellos casos en se le imputa el hecho a un intervi-
niente no explica automáticamente la 117
que priva al instrumento de su capa-
cidad de acción25. clase de responsabilidad que contraen
los demás sujetos en un hecho puni-
Aun cuando la doctrina considere que ble, por lo que la averiguación de la
la delimitación entre autoría mediata autoría o participación no debe cen-
e inducción, cuando se ha coacciona- trarse en un lado del problema –en el
do a otro a realizar un delito, es del sujeto de atrás-; podemos anali-
innecesaria desde el punto de vista zar también la actuación del sujeto
práctico, toda vez que tanto en uno de delante. Así, Del Rosal Blasco jus-
como otro corresponde la misma tifica la clara diferenciación entre
pena26; estimamos importante para autoría mediata e inducción no sólo
otras consecuencia encontrar un cri- por razones sistemáticas o político-

22
ROXIN. Täterschaft und Tatherschaft. pág. 160.
23
SAMSON. SK Supra 25. Número 73.
24
MEZGER. Studienbuch. pág. 222; Maurach. Derecho penal. parte General. II. Formas de aparición del delito. pág. 683; Gallas.
Deiträge. pág. 198; Meyer. Derecho Penal. Parte General. pág. 309; Bacigalupo, Enrique. Principios de Derecho penal. 4 º Ed. pág.
384; Cobo del Rosal/Vives Antón. Derecho penal. Parte General. pág. 574; Mir Puig. Derecho Penal. parte General. pág. 422;
Rodríguez Mourullo. Comentarios al Código penal, tomo I, pág. 845; Quintero Olivares. Los delitos Especiales; Cerezo Mir. Problemas
fundamentales. pág. 340; Octavio de Toledo y Ubieto/Huerta Tocildo. Derecho penal. parte General. pág. 387.
25
HERNÁNDEZ PLASENCIA. La autoría mediata. Cit. pág. 83. La autoría presenta un elemento común con la autoría directa: el
dominio del hecho. La diferencia que marca la autoría mediata se establece en la no competa ejecución del tipo por el sujeto de atrás,
pues la sesión del bien jurídico en los casos de autoría mediata es producto, al menos de dos comportamiento humanos.
26
Cerezo Mir. Problemas fundamentales. pág. 432 estima que frente a la pena del inductor propone una de lege ferenda, una atenuación
facultativa de la pena. Stratenwerth. Strafrecht. A.T. número 774.
Alvaro E. Márquez criminales, sino también por razones en la tentativa de inducción que en la
Cárdenas Ph. D de punibilidad27. tentativa en autoría mediata.
Dependiendo del criterio que se sus- La doctrina considera que son ade-
tente para fundamentar el dominio cuados, para inducir a una persona a
del hecho, puede resultar que al ins- delinquir, tanto los beneficios pro-
trumento le pueda o no alcanzar metidos o acordados al autor como
también la pena y no sólo, por tanto, la coacción u otra amenaza mientras
al autor mediato, mientras que esto el autor, naturalmente no pierda el
es normalmente así en la inducción; dominio del hecho, pues en este caso
el sujeto de delante será también y estaríamos ante un supuesto de au-
siempre autor, un responsable crimi- toría mediata30.
nal. Por el contrario, si la coacción
Quintano31 explica ‘que cuando el
fundamenta una autoría mediata, el
hecho mismo de la coacción tienda a
sujeto de delante en bastantes su-
que el coaccionado ejecute algún de-
puestos, aunque no necesariamente
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lito, el autor de aquélla lo será


en todos, será irresponsable. Por ello,
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asimismo, a título de inductor...’; el


a pesar de que se hable de dominio planteamiento no es rigurosamente
del hecho mediante coacción, no sig- cierto, pues el autor de la coacción
nifica que constatada una coacción puede responder como autor media-
sobre otro pueda hablarse ya de do- to y no como inductor. Todo
minio; el dominio como veremos, se dependerá de si la coacción o la ame-
determina mejor sobre los efectos naza incluyen la característica o
que produce la coacción sobre la pro- entidad suficiente para determinar una
118
pia entidad de la misma. de las dos figuras. El Tribunal Supre-
Desde el punto de vista no sólo teóri- mo ha destacado la necesidad de que
co sino también de la aplicación del en todo caso, permanezca la libertad
derecho positivo, la distinción entre de decisión en el inducido. En sen-
autoría mediata e inducción resulta tencia de 8 de julio de 196832 establece
imprescindible como en el caso del que ‘la autoría moral o inducción re-
artículo 14328, numeral 1 del CP don- quiere, para existir, una presión eficaz,
de se requiere precisar el alcance de intensa y suficiente de una persona
la instigación al suicidio para aplicar que no actúa ejecutivamente, sobre
o no este precepto29. Además, la deli- otra, para impulsar su ánimo, una vez
mitación entre autoría mediata e que su libertad de decisión no dismi-
inducción se hace precisa también por nuida ni eliminada acepte el acicate,
estricta razones de punibilidad, pues excitación o persuasión ajena, para
ésta será distinta, incluso inexistente, que surgiendo una coordinación de

27
DEL ROSAL BLASCO, Bernardo. La provocación... Cit. pág. 280.
28
Art. 143 del CP. “El que induzca al suicidio de otro...”
29
En el StGb alemán a pesar de que también equipara punitivamente al inductor y al autor, donde, hasta hoy no existe un precepto
similar al actual art. 143, lo que conlleva bien a la impunidad -la inducción y el auxilio al suicidio no están regulados- o bien a la autoría
mediata de homicidio.
30
BACIGALUPO. Principios de derecho penal. cit. pág. 384.
31
QUINTANO RIPOLLES, Antonio. Curso de Derecho penal. Ed. Revista de Derecho Privado, 1946. pág. 245.
32
STS 8 de julio de 1968 (Nº. A. 3594) citada por Rodríguez Mourullo. Comentarios I. pág. 859.
La coacción ambas voluntades, se efectúe por éste cho punible. En oposición al induc-
como forma de el hecho delictivo’. tor, cuyo rol se agota luego de la
instrumentalización provocación de la idea criminal y se
en la autoría Por lo indicado anteriormente, la de-
mediata terminación estructural de la autoría somete a la voluntad del autor prin-
mediata ha planteado considerables cipal, el autor mediato mantiene,
dificultades para la doctrina y la ju- desde un comienzo y hasta el final,
risprudencia. Ello se ha debido en el control del desarrollo de los acon-
primer lugar a que, desde una pers- tecimientos34.
pectiva externa, la autoría mediata se En nuestra opinión el criterio para
presenta como un campo límite difí- determinar la autoría mediata de la
cil de fijar entre la autoría individual participación, la podemos encontrar
y la participación. Con la autoría di- si entendemos que cuando se refiere
recta tiene en común que el autor al concepto de coacción, fuerza, ame-
mediato no causa o colabora en un naza, intimidación, violencia para
hecho ajeno, sino que realiza por sí que otro realice un hecho, estamos

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mismo el hecho propio, aunque me- frente a los presupuestos de la auto-

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diante la incorporación de otro ser ría mediata, cuando dicha coacción
humano como un sujeto en sí idóneo no supera el grado a lo irresistible;
para la comisión responsable del he-
de lo contrario la persona pasa en la
cho. Por otra parte, la autoría mediata
situación a hacer un objeto sin ac-
e inducción tiene en común que am-
ción, donde bien pudo utilizar el
bas formas delictivas causan el
determinador un robot, un animal u
resultado típico, mediante la motiva-
otro objeto inanimado como elemen-
ción de una persona para consecución 119
to de la naturaleza, estamos ante un
de este resultado.
supuesto de autoría inmediata.
Para Maurach33, en cuanto a estable-
cer diferenciaciones entre la autoría Garrido Montt35, sostiene que la in-
mediata y la participación, conside- ducción no alcanza los medios
ra que el aspecto central de la autoría dirigidos a forzar una resolución, sino
mediata radica en la degradación de que los medios utilizados van desti-
un ser humano a la categoría de un nados a convencer al tercero para que
medio material no libre para la ob- adopte la finalidad y resolución de
tención de fines delictivos, en el ejecutar el hecho. La inducción debe
abuso de una persona en cuanto ins- entenderse como una acción comple-
trumento, mientras la inducción se mentaria. Donde el inducido es quien
manifiesta por ‘la corrupción de un realiza el hecho, pero lo hace preci-
ser humano libre’. samente porque ha sido convencido,
persuadido en ese sentido.
Sólo quien tiene el dominio del he-
cho está en situación de abusar de El Tribunal Supremo36 ha declarado
otra persona para la ejecución de he- que para que pueda exigirse respon-

33
MAURACH/ GÖSSEL. Derecho penal. parte General. II. Formas de aparición del delito. pág. 340
34
MAURACH/ GÖSSEL. Cit. pág. 324. Considera que aun en las escasas situaciones en las que el instrumento actúa en forma
plenamente delictiva para su interés el ‘hombre de atrás’ mantiene una reserva de fuerzas que le permite utilizar al actuante directo
como un mero instrumento.
35
GARRIDO MONTT, Mario. Etapas de ejecución del delito. Autoría y participación. Chile. pág. 287.
36
Sentencia que reproduce Rodríguez Mourullo, en comentarios al CP. Tomo I, pág. 840.
Alvaro E. Márquez sabilidad criminal en concepto de mite grados de violencia y la fuerza
Cárdenas Ph. D inductor, “es imprescindible que en- moral o psicológica, no es menos gra-
tre los actos por ella ejecutados y los ve que la física y surte como ésta sus
productores del delito haya una rela- efectos suficientes para dominar la
ción de causalidad, pero en términos voluntad del sujeto de delante.
que el pacto, consejo o mandato, que
El caso era un ejemplo teórico de
son las formas más frecuentes de la Maurach, donde A determina B, una
inducción, ejerzan influencia tan de- mujer fácilmente influenciable o so-
cisiva en el ánimo del inducido...”. metida a aquél tanto sexual como
El influjo psíquico ejercido sobre el psicológicamente, a dar muerte a su
autor material deber se causa de la marido, bajo la amenaza de abando-
decisión de ejecución del hecho. Por narla, en caso contrario. Para llevar
lo tanto la fuerza en la inducción sólo a cabo el designio le entrega el vene-
deberán encontrar cabida los medios no, le da instrucciones precisas y
violentos de carácter moral37. La de- vigila la ejecución del hecho. Existe
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cisión del autor material, aun siendo dominio final de hecho de parte de
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el resultado del influjo psíquico ejer- A, por lo que para Maurach es un cla-
cido por el inductor, debe aparecer ro ejemplo de autoría mediata.
en todo caso como una decisión vo-
luntaria. Los medios puestos en El ejemplo anterior se repitió en la
práctica por el instigador, deben sentencia del Tribunal Supremo de
constituir solamente lo motivos que 10 de noviembre de 199438. En las
estimularon al autor material, pero sin consideraciones de la providencia se
120 privar a éste de la posibilidad de ele- estableció que el determinador, pro-
gir entre ejecutar el hecho o no vocó la ejecución del acto criminal
ejecutarlo. Si la coacción moral des- principal a través de una incitación
plegada sobre el ejecutor desplaza la directa y causal que llegó a la mente
libertad de voluntad de éste, no exis- de la autora material sobre la que,
tirá inducción, surgiendo entonces dado su bajo nivel intelectivo, el in-
una verdadera autoría mediata. ductor ejercía una fuerte presión
moral en base, además, al carácter
fácilmente sumiso e influenciable de
1.4 Violencia psicológica.
la inducida. La inducción criminal –
Jurisprudencia
indicó el Tribunal- equivale a consejo,
Constituye un caso que resulta inte- mandato, inspiración o persuasión
resante porque plantea los límites que se ejerce sobre una segunda per-
entre lo que es la autoría mediata y sona. Por eso en la inducción existe
la inducción. Si bien el Tribunal Su- la concurrencia de dos voluntades
premo falló admitiendo la inducción, cuya coincidencia o acuerdo deter-
para nosotros resulta un ejemplo que mina la infracción delictiva. “Al
reúne los elementos para reconocer- respecto ha de señalarse, a) que la
se la autoría mediata. La controversia inducción no requiere para su exis-
en la doctrina es discutida, toda vez tencia la anulación de la segunda
que como se dijo la vis compulsa ad- voluntad aunque la influencia psíqui-

37
RODRÍGUEZ MOURULLO, Gonzalo. Comentarios a Código Penal. 1972. tomo I. pág. 845.
38
STS del 10 de noviembre de 1994. Nº. A. 8805.
La coacción ca del inductor incida de modo efi- lo y dio impulso a la actividad pro-
como forma de caz y directo sobre ella... en el vocadora del proceso causal, aunque
instrumentalización ese impulso haya sido psíquico, pero
supuesto presente; tal detalle el re-
en la autoría
mediata lato histórico de la sentencia suficiente como en el ejemplo para
recurrida, el ahora recurrente fue pau- dominar el hecho por parte del suje-
latinamente minando la voluntad de to de atrás, minando la voluntad del
la segunda acusada... el que la acu- sujeto de delante por su falta de li-
sada actuara como consecuencia de bertad en el momento de la
la inducción sobre ella ejercida por resolución a cometer el hecho.
el otro acusado, incluso porque ac-
Para Stratenwerth en los casos de ex-
tuara bajo la presión psicológica que trema dependencia psíquica resulta
suponía la amenaza del inductor en aceptable la autoría mediata. Tal de-
el sentido de que si no llevaba a tér- pendencia se pude fundar en la falta
mino la acción se fuera olvidando de de frenos inhibitorios requeridos para
él, nada tiene que ver con la altera- la capacidad de culpabilidad, sea que

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ción de las facultades intelectivas y ésta provenga de la minoría de edad

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volitivas de la recurrente. Como se o de perturbaciones psíquicas del que
desprende de cuanto se ha dicho has- obra directamente, de tal forma que
ta el momento, la autora material no puede resistir influencias de otras
procedió con plena inteligencia y vo- personas39.
luntad y a consecuencia de una plena
capacidad de discernimiento, sin que A diferencia de lo que ocurre con el
exista prueba alguna, testimonial o instrumento no doloso, el psíquica-
técnica, que permita sentar conclu- mente dependiente dispone tanto del 121
sión en sentido contrario. No puede conocimiento de las circunstancias
así hablarse de debilidad mental o de como de la voluntad de acción y, por
coeficiente intelectual inferior a lo tanto, domina el suceso que realiza el
normal. Y es que la perturbación aní- supuesto del hecho típico. Sin embar-
mica derivada de sentimientos go, al mismo tiempo, resulta que es
amorosos más o menos frustrados, más o menos ampliamente dominado.
no implica ni mucho menos la per- Al parecer, el dominio del hecho pue-
turbación de las facultades mentales. de presentar diverso niveles y
Igualmente el carácter sumiso e in- corresponder de distintas maneras a
fluenciable de la recurrente carece de los partícipes. En consecuencia, se
significado alguno desde el punto de pueden presentar concepciones o pun-
vista jurídico y penal en relación con tos de vista opuestos: si se considera
las circunstancias modificativas de la en primera línea el dominio de la ac-
ción por parte del dependiente, podría
responsabilidad criminal’.
sostenerse que éste es autor y el que
Respecto a lo anterior es claro que ejerce el dominio psicológico sobre él
el código penal no se interesa única- obra como coautor o como inductor.
mente por el realizador material de Pero si, por el contrario, se parte de la
los actos que provoca un efecto pro- influencia determinante del que obra
hibido; también se interesa por aquél por detrás, será posible –y, eventual-
que determinó el propósito de lograr- mente, a pesar de la autoría del

39
STRATENWERTH, Günter. Derecho Penal. Parte General I. El Hecho Punible. Edersa. pág. 233.
Alvaro E. Márquez dependiente- considerar a aquél La determinación del dominio del
Cárdenas Ph. D como autor mediato. hecho a través de la coacción en
la dirección normativa, se realiza
La solución es muy controvertida en
comparando la entidad de la coac-
razón de que en la dependencia psi-
ción con la valoración normativa,
cológica no existen alternativas
mientras que en la dirección fácti-
claras, sino que prácticamente en-
ca del dominio del hecho, éste se
tran en consideración todos los
grados de intensidad. Resulta aquí aprecia acudiendo a otras fuentes
indispensable una decisión valora- valorativas para precisar la instru-
tiva. Para ello habrá que considerar mentalización del sujeto de
el grado de dependencia psíquica del adelante.
instrumento, verificando si es de tal
intensidad que puede excluirlo de la 1.5.1 El dominio fáctico
responsabilidad penal y en este su- Maurach42 parte como principio rec-
puesto responsabilizar al que ha tor en materia de codelincuencia, de
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obrado por detrás como autor me- que las formas de autoría aparecen
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diato, como era el caso del la frente a las de participación siempre


sentencia que se ha comentado. como de primaria determinación, y
singularmente el contenido de la au-
1.5 Fundamento de la coacción toría mediata debe verificarse a través
de un modo material y jurídico-posi-
Pretendemos analizar el fundamen-
tivo, y no en sentido formal y negativo.
to del dominio del hecho en un sujeto
Por el contrario, la fundamentación de
122 que ejerce coacción sobre otro para
que lleve a cabo un delito. Al respec- la responsabilidad del partícipe tiene
to, son dos las posiciones que se un carácter secundario, pues la reac-
mantienen en orden a la caracteriza- ción del ordenamiento jurídico frente
ción del dominio del hecho: el a su intervención en el hecho depen-
dominio fáctico y el dominio norma- de de la calificación jurídica que reciba
tivo del hecho. El primero prioriza la a su vez el hecho realizado por el au-
entidad material de la coacción y sus tor (principio de accesoriedad)43. En
efectos sobre la víctima40, mientras consecuencia, cuando un sujeto coac-
que el otro relega la solución a la pre- ciona a otro para que lesione de forma
via valoración normativa que merece típica un bien jurídico, la autoría del
el comportamiento del sujeto que ac- inductor debe cotejarse teniendo en
túa en tal situación 41, es decir, la cuenta sobre todo su actividad y los
existencia de autoría mediata o de in- efectos que han producido en el eje-
ducción se hace depender de si el cutor, con independencia, en
ejecutor es o no responsable jurídi- principio, de cómo valore el Derecho
camente del delito que comete. la actuación de éste.

40
MAURACH, R. Strafrecht AT. pág. 632 y Schroeder. Der Täter hinter dem Täter. págs 120 y ss. Son quienes plantean esta teoría.
41
Roxin, Claus. Autoría y Dominio del Hecho en Derecho penal. Cit. pág. 146 y ss.
42
MAURACH, R. Derecho Penal. Parte General. Volumen 2: Formas de aparición del delito y las consecuencias jurídicas del hecho.
Traducción de la 7ª. ed. Por Jorge Bofill , 1975. pág. 621.
43
MAURACH, R. Tratado de Derecho penal. Traducido por Córdoba Roda. Barcelona, 1962. pág. 629.
La coacción Según Schroeder44, es necesario la juicio que se sigue contra aquél46-,
como forma de formalización de los casos límite para entre el instigador y el ejecutor pue-
instrumentalización de traducirse en estos casos en un
establecer las posibilidades de una
en la autoría
fundamentación de la autoría media- dominio del hecho por parte del pri-
mediata
ta. Ello sucede cuando la posición e mero, dando lugar a un supuesto de
influencia del sujeto de atrás sobre el ‘autor detrás del autor’, en que el su-
instrumento, equivale materialmente jeto de atrás utiliza a un ejecutor que
a la utilización de un ejecutor discul- está en el sector límite de un esta-
pado en virtud de una situación de do de necesidad, o también cuando
necesidad, aunque no sea formalmen- se utiliza a un inimputable, entre
te subsumible en ella45. La utilización ellos a menores de edad penal, en
mediante la coacción de un ejecutor los supuestos de exceso en la legí-
al que se coloca en el ‘sector límite tima defensa o cuando el ejecutor
de las causas de exculpación’, -como actúa con un error de prohibición
en el caso del ejemplo teórico de vencible.

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Maurach, de la mujer fácilmente in- Acepta también en estos casos el

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fluenciable y vinculada sexual y dominio del hecho Nowakowki 47,
psicológicamente a su amante -insti- quien considera que si bien no son
gador-, en opinión de Schroeder, no decisivas ni la importancia ni la ne-
conducen automáticamente a catalo- cesariedad de la contribución al
gar como participación en el delito la hecho, así como tampoco la influen-
conducta del sujeto de atrás con base cia sobre el curso causal, es posible
en la única razón de que tal ejecutor la autoría mediata, allí donde el eje-
no queda exculpado por el Derecho. cutor actúa bajo la influencia 123
dominante de un hombre de atrás
Según este planteamiento doctrinal, sin quedar aquél libre de responsa-
la autoría mediata, en los casos de bilidad, esto es, donde también el
coacción, no se vincula solamente a instrumento resulta condenado. Así
los supuestos en que el ejecutor in- mismo, para Lange, la autoría media-
mediato es irresponsable –contenido ta también tiene lugar en los
básico de la autoría mediata -. La de- supuestos en que el instrumento uti-
pendencia existente, que podría ser lizado por el sujeto de atrás es
esencialmente económica- cita responsable penalmente; el dominio
Schroeder como ejemplos el del de- del hecho se construye en estos ca-
lincuente que amenaza al campesino sos en virtud de la dirección de la
con un incendio si no le oculta, o el voluntad que tiene el sujeto de atrás
del jefe de la empresa que amenaza sobre el instrumento aun cuando
con despedir al trabajador con fami- éste, con voluntad de autor puede ser
lia numerosa si no perjura en un autor responsable48.

44
SCHROEDER, Horst. Der täter hinder dem Täter. 1965. pág. 120.
45
SCHROEDER, Horst. Cit. pág. 24.
46
SCHROEDER, Horst. Cit. pág. 25.
47
NOWAKOWKI. Tatherrschaft und Täterwille. En: JZ, 1956. pág. 549.
48
LANGE. Kohlrausch-Lange. pág. 161. Aunque este autor defiende el dominio del hecho, en principio con independencia de si el
ejecutor resulta responsable jurídicamente o no –por ello le parece más apropiada la expresión ‘intermediario’ que ‘instrumento’ para
referirse al ejecutor, pues cada uno desde su propio punto de vista de ser enjuiciado.
Alvaro E. Márquez 1.5.1.1 Crítica que el sujeto de delante puede y debe
Cárdenas Ph. D resistirla50. Pero, sobre todo el prin-
Las tesis de Maurach y Schroeder
cipal defecto de la construcción de
principales defensores de esta posi-
Schroeder radica en sus consecuen-
ción doctrinal ha tenido poca
cias para el sistema de la
aceptación. Lo que interesa a esta
codelincuencia, pues adolece de una
teoría es si realmente el sujeto de
falta de medida tangible para deter-
delante tiene en sus manos el domi-
minar en ese sector límite tal
nio del hecho de una manera fáctica.
fundamentación del dominio del he-
En tal sentido, varios autores han
cho, conduciendo a una inseguridad
indicado que el dominio del hecho, y
jurídica. Además que en la tesis de
por tanto, la autoría mediata, no en-
cuentran cabida en el ejemplo49 de Schroeder, se cae en el riesgo de que
Maurach, dado que no existe una ins- la autoría mediata adquiera una exa-
trumentalización lo suficientemente gerada ampliación.
relevante en el sujeto de delante, y 1.5.2 Dominio normativo
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ello lo demuestra el dato de que éste del hecho


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es autor responsable del hecho.


Según un amplio sector de la doctri-
Pero, es Roxin quien critica más con- na, para atribuir el dominio del hecho
cretamente la tesis de Schroeder, que al sujeto que ha coaccionado a otro
empieza cuestionando el punto de a ejecutar un delito, no es necesario
partida de aquél, es decir, que los lí- establecer en la indagación el grado
mites jurídico–formales de las causas de intensidad de la coacción, de si
124 de exculpación no ofrezcan ningún fue violencia física o moral, ni su for-
criterio útil para la determinación del ma directa o indirecta, porque
dominio del sujeto de atrás. Para idéntica clase e intensidad de coac-
Roxin resulta exagerado fundamen- ción en parecidas circunstancias
tar el dominio del sujeto del hecho puede servir para fundamentar o no
del instigador, es decir, una autoría el dominio del hecho y en conse-
mediata, apoyándose en la existen- cuencia, la autoría o la participación
cia de una equivalencia material entre del sujeto de atrás. Por lo que un pre-
las conductas que se encuentran fuera supuesto metódico como el que se
de los límites formales de las causas indica, de naturaleza fáctica, resulta
de exculpación y las que están den- ineficaz para imputarle al sujeto de
tro de ello, cuando, precisamente, el
atrás el dominio del hecho.
propio legislador no concede al eje-
cutor el privilegio de la exclusión de Para Roxin, la autoría mediata apa-
la culpabilidad al considerar que la rece cuando el sujeto de atrás tiene
coacción no ha sobrepasado un de- el dominio de la voluntad, aunque
terminado grado de violencia, por lo éste no debe identificarse con cual-

49
Ejemplo al que tuvimos oportunidad de referirnos en el acápite acerca de las diferencias entre inducción y autoría mediata, es el caso
donde el amante determina a la mujer B, fácilmente influenciable y vinculada sexual y psicológicamente de forma total a él, a la muerte
de su marido bajo la amenaza de abandonarla, proporcionándole el veneno, dándole indicaciones detalladas y vigilando la ejecución del
hecho. Según Maurach, A tiene el dominio del acto, con independencia de que también la ejecutora B sea plenamente responsable al
no quedar su hecho personal exculpado por el Derecho, pues la actuación de A se mueve en un sector límite entre autoría mediata y
participación, aquí prioriza el dominio del acto antes que la valoración jurídico-penal de la conducta del sujeto que ejecuta el delito.
50
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del Hecho en Derecho Penal. Cit. pág. 225.
La coacción quier clase de influencia psicológica autor totalmente responsable y pre-
como forma de sobre la voluntad del ejecutor51. Por suponer con ello la libertad de su
instrumentalización
lo anterior afirma: ‘no todo el que decisión, y de otro, considerar su
en la autoría
mediata más o menos ejerce una fuerte in- comportamiento como dominando
fluencia sobre la resolución del por el hombre de atrás y con ello como
ejecutor del hecho, ya por eso domi- no libre’53. Sobre esta base, asegura
na el hecho. Pues tal influencia tiene Roxin, el autor que ejerce la coacción
igualmente inductor y cómplice... El domina directamente sólo al coaccio-
dominio debe ser circunscrito a los nado, y debido a que la acción de éste
casos en los que la última y decisiva domina el curso del acontecimiento,
resolución sobre lo que debe acon- propicia también que el sujeto de atrás
tecer está junto al hombre de atrás’52. domine mediatamente el hecho 54.
Pero la cuestión es, como el propio Ahora bien, tal dominio no se des-
autor reconoce “cuándo se permite prende aquí de la situación psíquica
sostener en un caso concreto que la en la que actúa el instrumento coac-

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última y decisiva resolución está jun- cionado, sino en virtud de lo que

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to al hombre de atrás..., pues el determina el ordenamiento jurídico
coaccionado bajo la violencia o ame- respecto a su responsabilidad. Por
naza también podría tener la última ello entiende que si el legislador li-
decisión sobre ello, sobre lo que debe bera al ejecutor directo de la
acontecer, estaría junto a él”. responsabilidad –independiente-
mente de su situación psíquica en
Una limitación a la ciega expansión
el caso concreto- y le deja ir impune
de la autoría mediata podría venir 125
por medio de las más insignificante
dada por considerar inexistente el
oposición, entonces sólo así puede
dominio del hecho en los supuestos
ser entendido que él en esa situación,
en que, desde el punto de vista jurí-
vea el acontecimiento en la mano
dico-penal, el ejecutor inmediato es
del hombre de atrás y a éste en la
responsable del hecho que ejecuta,
posición central le deja configurar el
pues tal circunstancia impediría tra-
desarrollo ejecutivo.
tarle a la vez como instrumento del
supuesto autor mediato. Gallas sos- Por ello, para Roxin, el dominio del
tiene esta idea al indicar que ‘un hecho del hombre de atrás en los ca-
ordenamiento jurídico, que como el sos de coacción se desprende
nuestro está orientado a los concep- directamente del “principio de res-
tos de libertad y responsabilidad con ponsabilidad”, que significa: cuando
ello a lo ético-social, no puede, sin la ley declara responsable al ejecutor
caer en contradicción, de un lado, coaccionado hay inducción, mientras
mostrar al ejecutor inmediato como que si lo considera irresponsable, con-
51
ROXIN, Claus. Autoría y dominio... Cit. pág. 144.
52
ROXIN, Claus. Autoría y dominio... Cit. pág. 144.
53
GALLAS,Wilheman. Beiträge Zur... Cit. págs. 98 y ss.
54
CASTILLO GONZÁLEZ, Francisco. La Autoría mediata. Costa Rica. pág. 95. La coacción sólo puede fundar la autoría mediata del
determinador en la medida en que el mediador del hecho domine también el acontecimiento. En forma gráfica explica, que así como
el rey tiene dominio sobre la provincia a través de un representante suyo, en la medida en que éste también domine la provincia, así
también en la coacción, el autor mediato tienen dominio del hecho en la medida en que el coaccionado que él controla, domine a su
vez el hecho, a cuya ejecución fue obligado.
Alvaro E. Márquez vertiría al sujeto de atrás en autor 1.5.2.1 Crítica
Cárdenas Ph. D mediato55.
Küper59, cuestionado la posición de
Si en tales casos el legislador libera Roxin, llega a la conclusión que el
de responsabilidad al ejecutor direc- principio de responsabilidad como
to, es porque quiere imputarle al criterio de determinación del domi-
sujeto de atrás el hecho como pro- nio del hecho en los casos de
pio. En definitiva supone esto que, coacción, no debe entenderse como
‘quien sobre la acción directa de otro un principio que fundamente tal do-
ejerce solamente una fuerte influen- minio, sino como un principio de
cia, no tiene el dominio en sentido delimitación. Estima que la presión
jurídico, porque la responsabilidad psíquica ejercida a través de la coac-
permanece junto al ejecutor. Pero ción, tanto en sus aspectos
quien influye sobre otro de tal mane- cuantitativos, en cuanto a su inten-
ra que éste quedará libre de la sidad, como cualitativos, en relación
responsabilidad según la ley, es para con la pérdida del bien jurídico ame-
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considerarle como portador del do- nazado, puede ser utilizada por el
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minio de la voluntad’56 inductor y por el autor mediato, por


lo que se necesita un principio deli-
La intensidad y la clase de fuerza, a
mitador entre la inducción, que no
efectos del dominio del hecho a tra-
alcanza el dominio del hecho, y la
vés de la coacción, sólo pueden tener
autoría mediata, que sí llega a con-
naturaleza normativa, y ésta se con-
seguirlo. Este principio delimitador
creta en la concurrencia de un estado
126
puede tener naturaleza normativa, y
de necesidad exculpante. Con ello se
se encuentra en los requisitos del es-
garantiza, a la vez que se cuenta con
tado de necesidad exculpante. En
un criterio razonable para resolver
conclusión “el principio de respon-
estos supuestos, una mayor seguridad
sabilidad en el ámbito del dominio
jurídica57, y que supone un marco
de la coacción no es un principio nor-
delimitado entre la autoría mediata y
mativo de fundamentación del
la inducción. Este principio de res-
dominio del hecho, sino puramente
ponsabilidad lo considera Roxin
un secundario principio y medida de
válido únicamente para los casos de
delimitación”60.
dominio del hecho a través de la
coacción, pero no para los casos de De otra parte, que la delimitación
error, puesto que en éstos el domi- entre inducción y autoría mediata en
nio del hecho no se apoya en la falta los casos de coacción venga dada di-
de libertad del instrumento sino en rectamente por la regulación legal, es
su ceguera58. algo que recientemente ha sido cues-

55
Es doctrina dominante en Alemania. Welzel. Strafrecht. Cit. pág. 103. Gallas. Beiträge, Cit. pág. 98. Mezger. Lehrbuch. Cit. pág. 431.
Bockelmann/Volk. Strafrech. AT. pág. 181.
56
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del Hecho en Derecho Penal. Cit. pág. 148.
57
HERZBERG, Rolf. Täterschaft und Teilnahme. 1977. pag. 233
58
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del Hecho en Derecho Penal. Cit. pág. 170. Stein, Ulrich.
59
KÜPER, Georg. Anspruch und wirkliche... Cit. 1989. pág. 948.
60
KÜPER. Cit. pág. 950.
La coacción tionado por Stein61. Estima que a Para este autor, prescindiendo por el
como forma de pesar de que “es correcto que la ley momento de los grupos de casos de
instrumentalización
mediante la disculpa del sujeto de autoría mediata, lo que caracteriza
en la autoría
mediata delante suscriba la responsabilidad esencialmente a ésta es la actuación
sólo a los hombres de atrás”, sin em- de la persona utilizada como instru-
bargo no se explica “por qué debe mento por otra para la comisión de
ser la sola responsabilidad condicio- un delito. Se considera, para efectos
nante de una autoría”. Esto llevaría de diferenciar claramente la autoría
a la conclusión, según Stein, de que mediata de otras figuras, que no sólo
si se parte de que la ley tiene esa debe comprobarse que el sujeto de
doble función de delimitar al partí- adelante esté disculpado por el orde-
cipe del autor mediato cuando el namiento jurídico, sino también si ha
ejecutor obra como arreglo a Dere- actuado instrumentalizado. El hecho
cho, exento de responsabilidad, de que actúa con propia responsabi-
obligaría a considerar autor a quien lidad, sin embargo, puede convertir

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se limita a invitar a un sujeto que se al sujeto de atrás en autor mediato,

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encuentre en una situación de ne- cuando por ejemplo el instrumento
cesidad a la comisión del hecho ya se encuentra abstractamente en la
delictivo, pues a éste también lo li- situación de necesidad que él mismo
bera la responsabilidad.62 ha producido64.
En una parecida línea se manifiesta
Herzberg, negando que un poder fác-
1.6 La doctrina
y la jurisprudencia
tico de dirección del curso causal sea 127
suficiente para otorgar el dominio del La doctrina española apenas entra en
hecho y por tanto que no puede jugar la anterior discusión, admitiendo úni-
rol alguno en la determinación de la camente con carácter general, que
autoría mediata. Sin embargo, trata de hay lugar a la autoría mediata cuan-
fundamentar por qué quien coaccio- do en el instrumento da lugar a alguna
na hasta un punto que llega a liberar causal de inculpabilidad65. Así, el pro-
de responsabilidad al ejecutor es au- fesor Bacigalupo estima que podrá
tor mediato; un fundamento que, admitirse autoría mediata en los ca-
partiendo del principio de responsa- sos en que el coaccionado haya
bilidad, se extiende para explicar todas perdido, por la intensidad del efecto
las formas de aparición de la autoría de la coacción ‘la última y relevante
mediata (error, coacción etc.), y que decisión sobre lo que ocurrirá’, de tal
en el caso concreto de la coacción, lo forma que ésta se traslada a las ma-
hace a través del ‘principio de la ins- nos del que ejerce aquélla66. Gómez
trumentalización’63. Benítez sostiene que en los delitos

61
STEIN, Ulrich. Belteiligugsformenlehre. 1988. Cit. pág. 200.
62
STEIN, Ulrich. Ibídem.
63
HERZBERG. Táterschaft und Teilnahme. Cit. pág. 13.
64
HERZBERG. Jura. 1990. Cit. pág. 26.
65
BACIGALUPO, Enrique. Principios de derecho penal. Parte General. 4ª Ed. 1997. Pág. 367. Gómez Benítez. Teoría Jurídica del
Delito. Cit. Pág. 141 y ss. Cobo del Rosal y Vives Antón. Derecho penal. Parte General. 3ª Ed. pág. 584.
66
BACIGALUPO, Enrique. Principios de derecho penal. Parte General. 4ª Ed. 1997. pág. 371.
Alvaro E. Márquez dolosos comunes, sólo puede ser ins- darían en el acusado Salvador, los
Cárdenas Ph. D trumento, quien en sí mismo no es elementos de inimputabilidad o in-
autor plenamente responsable... ‘esto culpabilidad necesarios para
implica que el instrumento quede im- considerarlo un mero instrumento
pune, porque no puede imputársele a delictivo, y no un partícipe conscien-
él (el ejecutor) la realización del tipo, te y material en el delito cuya
ni tampoco puede afirmarse su parti- existencia conoce y en el que pacta
cipación en él’67. Para Cobo/Vives68 una cooperación y un lucro, confor-
la actuación del instrumento, en la me declaran inequívocamente los
realización del sustrato típico, que si- hechos probados’. En el mismo sen-
gue al impulso del autor mediato, debe tido STS de 15 de junio de 1994 (Nº.
hallarse presidida por la necesidad. A. 4960).
La jurisprudencia del Tribunal Supre- Supuestos donde el sujeto de adelan-
mo reitera este criterio; así, en te actúa bajo coacción o miedo
sentencia del 15 de octubre de 1990 insuperable, lo propone Maurach69, to-
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(Nº. A. 8085) se exige la inimputabi- mado de la doctrina alemana, un


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lidad o inculpabilidad para dar lugar ejemplo que arriba se indicó, donde
a la autoría mediata, donde el recu- A determina a B mujer fácilmente in-
rrente alegaba ser el instrumento de fluenciable y vinculada sexual y
un autor mediato, lo que para el caso psicológicamente de forma total a
era incongruente. ‘Primero porque en él, la muerte de su marido bajo la
tal forma de autoría es precisamente amenaza de abandonarla, proporcio-
128
el autor inmediato el que ejecuta la nándole el veneno, dándole
acción descrita en el tipo, aunque indicaciones detalladas y vigilando la
obre como instrumento inocente del ejecución del hecho. Un caso similar
hombre de atrás y aquí, como se re- se presentó en sentencia del 10-11-
conoce en el recurso y resulta del factum, 1994 del TS donde el Tribunal
quien ejecutaba la conducta descrita consideró que daba lugar a la induc-
en el tipo era el otro correo, limitán- ción y no a la autoría mediata a pesar
dose el recurrente a cooperar a ella de las amenazas psicológicas a las
en la forma omisiva ya dicha. Y se- que estaba sometida la autora mate-
gundo, porque en modo alguno se rial de los hechos70.

67
GÓMEZ BENÍTEZ, José Manuel. Teoría Jurídica del Delito. Cit. pág. 145.
689
COBO DEL ROSAL y VIVES ANTÓN. Derecho penal. Parte General. 3ª Ed. pág. 564.
69
MAURACH, Reinhart. Tratado de Derecho Penal. Tomo II. 1962. pág. 632.
70
STS de 10 d noviembre de 1994 (Nº. A. 8805) M. P. El recurrente, provocó la ejecución del acto criminal principal a través de una
incitación directa y causal que llegó a la mente de la autora material sobre la que, dado su bajo nivel intelectivo, el inductor ejercía una
fuerte presión moral en base además al carácter fácilmente sumiso e influenciable de la inducida. La inducción criminal equivale a
consejo, mandato, inspiración o persuasión que se ejerce sobre una segunda persona. Por eso en la inducción existe la concurrencia de
dos voluntades cuya coincidencia o acuerdo determina la infracción delictiva. “Al respecto ha de señalarse, a) que la inducción no
requiere para su existencia la anulación de la segunda voluntad aunque la influencia psíquica del inductor incida de modo eficaz y
directo sobre ella... En el supuesto presente, detallo el relato histórico de la sentencia recurrida, el ahora recurrente fue paulatinamente
minando la voluntad de la segunda acusada...El que la acusada actuara como consecuencia de la inducción sobre ella ejercida por el
otro acusado, incluso porque actuara bajo la presión psicológica que suponía la amenaza del inductor en el sentido de que si no llevaba
a término la acción se fuera olvidando de él, nada tiene que ver con la alteración de las facultades intelectivas y volitivas de la
recurrente”. Como se desprende de cuanto se ha dicho hasta el momento, la autora material procedió con plena inteligencia y voluntad
y a consecuencia de una plena capacidad de discernimiento, sin que exista prueba alguna, testimonial o técnica, que permita sentar
conclusión en sentido contrario. No puede así hablarse de debilidad mental o de coeficiente intelectual inferior a lo normal. Y es que
La coacción Dada la configuración de estado de ésta no se extraiga de los pronuncia-
como forma de necesidad en la legislación españo- mientos jurídico-positivos. Algunos
instrumentalización la, con una doble naturaleza, como autores parten aquí de un dominio
en la autoría
mediata
causa de justificación basada en la normativo del hecho, pero de un do-
ponderación de intereses y como cau- minio fáctico en los casos de error,
sa de inculpabilidad basada en la mientras que otros autores defienden
inexigibilidad de obediencia al dere- este último tanto para los casos de
cho, junto a la existencia de la coacción como para los de error. Si
eximente de miedo insuperable tam- se construye el dominio del hecho
bién como causa de inculpabilidad, sólo en los casos en que el ejecutor
deben reconducirse los supuestos de sea irresponsable, nos podemos en-
coacción en el derecho español al contrar, sin embargo, ante claras
estado de necesidad justificante o situaciones de instrumentalización
exculpante y al miedo insuperable71. que conforme al Derecho hacen al
Por consiguiente, indica Hernández72, sujeto de delante responsable -no so-
lamente en los supuestos de error -;

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que el principio de responsabilidad

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aplicado a derecho español supone es decir, que no toda instrumentali-
que la autoría mediata es imposible zación convierte al ejecutor en
cuando el sujeto de adelante no que- irresponsable, y por tanto no da lugar
da exculpado con arreglo al artículo a la autoría mediata, por lo que está
2073, núms. 5 y 6 del CP. acertado Herzberg cuando señala que
la responsabilidad o irresponsabilidad
El principio conductor de la autoría del ejecutor puede constituir tanto un
mediata lo constituye la instrumen- indicio para la autoría mediata como 129
talización del ejecutor. Un sector de para la inducción. Sobre este aspec-
la doctrina tiende preferentemente a to Schroeder estima ‘que para la
la instrumentalización del ejecutor autoría mediata es del todo insignifi-
como factor decisivo en la autoría cante cómo haya de ser enjuiciado,
mediata, que Herzberg recalca en jurídicamente, el comportamiento del
cuanto que ese ejecutor, debe tener agente mediador...es totalmente indi-
la calidad de instrumento, aunque ferente, tanto si la persona interpuesta

la perturbación anímica derivada de sentimientos amorosos más o menos frustrados, no implica ni mucho menos la perturbación de las
facultades mentales. Igualmente el carácter sumiso e influenciable de la recurrente carecen de significado alguno desde el punto de vista
jurídico y penal en relación con las circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal.
STS de 17 de marzo de 1979 (Nº. A. 1296) estableció la autoría mediata ejecución valiéndose de otra persona como instrumento,
donde se empleó fuerza o violencia con exoneración de la culpabilidad por parte del ejecutor del acto punible.
STS de 5 de noviembre de 1991. El procesado Eloy se dirigió contra la víctima de forma amenazadora lo que “...provocó un
movimiento de evasión que es el desencadenante de la pérdida de equilibrio y la caída al suelo en la que se produce el resultado lesivo”.
La víctima sufrió lesiones graves. En el mismo sentido sentencia STS de 8 de noviembre de 1991, donde una joven ante el miedo y
pánico de ser violada ser arroja de un vehículo en marcha, causándose lesiones graves.
71
RODRÍGUEZ DEVESA y SERRANO GÓMEZ. Derecho Penal. Parte General. Pág. 802. Rodríguez Mourullo. Comentarios.
Tomo I. pág. 850. Mir Puig. Derecho Penal. Parte General. pág. 406. Gimbernat Ordeig. Autor y Cómplice en derecho Penal. 1966. pág.
222. Gómez Benítez. Teoría Jurídica del Delito. Cit. págs. 147 y ss.
72
HERNÁNDEZ PLASENCIA, José Ulises. La Autoría Mediata. Cit. pág. 155.
73
Art. 20 del CP vigente “ Están exentos de responsabilidad criminal: ... 5º. El que, en estado de necesidad, para evitar un mal propio
o ajeno lesione un bien jurídico de otra persona o infrinja un deber, siempre que concurran los siguientes requisitos: Primero Que el
mal causado no sea mayor que el que se trate de evitar. Segundo: Que la situación de necesidad no haya sido provocada intencionadamente
por el sujeto. Tercero. Que el necesitado no tenga, por su oficio o cargo, obligación de sacrificarse. 6º. El que obre impulsado por miedo
insuperable.
Alvaro E. Márquez obra conforme a Derecho, antijurídi- del delito, pues el inducido hace pro-
Cárdenas Ph. D camente, como si es cómplice o, pia la influencia del inductor que le
incluso autor, o actúa culpable o in- sirve de impulso para ejecutar libre-
culpablemente’74. mente el delito. En la autoría mediata
se podría centrar el dominio del he-
Los partidarios de este método consi-
cho únicamente en propiciar una
deran que la determinación del grado
resolución delictiva irrevocable en
de instrumentalización debe extraer-
otra persona; irrevocable porque le
se del propio ordenamiento jurídico
resulta imposible o no le es del todo
porque él mismo así lo prevé. Ello
exigible vencer la coacción resistien-
quiere decir que si no se reprocha ju-
do sus consecuencias. Pero podría
rídicamente al ejecutor su conducta,
centrarse también el dominio del he-
es porque no tenía en sus manos la
cho sobre la ejecución del delito, en
realización del tipo, sino que ésta se
el control de esa ejecución, donde re-
encontraba en el sujeto de atrás.
solución y ejecución apenas se
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Si no se admite que el autor mediato distinguen. No se fundamentaría en-


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pueda instrumentalizar mediante tonces el dominio del hecho


coacción a un sujeto responsable, es únicamente en el decidir que un he-
decir, si el sujeto de atrás no puede cho se ejecute, o sea, que si la
servirse de un responsable, sólo ca- inducción es hacer nacer en otro la
bría aceptar inducción. libre decisión de ejecutar un delito,
la autoría mediata debe suponer una
Hernández75, plantea que debe hacer-
decisión y una ejecución no libres.
se una distinción que ayudaría a
130 En efecto, en la autoría mediata el
comprender mejor cuál es el objeto
sujeto de atrás ejerce la violencia no
sobre el que debe recaer la instru-
para que el otro sujeto decida ejecu-
mentalización del sujeto de atrás
tar un delito -esta fase de libre
cuando utiliza la coacción para do-
decisión para el ejecutor se salta -,
minar el hecho. Y en este sentido nos
sino que se le impone una resolución
podemos encontrar con que la ins-
de voluntad para que la ejecute, y
trumentalización podría limitarse a
efectivamente la ejecuta.
que el ejecutor resuelva ejecutar el
delito, afectado a su ámbito de reso- El dominio del hecho, como domi-
lución, pero actuando en la fase nio sobre la cualidad lesiva de la
ejecutiva con total autonomía, o tam- acción, se cifraría entonces en con-
bién, en segundo lugar, que tal trolar y restringir de forma inmediata
instrumentalización se actualice y la acción del instrumento; la inme-
prolongue en la propia ejecución del diatez del control no se identifica, sin
delito, afectando también al ámbito embargo, con una inmediatez tem-
de ejecución76. La inducción opera- poral, en el sentido de que debe
ría justo en la primera fase de controlar el autor mediato al instru-
determinación a otro a la comisión mento en el momento en que éste

74
SCHROEDER, Friedridch-Christian. Der Täter hinter dem Täter. Cit. pág. 127.
75
HERNÁNDEZ PLASENCIA, José Ulises. La autoría mediata en derecho Penal. Ed. Comares, Granada, 1996. pág. 156.
76
MEYER, María-Katharina. Ausschlu der Autonomia. pág. 66. Distingue entre falta de libertad en la decisión y falta de libertad en
la acción.
La coacción ejecuta el delito, sino que la coac- se tiene que el instrumento continúa
como forma de ción determina de manera directa la en el dominio del suceso, fuera del
instrumentalización afectación a la libertad de decisión caso límite de la violencia irresistible
en la autoría
del ejecutor, de forma que no le deja que priva al agente violentado de toda
mediata
otra opción que la de sufrir el mal o posibilidad de obrar78. Por tanto, la
causar la lesión al bien jurídico aje- cuestión consiste en determinar el gra-
no. Desde ese preciso instante puede do de coacción del que obra por detrás
considerarse que el sujeto de delan- en cuya virtud corresponde tenerlo
te está instrumentalizado, aunque por autor mediato. Como en los casos
todavía no haya ejecutado el hecho. de dependencia psicológica, la deci-
Debe existir una determinada rela- sión se deberá tomar a partir de la
ción entre el mal conque se amenaza comprobación del grado de coacción
y el que realiza. Y es en este momen- y de la influencia de ésta sobre la res-
to cuando entran en consideración ponsabilidad jurídico-penal del
las valoraciones normativas que, por instrumento, desde el punto de vista
cierto, no descansan exclusivamen- del estado de necesidad disculpante.

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te en la responsabilidad del ejecutor.

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En estos casos, se habla de autoría
Lo que se hace preciso es, pues, re- mediata por medio de un instrumen-
conocer una instrumentalización to que obra sin libertad79.
fáctica con relevancia en el campo
normativo, y ello no ocurre siempre En el ejemplo, A obliga a B, mediante
que el instrumento es irresponsable amenaza de dispararle en la cabeza, si
jurídico-penalmente77. éste no dispara contra C. A es el autor
mediato del homicidio de C y B es su
instrumento inculpable. 131
1.7 Provocación o
aprovechamiento Algunos autores consideran que en
de la coacción las hipótesis de coacción no existe
La autoría mediata puede presentar- autoría mediata, como en el ejemplo
se en aquellos casos en los que el propuesto, posición con la que no
determinador crea o se aprovecha de estamos de acuerdo. Otros conside-
ran que solamente hay autoría
un estado de coacción en que se en-
mediata cuando el autor mediato cau-
cuentra el instrumento. Poco
sa el estado de coacción, como es la
importa, en tales hipótesis, que sea
posición de Jescheck80, quien consi-
el mismo autor mediato quien haya
dera que es inductor o cómplice
producido la causa de inculpabilidad
quien se aprovecha del estado de
en que consiste la coacción, o sim-
coacción en que se encuentra una
plemente que se aproveche de un
persona, según que le dé la idea para
estado de inculpabilidad por coac-
salir, mediante la comisión del deli-
ción creada por un tercero.
to, o lo apoye en la comisión del
Cuando el que obra por detrás, ejer- hecho realizado bajo coacción. Ex-
ciendo influencia mediante coacción, presa el autor alemán “Quien

77
HERNÁNDEZ PLASENCIA, José Ulises. La autoría mediata... Cit. pág. 159.
78
CASTILLO GONZÁLEZ, Francisco. La Autoría mediata. Costa Rica. Universidad de Costa Rica. 1987. pág. 105.
79
STRATENWERTH, G. Derecho Penal. Parte General. tomo I. El Hecho Punible. Madrid, Edersa, 1982. pág. 222.
80
JESCHECK, Hans-Heinrich. Tratado de Derecho Penal. Parte General. V.2. Barcelona, Bosch. pág. 915.
Alvaro E. Márquez intencionalmente coloca a otra per- en la medida en que el mediador del
Cárdenas Ph. D sona en una situación de estado de hecho domine también el aconteci-
necesidad, de la cual el segundo sólo miento.
puede librarse mediante la comisión
del hecho punible perseguido por el Para Roxin esta tesis tiene importan-
hombre de atrás, es responsable del cia sistemática, como se demuestra
hecho cometido en la situación de en el siguiente ejemplo: A, B y C son
necesidad como autor mediato. tomados prisioneros por una banda
Quien, por el contrario, se encuen- armada. El jefe de la banda le dice a
tra con una situación de necesidad A que si no mata a B, él lo matará. A
ya existente y se limita a estimular se niega al principio, pero posterior-
al que actúa en estado de necesidad mente es convencido por C de
mediante la indicación del camino ejecutar la voluntad del jefe de la ban-
de salvación u ofreciéndole otro da, lo cual efectivamente hace.
tipo de ayuda, sin cambiar la situa-
Roxin considera que la coacción no
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ción exterior en perjuicio de la


hace perder al mediador del hecho,
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víctima del hecho realizado en el es-


el dominio del hecho, es posible te-
tado de necesidad, comete
ner a C como instigador de A en el
inducción o complicidad en relación
homicidio de B, cosa que no excluye
al hecho cometido, por lo que tam-
con relación a B, la condición de au-
bién resultará punible”.
tor mediato que tiene el jefe de la
Para Roxin81 la coacción o la amena- banda, ni la condición de instrumen-
za sobre la vida o la integridad to inculpable que tiene A.
132
corporal (cuando no se trate de vis
absoluta), influye sobre la motivación La autoría mediata se basa no sola-
de la acción del coaccionado, de tal mente en el dominio del hecho del
modo que éste no actúa de acuerdo autor mediato, pero básicamente en
a su propia motivación, sino según la falta de dominio del hecho del ins-
la motivación del coaccionante. La trumento. Por ello podemos afirmar
coacción, según Roxin no hace per- que la autoría mediata se fundamen-
der el dominio del hecho de modo ta en la ausencia de libertad del
total al instrumento. Pero ello no instrumento, que es la consecuen-
implica, que solamente pueda fundar- cia inmediata del estado de coacción
se una autoría mediata cuando falte en que se encuentra. Esta falta de
el dominio del hecho en el instrumen- libertad implica, necesariamente,
to, pues lo importante es que sea el que el instrumento carece del do-
autor mediato quien tenga también minio del hecho. Si no fuera así, no
el dominio del hecho82. Según el pro- habría posibilidad de diferenciar en
fesor alemán 83 , en el caso de la el caso de coacción, la autoría me-
coacción solamente puede fundarse diata de la inducción y de la
la autoría mediata del determinador complicidad.

81
ROXIN, Claus. Autoría y dominio del Hecho en Derecho Penal. Cit. pág. 133.
82
ROXIN, Claus. Autoría y dominio... Cit. pág. 134.
83
ROXIN, Claus. Autoría y dominio... Cit. pág. 135.
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