Liderazgo Espiritual en Organizaciones Empresariales
Lic. DAEN Juan Carlos Ponce de León Iturry
Magíster en Gestión de Organizaciones
¿Es suficiente la motivación dentro la empresa o esta debe
contemplar al ser humano?
Hablar de liderazgo en estos días de crisis es ahondar en
materia de escaso valor empresarial por cuanto las empresas y quienes desarrollan sus actividades en ellas están más "pre- ocupados" en sobrevivir a los embates de la economía y mantenerse dentro el sistema que a desarrollar una nueva visión y emprender un cambio en las estructuras y esquemas empresariales del país: Por ello, si se añade a esta perspectiva el enfoque espiritual como fuente de no sólo crecimiento sino más bien de desarrollo la tarea se torna aún más complicada como complicado es el comprender de por sí los conceptos de espiritualidad y liderazgo por separados e incluso para algunos sin conexión directa o posible.
Pero finalmente que es el liderazgo; no es más que el brindar
a quienes se encuentran en nuestro campo de referencia e influencia del medio o medios por los cuales acceder a un mejor nivel de desempeño dentro la organización y el mercado; se suele decir que el líder es aquel visionario de las posibilidades del mercado y quien conduce a las organizaciones y las personas a mejorar su rendimiento con el fin de ser los primeros en el mercado, ser quienes tienen mayor volumen de venta y participación, obtener mejores y mayores ingresos y retornos a la inversión, todos esos parámetros medidos por índices financieros que estadísticamente muestran la participación preponderante de las empresas líderes en la sociedad, mas surge en ya muchas personas y agrupaciones la duda si son éstos baremos los únicos que definen el posicionamiento empresarial, quizá en el corto plazo si lo hagan, por último no viviremos mas que algunos años entonces ¿por que ocuparnos del futuro?, sin embargo, el futuro desde la óptica del liderazgo espiritual es ahora, las personas son quienes otorgan a las empresas la cualidad de adaptarse y vencer las adversidades, quienes aún sin saberlo o tener la guía necesaria trabajan silenciosamente en su mundo interno y aunque éste induce a mantenerse en equilibrio sin opinar o reclamar por el simple hecho de poder quedarse sin el medio de sustento, resignan su participación en sus empresas a niveles funcionales y de simple transacción esfuerzo-remuneración. Es aquí donde el espíritu entra en lid, quien no sólo es líder posicional e impuesto por designaciones de las gerencias, sino que es reconocido por las mismas personas como tal, quien insufla en sus compañeros de trabajo sean estos de mayor o menor jerarquía, el deseo no sólo de trabajar en la compañía sino de crecer y desarrollarse dentro y fuera de ella, catalizar las ventajas que ambas partes ofrecen y demostrar que la relación simbiótica es posible y que antes de reclamar o pedir algo uno debe ser consciente de lo que es capaz de dar y que efectivamente lo hace no bajo la óptica de suma cero –yo doy sólo si recibo mas- sino desde la perspectiva de conjunción de capacidades y logro de objetivos –aporto con mi integridad obtengo lo que merezco-. El liderazgo espiritual manifiesta la prevalencia del ser humano en la sociedad sin abandonar las reglamentaciones existentes, ajustando las mismas a los requerimientos de la misma sociedad, coadyuvando al entendimiento de las diferencias – algo insoslayable- pregonando una actitud asertiva ante las dificultades, centrándose en las alternativas de solución y no en los problemas. Desarrollando su presencia tanto en el plano económico como humano dentro y fuera la empresa, al fin y al cabo ¿qué sentido tiene trabajar en algún lugar si no es bueno para uno mismo?.
De ahora en más deben buscarse a estos líderes ya no de
mercado, es tiempo de los líderes personales, quienes manifiestan el cambio en razón de su vida y trabajo, quienes conjugan el horario dentro la empresa con la experiencia de su vida, quienes en sus propios espacios tienen a su empresa presente pero respetando su independencia, no necesitan estar permanentemente vigilados porque son ellos quienes vigilan sus pasos, son ellos quienes aportan en función del bien común sin dejar de lado sus metas personales, enseñan y conducen sin miedo al que viene detrás de él, comparten sus méritos porque son seguros de sí y saben que no tiene sentido acaparar el conocimiento y la experiencia sin compartirla.
Cuando la corrupción y el desaliento cunden y pareciera que
ya son parte de la cultura, se rebela ante ella y se enfrenta y no sólo a ella, también debe lidiar con otras personas pero en ese proceso no existe prejuicio mas al contrario intenta cerrar esa brecha sabiendo que la tarea es difícil pero que debe realizarse allá donde se encuentre, sin mayor publicidad que su presencia, sin buscar reconocimiento público, porque al hacerlo se pierde la esencia del cambio, cuando se conoce las leyes fundamentales de la vida se sabe que éste llegará inexorablemente pero el hecho es ser presente aquí y ahora e irradiar ese sentimiento y pensamiento en las actividades diarias dentro y fuera la familia, la empresa y la sociedad.
¿Es la sociedad empresarial capaz de aceptar y promover este
liderazgo?, la respuesta la tenemos cada uno si empezamos a trabajar en nosotros mismos.