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8 juegos que nuestros padres y abuelos disfrutaban

antes de la aparición de la Tablet o el celular


Nuestros padres, tíos y abuelos recuerdan que cuando eran niños y la tecnología no formaba
parte de su vida diaria, solían utilizar su imaginación y la creatividad para poder divertirse. Es así que
en por las tardes, después de la escuelas o colegio o en temporadas de vacaciones, las personas mayores
estaban acostumbradas a ver a grupos de niños y adolescentes saltando la soga, jugando a las
escondidas, entre otros juegos interesantes, saludables y tremendamente socializantes.

Sin embargo, con la llegada de la tecnología esto ha cambiado y ahora los niños suelen pasar
sus tardes pegados a un celular, la computadora o una Tablet y ya no tienen esas tardes como las que
solían existir. Es así que para recordar algunos de los juegos, a continuación mencionaré diez de ellos:

1. El juego del rayuelo (avioncito).


2. Las escondidas.
3. Los senadores.
4. El juego de la liga
5. El juego de yaces.
6. Matagente.
7. Los chungos (canicas),
8. Kiwi.

Los senadores.

En los viejos tiempos cuando tenías


muchos amigos y nada que hacer, jugar a
los senadores era una buena opción.

Siempre el líder del grupo que


generalmente era el chico más grande o
más listo del barrio, empezaba a conformar
dos grupos o bandos: El grupo de los
senadores y el grupo de los perros, para
conformarlo se recurría casi siempre
utilizar la estrategia “Un rey paso
comiendo maní, a todos los dio menos a
mí, palos, caballos tuturutu, te salvaras
tú”, de esta manera en quien caía la palabra
“TÚ”, era designado senador o perro, en forma alterna.

Una vez conformado los grupos, los senadores escogían la pared de uno de los vecinos como lugar de
protección, era una zona sagrada e impasable para los perros.
Por su parte los perros habían elegido la pared del frente y allí era su guarida, y de allí salían y estaban
al acecho de cualquier chico osado del grupo de los senadores que se atreviese a salir de su lugar de
protección (pared escogida).

Todo estaba listo para hacer discurrir la adrenalina y el sudor, poner a prueba las piernas y las piruetas
para atrapar o no dejarse atrapar.

Como de costumbre el más temerario del grupo de los senadores salía de su lugar de protección,
haciendo gala de sus habilidades físicas para evitar ser atrapado y sellado en la espalda por los perros
con la temible frase “Blanca paloma sellada pa toda tu vida”.

Solo los más hábiles regresaban a su guarida de protección y uno que otro era atrapado y sellado en la
espalda, y era conducido a la guarida de los perros.

Ahora la adrenalina y el sudor corría a borbotones, pues los que quedaban de los senadores tenían que
empezar su labor de rescate de los prisioneros en la guarida de los perros; tenían que desplegar energía
y habilidad para evitar ser atrapados y llegar a donde estaban sus compañeros (atrapados), darles la
mano y salir a toda prisa salvador y salvado para evitar ser nuevamente atrapados,

El juego terminaba cuando ya no quedaba ningún senador sin haber sido sellado.

Una vez concluido se invertían los papeles, los senadores serian perros y los perros senadores, y el
juego continuaba hasta que la mamá salga a llamar a sus pequeños a que regresen a casa, caso contario
de no hacer caso, no faltaba en casa una chancla o un palo de escoba para hacer volver a los marrajos.

Con solo escribir estas líneas es como meterme a una máquina del tiempo y revivir esos momentos
bellísimos de mi niñez. Como añoro aquellos tiempos de oro.

El autor.

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