Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
San Pedro, era apóstol de Jesús y primer “jefe de la Iglesia”. Pescador del mar de Galilea,
se unió a los discípulos de Jesús en los primeros momentos de su predicación. Tras la
muerte de Jesús, se convirtió en el líder de la comunidad de creyentes cristianos durante
unos 15 años. Pero hacía el año 44 fue encarcelado por orden del rey Herodes Agripa,
pero consiguió escapar y abandonó Jerusalén, dedicándose a propagar el cristianismo por
Siria, Asia Menor y Grecia. Asistió al llamado Concilio de Jerusalén (48 o 49), apoyando
la línea de San Pablo de abrir el cristianismo y extenderlo. Sus últimos años de vida están
envueltos en la leyenda. Se trasladó a Roma, donde ejerció un largo apostolado de la
futura sede del Papado (considerándose por la Iglesia el primero de sus papas). Allí fue
detenido por las persecuciones de Nerón, muriendo crucificado. Una tradición situaría su
tumba en la colina del Vaticano, donde el emperador Constantino hizo levantar en el siglo
IV la basílica de San Pedro y San Pablo.
Como por ejemplo con Nerón. Nerón: cambia su actitud frente al cristianismo y en el año
64, acusa a los cristianos de haber incendiado Roma (posible instigación de Popea
filojudía). Pero según Suetonio (16.5), los cristianos fueron acusados de superstitio
maléfica, implicando flagitia, actos impíos. Los demás autores cristianos también hacen
referencia a esta persecución (no relacionando con el incendio), sino por la fijación
religiosa de Nerón hacia el cristianismo. Tácito también habla de esto crueldad teatral,
quemados vivos, etc.
Catacumbas:
Antes de las catacumbas, los cristianos enterraban a sus muertos (a cielo abierto) en
necrópolis a las afueras de la ciudad, aunque es probable que no se diferenciasen de los
paganos. Respecto a este cambio posiblemente no se debería tanto a las persecuciones,
sino a las donaciones que hicieron algunos particulares para que los menos pudientes
inhumaran allí a sus familiares. El precio del terreno era elevado y escaso espacio de
Roma para las inhumaciones cristianas.
Su uso aparece hacia mediados del siglo II, pero hasta comienzos del siglo III no se
generaliza entre los cristianos. Acaban proliferando estos hipogeos hasta que empezaron
a comunicarse entre ellos formando las galerías. En su origen fueron sólo lugar de
sepultura. Los cristianos se reunían en ellas para celebrar los ritos de los funerales y los
aniversarios de los mártires y de los difuntos.
Estas catacumbas se localizaban en las vías principales que salían de Roma: Además de
la Apia, Ardeatina, Nomentana, Labicana etc. Actualmente se conservan unas 60
catacumbas, albergando 100.000 cuerpos cada una de ellas.
Domus Ecclesiae
Domus Ecclesiae se traduciría, para los cristianos, como Casa de la Iglesia (aunque
eklesia en griego se refería a las asambleas). Y en los primeros momentos del
cristianismo, se llamaban a las casas privadas, las cuales adaptaron su interior a las
necesidades del culto. San Pablo menciona en la carta a los Romanos 16, la existencia de
la casa privada de un matrimonio cristiano que se utiliza como iglesia. Las domuns
ecclesiae podían recibir también el nombre de titulus y solían ser las típicas viviendas
romanas de dos plantas en las cuales, por medio de nuevos tabiques, se construían las
salas necesarias para el buen desarrollo de los actos cristianos (Eucaristia, bautizos, etc.)
A medida que las comunidades cristianas van desarrollándose, también se modifican las
domus ecclesiae, apareciendo nuevas salas dedicadas a la formación doctrinal, de tipo
administrativo. De todas formas, la sala más importante es la destinada a la celebración
de la Eucaristía, era por tanto la de mayor tamaño y se solía dividir en dos partes a través
de un arco o puerta.
Era habitual que las domus ecclesiae llevaran por nombre el del propietario original de la
vivienda. Y estos se han ido manteniendo a pesar de modificaciones en el mismo lugar.
Ejemplo: titulus Clementis, originariamente pertenecía a Clemente, con el tiempo se
convirtió en la Iglesia Clementis y en la actualidad se conoce como la Basílica de San
Clemente de Letrán. En torno a la mitad del s. II y mediados del III, ésas se habían
convertido en las principales estructuras del cristianismo en Roma. En Roma, actualmente
hay iglesias titulares, muy pequeñas.
En esa primera persecución a los cristianos, entre los años 250-251, el emperador Trajano
Decio exige un tributo a todos los ciudadanos del Imperio para los dioses de Roma,
chocando con el pensamiento de los cristianos. Cuando se rendía ese culto, se hace un
pago de este tributo, notificado en el libellus, documento que si no se poseía se podía ser
apresado. Muchas de esos cristianos hacen el sacrificio pagando y recibiendo el libellus
para evitar el castigo, pero no todos. Algunos cristianos que no pagan llegan incluso a ser
asesinados.
No se sabe qué hacer con esos cristianos “traidores” que, ante el miedo, han rendido culto
y luego se arrepienten y quieren volver al cristianismo. Son los llamados lapsi (> lapsus).
Parte de los cristianos creían que se les podía perdonar, pero otra parte de la Iglesia decía
que no, y otros defendían que sí que se les podían acoger, pero se tenían que volver a
bautizar; éste es el primer gran problema de la Iglesia en el siglo III. Se trata de un gran
debate teológico, qué hacer con los lapsi. A partir de estos martirios la Iglesia va a
florecer, estará alimentada con más fuerza moral y económica. Aquellos lugares donde
se producen martirios se convierten en focos de atracción popular. Las tumbas serán
núcleos catedralicios de muchos núcleos medievales.
Persecución de Valeriano:
Valeriano (253-260) fue el primer emperador que mandó dos edictos (aparecen en las
cartas de Cipriano y de Dionisio) contra el cristianismo como Iglesia, jerarquía
(institución). Actuó también como Decio, al ser los dos conservadores, temiendo la
cristianización del Imperio, iniciando persecuciones. Del 253-257, las fuentes (Dionisio
y Commodiano) dicen que fue benévolo para los cristianos, teniendo en la corte también.
Estos dos edictos se emiten en el 257-258 respectivamente:
- 1º Se dirige contra el clero: prohibir bajo pena de muerte los cultos cristianos.
También se exigía de todos los obispos, presbíteros y diáconos un sacrificio a los
dioses.
- 2º Se ordenaba la muerte de los miembros del clero que no quisieran sacrificar.
Los cristianos pertenecientes al estamento superior, senadores y equites, eran
degradados y confiscados sus bienes; funcionarios públicos perdían sus cargos, y
si seguían practicando el cristianismo, se le condenaba a muerta (mujeres
destierro). Un ataque directo contra la Iglesia, con el fin de deshacer la
organización eclesiástica. Esta ley penal precisaba los distintos delitos y la pena
correspondiente a cada uno.
Los cristianos resistieron mucho mejor a la persecución, que a la de Decio, ya que estaban
más preparados. No hubo tantos lapsi, pero en cambio sí muchos mártires.
Ya no sólo asesinaban a los cristianos pertenecientes al pueblo, sino a los altos cargos
como, por ejemplo: el Papa Sixto II y el diácono San Lorenzo (África), el obispo San
Cipriano (Cartago), el obispo San Fructuoso de Tarragona, etc. La persecución concluyó
con la muerte de Valeriano en la guerra contra los persas. Su hijo y sucesor Galieno
suspendió inmediatamente todas las medidas contra los cristianos y mandó devolverles
las iglesias y lugares de culto que les habían expropiados. Con ello se abrió un nuevo
período de tolerancia que duró más de cuarenta años y fue muy beneficioso para la
expansión y asentamiento del cristianismo.