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TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA

La trombosis venosa profunda o TVP es un coágulo de sangre


o trombo que se forma en una vena profunda del cuerpo,
usualmente de las piernas. Los coágulos de sangre se forman
cuando la tendencia de la sangre a coagularse aumenta.

Los coágulos que se forman en los muslos tienen más


probabilidades de desprenderse y de causar embolia pulmonar que
los que se forman en las piernas o en otras partes del cuerpo.
También pueden formarse coágulos de sangre en las venas
cercanas a la superficie de la piel.

El peligro mayor radica en que un coágulo o trombo de una vena profunda puede desprenderse y ser
arrastrado por el torrente sanguíneo. El coágulo suelto se llama émbolo el cual puede llegar hasta una
arteria de los pulmones y bloquear la circulación.

Según Rudolf Virchow (médico y político alemán) en 1856, fue quien introdujo el término de
“Trombosis Venosa Profunda” refiriéndose como al desarrollo de un trombo dentro de una vena,
cuando hay interrupción del endotelio normal y las estructuras subendoteliales desencadenan una
reacción entre plaquetas, proteínas de la coagulación y células endoteliales con formación de trombo,
es decir; la trombosis venosa se produce a través de tres mecanismos: disminución del flujo sanguíneo,
daños a la pared de los vasos sanguíneos y una mayor tendencia de la sangre a que se coagule
(hipercoagulabilidad). Varias condiciones médicas pueden conducir a la TVP, como la compresión de
las venas, trauma físico, el cáncer, infecciones, enfermedades inflamatorias y algunas condiciones
específicas, tales como accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca o el síndrome nefrótico.
Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de TVP, incluyendo la cirugía, hospitalización,
inmovilización—por ejemplo, cuando se utilizan moldes ortopédicos, o durante los vuelos de largo
recorrido, conocida como el síndrome de clase económica—, el tabaquismo, la obesidad, la edad,
ciertos medicamentos, como el estrógeno o la eritropoyetina y la tendencia innata a formar coágulos
conocida como trombofilia como en el caso de portadores de factor V Leiden. Las mujeres tienen un
mayor riesgo durante el embarazo y el período postnatal.

Desde el siglo XVIII se conoce la trombosis venosa profunda.


CAUSAS
Los coágulos de sangre de la trombosis venosa profunda se pueden producir como consecuencia de
cualquier cosa que impida que la sangre circule o se coagule normalmente, como una lesión en una
vena, una cirugía, ciertos medicamentos y la limitación del movimiento.

Se pueden formar coágulos de sangre en las venas profundas del cuerpo en las siguientes
circunstancias:

 Si hay daños de la capa interna de una vena. Las lesiones que se deben a factores físicos,
químicos o biológicos pueden causar daños en las venas. Entre esos factores se cuentan las
cirugías, las lesiones graves, la inflamación y las respuestas inmunitarias.
 Si la circulación de la sangre es lenta. La falta de movimiento puede hacer que la circulación
se vuelva lenta. Esta situación puede presentarse después de una cirugía, cuando una persona
está enferma y en cama por mucho tiempo, o durante un viaje prolongado.
 Si la sangre tiende a coagularse más de lo normal. Algunas enfermedades hereditarias (como
la mutación del factor V de Leiden) elevan el riesgo de que la sangre se coagule. El tratamiento
restitutivo con hormonas o las pastillas anticonceptivas también pueden elevar este riesgo.

Factores de riesgo

Muchos factores pueden aumentar el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda. Cuantos más tengas,
el riesgo de que la padezcas será mayor. Los factores de riesgo son los siguientes:

• Heredar un trastorno de coagulación de la sangre. Algunas personas heredan un trastorno que


hace que su sangre coagule más fácilmente. Es posible que esta enfermedad en sí no produzca coágulos
de sangre, a menos que se combine con uno o más de los otros factores de riesgo.

• El reposo prolongado, como una estancia hospitalaria larga, o parálisis. Cuando las piernas
permanecen quietas por largos períodos, los músculos de las pantorrillas no se contraen para ayudar a
la circulación sanguínea, lo cual puede aumentar el riesgo de sufrir coágulos sanguíneos.

• Lesiones o cirugía. Las lesiones en las venas o las cirugías pueden aumentar el riesgo de sufrir
coágulos sanguíneos.
• Embarazo. El embarazo aumenta la presión en las venas de la pelvis y de las piernas. Las
mujeres con un trastorno de coagulación heredado tienen mayor riesgo. El riesgo de sufrir coágulos
sanguíneos durante el embarazo puede continuar durante hasta seis semanas luego de tener a tu bebé.

• Píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales) o terapia de reemplazo hormonal. Las


dos pueden aumentar la capacidad de coagulación de la sangre.

• Sobrepeso u obesidad. Tener sobrepeso aumenta la presión en las venas de la pelvis y de las
piernas.

• Fumar. El fumar afecta la coagulación y la circulación de la sangre, lo cual aumenta el riesgo


de sufrir trombosis venosa profunda.

• Cáncer. Ciertos tipos de cáncer aumentan las sustancias en la sangre que provocan la
coagulación. Algunas formas de tratamiento oncológico también aumentan el riesgo de sufrir coágulos
sanguíneos.

• Insuficiencia cardíaca. Esto aumenta el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda y embolia
pulmonar. Dado que las personas con insuficiencia cardíaca tienen una función cardíaca y pulmonar
limitada, los síntomas que aparecen, incluso, a causa de una pequeña embolia pulmonar son más
evidentes.

• Enfermedad intestinal inflamatoria. Las enfermedades intestinales, como la enfermedad de


Crohn y la colitis ulcerosa, aumentan el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda.

• Antecedentes personales o familiares de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar.


Si tú o alguien de tu familia tuvieron una o ambas afecciones, es posible que corras mayor riesgo de
padecer trombosis venosa profunda.

• Edad. Tener más de 60 años aumenta el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda, aunque
puede producirse a cualquier edad.

• Permanecer sentado durante períodos prolongados, como al conducir o volar. Cuando las
piernas permanecen quietas durante horas, los músculos de las pantorrillas no se contraen, lo que
normalmente ayuda a la circulación sanguínea. Si los músculos de las pantorrillas no se mueven
durante períodos prolongados, pueden formarse coágulos sanguíneos.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
¿Qué síntomas nos pueden poner en alerta de que estamos sufriendo una trombosis venosa? Bien, en
primer lugar hemos de saber que podemos sufrir dos tipos de trombosis, una más superficial y otra
más severa que ocasionaría sin duda un riesgo más elevado. Ten en cuenta los síntomas asociados a
cada problema:

1. Trombosis venosa superficial: Según nos explican los médicos, en este caso nos daríamos cuenta de
inmediato. Lo que veríamos es que alguna zona de nuestras varices ha aumentado de tamaño hasta
convertirse en una especie de cordón bastante duro al tacto y de color azulado. Se ve a simple vista y,
además, resulta muy doloroso. Sentimos esa zona muy caliente y con una presión casi insoportable al
final del día. Debemos ir con cuidado con este tipo de trombosis superficial porque, además de ser el
primer paso en ocasiones hacia una posterior trombosis profunda, es frecuente que suframos
infecciones, o lo que se conoce como “flebitis”.

2. Trombosis venosa profunda: Lamentablemente, hemos de decir que, en la mayoría de los casos, en
el momento en que la trombosis superficial deriva en una profunda, no nos damos cuenta. Ahora bien,
hemos de estar alerta con las siguientes sensaciones:

• Una presión muy elevada en esa parte donde tenemos esas varices más evidentes e inflamadas
con forma de “cordón azulado”.

• Un calor casi insoportable en esa parte.

• Un hormigueo que asciende por la pierna hasta la ingle.

• La pierna se queda muy dura, la tocamos con la mano y la percibimos muy rígida.

• Mucho cuidado cuando la piel de la pierna se vuelve azulada, o incluso se queda sin color, muy
pálida. Esto último sería resultado de que la sangre arterial llega ya con mucha dificultad.
DIAGNOSTICO A LA TROMBOSIS
Para diagnosticar la trombosis, el médico te preguntara sobre tus síntomas. También te hara una
exploración física para comprobar si hay zonas de hinchazón, sensibilidad o cambios de color en la
piel. Según cuales sean tus probabilidades de tener un coágulo sanguíneo el medico sugerirá que te
hagas las pruebas como las siguientes

Ultrasonido.- Esta prueba utiliza ondas sonoras para revisar el flujo sanguíneo en las arterias y las
venas. A medida que las ondas sonoras atraviesan y rebotan, una computadora transforma las ondas
en una imagen en movimiento en una pantalla de video. Un coagulo puede ser visible en la imagen.

Ecografía.- A veces se realiza una serie de ecografías durante varios días para determinar si en coagulo
sanguíneo crece o para controlar si se forma uno nuevo.

Prueba de sangre.- Puede incluir pruebas para ver qué tan coagula su sangre.

Venografia.-Para este estudio, se inyecta un líquido de contraste en sus venas. Luego, se toman
radiografías para mostrar el flujo de sangre y buscar coágulos. El líquido de contraste facilita la
visualización de las venas en las radiografías.

MRI (resonancia magnética).- el procedimiento por imágenes que se utiliza depende del tipo de
coágulo sanguíneo que usted tiene y donde se encuentra.
TRATAMIENTO
Los médicos tratan la trombosis venosa profunda (TVP) con medicinas y con otros dispositivos y
terapias. Los principales objetivos del tratamiento son los siguientes:

 Impedir que el coágulo aumente de tamaño


 Evitar que el coágulo se desprenda y llegue a los pulmones
 Disminuir las probabilidades de que se forme otro coágulo

Medicinas

El médico puede recetarle medicinas para prevenir o tratar la TVP.

Anticoagulantes

Los anticoagulantes son las medicinas más frecuentes en el tratamiento de la trombosis venosa
profunda.

Estas medicinas reducen la capacidad de coagulación de la sangre. También evitan que los coágulos
aumenten de tamaño. Sin embargo, los anticoagulantes no pueden destruir los coágulos que ya se hayan
formado. (Con el tiempo, el cuerpo disuelve la mayoría de los coágulos).

Los anticoagulantes se pueden tomar en forma de pastilla, de inyección subcutánea (bajo la piel) o de
inyección intravenosa (a través de una aguja o de un tubito que se inserta en una vena).

La warfarina y la heparina son dos anticoagulantes que se usan en el tratamiento de la trombosis venosa
profunda. La warfarina se administra en pastillas (Coumadin® es un nombre comercial común de la
warfarina). La heparina se administra en inyección o a través de un tubito intravenoso. Hay distintos
tipos de heparina.

Es posible que el médico le dé tratamiento con heparina y warfarina al mismo tiempo. La heparina es
de acción rápida. La warfarina tarda 2 o 3 días en comenzar a actuar. Cuando la warfarina comienza a
actuar, la heparina se suspende.

Por lo general, las mujeres embarazadas reciben únicamente heparina porque la warfarina es peligrosa
en el embarazo.
Por lo general, el tratamiento de la trombosis venosa profunda con anticoagulantes dura 6 meses. Las
siguientes situaciones pueden alterar la duración del tratamiento.

Si el coágulo de sangre se presentó después de una situación de riesgo de corto plazo (por ejemplo,
una cirugía), la duración del tratamiento puede ser menor.

Si usted ha tenido coágulos antes, la duración del tratamiento puede ser mayor.

Si tiene otra enfermedad específica, por ejemplo cáncer, es posible que tenga que tomar
anticoagulantes durante todo el tiempo en que tenga la enfermedad.

El efecto secundario más frecuente de los anticoagulantes es el sangrado. Se puede presentar si la


medicina aumenta demasiado la tendencia de la sangre a coagularse. Este efecto secundario podría ser
mortal.

A veces el sangrado es interno, es decir, sucede dentro del cuerpo. Por lo general, a las personas que
reciben anticoagulantes se les hacen pruebas de sangre periódicas para determinar la capacidad de
coagulación de la sangre. Estas pruebas de sangre se llaman TP y TPT. (También se pueden llamar PT
y PTT, que son las siglas en inglés).

Estas pruebas también le sirven al médico para saber si está tomando la cantidad adecuada de medicina.
Recurrir al médico de inmediato si aparecen moretones o sangra con facilidad, porque eso podría
indicar que las medicinas han disminuido demasiado la capacidad que tiene la sangre de coagularse.

Inhibidores de la trombina

Estas medicinas interfieren con el proceso de coagulación de la sangre. Se usan para el tratamiento de
coágulos en pacientes que no pueden tomar heparina.

Trombolíticos

Los médicos recetan estas medicinas para disolver rápidamente coágulos grandes que causan síntomas
graves.

Como los trombolíticos pueden causar sangrado repentino, solo se usan en situaciones potencialmente
mortales.

Otros tipos de tratamiento


Filtro de vena cava

En personas que no pueden tomar anticoagulantes o estos no están surtiendo efecto, el médico puede
recomendarle un filtro de vena cava.

El filtro se inserta dentro de una vena grande llamada vena cava. Allí atrapa los coágulos antes de que
vayan a los pulmones. De esta forma se evita la embolia pulmonar. Sin embargo, el filtro no detiene
la formación de nuevos coágulos.

Medias de compresión graduada

Las medias de compresión graduada pueden reducir la inflamación de las piernas causada por un
coágulo de sangre. Estas medias van desde el arco del pie hasta un punto arriba o debajo de la rodilla.

Las medias de compresión son apretadas en el tobillo y se van aflojando a medida que suben por la
pierna. De este modo las medias hacen presión suave de abajo hacia arriba. La presión evita que la
sangre se acumule y que se formen coágulos.

Hay tres clases de medias de compresión. Una es la pantimedia de compresión, que ejerce la menor
cantidad de presión.

El segundo tipo es la media de compresión de venta sin receta. Esta media ejerce un poco más de
presión que la pantimedia de compresión. Se vende en tiendas de artículos médicos y en farmacias.

La media de compresión de venta con receta ejerce la mayor presión. También se vende en tiendas de
artículos médicos y en farmacias, pero una persona especialmente capacitada de la tienda tendrá que
encargarse de determinar la talla y el ajuste adecuado de las medias que se necesite.

PREVENCIÓN
Las principales medidas para prevenir una trombosis venosa profunda deben favorecer el retorno de la
corriente sanguínea al corazón. Caminar diariamente activa la bomba de los músculos de la pantorrilla
(pierna). Cuando se está encamado, hay que tomar las siguientes medidas preventivas:

 Inyección de fármacos anticoagulantes


 Colocación de medias preventivas
 Ejercicios gimnásticos de movilidad en la cama
 Movilización precoz

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