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UCACH. Derecho Fiscal II.
Facultades de la Autoridad Fiscal. 11 de marzo de 2017.
Ad Maiorem Dei Gloriam.
Capítulo II. El Crédito Fiscal
2.1. El crédito fiscal
Al haber determinado la obligación contributiva o tributaria, o cuantificada en
cantidad líquida, es decir, que se haya precisado su monto, surge entonces lo que se denomina
“Crédito Fiscal”, los cuales están identificados explícitamente con la determinación en
cantidad líquida de una contribución. El nacimiento o causación de la obligación contributiva
o tributaria comienza en el momento en que se realizan las situaciones jurídicas o de hecho,
previstas por la ley y que generen la obligación. La determinación de la obligación tributaria
es un acto posterior a su nacimiento, o causación, que consiste en precisar si el acto realizado
encuadra en el supuesto previsto por la ley y que genere la citada obligación contributiva.
Son Créditos Fiscales los que tenga derecho a percibir el Estado o sus organismos
descentralizados que provengan de contribuciones, de aprovechamientos o de sus accesorios,
incluyendo los que se deriven de responsabilidades que el Estado tenga derecho a exigir de
sus servidores públicos o de los particulares, así como aquellos a los que las lees les den este
carácter y el Estado tenga derecho a percibir por cuenta ajena. Por ello, los créditos fiscales
se integran por: contribuciones, recargos, sanciones, gastos de ejecución e indemnizaciones
por cheques devueltos.
2.2. Nacimiento y ciclo del crédito fiscal
Las contribuciones se causan conforme se realizan las situaciones jurídicas o de
hecho, previstas en las leyes fiscales vigentes durante el lapso en que ocurran y se
determinarán conforme a dichas disposiciones, es decir, para que se cause o nazca una
obligación contributiva, debe realizarse el hecho o situación prevista por la ley fiscal
respectiva. Una vez que nace o se causa la obligación contributiva resulta imprescindible
conocer las reglas conforme a las cuales debemos determinar en cantidad líquida, el importe
a cargo del contribuyente, el Crédito Fiscal, procedimiento que se conoce como
“determinación de la obligación contributiva o tributaria”. Son tres los momentos en este
Crédito: a) el nacimiento o la causación; 2) la determinación y 3) la liquidación.
2.2.1. Nacimiento de la obligación contributiva
1. Porque el contribuyente haga originado el nacimiento de la obligación
individualmente.
2. El contribuyente haya originado el nacimiento de la obligación al realizar los
hechos gravados por la ley fiscal respectiva, en concurrencia con otra persona.
3. porque el contribuyente haya sustituido al sujeto pasivo originario voluntariamente.
4. Porque el contribuyente haya sustituido al sujeto pasivo originario, por disposición
de la ley respectiva.
5. Porque el incumplimiento de una obligación fiscal trajo como consecuencia la
evasión total o parcial de contribuciones.
6. Por haber adquirido un bien que se encuentra afecto al pago de contribuciones
adeudadas por el anterior propietario o poseedor.
2.2.2. Determinación de los Créditos Fiscales
La determinación de la obligación contributiva
Por determinación debemos entender el razonamiento lógico-jurídico, para precisar
si la conducta realizada encuadra o no en el supuesto previsto por la ley, como generadora de
la obligación contributiva. La determinación de la obligación puede hacerse: A) Por el
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contribuyente: en nuestro sistema fiscal, prevalece el principio de la autodeterminación,
porque el contribuyente es el que dispone de los elementos necesarios para determinar si su
conducta encuadra o no con el supuesto previsto por la ley. B) Por la autoridad fiscal: Los
contribuyentes deberán proporcionarle la información necesaria dentro de los 15 días
siguientes a la fecha de su causación. C) Por acuerdo de ambos: Cuando tanto la autoridad
fiscal, como el contribuyente, determinarán el monto a pagar.
La determinación posterior de los Créditos Fiscales
A) La contribución se determina y se paga antes de que cause o nazca la obligación.
B) La contribución se determina y se paga en el momento en que nace la obligación.
El sujeto activo de la obligación fiscal es el Estado, en sus tres niveles de gobierno,
aunque plena potestad jurídica lo tienen la Federación y los Estados. El sujeto pasivo es la
persona que conforme a la ley debe de satisfacer una prestación determinada a favor del fisco,
ya sea propia de un tercero, o bien se trate de una obligación fiscal sustantiva o formal.
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impuesto federal a su favor contra el ISR y el IVA del ejercicio a su cargo. No se podrán
compensar las cantidades cuya devolución se haya solicitado o cuando haya prescrito la
obligación de devolverlas. Las autoridades fiscales podrán compensar de oficio las
cantidades que los contribuyentes tengan derecho a recibir de las autoridades fiscales por
cualquier concepto.
3.6. Condonación, exenciones
La condonación es la liberación e una deuda, hecha a título gratuito, por el acreedor
en favor del deudor, o sea es el perdón de la deuda o la liberación que el acreedor otorga por
cualquier motivo en favor del deudor, extinguiendo la obligación. Únicamente puede
concederse la condonación de créditos fiscales por el Ejecutivo Federal. La condonación
puede ser total o parcial, incluyendo los accesorios; está condicionada a que se haya afectado
o se trate de impedir que se afecte la situación de algún lugar o región del país, la rama de
actividad económica, la producción o venta de servicios, la realización de una actividad
económica, catástrofes sufridas por fenómenos meteorológicos, plagas o epidemias;
mediante resoluciones de carácter general.
La facultad exclusiva para condonar multas por infracción a disposiciones fiscales es
de la SHCP; la condonación es por multas que se hayan impuesto por violación a
disposiciones fiscales, de carácter discrecional, apreciando las circunstancia de cada caso y
los motivos; puede ser total o parcial, sólo procede cuando hayan quedado firmes, las
resoluciones no podrán ser impugnadas; la solicitud de condonación dará lugar a la
suspensión del procedimiento administrativo de ejecución. La condonación, entonces, es por
virtud de la cual las autoridades fiscales perdonan a los contribuyentes el cumplimiento total
o parcial de sus obligaciones fiscales, por causas de fuerza mayor, tratándose de cualquier
tipo de contribución, o por causas discrecionales, tratándose de multas.
3.7. Prescripción y Caducidad de los Créditos Fiscales
La prescripción es una forma de extinción de los créditos fiscales por el solo
transcurso del tiempo, en la forma y en términos previstos para tal efecto por la ley. Se habla
de la existencia de dos tipos de prescripción: la adquisitiva (para llegar a adquirir ciertos
bienes) y la liberatoria (extinción de una obligación y del correlativo derecho de hacerla
efectiva). El Crédito Fiscal se extingue por prescripción en un plazo de cinco años a partir de
la fecha en que el pago pudo ser legalmente exigido, en caso de que durante dicho plazo el
acreedor o hubiese ejercitado en contra del contribuyente ninguna acción encaminada al
cobro del crédito. La prescripción opera como una forma de extinguir dos clases de
obligaciones: a) la obligación a cargo de los contribuyente de pagar tributos o contribuciones;
b) la obligación a cargo del fisco de devolver a los contribuyentes las cantidades de estos
últimos que le hayan pagado indebidamente o las cantidades que procedan conforme a la ley.
En materia fiscal, la prescripción es un instrumento extintivo de obligaciones, tanto a cargo
del contribuyente, como del fisco, por el simple transcurso del tiempo y mediante
cumplimiento de los requisitos que la ley tributaria establece. La prescripción es susceptible
de interrumpirse con cada gestión de cobro notificada al deudor o por el reconocimiento
expreso o tácito de este último respecto de la existencia del crédito. La prescripción puede
hacerse valer indistintamente mediante una excepción procesal, o bien, como una solicitud
administrativa.
La caducidad es la pérdida de un derecho por su no ejercicio durante el tiempo que la
ley marca. La caducidad se presenta cuando las autoridades hacendarias no ejercitan sus
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derechos para comprobar el cumplimiento de las disposiciones fiscales, determinar las
contribuciones omitidas y sus accesorios, así como para imponer sanciones por infracciones
a dichas disposiciones, durante el plazo de cinco años. Se extinguen en el plazo de cinco años
a partir del día siguiente a aquel en que: 1) se presentó la declaración del ejercicio, cuando
se tenga la obligación de hacerlo; 2) se presentó o debió haberse presentado declaración o
aviso que corresponda a una contribución que no se calculen por ejercicios; 3) se hubiere
cometido infracción a disposiciones fiscales; 4) diez años si el contribuyente no tiene RFC,
no tiene contabilidad ni la conservó, así como si no presentó declaración, si estuviese
obligado. El plazo señalado no está sujeto a interrupción y sólo se suspenderá cuando se
interponga algún recurso administrativo o juicio; las facultades no se extinguen así.
Las diferencias entre la caducidad y la prescripción son: la prescripción opera tanto
en contra como a favor del fisco; la caducidad opera en contra del fisco; mientras el plazo
para que se consuma la prescripción se interrumpe con cada gestión de cobro, la caducidad
por su misma naturaleza no puede estar sujeta ni a interrupción ni a suspensión; mientras que
el cómputo para que se consume la prescripción se inicia a partir de la echa de exigibilidad
del crédito, el cómputo para que se consume la caducidad se inicia a partir de la fecha en que
nazcan las facultades de las autoridades fiscales.
3.8. Naturaleza de la cancelación.
Cancelar significa anular o dejar sin efectos una obligación; la cancelación en materia
fiscal es la extinción de los créditos fiscales, porque ésta no libera a los obligados de su pago.
La cancelación de los créditos fiscales es de efectos internos o administrativos de la propia
SHCP, por dos situaciones: por incosteabilidad del cobro y por insolvencia del deudor.
3.9. Extinción forzosa
En los casos en que el contribuyente denote una actitud de omisión en la extinción de
los Créditos Fiscales a su cargo, la autoridad hacendaria está facultada para hacer efectiva
dicha extinción, dichos créditos podrán ser exigidos dentro de los plazos y normas
establecidas mediante procedimientos administrativos que la ley otorga para hacer exigibles
los créditos omitidos. La exigibilidad del crédito fiscal consiste en que el ente público esté
debidamente facultado para exigir al contribuyente el pago de la prestación, cuando haya
pagado o garantizado dentro del plazo señalado en las disposiciones respectivas, a través del
Recurso Administrativo de Ejecución. Éste es la figura fiscal mediante la cual la autoridad
hacendaria hace exigible el Crédito Fiscal omitido por el contribuyente, siempre y cuando
dicho crédito pudo ser exigible dentro de los términos que marca la ley. Los Créditos Fiscales
sólo pueden ser cobrados por esta forma, sólo cuando previamente fueron notificadas al
deudor y éstos no los cubrió o impugnó el acto que lo determinó. Transcurrido el plazo en
que se notificó o requirió el pago, sin que el contribuyente hubiese efectuado la extinción del
crédito fiscal u otorgado la garantía del interés fiscal, dicho crédito es ya exigible. Se
considera un crédito fiscal exigible: cuando el crédito fiscal no fue pagado dentro del plazo
legal; cuando no se otorgue la garantía del interés fiscal dentro del plazo. Este procedimiento
se divide en tres: 1) requerimiento de pago, 2) embargo de bienes; 3) remate de bienes
embargados, que deben ser suficientes para cubrir el crédito fiscal omitido. La legislación de
bienes embargados deberá ser que debe hacerse el avalúo; cuando no se proponga comprador,
se deberá dar en remate, adjudicándose la propiedad o venderlo a un tercero interesado, la
postura legal en la primera almoneda será de 2/3 partes del valor de la enajenación, en la
segunda será de 20% menos, si no se venden, la autoridad hacendaria se los quedará al 50%.