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Durante el primer año de vida los pacientes afectos desarrollan lesiones cutáneas a tipo
dermatitis atópica así como infecciones recidivantes producidas por el s.pneumoniae. En casos
más avanzados son frecuentes las infecciones oportunistas por P.carinii y por herpes virus. En
niños más mayores se desarrollan cuadros de citopenias autoinmunes y vasculitis.
La causa más frecuente de muerte son los linfomas inducidos por virus de Epstein-Barr,
pudiendose producir también por las infecciones asociadas o por hemorragias. El síndrome de
Wiskott-aldrich se debe a una mutación del gen Xp11.22, que se expresa principalmente en las
líneas de linfocitos y megacariocitos. En algunos pacientes con el síndrome de Wiskott-Aldrich
se han realizado tratamientos eficaces por medio del trasplante de médula ósea o sangre
cordonal de una donante HLA identico o compatible.
Es necesario realizar un trasplante de células madre para conservar la vida. Sin él, la mayoría
de los niños con síndrome de Wiskott-Aldrich mueren hacia la edad de 15 años.
Si los problemas de hemorragia son graves, los médicos pueden extirpar el bazo. Sin embargo,
se evita en lo posible este procedimiento, ya que aumenta el riesgo de una infección grave de
la sangre (septicemia).
Alrededor de los seis años es común la disminución en el número de los linfocitos Τ en sangre
periférica; se encuentran anormalidades funcionales en el movimiento de las células T, la
capacidad de división, el agrupamiento de sus receptores antigénicos y la reorientación del
citoesqueleto para la interacción con otras células.
La única terapia definitiva para los pacientes con SWA es el trasplante de médula ósea o de
células madres pluripotenciales; es preferible un donante HLA idéntico, pero un donante
parcialmente relacionado se puede utilizar en niños menores de seis años. Después del
trasplante mejoran las infecciones y los sangrados, disminuye el riesgo de enfermedades
autoinmunes y hasta ahora no se ha encontrado aumento en las neoplasias. Con un donante
idéntico se tiene un 85-90% de éxito, mientras que con un donante parcialmente relacionado
las posibilidades disminuyen al 30%.
En el SWA existe una indicación absoluta para el tratamiento con gamaglobulina humana
venosa (GHIV), con el objetivo de evitar las infecciones recurrentes que se originan por la
deficiente producción de anticuerpos específicos; adicionalmente, en estos pacientes las
inmunoglobulinas son catabolizadas más rápido.
CONCLUSIONES:
Es necesario realizar un trasplante de células madre para conservar la vida. Sin él, la mayoría
de los niños con síndrome de Wiskott-Aldrich mueren hacia la edad de 15 años.
Después del trasplante mejoran las infecciones y los sangrados, disminuye el riesgo de
enfermedades autoinmunes y hasta ahora no se ha encontrado aumento en las neoplasias.
Con un donante idéntico se tiene un 85-90% de éxito, mientras que con un donante
parcialmente relacionado las posibilidades disminuyen al 30%.
REFERENCIAS:
Ochs HD, Rosen FS. El síndrome de Wiskott-Aldrich. En: Ochs HD, Smith CIE, Puck JM, eds.
Enfermedades de inmunodeficiencia primaria. Un enfoque molecular y genético. Nueva York: Oxford
University Press, 1999: 292-305.
Dra. Tania Lahera Sánchez. Conexión entre inmunodeficiencia primaria y autoinmunidad. [Citado el 3
de noviembre del 2018]. Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia. 2010;
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Rosen SF, Geha RS. Síndrome de Wiskott-Aldrich. En: Rosen SF, Geha RS, eds. Estudios de caso en
inmunología. Un compañero clínico. Nueva York: Elsevier Science Ltd / Garland Publishing, 1999: 95-
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Drs. María Margarita Olivares, Helí Salgado & Pablo Javier Patiño, Carlos Julio Montoya .
Manejo del síndrome de Wiskott-Aldrich. (2001). [Citado el 3 de noviembre del 2018].
Disponible en: http://www.actamedicacolombiana.com/anexo/articulos/02-2001-07.htm