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EL ADULTO MAYOR
3.1. Generalidades
3.2. Objetivos y definición
3.3. Financiamiento y sostenibilidad
3.4. Principales servicios de los CIAM
3.5. Ingreso al CIAM
3.6. Recomendaciones finales
ANEXO:
- Bibliografía
- Examen
Si consideramos además los niveles y grupos en pobreza, los retos del crecimiento
económico y el desarrollo integral, la problemática del Adulto Mayor es, inobjetablemente,
de interés nacional.
“La pobreza y exclusión sigue siendo una situación en la que están sumidos
millones de peruanos”. Con una población de 29 millones 797 mil 694
habitantes (INEI, 2011), la pobreza total en el año 2010 alcanzó al 31.3 %
de peruanos y la pobreza extrema (hogares que no cubren una canasta
alimenticia básica) alcanzó en el mismo año al 9.8 % de la población. Pero
en el área rural la pobreza es aún mayor: 54.2 % de la población es pobre y
23.3 % se ubica en pobreza extrema (INEI, 2010).
Bajos niveles de salud, baja calidad de vida. Los Adultos Mayores están
lejos de contar con “un sistema de salud preventivo y curativo suficiente,
Desde los años 90, la política económica en el Perú ha redefinido el rol del
Estado, priorizando la apertura económica y promoviendo la inversión
privada. Si bien se han estabilizado los indicadores macro-económicos y
generado crecimiento económico, el mercado laboral muestra una gran
población en sub-empleo.
Este análisis es necesario para ubicar los esfuerzos e iniciativas, desde el estado y la
sociedad, en la perspectiva de desarrollo y promoción de los pobres y grupos excluidos.
a) Transición democrática.
Este contexto favorece las condiciones para la promoción del adulto mayor
y desarrollar el enfoque de desarrollo basado en los derechos de los más
pobres.
Por otro lado, El Perú tiene varias décadas con experiencias y procesos de
participación de organizaciones sociales representativas de los sectores
pobres para respuestas a las demandas de desarrollo y respeto a los
derechos sociales, económicos y culturales. Si bien durante la década de
los 80 y 90, los reclamos por los derechos humanos y equidad social han
marcado vida política del país, que ha derivado en el actual proceso de
regionalización, la constitución de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación, la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza,
La Ley de Transparencia Pública, Consejo Nacional de Educación, no es
menos cierto que la dramática situación de pobreza y desigualdad de una
amplia población presenta reclamos y demandas para mejores condiciones
en la calidad de vida, de acceso a recursos y condiciones de empleo, por
equidad de oportunidades sin discriminación de género. Ello se expresa en
la concertación entre el gobierno con diversos organismos sociales:
organizaciones de mujeres (comedores, vaso de leche), de comunidades
campesinas (frentes de defensa, frentes regionales, coordinadoras rurales),
de comunidades nativas (federaciones diversas agrupadas por étnias y
cuencas), de gremios y sindicatos, siendo el magisterio uno de los casos de
mayor vigencia en el Perú de 2003.
Por otro lado, las organizaciones de sociedad civil han reclamado y logrado
respuestas en mayor inversión y distribución de recursos, mejoramiento en
el acceso y calidad de servicios y programas sociales, modificaciones en el
marco jurídico-legal. Debiendo reconocer que la incidencia y respuestas a la
globalidad de los derechos en los sistemas políticos y legales han sido
parcial e insuficiente. Y ha habido fragilidad en la sostenibilidad de los
procesos, canales e instituciones.
Vigilancia social
ViceMinisterio de
Economía, y de
Hacienda del Ministerio
de Economía y
Finanzas.
Comisión Intersectorial
de Asuntos Sociales y
Financieros.
c) Incidir en las decisiones que afectan los intereses del adulto mayor y de una
sociedad en proceso de envejecimiento,
1.3.1. Antecedentes
Las Cáritas, ya desde antes activas en el campo de los adultos mayores, asumen
así un papel especial como organizaciones que trabajan a nivel nacional para
implementar proyectos sostenibles de educación, acompañamiento de redes
institucionales, integración de comisiones o participación en actividades públicas.
También, por el hecho de no trabajar sólo puntualmente en este campo, sino de
manera global e interdisciplinaria, generalmente son reconocidas como
protagonistas competentes en el marco político social. Ellas están en condiciones
de trabajar con los mismos afectados, con la sociedad en general, así como con
las instituciones y organizaciones públicas.
A fines del año 2004, la cooperación bilateral ya existente entre Cáritas Alemana y
las organizaciones cooperantes de América Latina se transformó en una
cooperación a nivel regional al implementarse el programa regional “Trabajo Social
a favor del Adulto Mayor en América Latina y el Caribe” (PRAM). En este programa
participan organizaciones cooperantes: Cáritas de Chile, Cáritas Cubana, Cáritas
del Perú, Fundación para el Bienestar del Adulto mayor (FUNBAM), la Universidad
Católica Juan Pablo II (UCSA) de Managua/Nicaragua y la Red Latinoamericana de
Gerontología.
En la primera fase del programa, entre inicios del 2005 y fines del 2007, se
concretizan cuatro objetivos específicos: ejecutar modelos pilotos del trabajo a
favor del adulto mayor, promover, fortalecer y ampliar redes en el campo del
“Adulto Mayor” y fortalecer la incidencia política de los adultos mayores.
En todos los proyectos parciales del PRAM se trabajó para poner en práctica todos
o parte de estos cuatro objetivos específicos tomando en cuenta las circunstancias
locales e institucionales.
CHILE: Ya desde los años 60 Cáritas Chile trabajaba con adultos mayores en un
gran número de parroquias. De esta experiencia resulta que actualmente se cuente
con más de 2.000 grupos de adultos mayores relacionados con la iglesia católica
a nivel nacional. Cerca de 240.000 personas están organizadas en grupos de
adultos mayores de pertinencia diferente, lo que muestra un nivel organizativo
relativamente alto en comparación con otros países de la región. Cáritas Chile,
entonces, puso su enfoque en la formación y capacitación de voluntarios/as para
fortalecer la auto organización, la autoayuda y la creación de redes. En la mayoría
de las diócesis se realizan con regularidad manifestaciones de adultos mayores,
tanto a nivel local, como regional y nacional, se llevan a cabo congresos de
diversa temática, y, así paulatinamente, se ha ido haciendo visible “la generación
invisible”.
MÉXICO: Ya desde hacía varios años la Fundación Cáritas para el Bienestar del
Adulto Mayor (FUNBAM) venía trabajando a favor de la población adulta mayor.
Como en el caso de Cáritas Cubana, en el marco del PRAM esta institución se
especializó en la calificación de voluntarios, y, además, en el fortalecimiento de
grupos de adultos mayores. Por existir un alto nivel de violencia y discriminación
contra los adultos mayores en su país, FUNBAM empezó a especializarse también
en este tema. Asimismo, FUNBAM representa una experiencia profunda en la
creación de redes tanto en el trabajo eclesial como municipal.
PERU: El trabajo social con adultos mayores en el Perú es realizado por tres
Cáritas diocesanas en el sur del país. Paulatinamente se logró involucrar
organizaciones y asociaciones de la sociedad civil, al igual que instituciones
estatales, tales como los servicios de salud, autoridades regionales de educación
escolar y el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, lo cual facilita actualmente la
sostenibilidad de los proyectos. Se estableció como áreas prioritarias la educación
sanitaria, el acercamiento intergeneracional y la mediación en conflictos por
violencia contra adultos mayores. En la labor concreta con grupos de adultos
mayores también se abarca los temas de prevención de violencia y promoción de
una imagen positiva de la persona adulta mayor. Al nivel nacional Cáritas del Perú
ha realizado actividades de cabildeo en el tema de la seguridad social para los
adultos mayores fuera del sistema público.
Las Cáritas participantes del Programa han elaborado a lo largo del desarrollo de
esta primera fase tres documentos de estrategia sobre su compromiso a favor de
los adultos mayores en el contexto histórico‐social, cultural, político y geográfico
(Carta de lo Cañas 2004, Carta de México 2005 y Carta de Lima 2006).
América Latina y el Caribe hispano‐parlante están conformados por países en los cuales
los lazos familiares y comunitarios siguen siendo fuertes; la democracia –sin dejar de
estar amenazada‐se instaura cada vez más; las posibilidades de participación y
pronunciamiento ciudadano –incluyendo, obviamente el de las generaciones mayores‐son
cada vez más fuertes, la riqueza cultural y sus múltiples matices son importantes anclas
de identidad. De otra parte, y a nuestro pesar, América Latina es la región más
inequitativa del mundo, una sociedad cada vez más individualista, más tendiente a asumir
comportamientos que ponen en riesgo la salud y la calidad de vida. Es también una
región en la cual prevalecen barreras físicas y sociales.
Finalmente, cabe recordar algunas reflexiones que a través del tiempo se nos han
hecho y resultan de particular relevancia cuando se trata de hacer frente a desafíos
como los implicados en el envejecimiento poblacional e individual, así como a
contribuir al fortalecimiento de las personas adultas mayores, de la presente y de
las siguientes generaciones:
Hace ya casi cuatro décadas (1969), no lejos de este recinto, aquí en Nueva York,
en el Museo de Historia Natural, la Antropóloga Margaret Mead, se refería así, a las
relaciones intergeneracionales, en una conferencia magistral que hoy conocemos
con el nombre de Cultura y Compromiso: Necesitamos aprender a enfrentar nuevas
realidades y la mejor forma de hacerlo es percibir los desafíos y, tomándonos de
las manos las distintas generaciones, construir puentes y restaurar la
comunicación.
Luego de la fusión del Seguro Social del Obrero y Seguro Social del Empleado, se crea el
Instituto Peruano de Seguridad Social mediante Decreto Ley N° 23161 con fecha 16 de
julio de 1980 y, como consecuencia, se promulgó el 31 de julio de 1980 el Decreto
Supremo N° 26-80-PM, que modifica la estructura del Seguro Social del Perú a las
necesidades y funcionalidad del Instituto Peruano de Seguridad Social, y mediante el art.
6° se crea la Gerencia de Prestaciones Sociales como Órgano Técnico Normativo.
En agosto del año 1985, por Acuerdo del Consejo Directivo del Instituto Peruano de
Seguridad Social, se crea la Dirección Nacional de Prestaciones Sociales para la
continuación del desarrollo de los Clubes de Jubilados.
La gestión de EsSalud como institución líder en el trabajo con adultos mayores en el Perú,
ha sido merecedora de reconocimiento por diversas organizaciones, destacando el
Premio a la Creatividad Empresarial 2002, en la categoría Gestión Pública otorgado por la
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas UPC, con el auspicio de los más importantes
medios de comunicación del país. Actualmente funcionan 122 CAM a nivel nacional, 84
en las redes asistenciales de EsSalud y 38 en la Región Lima y Provincia Constitucional
del Callao. Los Centros del Adulto Mayor de EsSalud atienden a 53,704 de afiliados
activos a nivel nacional, correspondiendo un 66 % a participantes mujeres y 34 % a
participantes varones.
Cabe destacar el esfuerzo de todos los profesionales (en especial trabajadoras sociales)
que a través de estos años mantuvieron los programas sociales dirigidos a las personas
adultas mayores autovalentes, a pesar de que en varias oportunidades las autoridades de
turno trataron de disolverlo por "falta de presupuesto" y poco interés en el tema del
envejecimiento y vejez y, por extensión, en los derechos humanos.
La máxima expansión se produce entre los años 80 al 95, periodo durante el cual se
forman 101 CAM (con promedio de 7 centros al año) para luego descender a un
promedio de un centro cada año.
Los CAM están ubicados en 25 regiones del Perú; en cada una de estas regiones se
encuentran diferentes cantidades de CAM, lo que depende de la población asegurada
mayor de 60 años existente. A diciembre del año 2014, la distribución nacional de los
CAM así como la población que concentra es la siguiente:
Fuente: Base de datos de la Subgerencia de Protección del Adulto Mayor- Dic. 2014
EsSalud. Elaboración: el autor
Un acápite especial constituyen los Centros del Adulto Mayor ubicados en las zonas de
frontera del país, por el norte el CAM Tumbes y por el sur el CAM Tacna, que desarrollan
un fructífero trabajo binacional de intercambio de experiencias socio- culturales, con
centros homólogos del "Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social" ubicados en Quito y la
Asociación de Adultos Mayores del Cantón de Huaquillas, así como Centros de la "Caja
de Compensación de Chile" situados en Arica e Iquique, respectivamente.
Los Centros del Adulto Mayor se han clasificado en tres categorías con la finalidad de
otorgar los recursos humanos, materiales y económicos para su adecuado
funcionamiento y desarrollo.
Los criterios que se toman en cuenta para la categorización son el número de personas
adultas mayores afiliadas activas y el número de talleres de la oferta de servicios. Estos
criterios son diferenciados según los CAM pertenezcan a Lima o regiones, la diferencia se
basa en una menor exigencia ya sea de números de afiliados o de talleres.
Los CAM requieren de un soporte institucional que les brinde las oportunidades,
facilidades y recursos necesarios para poder cumplir con el compromiso de las
prestaciones sociales.
Las mesas de trabajo fueron concebidas como “un espacio de análisis y reflexión
orientado a la mejora de la gestión de los CAM".
Desde el punto de vista de los apoyos directos a la gestión de los CAM, las Mesas
Macroregionales definieron estrategias como aquellas que apuntaban al incremento del
número de afiliados de los CAM y al logro de una mayor participación e integración en las
actividades programadas.
Las reflexiones sobre esta experiencia apuntan a que las prestaciones sociales deben
constituirse en un referente importante de la acción de EsSalud y que es necesario
avanzar en el desarrollo de gestiones concertadas.
En este escenario, las buenas prácticas apuntaron al logro de un diálogo productivo entre
los equipos profesionales de las Unidades Operativas de Prestaciones Sociales (CAM,
CIRAM), las redes asistenciales y el equipo de la Gerencia de Prestaciones Sociales y
otros actores sociales.
En lo específico, la experiencia mostró que en aquellas redes que cuentan con jefaturas
de Unidad de Prestaciones Sociales, de las que dependen orgánicamente las unidades
operativas de Prestaciones Sociales (CAM, CIRAM), se tiene una mejor concepción de la
naturaleza, objetivos y funciones de dichas unidades operativas y, consecuentemente,
desarrollan una mejor gestión diferenciándolos de lo que es competencia de los aspectos
sanitarios-asistenciales.
A nivel nacional la población asegurada total para el año 2014 es de 8'147,268 personas
y los pensionistas (mayores de 65 años) alcanzan 1'229,960 personas. Sin embargo, las
personas adultas mayores en condición de autovalente aseguradas y que constituye la
población objetivo4 suman 799,474 personas.
De esta población, la cobertura de los CAM alcanza a 53,704 personas, lo que representa
el 6.7 % aproximadamente de dicha población.
Sin embargo, los varones que sí participan son motivados por sus esposas o
convivientes o por referencia de amigos o amigas que les comentan acerca de los
beneficios que significa la participación en el CAM. Así, los testimonios en grupos
focales apuntan a etapas de depresión que siguieron a la muerte de su
compañera, la sensación y la presión de la soledad y la paulatina pérdida de
interés y de disminución de la capacidad inmunológica que les sumerge en
situaciones de desesperanza hasta la apertura de una alternativa que, en este
caso, representa el CAM.
El dato de la menor participación de los hombres que las mujeres cambia cuando
el análisis se centra en las diversas regiones donde operan los CAM. Así, en
determinadas regiones de la sierra la participación de los hombres es casi igual e
incluso superior a las mujeres. Los casos notables se dan en Huancavelica, Puno y
Juliaca donde la participación de los hombres es superior a las mujeres; o en el
Por su parte, la composición según edades de las mujeres refleja que su valor
modal es más joven que los adultos mayores varones, pues se sitúa en el tramo 65
a 69 años de edad (23 %) y tiene menos participantes mayores de 80 años que
solo alcanzan al 10 % en contraposición al 18 % de los varones.
Las diferencias entre hombres y mujeres revelan que estos ingresan más
tardíamente al CAM que las mujeres mientras que las mujeres ya están
participando entre los 65 y los 69 años de edad en un 23 % en los CAM; los
hombres recién lo hacen, en esta misma proporción, entre los 70 y 74 años de
edad.
Fuente: Perfil educativo de los afiliados de los Centros del Adulto Mayor. Gerencia
La información sobre este punto señala que un 33 % de los adultos mayores que
participan del CAM siguen desarrollando algún tipo de actividad económica y que
el porcentaje restante (67 %) corresponde, en proporción relativamente mayor, a
mujeres que declaran como actividad ocupacional “labores de casa" y,
especialmente en el caso de los hombres, a “pensionistas o jubilados".
Fuente: Perfil educativo de los afiliados de los Centros del Adulto Mayor. Yudi Villa
Luna. Gerencia de Prestaciones Sociales y Económicas. EsSALUD, 2014.
Los y las usuarias del CAM tienen un periodo de permanencia de 6.5 años, periodo
importante de tiempo porque refleja que existe una adecuada capacidad de
retención y señala la importancia que el Centro logra despertar en las personas
adultas mayores como una buena alternativa a sus requerimientos y necesidades
de desarrollo personal. Casi el 38 % de esta población tiene una permanencia
entre los 1 y 3 años y constituye, probablemente, el grupo de mayor inestabilidad
porque está en proceso de evaluar si permanece más tiempo y considerar si el
CAM es su mejor opción.
La reflexión sobre este aspecto es que las profesionales deben orientar sus
mecanismos de motivación y de captación de este grupo, estimulando aún más la
participación y generando inducciones que les facilite la labor de integración al
resto del grupo.
Son principalmente mujeres cuyo valor modal se sitúa entre los 65 y 69 años de
edad; en cambio los hombres tienen un promedio ponderado de 70.2 años de
edad y su media se establece entre los 70 y 74 años de edad.
Las mujeres suelen incorporase más tempranamente que los hombres al CAM, así
mientras ellas lo hacen entre los 65 y 69 años de edad, lo hombres recién deciden
su incorporación cuando sus edades fluctúan entre los 70 y 74 años, reprimidos
por aspectos más culturales (el predominio del "machismo" que se refleja en que
"el CAM es para mujeres") que de oportunidades.
Finalmente, los y las usuarias del CAM tienen un periodo de permanencia de 6.5
años, sin embargo la curva de la participación comienza a disminuir a partir del
tramo 7 a 9 años de participación, hasta más de quince años, pues las personas
adultas mayores presumiblemente ya han alcanzado una edad entre los 80 y 85
años de edad. Se toma como base el dato de incorporación que señala que para
el caso de las mujeres, ellas ingresan entre los 65 y los 69 años y, en el caso de
los hombres, recién lo hacen entre los 70 y 74 años de edad. En esta etapa los y
las adultas mayores ingresan a un periodo de mayor fragilidad y es donde se
produce el aislamiento en el hogar o el internamiento institucional.
En el Perú, la Ley de las Personas Adultas Mayores N° 28803 del 2006, establece
que todas ellas tienen derecho a la protección efectiva del Estado para el ejercicio
o defensa de sus derechos y a disponer de un marco normativo que garantice los
mecanismos legales para el ejercicio de los derechos reconocidos en la
Constitución Política y los tratados internacionales vigentes.
"...un cambio importante que tenemos es el taller de Ciberdiálogo que nos permite
comunicarnos con nuestros hijos y familiares, ahora vemos a los viejitos chateando
en la computadora con amigos y familiares que están lejos. Mi hija que vive en
Argentina recibió un mensaje de unas amigas que radican en Francia que nos
habían visto en el Facebook, participando de las actividades del CAM. Eso por
supuesto alegró mucho a mi hija. Este espacio se lo debemos a la iniciativa de
nuestro amigo y afiliado Ricardo Rosales, que sacó provecho del taller. De igual
forma los talleres de Educación emocional y memoria son talleres nuevos que nos
ayudan a ser mejores".
Los roles de género atribuidos a cada sexo se trastocan y se alteran a través del
ciclo de vida y la situación de las personas mayores resulta diferente en relación a
edades más jóvenes. Se puede afirmar que la edad se relaciona directamente con
el género y se establece una especie de doble estándar. Así, se espera que la
Los programas desarrollados en los CAM han sido concebidos para responder a la
demanda diferenciada de necesidades que enfrentan las personas adultas mayores y que
son una consecuencia tanto del alejamiento del núcleo familiar -sea por el propio
crecimiento y autonomía que adquieren sus hijos, por razones de viudez, por
desprendimiento de las obligaciones familiares- como por procesos de soledad y de
presencia de enfermedades, muchas veces de origen psicosomáticas; además de
requerimientos de satisfacción personal o de pareja que han quedado postergados debido
a las obligaciones que demandaron la dinámica familiar.
"...lo que más me angustia son los feriados. El CAM se cierra y no sé dónde ir, porque
esto se ha convertido en mi hogar".
El enfoque gerontológico social posee, en suma, una referencia concreta que es el Centro
del Adulto Mayor. Los espacios, aunque limitados, que posee la profesional para
desarrollar la experiencia, tanto en sus aspectos conceptuales como metodológicos,
requieren de una práctica continua de espacios de reflexión. La identificación de ejes
clave de intervención logrados en el transcurso de la presente sistematización promete un
desarrollo aún mayor del modelo, pues abre las posibilidades de colocar en análisis y
definir estrategias para enfrentar de manera mucho más exigente y exitosa los desafíos
que imponen la cogestión, la capacidad de respuesta a la demanda, la naturaleza y
renovación de competencias del equipo profesional especializado, la sostenibilidad del
modelo, la capacidad de empoderamiento y la operatividad del enfoque gerontológico
social.
Reflexión
Proyectos para personas mayores con deterioro cognitivo que están envejeciendo
en el CAM. Existe una frontera que se va delineando paulatinamente, cuando la
persona adulta mayor se aproxima a edades mayores y que se expresa en una
pérdida paulatina de su condición de adulto autovalente y entra a la fase de
fragilidad. En esta fase es necesario que el CAM lleve a cabo dos mecanismos de
intervención. Uno, orientado a las familias mediante la formación de Cuidadores
Familiares; y dos, mediante la promoción del Voluntariado que permite mantener el
vínculo afectivo de la persona adulta mayor ya en condición de fragilidad, con el
CAM.
2.10.3. Infraestructura
2.10.4. Presupuestos
La constatación de los beneficios que genera el Centro del Adulto Mayor, mediante
una menor asistencia a los centros asistenciales o, como ejemplo válido, la
presencia de un grupo de afiliados adultos mayores de 80 años a más, con
autonomía e independencia, con permanencia entre 12 a 15 años en algunos
CAM, justifica la necesidad de contar con un mayor presupuesto y una
transferencia oportuna que permita un adecuado funcionamiento administrativo y
financiero del CAM.
Lograr una mayor cobertura en los CAM siempre es una tarea constante. Al
respecto EsSalud debe dar a conocer este programa mediante la elaboración de
un spot publicitario del tipo Seguro Independiente que publicite los beneficios y
posibilidades de pertenecer a los CAM, enfocando el rol social e inclusivo de
EsSalud y el enfoque gerontológico social aplicado en los CAM.
La ampliación del campo de acción de los CAM hacia una población adulta mayor
asegurada y organizada en función de similar ocupación (por ejemplo
profesionales jubilados de colegios profesionales, maestros o policías jubilados o
ex trabajadores del Banco de la Nación) ha probado ser una opción válida porque
abre nuevas opciones de ampliación de cobertura de los centros, al mismo tiempo
que permite mantener vínculos relativamente comunes entre ellos y definir de mejor
manera el programa de actividades.
La Ley N° 28803 - Ley de las Personas Adultas Mayores, en su Artículo 8°, dispone la
creación de Centros Integrales de Atención al Adulto Mayor (CIAM) en las Municipalidades
Provinciales y Distritales.
La realidad local.
3.1.1. Alcance
El artículo 6° del Reglamento de la Ley N° 28803, establece que el objetivo de los CIAM es
asegurar espacios saludables integrales de socialización, beneficiando a la población
adulta mayor y garantizando la inclusión de las personas adultas mayores con
discapacidad, así como de las familias que tienen a su cargo personas adultas mayores
con dependencia.
Cabe destacar que ni la Ley N° 28803 ni su Reglamento definen a los CIAM, por lo que
este documento establece una definición que describe de modo claro y práctico el
concepto de CIAM.
De este modo se entiende por Centro Integral de Atención al Adulto Mayor (CIAM) al
espacio Municipal de prestación, coordinación y articulación, intra e interinstitucional, de
servicios básicos integrales y multidisciplinaras, para el bienestar y promoción social de
las personas adultas mayores, en un contexto de cogestión y participación de la persona
adulta mayor y la familia.
3.2.1. Finalidad
3.2.2. Enfoques
El CIAM, por su naturaleza, dependerá orgánicamente del área del Gobierno Local
vinculado al Desarrollo Social o a la que haga sus veces (Participación Vecinal,
Desarrollo Humano), según la estructura orgánica de cada Municipalidad.
De acuerdo al Reglamento de la Ley N° 28803 - Ley de las Personas Adultas Mayores, las
Municipalidades Provinciales y Distritales, son las entidades encargadas de gestionar los
recursos económicos para la instalación e implementación de los CIAM, con cargo a sus
respectivos presupuestos y de manera progresiva, de acuerdo a sus posibilidades y
recursos financieros.
La Ley dispone que para dicho fin, las Municipalidades podrán establecer alianzas
estratégicas y coordinaciones con los gobiernos regionales y diversas entidades públicas
y privadas.
En ese sentido, es pertinente recomendar cuáles deben ser los servicios considerados
como prioritarios para los CIAM, tales como aquellos servicios dirigidos al desarrollo
cognitivo, físico, emocional y social, así como a la asesoría jurídico social, prevención del
maltrato y a la promoción de la salud.
Estos servicios deben enfocarse según la diversidad cultural y de género, atendiendo a las
necesidades y características de las personas adultas mayores, involucrando a la familia
en un rol activo.
Se sugiere que los servicios a prestarse sean el producto del trabajo en alianza
interinstitucional pública y privada y que además estén en concordancia con el Plan de
Trabajo previamente elaborado.
En este sentido, se considera que los rubros de servicios básicos, dentro de los cuales se
pueden implementar diversos talleres, programas o desarrollar actividades de acuerdo a
las capacidades de cada CIAM, son:
Asimismo, de acuerdo a las posibilidades de cada CIAM; se pueden ofertar talleres sobre
cuidado del ambiente, promoción del voluntariado y otros relacionados con la actividad
local.
Las Personas Adultas Mayores (de 60 años o más) que deseen inscribirse en los
Programas y actividades que ofrece el CIAM, podrán hacerlo a través de una ficha
de registro que estará cargo de la persona responsable de su funcionamiento.
Los CIAM tienen como finalidad ofrecer a las personas adultas mayores que se
inscriban voluntariamente, un espacio propicio para la socialización e interacción
con otras personas, evitando el aislamiento y promoviendo su participación e
integración social.
El CIAM puede brindar orientación socio-legal a las personas adultas mayores que
lo requieran.
6. VILLA LUNA, Yudi, 2014 Perfil Educativo de los usuarios de los Centros del Adulto
Mayor, Informe de GPSyE-EsSalud.