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CONDICIONES PARA LA OBSERVACIÓN DEL COMPORTAMIENTO

PRÁCTICA 17 CUESTIONARIO 26
APLICABILIDAD AL PUESTO DE TRABAJO

Para que pueda considerarse válida, la observación de los comportamientos debe cumplir
algunas condiciones:

• Información previa a la persona que se va a evaluar. Esta condición, además de ser una
exigencia deontológica, está motivada por el claro riesgo de rechazo en caso de
incumplimiento.

• La observación debe ser efectuada por una persona capaz de identificar claramente los
objetivos procurados y que no pretenda extraer juicios relativos a la persona observada. Ello
exige la formación, o al menos la preparación, de la persona que va a realizar la
observación.

• La observación debe situarse, desde el principio, en una perspectiva de coevaluación entre


observador y el observado, tanto para garantizar en lo posible la objetividad de los
resultados como para permitir una mejor asimilación de los mismos por parte de la persona
observada.

• Debe contarse con los medios necesarios para realizar la observación: disponibilidad de
observaciones que permitan un ratio “razonable” de personas evaluadas por cada
observador (aunque depende del tipo de observación a realizar, se estima en torno a 8
personas por evaluador).

Este tipo de observaciones vienen limitadas por una serie de factores, entre los que cabe
destacar:

• La persona observada reacciona inevitablemente ante la presencia del observador, de


forma que su comportamiento durante la observación refleja de forma imperfecta su
comportamiento “habitual”. Esta desviación puede ser tanto de carácter positivo como
negativo.

• El observador debe proceder con la máxima objetividad, lo que no siempre resulta fácil.
Requiere separar los tiempos de observación y los de interpretación, con el fin de evitar
el efecto “halo” (tendencia a dejarse influir por la impresión general causada por el
observado) y el efecto “contaminación” (tendencia a “ver” e interpretar en función de
resultados previos).

• No todos los comportamientos son observables, especialmente en el desarrollo de


actividades intelectuales, lo que obliga a utilizar otros medios de evaluación.

• Los comportamientos profesionales son raras veces “normalizables”, existiendo a


menudo un importante grado de autonomía que impide reducir dichos
comportamientos a una serie de gestos claramente identificables.

Fuente: La Calidad de la Formación. Cuaderno 21. CIDEC.

TAULELL
ANÁLISIS DE LAS PRÁCTICAS DE EVALUACIÓN DE LA FORMACIÓN CONTINUA UTILIZADAS EN EL SECTOR DE FABRICAICÓN DE AZULEJOS,
PAVIMENTOS Y BALDODAS CERÁMICAS.

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