Sei sulla pagina 1di 7

Hora Santa.

Nos ponemos en la presencia de Jesús.


(todos) En el nombre del Padre, Del Hijo, Y del Espíritu Santo, Amén.
Canto: Cantemos al amor de los amores.

Saludo (todos)
Bendito sea el santísimo sacramento del altar en el cielo, en la tierra y
en todo lugar. Sea por siempre bendito y alabado el corazón amoroso de
Jesús Sacramentado.

Palabras de ambientación.
Vamos a estar una hora con Jesús. Gracias, Señor, porque nos permites
estar contigo. Siempre estamos en tu presencia, pero ahora con más
intensidad. Nuestro estar aquí esta tarde es la presencia del amigo en
un momento delicado para el amigo. Al amigo le duele que le dejemos
solo. ¿No habéis podido velar ni siquiera una hora conmigo?
Jesús está tarde te reconoce, te llama por tu nombre, como a Pedro,
Santiago y Juan; y cuándo él pronuncia tu nombre, te recrea. Te ama.

Presentación de todos.
Queremos, Jesús, estar contigo. Queremos recordar tus palabras,
Benditas palabras. Queremos poner nuestro corazón junto al tuyo, Y
captar tus sentimientos.

Canto: Entraré.

Inicio:Vamos a pedir al Espíritu Santo que nos prepare con santas


aspiraciones y deseos, para hacer dignamente esta Hora de Adoración;
donde visitamos al gran Rey.

Ahora, abre tu corazón y, en silencio, pide por tus necesidades o de las


ajenas que vas a presentar.

Oración Preparatoria (guía):


Ven, Espíritu Santo, llena el corazón de tus fieles; enciende en ellos la
llama de tu Amor. Envía tu Espíritu y serán creados. Y renovarás la faz
de la tierra. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la
luz del Espíritu Santo: haznos dóciles a tu Espíritu, para gustar siempre
el bien, y gozar de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

1
(todos)Creemos, Señor, que estás aquí presente. Aunque nuestros ojos
no te vean, te siente nuestra fe. Aparta de nosotros los pensamientos
que nos perturban en este momento.

Haz que comprendamos las verdades que en esta hora santa quieres
enseñarnos. Que nos decidamos a practicarlas. Tus siervos te escuchan;
habla, Señor, a nuestra alma. Santa María, Medianera de todas las
gracias, concédenos que escuchemos y sigamos la voz del Señor.

Canto: Dios está aquí.

Entrega (todos)
Padre Amado, me entrego a Ti hoy con todo mi corazón y toda mi alma.
Por favor, entra en mi corazón de una manera más profunda. Yo te digo
que “Sí” a Ti hoy. Abro todos los lugares secretos de mi corazón y te
digo “Entra”, Jesús. Tú eres el Señor de toda vida. Yo creo en Ti, y Te
recibo como mi Señor y mi Salvador. No me quedo con nada. Espíritu
Santo, tráeme a una conversión profunda a la persona de Jesucristo. Yo
me entrego por completo a Ti: te entrego mi salud, mi familia, mis
recursos, mi trabajo, mis habilidades, mis relaciones, mi manejo del
tiempo, mis éxitos y mis fracasos. Yo me despojo de ellos y Te los
entrego a Ti todos. Entrego mi compresión de cómo las cosas deberían
ser y no como son, mis decisiones y mi voluntad. Yo te entrego las
promesas que he cumplido y las que he dejado de cumplir. Te entrego
mis debilidades y mis fuerzas a Ti. Te entrego mis emociones, mis
temores, mis inseguridades, mi sexualidad. Especialmente te entrego:
(menciona en silencio qué otras cosas entregas)
Señor, yo te entrego toda mi vida a Ti; Te entrego el presente, el
pasado y el futuro. Te pertenezco en enfermedad y en salud, en muerte
y en vida.

Acto de Adoración (todos)


Hoy, delante de Jesús Eucaristía, fijamos la mirada ante todo en Jesús
que está en la Custodia irradiando amor, pero, también desde aquí, y
sin dejar de mirarlo a Él, vamos a mirar a todos los mexicanos con sus
necesidades, con sus anhelos, con todo lo que sabemos que nos pide
ejercer la caridad hacia los demás.

2
Señor, reconocemos nuestra pobreza, como ciudadanos y como nación,
ponemos ante Ti nuestra condición de pecadores deseosos de estrenar
un corazón nuevo que haga grande nuestra Patria en la esperanza y en
la caridad.

Cristo Rey, tú eres el Príncipe de la Paz, tú has derribado el odio que


separaba judíos de paganos, libres de esclavos, creyentes de no
creyentes. Tú eres quien ha derribado el muro de separación, el muro
que enfrentaba a los pueblos, razas, lenguas, culturas y religiones. Tú
eres quien nos ha reconciliado con el Padre y entre nosotros, como
hermanos, destruyendo el poder del pecado: odio, rivalidad, venganza,
ira…

Mira nuestra Patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la


inseguridad. Consuela el dolor de quienes sufren. Da acierto a las
decisiones de quienes gobiernan y mantén viva la esperanza en los
corazones de todos los mexicanos. Tú eres nuestro Rey y Señor,
queremos consagrar nuestra patria nuevamente a Tu custodia.
Creemos, Jesucristo, en tu Palabra; que nos llama a la conversión, para
que en ella encontremos la paz interior y así podamos dar frutos de
justicia. Creemos Jesucristo que tú eres la vid y nosotros los sarmientos
y que debemos estar plenamente unidos a ti para poder dar frutos, para
que nuestra vida no sea estéril. Tú has triunfado sobre la muerte,
resucitando a la Vida nueva, Vida Eterna. Gracias, Jesucristo. Tú has
sembrado en cada uno de nosotros, los que creemos en Ti, semillas de
eternidad. Tú nos llamas a participar de tu Eternidad, de la Eterna
Bienaventuranza en el cielo, donde la paz será duradera para siempre.

Pero, mientras peregrinamos por la tierra, nos anticipas tu Vida divina


en la Eucaristía y en el perdón de los pecados por tu misericordia. Señor
Jesús, herido en nuestra nación por tantos pecados cometidos, te
pedimos que la luz de tu presencia sacramental ilumine los corazones de
cuantos somos habitantes de este país, que nos ayude a distinguir todo
lo que sutilmente nos aparta de tu amor y nos hace alterar la paz y
armonía en nuestras relaciones con las personas que convivimos día con
día, con nuestra familia y en nuestra relación contigo. Ayúdanos a estar
alertas a la voz seductora del maligno, que nos confunde para que
prescindamos de ti y nos deshumanicemos. Ven en auxilio de estos tus

3
hermanos mexicanos, con quienes quiso quedarse tu Santa Madre
vestida de Guadalupana. Te lo pedimos a Ti Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Canto: Muévete en mi.

Después de cada petición respondemos cantando:


<<Perdón, oh Dios mío. Perdón e indulgencia. Perdón y clemencia.
Perdón y piedad>>
Lector: Porque hemos permitido que la violencia se incrementara en
nuestra patria.
Lector: Por el miedo y la inseguridad en que vivimos muchas
comunidades de México.
Lector: Por la violencia que se vive dentro de muchas familias, por
nuestras omisiones y por acostumbrarnos a vivir en un mundo violento y
alejado de Ti.
Lector: Por nuestra indiferencia al dolor de tantas víctimas de los
secuestros, de los robos, de los fraudes y del abuso contra los Derechos
Humanos.
Lector: Por la sangre de los niños que han sido abortados y por la sangre
de las personas que han sido asesinadas.
Lector: Por los que han sido ejecutados con crueldad y frialdad inhumana
en los diferentes estados del país.
Lector: Por la pérdida de la vida social, de la convivencia armónica y
pacífica y por la pérdida de la vida de fe solidaria.
Lector: Por todos los signos de violencia, que van acabando poco a poco
con la vida comunitaria.

Canto: Renuévame.

Jesús te habla al corazón:


“Ven a Mí. Yo te daré nuevas fuerzas.” “Cuánto he deseado verte y
pasar algún tiempo de quietud contigo, en comunión contigo “de
corazón a corazón‟, como lo hacen los mejores amigos. Sé que estás
cansado y agotado por las vicisitudes, los quehaceres y los problemas
de la vida y del mundo. Queridos hijos míos, quiero que me cuenten
todos sus pesares. Todo lo que te preocupa a ti, me preocupa a Mí. Me
gusta escuchar y el tiempo que tengo es ilimitado. Quédate conmigo y
descansa un rato. Permíteme llenarte de amor, alegría y paz. Solamente

4
Yo puedo darte paz verdadera, una paz que el mundo no puede dar.
Cuéntame de tus necesidades y tus anhelos. Cuéntame de tus seres
queridos, cómo están y qué cosas necesitan. Ellos son mis amados
también.”

* Háblale a Jesús en el Santísimo Sacramento tal como le hablarías a tu


mejor amigo. Dale a conocer todas tus preocupaciones y necesidades, y
también las de tus familiares, seres queridos, amigos y vecinos.
Manifiesta dolor por las faltas que hayas cometido (pecados), y por las
personas a quienes hayas perjudicado u ofendido. Pídele la gracia de
perdonar a todos los que te hayan hecho daño. Ora pidiendo guía y
curación.

Canto: Nadie te ama como yo.

ADORACIÓN:
¡Oh, Santísima Trinidad, te adoro! Dios mío, ¡te amo en el Santísimo
Sacramento!

¡Dios mío, creo en Ti, te adoro, espero en Ti y te amo! Te pido perdón


por todos los que no creen, no te adoran, no esperan en Ti ni te aman.

¡Oh, Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro con todo
mi corazón! Te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Jesucristo, tu Hijo, presente en todos los tabernáculos del mundo en
reparación por los ultrajes, los sacrilegios y la indiferencia con que se le
ofende, y por los infinitos méritos del Sagrado Corazón de Jesús y del
Inmaculado Corazón de María, te ruego por la conversión de los pobres
pecadores. ¡Seas por siempre bendito y alabado mi Jesús
Sacramentado!

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos
el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y todo será creado y renovarás la
faz de la tierra. Oh, Dios, que con la luz del Espíritu Santo iluminas los
corazones de tus fieles, concédenos que, guiados por el mismo Espíritu,
disfrutemos de lo que es recto y nos gocemos con su consuelo celestial.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

5
Padre, Hijo y Espíritu Santo, ilumíname y, con Tu gracia, fortaléceme!
Santo Ángel Custodio, adorador excelso de nuestro eterno Rey oculto en
la Sagrada Eucaristía, obtén para mí un amor y una estima siempre
crecientes por el Santísimo Sacramento. Ayúdame a perseverar y
fielmente corresponder a las magníficas gracias sacramentales que
recibo diariamente. Amén. ¡Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San
Rafael, rueguen por nosotros!

ACCIÓN DE GRACIAS: Jesucristo, mi Señor, ¡te adoro! Te doy gracias


por tu maravilloso amor que te mantiene en la tierra con nosotros, día y
noche, en la Sagrada Eucaristía. Te doy gracias por el don de la vida,
por mi familia, mis amigos y mis seres queridos; por las innumerables
gracias y bendiciones que has derramado sobre mí y sobre toda persona
en todo el mundo. Te doy gracias, Señor, por tu constante,
misericordioso y tierno cuidado.

¡Oh, Dios mío, te amo por todas las gracias que me has prodigado!

OFRECIMIENTO: Amado Jesús, me ofrezco a Ti. Me pesan todas las


veces que te he ofendido a Ti y al prójimo. Quiero hacer reparación por
mis faltas pasadas y cumplir la voluntad de Dios en todas las cosas, hoy
y todos los días de mi vida. Ayúdame a orar, vivir y trabajar, te suplico,
para honor y gloria de Dios y para llevar a otros a tu presencia en la
Sagrada Eucaristía. Con tu amor y tu gracia quiero ayudar a llevar a
muchas almas al cielo para vivir contigo en la plenitud de tu amor, paz y
alegría por toda la eternidad. Amén.

SILENCIO Y CONTINUAR CON AGRADECIMIENTO:


Agradezcamos a Dios por todas las bendiciones que hemos recibido.
Pensemos en todas las cosas buenas que nos ha dado (familia, amigos,
salud...) Agradezcamos a Jesús por este Gran Regalo de permitirnos
estar junto a él esta bendita tarde. Nuestra Señora, Reina de la Paz,
ruega por nosotros. San Francisco de Asís, mensajero de la Paz, ruega
por nosotros. Santa Clara de Asís, adoradora de Jesús, ”Príncipe de la
Paz‟, ruega por nosotros

ORACIONES FINALES:

6
Pidamos por las almas del Purgatorio...Por todos los sacerdotes, las
vocaciones, por nuestras familias. Es tiempo para decir adiós y darle
gracias a Jesús por Su bendición en el día de hoy. Amén

Canto: Maranatha.

Potrebbero piacerti anche