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Los principios del Lean Management se establecieron de forma que se lograran los
objetivos para los que fue desarrollado, lo cual fue tarea de Toyota. Pero estos objetivos
fueron, evidentemente, una consecuencia de la persecución implacable de una forma de
operar mucho más eficiente y competitiva pero, al mismo tiempo, de una necesidad
imperiosa de la propia Toyota.
Kiichiro Toyoda, que inició la producción de automóviles en 1933, se dio cuenta de que, ni
podía producir grandes cantidades de automóviles (el escuálido mercado japonés de la
postguerra distaba mucho de permitirlo), ni disponían de las enormes sumas que los
americanos invertían en equipamientos (las finanzas de Toyota Motor estaban en las
antípodas de ello).
Así que había que producir pequeñas cantidades de vehículos, sin grandes inversiones
en equipamientos, pero... ¡logrando la misma eficiencia que los sistemas que operaban a
gran escala y con grandes inversiones! Y este fue el verdadero objetivo a perseguir y, en
definitiva, el desafio con el que se enfrentó Toyota al desarrollar su sistema.
Por ello, no resulta extraño que Kiichiro Toyoda dijera: "Aprenderemos las técnicas de
producción del método americano de producción en serie, pero no lo copiaremos tal como
es. Utilizaremos nuestras propias investigaciones y creatividad para desarrollar un método
de producción que sea adecuado a la situación de nuestro país". El verdadero problema a
resolver era cómo situar la productividad de sus procesos al nivel de los EE.UU, que le
aventajaban mucho en este aspecto debido a los enormes medios de que disponían
(Kiichiro evaluó la productividad del trabajador japonés, en relación al americano, nada
menos que en una relación de 1 a 9).
El desafío, por tanto, era cómo anular esta enorme ventaja pero, como se ha expuesto,
sin producir a gran escala, ni invertir grandes sumas de dinero. La única posibilidad
radicaba en encontrar los costes improductivos del sistema de producción a gran escala y,
por esto, en Toyota se llegó a la conclusión de que habían de desarrollar un sistema de
gestión que persiguiera y eliminara implacablemente los costes improductivos.
Y así es como se establecieron los principios que dieron lugar al modelo de gestión que
desarrollaron y las herramientas del mismo, muchas de las cuales hemos comentado en
mis artículos. Tanto los principios como las herramientas del sistema, pretendían lograr la
misma efectividad que los planteamientos tradicionales, pero evitando consumos de
recursos improductivos. Y, como no podía ser de otra manera, ello dio lugar al un sistema
mucho más eficiente.
Y ¿cuáles son los costes improductivos que, al analizar el funcionamiento de los procesos
tradicionales, Toyota encontró? Veámoslos y veamos cómo dieron lugar a los principios
del sistema de gestión que desarrollaron, a la definición de los distintos desperdicios y a
los instrumentos o herramientas que se generaron:
Siempre me sorprendo que los altos directivos muchas veces me pregunten "¿Y
qué es Lean?". Esto es deprimente cuando provienen de la automoción o de
empresas en las que la gente de operaciones ha estado luchando con Lean
durante por lo menos la última década sin su ayuda o comprensión. Por otra parte
es alentador cuando provienen de organizaciones del sector servicios o sanidad
con ganas de hacer progresos y preparados para un liderazgo desde arriba.
En los próximos diez años no tengo ninguna duda de que este modelo de negocio
lean reemplazará el modelo de negocios imperante desarrollado originalmente por
Alfred Sloan en General Motors, analizado y descrito en muchos libros de Peter
Drucker y posteriormente refinado por Jack Welch en GE. El poder de lean es el
creciente reconocimiento, por las principales organizaciones de todo tipo de
sectores, que Toyota, el iniciador del lean, es el modelo de referencia para nuestra
época. Con razón, una aspiración común es conviertirse en el Toyota de su sector.
Esto es más urgente habida cuenta que las empresas emprenden su propio
camino hacia el lean se demuestran su capacidad para redefinir la naturaleza
fundamental de la competencia en su sector, mientras que sus competidores
luchan por mantenerse a flote. Basta con mirar a los grandes cambios estrategicos
llevados a cabo en WalMart, incluso antes que Tesco abriese su primera tienda
‘fresh&easy’ en el mercado de los EE.UU., y el creciente éxito de la adquisición y
cambio de estrategia de un pionero lean como Danaher.
La idea fundamental detrás del lean es ver que el valor del cliente es creado por
las acciones de diferentes personas a través de muchos departamentos y
organizaciones. La conexión de estos sin fisuras de extremo a extremo, o valor de
flujo de proceso, para cada familia de productos, revela literalmente, cientos de
oportunidades para acelerar el flujo, eliminando los pasos que no añaden valor y
alineando la creación de flujo de valor con la demanda de los clientes. Esto es
lean en las operaciones, a las que la mayoría de las personas ya están
familiarizadas.
Este enfoque en los procesos requiere de una forma muy distinta de gestión lean.
Alguien tiene que convertir estas actividades gestionadas separadamente, en
flujos de valor de inicio a fin, así como gestionar el proceso de mejora futura,
quizás a través de varias generaciones de productos.
Es también su responsabilidad batallar con las funciones para obtener los recursos
para hacerlo, dentro de una política de organizativa que alinea estas actividades
con las necesidades de la organización y sus clientes.
http://institutolean.org/index.php/es/acerca-de/que-es-lean/73-tps-toyota-production-system
Mejorar la productividad con el Lean Management
Todas estas pérdidas suponen un lastre para la productividad real de los procesos
y el sistema productivo en su conjunto, pérdidas que, acumuladas, pueden llegar a
tener grandes proporciones. Según se ha expuesto, se dan de forma sistemática
en los procesos tradicionales, mientras que el lean management puede decirse
que está “pensado” para evitar una a una, todas ellas. Lo expuesto en mis
artículos anteriores puede bastar para ver que la mayoría de las pérdidas citadas
se evitan si se implementa correctamente el lean management.Todo ello es así
porque el modelo de gestión tradicional de los procesos, al hacer énfasis en la
productividad aislada de cada operación lleva, irónicamente, a generar
importantes pérdidas, precisamente en la productividad global del proceso.