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Brandon Smith - Los Elitistas

Globales No Son Humanos


Saludando a los lectores que se han interesado o preocupado por este
blog este último tiempo, desde el sitio alt-market.com hemos traducido el
artículo siguiente (Global Elitists Are Not Human) que fue publicado allí
en Mayo del año pasado y reproducido en decenas de sitios. Su autor, de
quien ya hemos publicado un par de escritos, en este texto aborda desde el
punto de vista de la psicología la desagradable conducta de los que
promueven la ideología del globalismo desde sus altas esferas,
estableciendo que su comportamiento exhibe rasgos enfermizos que van en
contra del bien general.

Los Elitistas Globales No Son Humanos


por Brandon Smith
16 de Mayo de 2018

A menudo se ha dicho que ver o tratar a las personas en general como


intrínsecamente diferentes [to otherize] puede ser peligroso, y
específicamente considerar a los enemigos como extraños o diferentes
puede ser tácticamente perjudicial. En particular, cuando usted afirma una
especie de ventaja genética imaginada ello puede conducir a un falso
sentido de superioridad sobre aquella gente. También puede conducir a
peligrosas generalizaciones de grupos enormes cuando usted clasifica y
encasilla a millones como siendo exactamente lo mismo cuando eso es
racionalmente imposible. Sin embargo, considerar a otros como extraños
es quizá la única opción cuando uno se enfrenta con un tipo muy particular
de personas que abraza una clase muy particular de ideología;
considerarlos como diferentes puede llegar a ser un asunto de
supervivencia.

Estoy hablando, por supuesto, de los globalistas.

No me refiero a los sujetos de bajo nivel y tontos útiles dentro del


impulso o "movimiento" globalista, porque muchos de ellos simplemente
representan una credulidad o estupidez subyacente entre la gente atraída
al mundo innato de la academia. En vez de eso, me estoy refiriendo a la
gente que está detrás de la cortina, los autoproclamados "globalistas" o
internacionalistas que se han posicionado en centros de poder estratégicos.

Hablo de la gente que influye o derechamente controla la política del


gobierno y que está sobre los hombros de funcionarios supuestamente
libremente elegidos. Hablo de la gente que influye en la seguridad o
inseguridad económica por medio de conglomerados bancarios centrales
que no responden ante nadie. Hablo de los hombres y mujeres que desean
dictar el destino de miles de millones de personas.

Esa gente no es fácilmente identificable por nada aparte de su retórica y


acciones. Dicha gente está compuesta por diversos grupos étnicos. Ellos
hacen sus anuncios desde todos los rincones del planeta. Ellos no están
suscritos a ninguna doctrina espiritual, pero públicamente se dedican a
muchas religiones diferentes como un medio de "calzar" con el ciudadano
común. El Globalismo ES su religión. ¿Y su dios? Bueno; ellos se ven a sí
mismos como dioses.

Para ser un globalista, sin embargo, uno tiene que hacer más que
simplemente suscribir los principios del globalismo; hay un un asunto de
rasgos de carácter y acciones que deben ser examinados.

Después de estudiar el comportamiento de los globalistas y sus


organizaciones durante un tiempo, he notado que sus patrones
psicológicos tienden a corresponder con un preciso grupo de gente que es
mejor descrita como "criminalmente demente". Más exactamente, los
globalistas se comportan como sociópatas y psicópatas narcisistas que
pueden desempeñarse y camuflarse bien en la sociedad [high-
functioning]. Pero ¿cuáles son los rasgos de tales personas? Echemos un
vistazo a algunos de ellos...

Falso Sentido de Superioridad - Auto-Agrandamiento

Cada persona quiere ser vista como importante o única. Pero los
sociópatas narcisistas creen que ellos tienen derecho a un tratamiento
especial y se ven a sí mismos como estando por encima de las leyes y los
detalles de la sociedad normal. Ellos a veces procuran justificar esa actitud
mediante "logros", y luchando por posiciones de poder e influencia a fin de
reforzar la noción de que ellos son especiales comparados con otros.

Por supuesto, el poder es por lo general un constructo artificial, porque


el único poder que tenemos sobre otros es el poder que ellos nos dan, a
sabiendas o inconscientemente. El poder no lo hace especial a uno. El
sociópata narcisista, sin embargo, no hace tales diferenciaciones. Él sólo
distingue entre la gente que se esfuerza por el dominio y todos los demás.
En su mente, la gente que desea fervientemente el poder es una sub-
especie superior, mientras que las personas que no ambicionan el poder
son consideradas como insectos.

Francamente, no veo ninguna razón de por qué no deberíamos hacer la


misma tajante declaración, sólo que al revés.

Los sociópatas y psicópatas narcisistas están afectados con visiones de


una supuesta grandeza. Ellos no ven el contenido de sus logros como
necesariamente importante, es decir, piensan que ellos nacieron grandes, y
por lo tanto no les corresponde llevar a cabo nada que sirva para ayudar a
otros o hacer progresar el conocimiento de la Humanidad. Ellos no se
preocupan por demostrar su grandeza mediante logros legítimos, sino que
sólo les importa que la gente CREA que ellos son especiales, que ellos han
sido escogidos.

Manipulación y Coerción

Un sociópata narcisista usualmente prefiere conseguir de manera fácil lo


que quiere. Ellos esperan que la gente les rinda adoración y les entregue el
control automáticamente. Pero si ellos no consiguen lo que quieren por las
vías normales, usarán cualquier medio que esté a su disposición.

Aquello por lo general incluye la amenaza de la fuerza o el uso de la


fuerza, el uso de la tortura, el uso de complicadas mentiras y argucias para
empujar hacia una esquina a quien han escogido como blanco (para
hacerlos comportarse en una manera específica), el uso del
condicionamiento psicológico (moldeando la conducta, por lo general
mediante creación de respuestas al miedo), y también el uso de
manipulaciones psicológicas para hacer dudar a su blanco de todo en lo
que éste cree y percibe (acusándolo de estar "loco" si no adhiere a la
retorcida visión del mundo que tiene el narcisista).

Por supuesto, esa clase de persona desequilibrada realmente nunca está


satisfecha, ni siquiera cuando consiguen realmente lo que quieren. Ellos
siempre quieren más, siempre hay algo más que ellos necesitan para llenar
su interminable vacío interior.

Carencia de Empatía por Otros

No todos los narcisistas son sociópatas, pero la mayor parte de los


sociópatas son narcisistas. Cuando hablamos de narcisistas, es importante
recordar que hay diversos grados de ese cáncer psicológico. Cuando
menciono a los globalistas en particular como "narcisistas", me refiero a su
propensión a ser narcisistas de alto desempeño, con tendencias
sociopáticas. En otras palabras, ellos son narcisistas que no sólo tienen un
inflado sentido de la propia valía sino que además carecen de empatía y
conciencia. Ellos están dispuestos a dañar a otros a cualquier grado para
conseguir al momento lo que quieren, a la vez que piensan que pueden
evitar las consecuencias de actuar así.

Está también el asunto de la diferencia entre sociópatas y psicópatas.


Esto es un poco difícil de describir por ser ellos tan similares en muchos
respectos. Yo lo pondría de esta manera: mientras los sociópatas, por una
parte, persiguen un objetivo y están dispuestos a pisotear a la gente para
conseguirlo, los psicópatas, por su parte, pisotean a la gente incluso cuando
ellos no tienen un objetivo en mente. Es decir, el psicópata disfruta del acto
de destrucción; lo que ellos más quieren es el dolor de otra gente.

Los sociópatas y los psicópatas ambos parecen impregnar las filas de las
instituciones globalistas. Algunos de ellos quieren construír un ídolo para
sí mismos sin que les importe a quiénes dañen durante el proceso. Algunos
de ellos obtienen un gran placer de simplemente hacer daño a tantas
personas como les sea posible.

Desesperada Necesidad de Adoración

A los sociópatas narcisistas no les basta alcanzar un nivel de respeto por


medio de la coacción. En último término, lo que ellos quieren es que las
masas humildes ACEPTEN voluntariamente su grandeza como algo
absoluto, como un hecho obvio e indiscutible de la vida. Lo que ellos
quieren es reverencia y lealtad. Como ya mencioné, ellos quieren ser
tratados como dioses por la gente que está alrededor de ellos, y si son
particularmente ambiciosos, por cada uno en el mundo.

Ésta es en realidad una extraña dinámica, ya que requiere un conjunto


de tramas y manipulaciones altamente elaboradas. Si uno no es una gran
persona, mucho menos alguien divino, la cantidad de condicionamiento
psicológico necesario para convencer a la gente es, por lo demás,
sustancial. Esto hace del sociópata narcisista un potencial esclavo de sus
propias conspiraciones incesantemente ideadas; las mentiras y
maquinaciones se acumulan sobre otras mentiras y maquinaciones en la
búsqueda de algo que ellos nunca conseguirán realmente.

Los Globalistas Son No-Humanos Psicológicamente Destruídos

En el mundo de análisis alternativos y periodismo investigador es


bastante común encontrarse con gente que atribuye un status de otro
mundo a los globalistas. Algunas personas los ven como una
representación del bíblico Apocalipsis, como agentes serviles de las
profundidades del infierno. Otros los ven como literalmente alienígenas,
seres interdimensionales que se hacen pasar por humanos. Y mientras
muchos se reirán de tal gente como locos marginales que creen en
conspiraciones, pienso que es importante entender por qué ellos ven a los
globalistas de esa manera.

Cuando uno se ve enfrentado con el verdadero mal, el mal organizado,


que carece de toda preocupación o remordimiento, uno puede verse
tentado a formular explicaciones sobrenaturales. No estoy seguro de que yo
esté contra esa idea.

Los globalistas presentan la mayoría, si es que no todos, de los signos


reveladores de los sociópatas narcisistas, incluyendo su falta de conciencia
y brújula moral. Si bien hay muchas definiciones de lo que nos hace ser
humanos, hay una especie de exigencia universal independientemente de
la cultura, a saber, la exigencia de algo como un alma.

¿Qué hace a un alma serlo?. ¿Un deseo básico, por ejemplo, de hacer por
otros lo correcto, incluso si eso significa no conseguir lo que queremos todo
el tiempo? Éste es un buen punto de partida, pero hay más que eso.

Los psicólogos y los científicos durante muchas décadas han encontrado


un patrón de rasgos de carácter inherentes integrado en la psique humana,
rasgos presentes en la gente desde el momento del nacimiento, que está
fuera de las influencias del ambiente social. Carl Jung fue el principal
experto en este campo de las "cualidades arquetípicas", con un vasto
catálogo de estudio de casos de todo el mundo, incluyendo estudios en el
África tribal. Una parte importante del conocimiento arquetípico o innato y
de los rasgos de carácter es la noción de bien y mal; nacemos entendiendo
que ciertos comportamientos son constructivos mientras otros son
destructivos y detestables. Ésta es muy probablemente la fuente de lo que
llamamos "conciencia".

Desafortunadamente, no toda la gente nace con una conciencia. En


algunas personas, la diferencia entre el bien y el mal o entre la conducta
constructiva y la destructiva es tratada como borrosa o frívola. Jung y otros
psicólogos etiquetan a este subconjunto de nuestra especie como
sociópatas y psicópatas "latentes". Juntos, ellos componen alrededor del
10% de cualquier cultura o grupo dados. Muchos de ellos permanecen
"latentes" y más o menos inofensivos durante todas sus vidas, a menos que
ciertas condiciones ambientales inestables proporcionen el combustible
para el funcionamiento defectuoso de ellos. Alrededor del 1% nace como
sociópatas y psicópatas con todas sus características. Éstos son lo que yo
llamaría los "no-humanos".

Esto es porque el narcisismo y la sociopatía de alto nivel no son


"enfermedades mentales" tradicionales sino rasgos de carácter
profundamente enraizados. Un sociópata narcisista no puede ser "curado"
de su dolencia, porque no se trata de una dolencia sino de aquello en lo que
él consiste. Si usted pudiese arrebatarle el narcisismo y la sociopatía, no le
quedaría nada a la personalidad de él.

Cuando una persona normal entra en contacto con alguien que no tiene
ninguna conciencia inherente, hay un retroceso inmediato, una sensación
de que ella acaba de encontrarse con un monstruo. Ésta no es una
exageración, esto es completamente exacto.

Los narcisistas y sociópatas de alto nivel son físicamente humanos por


supuesto, pero si mirásemos detenidamente una representación visual de
su psique, encontraríamos una tierra baldía estéril, un lugar donde los
espíritus malignos están al acecho. Ellos no sueñan como sueña la gente
normal. Ellos no sienten alegría de la manera en que la gente normal la
siente. Ellos no sienten satisfacción por cosas que comúnmente llenan de
optimismo al resto de nosotros. Ellos son incapaces de amor por los demás.
Son incapaces de arrepentirse por sus acciones, y sólo alguna vez sienten
remordimiento por no haber podido conseguir lo que quieren. Ellos no ven
a las demás personas como individuos sino como instrumentos para ser
explotados.

Ser sociopático no significa, sin embargo, que ellos sean ignorantes de lo


que hace funcionar al resto de nosotros. Por el contrario, los sociópatas son
muy buenos en identificar los deseos personales y los impulsos de los otros,
e imitan a la gente en una forma que los hace parecer "humanos". Ellos son
parásitos por naturaleza, y por eso ellos tienen que ser capaces de acercarse
a sus víctimas huéspedes si es que han de sobrevivir.

La dinámica globalista es interesante en tanto es un ejemplo de


sociopatía narcisista organizada. Los globalistas han estado al frente de
numerosas guerras, colapsos económicos y tiranías durante los años, todo
lo cual al final termina en un gran sufrimiento para las masas.
Contrariamente a la creencia popular, los sociópatas y los psicópatas
realmente trabajan juntos en pro de un objetivo común, ya que existe un
sentimiento de mutuo beneficio. De hecho, esos seres parecen, de extrañas
maneras, gravitar unos en torno a otros. Es mi creencia que las jerarquías
globalistas en verdad buscan gente con personalidades narcisistas y
sociopáticas, lo cual hacen deliberadamente cuando ellos desean aumentar
sus filas. Éstos parecen ser los únicos aspectos que todos ellos tienen en
común.

Ésta es absolutamente una "teoría de conspiración", lo sé. Pero mírelo


de esta forma: ¿de qué otro modo podemos explicar sus tendencias y
comportamientos? Si la aniquilación organizada fuera un valor intrínseco
de la Humanidad, entonces habríamos muerto hace mucho. Los
globalistas, no obstante, no son humanos. Ellos son algo opuesto, y si usted
no entiende esta verdad central, ellos pueden ser desconcertantes y
aterradores.–

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