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INTRODUCCIÓN 3
OBJETIVOS 4
GENERAL 4
ESPECÍFICOS 4
SINDROME DE INMOVILIDAD 5
CLASIFICACIÓN 5
PATOLOGÍAS RELACIONADAS A TRASTORNOS FÍSICOS 5
ALTERACIONES FISIOLÓGICAS ASOCIADAS AL ENVEJECIMIENTO 6
FACTORES PSICOLÓGICOS 7
CAUSAS AMBIENTALES E IATROGÉNICAS 7
CONSECUENCIAS DE LA INMOVILIDAD 8
PREVENCIÓN 9
EJERCICIOS 9
ENCAMAMIENTO 11
SEDESTACIÓN 12
TRANSFERENCIAS 12
BIPEDESTACIÓN 12
DEAMBULACIÓN 13
COMENTARIO 14
CONCLUSIÓN 14
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 15
GLOSARIO 16
ANEXOS 17
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INTRODUCCIÓN
Un adulto mayor, es más susceptible a crear cierto grado de dependencia, por los propios
cambios del envejecimiento que le impiden cumplir con sus actividades de la vida diaria. Es
por ello, que los profesionales de enfermería somos parte fundamental para el mejoramiento
en la calidad de vida del adulto mayor.
Abordaremos cuidados de enfermería para poder realizar una prevención adecuada, mediante
ejercicios y adaptaciones del entorno, donde se desarrollan los adultos mayores y el
tratamiento adecuado dependiendo del grado de afectación que ha tenido el paciente y de
acuerdo a ello actuar de la forma más idónea.
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OBJETIVOS
General
Específicos
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SINDROME DE INMOVILIDAD
Clasificación
En realidad no existe la inmovilidad como tal, y que un ser humano deja de moverse solamente
al morir; aun con un paciente encamado en las últimas etapa; existe la capacidad de ser
trasladados y la movilidad autónoma pasiva o vegetativa (cardiovascular, ocular, respiratoria y
digestiva).
Debido a esta explicación nace otra definición para sustituir el concepto de inmovilidad
dismovilidad o movilidad dificultosa, que se define como “la molestia, dificultad y/o
imposibilidad para movilizar parte del cuerpo y/o trasladarse secundario a situaciones
patológicas diversas de origen biológico, psíquico, social, espiritual y/o funcional que afecta la
calidad de vida y/o tiene riesgo de progresa”. La dismovilidad también se divide en 2 tipos:
La movilidad de los ancianos se afecta de forma gradual según cuál sea la forma de tratar la
alteración de la marcha. Generalmente las personas mayores a 65 años presentan dificultad
de movimiento en un 18% y mayores a 75 años en un 50%. La prevalencia de síndrome de
inmovilidad aumenta con la edad.
Musculo esquelético
osteoartritis
fractura de cadera o extremidades inferiores
artritis inflamatorias
enfermedad muscular primaria o debilidad muscular por hipotiroidismo
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trastornos dolorosos de los pies (onicolisis, hiperqueratoris, hallux valgus)
Neurológicas
Enfermedad De Parkinson
Neuropatía Periférica
Espondilosis Cervical
Demencia
Hidrocefalia Normotensiva
Cardiovasculares
Pulmonares
Otras
Ceguera
Enfermedad sistémica grave
Caquexia
Sensoriales
Motoras
Cardiovasculares
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Alteración de los barorreceptores
Disminución de la capacidad aeróbica máxima
Factores Psicológicos
Depresión
Desesperanza
Desamparo
Temor a las lesiones
Falta de motivación
Inmovilidad forzada
Obstáculos físicos
Falta de apoyo social
Efectos colaterales de las drogas
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Consecuencias de la inmovilidad
Gastrointestinales y Anorexia
urológicas Estreñimiento
Incontinencia urinaria e intestinal
Retención agua de orina
Metabólicas Desnutrición
Alteración de la tolerancia a la glucosa
Farmacocinética anormal de fármacos
Psiquiátricas Delirium
Depresión
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Prevención
Ejercicios
La actividad física debe ser parte de la vida diaria de las personas mayores, ya que contribuye
a que las personas mayores se sientan mejor y disfruten más de la vida. Los ejercicios
realizados en forma permanente mejoran la calidad de vida a las personas con problemas
reumatológicos, respiratorios, cardiovasculares, diabetes, además de prevenir caídas que
pueden llevar a la dependencia.
» Secundaria: Se debe incluir una serie de adaptaciones del entorno que favorezcan los
desplazamientos y estimulen el mantenimiento de la autonomía. Dentro de las medidas se
encuentran, el evitar barreras arquitectónicas, estimular la independencia y adaptaciones
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técnicas (facilidad para abrir las puertas, pasillos y habitaciones amplias, retirar muebles
que interfieran con la deambulación, utilizar bandillas para el apoyo, adecuada iluminación
entre otras.
La situación de inmovilización debería ser incluida dentro del listado de problemas del
paciente geriátrico. Una vez valorada la situación de inmovilidad del paciente se realizará un
plan de actuaciones que incluya:
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un paciente alcanzará dentro de un programa terapéutico) puede valorarse mediante la
escala de Barthel (IB). Así, un marcador pronóstico desfavorable es la dependencia en más
de tres actividades de la vida diaria.
Encamamiento
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Sedestación
Cuando el enfermo está encamado hay que iniciar la sedestación al borde de la cama con los
pies colgando enseñándole a hacerlo sin ayuda. Una vez conseguido este aspecto se reforzará
con ejercicios de control de tronco. La sedestación al borde de la cama es la preparación para
realizar las transferencias.
Transferencias
Dependerán del grado de dependencia del enfermo, requiriendo mayor o menor grado de
ayuda según el mismo.
Bipedestación
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Mantenga la posición bípeda (de pie) según tolerancia. Repita esta actividad 2 a 3
veces al día
Deambulación
Se iniciará en la habitación con la ayuda técnica más adecuada a cada caso: inicialmente con
ayuda de un caminador y, después, muleta o bastón.
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» Favorecer el uso de andadores con el fin de propiciar una circulación más segura
» Implicar al paciente y al cuidador en la planificación de las estrategias de tratamiento y
prevención de las úlceras por presión (Evitar posiciones que produzcan deformidades).
» Proporcionar información sobre el dolor, el malestar, los posibles resultados y la
duración del tratamiento, si se conocen.
» Otros aspectos de la educación pueden incluir la información facilitada al paciente sobre
superficies de apoyo apropiadas, así como la función de los diversos profesionales
sanitarios.
Uso de bastones y muletas adecuados
Uso de andadores con el fin de propiciar una circulación más segura.
Uso de silla de ruedas siempre y cuando el adulto mayor esté inmovilizado en
un grado que ésta sea indispensable y sólo para trasladarle, nunca para
permanecer sentado más de media hora.
COMENTARIO
CONCLUSIÓN
Los adultos mayores son más propensos a desarrollar el síndrome de inmovilidad, pero
nosotros como personal de la salud con la información que se desarrolló en este documento
podemos identificar los factores de riesgo que pueden conllevar al adulto mayor de acuerdo a
la prevención adecuada y enfocada al cuidado podemos evitar este síndrome o amenizar el
impacto en la salud del paciente, y si ya ha desarrollado la enfermedad podemos realizar el
tratamiento adecuado para él, de forma individualizada y con ello correcta.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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GLOSARIO
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ANEXOS
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