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ANÁLISIS JURISPRUDENNCIAL

IDENTIFICACIÓN DE LA SENTENCIA
Corte Suprema de Justicia, Sala de casación civil, Bogotá, 27 de octubre de
1947, Magistrado Ponente: Ricardo Hinestrosa Daza, Radicado:

HECHOS
El día 23 de noviembre de 1937 se encontraba la demandante junto a su señor
esposo en la puerta de su casa, cuando vieron que un señor guarda de los
telégrafos, pasó por el frente caminando en dirección a la quebrada, y en camino
a ello atravesando la maleza, de la cual notaron la pareja de esposos que salía
humo, al principio creyeron que fue por una colilla de cigarro pero al ver que
con el tiempo el humo se hizo denso fueron a ver de dónde provenía; en
búsqueda de la razón del humo la señora visibiliza el cadáver del guardo y de
inmediato le grita a su esposo para que no avance más, pero él no alcanza a
acatar la advertencia y accidentalmente pisa las cuerdas eléctricas que están en
el suelo a raíz de la caída del poste de luz, y es por ellos que cae electrocutado.
Las líneas conductoras habían caído al suelo desde el 22 de noviembre con el
desplome de un poste.
La demandante solicita que se declare al municipio de Salgar obligado a
indemnizar a la actora y sus hijas por perjuicios morales y materiales
ocasionados a raíz de la muerte de su esposo y padre.
El juzgado y el tribunal absolvieron por prescripción del artículo 2358 del
código civil en el concepto de que el municipio no responde por si mismo,
porque por si mismo no puede ocasionar actos materiales.

EXPLICACIÓN TEÓRICA SOBRE EL RÉGIMEN JURÍDICO PARA


LAS ACTIVIDADES PELIGROSAS
Las empresas y compañías, entidades de derecho público, las personas jurídicas
en general, si bien carecen de los órganos materiales con que ejecutar actos que
dañen a terceros, obran sin embargo, desde el punto de vista jurídico, por si
mismas cuando lo hacen sus directores o representantes en el ejercicio de su
representación. Así las cosas, si en verdad no están afectas sino a la
responsabilidad indirecta a que atiende el artículo 2349 del código civil, cuando
se trata de daños causados por sus criados o sirvientes en las circunstancias con
que allí se condiciona esta responsabilidad, o por el hecho de sus aprendices o
dependientes al tenor del artículo 2347 ibidem, no por eso dejan de quedar bajo
responsabilidad directa cuando los respectivos actos dañosos son obra de ellas
mismas, esto es, de quien lleva su dirección, de quien representa y rige, pues
estas personas son consideradas brazos suyos, para emplear el símil con que
suele materializarse, por decirlo así, esta actuación y situación legal. Así,
análogamente con y aun con más claridad por la imposibilidad de identificar las
cosas con la persona de su dueño, el artículo 2350 de esa obra hacer responsable
al de un edificio por los daños que ocasione su ruina; y del propio modo, de los
que cause un animal responde su dueño, según el artículo 2353 de ese código.
Talvez pudiera decirse que sobran las precedentes observaciones aquí, al
considerar que la caída del poste no aparece como obra de determinada persona,
que es lo que, en su caso, daría lugar a discriminar entre aquellas dos clases de
responsabilidades. La implantación firme y segura de los postes, su
conservación en buen estado, su revisión continua, son actos administrativos de
cargo de la empresa, y son otros tanto deberes de cumplimiento tan severo como
es de peligrosa su falta.
Como es sabido, el artículo 2356 del código civil establece una presunción de
culpa en el ejercicio de actividades peligrosas. Sobra decir hasta donde lo es la
generación y transmisión de fluido eléctrico y cuanta la importancia de que los
postes estén siempre seguros, permanentemente vigilados y aislados los
alambres conductores. Elemental prudencia lo indica.
El municipio ha comprobado que es cuidadoso en la administración y manejo
de su empresa, pero el hecho de que el poste se cayó por mal colocado o porque
se pudrió, o por cualquier otro motivo se ignora. Se cayó y por ello cayeron a
tierra las cuerdas de alto voltaje y esto basta para conceptuar de que se haya en
culpa el municipio, de esa presunción de culpa no se salva el demandado sino
demostrando fuerza mayor, caso fortuito o intervención de elemento extraño.
RESUELVE
1. El municipio de Salgar como civilmente responsable de la muerte por
electrocución del señor Luis Enrique Gómez, está obligado a indemnizar
los perjuicios que esa muerte ha causado a su viuda e hijas.

En tal virtud condena al municipio a pagar a la viuda y a sus hijas, la


cantidad de dos mil pesos ($2000) como valor de los perjuicios morales.
2. El municipio les pagará también el valor de los perjuicios materiales,
cuya cuantia se fijara de acuerdo con el artículo 553 del C.J. sobre las
bases indicadas en la parte motiva de la sentencia, sin pasar de los
dieciséis mil setecientos setenta y seis pesos ($16776) señalados en la
demanda.
3. Estas sumas corresponden, mitad a la viuda y mitad a las hijas, y las
recibirá aquella señora por sí y como representante de las hijas.
4. No se hace condenación a costas en las instancias ni en el recurso.

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