Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
“Convivir significa compartir vivencias juntos; convivir es, por lo tanto, encontrarse
y conversar, “dar vueltas juntos” (cum-versare). Si conversamos en la escuela,
estamos construyendo la convivencia escolar; si lo hacemos en la sociedad, en la
ciudad, estamos construyendo la ciudadanía, la convivencia democrática.
Aprender a convivir es una finalidad básica de la educación. Se trata de sumar
esfuerzos para dar respuestas favorables, conscientes de que la educación para la
convivencia democrática y la ciudadanía, para la igualdad entre hombres y
mujeres, la educación intercultural, en definitiva, la educación para una cultura de
paz, son desafíos que la escuela no puede obviar si quiere encontrar alternativas,
positivas y constructivas, a los problemas escolares y sociales del siglo XXI”.
– Los valores son las reglas por las que una persona se rige en la vida. Nos
marcan una “línea de actuación”.
-Todas las personas tienen valores que les ayudan a “orientar sus vidas”.
LA JUSTICIA LA TOLERANCIA
LA RESPONSABILIDAD EL RESPETO
LA LIBERTAD LA PAZ
LA EMPATIA LA INTERCULTURALIDAD
LA SOLIDARIDAD EL DIALOGO
¿QUE Actitudes dificultan LA CONVIVENCIA?
EL INDIVIDUALISMO LA INTOLERANCIA
El EGOISMO LA COMPETITIVIDAD
Los valores son ante todo realidades que tienen una función central en la vida
social, son una cualidad de las personas o de las cosas por eso se hacen
deseables o estimables a los demás.
En todo ser humano existen valores, algunos de ellos solamente poseen validez
individual, o sea, valen para este individuo que los valora.
Los grupos sociales, por sus normas, por su convivencia, por su organización, van
moldeando las conductas de la persona en relación al grupo.
Mientras mas fuerte sea el sentido de pertinencia a un grupo social, mientras mas
afianzados se tengan los valores del respectivo grupo, mas marcada será la
conducta de la persona, pues hará de los valores su norma de vida.
Perdida de valores
¿Qué habrá pasado para que estos valores anden tan extraviados por estos días?
Un hombre religioso, sin importar del credo que sea, se atreve a decir que vivimos
en un caos moral y que estamos cayendo en la dictadura de los sentidos. Eso es
un grave error, sobre todo si esa forma de gobernarnos está fundamentada en el
egoísmo.
Y la verdad es que no hay que ser tan conservador para entender que, de manera
definitiva, hay cosas que no pueden ser negociables.
Lo que se vive actualmente es una apología a los extremos, en donde todo vale y
se echa por la borda la espiritualidad. Por eso ahora la gente cree que puede
hacer lo que se le dé la gana.
¿Saben algo? Son por estas razones o circunstancias que muchas personas no
son felices. El castigo que reciben los individuos por no respetar los valores; es
decir, por ganar a toda costa haciéndole daño a alguien o realizando algo con
mala intención, es perder la posibilidad de tener paz y armonía interior.
Dicho de otra forma: nuestra sociedad vive una profunda desmoralización porque,
en el fondo, ha perdido el verdadero sentido de la vida.
Debemos apoyar las políticas que promuevan el bien común. Hay que recuperar la
confianza en la gente, trabajar por la paz, jugarle limpio a la vida, permitir la
libertad sin perjudicar a los demás, saber perdonar y cultivar la fe, entre otros
tantas acciones que son fundamentales y que poco a poco se han ido perdiendo.
¡Claro! También será preciso trabajar en el sentido de la autonomía personal, en la
fuerza de la responsabilidad, en la madurez espiritual y, de manera especial, en la
solidaridad.