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Es obvio que todos deseamos la mejor salud para los nuestros y nuestras motos
son una más en la familia.
Hace unos días volví a “sufrir” otro de estos acalorados y pasionales coloquios
en los que me sorprendió escuchar los mismos interrogantes de hace dos
décadas. ¿Cómo puede ser? ¿Acaso en veinte años los moteros no hemos
evolucionado en nuestros conocimientos básicos en cuanto a mecánica y
mantenimiento de motos?
Está claro que una motocicleta nada o poco tiene que ver con un
automóvil. Como usuarios estamos obligados a aplicar ciertos
conocimientos técnico/prácticos, como los referentes al cuidado de
transmisiones secundarias (limpieza, engrase y tensado de cadenas), control
sobre presiones y desgastes de neumáticos o decenas de detalles que nos
pueden provocar una caída o avería seria en caso de obviarlos.
“Un motero siempre debería llevar en su interior un pequeño mecánico”.
Digamos que por un automovilista que sepa cambiar la rueda ante un pinchazo
el motero debería ser el equivalente a una polivalente navaja suiza.
Lo que pretendemos con este trabajo es aclarar, de una vez por todas, aquellas
dudas que nos asaltan referentes al mundo del aceite para motos:
En mi caso hace unos 30 años que practico otra gran afición, el aeromodelismo,
sí, esos graciosos avioncitos capaces de volar a velocidades que superan con
creces a las de algunas motos de media cilindrada.
Quizás te preguntes ¿Qué tiene que ver esta historia de aceites con el
aeromodelismo? Pues sí. Los motores usados en este hobby no se diferencian
demasiado (salvando las distancias), en lo básico, de los motores de nuestras
motocicletas en el aspecto de la lubricación. Comencé utilizando motores de dos
tiempos y finalmente de cuatro. Mis inicios se acompañaban de aceite de ricino
(las primeras motocicletas de competición lo usaban) y, más adelante, aceites de
base sintéticas capaces de mezclarse con alcohol (algo imposible con los aceites
para automoción a causa de unas densidades adoptadas).
Los materiales con los que se construyen son variados pero existe una tecnología
muy interesante en relación con nuestro caso: ABC (aluminio, bronce y cromo).
Consiste en eliminar segmentos en el pistón consiguiendo la estanqueidad
necesaria a través de dilataciones controladas entre pistón y camisa (la camisa es
el cilindro hueco por el que se desliza arriba y abajo el pistón).
No entendí el por qué debía pagar por un aceite de bidón tres veces más de
lo que pagaría por él si lo adquiriese en un comercio normal. No entendí por
qué para ese mismo cambio de aceite se me indicaba el doble de tiempo en
mano de obra del que yo, que no soy profesional ni poseo las herramientas
adecuadas, habría sido capaz de emplear.
En otra ocasión, otra moto, otro taller, me ocurrió algo parecido, mis amigos
sufrieron situaciones incluso más desagradables… Me encanta conocer las
interioridades de mi moto y disfruto enormemente sabiendo lo que “llevo entre
las piernas”. Por si fuera poco ahorro dinero, mucho dinero. A mi me parecen
razones suficientes para decidir por mi mismo el convertirme en un autodidacta
del uso de aceites en mis motos.
-Reducir la fricción.
-Disipación del calor; actúa como refrigerante.
1-La fricción debe controlarse en un motor que modifica sus condiciones de frío
a caliente en un corto espacio de tiempo y teniendo en cuenta las diferentes
dilataciones de los distintos materiales que componen dicho motor. Una alta
fricción destruiría un motor rápidamente. Podría “soldar en frío” dos
superficies metálicas (denominado gripaje en el mundo de las motos). Hace
años conocí el caso de una Suzuki DR800 Big monocilíndrica que gripó el
pistón tras unos 10km de funcionamiento sin aceite en el cárter.
3-El aceite como refrigerante. Nuestro motor genera calor con cada explosión,
también el propio aceite se calienta a causa de la fricción constante. Dicho aceite
se encuentra en movimiento por todo el interior del motor, envuelve sus piezas
más sensibles, atraviesa conductos, filtros, tamices y felizmente, en algunos
casos, radiadores donde se enfría con total efectividad para regresar en
condiciones a proteger nuevamente las zonas más conflictivas.
Pues justamente aquí es donde radica todo el problema. Si aceptamos que el fin
de un aceite es evitar fricciones y, por otro lado, que los ingenieros japoneses se
empeñan en introducir unos discos de embrague (que funcionan por fricción) en
dicho aceite, parece que tenemos todas las papeletas para que el sistema falle
¿verdad?
Toda la complejidad anterior queda simplificada por los propios fabricantes que
han adoptado maneras para “calificar” sus aceites según propiedades y usos.
Aunque aquí los usuarios también sufrimos lo nuestro. La razón es que
encontramos diferentes normas para evaluar un mismo aceite.
La “C” significa motores diesel y la “S” gasolina. Las letras que les siguen
indican la calidad del aceite. Cuanto más alta sea la letra más calidad. Es decir,
un aceite API SH será superior a un SG siendo los dos aceites apropiados para
motores de gasolina.
Pero, ¿cómo es posible? Yo creía que mi moto era todo un prodigio tecnológico,
portaba un motor exquisito, prestacional y necesitaba utilizar un aceite moderno
y de máxima calidad.
Pues ya ves que no, a tu moto, por muy actual que sea, le va bien un aceite que
para los automóviles estaría desfasado. ¿Por qué el fabricante de tu moto te
aconseja un aceite “obsoleto”? Pues porque así se asegura de que el lubricante
que pongas a tu moto (un SF/SG) no posea modernos aditivos antifricción que
harían patinar el embrague bañado en aceite.
Tras leer este apartado quizás pienses que es injusto el alto precio que pagamos
por los lubricantes específicos para moto, ¿verdad?
-“MB” Baja fricción (no aptos para embragues bañados en aceite, sólo para
turismos o motocicletas con embrague en seco)
Presta atención al párrafo anterior del que se deduce que “se admite cierto grado
resbalamiento en embragues bañados en aceite” por lo que no podemos decir
que un aceite determinado sirva o no para moto, sino que sea más adecuado o
no.
Viscosidad
Voy a comenzar por el final, toda la teoría que vas a leer es relativa a efectos
prácticos. En muchas ocasiones seguirás los consejos de esta guía sin conseguir
disminuir dicho consumo. Sin embargo, por experiencia propia, cuando una
moto consume aceite desde nueva o sin que exista avería, tienes muchas
posibilidades de que este motor no se deteriore dentro de una utilización
adecuada. Supongo que la razón principal es que irá perfectamente lubricado ¿?
-No existe una viscosidad mejor que otra sino una más adecuada que otra para
un uso determinado.
-La viscosidad del aceite no puede intuirse en frío. Los lubricantes están
diseñados para trabajar dentro del motor, no para ser revisados en el interior de
su recipiente.
Cuanto menor sea la primera cifra mejor. Cuanto mayor sea la segunda también
será un aceite superior. Un SAE 5w50 será un aceite más “potente” en todos los
aspectos que un 10w40.
Sin embargo, cuando un aceite es muy fluido en frío se pierde por los huecos
que dejan segmentos y pistones depositandose en las partes altas del motor,
quedando sin lubricar zonas altas, por eso no es conveniente usar SAE 0w30
(muy fluido tanto en frío como en caliente) más que en motores concretos
diseñados para ello (son motores con mínimas tolerancias y mecanizados
perfectos).
La razón de esta dilatación entre cambios es que estos aceites, como hemos
comentado anteriormente, se presentan fuertemente aditivados, lo que no es
problema para embragues en seco.
En ningún caso podrás averiguar el estado del aceite a través de su tacto o color.
No te compliques, cuando tengas dudas, cambialo. Para uso extremo es
aconsejable usar aceites sintéticos por su mayor estabilidad térmica a elevadas
temperaturas.
Y así de simple es el asunto de los aceites. Basta con conocer que es el SAE,
API, JASO y que tipo de embrague (húmedo o en seco) equipa una moto
determinada para estar seguro de no actuar erróneamente.
Parece que el sello circular API tiende a desaparecer. La tendencia actual que el
mercado ha adoptado para identificar usos en aceites se dirige hacia diferentes
códigos que enlazan lubricantes concretos con marcas de automóviles
determinadas (Man, Volvo, BMW, Porsche…) pero también se aprecia la cada
vez mayor inclusión de información JASO aunque con tendencia a clasificar
demasiados productos con MB229.1 para desanimar a posibles compradores a
que usen estos aceites en motos con embragues húmedos.