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PRECIOS DEPREDATORIOS

La práctica de la depredación de precios se define como la reducción del precio por


debajo del costo por parte de una empresa establecida, que tenga el propósito de
sacar a su rival del mercado y actuar luego como monopolio. Bajo la idea de
depredación, a través de esta estrategia, la firma maximizaría el valor presente de sus
utilidades, pero, de paso, dañará a la competencia y a los consumidores. La
depredación de precios es una de las conductas monopólicas más intuitivas y ha
recibido mucha atención en la literatura y en las cortes, pero su viabilidad no parece
justificar tanta popularidad. Es que, si bien existe la posibilidad de una depredación
mediante los precios, es decir, la posibilidad de generar daños irreparables a los
rivales, la eventual conveniencia de tal depredación requiere de condiciones precisas,
que raramente están presentes en los mercados. Por ello, determinar las condiciones
para que se induzca la depredación constituye un primer desafío para quien determine
la práctica o, simplemente se la analice. En primer lugar, se debe verificar que la
conducta tenga sentido económico; en segundo, se debe determinar si esas
condiciones se dan, y luego, se requiere evaluar la consistencia entre la práctica y la
información que se dispone.

SECUENCIA DE DEPREDACIÓN

Para entender las condiciones bajo las cuales la depredación tiene sentido, se requiere
describir la secuencia lógica de un proceso de depredación:

1. El depredador reduce los precios en gran medida, absorbiendo la demanda del


mercado, dejando a su rival con ventas físicas pequeñas o nulas, y sin la
posibilidad de cobrar precios que le cubran su costo. Ello le inflige severos
costos financieros al depredado y, de paso, costos aún mayores para el
depredador.
2. El depredador es incapaz de sostener esta situación por un tiempo prolongado
y sale del mercado.
3. El depredador, teniendo menor competencia, aumenta los precios por sobre sus
costos y recupera lo perdido durante el proceso de depredación o de guerra de
precios.

De esta secuencia de depredación, se derivan las siguientes condiciones que deben


darse para que ella tenga lógica económica:

a. NO BASTA EL DAÑO NI LA QUIEBRA AL DEPREDADO, LA EMPRESA


DEPREDADA DEBE DESAPARECER.

La teoría tradicional de la depredación sugiere que una empresa instalada podría


emprender una rebaja de precios que no sólo lleve a la quiebra a sus rivales, sino
que los haga desaparecer del mercado. La quiebra, como la condición que
usualmente se plantea, no es una condición suficiente para que la depredación
surta efectos, ya que puede representar sólo una situación de insolvencia que haga
inviable el pago de las deudas por parte de los dueños de la empresa existente,
pero que no cambie la estructura del mercado. Para que el depredador pueda subir
sus precios se requiere que, después de la depredación, se dé una menor
competencia, que puede provenir de una disminución en el número de empresas
competidoras.

b. REQUERIMIENTOS DE UN “BOLSILLO PROFUNDO”.

La empresa depredadora debe tener ventajas financieras que le permitan que,


mediante el precio bajo que mantiene, haga desaparecer a su rival antes de
producir su propia quiebra. Esta condición, que parece evidente en la mayoría de
las acusaciones de depredación, después de un análisis cuidadoso no lo es, puesto
que quien depreda sufre los más severos costos de la guerra de precios, lo que
puede afectarle financieramente más de lo que le afectaría a la empresa
depredada. Quienes acusan de depredación, si bien pueden ser financieramente
menos fuertes, no son los únicos a los que el depredador debe depredar pues
existen más empresas, ya sea establecidas o de potenciales entrantes. La
depredación a más de una empresa puede afectar de manera considerable la
capacidad financiera del depredador.
c. LA ENTRADA NO DEBE VOLVER A INDUCIRSE (O ASIMETRÍA DE
ENTRADA Y SALIDA).

Una vez que el depredador saca del mercado al competidor, debe tener la
capacidad de aumentar el precio sin volver a inducir entrada, o bien, dominar la
reacción de sus competidores. Se requiere que sea más fácil sacar a un competidor
de la industria, a que éste entre. Si se piensa que el elemento central que dificulta
la entrada, que es el capital fijo o una inversión de tipo irreversible, también dificulta
la salida; la asimetría debe radicar en otra parte.

JOSKOW-KLEVORICK

Una importante contribución para la evaluación de la existencia de precios


depredatorios. Ellos recomiendan una evaluación en dos etapas, donde en la
primera se analiza la estructura del mercado en la que ocurriría la depredación de
precios, y en la segunda la relación entre el precio que cobra y el costo del potencial
depredador. La lógica de la primera etapa es que la depredación sólo tiene sentido
y es dañina para la libre competencia en caso de que la empresa depredadora
puede recuperar, en el periodo posdepredación, las pérdidas incurridas durante el
periodo de depredación, lo que requiere que tenga poder monopólico en dicho
periodo post-depredación durante un lapso prolongado de tiempo.

Los factores de la estructura del mercado más relevantes a analizar para la


evaluación de una estrategia de depredación son, según estos autores:

1. El tamaño de la empresa dominante (potencial depredador).


2. El tamaño de las otras empresas participantes del mercado (potenciales
depredados).
3. La estabilidad de las participaciones de mercado de las empresas.
4. Las elasticidades de demanda enfrentadas por cada empresa.
5. Las condiciones (barreras) a la entrada y a la salida.

Joskow y Klevorick plantean que la depredación es probable cuando el tamaño de la


empresa dominante en el mercado es significativo respecto del tamaño de los
potenciales depredados (ya que, de otra manera, la expulsión del mercado de los
depredados sería muy “cara”); cuando la elasticidad de demanda que enfrenta cada
empresa es baja (de otra manera no sería rentable subir el precio del producto en el
periodo post-depredación); cuando existen altas barreras a la entrada y bajas barreras
a la salida, ya que las primeras disminuirían la amenaza de entrada facilitando el cobro
de mayores precios en el futuro, y las segundas incentivarían la salida de los
competidores del mercado y; cuando haya una alta estabilidad en las participaciones
de mercado de las empresas al interior de este mercado, lo que indicaría la existencia
de altas barreras a la entrada y/o altas barreras a la salida. Según Joskow y Klevorick,
el análisis de la segunda etapa en una evaluación de una estrategia de depredación
se justificaría sólo en aquellos casos en que el análisis de la primera etapa concluya
que las condiciones del mercado son tales que se facilita la conveniencia de este tipo
de estrategias. En la segunda etapa, también, se deben analizar los costos de la
empresa para determinar una eventual intención de depredación de precios. La
evaluación de Joskow-Klevorick difiere de la de Areeda-Turner, puesto que mientras
la primera se basa en un análisis de la estructura del mercado, la segunda se
fundamenta en los costos del potencial depredador. Como se ilustra más adelante en
este capítulo, la prueba de Joskow-Klevorick es ampliamente utilizada por las
autoridades reguladoras, particularmente en los países más desarrollados. En síntesis,
considerar como regla para evaluar la existencia de depredación de precios sólo la
relación entre los precios y los costos del potencial depredador tiene, por lo menos,
dos complicaciones. En primer lugar, distinguir si una venta a un bajo precio es
producto de una estrategia de depredación de precios o es el resultado natural de la
competencia. En segundo lugar, no queda claro qué costos son los relevantes para la
evaluación de una estrategia de depredación de precios (marginales de corto plazo,
marginales de largo plazo, medios variables, medios totales, evitables o
incrementales). Otra dificultad práctica en la determinación de los costos para efectos
de la evaluación de las estrategias de depredación de precios es la relacionada con el
plazo relevante para calcularlos. Por ejemplo, mientras en el largo plazo todos los
costos son variables, a medida que más corto sea el plazo de medición mayor es la
proporción de costos fijos en los costos totales de la empresa. La sugerencia general
es que el plazo al que se deben evaluar los costos para el análisis de una estrategia
de depredación debe estar relacionado con el lapso de tiempo necesario para llevar a
cabo tal depredación. Estos problemas muestran la dificultad de determinar la
existencia de depredación de precios con base en los costos de las empresas
involucradas. Ello ha llevado a la creciente utilización de una prueba de dos etapas,
similar a la de Joskow-Klevorick. El principal concepto detrás de este tipo de prueba
es el de recuperación en el periodo post-depredación, donde la recuperación se asocia
a la probabilidad de que el potencial depredador recupere (con creces) las pérdidas
incurridas en el periodo de depredación. Sin esa recuperación, la estrategia de
depredación no sería racional o, si a pesar de eso todavía se llevara a cabo, no dañaría
a los consumidores. Por ello, aunque sus razones pudieran ser incomprendidas, no
deberían, en tal contexto, dar lugar a prohibiciones.

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