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bienestar

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Adiós a las
Refundar el modo en que nos
relacionamos con la comida
puede ser la salida a años y
años de planes nutricionales
restrictivos. La doctora Mónica Katz,
a través de su libro NO Dieta, propone un cambio
de paradigma en donde las bases son comer con
medida lo que más nos gusta, mantenernos en
movimiento y reeducar las emociones.
“Todos tenemos los mismos derechos”.
Vaya frase en boga de estos tiempos.
Tan cierta como trillada, se la ve a tro-
che y moche en discursos de todo tipo.
Pero hasta ahora, nunca se la había
visto en una aplicación tan original y
que defina tan al dedillo una proble-
mática: ¡Todos tenemos el mismo de-
recho a comer rico!
Con esa sentencia, la doctora Mónica
Katz, médica especialista en nutrición,
alza la bandera de la NO Dieta, título
de su libro y eslogan de lo que ella defi-
ne como el cambio de vida al que todos
deberíamos animarnos, sobre todo
aquellos que se han sometido una y otra
vez a dietas y privaciones a cambio de
pocos resultados.
“NO Dieta es un nuevo paradigma, una
nueva mirada en el tratamiento del sobre-
peso y de la obesidad”, introduce la es-
pecialista. “Tradicionalmente, la idea
era la abstinencia, la prohibición, el énfa-
sis en la pérdida de peso rápida a cual-
quier costo. Y eso siempre llevaba a la de-
dietas
monización de lo placentero.
El tema es que la ciencia y el
tsunami de la obesidad de-
mostraron que hemos fracasa-
do con esas estrategias”.
–El primer cambio es cultural
–¿Y cuáles son las correctas?
y consiste en comprender que todos na-
cemos con derecho a comer y que puede
perderse peso sin renunciar al placer.
Las dietas tradicionales suponen que las
personas son robots y, en cambio, somos
seres deseosos. Además, diversos estu-
dios muestran que quienes nunca hicie-
ron dietas restrictivas son más delgados
que los dietantes.
–¿Cuál es, entonces, la forma de bajar
–El descenso no debe ser consecuencia de
de peso?
prohibiciones, sino de un cambio en el es-
tilo de vida que nos generó excesos. Los
enfoques tradicionales te dicen que no
sientas hambre y nosotros ayudamos al
paciente a anclar la ingesta precisamente
Y vos, ¿de qué
lado estás?
En su libro, Mónica Katz plantea
una diferencia entre las perso-
nas restrictivas no dietantes y
los dietantes crónicos, invitan-
do al cambio de bando.
“Los primeros son personas
que viven atentas a la canti-
dad de comida de su menú
habitual. Este tipo de persona
es cuidadosa con su alimen-
tación, es un comensal salu-
dable, informado y educado. Su
humor no fluctúa de acuerdo con
los números de la balanza, porque
dietar no es su vida”, explica.
“Para los dietantes crónicos, dietar
es su forma de funcionar y de pen-
sar su mundo. Nada de lo que son,
poseen o han logrado tiene valor si
la balanza acusa un kilo más”. El
problema es que a este estilo de vi-
da lo sobrevuelan la frustración y
la irritabilidad: “La privación del ali-
mento implica, antes que nada, un
estrés para el organismo. Se perci-
be como una amenaza a su equili-
brio. ¿Qué hará el cuerpo enton-
ces, sino defenderse de eso?”.
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Hay que ele-
gir una actividad
física que dé placer
para no abandonarla. Y
adecuarla a nuestro es-
tado físico actual, no
al que teníamos
hace años.
al registro de hambre. Lo central para
mantener un cuerpo cómodo y sano es
ser capaz de detener la ingesta a tiempo.
–Solés hablar de “alimentación senso-
rial”, ¿tiene que ver justamente con sa-
ber lo que el cuerpo necesita y cuándo
–Claro. Existen cuatro tipos de sacie-
debemos frenar?
dad; la sensorial es una de las más im-
portantes de dominar. Si mis sentidos
perciben adecuadamente lo que ingre-
sa, mi cerebro se entera y yo puedo pa-
rar de comer. Para eso, debo degustar
cada bocado como si se tratara de una
cata de vino. Usar todos los sentidos,
vista, tacto, gusto, olfato… Así, al ser
consciente de lo que como, mi mente
puede registrarlo y yo puedo tomar de-
cisiones saludables a mi favor.
El día a día
Como en todo cambio, para que esta fi-
losofía de vida quede arraigada hay que
comenzar por pequeños pasos cotidia-
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Una ayudita
Para aquellos que se animan al cambio, la doc-
tora recomienda un sitio web gratuito y educati-
vo para la prevención del aumento de peso:
www.fat-fit.com.ar
“Allí encontrarán ayudas muy útiles y de todo ti-
nos. La doctora Katz ha- po, no solamente vinculadas a la alimentación.
bla de tres pilares funda- Por ejemplo, en Herramientas nutricionales, en
mentales para tener en el botón de Relax, hay diversos ejercicios de re-
cuenta: el movimiento del lajación como una flor con la que pueden acom-
cuerpo, la relación con la pañarse para respirar y así lograr no comer por
alimentación y el manejo hambre emocional”.
de las emociones.
“El primero tiene que ver
con que debemos ser activos
en la vida. Si, además, podemos agregar cuatro comidas en horarios flexibles;
ejercicios que disfrutemos y que puedan armar un plato y comer solo esa por-
convertirse en cotidianos, mejor aún. Los ción; en una comida ingerir carnes o
que no realizan nada pueden comenzar proteínas con verduras y en la otra, ha-
usando un cuentapasos y viendo cuántos rinas, cereales, pastas o pizza, siempre
dan por día. Lo ideal es llegar a diez mil. con verduras. Los golosos pueden com-
Una cuadra requiere 200 pasos aproxima- prar una golosina, pero que sea una uni-
damente”, detalla. dad en sí misma. Y lo más importante:
armar un ambiente seguro en casa y el
–Las personas poseemos un diseño trabajo, donde sea sencillo no descon-
–¿Y en cuanto a la alimentación?
destinado a sobrevivir frente a la ca- trolarse ni picotear.
rencia, este genotipo ahorrativo nos –El problema es que eso implica, a ve-
convierte en monos completadores ces, cambiar la alimentación tam-
que comen todo lo que tienen delante bién de quienes están alrededor, co-
de los ojos con tal de prepararse para mo la familia.
tiempos de escasez. –Esa es una típica y lógica coartada pa-
De allí que lo principal sea hacerse due- ra no cambiar nada en la lista de com-
ño de la propia alimentación y manejar- pras, en el menú o en las porciones que
la a conciencia. vienen consumiéndose. Lo que hay que
preguntarse es qué quiere uno, y si lo
–Hay algunos puntos clave: realizar que está haciendo lo acerca o lo aleja de
–Suena bien, pero ¿cómo se logra?
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Al no haber
una dieta estricta,
sirve tener un diario con
las comidas que se reali-
zan o guardar los envolto-
rios de lo que se consume.
Se van a sorprender
de los extras innece-
sarios.
tos en que el hambre se con-
ese estilo de vida. Nosotros somos siem-
pre los protagonistas del cambio. Y al
no haber una dieta restrictiva, la familia
no debería sentir un cambio negativo.
–Además, me imagino que para los chi-
cos también es saludable esta “educa-
ción nutricional”. ¿Qué hay que tener
en cuenta para ayudarlos a crecer ale-
jados del concepto de delgadez, de gor-
–Lo primero es aprender a detectar qué
dura o de dieta permanente?
tipo de padre soy y qué estilo educativo
poseo en relación con la alimentación.
No debe usarse la comida como premio
o castigo y no puede dejarse que un
chico de tres años decida qué desea co-
mer. A su vez, no puede controlarse lo
que un hijo come sin educarlo para que
tenga sus propios registros, pues con el
tiempo quedará alejado de su percep-
ción y tendrá riesgo de obesidad o tras-
tornos alimentarios. Por otro lado, no
podemos esperar que los hijos coman
bien si nosotros no lo hacemos. Somos
sus modelos. Ellos no nos escuchan,
nos miran. Y por último, si hay un chi-
co con sobrepeso en la casa, debe ser
un asunto familiar y equilibrar la comi-
da de todos.
La gula del corazón
El tercer punto de este nuevo paradig-
ma es, tal vez, el más importante y tiene
que ver con esos momen-
funde con las emociones.
“La idea es volver cotidiano lo más de-
seado, pero sin excesos, en porciones chicas.
Y eso no puede hacerse estando fuera de
nuestra zona de confort emocional, enoja-
dos, aburridos o ansiosos”, argumenta la
doctora y amplía: “Toda vez que comemos
por emociones dejamos una huella mental
que hace que vayamos por más”.
–¿Cómo se hace para disociar la an-
–Es que, en realidad, se trata de un cír-
gustia de la necesidad de comer?
culo. Si trago en vez de comer, si solo
quiero llenar con comida lo que no ten-
go, no puedo o no soy, solo agregaré ca-
lorías innecesarias, pero nunca vendrán
solas, lo harán con frustración. Eso ha-
rá que uno pierda la guía, la noción de
cuál es el problema. En ese caso, no po-
dremos resolver lo que realmente nos
complica la vida. Lo fundamental es ge-
nerar herramientas para afrontar los
problemas sin recurrir a la comida.
–¿Hay alguna propuesta para obtener
esas herramientas, más allá de las te-
Hacer una
línea del tiempo
con el peso que uno
tuvo en relación a los
sucesos de la vida, es
una buena herramienta
para descubrir la in-
cidencia de las
emociones.
Las tres etapas del
paradigma No Dieta
La del aprendiz: El trabajo
consiste en adoptar el enfoque
no dietante y comenzar a co-
mer saludablemente alimentos
de todos los grupos (inclusive
los que más nos gustan) en por-
ciones pequeñas.
La del practicante: En esta
etapa, para no volver a los vie-
jos hábitos, hay que internali-
zar que no se requieren casti-
gos para comer
saludablemente y que todos los
días puede satisfacerse el deseo
de comer lo que uno quiere.
La del experto: En este tramo
final, hay que aprender a man-
tener a largo plazo todo lo
aprendido. Implica mantener el
peso cómodo y sano sin ayunos,
atracones, picoteos ni funda-
mentalismos.
–Por un lado, siempre es bueno tener
rapias tradicionales?
socios en el cambio, ya sean amigos o
profesionales. Por otro lado, algunas
disciplinas, como la danza o el arte, ha-
cen que las personas se pongan en con-
tacto con su registro y puedan percibir
mejor sus necesidades. Al entrar en
contacto con una comunicación más
asertiva, pueden sacar afuera lo que les
sucede y no buscar refugio en la comida.
El arte, en todas sus formas, es una he-
rramienta que se agrega a la palabra
cuando esta no puede salir por sí misma.
Por Daniela Calabró. Ilustración: Mane Mauve-
cin. Foto: www.sxc.hu
Más info en www.dramonicakatz.com.ar
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