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Antecedentes del Conflicto Armado Interno

Este período se refiere al proceso anterior al estallido del conflicto simbolizado en el


levantamiento de un grupo de militares el 13 de noviembre de 1960.
La revolución del 20 de octubre de 1944 marca el inicio de los gobiernos revolucionarios;
una década que se caracterizó por modernizar el Estado de Guatemala desde una política
nacionalista que estableció políticas sociales a favor de las mayorías trabajadoras (obreros y
campesinos).

Su factor crítico fue la movilización social de los sectores trabajadores y campesinos, así
como la presencia política de la izquierda. La reforma agraria es el acontecimiento
determinante por la que los grupos conservadores derrocan al gobierno revolucionario.
La invasión liberacionista de 1954 resulta ser el momento que marca los inicios del conflicto
porque comienzan a cerrarse los espacios de participación política para los sectores sociales.
Además no estaban de acuerdo con los sentimientos nacionalistas de la población porque lo
confundieron con el comunismo. Esto dio como resultado la exclusión política de la
izquierda.
La militarización del país fue un factor de poder importante. Aún antes de surgir la guerrilla
los militares buscaron que no volvieran al poder los dirigentes de la década revolucionaria,
pese a que algunos de ellos aceptaban el anticomunismo como sistema ideológico
fundamental. El poder de los militares se desarrolló como justificación para eliminar a los
revolucionarios y al interés por tener el poder y así dominar las principales decisiones del
país.

Conflicto Armado Interno


La construcción del enemigo interno fue una justificación para llevar a cabo las acciones
represivas que se desarrollaron después de la invasión liberacionista de 1954 en Guatemala.
La idea de no tolerar ninguna oposición llevó a construir un enemigo imaginario que terminó
en la sospecha de todas las personas como posibles amenazas o enemigos. De esta manera,
para el Estado guatemalteco el enemigo fue toda la sociedad y se persiguió no sólo a los que
estaban involucrados en los hechos armados sino a todo tipo de opositores o descontentos,
incluso a aquellos que no favorecían las acciones armadas.

En esa manera de ver a la sociedad se cometieron muchas violaciones a los derechos humanos
y se exterminaron a muchos inocentes. El movimiento social fue el actor principal, ya que
muchas organizaciones sociales participaban en demandar mejores condiciones de vida,
respeto de los derechos laborales, libertad de acción y rechazo a la represión. Este fue un
actor muy perseguido y diezmado a través de asesinatos y desapariciones forzadas.
La participación política de la población indígena se manifestó en los muchos sectores
indígenas que mantenían una resistencia a las condiciones que se les había impuesto desde la
Colonia y habían sido agudizadas en la época liberal. Los indígenas resistían de muchas
maneras, especialmente fortaleciendo demandas comunitarias y planteando la necesidad de
que respetaran sus derechos. Fueron las guerrillas las que asumieron la lucha armada como
principal vía para tomar el poder. Éstas se formaron de la convergencia de diversos sectores:
militares, políticos de izquierda, juventud rebelde y población indígena. Las guerrillas las
formaban varias agrupaciones con diferentes formas de organizarse y de pensar sobre cómo
alcanzar el poder. Éstas planteaban una revolución que cambiaría radicalmente la situación
socioeconómica y política del país.

La represión desde el Estado fue la respuesta más generalizada de las fuerzas


gubernamentales, las cuales aplicaron todo tipo de acciones para callar a los opositores. Con
la acción represiva se rompieron las bases legales del “Estado de derecho” y las fuerzas
gubernamentales actuaron siempre fuera de la ley, pues en Guatemala no funcionó la
persecución legal de los opositores. La represión se manifestó desde formas de vigilancia a
la población y control hasta políticas de exterminio de los opositores.
Continuidad de la democracia
La Democracia engloba, a la vez, los aspectos normativos e institucionales del proceso de
gobernabilidad y la praxis social, así como la participación efectiva de los ciudadanos en la
definición de prioridades y de orientaciones que guían las políticas gubernamentales. El
desarrollo de una democracia exitosa tendrá como consecuencia directa la formación de una
sociedad capaz de crear condiciones para un mayor desarrollo económico, social y humano
de todos sus habitantes.

El Índice de Democracia, publicado por the Economist Intelligence Unit está compuesto por
cinco áreas de evaluación, las cuales están definidas de una forma integral y coherente con
el concepto de Democracia. Muy importante de mencionar es que, aunque no se encuentre
como un aspecto específico del índice, la existencia de partidos políticos y la continuidad de
elecciones libres, justas y competitivas, será la base para incluir un país en la evaluación.

En los resultados 2018, Guatemala se ubicó en la posición 87 de 167 países evaluados,


retrocediendo siete posiciones respecto a la evaluación del 2017. El país recibió una
calificación de 5.60 sobre 10; 0.26 puntos menor que la calificación obtenida el año anterior.
Por su calificación, el país pertenece a los regímenes híbridos que se caracterizan por tener
elecciones en las que se presentan irregularidades sustanciales, la corrupción tiende a ser
generalizada, el Estado de Derecho y la sociedad civil son débiles y el poder judicial no es
independiente.

El índice evalúa cinco categorías: 1) proceso electoral y pluralismo, 2) funcionamiento del


gobierno, 3) participación política, 4) cultura política y 5) libertades civiles. Guatemala
obtuvo su mejor puntuación en la categoría de proceso electoral y pluralismo (7.92), seguida
por la categoría de libertades civiles (6.47) y por el funcionamiento del gobierno (5.36). Sin
embargo, su desempeño en las categorías de participación política (3.89) y cultura política
(4.38) evidencia un resago importante para la democracia. En la región, Guatemala cuenta
con una mejor evaluación a la de Nicaragua y Venezuela. Los países mejor evaluados son
Uruguay (8.38) y Costa Rica (8.07), seguido por Chile (7.97) y Panamá (7.05).
Levantamiento de un
Grupo Militar
Revolucion del
20 de octubre de 1944
Militarización
De Guatemala
Continuidad de la
democracia en Guatemala
Características del proceso democrático
La corrupción se ha convertido en un elemento central del financiamiento de la política, e
implica acciones como:

Desvío de servicios: empleados que en lugar de sus funciones específicas se dedican a


trabajos partidarios
Creación de empleos inexistentes: conocidos coloquialmente como «plazas fantasmas»
Compra de votos para elecciones abiertas de candidatos: grupos organizados que se alquilan
para votar en más de un partido
Cohecho anticipado: recepción de dinero por personas o empresas que esperan beneficios o
privilegios ilícitos
Cohecho: retornos por parte de contratistas en acción
Defraudación a la administración pública
Participación en tráficos y servicios ilícitos
El financiamiento privado de la política, sobre todo si es poco regulado y opaco, genera
riesgos para el proceso político y la democracia:

Utilización de finaciamiento espurio o ilegal: principalmente proveniente del crimen


organizado, que busca penetrar las instituciones políticas para comprar impunidad mediante
el financiamiento de campañas.
Compra de influencia y conflictos de interés: las aportaciones privadas, incluso aquella
apegadas a la ley, podrían contribuir a la privatización de la toma de decisiones, privilegiando
a los intereses privados antes que los públicos.
Inequidades electorales graves: las diferencias en los recursos que los partidos movilizan en
las campañas electorales crean inequidas en la competencia política y pueden producir
significativas barreras de entrada al proceso electoral para ciertos grupos.
Desarticulación de los partidos y del sistema de partidos
Pérdida de credibilidad de la regulación del finaciamiento político: las leyes débiles, sumadas
a escándalos de corrupción, restan credibilidad no solamente a la regulación sino que al
sistema de financiamiento político.

El sistema político guatemalteco y su financiamiento


La sociedad guatemalteca es una sociedad profundamente fraccionada por múltiples razones
que incluyen el étnico, las diferencias entre la región urbana y la región rural, las tensiones
entre el área metropolitana y el resto del país, así como la persistencia de un comportamiento
racista y excluyente de las élites. Estos ha hecho que las coaliciones y acuerdos entre los
distintos grupos sean difíciles de logar, y que se incentive a la división contribuyendo a la
fragmentacion del sistema de partidos políticos.
Los partidos políticos no son los únicos actores dentro del sistema político: los grupos de
poder económico, las organizaciones sociales, las iglesias y las propias entidades del Estado
participan en la disputa y el ejercicio del poder. Asimismo, los recursos económicos
desempeñan un papel importante en el funcionamiento del sistema, creando así una
interrelación entre el sistema político y su financiamiento. Desde 1984 el sistema
guatemalteco se ha caracterizado por la fluidez del sistema de partidos, la volatilidad
electoral, la concentración de la oferta electoral en el centro y la derecha del espectro político,
el peso de los poderes fácticos y la continuidad del statu quo económico y social.

Las élites empresariales guatemaltecas no han querido articular un proyecto o partido propio,
ya que a través de distintos medios han logrado mantener un predominio que les permite,
hasta cierto punto, bloquear aquellas decisiones que podrían afectarles e impulsar las que les
benefician; e la influencia sobre el Congreso y el Ejecutivo es determinante el papel que
desempeña el finacimaiento de la política y las campañas electorales ya que como parte de
los acuerdos que posibilitan las donaciones de campaña, algunos grupos empresariales han
logrado colocar como diputados a operadores directos de sus intreses.

Con esta situación han surgido «partidos franquicia», en el que un grupo de ciudadanos
alrededor de un dirigente cumple los requisitos mínimos para inscribir a un partido, y en cada
elección, se pone a disposición de personas interesadas a postularse a un cargo público.
Ejemplo de estos partidos serían el Ciudadanos Activos en Formación Electoral (CAFÉ),
Partido Libertador Progresista (PLP) y Movimiento Reformador (MR), entre otros.8 En
Guatemala impera la racionalidad del voto de castigo, pues hasta la fecha ningún partido ha
logrado ser reelecto; la fluidez de la oferta partidaria y la intención ciudadana de cambiar
gobernantes son el origen de esta situación.
Cararteristicas
del proceso democratico
en Guatemala
El sistema político
guatemalteco y su
financiamiento

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