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La crítica de la crítica

y la movilidad de sus funciones1


Recepción: 21 de septiembre de 2004 I Aprobación: 15 de diciembre de 2004

Efrén Alexander Giraldo Quintero*


alexg@ayura.udea.edu.co

Resumen En momentos en que la crítica aborda


una serie de problemas relacionados con
su legitimidad, estatuto y metodologías,
vale la pena considerar la necesidad de
una crítica de la crítica.
La teorización que le debe ser inherente a la crítica
encuentra su asiento en la facultad del crítico con-
temporáneo para emprender un diálogo, no sólo con los
artistas, las obras y el público, sino también con otros
críticos que le han precedido en su intento por apresar
el hecho estético.
Este artículo discursa sobre los anteriores temas,
apoyándose en la referencia a dos trabajos de investi-
gación desarrollados en la Facultad de Artes de la
Universidad de Antioquia: 1980 – 2000: Dos décadas de
exposiciones en Medellín y Marta Traba: entre la teoría y la
didáctica.

Palabras clave
Crítica, Funciones de la crítica, Autotelismo, Hetero-
telismo, Crítica dialógica, Función didáctica, Función
teórica, Investigación. 1
Versión ampliada del
texto leído en la ciudad de
Summary At a time when criticism approaches a Medellín, en el marco del V
Seminario Nacional de Teoría
series of problems related with legiti- e Historia del Arte “La crítica
de arte: entre el multicultu-
macy, statue and methodologies, the need ralismo y la globalización”
of a criticism of criticism should be consi- el 3 de septiembre de 2004.
dered. Now, we observe how criticism’s functions go * Estudios de pedagogía,
lingüística, literatura y
beyond the simple jobs of description, valuation and Maestría en Historia del
pedagogy. Arte.

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The theorizing that should be inherent in criticism
finds assent in the special skill of our day critic must pos-
ses in order to start a dialogue, not only with artists, their
work and the public, but also with other critics who have
preceded in their attempt to catch the aesthetic fact.
The essay discusses the above topics, supporting
itself on two research works developed at the Universidad
de Antioquia´s School of Arts: 1980 – 2000. Dos décadas
de exposiciones en Medellín and Marta Traba. Entre la teoría
y la didáctica.

Key words
Criticism, Criticism function, Dialogic criticism, Didactic
function, Theorizing function, Research.

Sócrates: Y ustedes, los rapsodas, ¿no son los intérpretes de los poetas?
Ion: También es cierto.
Sócrates: Entonces, ustedes son los intérpretes de los intérpretes.
Platón, Ión o De la poesía

1
En una de sus mordaces páginas, publicada en 1979,
Marta Traba refería una anécdota que le ocurrió días
antes de regresar a Colombia luego de haber viajado por
Europa. Escuchaba una entrevista con Philippe Sollers, a
la sazón codirector de la revista francesa Tel – Quel:
Confieso que comencé a oírlo con la prevención
creciente que me produce el ´telquelismo´ y sus
estragos en nuestros países, donde la habitual
digestión a medias de los productos europeos se
convierte, en este caso, en una auténtica indi-
gestión (Traba, 1983, p. 169).
Añadía, más adelante, que “el parloteo indiscriminado
alrededor de la semiótica, convertida en ´tic´ o en postura
al día, no >había@ hecho más que embrollar de nuevo
nuestra débil visión de los hechos culturales propios”

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(Traba, 1983, p. 169). El comentario necesidad de valorar el estatuto,
de la autora de El museo vacío es funciones y alcances de la crítica, la
revelador porque ya, a la fecha, teoría y la Historia del arte. Así lo
había construido una teoría com- confirman, por ejemplo, los prólogos
pleta e inédita sobre la cultura a sus libros, donde revisa con todo
latinoamericana, a partir de la detalle las influencias críticas más
plataforma que supuso su importante importantes de su carrera (Croce,
libro Dos décadas vulnerables en las Francastel, Berenson, Malraux) y las
artes plásticas latinoamericanas, y directrices teóricas que se despren-
llevaba hasta límites inusuales la den de ellas: por ejemplo la serie de
indagación en los alcances de su textos escritos en homenaje a las,
trabajo como crítica, profesora, para ella, más significativas figuras de
museóloga y periodista cultural. la crítica, la teoría y la erudición
Le causaba una fuerte impresión artística; los múltiples artículos y
el hecho de que Sollers se declarara reseñas donde, como en el caso del
enemigo del “telquelismo” y que, texto sobre Sollers y la revista Tel –
además, el escritor francés afirmara Quel, examinaba el trabajo de los
no desear “cacatúas que convirtieran críticos más importantes de la época
sus conceptos en consignas” (Traba,
y el uso indebido que se hacía de sus
1983, p. 169). A lo largo del artículo,
ideas en el contexto latinoamericano.
que no vale la pena seguir reseñando
Su ojo siempre estaba atento al
pues es otra la intención de este
trasvase irresponsable o a la imita-
comentario, la escritora acababa por
ción servil, al mimetismo que era para
mostrar sus simpatías, no sólo por
una postura que admitía la índole ella tan dañoso en el arte como en
hipotética y provisional de las ideas la crítica.
sobre el arte, sino también por una La anécdota viene al caso,
situación que, con su carga de ironía, además, porque fue ella, en libros
hablaba del epigonismo y la imita- como Dos décadas vulnerables en las
ción servil de posturas y lenguajes artes plásticas latinoamericanas, quien
foráneos en la crítica de arte desarro- inauguró en el ámbito continental
llada en Colombia y Latinoamérica. una inédita preocupación por lo
Incluso, al parecer, le divertía que propio como objeto de estudio que
los virtuales inspiradores de tales reclamaba lenguajes críticos, métodos
posturas desaprobaran los préstamos y procedimientos interpretativos
y traslados, con una ironía tanto o diferentes a los de las modas intelec-
más despiadada que la desplegada tuales europeas y norteamericanas,
por el mismo Sollers. se llamaran éstas estructuralismo,
Tal complacencia, como resulta semiótica o deconstrucción. De
evidente en una lectura cuidadosa de hecho, en gran parte de su trabajo,
las obras de Marta Traba, muestra buscó siempre una reflexión sobre los
hasta qué punto su trabajo con el arte criterios de la crítica (la de otros
se vio mediado por una imperiosa críticos y la suya propia) y cómo estos

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debían responder a una conciencia del propio contexto
cultural. No debe olvidarse tampoco que fue Marta
Traba quien, hace más de tres décadas, vislumbró, de
una manera original y sistemática, el debate entre
multiculturalismo y globalización en el seno de la crítica
y la que habló de cómo este fenómeno debía animar una
reflexión sobre las tareas del crítico en Latinoamérica,
tal como se busca en eventos como un Seminario Nacional
de Teoría e Historia del Arte.
No deja de asombrar que ya en los años sesenta
Traba hubiera demostrado, antes de la síntesis realizada
en Dos décadas vulnerables en las artes plásticas latino-
americanas, tener una familiaridad casi visionaria con
estos problemas (Traba, 1983, p. 214). Sin importar que
su modo de encarar el asunto resulte hoy un poco
anacrónico, debe llamar la atención la manera en que,
con un método que ha encontrado pocos continuadores,
Marta Traba partiera de una especial vocación autotélica
y de un interés
Una crítica de la crítica debería abordar por los factores
que determinan
el estudio sistemático de los diferentes
los diálogos que los críticos acercamientos a
emprendieron alguna vez, la obra de arte.
Esta vocación,
no sólo con los artistas y las obras, sino de la que nos
también con su público y ocupamos aquí,
con la tradición científica, humanística y da albergue, en
última instancia,
crítica que les precedió. a toda reflexión
sobre los crite-
rios de la crítica en el mundo contemporáneo y sobre su
preparación para enfrentar los más inquietantes debates
culturales.

2
Pero, antes de cualquier sondeo, se hace necesario
fijar un par de precisiones.
Hablamos de una orientación autotélica de la crítica
en oposición a una orientación heterotélica; esto con el
fin de recalcar la importancia que tienen las búsquedas
programáticas y autorreflexivas a la hora de emprender
el inventario histórico, el análisis y la legitimación de los

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acercamientos al fenómeno artístico rreferencialidad derivan la validez y
en otras épocas y ámbitos culturales. la aceptación que logran en el esta-
La pareja de términos proviene blecimiento académico, museístico y
del planteamiento realizado por los comunicativo.
formalistas rusos en los años veinte, ¿No es acaso esto lo que ocurre,
encaminado a diferenciar el lenguaje por ejemplo, cuando Arnheim
literario del cotidiano (Todorov, declara, en Arte y percepción visual,
1991, p. 121). La crítica heterotélica que su trabajo, al tratar de enseñar a
es, de acuerdo con esta analogía, la ver, sólo se apoya de manera tangen-
que se ocupa de fenómenos distintos cial en el material de los historia-
de ella misma y tiene por finalidad dores del arte? ¿No es acaso el largo
tratar de la obra de arte; la crítica inventario de ideas sobre la perspec-
autotélica, por su parte, sería la que tiva lo que le permite a Panofsky
habla de su mismo estatuto y con- comenzar a diseñar el aparato
diciones. En el primer ámbito, conceptual de su iconología? ¿No es
identificamos ejercicios que tratan de una clara vocación autorreflexiva (o
los fenómenos artísticos en sí, autotélica) la que dirige la crítica de
mientras que, en el segundo, habla- Gombrich a los métodos de origen
mos de la revisión del estatuto, los hegeliano en la Historia del Arte o
métodos y problemas afines a los el examen de Lionello Venturi a la
saberes que tratan sobre el arte, bien historia de la crítica? ¿No es, en la
sea desde un examen histórico o crítica literaria, esta orientación la
desde el análisis de la insuficiencia que les permite a formalistas y
lógica o solidez epistemológica de estructuralistas acometer el estudio
modelos y enfoques. de la obra literaria prescindiendo de
Vale la pena anotar, sin embargo, las, para ellos, accesorias preocu-
pese a la aparente novedad en la paciones extratextuales y la que
intención de un proyecto de crítica después hace resucitar estas directri-
de la crítica, que, implícita o explí- ces una vez cesa el apogeo de estas
citamente, los críticos han abordado escuelas?
desde siempre sus problemas de
trabajo apoyándose en la tradición 3
de comentarios, análisis y proyectos En una colección de ensayos que
investigativos que les preceden. Rara supone un intento por proponer una
vez una propuesta de análisis o de crítica de la crítica, Tzvetan Todorov
crítica evade la referencia a otras insiste en la necesidad de una crítica
críticas, cuando no a sus propias dialógica que concilie el dogmatismo
condiciones, a sus orígenes, a sus y el inmanentismo (Todorov, 1991,
finalidades y limitaciones. Las críticas p. 149), quizás los dos sectores más
que constituyen un aporte metodo- polarizados del discurso crítico del
lógico perdurable se han construido siglo XX2. Aquí, en aras de la discu-
sobre otras críticas, y de esta auto- sión propuesta, se puede matizar ese

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concepto de lo dialógico y llevarlo al terreno comunica-
tivo, ampliando las nociones de interlocutor, canal,
mundo referencial y código. En tal sentido, una crítica
de la crítica debería abordar el estudio sistemático de
los diálogos que los críticos emprendieron alguna vez,
no sólo con los artistas y las obras, sino también con su
público y con la tradición científica, humanística y crítica
que les precedió, con el bagaje que rechazaron o invo-
caron. Historiar esos diálogos, examinar sus condiciones
y valorar sus resultados es la tarea inmediata de este
proyecto, aún en ciernes en nuestro continente. No de
otra manera podrían entenderse y reorientarse las
posiciones de la crítica en polémicas coyunturales de su
propio ámbito o de otras esferas abordadas recien-
temente: la posmodernidad, la muerte del arte o la
tensión entre globalización y multiculturalismo. No de
otro modo puede aspirarse a que exista un soporte
conceptual que acompañe la producción artística y la
alinee en un todo coherente y significativo.

4
Ahora bien, dada la importancia de un proyecto
semejante ¿qué debe esperarse de una crítica de la crítica?
En primer lugar, una recopilación de las fuentes
documentales para levantar el inventario de los textos
que se ocuparon del arte en un momento dado; asimismo,
un análisis subsiguiente de los antecedentes históricos y
las influencias teóricas de los críticos y enfoques que se
estén estudiando; estas fases, junto al análisis de la
movilidad y evolución de las funciones en cada momento
histórico, deben preceder a la valoración, esto es, a la
crítica de la crítica en sí.
Como el propósito de este comentario es sólo indicar
una de las líneas de ruta para acceder a este proyecto,
detengámonos en algunas precisiones sobre las funciones
de la crítica, punto de capital importancia, según lo
reconocen quienes han mostrado una preocupación por
2 Así, por ejemplo, el caso el estado de nuestro pensamiento estético. Debe, sin
de Gombrich y su tendencia
a emparentar estas dos
embargo, entenderse esta preocupación por las funciones,
tendencias, en el terreno de no como aspiración a imponer criterios a priori a las
la Historia del Arte, con el
hegelianismo y la “lógica de
prácticas críticas, sino porque estudiar sus funciones es
las situaciones”. la mejor manera de palpar las dinámicas más intrínsecas

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que han animado a los críticos y a algunos de sus
proyectos de divulgación, análisis, valoración y enseñanza
más influyentes. Pensar la crítica y estudiar el modo en
que ella regula los acercamientos a la obra de arte es
quizás la mejor manera de tomar el pulso a las propias
dinámicas locales.

5
En este orden de ideas, vale la pena considerar las
funciones de la crítica tal como aparecen en uno de los
más sistemáticos críticos autotélicos de Latinoamérica:
Juan Acha3.
La primera función de la crítica, según él, es cohe-
sionar las diferentes instancias involucradas en el
problema artís-
tico alrededor de No debe esperarse que la crítica de
las producciones
contemporáneas. la crítica surja al amparo de
En este sentido, preocupaciones aisladas o de un rigor
al crítico le corres- ocasional, detentado por quienes
ponde “analizar
las obras de arte son sensibles a la crisis en el seno
recién nacidas con de las disciplinas del arte.
el fin de producir
un texto público destinado a los productores (autores),
distribuidores (museógrafos) y consumidores (aficio-
nados) de dichas obras” (Acha, 1992, p. 61). En esta
primera función, vale la pena resaltar la importancia que
adquiere el crítico como productor de textos que tienen
destinatarios especiales y la dimensión comunicativa que,
con ello, adquiere el acto crítico.
Pero Acha no sólo enuncia esta función cohesiva,
quizás la tradicionalmente reconocida por el público
y la misma crítica en Latinoamericana, sino que va
más allá y propone ejemplos. Así, el crítico ejerce
esta cohesión
cuando enfoca los elementos provenientes del
sistema artístico a los que ellos pertenecen y los
que las retroalimentan con innovaciones; cuando
examina los condicionamientos de la exhibición 3 Las funciones que se
exponen están incluidas en
de las obras y las ideologías en circulación en la el libro Crítica del arte.
sociedad; y cuando se detiene en los efectos de Teoría y práctica, de 1992.

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cada obra y en sus posibi- artísticos producidos recientemente
lidades de modos de consumo fuera del país, mientras él mismo los
(Acha, 1992, p. 62). aplica a renovar sus actividades
Esto quiere decir que, si bien el críticas” (Acha, 1992, p. 64). Aquí
crítico interpreta y valora, ve y es importante subrayar la manera por
siente, conceptúa y goza de la la cual la divulgación persigue, no
obra de arte al percibirla y sólo una renovación de la sensibi-
analizarla, su tarea no es describir lidad estética del público, sino
estas actividades ni dar sus resul- también de las metodologías y
tados. Está obligado a enseñar a procedimientos (Acha los llama
interpretarla y valorarla, verla y “hábitos”) del crítico. Se encuentra,
sentirla, conceptuarla y gozarla entonces, un ejercicio de la crítica
(Acha, 1992, p. 63). que permanentemente está cuestio-
nando su propia validez, evaluando
Obsérvese cómo la recepción y sus métodos y situando su horizonte
el consumo de las obras y las ideas teleológico en la permanente defini-
artísticas se convierten en uno de los ción y redefinición de criterios,
objetos de investigación de la crítica. cuidando de no caer en la mera
De alguna manera, el historiador y adopción refleja de metalenguajes y,
el crítico de arte deben estar facul- aun, jergas ajenas al contexto social
tados para considerar, no sólo el donde ejerce su tarea, tal como lo
fenómeno artístico en sí, aislado, rechazaba Marta Traba en los epígo-
como producto acabado de una nos de la semiótica.
sociedad o de una individualidad Una tercera función estaría dada
creadora, sino también los meca- por la capacidad del crítico para
nismos por los cuales la crítica, el emprender análisis sociológicos, en
público y los mismos artistas reciben tanto que éstos constituyen un
la obra de arte. El autotelismo conocimiento pleno del soporte o
aparece ya manifiesto en el examen fondo ideológico sobre el que deben
que la crítica establece a propósito interpretarse los fenómenos estéticos.
de la recepción crítica (en un sentido En tal sentido, el enfoque materialista
amplio de la palabra) de público y del que parte la propuesta de Acha
conocedores. busca otorgar una preeminencia a la
La segunda función que propone sociedad, no porque subraye en este
Acha está emparentada con un caso la necesidad de una sociología
problema de divulgación e interme- para el arte, sino porque reconoce la
diación en el tráfico y circulación de validez de una incursión metodoló-
ideas sobre el arte, trátense éstas de gica de los principios de esta disciplina
principios estéticos o de conceptos en las disposiciones adoptadas por el
sobre los procedimientos técnicos, o crítico, quien debe “detectar los
sobre la materialidad de la obra. Así, procesos, fuerzas sociales y culturales
el crítico debe “difundir en el ámbito de su país, para darlas a conocer a
artístico local los conocimientos los interesados en el arte y para,

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consecuentemente, cambiar el curso producción artística y de la dinámica
de sus prácticas, incluyendo las del general de la recepción cultural. Al
propio crítico” (Acha, 1992, p. 64). competerle más esferas de las
Para nuestro caso, reconocer las tradicionalmente consideradas por
características de una polémica las funciones de describir, valorar y
como la que enfrenta posturas globa- divulgar, su responsabilidad es mayor,
lizantes y multiculturalistas sería con- pues su presencia en los debates
dición necesaria para interpretar las culturales se vuelve fundamental.
producciones artísticas nacidas Siguiendo a Roland Barthes,
alrededor de este problema. podríamos decir que esta tendencia
La cuarta función aparece, a estatuir su propio discurso es
asimismo, como una proyección connatural al oficio crítico. “Toda
ideológica de las ideas y programas crítica debe incluir en su discurso
del crítico, sólo que ya la crítica no (aunque sea del modo más velado y
aspiraría aquí a suplir una carencia más púdico) un discurso implícito
de valores estéticos, sino, de manera sobre sí misma; toda crítica es crítica
más abierta, a estimular la diversidad de la obra y crítica de sí misma”
y “la pluralidad artística en el ámbito (Barthes, 83, p. 304). No de otra
local” (Acha, 1992, p. 65). La quinta forma podría ayudar ella a leer las
función está referida a la labor del múltiples variables que intervienen
crítico como un “hacer de su profe- en la entronización de los valores
sión una actividad productora de estéticos alineados alrededor de ideo-
teorías en sus textos públicos” logías o supuestos: progreso, iden-
(Acha, 1992, p. 66), función de la tidad, universalismo, modernización,
que, en última instancia, depende el vanguardia...
autotelismo del que hablamos.
A la idea de crítica de Juan Acha 6
subyace una premisa: la principal Sin embargo, no debe esperarse
tarea crítica es verter conceptual- que la crítica de la crítica surja al
mente las innovaciones formales y amparo de preocupaciones aisladas
sensitivas de las obras recién nacidas o de un rigor ocasional, detentado
(Acha, 1992, p. 67). Por un lado por quienes son sensibles a la crisis
está la crítica como realidad subsidia- en el seno de las disciplinas del arte
ria y dependiente de la obra de arte, y son responsables de la misma
a la que somete y a la que, por mo- movilidad de las funciones tan
mentos, ejerce una violencia inter- escrupulosamente cartografiadas por
pretativa y valorativa; por el otro, Juan Acha.
el reconocimiento de que es su con- Se ha empleado antes la palabra
dición autocuestionadora la que vocación para definirla; pero, quizás,
otorga a la crítica su primacía como esta vía conduce a equívocos: se
motor de los cambios de mentalidad necesita una nueva crítica nacida de
estética, de la diversidad en la un verdadero programa educativo y

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cultural. Más que de una vocación, hablaríamos entonces
de obligación política, social y, sobre todo, pedagógica.
En este sentido, es indispensable que los programas
universitarios motiven, estatuyan y regulen el funcio-
namiento de cátedras sobre la crítica, así como la
producción de trabajos de grado y monografías orientados
a la revisión del estatuto y funciones de la crítica. A
menudo se plantea el hecho problemático de que la
crítica surja y dicte criterios desde ámbitos alejados de
las aulas. Sin negar que otros escenarios determinan la
misma movilidad cultural, y a veces el verdadero impacto
social del oficio crítico, debe aceptarse que, si se aspira a
un nuevo rigor, debe conseguirse una alternativa al
ejercicio periodístico y museológico, el cual, en última
instancia, no es el responsable de la teorización ni de la
regulación inter-
Si se aspira a un nuevo rigor, pretativa y valo-
rativa propias de
debe conseguirse una alternativa al la crítica y la
ejercicio periodístico y museológico, el Historia del Arte.
cual, en última instancia, Emprender
una historia, un
no es el responsable de la teorización análisis y una
ni de la regulación interpretativa crítica de la crí-
y valorativa propias de la crítica y tica contribuirían
a cumplir con
la Historia del Arte. más eficacia las
funciones enun-
ciadas por Acha. El rigor de la crítica así nacida
conseguiría, al fin, integrarse de manera indisoluble con
las más complejas dinámicas de la cultura. De otro lado,
habría un incremento en la teorización, con lo que se
desterraría la adopción de lenguajes críticos ajenos a los
objetos de estudio y a los fines de nuestra crítica, tal
como lo enunciaba Marta Traba en la anécdota referida
al inicio de este texto. La formación de los críticos latino-
americanos, de igual manera, tendría una salida a los
males ya tantas veces lamentados: solipsismo, inmovi-
lidad, esnobismo, falta de profesionalismo. Por último,
se combatiría el temor que tantas veces también se ha
declarado en el sentido de que no hay procesos de crítica
que acompañen la profusa y heterogénea producción
artística regional, incrementada en las últimas décadas.

82 La crítica de la crítica y la movilidad de sus funciones, Efrén Alexander Giraldo Quintero


7 lectura; del otro (en el ámbito de la
El siglo XX, como ningún otro estimación estética y la divulgación
período de la historia de las ideas, de los valores del arte) la crítica
conoció una singular búsqueda de perseguiría un desplazamiento
teorización en el ámbito de las emparentado con la promoción e
disciplinas humanísticas. La crítica de invitación a la proximidad y al
arte y la crítica literaria, en modo disfrute de las obras, una modalidad
alguno ajenas a esta tendencia, discursiva en la que la aclaración, la
vivieron esta dramática carrera que iluminación y el relieve se convierten
las obligó a la búsqueda de métodos en los objetivos fundamentales.
de investigación y principios Los trabajos inscritos en la crítica
descriptivos e interpretativos para de la crítica que venimos esbozando
racionalizar la valoración y el gusto. aquí deberían girar en torno a la
Por un lado el alto grado de refina- aparición de polaridades y demandas
miento y abstracción de disciplinas críticas como éstas, que hemos dado
como la lingüística, la teoría de la en llamar función didáctica y función
comunicación y la semiótica invitó teórica, en los corpus críticos más
a la crítica a una búsqueda de importantes de Colombia y Latino-
formalización que, desde entonces, américa.
le fue inexcusable. Del otro, la rotura Para tal fin se debería examinar
en el esquema único de entender la la pertinencia de tales nociones,
ciencia provocó en las orientaciones mediante un análisis de los presu-
críticas una tendencia al uso de puestos que rigen las condiciones
métodos propios de otras disciplinas disciplinares para la historia de la
y a la búsqueda de formulaciones crítica y la crítica de la crítica en
alternativas que se ocupaban de Latinoamérica y Colombia, sea bajo
diversos planos del obrar artístico (su la forma de programas metacríticos
vínculo social, su naturaleza comu- o de simples valoraciones de la tarea
nicativa, su relación con la psicología crítica de los críticos en cuestión.
del artista y del público, sus estruc- Posteriormente, debería considerarse
turas formales, entre otros). Pese a el valor operativo de estas nociones
lo anterior, la crítica jamás perdió su en sí, con el fin de examinar hasta
función divulgativa y hermenéutica, qué punto estamos hablando de la
su orientación educativa y media- búsqueda de una identidad para la
dora, con lo que el juicio, la valoración crítica, desde su tendencia a la
y la exhortación se mantuvieron formulación de teorías y al diálogo
como impronta inocultable. De un con otras disciplinas; asimismo, se
lado (el de la teoría y el análisis) la debe establecer cómo el reconoci-
crítica iría a la búsqueda de una miento de una función como la
rigurosa cartografía del fenómeno pedagógica lleva a la crítica a esta-
estilístico, técnico o compositivo, de blecer regulaciones sobre su discurso.
un sistema autosuficiente que Deben, de otro lado, abordarse
sirviera de lienzo a la explicación y críticos que encarnen precisamente

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la tendencia simultánea al análisis análisis, el comentario y la valora-
concienzudo de la obra de arte y a ción; en este caso se contrasta lo
la formación del público, al deseo expuesto por Juan Acha en su citado
de describir y a la vez invitar; una libro Crítica del arte. Teoría y práctica
inclinación al afán taxonómico y con algunas de las reflexiones que a
jerarquizador, al interés crítico y propósito del tema hizo la misma
analítico por comprender la Marta Traba. En el tercer capítulo,
naturaleza y los fines de la obra de La postura permeable, se relacionan,
arte, pero también su relación con respetando cierto orden categorial,
el espectador y el entorno. algunas de las influencias críticas más
Debemos señalar, en este senti- importantes de la autora; se propone
do, los antecedentes de la propuesta allí un especial sondeo de la inci-
aquí consignada: un trabajo de grado dencia que tuvieron en la autora las
sobre la obra de la crítica Marta distintas teorías sobre el lenguaje y
Traba y un trabajo de edición crítica la comunicación. Luego, en Esterilidad
de los textos de catálogos de expo- y fertilidad de la polémica, siguiendo el
siciones realizadas en las dos últimas fenómeno de la pluralidad de las
décadas del siglo XX en la ciudad funciones y papeles del crítico en
de Medellín. Latinoamérica, la mirada se dirige
El trabajo investigativo sobre la hacia una de las facetas más
crítica de la crítica, adelantado a conocidas, pero paradójicamente
propósito de Marta Traba en la menos estudiadas, de la autora: la de
Maestría en Historia del Arte de la polemista; para tal fin se consideran
Universidad de Antioquia, tiene por sus conceptos sobre la “resistencia
título Marta Traba: entre la teoría y cultural” y el modo en que muy
la didáctica. Dos polaridades en la especialmente encuentran desarrollo
búsqueda de una crítica para el planeta en su libro de 1973: Dos décadas
cultural latinoamericano y se compone vulnerables en las artes plásticas
de siete capítulos. El primero de ellos latinoamericanas. Los siguientes dos
(Colombia: La vana historia de la capítulos (Teorizar y Enseñar)
elocuencia) emprende el examen de componen el núcleo del problema
las manifestaciones más reconocibles metacrítico de investigación plan-
de la crítica de la crítica y de sus teado; pese a que implícitamente, a
justificaciones más tradicionales, lo largo del trabajo, es evidente la
poniendo especial énfasis en las interacción de tales polaridades en
lecturas metacríticas que se han todos los aspectos considerados a
hecho de la obra de Traba. El propósito de la obra de Traba, ellas
segundo (La duda programática) se son examinadas en estos dos capí-
centra en la pregunta por las tulos particularmente a partir de
funciones del crítico y, más aún, por declaraciones explícitas de la autora.
la amplia y heterogénea serie de Venturas y desventuras del estilo,
papeles que, en el contexto latino- último capítulo, por su parte, encara
americano, rigen el ejercicio de una de las problemáticas derivadas

84 La crítica de la crítica y la movilidad de sus funciones, Efrén Alexander Giraldo Quintero


de la dicotomía didáctica–teoriza- ción, en compañía de los profesores
ción, esto es, la que vacila en Carlos Arturo Fernández y Josué
inclinarse por la crítica de arte como Carantón. Allí, siguiendo la directriz
género literario o como disciplina historiadora enunciada al inicio de
teórica, tal como lo plantea Juan este texto, se prepara una edición
Acha en el estudio referido. Por ello, crítica de los diferentes textos valo-
se propone allí la aplicación de rativos y analíticos que acompañaron
algunos principios de análisis los catálogos de exposiciones en
estructural y retórico al discurso de Medellín entre 1980 y 2000.
la crítica, partiendo del comentario Con este trabajo se pretende
de texto de un pasaje emblemático compilar textos que, dado su carácter
de Los cuatro monstruos cardinales, periférico dentro de los circuitos de
uno de los primeros libros de la la teorización artística, no han sido
autora; es evidente que, dada la editados y comentados adecuada-
preponderancia del discurso literario mente. Asimismo, se buscan constan-
en los procesos de formación de los tes críticas y tendencias dominantes
críticos en Latinoamérica, y dada la en la construcción ensayística y en
crucial importancia del ensayo como los ejercicios museísticos que acom-
forma discursiva fundacional de pañan la producción artística presen-
nuestros procesos culturales, se tada al público.
requiere de instrumentos para com- En esta edición se proponen
prender el alcance de algunas incur- cuatro secciones fundamentales, de
siones que, como la de Marta Traba, acuerdo con las exposiciones de arte
estuvieron preocupadas por las ocurridas en la ciudad en períodos
formas críticas y por los mismos de cinco años. Adicionalmente se
estilos literarios. Finalmente, en Por incluye un estudio crítico preliminar
una crítica de la crítica, conclusión en el que se examinan algunas cons-
obligada, se esboza un eventual tantes temáticas y formales en el
programa para emprender los pro- corpus de ensayos, presentaciones y
yectos escalonados, que necesaria- notas críticas, a la vez que un con-
mente se desprenden de un trabajo junto de notas aclaratorias. Implíci-
como éste: una historia de la crítica, tamente, el proyecto de edición
una teoría de la crítica y una crítica crítica aborda, no sólo el análisis
de la crítica. inmanente de esta producción
Por su parte, el segundo ante- textual dispersa y rara vez tenida en
cedente para esta propuesta de la cuenta, sino también los elementos
crítica de la crítica proviene de la sociológicos y culturales implícitos
investigación Dos décadas de en las curadurías de las exposiciones.
exposiciones en Medellín, adelantada Y es que el simple hecho de constatar
en el año 2003 en la Facultad de cuáles artistas son los que exponen
Artes de la Universidad de Antioquia con mayor frecuencia, cuáles críticos
y presentada ante el Comité de escriben las notas o cuáles son las
Investigaciones de la misma institu- expresiones artísticas más recurridas

Co-herencia No. 2 Vol. 2 Enero - junio 2005 85


supone ya una base para considerar fenómenos más
intrínsecos a la producción del texto crítico como tal.
Así, este análisis constituye el punto de partida para
considerar los distintos enfoques y criterios con que se
desarrollan presentaciones, reseñas, ensayos y notas. De
este modo se identifica la aparición, el apogeo y, a veces,
la decadencia de escuelas y tendencias críticas que
marcaron, en su momento, concepciones sobre el arte y
apreciaciones particulares sobre la relación que debe tener
el espectador con las obras presentadas: semiótica,
hermenéutica, teoría de la recepción, de construcción,
entre otras, se convierten en referentes para examinar el
modo por el cual nuestros críticos, profesores y divul-
gadores reciben las “obras recién nacidas” y encaran la
siempre difícil tarea de formar al público.
Tal vez el ejercicio de la crítica se ve abocado a
enfrentar dos demandas: la de legitimar académicamente
su saber y la de escribir para alguien que espera aclaración,
mediación y traducción. Por eso, se aspira a que,
examinando la
La crítica de la crítica no debe ser más obra de las figu-
que eso: un análisis de las direcciones ras clave en la
y regulaciones de un discurso en crítica o levan-
tando el inven-
permanente expansión y, por lo mismo, tario de proceso
cada vez más inabarcable. críticos perifé-
ricos, se tenga
una idea más coherente de las limitaciones, aciertos y
verdaderos alcances de la crítica, la Historia del Arte, la
museología y el periodismo cultural recientemente
desarrollados en Colombia y Latinoamérica. Considerar
a los críticos canónicos debe ser la demanda fundamental
para un proyecto de crítica de la crítica, pero, eviden-
temente, los textos no académicos (críticas y reseñas de
exposiciones) también deben ser integrados, como objeto
de estudio, al análisis de los distintos discursos sobe el
arte.

8
En su primera lección como profesor del Collége de
Francia, el 2 de diciembre de 1970, Michel Foucault
esbozó una especie de programa de trabajo, que después
se recogió en forma de libro con el título El orden del

86 La crítica de la crítica y la movilidad de sus funciones, Efrén Alexander Giraldo Quintero


discurso. Allí expone cómo su oficio lado. El mismo Foucault expresaba,
de historiador estaba signado por el en la citada lección, que “es nece-
análisis de los discursos y por un sario ver en el discurso una violencia
interés excluyente en el modo como que hacemos a las cosas” (Foucault,
éstos mismos son reglamentados, 1974, p. 44).
definidos, estatuidos. La crítica de la Si toda crítica, si todo pronun-
crítica no debe ser más que eso: un ciamiento acerca de la obra infringe
análisis de las direcciones y regula- su autonomía e intenta someterla,
ciones de un discurso en permanente hablamos de un principio de desorden:
expansión y, por lo mismo, cada vez “cualquier cosa puede decirse de cual-
más inabarcable. quier cosa”. La crítica de la crítica,
La crítica dialógica debe acceder por un efecto contrario, el de regular
a una verdadera comprensión de lo las incursiones y explicaciones que
que otros acercamientos a la obra de otros hicieron, restituiría algo de ese
arte han conseguido. De otro modo orden perdido y de esa legitimidad a
será el intercambio de sordos el que veces comprometida por la pirotec-
continúe signando nuestros fallidos nia verbal o el esnobismo, ya tantas
intentos por racionalizar la experien- veces lamentado pero casi nunca
cia estética que discurre a nuestro estudiado

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