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RUBEN L. BERENBLUM
FERNANDO R. GARCIA MOLINA
JORGE R. E. SABORIDO
Segunda edición
revisada y ampliada
I IÜ
E M P R E S A A D H E R ID A A L A C A M A R A A R G E N T IN A D E L L IB R O
LOS AUTORES
Feknanoo R. García M olín a (1946) egresó Es autor, entre otras obras, de La España de
como profesor de Historia dei instituto Na los años '30. República, G uerra C iv il; Revo
cional Superior dei Profssoradc. Se ha des* lución (1991); La em igración andaluza ti la
empeñado como docente reqular en diferen A rg e n tin a en la posguerra ciu ii española
tes niveles de ia enseñanza terciaria (univer (1992); Rusia 1 9 j 7: una introducción (1993);
sidades nacionales de Mar del Plata y Buenos Interp retacio ne s dei fascism o ( 1994).
Aires.. Instituto Nacional Superior) y también
en el posgrado de b Facultad de Ciencias
Económicas de ia URA Eí- autor, en colabo
ración, de varios libros de. historia económi
ca y política argenúna.
PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION
U N A R E F L E X IO N S O B R E E L C R E C IM IE N T O
E C O N O M IC O Y E L D E S A R R O L L O S O C IA L
Reiecíura que lleva a ios autores a p rop on er nuevam ente la tesis de una fuerza
endógena responsable del funcionam iento del sistema. En el ultimo capitulo,
destinado a explicar las connotaciones y los límites de! proceso de globaíi^.ación. se
identifica ral fuerza no en la -industria (c o m o en el m o d elo de K alo o r ), sino en las
íina;;zas y en los servicios de com ercialización y en la acción empreñarla en un
m ercado abierto, reinlerpretando de tal m anera las grandes transform aciones
verificadas en el siglo que concluyó.
Por estas razones, esta obra tiene a mi juicio una gran importancia, contribuye
en forma no episódica a ía iarga y difícil tarea intelectual de refunóar una teoría de!
crecimiento, ofreciendo a ios estudiosos de la economía un terreno alternativo de
reflexión y pensamiento.
Resultan evidentes las implicaciones para la teoría política y para ias políticas
publicas en cuanto políticas de "ofertas de bienes públicos" — sean esas ofertas
provenientes tanto del Estado com o del mercado— .
¿Por qué creo que sea tan importante esta aproximación conceptual? Porque
los problemas son los mismos que se plantearon al inicio de! siglo XX, y que
habíamos olvidado en este larguísimo siglo, al parecer, interminable. Me refiero no
solamente a la quiebra dei mercado consumada en ía primera mitad del siglo
(después de la Gran Depresión de 1929), sino también a su reaparición en la
segunda mitad. O sea en el triunfo del mercado, desde los años ochenta de las
■'revoluciones ¡iberistas" que nos desvelaron políticamente, y todavía lo hacen, el
advenimiento de una transformación mundial socialmente silenciosa que nos
envuelve y determina: el aumento del ingreso de las familias y el em erger de la
pequeña empresa y del trabajo autónomo. Estos, irreversiblemente, se sostienen en
la largay cíclica curva de la tecnología informática que atraviesa todo el mundo, tanto
aquel industrializado y tercerizado, com o aquel otro en vías de la misma transforma
ción.
Pero esta revolución silenciosa representa tanto el triunfo del mercado com o
el fracaso de aquella mano visible que siempre había interpretado, durante todo el
siglo XX, el ansia de superar las barreras a la entrada interpuestas por el patrimonio,
por la ubicación originaria de los factores y por las dispares dotaciones de capital
social.
(5) Os'reoGofv'Ki. M (1979), L a d é m o c ra tie e l ¡es p a rtís p o li tiq u e s . Testes chotsis et presenté
par Pihíkí: Rosanvau.on. Payare!. París.
XH HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
del sígío XiX confirma que las instituciones políticas cuentan para la propaga
ción satisfactoria del desarrollo económico.” (7)
El problema no es otro que el del rol que ejercen las instituciones sobre el
crecimiento económ ico y sobre ei desarrollo económ ico social. Existe un clisé sobre
este problema: que esa influencia existe, de lo que todos están convencidos, desde
la divulgación producida por ios aportes de N orth .
La diferencia entre ayer y hoy es de todas maneras profunda. Ayer es, para
mí, de manera expositiva y cor. convicción historiográfica, el espacio de tiempo
secular que va desde dei período que sigue a ia gran crisis agraria de los últimos
treinta años del siglo XIX hasta ia transformación cíclica de los setenta del sigio XX.
(10 ) F.s im portante para este prop ósito ia coniribución d e diw>isos autores, reunidos en Speciaí
E d iiio n : T h ir tv Years o f A S E A N , y d e KiMr.i Haka, R e th in k in g ihe C o id lV er ir; the A sían P a cific . en
“Pacific R eview -, respectivam ente el N * 2. 1998 y ei N " 4 19 99 . págs. 167-306 u 515-: .36.
PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION XV
En esos momentos madura el surgimiento definitivo del hoy que se despliega ante
nosotros. Una hegemonía que pasó de fundarse sobre la preeminencia del principio
de nación al triunfo de la eficiencia económica por encima de economías cerradas
y mercados imperfectos. El comercio mundial liberalizado se convierte, con ía
creación de mercados financieros perfeccionados, en el elemento de fondo capaz
de impulsar el crecimiento (u) internacional a partir de ¡a segunda mitad de los años
setenta del siglo XX, con el consecuente despliegue planetario del capitalismo
anglosajón.
Hoy podemos decir que existe un principio de eficiencia que se asienta tanto
en la jerarquía como en z\mercado y que siempre arroja resultados excepcionaimen-
te positivos si logra difundirse en forma coherente con las necesidades funcionales
de la economía. Sirvan como ejemplo la unión dei sistema educativo con la
transformación tecnológica. Estos principios de eficiencia actúan virtuosamente
unidos y también de manera separada, en determinadas situaciones históricas.
{2 l}C ír . Saí’í-lu. G. (1998). S to ría e co n ó m ic a d e ll 'o h a iia con ie > n p orc¡n e a , Bruno Mondadori.
Miián.
XV! HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Para ia teoría, además, de este libro deriva una confirmación de los aciertos
analíticos que sostienen las teorías del desarrollo endógeno. Para aquellos que han
sostenido siempre estas tesis en ía sociología, en la antropología y en ia historia (y
por le que respecta a quien esto escribe), por lo poco o mucho que hayan podido
hacer por el bien común en la uita activa, esta confirmación es “tna fiesta.
los infinitos cursos de las alternativas de la historia, tanto más la humanidad podrá
extraer de eiios beneficio en ¡a eterna fatiga de ia existencia.
Este libro busca construir una tensión intelectual virtuosa entre la teoría dei
desarrollo endógeno y la teoría del desarrollo regional, según las más innovadoras
incitaciones provenientes de los estudios en este campo (1S).
Creo que io alcanza con gran éxito analítico. Sería un verdadero pecado no
continuar por este camino.
G iu u o S ap e l u
Todo esto requiere una cosmovisíón integradora. Esta es otra de las virtudes
de la obra: centrar eí debate en el hoy y el ahora. Desterrar las visiones de tipo
costumbrista y de época para instalar una tribuna de hoy, para interpretar el antes
y el porqué.
P ro f. D r. R o d o lf o H. P erez
Decano de la Facultad
de Ciencias Económicas (U BA)
PREFACIO
R ubén L. B erenblum
COMENTARIO PRELIMINAR
(1 } E! artículo íue publicado en castellano por la revista D ébalas (1 9 8 5 ). N " 13. Valencia.
(2) La ‘ nueva historia econ óm ica" no sólo se caracteriza p o r la utilización expltdfñ de (una) teoría
económ ica, sino también p or la aplicación de elem entos estadísticos para tratar datos históricos seriados.
Asim ism o, otro de ¡os rasgos que ia han distinguido es ia elaboración de hipótesis contraíácíicas. U na
muesira relevante de las aportaciones de !a "n .h .e ." se encuentra en T hmín (19S4).
{3} H k:k>(19S4}.
XXVI HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
PfiftT€
INTRODUCCION
F€ñNfiNDO ñ . GñftcmM o l i n a
Í0 R G € R . € . SfiBORIDO
C a p it u l o 1
E L C R E C IM IE N T O E C O N O M IC O E N L A P R E H IS T O R IA Y E N EL
M U N D O A N T IG U O
C a p it u lo 2
L A E U R O P A P R E IN D U S T R IA L
SCGUNDR PRRT€
C a p it u l o 3
E L S IG N IF IC A D O D E L A R E V O L U C IO N IN D U S T R IA L
3.2.2.1. Ei maquinismo......................................................... 63
3.2.2.2. Las nuevas fuentes de en erg ía ............................... 65
3.2.2.3. La disciplina y la organización del trabajo............. 67
a} La disciplina ....................................................... 67
b} La división del trabajo......................................... 69
c) Las fábricas de Josiah W edgwood ..................... 71
C a p it u lo 4
L O S F A C T O R E S C O N D IC IO N A N T E S D E L A IN D U S T R IA L IZ A C IO N
C a p it u l o 5
L A R E V O L U C IO N IN D U S T R IA L E N G R A N B R E T A Ñ A
C a p it u l o 6
L O S N U E V O S P A IS E S IN D U S T R IA L E S : E U R O P A O C C ID E N T A L
Y L O S E S T A D O S U N ID O S
C a p it u l o 7
L A S E C O N O M IA S IN D U S T R IA L E S E N L A S E G U N D A M IT A D
D E L S IG L O X IX
TeficeRa pflftT€
Joñoe R. €. S rsorido
C a p it u l o 8
A S P E C T O S E C O N O M IC O S Y S O C IA L E S D E L A
P R IM E R A G U E R R A M U N D IA L
C a p ít u lo 9
LO S P R O B L E M A S DE L A D E C A D A DEL ’2 0
C a p it u lo 1 0
L A C R IS IS D E L O S A Ñ O S -30
C a p it u lo 11
L A S E G U N D A G U E R R A M U N D IA L
C a p it u lo 1 2
L A E X P A N S IO N D E L A S E G U N D A P O S G U E R R A
CüflftTR PfiRTe
C a p ít u l o 1 3
L A T R A N S IC IO N A L A E C O N O M IA P O S IN D U S T R íA L
INTRODUCCION
fm m m o r. g a r c ía m o lin r
JORG€ R. €. SABORIDO
1
€1 CR€CIMÍ€NTO €COWOMIC©
€N Lfl PREHISTORIA V
€M €L MUNDO ANTIGUO (* )
15} C ohén (1 9 8 4 ).
(7 ) W m T O G fa ( 1 9 6 6 )
( 8 ) H a r k i s ( 1 9 8 6 ).
Í U ) A..\dí:rson (1 9 7 9 }.
CAP. 1 - EL CRECIMIENTO ECONOMICO EN LA PREHISTORIA Y EN E L 11
(1 2 ) E l p r o g r e s o c o m e r c i a l s e v i o fa c i l i t a d o p o r u n a in n o v a c i ó n d e g r a n i m p o r t a n
c ia : la i n v e n c ió n d e la m o n e d a .
(1 3 ) A k ü e rso n U 979 }.
12 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(1 4 ) U n a r e v is ió n d e la s p r in c ip a le s lín e a s d e in t e r p r e t a c i ó n p u e d e v e r s e e n A A . W .
(1 9 8 0 ).
(1 5 ) D o ckes (1 9 8 4 ).
lf l e U R O P A P R C lW D U S T R Ifll
{1 } E « e s t a c a r a c t e r iz a c ió n n o s b a s a m o s e n D ojs (19315 y B im o a s s ib { UK v ¡) y (1 9 3 3 ).
m á s e l a p o r t e d e D uuy (1 9 7 6 }.
(2 } E l s e ñ o r í o t e r r i t o r i a l e r a « n a g r a n e x t e n s i ó n d e t ie r r a d iv id id a en íiO'. p a r te s :
ia r e s e r v a d e l s e ñ o r y la s t e n e n c ia s e n m a n o s cíe lo'-: c a m p e s i n o s , q u e esi,'i!>.i!) o b l i g a
d o s a e n t r e g a r t r ib u t o s y/o s e r v i c i o s p o r e i u s o d e ¡a t ie r r a .
14 HISTORIA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
(3 ) L a s r e n l a s j u r i s d i c c i o n a l e s o b a n a le s e r a n la s q u e r e c i b í a n l o s s e ñ o r e s c o m o
c o n s e c u e n c ia d e s u a c a p a r a m ie n t o d e la s p r e r r o g a t i v a s r e a le s . S e tr a t a b a d e u n p o d e r
s o b r e l o s h o m b r e s , n o s o b r e la t ie r r a .
(6 ) N o r m a lm e n t e , la t ie r r a c u lt iv a b le s e d iv id ía c u d o s p a r t e s : u n a d e e l l a s s e s e m
b ra b a c o n c e r e a l e s y la o t r a s e d e ja b a e n d e s c a n s o ;b ? .r b e e h L a in t r o d u c c ió n d e l
b a r b e c h o t r ie n a l c o n s i s t í a e n d i v id ir ía t ie r r a e n t r e s c a m p o s , a l t e r n a n d o o t r o c u l t i
v o , p o r e je m p lo , a v e n a , d e m a n e r a q u e la r o t a c i ó n c o n d u c í a a q u e e n c a d a c i c l o s ó l o
u n t e r c io d e la t ie r r a d e s c a n s a b a .
15 HISTORIA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
{8 } I )u » v (1 9 9 2 ).
CAP. 2 - L A EUROPA PREINDUSTRIAL 17
(9 ) C o n la e x c e p c i ó n p a r c ia l d e i m o v i m i e n t o cíe r e m e n s a en. C a t a lu ñ a .
(1 0 ) A4\-dekscw (1 9 7 9 ).
(1 1 ) E n p a r t ic u la r . B r k r n b r (1 9 8 8 ).
(1 2 ) L a i n e x i s t e n c ia d e e s t a s s ó lid a s o r g a n i z a c i o n e s c a m p e s in a s en E u r o p a O r ie n -
ta i h a b r ía s id o la c a u s a p r in c ip a l d e l t r iu n f o A p la s t a n t e :c ie lo -s s e ñ o r e s y la c o n s o l i d a
c ió n d e ía s e r v i d u m b r e e n e s e á m b it o .
CAP. 2 — LA EUROPA PREINDUSTRIAL 19
( 1 3 ) W a i x e r s t ü i n { 1 9 7 9 }.
20 HISTORIA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
2,4,1* LA POBLACION
la tierra condujo a que los señores crearan extensos dominios, los que fue
ron alquilados a arrendatarios que realizaron importantes inversiones de
capital y contrataron mano de obra asalariada (Vl).
En Francia, por su parte, los campesinos lograron mantener e incremen
tar sus derechos sobre la tierra que ocupaban, para lo cual contaron con el
apoyo del Estado, que necesitaba montar una base impositiva propia e inde
pendiente de los señores. Por lo tanto, se afirmó una estructura social sus
tentada en un campesinado propietario, una nobleza que no pudo incremen
tar de manera significativa su dotación de tierras — aunque mantuvo sus
derechos jurisdiccionales— y el aparato estatal como extractor independien
te de excedente. No se dieron entonces las condiciones para que surgiera
una clase social en situación de acumular capital para invertir en el impul
so del proceso productivo.
{1 4 } E s t e p r o c e s o s o v io p o t e n c i a d o p o r lo s c e r c a m i e n t o s - ta i c u a ! s é a n a l i z a e n
e l c a p . 3-
CAP. 2 - L A EUROPA PREINDUSTRÍAL 23
{ 1 5 } C o m o H a m il t o n ( 1 9 7 5 ) .
(1 6 ) V e r u n r e s u m e n e n W a l i .e r s t e í .n (1 9 7 9 ),
( 1 7 ) A n d k s s o t -: ( 1 9 7 9 a ) .
CAP. 2 — LA EUROPA PREINDUSTRIAL 27
(1 8 } D avjs (1 9 7 3 ).
(1 9 ) D e V ríes (1 9 7 9 ).
28 HISTORIA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
(2 0 ) M o r ik e a u (1 9 S 5 ).
CAP. 2 - L A EUROPA PREíNDUSTRIAL 29
Se acepta hoy que la fertilidad fue un factor muy sensible a las condicio
nes económicas. Es posible que el retraso de la edad de matrimonio, el ce
libato y, consecuentemente, la reducción del tamaño de las familias — según
han detectado algunos estudios— fueran una reacción frente a las menores
oportunidades de empleo existentes en el siglo XVII, aunque de ser así no
podría explicarse el mismo fenómeno verificabie también entre la aristocra
cia. En ésta, e! aumento dei número había provocado una movilidad social
descendente entre los no herederos y, por lo tanto, serias tensiones dentro
de la clase alta, como es el caso de la inglesa, por ejemplo. Luego la fertili
dad se redujo de manera considerable y desde 1675 descendió radicalmen
te. Así, el proceso cambió de dirección: la movilidad ascendente y la reduc
ción de la competencia entre las familias aristocráticas contribuyeron a la
estabilidad de la sociedad inglesa, mientras que la más frecuente extinción
de la rama masculina coadyuvó a la concentración de la tierra en grandes
haciendas.
Los aristócratas, con una.familia reducida, podían proteger y concentrar
la propiedad de las riquezas; los campesinos, a su vez. querían retrasar el
matrimonio, aliviar la presión sobre la tierra y permitir que los jóvenes sol
teros de ambos sexos ahorraran antes de formar sus propias familias. Una
(2 1 ) R om ano (1 9 9 3 ).
30 HISTORIA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
(2 2 ) C lo u g h y R app ( 1 9 9 0 ) , C í p o u .a ( 1 9 8 1 ) .
CAP. 2 — LA EUROPA PREINDUSTRIAL 35
(2 3 ) L anüus ( 1 9 7 9 ) .
36 HISTORIA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
el ars del artesano. No existía interés p o r los asuntos tecn ológicos, y los
progresos eran más bien resultado de las fatigas de artesanos iletrados. Los
modernos del siglo XVII, en su reacción contra los valores tradicionales, y
en su esfuerzo por imponer el método experimental, se batieron con ener-
/gía para revalorizar la obra de los artesanos. Subrayaron así, repetidamen
te, la necesidad de colaboración entre éstos y los científicos. Más aún, la
difusión de ia imprenta y en especial de la alfabetización en los países pro
testantes implicó el progresivo abandono de actitudes que imponía la cos
tumbre. en favor de otras más racionales y experimentales. La imprenta, que
había hecho posible que el hombre se educara a sí mismo, dio también a los
innovadores un medio de transmitir sus contribuciones a los demás, con
trastarlas y acumularlas en un saber sistemático.
Un ejemplo de la aplicación de la racionalidad europea en relación con
el surgimiento de una economía industrial moderna en el continente fue
propuesto por el sociólogo alemán M a x W k b e r en una tesis que ya es clá
sica. La aparición del capitalismo se vincula, así, con la difusión del protes
tantismo y, particularmente, del calvinismo. W e b e r observó un vínculo, al pa
recer causal, entre las creencias protestantes y el progreso económico, y
ofreció una explicación al respecto. La doctrina calvinista de la “ predestina
ción" provocaba en los creyentes una profunda ansiedad acerca de conocer
su destino final, la que sólo podían aquietar si actuaban de acuerdo con el
tipo de vida que, suponían, deberían llevar los efectivamente destinados a la
salvación; esta conducta y el éxito en los negocios que conllevaba eran de
ascetismo mundano: una vida dedicada al trabajo y a la oración que condu
cían a la gloria de Dios y, por qué no, a la acumulación de riqueza. Esta llegó
a ser percibida por el creyente individual como la mejor señal de que Dios,
en efecto, lo había predestinado a la salvación. La insistencia de la ética cal
vinista en el valor del tiempo, y la condena del placer y de las diversiones sig
nificaron, también, la aplicación de un criterio de eficiencia a todo tipo de
actividades C24}.
El desarrollo cultural del siglo XVII convalidó la búsqueda de la riqueza
personal desde un punto de vista ético, y creó las condiciones para la cola
boración entre la ciencia y la técnica, que es la base y la esencia del moderno
desarrollo industrial.
(2 4 ) L a n d e s (1 9 7 9 ).
B IB L IO G R A F IA
€L NflCIMi€NTO D€ LAS
SOCS€DflD€S !MDUSTRIflL€S
M a ría I n €s B r r b c r o
3
€1 SIGNIFICAD© D€ Lfi
R€VOLUCION INDUSTRIAL
Desde mediados del siglo XVIII se inició una etapa de profundas trans
formaciones —económicas, sociales, culturales— que dieron nacimiento a
las sociedades industriales. El proceso, que recibe genéricamente el nombre
de “ Revolución Industrial", comenzó en Inglaterra y desde allí fue difundién
dose primero hacia Europa continental y los Estados Unidos, y más tarde
hacia otros países y regiones.
En contraste con el mundo preindustrial, en el que la principal actividad
económica era la agricultura, en la sociedad industrial el peso del sector
primario fue reduciéndose al tiempo que se incrementó el de la industria y
los servicios.
Mientras que en la sociedad preindustrial la gran mayoría de la población
vivía en el campo, dedicándose a actividades rurales, la sociedad industrial
se caracteriza por un alto grado de urbanización. No sólo creció el porcen
taje de la población urbana, sino que también se incrementó significativa
mente el número de grandes ciudades, que eran muy pocas antes del siglo
XIX.
' Una tercera diferencia entre el mundo preindustrial y el industrial radi
ca en el ritmo de la innovación tecnológica. Este fue en general muy lento
hasta el siglo XVIÍI, pero a partir de entonces se aceleró notablemente. Una
de las características de la sociedad industrial es la velocidad del cambio
tecnológico, que ha permitido fuertes increm entos en la producción y la
productividad, aumentando sensiblemente la oferta de energía, de bienes y
de servicios. Si buena parte de la población, pudo dejar de trabajar en i'j agri-
culuira fue porque con menos brazos podía obtenerse la misma cantidad de
alimentos, o aun más, gracias a las mejoras en las técnicas de cultivo. Al
mismo tiempo, la oferta de bienes manufacturados creció significativamen
te, alcanzando proporciones desconocidas hasta entonces. En el sector in
dustrial los incrementos de la producción y de la productividad fueron mu
cho mayores que en la agricultura. P aul B aíroch calcula que en los países
desarrollados de Occidente la productividad del conjunto de los factores se
multiplicó, entre 1700 y 1990, por 40 o por 45. Entre 1000 y 1700, que íue
44 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
( l ] B aíh oc h {1 9 9 7 ).
CAP. 3 — EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 45
que convivieron elementos del pasado con los del nuevo presente. La ruptura
no fue total, en la medida en que existen elem entos de continuidad entre
ambas sociedades, menos en el ámbito de la economía que en el de las re
laciones sociales o el de la cultura.
A. P. U sher, un historiador de la tecnología, decía que Ja Revolución In
dustrial fue una revolución en el verdadero sentido del término, excepto por
la rapidez de las transformaciones, ya que por su carácter los cambios no
podían producirse en forma repentina (2).
Tai vez lo más difícil de transmitir a quienes comienzan a estudiar es
tos temas sea la noción de que la Revolución Industrial dio origen a una
nueva sociedad, pero que fue a la vez un proceso de cambio gradual, en el
que lo nuevo y lo viejo se combinaron de forma diversa según las regiones
y los ámbitos en los que se iban produciendo las transform aciones. Los
debates entre los historiadores, como veremos más adelante, giran en gran
medida en torno al problema del carácter más o menos violento del cambio,
enfrentándose las visiones “gradualistas" a aquellas "rupturistas” .
El historiador inglés M. P ostan afirmaba que el castigo por ser lo bastan
te concreto para ser real es la imposibilidad de ser lo bastante abstracto para
ser exacto. Si en las páginas que siguen hemos simplificado algunos proble
mas, ha sido con el fin de hacer más clara la exposición. Pero hemos inten
tado también evitar ciertos excesos de la simplificación, en la medida en que
tratamos temas que han sido fuente de debate permanente entre los estu
diosos.
(2 ) U sü e r (1 9 2 0 ).
46 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(3 ) M a n t o u x (1 9 6 2 ).
CAP. 3 - EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 47
(5 ) R o s t o w (1 9 6 1 ).
CAP. 3 — EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 49
La fase clave es ia del impulso inicial o despegue (take off), que Rosrow
identifica con la Revolución Industrial, a la que considera la gran línea di-
visoria en la vida de las sociedades modernas. En ella se superan los obstá
culos y resistencias contrarios a un crecimiento permanente, que pasa a ser
la condición normal.
Las condiciones esenciales para el take o jf son, según Rosrow, la acumu
lación de capital y la innovación tecnológica, y una variable clave es la tasa
de inversión, que debe ser equivalente al 10 % o más del ingreso nacional.
Debe existir también un sector empresarial o un grupo de funcionarios del
Estado que esté dispuesto a liderar el proceso de transformación.
Las características distintivas del take o£f son la difusión de nuevas téc
nicas en la agricultura y la industria (lo cual incluye cambios radicales en
los métodos de producción), el crecimiento de la producción industrial y la
urbanización, contribuyendo todo ello a la expansión del sector moderno de
la economía y al incremento del ahorro y la inversión.
Es importante destacar que para R ostow este proceso tenía lugar en un
lapso muy breve: tanto la estructura económica como la social y la política
se transformaban en una o dos décadas, lo cual hacía posible sostener en lo
sucesivo un ritmo fijo de crecimiento. La Revolución Industrial para él era
fácilmente identificable si se medía la aceleración de la tasa de crecim ien
to de la economía y se hallaba la proporción entre la inversión y el produc
to nacional.
La etapa sucesiva —ia marcha hacia la madurez— es caracterizada por
R ostow como un largo intervalo de progreso sostenido y de difusión de la
innovación tecnológica, abarcando, unos cuarenta años a partir del fin del
despegue. En la era del alto consumo en masa se cosechan los frutos del
desarrollo, con un increm ento del ingreso real per cápita que permite el
aumento del consumo de bienes y servicios duraderos, cuyo sím bolo era
para R ostow la difusión del automóvil.
Si nos hemos detenido tanto en el análisis de la obra de R ostow ha sido
por diversas razones.
En primer lugar, porque refleja con claridad el tipo de interés con el que
los economistas se aproximaban a ía historia económica en una etapa en la
que la teoría del desarrollo estaba en expansión. El tema clave eran los pro
cesos de desarrollo, y dentro de él, las formas históricas que había asumi
do la industrialización.
En segundo lugar, porque en ella expresa algunas nociones muy difun
didas en la historiografía de su época, sobre todo, la idea de un salto brus
co y repentino hacia la industrialización, en un lapso breve e identificable
con facilidad, a partir del cual se rompe radicalmente con el pasado.
50 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(6 } G erschenkron ’ (1 9 6 8 )
CAP. 3 — EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 51
Asim ism o, señalaba que en los países económ icam ente atrasados la
industrialización requiere un clima favorable de ideas, una generalizada fe
en los beneficios del desarrollo, sin la cual es muy difícil romper los diques
del subdesarrollo.
Uno de los aportes más significativos de G erschenkron, que conserva una
gran vigencia, es la voluntad de combinar la elaboración de modelos con la
complejización del análisis de la realidad. Sostenía que del pasado no pue
den extraerse más que preguntas inteligentes que se formulen a los mate
riales actuales, pero no leyes a partir de las cuales construir el futuro. A
diferencia de R ostow —también de los marxistas— , se negó a aceptar la va
lidez de un modelo uniforme de industrialización, basado en la experiencia
británica, ofreciendo una visión mucho más matizada de los procesos de
desarrollo económico.
(7 ) L an d es (1 9 7 9 ).
52 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(8 ) L a n d e s (19 9 3 ).
(1 0 ) B cr r, (1 S 8 7 ).
54 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(.11) M o k y r (1 9 S 5 ).
(1 2 ) C a m e r o k (1 9 8 2 ).
CAP. 3 — EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 55
(1 3 ) B erg y H udson (1 9 9 2 ).
56 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
que nos permitan tener una noción lo más clara posible de dicha expresión,
que a su vez no desdeñe los matices propuestos por los diversos autores.
D avid L andes propone tres definiciones, que se refieren a los distintos
usos que se le suelen atribuir:
a) “ El término «revolución industrial», en minúsculas, suele referirse
al complejo de innovaciones tecnológicas que, al sustituir la habili
dad humana por maquinaria, y la fuerza humana y animal por ener
gía mecánica, provoca el paso desde la producción artesanal a la
fabril, dando así lugar a la economía moderna” .
b) “ El significado del término es a veces otro. Se utiliza para referirse
a cualquier proceso de cambio tecnológico rápido e importante- !...]
En este sentido, se habla de una «segunda» o una «tercera» revolu
ción industrial, entendidas como secuencias de innovación indus
trial históricamente determinadas".
c) “El mismo término, con mayúsculas, tiene otro significado distinto.
Se refiere a la primera circunstancia histórica de cambio desde una
economía agraria y artesanal a otra dominada por la industria y la
manufactura mecanizada. La Revolución Industrial se inició en Ingla
terra en el siglo XVIII y se expandió desde allí, y en forma desigual,
por los países de Europa continental y por algunas otras pocas
áreas, y transformó, en el espacio de menos de dos generaciones, la
vida del hombre occidental, la naturaleza de su sociedad y sus rela
ciones con los demás pueblos del mundo’’
A su vez, el historiador inglés P eter M athjas la define como “las fases
iniciales del proceso de industrialización en el largo plazo” , y señala que los
dos criterios centrales para definir la Revolución Industrial son la acelera
ción del crecimiento de la economía en su conjunto y la presencia de cam
bios estructurales. Pone el énfasis en que dicho crecimiento debe darse en
el largo plazo y responder no a un incremento de los factores de producción,
sino a un aumento de ia productividad que se traduzca en un incremento del
producto per cápita. Los cambios estructurales que acompañan dicho cre
cimiento incluyen, entre otros, la innovación tecnológica y organizativa, la
modernización institucional, el desarrollo de un sistema de transportes y la
m ovilización de la fuerza de trabajo. Este proceso genera, a su vez, modifi
caciones en la estructura de la economía, en particular, la reducción de la
participación sectorial de la agricultura en el empleo y en el total de la pro
ducción (t5).
(1 4 ) L a n d e s (1 9 7 9 ).
(1 5 ) M ath ia s (1 9 8 9 ).
CAP. 3 — EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 57
(1 6 ) WitiGL ZY (1 9 9 3 ).
58 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
3,2,1,3- La protoindustrialización
(1 7 ) M bno e l s (1 9 7 2 ).
(1 8 ) M a t h ia s (1 9 8 8 )
62 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
í 19; P o l l a r d (1 9 9 1 ).
CAP. 3 — EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 63
3,2,2,1. El maqumismo
( 20 ) M a n to u x ( 196 2 !
64 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
que requieren una habilidad específica, sin la cual no puede llevarse a cabo
el proceso de producción. Hay herramientas sencillas, como el martillo, y
otras más complejas, como el telar, y no siempre es fácil trazar la línea di
visoria entre una herramienta compleja y una máquina sencilla. Pero siem
pre que se utilizan herramientas, el hombre o la mujer que las manejan
emplean sus conocimientos, su fuerza y su habilidad para producir bienes.
En el caso de las máquinas, en cambio, estamos frente a artefactos que
disponen de mecanismos que reemplazan, a la habilidad humana. M antoux
define la máquina como “un mecanismo que bajo el im pulso de una fuerza
motriz simple ejecuta los movimientos compuestos de una operación, técnica
efectuada antes por uno o varios hombres” . Las máquinas pueden ser impul
sadas por energía animada {humana o animal) o inanimada (hidráulica, có
lica, del vapor, eléctrica, de motores a explosión, atómica).
Algunos ejemplos pueden servir para aclarar más este punto. Tomemos
en primer lugar la industria del hilado. Desde tiempos remotos se utilizaron
herramientas como el huso, y, más adelante, la rueca, que era la más difun
dida en Europa desde la Edad Media. Ei manejo de la rueca requiere un alto
grado dé habilidad, ya que se utilizan las manos, para sostener y retorcer el
vellón que se va transformando en hilo, y también los pies, para accionar un
pedal que sirve para mover la rueda.
En 1765 James H argrbaves, un tejedor y carpintero de Lancashire, inventó
la primera hiladora mecánica, que recibió el nombre de “spinning-jenny". Se
trataba de una máquina relativamente sencilla, compuesta por un marco
rectangular.montado sobre cuatro patas, en el que se colocaban los husos
para enrollar los hilos —husos que reciben el nombre de “ canillas’*— y dos
barras de madera montadas sobre una especie de carro, que se deslizaban
hacia adelante y hacia atrás e iban estirando el hilo. Con una mano el hilan
dero hacía ir y venir el carro -—-para que el hilo se estirara y torcí era— , y con
la otra daba vueltas a una manivela cuyo movimiento se comunicaba a los
husos, en los que se enrollaban los hilos.
La je n n y se derivaba de la rueca, y fue alguna vez definida como una
rueca con varios husos. Lo que tenía de ventaja clave era que un solo obre
ro podía producir varios hilos a la vez, con lo cual el trabajo humano se
multiplicaba. Las primeras j e n nies tenían ocho canillas, con lo cual una
persona hacía el trabajo que antes realizaban ocho. Todavía en vida de H a r *
grea''es llegaron a fabricarse con ochenta y más, y ello multiplicó aun más
la productividad del trabajo.
AJ mismo tiempo era una máquina muy sencilla, y era accionada por el
trabajador, es decir, por energía humana. Tenía una ventaja adicional: las
je n n ie s se utilizaban en las casas de los hilanderos, como las ruecas, con
lo cual el sistema de organización del trabajo no se modificaba, pero se in
crementaba notoriamenu. la producción.
CAP. 3 — EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 65
a) La disciplina
(2 1 ) T h o m p s o n f 197:9).
68 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(2 2 ) P o l l a r d (1 9 6 5 ).
CAP. 3 — EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 69
(2 3 ) S m ith (1 9 5 S ).
70 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(2 4 ) M a r x (1 9 6 8 ).
(2 5 ) Cowi.vr {1 S S 2 ).
CAP. 3 — EL SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL 71
(26J T ouraiíísc (1 9 6 2 ).
(2 7 ) M c K e n d ric k (1 9 7 2 ).
72 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
El uso del reloj se difundía también porque eran cada vez más necesa
rios para regular el ritmo del trabajo y de la vida cotidiana. De la Revolución
Industrial surgió una sociedad más disciplinada, lo cual permitió sin duda
incrementar la productividad del trabajo y poner a disposición de la gente
muchos más bienes a precios accesibles.
Si ello fue o no favorable para los protagonistas del cambio, sobre todo
para los trabajadores, forma parte de una interminable discusión entre quie
nes se inclinan por una u otra posición, a la cual volveremos a hacer refe
rencia más adelante.
4
( i ) C am e r o n (1 9 9 5 ).
76 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
4,1. LA POBLACION
Desde el punto de vista económico, la población de un país constituye
un factor clave, ya que condiciona directamente tanto la oferta de mano de
obra como ia demanda interna de bienes y servicios.
Si bien la cantidad de población incide en la conformación de ía demanda
interna, una población numerosa no basta para generar un gran mercado
para la producción industrial. Para que ello ocurra, es necesario también que
los consumidores dispongan de suficientes ingresos, y que estén acostum
brados a comprar en el mercado los productos que no puedan o no quieran
elaborar por sí mismos.
Cuando la mayoría de la población de un país vive en el nivel de subsis
tencia, apenas puede satisfacer sus necesidades elementales, y no dispone
de excedentes que pueda destinar a la adquisición de bienes industriales. En
estas circunstancias, las familias campesinas elaboran en el h.ogar ciertos
productos básicos, como los textiles.
A mediados del siglo XIX, la población de Rusia era muy superior a la de
cualquier país europeo, y también mayor que la de los Estados Unidos. Pero
no contribuía a generar una demanda interna elevada, ya que la mayor par
te de la población estaba constituida por campesinos en condición de ser
vidumbre.
El incremento de la población puede ser producto tanto del crecimien
to vegetativo como de la inmigración, que en muchos países jugó un papel
central a lo largo del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX. Los
Estados Unidos tenían en 1790 una población de menos de 4 millones de
habitantes; en 1780, de casi 40 millones, y en 1915, de más de 100 millones.
La tasa de natalidad era muy elevada, pero además entre 1870 y 1914 ingre
saron en el país más de 30 millones de inmigrantes.
La escasa población no es un obstáculo insalvable, ya que la producción
puede destinarse no al consumo interno, sino a la exportación, en la medi
da en que los países estén integrados en el comercio internacional. Desde
sus orígenes, la industria suiza se desarrolló para la exportación, y la expe
riencia comercial adquirida desde el siglo XVI contribuyó a que el proceso
de industrialización iniciado en el siglo XIX pudiera sustentarse en la pro
ducción para mercados externos.
CAP. 4 - LOS FACTORES CONDICIONANTES DE LA INDUSTRIALIZACION 77
4,3. LA TECNOLOGIA
Uno de los rasgos sobresalientes de la sociedad industrial, desde sus
orígenes, ha sido la permanente innovación tecnológica, que ha hecho po
sible tanto el incremento sostenido de la productividad como la producción
de nuevos bienes.
El curso histórico del cambio tecnológico ha sido irregular y espasmo-
dico, concentrándose en determinados momentos históricos y en ciertas
áreas geográficas. No es sencillo explicar por qué ha habido sociedades,
como las de Europa Occidental y los Estados Unidos (pero más recientemen
te también países de tradición no occidental, como Japón), con un mayor
número de individuos creativos que otras.
El historiador inglés H. J. Habakk.uk (1967) (2) distingue tres tipos de fac
tores que explican que algunos países inventen y adopten métodos mecáni
cos antes que otros.
En primer lugar, las influencias sociológicas: el valor otorgado a la in
vención, la capacidad inventiva de la sociedad, la vinculación entre la capa
cidad inventiva y el ámbito de la producción industrial, y las características
del empresariado, en particular, su disposición hacía la innovación.
Un segundo factor, de orden económico, es el volumen de acumulación
de capital. Cuando ya existe capacidad creada, los empresarios tienen más
oportunidades para adoptar nuevas técnicas y para desarrollar nuevas ideas.
La parte más importante de muchas mejoras no fue una idea nueva, sino la
acumulación de pequeñas m odificaciones realizadas una vez que la idea
había sido llevada a la práctica.
La tercera influencia también está vinculada a la acumulación de capi
tal, en la medida en que la reducción de la tasa de ganancia que se verifica
como consecuencia del incremento de los costos de producción puede favo
recer la innovación por parte de los empresarios y estimular el progreso
técnico.
Los siglos XVI y XVII, y el XVHI en sus inicios fueron más notables por
las realizaciones en ía ciencia y en la invención primaría que por ios avan
ces que aumentaran de un modo conspicuo ia productividad de 1a industria
y la agricultura. Sin embargo, se echaron los cimientos de los grandes avan
ces técnicos que siguieron.
(2 ) H a p .a k k u k (1 9 6 2 ).
CAP. 4 - LOS FACTORES CONDICIONANTES DEL A INDUSTRIALIZACION 79
(3 ) M o k yr (1 9 9 3 ).
80 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
{6 ) K r u g m a n (1 9 S 6 ).
84 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(7 } C a m e ro n (1 9 8 1 ).
86 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(8 ) SCilUMPKTBtt ( i 9 5 / }
CAP. 4 — LOS FACTORES CONDICIONANTES DE LA INDUSTRIALIZACION 87
( 9 ¡ K o c k a (1 9 8 6 ).
88 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Este es, sin duda, uno de los temas más controvertidos y menos men
surables a la hora de explicar los procesos de industrialización. ¿Son cier
tos sistemas de valores más adecuados que otros como marco de un proceso
de industrialización?
A principios de este siglo, M ax W eber publicó un libro que tuvo una gran
repercusión, titulado La ética protestante y el espíritu del capitalism o ( ’0}.
Diversos trabajos de campo habían arrojado com o resultado lo que W eber
llamaba “el carácter eminentemente protestante tanto de la propiedad y
empresas capitalistas, como de las esferas superiores de las clases trabaja
doras \ A partir de esta comprobación, elaboró la tesis de que la reforma
protestante, y sobre todo, el calvinismo, había jugado un papel clave en el
desarrollo del capitalismo en Europa. Indicaba que existen fuertes conexio
nes de la ética económica moderna con la ética racional del protestantismo
ascético, y en general, que existen conexiones entre ‘‘las más importantes
religiones habidas en e} mundo” y la economía y la estructura social del
mundo en que nacieron.
Aclaremos que W eder consideraba que la relación entre la religión, por
un lado, y la estructura económica y social, por el otro, era mu}r compleja,
y rechazaba tanto las interpretaciones materialistas de la cultura como el
unilateral causalismo espiritualista".
Mas recientemente, un historiador japonés, M. M orsshima, aplicó el mo
delo de W eber para el Japón (n). Según M grjshíma, el confucíanismo había
cumplido allí el papel del calvinismo en Europa. Para M orishima, ciertos ras
gos de la cultura japonesa, como el sentido de las obligaciones mutuas, la
disciplina, el respeto por ios ancianos o la búsqueda de consenso, permiten
explicar el éxito económico del país. Dichos rasgos son para él producto de
la moral confucianista, que enfatiza el sentido del deber, del trabajo y del
colectivismo. Muchos otros autores han retomado esta posición no sólo para
el caso de Japón, sino también para otros países asiáticos.
Estos ejemplos nos sirven como punto de partida para reflexionar sobre
la relación entre factores culturales y desarrollo económico. También en este
tema existen posturas extremas.
Por una parte, está la visión materialista, que ve a la cultura como un
subproducto de la estructura económica y social, y de ninguna manera como
un factor determinante del desarrollo. El marxismo economicista es un ejem
plo de ello.
(1 0! Weber (1 9 6 9 ).
(1 1 ) M oríshima (1 9 8 8 ).
CAP. 4 - LOS FACTORES CONDICIONANTES DE LA INDUSTRIALIZACION 89
{1 2 ) L a n d e s (1 9 7 9 ).
(1 3 ) G erscsíiíkkkon (1 S 6 8 ).
5
*18^3538323
10 R6VOLUCION" INDUSTRIAL
€N GRAN BR€TfiÑA
Eme J ones afirma que no hay que dar prioridad al estudio de los elemen
tos “ únicos" del caso inglés, y que “ es mucho más instructivo considerar
que Gran Bretaña estuvo afectada por unas fuerzas que estaban actuando en
el conjunto del continente europeo, y a partir de las cuales se destacó lige
ramente como la primera potencia industrial sobre la base del cambio tec
nológico en la manufactura del algodón y del hierro” (l).
A la hora de explicar la especificidad europea, las razones esgrimidas
son múltiples y diversas. Citaremos sólo a algunos autores que han reflexio
nado sobre este tema, con la finalidad de ofrecer algunas interpretaciones
alternativas que puedan servir de base para una posterior profundización.
Para D avid L andes, la clave debe ser buscada en ciertos rasgos culturales
y políticos de las sociedades europeas desde fines de la Edad Media. Entre
ellos destaca, en primer lugar, la función de la iniciativa económica privada,
respaldada por el respeto a los derechos de propiedad y por la consolidación
de unidades políticas en competencia entre sí (las ciudades Estado, prime
ro, y los Estados nacionales después). Todo eso, según L andes, habría favo
recido la actividad comercial y el desarrollo de una clase mercantil de gran
vitalidad y creciente influencia, que jugó un papel decisivo en el proceso de
expansión económica y de disolución del viejo orden feudal.
El segundo elemento clave de la peculiaridad europea es para L andes “el
alto valor atribuido a la manipulación racional del medio natural” , lo cual
puede descomponerse, a su vez, en dos elementos: “L a racionalidad y lo que
podríamos llamar el sentido de dominio faustiano sobre el hombre y la na
turaleza". En esta interpretación, L andes coincide en gran medida con la tesis
de M ax W eber acerca de la vinculación entre la ética protestante y eí desa
rrollo del capitalismo. Pero también sostiene que la ciencia constituyó el
puente perfecto entre la racionalidad y el dominio, y que el avance científi
co hizo posible, por su parte, el desarrollo tecnológico.
Según L andes, “ la voluntad de dominio, eí enfoque racional de los proble
mas al que llamamos método científico, la competencia por la riqueza y ei
poder, todo este conjunto de fenómenos consiguieron eliminar la resisten
cia impuesta por las formas tradicionales de comportamiento e hicieron del
cambio un valor positivo” . Agrega que, sin duda, estas ventajas se vieron
reforzadas por la conquista de territorios extraeuropeos, y el ejercicio de la
violencia y el poder, lo cual tuvo consecuencias muy desiguales que, a su
vez, profundizaron la distancia entre el mundo de los países colonizadores
y los colonizados. No obstante, insiste en que el imperialismo no es de nin
gún modo una explicación suficiente, ya que las sociedades que sufrieron la
conquista europea no esta.ban en camino de llevar adelante una revolución
industrial cuando fueron sometidas por las potencias colonialistas P).
(1 ) J on es (1 9 9 0 ).
(2 ) Lan d es (1 9 7 9 ).
CAP. 5 - L A REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 93
( 3 ) J o n e s (1 9 9 0 ).
94 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(4 ) B a ir o c h (1 9 9 7 ).
CAP. 5 - L A REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 95
5,2,1,1. La población
Inglaterra 4, 9 11,5 30 , 5
Francia 21,9 30,5 38,5
Holanda 1,9 2,0 5,1
Alemania 12,0 18,1 43,6
Europa Occidental 71 ,9 1 1 6 ,5 201 ,4
{5 j Wfíir.LKV f i 9S 2 ).
96 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Por esta razón, los economistas ingleses que escribieron a fines del si
glo XVIII, como A dam Smith o R obert M althus. veían el crecimiento demográ
fico de su época como un proceso que terminaría en un desastre o en una
contracción económica.
Cuando M althus publicó en 1798 su Prim er ensayo sobre la población (6),
estaba alarmado por el crecimiento de la población británica a lo largo del
siglo XVIII. M althus sostenía que.la capacidad de crecimiento de la población
era infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimen
tos para el hombre. Señalaba que mientras que la población puede aumen
tar en progresión geométrica, los alimentos aumentan sólo en progresión
aritmética. “ En igualdad de las demás circunstancias, se puede afirmar que
la población de un país está en función de la cantidad de alimentos huma
nos que produce; y su felicidad, determinada por la generosidad con la cual
estos alimentos son distribuidos, o, lo que viene a ser lo mismo, por la can
tidad de productos que el trabajo de un día es susceptible de adquirir.”
El problema que él veía era que la mejora de las condiciones económi
cas generaba un aumento de población, pero que la población crecía más
deprisa que la producción. Consideraba que era el instinto natural de las
personas —la atracción entre los sexos—■lo que las llevaba necesariamen
te a reproducirse cuando la situación económica era favorable.
El desequilibrio entre la oferta de alimentos y el crecimiento de la pobla
ción podía, según M althus, resolverse por dos caminos. Uno era el que his
tóricamente había servido de freno al crecimiento demográfico: el incremen
to de la mortalidad como consecuencia de la enfermedad y el hambre. Al
aumentar la mortalidad, la población se reducía, y el equilibrio se restable
cía. Lo que él proponía, en cambio, era la reducción de la natalidad, a través
del matrimonio tardío y del control de la reproducción, si bien era pesimis
ta porque no creía en la capacidad de las personas, fundamentalmente de las
clases populares, para reprimir sus instintos.
Las previsiones de M althus no se cumplieron, y el crecim iento de la
población, tanto de Gran Bretaña como del continente, 110 desembocó en un
período de hambre y mortalidad. Lo que todavía no podían percibir los con
temporáneos era que las condiciones en la Inglaterra del siglo XVIII diferían
de las de los siglos precedentes.
Estaba desapareciendo la correlación positiva entre tasa de crecimien
to de la población y tasa de cambio de los precios de ios alimentos, lo cual
permitía mantener un aumento sostenido sin que se verificaran las conse
cuencias catastróficas que la experiencia de los siglos precedentes augura
ba. Ello se debía principalmente al incremento de la producción agrícola, que
había posibilitado satisfacer la creciente demanda generada por el aumento
de la población.
(6 ) M a l t h u s (1 9 8 2 ).
CAP. 5 — LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 97
( 7 ) B a i r o c h ( 1 9 7 9 ).
( 8 ) M o k y r ( 1 9 9 3 ).
98 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
El resultado fue que los campesinos pudieron tener más ganado y ali
mentarlo mejor, lo cual aumentaba el suministro de productos animales. De
animales mejor alimentados se obtenía más abono, lo que contribuía a au
mentar la producción de cereales, Las nuevas cosechas de forraje, como la
alfalfa, el trébol, los pastos artificiales, los nabos y la remolacha, resultaron
ser cultivos útiles para alternar con los cereales en los sistemas de rotación.
Algunos de estos cultivos servían para fijar el nitrógeno y para acabar con
los ciclos de plagas y enfermedades de las plantas. Gracias ai mayor uso de
abonos y a la rotación de cultivos fue posible suprimir el barbecho, lo cual
permitió incrementar la superficie de tierra cultivable.
A los nuevos sistemas de rotación se agregaron mejoras en las herra
mientas, en la selección de semillas y en los sistemas de cría de ganado, así
como otras innovaciones que contribuyeron a elevar los rendimientos y a
modificar las condiciones en las que tenía lugar ía producción agrícola.
Desde mediados del siglo XVÍI comenzaron a utilizarse arados de hierro, que
eran más fáciles de manejar y requerían menos animales de tiro. Alrededor
de 1700 fue inventada la primera sembradora, aunque fue poco utilizada has*
ta principios del siglo XIX.
La nueva agricultura permitió romper con el círculo vicioso de la contra*
posición entre agricultura y ganadería.
El desarrollo de este proceso fue lento e irregular, afectando más a unas
regiones que a otras, y aun en las áreas más adelantadas su adopción por
parte de los agricultores no fue uniforme. No todos los suelos eran aptos
para los nuevos cultivos, pero la difusión de las innovaciones se veía tam
bién trabada por la falta de capitales, la dispersión de las parcelas y la resis
tencia de los campesinos a las prácticas innovadoras.
Desde principios del siglo XVII las nuevas técnicas agrícolas comenza
ron a difundirse fuera de los Países Bajos, en primer lugar, a Inglaterra, lue
go, a Francia (desde mediados del XVIII), y más tarde, a otros países de Eu
ropa continental. En algunas regiones se adoptaron recién a fines del siglo
XIX.
5,2,1,2.1. L o s c e rc a m ie n io s
(9) D eane (1 9 7 1 ].
M arx con sideraba que los cercamíentos, al expulsar a los pequeños pro
pietarios de la tierra, habían dado paso a la agricultura capitalistá y habían
creado “lo s contingentes de proletarios libres y privados de medios de vida
que n ecesitaba la industria de las ciudades” (,!).
(1 1 ) M a r x (1 9 6 8 ).
CAP. 5 — LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 101
5,2,1,4. El mercado
5,2,1,4,1. E l m e rc a d o in te rn o
(12 ) IJero (1 9 S 5 ).
CAP. 5 — LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 103
5,2,1,4,3. ¿C o n su m o in te rn o o co n s u m o e x te r n o ?
Uno de los temas en debate ha sido el de los roles de los mercados in
terno y externo como motores del proceso de industrialización. Mientras que
algunos autores estiman que el mercado interno jugó el papel decisivo, otros
se lo atribuyen a las exportaciones. La escasa disponibilidad de estadísticas
para el siglo XVIII contribuye a generar posiciones encontradas.
Podemos afirmar que hoy predomina la tendencia a otorgar un rol deter
minante al mercado interno por lo menos hasta las dos últimas décadas del
siglo XVIIL y a enfatizar el papel de las exportaciones para el período poste
rior a 1780. Ello, en el marco de fluctuaciones a lo largo de todo el siglo, con
etapas de expansión y de estancamiento de las exportaciones, debidas, en
parte, a los avatares de los conflictos bélicos (13).
Esto indicaría que el comercio exterior no tuvo un papel decisivo como
motor de las transformaciones en las primeras décadas de la industrializa
ción, pero que una vez en marcha el proceso de cambio, una proporción cre
ciente de la producción de ios sectores más modernos de la industria estu
vo destinada al mercado externo, tanto al de Europa continental como a los
territorios de ultramar.
{1 3 ) M a t h -a s (1 9 8 9 ).
104 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Una de las ventajas mayores que tenía la industria textil del algodón era
que fabricaba un producto de demanda muy amplia y elástica, adecuado para
todo tipo de climas y fácilm ente colocable en los mercados ultramarinos.
Las características de la sociedad inglesa del siglo XVIII sin duda favo
recieron el proceso de industrialización. Se trataba de una sociedad menos
rígida que las de la mayoría de los países del continente, más abierta a los
cambios y a las innovaciones.
L a m d e s destaca que se distinguía por una extraordinaria sensibilidad a las
oportunidades pecuniarias, y por una legitimación de las innovaciones y de
la búsqueda de riqueza como modo de vida. Señala que la aristocracia ingle
sa tenía rasgos peculiares: era habitual que los hijos menores de las fami
lias de abolengo se dedicaran a actividades mercantiles, y que los nobles
propietarios de tierras fueran proclives a las innovaciones en la producción
agrícola y a la inversión en otros negocios. Ello contribuía a legitimar el
comercio y la búsqueda de ganancias ( M).
En general, las barreras a la movilidad social eran más bajas que en el
continente, y la distribución de la renta, más equitativa. Eso incidía en las
pautas de consumo y creaba condiciones favorables para la producción de
bienes de consumo masivo, pero también favorecía la versatilidad y el mo
vimiento de las personas hacia nuevas ocupaciones.
Gran Bretaña no poseía una superioridad científica y técnica con respec
to a los países continentales: en el terreno educativo, algunos de ellos la
aventajaban. Pero para la primera Revolución Industrial estas condiciones no
fueron decisivas. La realización de los primeros inventos se encargó, en su
mayoría, a los artesanos, y las nuevas máquinas eran sencillas de construir
y de fácil uso.
5,2,2,1. La periodízación
(1 4 ) L año es {1 9 7 9 ).
CAP. 5 — LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 105
P ro d u c to I
P ro d u c to
j A u to re s A g ric u ltu ra In d u s tria n a c io n a l j
n a c io n a l
p e r c á p íía |
C rafts j
1700-1760 0,60 0,71 0,69 0,31 I
1760-1780 0,13 1,51 0,70 0,01 I
1780-1801 0,75 2,11 1,32 0,35 I
1801-1831 1,18 3,00 1,97 Ó, 52 j
D eane y C olé
1700-1760 0,24 0,98 0,66 0,45 l
1760-1780 0,47 0,49 0,65 -0,04
1780-1800 0,65 3 :43 2,06 1,08 |
1801-1831 1,64 4,44 3,06 1,61 I
Fuente: C rafts,N. F. FL, "The New Economic History and the Industrias Revolution”, en j
M a t h ia s , P. y Davis, J. (eds.}: The F irst Industrial Revolutions, B. Blackwell, Oxford, 1989. I
( l ; C rafts ( 1 9 8 9 ) .
CAP. 5 — LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 107
5,2,2,3,1. L a in d u stria d el a lg o d ó n
cilio, en vez de hacerla pasar a mano entre los h ilos de la urdim bre. Tam bién
sim plificaba el tejido de telas anchas, para el que anteriorm ente se n ecesi
taban dos tejedores por cada telar.
5,2,2,3,2. L a in d u s tria m e ta lú r g ic a
{1 -3 } B a ír o c íí í 1 9 9 7 ).
112 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
ceso por el cual se las golpeaba para desengrasarlas y darles cuerpo), y los
herreros, para mover los martillos o los fuelles de las forjas (!7j.
Las primeras fábricas que nacieron, a fines del siglo XVIII para la produc
ción de hilado de algodón (a partir de la utilización de la water fra m e de
A rkwright) usaron la energía hidráulica. Ello explica porqué en inglés la pa
labra “ m ili" significa a la vez molino y fábrica. Por mucho tiempo la energía
del agua siguió teniendo un rol primordial en la producción manufacturera,
no sólo en Inglaterra, sino en todos los países industrializados.
A lo largo del siglo XIX, el aprovechamiento de 1a energía del agua se
incrementó significativamente gracias a una serie de innovaciones tecnoló
gicas, de las cuales la más importante fue, como ya señalamos, la turbina
hidráulica, que abrió a su vez el camino para el nacirniento, en el últim o
cuarto del siglo, de la energía hidroeléctrica.
Como afirmamos en el pto. 5,2,2,1, la otra gran fuente de energía de la
Revolución Industrial fue el vapor, que se utilizó tanto para la producción
manufacturera como para los medios de transporte: los ferrocarriles y los
barcos.
Las primeras máquinas a vapor comenzaron a emplearse desde princi
pios del siglo XVIII en la minería, para bombear el agua de las galerías. La
pionera fue construida por T h o m as N ewcomen en 1712, y a lo largo del siglo
XVIII se difundió tanto en Inglaterra como en el continente.
La máquina de Newcom en fue perfeccionada por Jam es W a t t , un. técnico de
la Universidad de Glasgow que le introdujo una serie de mejoras que permi
tieron superar gran parte de los problemas técnicos que presentaba y adap
tarla a nuevos usos. W a t t patentó su propia máquina a vapor en 1769 y se
asoció con un fabricante de herramientas, J o h n B o u lt o n , para producirla
comercialmente.
A diferencia de la máquina de N e w c o m e n , que se utilizaba sólo como
máquina de bombeo, ia de W a t t comenzó a usarse como fuente de energía
para la producción manufacturera. Fue adoptada primero en las hilanderías
de algodón (desde 1785), y más tarde, en otros sectores de la industria. Su
introducción fue paulatina, y aun en ia industria textil su difusión fue len
ta: en la producción de tejidos recién se impuso después de la década de
1830.
Pero aunque su difusión no haya sido inmediata, la máquina a vapor fue
uno de los inventos que transformó más profundamente a la industria. En
primer lugar, porque permitió que ésta pudiera desarrollarse en forma cre
ciente en las ciudades, liberándola de la dependencia con respecto a los
cursos de agua: las modernas ciudades industriales fueron hijas del vapor.
(1 7 ) W h it e (19 79).
CAP. 5 - L A REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 113
&,2,2,4,1. E l c a rb ó n
(1 8 ) P avis'E [1 9 8 6 ).
(1 S ) P e n k Osp: (1 9 5 9 ).
CAP. 5 — LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 115
(2 0 ) P o ll a r d ( Í S 6 5 ) .
116 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(2 1 ) B a ir o c h ( 1 9 9 7 ).
CAP. 5 — LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 117
Aún a mediados del siglo XIX el impacto del nuevo industrialismo era
limitado. S id n e y P o l l a r d propone la imagen de un mar de sectores preindus-
triales masivos, que formaban un océano en torno a las pequeñas islas de
industrialización. Sólo en algunas ramas de la industria textil había una
mayoría de trabajadores empleados en fábricas, en otros sectores eran sólo
una minoría, y en otros su presencia era excepcional. En la construcción, en
la producción de muchos bienes de consumo o en buena parte de las minas
y canteras, todavía no había tenido lugar una “revolución industriar’.
(22 ) W r í g u -t (1992}.
118 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
5,2,3,1- La urbanización
(2 4) H o &shawm U 9 8 9 j.
CAP. 5 — LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 119
5,2,3,1,1. L a s n u ev a s c iu d a d es in d u s tr ia le s
En general, las ciudades que más crecieron fueron aquellas en las que
se llevaban a cabo actividades industriales. Entre 1770 y 1830, Manchester,
centro de producción textil, pasó de 27.000 habitantes a 180.000. Al mismo
ritmo se incrementó la población de los centros de la industria metalúrgi
ca, como Birmingham, Sheffíeld y Leeds. La industria y la minería eran tam
bién la actividad principal de una multitud de ciudades menores, que tenían
entre 3.000 y 5.000 habitantes.
C h a r les D íc k e n s , en su novela Tiempos difíciles, ofrece un retrato fuerte
mente negativo de las nuevas ciudades industriales textiles del norte de
Inglaterra. Coketown, el lugar donde transcurre la acción, “ era una ciudad
de ladrillo rojo, es decir, de ladrillo que habría sido rojo si el humo y la ce
niza se lo hubiesen consentido, [...j Era una ciudad de máquinas y de altas
chimeneas, por las que salían interminables serpientes de humo que no
acababan nunca de desenroscarse. [...] Pasab.an por la ciudad un negro ca
nal y un rio de aguas teñidas de púrpura maloliente; tenía también grandes
bloques de edificios llenos de ventanas, y en cuyo interior resonaba todo el
día un continuo traqueteo y temblor, y en el que el émbolo de la máquina de
vapor subía y bajaba con monotonía, lo mismo que la cabeza de un elefan
te enloquecido de melancolía" (a0).
La industria modificó el paisaje urbano,, a medida que ias fábricas gana
ban terreno. En general, las nuevas ciudades industriales se caracterizaron
por el deterioro de la calidad de vida y del medio ambiente urbano. El hecho
( 2 5 ) S t e v e n s o .n ( 1 9 9 3 )
( 2 6 ) D ic k e n s ( 1 9 8 2 ) .
120 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Junto con las fábricas nació un nuevo tipo de trabajador, el obrero in
dustrial, cuyas condiciones de trabajo se diferenciaron marcadamente de las
de los oficios manuales tradicionales.
El moderno obrero industrial recibe también el nombre de proletario. En
la antigua Roma, esta palabra designaba a los no propietarios, a los que sólo
tenían a su familia o prole. El proletariado industrial se caracteriza por no
ser propietario de los medios de producción —las fábricas y ias máquinas,
que pertenecen a los capitalistas— y por vender su fuerza de trabajo en el
mercado, a cambio de un salario. Desarrolla su actividad en las fábricas,
trabajando con máquinas y sometido a una estricta disciplina.
Así como la difusión del sistema de fábrica fue gradual, también lo fue
la formación de la nueva clase obrera. A principios de la década de 1830, ios
tejedores manuales de algodón eran todavía más numerosos que todos los
hombres y mujeres empleados en el hilado y el tejido de todas las fábricas
algodoneras, laneras y sederas.
Todavía en 1830 el obrero industrial característico no trabajaba en una
fábrica, sino (como artesano o trabajador manual) en un pequeño taller o en
su propia casa, o (como peón) en empleos más o menos eventuales p*).
b e todos modos, durante la primera mitad del siglo XíX los empleos tra
dicionales estuvieron permanentemente amenazados por la innovación tec
nológica y la competencia del trabajo no calificado. Ello generó la radicali-
zación política de artesanos y trabajadores a domicilio, así como movimien-
(2 7 ) H oh enbero. y L ees (1 9 9 5 ).
(2 8 ) T ho m pso n (1 9 8 9 ).
CAP. 5 - L A REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 121
(2 9 ) L an d e s (1 9 7 9 ).
122 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(3 0 ) T ü o w s o n ¡ ' 9 8 3 i
CAP. 5 - L A REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 123
trabajo. Aun las mujeres que realizaban trabajos calificados eran infravalo
radas: en los talleres de W e d g w o o d en Londres, una pintora de flores gana
ba dos tercios de lo que percibía un hombre que hiciera la misma tarea (31).
Cuando comenzaron a utilizarse máquinas accionadas por energía inani
mada, la situación se modificó parcialmente. Las mujeres pudieron desem
peñar tareas antes reservadas a los hombres, pero como el trabajo fem eni
no se consideraba inferior, siguieron percibiendo salarios menores. En la
primera mitad del siglo XIX, la mayor parte de las mujeres trabajaba en la
industria textil y la del vestido, que eran las principales ocupaciones junto
con el servicio doméstico. En la industria del hierro y en la minería las
mujeres trabajaban muy poco, salvo en la fabricación de clavos, o seleccio
nando y clasificando los minerales en la superficie de las minas. En gene
ral, estaban excluidas de los oficios artesanales y de las organizaciones de
trabajadores masculinos calificados (3a).
El trabajo de las mujeres en las fábricas tuvo un fuerte impacto sobre la
vida familiar. A diferencia de las otras formas de actividad industrial, im pli
caba la ausencia del hogar por larguísimas horas y ia imposibilidad de cui
dar de los hijos durante ese tiempo. Desde comienzos del siglo XIX se incre
mentó el número de hogares en los que junto a un matrimonio y sus hijos
vivía alguna persona anciana •—en general, la madre de uno de los cónyu
ges— que se ocupaba de las tareas domésticas y del cuidado de los niños
mientras la mujer trabajaba en la fábrica (33). De todos modos, era más ha
bitual el trabajo fabril de las mujeres solteras que el de las casadas.
Al igual que en el caso de las mujeres, en la época preindustriaí los ni
ños trabajaban, pero lo hacían en general dentro de la unidad doméstica,
ayudando a los adultos en las tareas agrícolas e industriales, o bien, en el
seno de otro grupo familiar en el cual realizaban el aprendizaje de un oficio.
Sus condiciones no eran las mejores, y había muchos casos de abuso y ex
plotación, pero en comparación con los primeros tiempos de la industriali
zación, la brecha es enorme.
Con la Revolución Industrial, los niños comenzaron a trabajar masiva
mente en las fábricas. Eran más dóciles que los adultos, recibían-una paga
mucho menor e incluso eran más adecuados para algunas tareas que reque
rían manos pequeñas o baja estatura, por ejemplo, el manejo de las máqui
nas de hilar o ciertos trabajos en las minas.
El trabajo infantil constituye, sin. duda, el aspecto más negro de la Re*
voiución Industrial. Una enorme cantidad de testim onios — entre ellos, los
(3 1 ) B ero (1 9 8 7 ).
(3 2 ) R u l £ (1 9 9 0 ).
(3 3 ) A n d e r s o n (1 9 7 7 ).
124 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
[ 3 4 ) B a iroch ( 1 9 9 7 ) .
CAP. 5 — LA REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 125
(3 5 ) R ule (1 9 9 0 ).
(3 6 ) T a y l o r (1 9 8 5 ).
(3 7 ) H o ijs b a w m (1 9 7 9 ).
126 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
[3 8 ) H ar t w e ll (1 9 S 5 ).
(3 9 ) T hom pson (1 9 8 3 ).
CAP. 5 - L A REVOLUCION INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA 127
El debate aún continúa, sin que una posición haya triunfado sobre la
otra en forma definitiva. P eter L indert y J epfrey W iluamson , dos historiadores
cuan ti tativistas norteamericanos, han propuesto una nueva periodízación a
partir de sus cálculos sobre los salarios. Afirman que entre 1790 y 1820, los
salarios reales permanecieron estancados, y que para este período sus con
clusiones están a mitad de camino entre las de los pesimistas y las de los
optimistas. Al mismo tiempo, sostienen que entre 1820 y 1850, los salarios
reales prácticamente se duplicaron, y que ello consistió en un incremento
mucho mayor que lo que cualquiera de los optim istas hubiera supuesto
hasta ahora (40).
Pero las posiciones pesimistas también han encontrado nuevos defen
sores. Jo£L M okyr ha demostrado mediante un análisis econométrico que las
tendencias en el consumo de ciertos bienes importados como el tabaco, el
azúcar y el té no parecen respaldar la tesis de un aumento de los salarios
reales y que aparentan sugerir mejoras muy limitadas en el nivel de vida de
la mayoría de los obreros hasta mediados del siglo XIX (41).
Por otra parte, diversos autores coinciden en afirmar que hubo fuertes
variaciones regionales, y que también deben considerarse las fluctuaciones
económicas de corto plazo, así como el impacto de las guerras a la hora de
hacer el balance de las consecuencias de la Revolución Industrial en el ni
vel de vida de los trabajadores.
Los optimistas han enfatizado que, en el largo plazo, la industrialización
permitió un incremento del bienestar para el conjunto de la sociedad: no
sólo una mayor abundancia y variedad de bienes, sino también mejores con
diciones sanitarias y educativas, y un aumento sostenido de la expectativa
de vida. Desde este punto de vista, no puede negarse que un obrero inglés
del siglo XX vive mejor que un noble del siglo XVII.
Los pesimistas, en cambio, aun reconociendo esta realidad, sostienen
que ella no puede ocultar ni hacernos olvidar los altísimos costos sociales
que se pagaron en los primeros tiempos de la industrialización, costos pa
gados por personas de carne y hueso durante varias generaciones.
(4 1 ) M o k y r (1 9 8 8 ).
*
él
IOS NU€VOS PfilS€S ¡NDUSTftlñl€S:
CUBOFfi OCCID6NTAI V LOS CSTODOS
UNIDOS
Con las primeras décadas del siglo XIX la industria moderna se fue di*
fundiendo desde Gran Bretaña hacía algunos países de Europa continental
— Bélgica, Francia, Alemania— y hacia los Estados Unidos.
En este capítulo nos centraremos en el análisis comparado de los pro
cesos de industrialización. El objetivo de la exposición es, fundamentalmen
te, transmitir la complejidad de dichos procesos, y las diferentes combina-
clones de factores que en cada caso contribuyeron a hacer posible la indus
trialización y a otorgarle rasgos característicos. Ello debería servir para la
reflexión sobre la dinámica del crecimiento económico y del desarrollo in
dustrial.
A partir de los casos nacionales haremos referencia también a problemas
más generales y a procesos que son comunes a todos ios países. Por razo
nes de orden cronológico, incluimos en la primera parte aspectos de la re
volución de los transportes, en particular, el desarrollo del ferrocarril, que
en algunos de los países estudiados fue un factor clave en el proceso de
industrialización.
En todos los casos hemos tratado sólo algunos temas, que consideramos
relevantes, y en función del espacio disponible y de la claridad de la expo
sición hemos obviado otros. Veremos, en primer término, los casos euro
peos, y ai final, ei de los Estados Unidos.
130 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Como señala S idney P ollard, a comienzos del siglo XIX Europa no era un
continente estancado o inerte, sino un área conformada por muchas econo*
mías diversificadas y contrastantes entre sí, y se encontraba en un proceso
de desarrollo y de cambio del que la Revolución Francesa fue sólo uno de los
ejemplos más significativos (M-
La Europa noroccidental, que fue la primera en industrializarse, era
aquella que más se asemejaba a Gran Bretaña, e incluía a las actuales Ho
landa, Bélgica, Francia y Alemania. Los territorios que se encontraban ha
cia el norte, el este y el sur formaban círculos concéntricos cuyo grado de
atraso económ ico era mayor cuanto más se alejaran del centro. Dentro de
cada país existían, además, diversidades regionales.
La agricultura había sufrido a lo largo del siglo XVIÍI una serie de trans
formaciones que habían acentuado las diferencias entre las distintas regio
nes. Como vimos en el capítulo precedente, los cambios se iniciaron en los
Países Bajos holandeses ya en el siglo XVI, e implicaron la supresión del
barbecho, la diversificación de los cultivos y la combinación de agricultura
y ganadería. A fines del siglo XVIII, la agricultura holandesa era la más avan
zada de Europa, y su población campesina se había liberado desde hacía
mucho tiempo de los lazos feudales.
Las áreas con una agricultura más moderna eran — después de Holan
da— Bélgica, Francia y la zona occidental del territorio alemán. En estas
regiones se habían incorporado las innovaciones y se había difundido la
economía de mercado. En Europa oriental, en cambio, seguían vigentes los
antiguos métodos de producción y las relaciones sociales de carácter feudal.
La producción industrial se llevaba a cabo según los métodos tradicio
nales: la industria artesanal urbana, la industria rural a domicilio y la ma
nufactura centralizada. Europa continental contaba con una fuerte tradición
protoindustrial, y a lo largo del siglo XVIU había habido un fuerte desarro
llo de la industria a domicilio y de las “ pr oto fábricas” -
El desarrollo de las industrias se había visto favorecido por el incremen
to de la demanda, la expansión del comercio y el avance de la urbanización.
(1 } P o l l a r d (1 3 9 1 ).
CAP. 6 - LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y. 131
La demanda interior fue la parte más significativa del mercado para los pro
ductos manufacturados, y se vio estimulada por el incremento de la propen
sión a consumir, en particular, de las clases medias urbanas.
El intercambio comercial con el mundo extraeuropeo creció rápidamente
a partir del siglo XVII, proveyendo de materias primas y, en mucha menor
medida, de mercados de consumo.
Desde mediados del siglo XVIII, la población de Europa continental co
menzó a crecer a una tasa mayor que en cualquier período precedente, sin
que ello tuviera necesariamente que ver con transformaciones económicas,
ya que el crecimiento fue común a todas las regiones. Entre 1750 y 1780, la
tasa de incremento demográfico osciló entre un 30 y un 50 %, y respondió
a una multiplicidad de causas, que variaron según las regiones y para cuya
explicación se manejan distintas hipótesis (2).
Entre fines del siglo XVIII y principios del XIX, Europa continental vivió
un proceso de profundos cambios institucionales, producto de la Revolución
Francesa y de la expansión napoleónica, que fue acompañada por la aplica
ción de las reformas revolucionarias en los territorios ocupados.
La Revolución Francesa ayudó a la creación de condiciones institucio
nales favorables a la industrialización. Abolió los últimos residuos del orden
feudal e instituyó un sistema jurídico que garantizó las libertades individua
les y la propiedad privada. Fueron suprimidas las corporaciones e institui
da la libertad económica. La nueva legislación fue recopilada en el Código
Civil y el Código de Comercio, que fueron adoptados por la mayor parte de
los Estados europeos.
Uno de los temas que aparece como central a la hora de estudiar ia in
dustrialización del continente es el dei impacto del modelo inglés. Inglate
rra constituyó en gran medida el ejemplo que los nuevos países industria
les debieron imitar, entre otras cosas porque el proceso de innovación tec
nológica había otorgado fuertes ventajas a la economía inglesa, cuya indus
tria era mucho más competitiva que ia de Europa continental.
Inglaterra contaba con ventajas por haber sido la primera nación indus
trial, y se había visto beneficiada también por el hecho de que durante más
de veinte años el Continente había vivido casi permanentemente en estado
(2 ) PCLLARO (1 9 9 1 ],
132 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(4 ) S us-k .e (1 9 7 9 )-
CAP. 6 — LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y. 135
( 5 ) B a er o c k ( 1 9 8 7 ) .
136 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
{6 } M o k v r (1 9 9 3 ).
(7 ) H irsc h m a n (1 9 8 3 ).
CAP. 6 - L O S NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y.. 137
[8) P ollakc (1 9 9 1 ).
(9) ClíArjDurií (1 9 8 8 ).
138 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Bélgica y Francia fueron, junto con Suiza, los dos primeros países del
continente en industrializarse. Comenzaron su proceso de industrialización
a fines del siglo XVHí; si bien tienen algunos rasgos comunes, constituyen
dos modelos diferenciados de desarrollo a lo largo del siglo XIX.
CAP. 6 - LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y. 139
(1 0 ) P ollard (1 9 9 1 ).
(1 1 ) D k o n t y B r u w ie r (1 9 8 2 ).
140 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Para 1840, Bélgica se había convertido en una de las naciones más in
dustriales del continente. Su caso reviste interés no sólo por haber sido el
primer país industrial dei continente, sino también por otras razones que
expondremos a continuación.
En primer lugar, porque es un ejemplo muy claro de industrialización
por difusión del modelo inglés, a través de la transferencia de tecnología, de
recursos humanos y de capitales.
Otro de los rasgos distintivos fue el papel asumido por el Estado. Su
acción se orientó, en primer lugar, a estimular el desarrollo de la industria,
y a partir de la década de 1830, a evitar las protestas obreras y el alza de los
salarios, que se mantuvieron por debajo de los del resto de Europa í14).
Paradójicamente, la Revolución Industrial tuvo lugar en Bélgica en un
período de gran inestabilidad institucional. Durante el siglo XVIII, estuvo
bajo el dominio austríaco. Entre 1795 y 1814, fue incorporada a Francia, y
entre 1814 y 1830, perteneció al reino de los Países Bajos. Recién en 1830,
se transformó en un reino independiente. Pero los distintos gobiernos tuvie
ron un papel activo en el proceso de industrialización, más acentuado des
de la década de 1820.
La industrialización comenzó en la época austríaca, etapa en la que el
gobierno ayudó a proteger a los fabricantes locales contra la competencia de
Inglaterra y Holanda. Se aceleró durante eí dominio francés, gracias a la
extensión del mercado a todo el imperio napoleónico, lo que favoreció, so
bre todo, a los textiles. En este período, al introducirse la legislación fran
cesa, el Estado m onopolizó las concesiones mineras, beneficiando a las
sociedades de grandes dimensiones. En la etapa de unificación con Holan
da, la monarquía realizó fuertes inversiones en la construcción de canales,
pero- también-invirtió- directamente en acciones industriases y en subvencio
nes a ia industria, y creó el primer banco de inversión. Por último, el gobier
no independiente, desde mediados de la década de 1830, construyó y explotó
las principales líneas ferroviarias.
Otros de los rasgos característicos del modelo belga fueron el activo
papel de los bancos y la temprana constitución de grandes sociedades. E1
(1 4 ) P o u . t ó i) ( Í S 9 1 ) .
CAP. 6 — LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y... 143
! 15; C am e r o * (1 9 7 4 ).
144 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
( 1 6 ) B o u v ie b ( 1 9 8 7 ) .
CAP. 6 — LOS NUEVOS PAISES INDUSTRÍALES: EUROPA OCCIDENTAL Y. 145
En el sigío XVIII, Francia era uno de los países más ricos de Europa. Si
comparamos su economía con la inglesa en términos de tasas de crecimien
to, ambas se expandieron a lo largo del sigío a un ritmo similar. Ello se con
firma, en primer lugar, por los datos relativos al comercio exterior, pero tam
(1 8 ) F oülen (1 9 8 2 ).
146 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(1 9 ) C r o u z e t (1 96G ).
(2 0 ) CROu/.í-rr (1 9 6 6 ).
CAP. 6 - LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y., 147
{2 1 ) C a v ez (1 9 6 8 ).
148 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(2 2 ) C a y e z (1 9 8 8 ).
CAP. 6 - LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y...
(2 3 ) D a v íe t (1 9 9 7 ).
150 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(2 4 ) P ols.akd (1 9 9 1 ).
CAP. 6 — LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y. 151
(2 5 ) L an o ks (1 9 4 9 ).
152 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Anos
1800 1850 1900 1910 j
Países
Bélgica 3,0 4,3 6,7 7,4 I
Gran Bretaña 10,9 20,9 36,9 40,8 I
Francia 26,9 36,5 40,7 41,5 j
Alemania 24,5 .. 31,7 50,6 58,5 |
F uen te: A r m e n g a u d , A., “La población europea. 1700*1914", en C ip o l l a , C . (com p.), La
Revolución Industria!, Ariel, Barcelona, 1979.
(3 0 ) O ’ B rjen y K eyüer (1 9 7 S ).
(3 2 ) L a n u k s (1 3 9 3 ).
156 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(3 3) B o r c h a r d t (1982).
CAP. 6 - LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y.. 157
6,3,1- L A S E T A P A S D E L A I N D U S T R I A L I Z A C I O N A L E M A N A
Como la mayor parte de los países europeos, Alemania tenía una larga
tradición protoindustrial. Desde el siglo XVI, en varias áreas rurales se ha
bía ido expandiendo la producción industrial orientada hacia la exportación,
(3 4 ) T il l y (1 9 8 8 ).
158 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(36) K is c h (19S6).
160 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
En las primeras décadas del siglo XIX, Alemania sufrió una serie de
transformaciones que sirvieron de base para el proceso de industrialización
que s’e aceleró a partir de los años cuarenta.
En primer lugar, fueron removidos muchos de los obstáculos de orden
institucional y legal que dificultaban eí desarrollo industrial. Con las guerras
napoleónicas se alteraron las estructuras tradicionales, y la nueva legisla
ción debilitó a las instituciones feudales. Paulatinamente- fue desapareciendo
la servidumbre en las áreas rurales y, al mismo tiempo, se liberalizó la ac
tividad industri'L, suprimiendo los privilegios gremiales. Estas medidas no
tuvieron efectos inmediatos, pero permitieron liberar mano de obra e inte
grar la población campesina en el mercado.
Desde fines de las guerras napoleónicas se inició también un proceso de
crecimiento de la población, gracias al aumento de las tasas de natalidad y
de nupcialidad. El número de habitantes pasó de 24.800.000 en 1816 a
35.500.000 en 1850 í33). Ello se vio acompañado por el incremento de la pro
ducción agrícola, que se basó, sobre todo, en la ampliación de la superficie
cultivada, pero que implicó también un proceso de modernización que inclu
yó la reducción del barbecho y la introducción de nuevos cultivos.
Como ya señalamos, Alemania contaba con una importante tradición
protoindustrial, sustentada en la producción artesanal y la industria domés
tica, en la que se destacaban el sector textil y el metalúrgico.
Hasta la década de 1840, los incrementos en la producción industrial
provinieron mayoritariamente de estos dos sectores, que se fueron moder
nizando de modo gradual. En la industria textil comenzó la mecanización
fundamentalmente en el sector del algodón, primero en el hilado y luego en
el tejido, pero las antiguas formas de producción siguieron subsistiendo.
También en la industria metalúrgica asistimos a una lenta difusión de
los nuevos métodos junto a los tradicionales. Los mayores pasos tuvieron
lugar en la fabricación de bienes (como el acero o los objetos de ese mate-
( 3 7 ) F i s h e r (1 98 1).
(3 8 ) B orciíarot Í1982J.
CAP. 6 — LOS NUEVOS PAÍSES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y.. 161
rial) que requerían pericia técnica y un alto empleo de mano de obra. En ese
rubro, el principal centro de producción era Renania, seguido por Silesia í39}.
En esta etapa se constituyó, en 1834, una unión aduanera, el ZoLlverein,
que permitió la integración económica de la mayor parte de los territorios
que más tarde formaron el imperio alemán, contribuyendo de manera deci
siva al proceso de industrialización. El mercado se unificó gracias a la abo
lición de las aduanas interiores, y se establecieron aranceles comunes para
el comercio exterior, que ofrecieron una protección moderada a la industria.
(39) L ardes (1 9 7 9 ).
(4 0) V s r l e y (1976).
(4 1 } B orciiardt (1982S-
162 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
entre 1873 y 1895, la cual, de todos modos, afectó a Alemania menos que a
otros países europeos.
Entre 1873 y 1914, la participación de la industria en el producto total
pasó de un tercio a la mitad. La tasa de crecimiento anual de la producción
industrial fue del 3,7 %, y hasta la década previa a 1a Primera Guerra Mun
dial, las industrias productoras.de bienes de capital prosperaron más rápi
damente que las de bienes de consumo (45).
En esos años también se aceleraron el ritmo de crecimiento demográfi
co y el proceso de industrialización. La población aumentó de 41.600.000 en
1871 a 64.900.000 en 1910. Mientras que en 1871 el 63,9 % de los habitan
tes vivía en áreas rurales, en 1910 la población rural había descendido al
39,9 % y la población urbana alcanzaba al 60,1 %, habiéndose invertido las
proporciones t*0).
A pesar dei incremento demográfico y de la acelerada urbanización, has
ta la Primera Guerra Mundial el peso del mercado interno de bienes de con
sumo no fue tan decisivo en la industrialización alemana como en ía ingle
sa y la norteamericana. La principal diferencia con Gran Bretaña fue que la
tasa de urbanización era más baja, pero, sobre todo, que la población urba
na estaba mucho menos concentrada en grandes ciudades y que las áreas
urbanas estaban mucho más dispersas en el territorio. Todavía en vísperas
de la Primera Guerra Mundial, las tínicas grandes concentraciones urbanas
eran la de la zona del Ruhr y el área metropolitana de Berlín. Además, las
diferencias regionales entre el oeste industrial y ei este agrario siguieron
teniendo un fuerte peso en la economía.
Con respecto a los Estados Unidos, la diferéncia esencia! fue que ía tasa
de crecimiento de la población era más baja: en 1871, ambos países tenían
casi la misma cantidad de habitantes (41.000.000), pero en 1910, mientras
que Alemania tenía casi 65.000.000, los Estados Unidos ya superaban los
92.000.000.
Por último, el ingreso per cápíta, si bien creció rápidamente en el perío
do anterior a la Primera Guerra Mundial, siguió siendo inferior al de Gran
Bretaña y al de los Estados Unidos, como revela el cuadro 3:
(4 6 ) C h a n d l e r (1 9 9 0 ).
CAP. 6 - LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y... 165
Anos
1870 1913
Países
Alemania 535 1.073
Gran Bretaña 972 1.481
Estados Unidos 769 1.813
F u e n t e: M adoison , A., Phases o f Capitalist Development, i
N u e v a York, 1982. ¡
(4 7 ) C h a k o u ík (1 9 9 0 ).
166 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
6,3/7. E L P A P E L D E L E S T A D O
(4 2 j C hande.er U S 9 0 ).
168 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
eos pasaron a formar parte del gobierno de las empresas. El grado de depen
dencia entre bancos y empresas industriales variaba de sector a sector, y fue
mayor en la minería que en las industrias química y eléctrica.
La fuerte inñuencia de los bancos sobre la industria alcanzó su culmi
nación a comienzos del siglo XX, pero a partir de entonces comenzó a dis
minuir. La tendencia a las fusiones entre empresas que los mismos bancos
habían promovido aumentó el poder de las empresas industriales, cuyas
necesidades de capital superaban a menudo la capacidad financiera de un
solo banco i5*).
(5 4 ) K o c k a (1 9 7 9 ).
(S f o K oc: sía ( 1 9 8 1 ) .
CAP. 6 - LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y.. 171
(56} K ocka {1 9 7 9 ).
( 5 7 ) Chañóles* { 19 9 0 ) .
(5 6 ) C h a k d l e r { 1 9 9 0 ) .
172 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(59) N o r th (1978).
(60) D a v id (1984).
(61) K hxick (1979).
CAP. 6 - LOS NUEVOS PAÍSES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y. 173
(6 2) CilANDJLER (1 9 7 9 ).
174 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(G4> N o h th { i 978).
CAP. 6 — LOS NUEVOS PAÍSES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y. 175
\ Anos P o b la c ió n ío ía i P o b la c ió n u rb a n a P o b la c ió n ru ra l
Para 1910, la población de ios Estados Unidos era mucho mayor que la
de cualquier país europeo, salvo Rusia. El gran aumento de la población en
el siglo XIX se debió a una elevada tasa de crecimiento vegetativo, pero, so
bre todo, a la inmigración europea, que comenzó en los años veinte y se fue
incrementando en las décadas sucesivas, alcanzando su pico en los 10 años
anteriores a la Primera Guerra Mundial. Entre 1820 y 1920 se radicaron
25.000.000 de inmigrantes, provenientes de Europa del Norte, del Este y del
Sud.
La fuerza del mercado interno norteamericano no radicaba sólo en el
número de habitantes, sino también en su capacidad de demanda y en la
integración de la población al mercado. En este sentido, el proceso de urba
nización y la política de distribución de tierras, que favoreció la conforma
ción de un amplio estrato de propietarios rurales, crearon una fuerte deman
da que pudo ser cubierta a medida que el desarrollo de los transportes fue
unificando el territorio. El carácter masivo del mercado fue un requisito para
el desarrollo de la producción y la distribución en gran escala, que fueron
una de las características sobresalientes de la industrialización norteame
ricana.
Además de una población en constante crecimiento, los Estados Unidos
tenían una dotación privilegiada de recursos naturales. Poseían vastas tie
rras fértiles y excepcionales recursos minerales en oro. hierro, carbón y
petróleo. Contaban, también, con abundante madera y cursos de agua en las
primeras zonas industriales, lo que permitió obtener energía barata antes de
que comenzara la explotación del carbón.
De todos modos, el potencial de recursos sólo pudo ser aprovechado en
su totalidad a medida que avanzó la ocupación del territorio hacía el oeste,
y cuando el desarrollo de los transportes y el de las comunicaciones hicie
ron viables los intercambios regionales.
6,4,3. L A IN N O V A C IO N T E C N O L O G I C A
( 6 5 } H a b a k k u k (1 9 6 7 ).
178 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
A comienzos del sig'Io XIX, el elevado costo del transporte interior limi
taba la posibilidad de explotar los recursos naturales del territorio. Además,
a diferencia de los países europeos, las distancias entre las regiones eran
muy grandes, lo cual dificultaba el establecimiento de comunicaciones por
vía terrestre.
En las primeras décadas del siglo XIX, la vía de comunicación por exce
lencia fueron los ríos y los canales. En la década de 1810 comenzó ia utili
zación de buques de vapor en los ríos. El Mississippi y sus afluentes fueron
la vía de comunicación del norte con el sur y el Medio Oeste; el río San Lo
renzo y los Grandes Lagos, la ruta hacia el oeste por el norte. Se completa
ron las comunicaciones lluviales con una compleja red de canales, construi
da sobre todo en las décadas de 1820 y 1830, que agilizó eí comercio inter
regional y permitió la conexión entre los principales centros urbanos.
Como ya señalamos, en 1830 se inició la construcción de los ferrocarri
les. En una primera etapa, ellos no alteraron de forma sustancial las rutas
o los medios de transporte existentes, pero la situación comenzó a cambiar
a partir del primer “ boom" ferroviario, a fines de la década de 1840 y prin
cipios de la de 1850. En ios años cincuenta llegaron áí Medio Oeste, y en
1869, a la costa del Pacífico. Para entonces, ya había 70.000.millas en fun
cionamiento, y estaba construida la red básica. A partir.de 1880 se fueron
completando las redes secundarias, y en 1910 se había integrado ei trazado
ferroviario, con una longitud de 385.000 kilómetros ;
(5 6 ; C h a ^ ííl e r ¡1 9 8 8 ); K h. u c k (1 9 7 S ).
CAP. 6 — LOS NUEVOS PAISES INDUSTRIALES: EUROPA OCCIDENTAL Y. 179
(68) D a v id ÍI984],
(69} C h a n d lk ti (1988)
180 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
mas décadas del siglo XIX fueron adquiriendo tina estructura descentraliza
da, con una organización departamental.
La forma de propiedad característica fueron las sociedades anónimas, y
la principal fuente de financiación fue el mercado de capitales, en el que los
bancos de inversión tuvieron un papel destacado.
Para C handler , la organización gerencial y burocrática fue una de las
claves del éxito de las grandes empresas norteamericanas; enfatiza que el
hecho de que la legislación haya prohibido los acuerdos interempresarios
favoreció la búsqueda de la competitividad mediante la eficiencia.
Como veremos con más detenimiento en el cap. 7, las empresas norte
americanas fueron las primeras en las que se desarrolló lo que se conoce
como “management científico” . Este se basó, fundamentalmente, en el in
cremento de la productividad del trabajo a través de la racionalización de la
producción.
Eí modelo más acabado de organización científica de la producción a
comienzos de este siglo fue el de la empresa Ford, en la que en 1913 se
implantó por primera vez la cadena de montaje.
Como vimos en el cap. 6, para mediados del siglo XIX la Revolución In
dustrial se había difundido desde Gran Bretaña hacia Europa Occidental y
los Estados Unidos. En la segunda mitad del siglo, el proceso de industria
lización fue avanzando hacia los países escandinavos y el este y el sur de Eu
ropa.
En este capítulo veremos una serie de temas relacionados con el avan
ce de la industrialización, sus características y sus consecuencias. En pri
mer lugar.'el proceso de innovación tecnológica, que se identifica en una
primera etapa con la “revolución de los transportes” (a la cual nos hemos
referido ai hablar de los ferrocarriles) y que se refuerza en las últimas déca
das del siglo gracias a la Segunda Revolución Industrial. Este proceso se vio
acompañado por la emergencia de la empresa moderna y de nuevas formas
de organización del trabajo {el taylorismo, el fordismo), destinadas a perdu
rar durante la mayor parte del siglo XX. Incluiremos el análisis de algunos
procesos de industrialización tardía, con la finalidad, una vez más, de obser
var la variedad de modelos que ella ha seguido.
En segundó lugar, veremos algunos de Ios-rasgos más característicos de
la economía mundial en la última mitad del siglo XÍX. economía que se va
reestructurando en función de los procesos de transformación sufridos por
los países industriales, de las innovaciones tecnológicas, de las migraciones
masivas hacía América y otros destinos cxiraeuropeos, de la expansión eco
nómica y colonial de los países de Europa, y, en general, de la nueva dina
mica de la economía industrial.
P o r último, haremos una breve referencia a algunas de las principales
transformaciones que el proceso de industrialización generó en las socieda
des ea las cuales se fue afirmando. La nueva civilización industrial fue mo
dificando paisajes y grupos sociales, las distancias se acortaron, cambiaron
| Francia 17,5 |
Alem ania 19,5
Austria-Hungría 10,1
B élgica 3>°
Italia 6,0
España 5.5
Hoíanda 1,4
Suiza 1,4
motor compuesto luego de 1860, que permitió abandonar para siempre las
velas auxiliares. En tercera instancia, la construcción de cascos de acero en
reemplazo de los de madera, hacia 1860-1870. Con esto se lograba no sólo
dar mayor solidez a los barcos, sino también permitir la instalación de mo
tores más potentes y aumentar tanto el tonelaje como la velocidad. Final
mente, en 1890 se incorpora la turbina de vapor, con lo cual se daba uno de
los últimos pasos hacia la consolidación del transporte marítimo.
Si en 1890 ya se habían integrado las principales innovaciones técnicas,
faltaba aún un importante salto cualitativo en la logística que debía acom
pañar la supremacía total del barco a vapor. Esto último llegó con la reduc
ción significativa en los costos de producción del carbón y del acero, con lo
cual se abarató de modo considerable la construcción de navios. A esto se
sumó, finalmente, un abastecimiento eficiente de combustible con barcos
carboneros que aprovisionaban a los grandes puertos de escala, lográndose
así una mayor autonomía de navegación.
Un último aspecto a contemplar es el hecho de que, paralelamente a las
innovaciones técnicas, crecieron los costos de construcción de los barcos.
Este incremento fue de tal magnitud que no pudo ser afrontado por los tra
dicionales armadores. Los capitales fueron ahora provistos por grupos ban-
carios que sostenían a grandes empresas, con la colaboración, en muchos
casos, del Estado. Esta última presencia que respaldó a las modernas em
presas navieras permitió en ciertos casos el control casi monopólico de las
líneas. El desarrollo de la nueva tecnología fue seguido por un importante
proceso de concentración que acompañó simultáneamente el desplazamien
to hacia una situación de neto corte monopólico. Todos estos cambios, como
era lógico, llevaron aparejada una sustancial reducción en los costos de los
fletes y el consiguiente aumento en el volumen transportado.
Si bien todos los países se vieron involucrados en el proceso hasta aquí
descripto, sólo aquellos con un considerable grado de industrialización
pudieron desarrollar las nuevas tecnologías e incrementar su presencia con
cada innovación que se incorporaba. Hacía 1850, la dueña indiscutída de los
mares era Gran Bretaña, con un volumen de 3.565.000 toneladas, que lue
go de la incorporación deí casco de acero y el vapor, pasó en 1870 a
5.691.000 toneladas y en 1900 a S.304.000 toneladas. A continuación se
encontraba Francia, que logró mantener un segundo puesto en el tonelaje.
Sin embargo, para 1870 Francia sería desplazada como segunda potencia, y
Alemania ocuparía rápidamente su lugar. Esa ubicación estaba, no obstan
te, muy lejos de la primera, ocupada por Inglaterra, que desplazaba un tone
laje más de 4 veces mayor.
Por ultimo, digamos que el transporte marítimo debió ser acompañado
por el desarrollo de una importante infraest.rucU.u~a portuaria, que al iguai
que la evolución mencionada de ios navios, llevó a la concentración en unos
pocos puertos de vastas magnitudes y con los requerimientos técnicos su
ficientes para atender las necesidades de las grandes embarcaciones. Entre
188 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
7,1,2. L A S E G U N D A R E V O L U C IO N IN D U ST R IA L
(1 ) SCHUMPETER (1 9 6 3 ).
CAP. 7 - L A S ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 189
( 2 ) PEREZ { 1 9 8 9 } .
{ 3 } PEREZ ( 1 9 8 9 ) .
( 4 ) Dos i ( 1 9 8 2 ) .
( 5 ) Ominami ( 1 9 8 9 ) .
190 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
{8 } N e í .son y W;ríTER (1 9 3 2 ).
192 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
namientos en ia tecnología del vapor y la del hierro por medio del acero y las
turbinas, así como también en la producción y el consumo del carbón.
7,1,2,3. El carbón
(1 1 ) C a m e r o n ( 1 9 9 5 ) .
(1 2 ) H a l l (1 9 7 3 ). '
( 1 3 } C a m b r ó n (1 9 9 5 ).
194 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(1 5 ) Xír a t o -x (1 9 7 3 ).
CAP. 7 - L A S ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA. SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 195
importante del motor a combustión interna fue ei transporte ligero, como los
automóviles, los camiones y autobuses” (1S); fue llevada a cabo por los em
presarios franceses A rm a n p P eugeot , L ouis R enault y A ndre C itro en , el inglés
W jlliam M orris y el norteamericano H en ry F o rd , quienes dieron origen a la
industria que se convirtió en el paradigma industrial del siglo XX, la auto
motriz.
El automóvil, la línea de ensamblaje, la estructura corporativa, las redes
de fabricantes de autopartes, de distribuidoras-concesionarias, las estacio
nes de servicio de combustible, la expansión de las ciudades a través de sus
zonas residenciales, la red caminera, etc., son sólo parte de la constelación
de interrelacíones técnicas económicas y sociales estructuradas alrededor
del motor a combustión interna (ly).
7,1,2,7. La electricidad
La segunda mitad del siglo XIX fue la época del nacimiento de la empresa
moderna, entendiendo como tal a la gran empresa con una organización
burocrática, administrada por gerentes asalariados, cuya forma jurídica más
característica es la sociedad anónima.
La difusión de las nuevas formas de organización empresaria se llevó a
cabo en las últimas décadas del siglo; en una primera etapa, los países en
los que tuvieron un rol más significativo fueron Alemania y los Estados
Unidos. En otros, como Francia e Inglaterra, la persistencia de las formas
tradicionales fue mayor, y la empresa familiar siguió desempeñando un pa
pel muy destacado.
De acuerdo con la definición de A lfr ed C h a n d l í :r (24). que toma como
modelo al caso norteamericano, ía empresa moderna tiene una serie de ras
gos qué la diferencian netamente de la empresa tradicional, característica de
la industrialización en sus primeras etapas.
Lá empresa tradicional es de dimensiones pequeñas, consta de una sola
unidad.operativa y se especializa en un tipo de función (producción o distri
bución), o en la producción de un tipo de bien o de servicio. Se trata de fir
mas en las que no se ha producido la separación entre propiedad y gestión,
mayoritaríamente empresas familiares, dirigidas por una persona o un nú
mero reducido de personas, que son, a ía vez, sus propietarios.
Las empresas modernas se diferencian de las empresas tradicionales en
distintos aspectos. En primer lugar, por sus dimensiones y las actividades
que desarrollan, ya que se trata de grandes empresas que han integrado di
versas fundones, combinando la producción y la distribución en gran escaía.
K o c k a (1 9 S 1 ).
CAP. 7 - LAS ECONOMÍAS INDUSTRÍALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 203
XIX. En. las ramas más dinámicas de la economía, las empresas que consi
guieron afianzar su posición en forma temprana lograron mantener su pre
dominio durante décadas. Muchas de las grandes empresas de hoy en día,
con las que estamos en contacto en nuestra vida cotidiana, datan justamente
de este período, desde fábricas de automóviles hasta fábricas de cigarrillos,,
de comida envasada o de productos medicinales. Eí hecho de ser las “Jirst
com ers” les dio fuertes ventajas competitivas.
El proceso de consolidación de la gran empresa se acentuó desde prin
cipios de este siglo con los inicios de la diversificación geográfica y el na
cimiento de las empresas multinacionales. Ya antes de la Primera Guerra
Mundial algunas grandes empresas habían comenzado a instalar plantas de
producción en países extranjeros, con el fin de aprovechar las ventajas de la
localización o de tener un mejor acceso a los mercados. Tras el fin de la
guerra, la multinacionalización de las grandes empresas —sobre todo, las
norteamericanas— se acentuó.
Chanoj.er utiliza la expresión “mano visible” para referirse al proceso por
el cual las grandes eiv.presas van reemplazando a los mecanismos del mer
cado, al internalizar funciones a través de los procesos de integración. El
modelo de g'ran empresa integrada va a tener un papel clave hasta los años
setenta de este siglo, momento en que van surgiendo otras formas de orga
nización más descentralizadas, en un contexto generalizado de cambio or
ganiza cion a1.
7,1,4,1. Taylorismo
(2 6 ) C orsat (1 9 8 8 }.
(2 7 ) SrAN'KiKwicz {1 9 9 1 }.
206 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(28) E l a u m e n t o d e ia p r o d u c t i v i d a d s e d a c u a n d o d e n t r o d e u n m i s m o r i t m o
h o r a r i o d e t r a b a j o la m i s m a c a n t i d a d d e t r a b a j a d o r e s f a b r i c a u n a m a y o r c a n t i d a d de
m e r c a n c í a s . L o s p r o g r e s o s c o m p r o b a d o s d e b e n a t r i b u i r s e a p r o g r e s o s e n la e f i c a c i a
t é c n ic a de io s m e d io s d e p r o d u c c ió n u tiliz a d o s . En e s te s e n tid o , sería m á s a d e c u a d o
i d e n t i f i c a r a! t a y l o r i s m o c o n un i n c r e m e n t o e n la i n t e n s i d a d d e l t r a b a j o , p u e s t o q u e
e n e s t e c a s o t e n e m o s una t e c n o lo g ía c o n s t a n te , un m i s m o n ú m e r o d e tra b a ja d o re s
q u e p r o d u c e n e n e l m i s m o t i e m p o ttna c a n t i d a d m a y o r d e p r o d u c t o s . E s t e a u m e n t o d e
m e r c a n c í a s resxilta d e l i n c r e m e n t o d e í r it m o d e tra ba jo, o, ío q u e v ie n e a s e r lo m i s
m o , d e l a r e d u c c i ó n d e l o s t i e m p o s m u e r t o s e n l a p r o d u c c i ó n . N o o b s t a n t e , pa ra eí
n i v e l d e a n á l i s i s q u e e s t a m o s r ea i i z a n d o p a s á r e m o s p*«r a n o e s t a d i s t i n c i ó n “ t c c n o -
«c a lific a ” .
CAP. 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 207
Í29 j L l a m a m o s “ d i v i s i ó n s o c i a l d e l t r a b a j o " a Ja d i v i s i ó n r e a l i z a d a e n t r e !a s t a r e a s
de c o n c t ' p c i ó i i - p r o g r a m a c i ó n , c o n c e n t r a d a s e n ia d i r e c c i ó n d e j a s e m p r e s a s , c o n la s
t a r e a s d e e j e c u c i ó n , a s i g n a d a s e x c l u s i v a m e n t e a l o s t r a b a j a d o r e s en r e l a c i ó n d e d e p e n
d e n c i a . E s la d i v i s i ó n e n t r e t r a b a j o i n t e l e c t u a l y m a n u a l . Y l l a m a m o s " d i v i s i ó n t é c n i
ca d e t r a b a j o " a l o s d i v e r s o s g e s t o s y m o v i m i e n t o s o p e r a t o r i o s o t a r e a s com por
ten u n a a c t i v i d a d l a b o r a l . E s la d e s c o m p o s i c i ó n d e l a s t a r c a s b a s a d a e n la i d e n u l i o a -
ció n de las o p e r a t o r ia s s i m p l e s s o b r e la s c u a l e s se e s t r u c t u r a b a el p r o c e s o g lob a l.
208 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
7,1,4,2 . Fordisjno
Desde las primeras décadas del siglo XX, otra forma específica de mana
gement científico y de organización, del trabajo se implantó selectivamente
en las empresas que manufacturaban grandes series de bienes de consumo
durables de naturaleza homogénea, orientados a satisfacer un mercado sol
vente y creciente: su nombre es “fordismo".
Núcleo vital de la producción en masa, el fordismo consiste fundamen
talmente en una producción en serie de mercancías estandarizadas “«esta n
darización» y «producción en serie» son dos especificaciones com plem en
tarias, expresando una en el orden de la calidad lo que expresa la otra en
el orden de la cantidad” (30). La calidad o “estándar" significa que los bienes
durables (electrodom ésticos, aparatos de radio o televisores, autos, etc.)
están constituidos por partes idénticas y totalmente intercambiables.
La producción masiva y en serie se apoya “en la cadena de m ontaje
sobre la cinta transportadora, lo que im plicaba un flu jo continuo de p ro
ducción, el permanente m ovimiento de las piezas y subconjuntos, evitan
do el desplazamiento de los trabajadores encargados anteriorm ente de su
transporte y m anipulación” in ). Es una suerte de “mecanización de los tra
bajadores” , que eliminaba los tiempos muertos entre las diversas operacio
nes. Pudo así llevarse hasta el límite-de lo posible —pero con otros méto
dos— la división social y técnica del trabajo, concretando un aumento espec
tacular en la escala de producción.
Fue el empresario norteamericano H enrv F ord quien, eri respuesta al mo
delo de crecimiento económico de los Estados Unidos, que giraba en torno
al mercado interno, empezó a diseñar en su mente las características que de
bía reunir el nuevo automóvil para el consumo de las masas: “de buena ca
lidad de materiales, asegurar un uso prolongado sin deterioro, simplicidad
en su funcionam iento, estar dotado de una fu erza m otriz suficiente, segu
ridad absoluta en el desplazamiento, ser liviano, fle x ib le en su manejo y
fá cil de reparar" (32}. En su búsqueda implemento por primera vez en 1913
el nuevo proceso de producción fordista, es decir, la cadena de montaje so
(3 0 ) C orsat (1 9 8 8 ).
(3 1 ) N e f f a (1 9 9 0 ).
{3 2 ) F ord (1 9 2 2 ).
210 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
C ü a i v o u :;.- ( 1 9 . 8 7 ) .
CAP. 7 - L A S ECONOMÍAS INDUSTRÍALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX %11
(345 G e rs c h e n k ro .n ' (1 9 6 S ).
(3 5 ) P o l l a r d (1 9 9 2 ).
214 HiS TORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
El caso de Rusia se diferencia del de todos los otros países que hemos
incluido en este capítulo y en los anteriores porque su proceso de industria
lización se inició en el siglo XIX bajo el régimen zarista, en el marco de un
sistema capitalista, de propiedad privada de los medios de producción, y se
continuó tras la revolución de 1917 con ei régimen socialista, en que dichos
medios pasaron a ser propiedad del Estado.
En este punto nos referiremos a la primera etapa, en la cual se produjo
el inicio de la industrialización, que tuvo lugar en forma gradual desde la
década de 1830, acentuándose sobre todo a partir de 1S90. En realidad, ios
antecedentes de la industria se remontan ai siglo XVin, en el que Rusia era
el principal productor mundial de hierro, posición de la que fue desplazada
por los países industrializados durante las primeras décadas del siglo XíX.
El proceso de industrialización tuvo lugar de. modo discontinuo, alter
nándose períodos de expansión y de estancamiento. Un'primer impulso se
produjo entre la década de 1S30 y la de 1850, etapa en Ja cuai el sector más
dinámico fue la industria del algodón. Una segunda fase de aceleración del
crecimiento se llevó a cabo desde comienzos de la década de 1860, registrán
dose innovaciones tecnológicas significativas en varios sectores industria
les, sin que pueda hablarse propiamente de una revolución industrial, bu
difusión de ias nuevas tecnologías abarcó al sector textii, ia elaboración ár,
productos alimenticios, la fabricación de papel y, en menor medida, la indus
tria mecánica. En esta etapa, el desarrollo de la industria se dio en form.i
autónoma, sin qtie fuera promovido por el Estado, estimulado por el creci
miento dei mercado interno y por la industrialización de Europa Occ.idcntai.
La tercera fase, que se inicia en la década de estuvo signad;! ñor
una participación mucho más activa del Estado y por -.os efectos de la cous-
216 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
( 3 6 ) C r is p ( 1 9 8 8 ) .
(37) P o l l a k d ^ 1992).
( 4 0 ) P a r a e i d e s a í r o ! J o d e e s t e p u n t o , n o s ' P e r n o s b a s a d o e n J ó k u r k c ( I 9 S 2 ¡ ; H;S-r
0 !-:ísraí''!> (1 9 8 S ); Poi.la p .o S í.39'2;: B lo m stro n s y ( i 990 ’: (1 9 9 5 )-
CAP. 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 223
*4 1) Baikoci: {1 9 9 ¡ }.
(4 2 ) B a ' k o c ;-! Í 1 9 9 7 ).
CAP. 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRÍALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 227
(4 3] VKRL.ÜV i i. 9 ? 6;.
228 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
alguna perturbación externa, las crisis endógenas o cíclicas (que son con
secuencia de las tensiones generadas en los períodos de expansión) y las
“grandes c ris is ” o crisis estructurales (que se producen cuando no está
asegurada la compatibilidad de las formas institucionales de regulación con
la dinámica económica, como, por ejemplo, en 1929) ('ilj.
Con respecto a los factores causales de las crisis, se pueden distinguir
tres grandes posturas que enumeramos a continuación:
— Las explicaciones que p rio riz a n los factores financieros y/o mo
n etarios com o fa ctore s causales: por ejemplo, las variaciones del
tipo de interés, la política de los bancos centrales y los cambios en
el stock de metales preciosos. Remarcan el carácter inflacionario del
momento de expansión que crea importantes distorsiones y, conse
cuentemente, eclosiona en crisis, seguida por un reajuste de la eco
nomía a través de un proceso deflacionarío que corrige los excesos
del auge —fase de depresión— .
— Los modelos que parten de las relaciones entre producción y con
sumo: hablan de crisis de “ sobreproducción relativa” o de “ subcon-
sumo relativo". En los períodos de auge económico, hay una oferta
de bienes inferior a la demanda existente; los momentos de crisis
serían caracterizados por la existencia de una oferta superior a la
demanda; en el período de deflación, la demanda se muestra inferior
a la producción. Vinculada a esta explicación está ia perspectiva
keynesiana que centraliza su análisis en la relación entre inversión
y consumo.
— ILas in terp reta cion es qsie relacion an los ciclos económ icos con
ías innovaciones tecnológicas: partiendo de una situación de equi
librio, éste se rompe cuando, por un aumento del conocimiento y/o
deseo de aumentar las ganancias, el empresario es llevado a innovar,
conducta que es seguida por otros. La emergencia de innovaciones
tecnológicas originales 3? olas secundarias que son determinadas por
los mecanismos acumulativos conduce a la fluctuación de la coyun
tura económ ica hasta un punto en que la expansión encuentra sus
lím ites naturales.
No todos los autores consideran que se pueda establecer una teoría ge
neral de las crisis, o que todas respondan al mismo tipo-de causa. Algunos
han insistido en que debe diferenciarse entre las crisis previas y posterio- -
res a la Primera Guerra Mundial. Por último, también sé discute la existen
cia de movim ientos cíclicos a largo plazo como ias ondas de K o n d r a t i e p p , y
hay autores que atribuyen las fluctuaciones más a perturbaciones específi
cas que a mecanismos intrínsecos de la economía (45)-
(4 4 ) B ovbr v S a i l l a r o (1 9 9 6 j.
(4 5 ) M a d o ís o p í (1 9 9 1 ).
CAP. 7 - L A S ECONOMÍAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 229
En términos relativos, ei siglo XIX fue más inestable que los preceden
tes. pero más estable que el siglo XX. De acuerdo con la periodización de
Kondratikff, un primer ciclo, u “onda larga", transcurre entre 1789 y 1849,
con su fase ascendente entre 1789 y 1814, y su fase descendente entre 1814
y 1849. El segundo se verifica entre 1850 y 1896, con la fase de ascenso en
tre 1850 y 1873, y la de descenso entre 1873 y 1896. Por último, K o n d r a t i e f p
había identificado la fase ascendente de un tercer ciclo entre 1896 y 1914.
(•18) H o o s b a w m ( ( 9 3 0 ) .
CAP. 7 — LAS ECONOMÍAS INDUSTRÍALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 231
Í 4 9 ) ríoissRA'-'-v. ( 1 9 7 7 K
232 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
total de los bienes, abaratar ios costos y disminuir los precios, sin utilizar
para ello mayor cantidad de horas de trabajo (3Ü). De ahí se deduce la impor
tancia fundamental de la libertad de mercado para dar total fluidez y ampli
tud al intercambio de mercancías entre países y del librecambio como con
dición necesaria para un mercado mundial organizado, de acuerdo con la
división internacional del trabajo. Las cuestiones aquí expuestas son muy
básicas y reducidas para explicar estrictamente el librecambio de la época.
Hasta la actualidad, se han desarrollado numerosos aportes y refinamientos
a este núcleo del pensamiento clásico (31).
Fuera de esto, el objetivo concreto que movía a los industriales británi'
eos hacia la apertura económica era una reducción del costo de las materias
primas industriales —lana y algodón, que representaban un 20 % de las
importaciones inglesas— , pero también una disminución en el precio de los
alimentos para no aumentar los salarios industriales.
Progresivamente, entre 1820 y mediados de la década de 1830, el esce
nario político de Inglaterra fue invadido por hombres de negocios que defen
dían y promovían ias ideas liberales y un comercio más libre, apoyados por
el voto de las clases medias. La política adquirió paulatinamente una orien
tación favorable hacia ia modernización y liberaiización de la economía in
glesa. El gran debate y el realineamiento de las principales fuerzas políticas
por ei tema del libre comercio giraron alrededor de la revocación de las lla
madas Leyes del Grano, que establecían la aplicación de aranceles sobre el
grano importado y que, junto a las Actas de Navegación, eran la cristaliza
ción de la legislación proteccionista y mercantiiista de la antigua Inglaterra.
El aumento demográfico y el doble proceso de industrialización-urbanización
hicieron de estas leyes un serio obstáculo para el crecim iento económico.
En las postrimerías de la década de 1830, para poner fin a las Leyes del
Grano, se gestó un proceso que dio a luz a duros y cruzados enfrentamien
tos entre whígs, después conocidos com o ‘‘lib erales” (librecam bistas), y
Lories, llamados luego ‘‘conservadores” (proteccionistas). En los primeros
años de la década de 1840, la cuestión empezó a dominar 1a atención de toda
la opinión pública inglesa. La coyuntura política se aceleró por la grave crisis
agraria de 1845, que afectó a toda Europa, a tal punto que, en enero de 1846,
el Parlamento revocó las Leyes del Grano. Caído este símbolo deí proteccio
nismo, entre ese año y 1850 se dejó sin efecto gran parte de la vieja legis
lación, incluyendo las Actas de Navegación, pieza clave del antiguo mercan
tilismo. Durante la década de 1850-1860, se consolidó la política liberal, lo
que significó la total adhesión de Inglaterra al libre comercio
(5 0 ) P ollakd (1 9 9 2 ).
(5 1 ) M o c h o s yB e k e r (1 9 9 6 ).
(521 C ame r o n (1 9 9 5 }-
234 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Gran Bretaña esperaba con esta unilateral apertura a los productos ex
tranjeros que los países europeos y de ultramar siguiesen su ejemplo y
abriesen sus fronteras a las mercancías inglesas. Se desarrollaría así un
sistema de relaciones comerciales internacionales, que redundaría en bene
ficios para todos, según lo formulado por el pensamiento clásico.
Sin embargo, vale preguntarse si este camino bacía el librecambio y la
división internacional del trabajo no se debió tanto a las teorías y decisio
nes políticas como a las consecuencias de la Revolución Industrial en el
comercio mundial, que generaron fuertes ventajas comparativas en favor de
Gran Bretaña. Esta podía exportar a menor precio que nadie carbón, bienes
intermedios y bienes de consumo manufacturados, además de ias maquina
rías, sector donde, durante este tiempo, conservaba la "exclusividad mun
dial" en las exportaciones y en la transferencia de tecnología (03). Por otro
lado, se veía beneficiada por la reducción de los precios de los alimentos
(que incidían directamente sobre los salarios) y los de las materias primas
en el mercado mundial.
Estos indicadores pueden presuponer que el libre comercio favorecía en
mayor medida a la economía más avanzada, es decir, a Inglaterra, por sobre
las demás naciones. No obstante, no debe perderse de vista cómo evolucio
nan, entre 1850 y 1875, las relaciones económicas entre Inglaterra y sus
socios comerciales del continente europeo y ios Estados Unidos, por una
parte, y con los países de los demás continentes, por la otra. Las ventaje:s
que al principio tuvo con el primer grupo de países retrocederían más tarde.
El relativo declive de Gran Bretaña se evidenció claramente cuando ha
cia 1890 fue sobrepasada por Alemania y los Estados Unidos. Con respecto
a los lazos com erciales con los países de ultramar. las im portaciones de
Gran Bretaña aumentaron más que las exportaciones; los beneficios de los
fletes y los capitales invertidos en el extranjero, como su liderazgo en las
finanzas mundiales, bastaron ampliamente para equilibrar la balanza de
pagos y convertirla en superávit. Sin lugar a dudas, el inicio del librecambio
inglés precedió al auge de la coyuntura económica mundial de 1850-1S75,
que se debió en g'ran medida a la difusión del liberalismo económico a es
cala mundial (54).
Dbsde la década de 1840, otros países del continente europeo fueron
adoptando el librecambio; Holanda fue eí primero de eiios, en 1846- Eí res
to dejlos países dei continente europeo sólo accedió a Liñudas y parciales
disminuciones de ias tarifas en la década de 1850. Recién cu 1860, cuando
Francia decide poner fin a su larga tradición proteccionista, el movimiento
deí librecambio adquiere un empuje fundamental, puesto que, a. partir de ese
momento, el resto del continente lo adoptó en su conjunto.
(5 3 ) Pr,i.!.Aít» (1 9 9 2 ).
l?.4) V.-jííley (1 9 7 6 ).
CAP 7 _ LAS ECONOMÍAS INDUSTRÍALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 235
(55) C a.»jkro*
(5 7 ] P o llard (1 9 9 2 ).
CAP. 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 237
Entre 1878 y 1890, una gran ola proteccionista cubrió al mercado mun
dial- Sólo Inglaterra, Bélgica. Holanda, Suiza y Dinamarca permanecieron
’ fieles al libre comercio.
El Reích alemán fue el primer Estado europeo en abandonar el librecam
bio y elevar sus tarifas aduaneras. Hubo varias razones que lo indujeron
hacia el neomercantilismo; en menor medida, una tradición proteccionista
en el pensamiento económico alemán, defensora de los aranceles aduaneros
c o m o medio para el desarrollo de la economía nacional.
( 5 8 : V fjíe.k y (1 .9 7 6 ).
Í 5 9 ) C a m k k o n í 1 9 9 5 ],
CAP. 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRÍALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 239
PotLAfcD (1992}.
{6 2 ) H obsbaw m (1 9 9 0 ].
(6 3 ) H obsbaw m ¡ 1 9 9 0 ).
CAP, 7 - L A S ECONOMÍAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 241
(6 4 } H a k o a c h (1 9 8 6 ).
242 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(0 5 ) C am e ro n (1 9 9 5 ).
(6 6 ¡ Mochon- y Bekkk ¡1 9 9 6 ).
[í¡ 7) KiNOLESeSfiER í I y.SSi.
CAP. 7 - L A S ECONOMIAS INDUSTRÍALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 243
{ 6 8 ] K in d l e b k r c .e r (1 9 S 8 ).
CAP. 7 — LAS ECONOMÍAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 245
7,3,3. EL IM PERIALISM O
7,3,3,1. E l n u evo re p a rt o d el m un d o
(6ÍJ) H o e so n {1 9 8 1 ).
CAP. 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 247
(7 0 ) H ilfekdino (1 9 S 5 ).
(7 1 ) L uxem uukoo ( i 9 6 7 }.
( 7 2 ) B ü j .'j -'.! N (1 9 7 1 ;.
( 7 3 } L e n in ( 1 9 8 3 ) .
248 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
7,3,4. LA E M IG R A C IO N T R A N S O C E A N IC A
( 7 4 J S u o b r a p r i n c i p a l e s F ie l d h o u s e ( 1 9 7 7 ) .
CAP. 7 - L A S ECONOMÍAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 249
[7 5 ] Haíne-.s (1 9 9 4 ).
\7í>) P .o o x a r il'A H r ,) .
CAP. 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 251
(7 9 ) G o ! í ;.'j ( 1U 79 }.
{8 0 } R m s k s { 1 9 8 6 ).
CAP. 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 255
7,4,1. LA POBLACION
Al hablar de los m ovim ientos m igratorios a lo largo del siglo XIX, hici
mos referencia al crecimiento de la población europea y aí concepto de tran
sición demográfica.
Tal como señalamos, la transición demográfica se caracteriza por ser una
etapa en la que se combinan altas tasas de natalidad y tasas decrecientes de
mortalidad, lo cual genera un incremento sin precedentes de la población.
Durante siglos, las altas tasas de natalidad habían sido contrarrestadas
por altas tasas de mortalidad, debidas a las hambrunas, a las enfermedades
endémicas y epidémicas, y a las guerras. Los rendimientos de la agricultu
ra fueron muy bajos hasta el siglo XVIÍL y ponían un primer límite al creci
miento demográfico. Las tasas de mortalidad infantil eran muy elevadas, y
las condiciones sanitarias, deficientes. Enfermedades que hoy son benignas
eran mortales, y la tuberculosis constituía una de las principales causas de
muerte en la población joven. La mortalidad se incrementaba en los perío
dos de malas cosechas, y, sobre todo, con las epidemias.
CAp 7 - L A S ECONOMÍAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 257
258 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
7,4,2. LA URBANIZACION
( 8 1 ) B a ír o c h (3 .9 3 7 ).
( 8 2 ) B jur o c h ( 1 0 9 7 ) .
CAP. 7 — LAS ECONOMIAS INDUSTRIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX 259
Según los cálculos de Paul Bairoch para el conjunto de los países occi
dentales desarrollados, a principios del siglo XIX la distribución de la pobla
c ió n activa en cada uno de los sectores era del 74 %, 16 % y 11 %, respecti
v a m e n t e . En 1913, la población empleada en el sector primario había descen
dido al 40 % (o sea, a casi la mitad), la del sector secundario se había elevado
al 32 %, y la del sector terciario, al 28 % (S3).
A medida que crecían el sector secundario y los servicios, la población
se fue nucleando crecientemente en las áreas urbanas. El campo no podía
absorber el exceso de población que generaba el crecim iento demográfico,
y ello generó un éxodo rural en dos direcciones: la emigración al extranje
ro y la emigración hacia las ciudades del interior.
Como veremos a continuación, uno de los rasgos más característicos de
las sociedades industriales fue el proceso de urbanización, que fue el resul
tado tanto del crecimiento de las ciudades existentes como del nacimiento
de ciudades nuevas.
Para el conjunto de los países desarrollados, B a i r o c h calcula que, hacia
1800, 21.000.000 de personas vivían en ciudades de más de 5.000 habitan
tes, mientras que hacia 1914 esta cifra se había multiplicado por 10, alcan
zando los 212.000.000. Entre esas dos fechas, la tasa de urbanización pasó
del 10 % al 35 % {9i).
La ‘‘explosión urbana” del siglo XIX fue posible gracias a la combinación
de diversos factores, entre los que se destacan las transformaciones en la
agricultura, la revolución de los transportes y la difusión del vapor como
fuente de energía.
El incremento de la productividad de la agricultura permitió alimentar a
un número creciente de habitantes de las ciudades, y a medida que se fue
ron desarrollando los nuevos sistemas de transporte, fue posible abastecer
en forma más rápida y eficiente a los núcleos urbanos. En las últimas déca
das dei siglo XIX, como ya vimos, Europa com enzó a importar alimentos de
ios territorios extrauropeos, que eran consumidos en las áreas urbanas.
Los ferrocarriles tuvieron una gran incidencia en la urbanización, no
sólo en el abastecimiento de alimentos. sino también en el de combustibles
(para la industria. la calefacción y oíros usos domésticos! y en el de mate
rias primas. Nuevas y viejas ciudades crecieron en los principales nudos
ferroviarios, y las estaciones de trenes pasaron a formar parte esencial dei
nueve- paisaje urbano. . . . .
A medida que se fue difundiendo el uso del vapor cu la Industria, ésta se
fue independizaiido de las condiciones geográficas, radicándose creciente-
mente en las ciudades, en las que se localizaban la mano de obra, los mer
cados de consumo más importantes y los servicios.
Con el desarrollo de las ciudades industriales, el espacio urbano sufrió
profundas modificaciones. En el centro tendieron a concentrarse las activi
dades comerciales y financieras, y surgieron nuevas zonas en las que se
localizaba la industria. Las fábricas pasaron a ocupar un lugar central den
tro de las áreas urbanas, y alrededor de ellas se fueron poblando los barrios
obreros.
No hubo de ninguna manera un modelo uniforme, y la situación cambió
de país a país y de región a región, con diferencias muy notorias entre los
grandes centros urbanos y las pequeñas y medianas ciudades. En términos
generales, hubo una tendencia a la segmentación y diferenciación entre los
espacios ocupados por los distintos sectores sociales. En la primera mitad
del siglo, la mayor parte de ios barrios obreros presentaba condiciones de
habitación muy precarias, sin que se respetaran las necesidades mínimas de
espacio, ventilación y salubridad. A partir de 1850, la situación fue mejoran
do, y con ella, las condiciones de vida de los sectores populares, pero las
tasas de mortalidad urbana siguieron siendo muy altas (mayores que en el
campo), hasta las primeras décadas del siglo XX.
En general, tendieron a crecer más rápidamente las grandes ciudades y,
sobre todo, las capitales más vastas, así como los centros industriales, ad
ministrativos, financieros y comerciales.
Se incrementó el número de grandes ciudades, y la dimensión de los
centros urbanos importantes fue muy superior a la de la época preindustrial.
Junto con el proceso de urbanización se dio una gran expansión de la
industria de la construcción, tanto de edificios públicos y comerciales como
de viviendas. Los servicios urbanos comenzaron a modernizarse en las úl
timas décadas del siglo. Nacieron los sistemas de transporte urbano (primero
los tranvías, y a fines de siglo, los subterráneos) y las redes de desagüe, que
permitieron mejorar las condiciones de salubridad.
(8 5 ) V e r l s y (1 9 7 6 ).
(8 6 ) P o l a í w (1 9 9 2 ).
(8 7 ) B endíx (1 9 6 6 ).
262 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
El largo siglo XIX, que com ienza con las revoluciones de fines del siglo
XVIII y concluye con la Segunda Guerra Mundial, suele ser caracterizado
c o m o el siglo de la burguesía.
ÍS 9 ) K o c k a ( I 9 S S ) .
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El período que abarca desde 1914 hasta fines de la década de 1980 está
caracterizado por la dinámica de las transformaciones económicas y de la
innovación tecnológica generdas por el capitalismo, en el marco de relacio
nes dominadas por el mercado. Sin embargo, esos aspectos positivos se han
visto afectados por dos factores perturbadores: la inestabilidad del creci
miento —que ha dado lugar a numerosas y en algunos casos profundas y
negativas depresiones— , y la relativa incapacidad para concretar una distri
bución equitativa de las rentas generadas, entre los distintos sectores den
tro de cada espacio nacional, pero más aún entre las diferentes economías
nacionales en el escenario mundial.
En cuanto a esta cuestión, la evolución económica del período sin duda
va a estar vinculada con estrategias y comportamientos políticos y sociales
destinados a superar esas limitaciones. El surgimiento del “ desafío subver-
sor", esto es, el socialism o en su versión soviética, propondrá el despliegue
de una estrategia basada en una economía planificada y la estatalización de
los medios de producción como base para la superación de las desigualda
des sociales. Pero también, en el marco del capitalismo de la segunda pos
guerra, el Estado Benefactor se planteará el objetivo de la protección de los
excluidos y ía atenuación de las diferencias en la distribución de los ingre
sos. Finalmente, desde los países de la periferia se intentará llevar a la prác
tica estrategias orientadas a superar «la trampa del subdesarrollo».
Los resultados son conocidos: el “ socialismo real” culminó en un sono
ro fracaso; el Welfare State se ve con frecuencia asediado por sus exigencias
crccíentes de recursos, y los intentos heterodoxos se han mostrado insufi
cientes para salir del atraso.
Sin embargo, la economía sustentada en la competencia y la iniciativa
privada, más allá de su innegable capacidad para producir innovaciones e
incrementar la productividad —dos rasgos típicos del período que vamos a
estudiar— , han mostrado sus lim itaciones en relación con cuestiones tan
cruciales como asegurar el acceso a un empico o proveer a los ciudadanos
servicios sanitarios y educacionales razonables.
Transformaciones demográficas de enorme envergadura; modificaciones
en la estructura ocupacional más profundas que las verificadas en todo el
resto de la historia de la humanidad; aceleración en el cambio tecnológico
a un ritmo inédito; inalterabilidad de las posiciones económicas de las gran
des áreas económicas del mundo (con América Latina, Africa y Asía ocupan
do los puestos más rezagados); importancia de la política económica y de la
intervención pública, son algunas de las cuestiones que se han planteado en
este complejo y convulsionado “ siglo XX corto” .
8
{ 1) R EN01ÍV5N { í. 9 S S ;.
(2 } H o iís b a w m 0 . 9 9 5 '; .
CAP. 8 — ASPECTOS ECONOMICOS Y SOCIALES DE LA PRIMERA GUERRA. 279
La. gueixa de 1914-1918 fue la primera que exigió a los gobiernos abocar
se de modo global a resolver cuestiones económicas de envergadura, vincu
ladas a la disponibilidad de los diferentes factores de producción y a la ne
cesidad de distribuirlos en un escenario caracterizado por deudas crecien
tes y diversificadas y por restricciones de importancia. En los enfrentan: ien'
tos del siglo XIX casi nunca se habían planteado estos problemas, en tanto
se trataba de guerras localizadas, por lo que la política económica en e s o s
momentos consistía básicamente en la búsqueda de recursos para movilizar
los ejércitos, esto es, en desplegar una política financiera.
280 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
8,2,1. L Á PRODUCCION
Años
1913 1920
Países
Estados Unidos 10 0 141
Gran Bretaña 10 0 10 0
Francia 100 62
Alemania 1 00 61
Fuente: A. S a u vy , Histoíre économique de la F ranee, cit. por
L e s o ü r o (1980).
8,2,2. LA DISTRIBUCION
(4.) K a r q a c u { l9 .T 'n ;
CAP. 8 — ASPECTOS ECONOMICOS Y SOCIALES DE LA PRIMERA GUERRA... 283
A ñ os
1914 1918
P a íses
(7 j P ígoíj ( 1 9 4 0 ) .
284 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
ga por parte del Estado de títulos a corto plazo de su propia deuda— , con.ia
absorción de una parte del mismo por medio del rescate o la renovación
esos títulos con recursos que el Estado obtenía por otras vías. Esta creación
de dinero por parte del Estado puso en marcha un proceso inflacionario Gui
sólo pudo ser atenuado por los controles de precios. El cuadro 3 muestra las
variaciones de los precios mayoristas en algunos países.
| Años
1913 1914 1916 1918
| P a ís e s
La inilación afectó a todos los países, y las diferencias en los índices de;
incremento de los precios se convirtió en un problema cuando, finalizada la-
guerra, se volvió a pensar en restablecer las paridades internacionales a tra-.í
vés de un retorno efectivo al patrón-oro.
Para interiorizarnos sobre cómo actuaron los gobiernos en relación eoxK
el tenia im positivo y el recurso al crédito interno, tomaremos los casos de-
Alemania, Gran Bretaña y Francia, intentando verificar la realidad de la fa-,
mosa frase de K e y n u s : '‘Los británicos dieron a su población impuestos. Jos
franceses, rentas, y los alemanes, dinero” .
El II Reich adoptó una postura muy clara en relación con ei financia*
miento bélico: se partía de la idea de que, al final de una guerra victoriosa,
las facturas las pagaría el enemigo derrotado. Por lo tanto, se recurrió de
manera prioritaria a la suscripción de empréstitos {*'), no precediéndose a-
modificar el sistema tributario, ya que se entendía que los impuestos sóioV
dehían cubrir los gastos ordinarios. De cualquier manera, a lo largo de los
años hubo que recurrir a ellos, y en ese momento se demostraron dos co
sas: en primer término, que el régim en fiscal era inadecuado y regresivo
— la base eran los derechos arancelarios y los impuestos ai consumo— y, e»
segundo lugar, que en cualquier modificación que se encarara los intereses
de los industriales no debían ser afectados. Eí gravamen sobre la renta no
(8 ) L o s e m p r é s t i t o s s u s c r i p t o s f u e r o n n u e v e , a p a r t ir d e s e t i e m b r e d e 1914.
CAP- g — ASPECTOS ECONOMICOS Y SOCIALES DE LA PRIMERA GUERRA. 285
F u e n t e : G u ia p r á c t ic a ( ¡ 9 9 5 ) .
A ñ os
1914 1916 1913 1919 j
[ P aíses
A! comienzo de i:¡ guerra, ios temores que desvelaban a las ciases diri
gentes en relación con la actám l de ia clase obrera frente a un conflicto
generalizado demostraron ser totalmente infundados. No carecía de asidero
ia idea de que en los países industriales las clases sociales vivían existen
cias paralelas, con nulos puntos de contacto y muchos ámbitos de eníren-
{2¡- A j.n cM O fT Í 1 9 8 5 ] .
296 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERA!
9,1,2. L A D E C L I N A C I O N E C O N O M I C A E U R O P E A
9,1,3- K L N U E V O M A P A D E E U R O P A
9,1,4. E L T R A T A M IE N T O D A D O A A L E M A N I A
— E n tre g a de activos.
{41 E u e l c u r s o d e l pr o c e s o , lo s p r c c i o s a u m c n i ü f f í u ^ ^ . O O O v e c e s e n A u s t r i a ,
ü 3 . 0 0 0 v e c e s e n H u agria y 2.5 tontones, ue v e c e s en P o i o n i a .
CAP. 9 — LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL '20 299
minó con éxito, exigiéndose pagos a los países vencidos, cuyo monto mayor
correspondía a Alemania. Hasta tal punto fue discutida la situación que la
cifra final que debía abonar este país recién se estableció en un acuerdo al
canzado en 1921, luego de que se creara una Comisión de Reparaciones para
estudiar la cuestión. El monto total establecido por la misma fue de 132 mil
millones de marcos oro (aproximadamente 33 mil millones de dólares), una
cantidad considerada excesiva para la mayor parte de ios expertos, que ade
más estaba sujeta a un plan de pagos muy estricto, el que fue puesto en
práctica de manera inmediata.
Eí impacto de las reparaciones, junto al resto de las sanciones, que in
cluía la entrega de alrededor del 10 % del territorio continental — además de
todas las colonias ultramarinas— , la cesión a los aliados de casi toda la fiota
mercante y otras disposiciones de menor importancia, sirvió para asentar en
el conjunto del pueblo alemán un fuerte resentimiento contra los vencedo
res, componente significativo del clima político de los años siguientes, es
pecialmente si se tiene en cuenta que, pese a todo, Alemania continuaba
siendo una gran potencia.
9,2,1, E L 'A B A N D O N O D E L P A T R O N - O R O D U R A N T E L A
G U E R R A Y S U S R E P E R C U S IO N E S
Años
1913 1919 [
P a íses
0,2,2. E L R E T O R N O Á L A P A Z (1919-1920)
(5) L a s i t u a c i ó n d e l o s E s t a d o s U n i d o s en el m e r c a d o f i n a n c i e r o in t e r n a c i o n a l s t
r e v i r t i ó c o m o c o n s e c u e n c i a cíe la g u e r r a : d e d e u d o r p a s ó a s e r a c r e e d o r d e l o s p a í s e s
d e la E n t e n t e .
CAP. 9 ~ LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL '20 301
El resultado fue una subida de los precios que alcanzó niveles preocu
pantes (cuadro 3).
Años
1918 1919 1920
P aíses
En el curso deí proceso que se está describiendo — tal vez sea más pre
ciso decir que como consecuencia lógica del m ism o— se produjo ía depre
ciación de las principales monedas frente al dólar, a tono con la nueva reali
dad que planteaba el escenario de la posguerra, poniendo en primer piano
los problemas que durante la contienda se había intentado cubrir a través de
distintos mecanismos intervencionistas y por medio de acuerdos entre los
gobiernos aliados. El cuadro 4 muestra la depreciación experimentada por
las monedas europeas más importantes frente al dólar.
Años
1913 1919 1920 |
Países f
rc
Francia (franco) 100 140 276 I
Gran Bretaña (itbra estedína)
Alem ania (marco)
100
100
110
561
132
1.386
I
j
Años
1920 1921 1922 1923
Países
S Años
1920 1921 1922 1923
| Países
I
f Gran Bretaña 100 92 ! 96 100
Aíemania 100 111 121 100
i
Fuente: elaboración p-opia a partir de Madosson (1991).
ÍS) A lo cr ok í ' (1 93 5¡ .
i'ü) (1991).
304 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
( 1 2 ) L a s d o s p o s i c i o n e s — la q u e a t r i b u y e l a h i p e r i n f l a c i ó n al d é f i c i t p r e s u p u e s
t a r i o y ia q u e la v i n c u l a al d é f i c i t d e ia b a l a n z a d e p a g o s — e s t á n e x p l i c a d a s e n d e t a
l l e e n KiNm.KBERGEft. ( 1 9 8 8 ) .
CAp g __ LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL '20 305
Enero 1922 1 °°
Julio 1922 278 |
Enero 1923 9.366 ¡
Julio 1923 184.716 i
Setiembre 1923 52.310.200
I Noviembre 1923 4.875.300.000.000 ¡
Fuente: elaboración propia a partir del Anuario estadístico
del Reich alemán, cit. por H a r o a c h (1985).
(1.3) U n a v i s i ó n d e t a l l a d a d e l p r o c e s o d e s c í e e í fi n d e l a g u e r r a l i a s t a la e s t a b i l i z a
c i ó n q u e s i g u i ó ai e s t a l l i d o h i p e . r i n f i a c i o n a n o d e 1 9 2 3 p u e d e e n c o n t r a r s e e n F c r g u s -
son ( I 9 S 4 ) .
306 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Pocos meses más tarde se puso en marcha ei llamado “Plan Dawes” , que
no sólo otorgó facilidades para afrontar los pagos, sino que dejaba sentado
que era condición inexcusable impulsar el desarrollo económico alemán para
resolver el problema de forma definitiva. La aportación de capitales norte-;
americanos completó el proceso que permitió superar el problema.
Las repercusiones sociales de la hiperinflación fueron profundas y se
extendieron mucho más allá del acontecimiento mismo. Las clases medias!
que dependían de rentas fijas se arruinaron; ei desempleo creció acelerada
mente como consecuencia de la parálisis económica; la especulación con
dujo a que se amasaran fortunas incalculables comprando empresas a pre
cios irrisorios, utilizando monedas fuertes depositadas en el extranjero (u).
La hiperinflación destrozó el ordenamiento social y ia prosperidad anterior,
pero también destruyó la moral y los principios éticos, socavando los cimien
tos sobre los que se asentaba la sociedad germana. Para buena parte de los
alemanes, democracia y república quedaron indisolublemente asociados a-
desorden financiero, político y social, y convirtieron en preferible cualquier
alternativa antes que el retorno al caos.
R e s u m e n d e i i n f o r m e e n K ínt-í'.s h k r í -.bk Í I S 8 S ) .
308 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(1 6 ) T kmin Í19SI3).
CAP. 9 — LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL '20 309
: je planteaba dificultad alguna. El dólar emergió del conflicto como la moneda
niás sólida, respaldada por unas reservas de oro que aumentaron más del
40 % entre 1913 y 1919, y que continuaron creciendo en los años siguien
tes.
Sobre estas bases, la economía norteamericana experimentó una impor
tante expansión durante la década, que se manifiesta (cuadro S) en un incre
mento del producto bruto interno.
F u e n t e : e la b o r a c ió n p r o p i a a partir d e M a d o is o n (1991).
C u a d ro 8. P r o d u c to b r u to in te r n o d e io s E s ta d o s U n id o s (1 9 2 0 = 100).
I i 7) M ouilla ( 1 9 S 4 ) .
( 1 8 ) L o s s a l a r i o s r e a t e s c r e c i e r o n a p r o x i m a d a m e n t e e l 8 % e n e r e 1 9 2 5 y 19 29 . V e r
M o r illa (19S4).
310 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
9,4,2,2. G r a n B r e t a ñ a
C u a d r o 9. B a la n z ;? d e p a g o s d e G ra n B r e ta ñ a e n 1 9 1 3 ( rn iH o n e s .d e lib r a s ).
CAP. 9 — LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL '20 311
{2 1 } Un t ip o d e c a m b i o s o b r e v a h ia íío . en el c o r t o p la z o , e n c a r e c e la s e x p o r t a c i o
n e s y abarata las im p o r t a c io n e s .
■CAP. 9 — LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL '20 313
9,4,2,3. Francia
{ 2 2 ) M o r il l a ( 1 9 8 4 ) .
(231 F o hu ín ( 1 9 8 0 ) .
( 2 4 ) A ;. d c k ( ü- i ( 1 9 S 5 j
314 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(2 !» } L o s p i e e i o s ai c o n s u m i d o r & m u e n .ü ir o n m a s d e 5 d d O % e n t r e i 9 1 4 y 192S . V e r
( 1 9 9 1 ! . L a s j n í i a 'c i o 'n c s i n g l e s a y n o r í - . a m e - r i n a n a e n ct m i s i n o p c W v. do f u e r o n
OCi u %.
¡ 2 6 } M a ojií son { 1 9 9 1 } .
¡ 2 7 } M ases [ 1 9 S S ) . E n e s t a o b r a m o d é l i c a , eí a u t o r f u n d a m e n t a e l c o n c e p t o d e
“ a p r o x i m a c i ó n c o r p o r a t i v a " s o s t e n i e n d o q u e "las p r i o r i d a d e s s o c i a l e s fu e r o n d e c id i
d a s d e m a n e r a c r e c i e n t e n o p o r l a s e i i t e s t r a d i c i o n a l e s ni p o r la a g r e g a c i ó n tic l a s p r e
f e r e n c i a s d e v o t o " , s i n o p o r “ la n e g o c i a c i ó n c o r u U a n a e n t r e e i t r a b a j o o r g a n i z a d o y ios
d i f e r e n t e s i n t e r e s e s d e la i n d u s t r i a , ia a g r i e ; ; ! ' ; : ; y i o s p a r t i d o s ' ' .
CAP. 9 — LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL '20 315
{ 2 9 ) D e l 17 % e n t r e 1 9 2 5 y 2 9 2 9 y d e l 21 % e n t r e 191.'i y 1 9 2 9 . V e r !. ( i.Í3Í<0!
para l o s í n d i c e s d e p r o d u c c i ó n : M adí ji son ( 1 9 9 1 ) .
316 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
6 % en 1929 (30)— , que daban cuenta de las dimensiones del proceso de ra-;
cionalización encarado. .
La existencia de la República de Weimar, con el fuerte peso que tuvo en
ella la socialdemocracia, condicionó el accionar de los grandes grupos eco
nómicos, que salieron reforzados de la hiperinflación, pero se vieron acota
dos en sus posibilidades de controlar a las clases trabajadoras. El arbitraje
gubernamental de los conflictos entre el capital y el trabajo derivó con fre
cuencia en disposiciones favorables a este últim o. Hubo que esperar la lle
gada al poder de Hitler para que la situación se revirtiese de manera decisiva;
-íjí
(3 0 ) M addison (1 9 9 1 }.
(3 1 ) M a d d is o n (1 9 9 1 ), c a lc u la un a u m e n to d e l P B I d e l 33 % e n tr e 1913 y 1918.
CAP. 9 — LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL '20 317
El corporativismo fue el intento fascista de organizar la vida económica,
social y política de ia nación (32). Lejos de concretarse como un intento de
buscar el equilibrio de los diferentes sectores socioeconóm icos, el sistema
estaba dirigido hacía la consolidación de un grupo dirigente, supuestamente
independiente de las fuerzas contendientes en la sociedad y el mercado. El
xnantenimiento del poder económ ico en manos del capitalismo tradicional
tuvo como contrapartida la dependencia cada vez mayor respecto del Esta
do, situación que se agudizó a partir del desencadenamiento de la crisis
económica. La presencia de instituciones estatales destinadas al sosteni
miento de los bancos con problemas e incluso orientadas hacia la financia
ción de las empresas industriales afectadas por la caída de los precios cons
tituyen una muestra de esa dependencia.
Los resultados globales de la gestión económica de M ussolini no son de
masiado diferentes respecto de lo ocurrido en el resto de Europa Occiden
tal: el cuadro 11 muestra que el producto bruto interno entre 1922 y 1929
había crecido un 25 %, un porcentaje algo inferior al de Francia y levem en
te superior al de Aíemania, en tanto la producción industrial experimentó
una acelerada expansión hasta 1925, y luego se estancó.
1 1922 100
106
100 1
I 1923 108 |
I 1924 107
119 I
| 1925 114 136 I
I 1926 116
136
| 1927 113 131 J
1928 121
144
| 1929 125 147 f
F u e n t e s : e la b o r a c ió n pr op ia a partir d e M a d o is o n (1 9 9 1 ) y
Mitcheu. (1980).
(3 3 ) P a r a u n a d e s c r i p c i ó n s i n t é ú c a d e l o o c u r r i d o e n 1 9 1 7 , p u e d e c o n s u lt a r s e
Saboiíido i 19 9 3 ).
(3 4 ) E l d e s a r r o llo in d u s t r ia l d e R u s ia a u í e s d e ta g u e r r a e s tá e s t u d ia d o e n e i ca p . 7..
(3 5 - U n a v i s i ó n s u g e s t i v a s o b r e e l p r o c e s o r e v o h i c i o n a r i o e s la d e M a l i a [1 9 9 1 ].
(3 6 ) " S o v i e t " e s e i c o n s e j o c o n s t i t u i d o p o r d e l e g a d o s d e j o s t r a b a ja d o r e s - Su rgie?'
r o n ele ! a i n i e i a t í v a r e v o l u c i o n a r i a d u r a n t e l o s a c o n í e e i m i é n t o s d e 1 9 0 5 y a p a r t ir de
a i í í ¿ n e r ó n v a l o r a d o s c o m o ó r g a n o s d e p o d e r d e ia c l a s e o b r e r a y d e i c a m p e s in a d o ..
CAP. 9 - LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL '20 31S
organización económica, postulando el aumento de la productividad industrial
como condición insoslayable para superar el atraso económico.
Estas medidas fueron:
a) la expropiación de la tierra en manos de ía nobleza y los grandes pro
pietarios, y el reparto de la misma entre los campesinos;
b) el control obrero de las empresas, efectivizado a través de los soviets;
c} la creación del Consejo Superior de la Economía Nacional (VSNJ)
para coordinar el conjunto de la actividad económica;
d) la nacionalización (estatalización) de las principales empresas indus
triales y dé los bancos, junto a la cancelación de la deuda interna y
el repudio de la deuda externa contraída por el zarismo.
A medida que la situación en el interior del país se fue agravando, las
dificultades por las que atravesó la economía condujeron al crecimiento del
papel del Estado tanto en la producción — suprimiendo el control ejercido
por los trabajadores— como en la distribución de bienes. Surgió así el lla
mado “ comunismo de guerra” .
El problema principal fue el abastecimiento alimenticio de las ciudades
y del frente militar. La producción agraria se vio afectada por el hecho de que
el reparto de la tierra condujo a la dism inución del tamaño medio de las
parcelas, con la consiguiente caída de la productividad (37). Pero, además, los
campesinos carecían de alicientes para aumentar la producción, dado que,
por una parte, la industria no disponía de bienes de producción o de consu
mo para venderles, y, por otra, eí Estado les pagaba con dinero que se depre
ciaba rápidamente.
Ante esa actitud, eí gobierno instrumentó durísimas medidas de presión
para forzar la entrega de granos, llegando a ía práctica de requisas implemen-
tadas por destacamentos militares o miembros de los “mismos soviets. La
respuesta de los cam pesinos agravó la situación: redujeron la superficie
cultivada y desviaron parte de los excedentes hacia el mercado negro. Los
especialistas en el tema sostienen que la política estatal para el sector agrí
cola fue aún más dañina que ei desorden creado por la guerra civil p*}.
Ai mismo tiempo, en las ciudades también proíiferaban las dificultades:
ias industrias no contaban con materias primas ni energía para producir; eí
sistema de transportes apenas funcionaba,- y los problemas de ía mano ue
obra craa serios, ya que los obreros estaban.combatiendo en ia guerra civil
o regresaban al campo para asegurarse el alimento.
(3 3) M kybs (1 9 9 1 ).
320 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(39 ) D e s a p a r e c í a n la s r e q u i s a s , r e e m p l a z a d a s p o r un i m p u e s t o en e s p e c i e .
CAP. 9 — LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL ’2 0 321
Anos ¡
r
1913 1921 1925 j
P roducción indu strial toia l 100 19 75 j
C arbón 100 30 62 |
E nergía eléctrica 100 27 150 ¡
j T extiles de algo dón 100 4 65 |
¡ Fuente: elaboración propia a partir de Nove (1973). |
Los años comprendidos entre 1925 y 1929 han sido vistos de manera
retrospectiva como un período de prosperidad, sobre todo, en relación con
las dificultades delpasado inmediato y con los enormes problemas que de
paró la década siguiente. La expresión “felices años veinte” se acuñó para
definir ese lustro de bonanza. Sin embargo, Ja realidad obliga a matizar los
juicios y a fundamentarlos de manera adecuada.
Encabezados por ios Estados Unidos, verdadera locomotora de la econo
mía mundial, la mayor parte de los países occidentales iniciaron una serie
de cambios que trascendían el ámbito estrictamente económ ico para invo
lucrar los aspectos sociales, políticos y culturales.
No obstante, persistían problemas muy serios, cuya verdadera significa
ción piído apreciarse cuando se produjo el estallido de la crisis.
En primer término, hay que destacar ei hecho de que el crecimiento del
comercio internacional fue por detrás dei ritmo décxpansión de ia produc
ción Í'^S. Esia circunstancia constituyó uno de los factores que definieron la
década en ei terreno económico, y su explicación apunta a varios factores.
Uno de ellos era inevitable, a partir del nuevo escenario surgido tras la
guerra: jas cifras de] comercio internacional perdieron peso en términos re
lativos porque -en- ellas repercuda -3a participación -crecí en te en la produc-
( 4 0 j Bi-iTTiifJ-iKi&í ( 1 9 7 6 ) .
(4 i ) E i p r o c e s o d e a s c e n s o d e S t a u n a l p o d e r e s t á a n < * ' i z a d o R- í í m a n ¡ ¡ 9 * 2 : .
[4 2] í.-A?;!>ES {1 9 7 9 j."
324 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
{4 3 } A i.o t R o r r (1 9 8 5 ].
CAP. 9 — LOS PROBLEMAS DE LA DECADA DEL ’20 325
Anos
(4 5 ) B;ri,K£R-TviOM.\s (,1998).
328 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAí
¥ iíf
Abril
(misiones de dólares)
I Años In dices
j 1928 100
1931 87,3
1932 74,3
1933 83,5
1934 91,7
1935 103,2
............
Años
1929 1930 1931 1932 1933 1934
P a ís e s
Australia 100 86 84 87 96 82
N ueva Zelanda 100 77 70 68 86 82
E stados Unidos
Canadá
100
100
79
76
59
52
45
47
54
49
61
58
I|
Francia 100 85 76 69 67 56 |
F u e n t e : M o r il l a ( 1 9 8 4 ) .
C u a d ro 2. In d ic e d e la p r o d u c c ió n a g r íc o la e n a lg u n o s p a ís e s im p o rta n te s
(1 9 2 9 = 100).
Anos
1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935 |
P a íses
F u e n t e : M a o d is o n ( 1 S 9 V
C u a d ro 3. N iv e le s d e d e s o c u p a c ió n (e n p o rc e n ta je d e la fu e rz a la b o ra l).
334 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
| Años
1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935
1 Países
j Estados Unidos 100 90 83 72 70 76 82
I Gran Bretaña 100 99 94 95 97 104 108
I Alemania 100 98 91 84 89 97 105
I Francia 100 97 91 85 91 90 88
Fuente: elaboración propia a partir de M a d d is o n (1991).
( L ) V a tíg a . ( 1 9 7 3 ; .
CAP. 1 0 — LA CRISIS DE LOS AÑOS '30 335
ia b a j a d e la t a s a d e b e n e f i c i o s , d o s r a s g o s c o n s i d e r a d o s c a r a c t e r í s t i c o s d e l
c a p i t a li s m o d e s d e l a m i r a d a c r í t i c a d e M a r x y s u s c o n t i n u a d o r e s . La s e g u n
da s e r e la c io n a c o n el p r o c e s o d e d e s a r r o llo d e l c a p it a lis m o m o n o p o lis t a a
n iv e l m u n d i a l q u e , l e j o s d e c o n s t i t u i r u n f a c t o r e s t a b i l i z a d o r , a c e n t ú a la s
c o n t r a d ic c i o n e s d e l s i s t e m a h a s t a u n n i v e l in é d i t o , p o r lo q u e p u e d e p r o n o s
t ic a r s e s u d e r r u m b a m i e n t o .
(4 j R ordíns (1 9 3 4 ).
■CAP. 10 — la CRISIS D E LOS AÑOS !30 337
ticas erróneas aplicadas para oponerse al curso de la misma. En particular,
sostuvo que en el período de auge de la segunda mitad de la década del ’20
se había producido un fenómeno de sobreinversión, originado en las bajas
tasas de interés vigentes en el mercado. Este desajuste debía ser rectifica
do por la depresión, y no debían, por lo tanto, implementarse medidas que
frenaran el proceso correctivo “natural” . Su ortodoxia lo llevó a condenar
todas las disposiciones heredadas de la economía de guerra que obstaculi
zaban el retorno a un libre juego de las fuerzas de mercado, así como la ele
vación de los controles y la generalización de acuerdos que afectaban la
determinación de los salarios. Insistía, asimismo, en que todas las acciones
iniciadas para contrarrestar la crisis —dirigismo, estímulos “artificiales” de
la coyuntura— eran contraproducentes y sólo servían para agravar la situa
ción. Por el contrario, consideró lógicos y sanos los rigurosos esfuerzos de
estabilización presupuestaria asumidos por algunos gobiernos, planteándo
los como la única alternativa válida.
La obra de J ohn M ayna .ro K e y n e s , publicada en 1936, y a la que nos refe
riremos más adelante, produjo un impacto de proporciones en la teoría eco
nómica y en las interpretaciones de la crisis. A partir de la Teoría general
de la ocu p ación, el interés y el dinero (5), la intervención del Estado en la
economía dejó de ser vista como una interferencia negativa para pasar a ser
considerada una estrategia destinada a superar una situación depresiva que,
en caso contrario, corría el serio riesgo de prolongarse con negativos efec
tos para el conjunto de la sociedad.
La depresión, desde su perspectiva, estaba originada en la insuficiencia
de la demanda total, y esa línea de interpretación orientó una cantidad im
portante de trabajos sobre el tema.
íp- í}r
(5) K e yne s (1 9 6 3 ).
( 6 ) F rií'.d m a .m y S c k w a k t z ( 1 9 6 3 ) .
338 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
ít'-
(7) Se d e f i n e n c o m o o p e r a c i o n e s d e m e r c a d o a b ie r t o a q u e lla s e n la s q u e el E s ta
d o d e ja d e i n t e r v e n i r p a ra r e g u la r e l n iv e l d e la s t a s a s d e in t e r é s .
( 8 ) L a s o p e r a c i o n e s e s p e c u l a t i v a s i n i c i a d a s e n e s o s a ñ o s c o n t r a la d i v i s a n o rte -;;
s n> e r i c a n a l l e v a r o n a l a s a u t o r i d a d e s a d e f e n d e r í a p o r m e d i o d e u n 'a u m e n t o d e ias
t a s a s d e ia tv - i:- s eLu e ¿ c i t a r a s u c a m b i o p o r o r q ,
í‘.V. Tr:«-K í : .
CAP. 1 0 — LA CRISIS DE LOS AÑOS '30 339
En su visión, el patrón-oro, caracterizado por el mantenimiento de pa
ridades fijas con el oro, por la libre circulación del mismo entre países y
personas, y la ausencia de una organización coordinadora internacional,
implicaba la existencia de una asimetría entre países deficitarios y países
exceden tarios de este metal. Mientras que la acumulación de metal precio
so no era penalizada (10), los países que sufrían un descenso en sus reser
vas debían ajxistar su economía a través de ia deflación (no de la devaluación
del tipo de cambio).
Hacia fines de los años ’20, la econom ía atlántica estuvo dominada por
políticas deflacionistas. Los dos países deficitarios en oro eran Gran Bretaña
y Alemania, porque así lo establecía el sistema. Los Estados Unidos y Fran
cia, que, por el contrario, tenían saldos favorables, optaron por privilegiar la
lucha contra la especulación y la inflación, y aplicaron también políticas
contractivas.
La in sisten cia con que, una vez iniciada la depresión, los g o biern o s de
Alem ania y los Estados Unidos se aferraron a las políticas pautadas por el
patrón-oro, contribuyó a que ésta se profu n dizase. Sólo cuando R oosevelt y
H itler cam biaron el rum bo económ ico adoptando m edidas ex p an sion istas y
desen ten dién dose de la ortodoxia vigente, se inició el cam ino de la recu p e
ración. Gran Bretaña, que fue ei prim er país que dejó flotar su m on eda en
1931, si bien no revirtió su situación económ ica de m anera definida, fue el
ámbito donde la depresión se m anifestó con m ayor m oderación. Francia, fi
nalm ente, que se m antuvo en el patrón-oro p o r el volum en de su s reservas,
experim entó las c o n se c u e n c ia s negativas de la so b re v a lu a c ió n , vié n d o se
obligado su gobiern o a p rofu n d izar su s políticas deflacion istas, las que no
im pidieron que se su p erara la crisis.
( 1 1 ) G AU3 SiAÍTH ( i 3 7 6 J-
(1 2 ) KfNDí-EBEROK» (1 9 S 5 ).
CAP. 10— LA CRISIS DE LOS AÑOS ’30 341
(131 KiNDUím-Rí'.EK ( 1 9 8 5 ) , r e v i s a l a s i u i e r p r e t a c i o n e s a c t u a l e s s i n l l e g a r a c o n c l u
siones d e fin it iv a s .
342 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
105
G rá fic o 3. La G ran D e p re s ió n e n ¡a in d u s tr ia d e l a u to m ó v il d e lo s E s ta d o s
U n id o s (19 29 -193 5).
( 1 4 ) P o r l o t a n t o , n o áali;;;. q u e a c t u a r p a r a n e u t r a l i z a r Sos a s p a d o s n - á s nr iy at i-
vas de la c r is is . •
344 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
terminó con el patrón-oro y con lo que quedaba del sistema financiero inter
nacional estructurado a su alrededor.
Presionados por la salida de oro, los gobiernos de Alemania y Gran Bre
taña adoptaron decisiones divergentes. En Alemania, el gobierno encabezado
por B r ü n i n g logró una moratoria de un año en el pago de las reparaciones de
guerra —prólogo a la cancelación de la deuda concretada a mediados de
1932— , pero aun así optó por una subida de las tasas de interés (del 7 al
10 %), con la consecuencia de una profundizacíón en la caída de la actividad
económica y un increm ento de la desocupación. La devaluación del marco
fue descartada por tem or al retorno de la inflación. Ante la continuidad de
los problemas, en diciembre de 1931 se procedió, por medio de un decreto
de emergencia, a reducir los salarios y los precios de las industrias carteliza-
das. La desocupación llegó a superar el 20 % en algunos meses de 1932 ( ls),
desencadenándose una situación de conflíctividad social y política que abrió
el camino a una alternativa de excepción, dispuesta a enfrentar la crisis con
herramientas mucho más expeditivas que la “ democracia inorgánica". En
este clima, H i t l l í r vio allanado el camino hacia la jefatura de gobierno.
En Gran Bretaña, por su parte, el problema de la huida de capitales con
dujo en principio a la caída del gobierno laborista (agosto ’31), reemplaza
do por un gabinete de coalición, eí que, frente a ía continuidad de la salida
de oro, optó por una decisión trascendental: el 21 de setiembre abandonó el
sistema monetario en el que se había, asentado la supremacía del país a lo-:
largo del siglo XIX y principios del siglo XX, dejando flotar la libra es£erli-:
na. Se produjo de manera inmediata una depreciación de la moneda inglesa,,
que alcanzó el 35 % respecto del dólar en diciembre, estabilizándose luego;
en (aproximadamente) el 70 % del tipo de cambio que las autoridades econó-;
micas habían establecido seis años antes, en ocasión del retorno al patrón-
oro. Como se verá, esta decisión, en su momento considerada desastrosa,;
fue la demostración inequívoca de la desaparición del liderazgo británico y.
permitió que la economía inglesa se recuperase de manera razonable (den
tro de la gravedad general), liberada de los condicionantes impuestos por una
moneda sobrevaíuada y altas tasas de interés.
La decisión británica fue acompañada por el abandono del patrón-oro por
parte de países que no querían verse descolocados en su posición comercial.
Hacia fines de 1932, más de la mitad de los países del mundo lo habían he
cho formalmente, y la mayoría de los que lo mantenían lo hacían utilizando;
rígidos controles de cambio. La depreciación de la libra esterlina fue acom
pañada d.él surgimiento de lo que luego se denominó "‘área de la libra” , den
tro de la cual países exportadores vinculados con el mercado británico pu
dieron proteger su nivel de competitividad, en tanto que países deudores de
Gran Bretaña accedieron a una renegociación que les permitió continuar
afrontando el costo de sus obligaciones financieras.
0 5] A l g u n a s e s t a d í s t i c a s l l e g a n a i n d i c a r v a l o r e s s u p e r i o r e s al 3 0 % e n e s c ano.
CAP. 10 — LA CRISIS D E LO S AÑOS ’30 345
En resumen: en poco tiempo se produjo la desorganización y la destruc
ción parcial de la maquinaria que movía la economía internacional, proce
diendo los países a buscar una salida individual a la crisis, al desaparecer
de manera inequívoca la cooperación financiera.
Años
1929 1930 1931 1932 1933 i
Países
América Latina 106,9 79,1 53,2 35.0 33,4 I
Asía (sin ia Unión
Soviética) 98,4 75,1 53,6 37,7 35,1 I
Oceanía 95,5 69,3 39,9 34,7 35,5 I
Africa 109,5 93,0 70,4 57,9 56,1 I
Mundo 104,6 84,7 60,5 41,0 36,9 |
Fuente: M o r illa (1984).
C u a d ro 5. In d ic e s d e l v a lo r d e l c o m e rc io e x t e r io r ( p r o m e d io 1 9 2 6 -192 9 ~ 100).
(1 6 ) D ía z A l e j a n d r o (J 9 S S ).
346 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
t ; 7 } KlN'DÍ,K8ERGr:I< ( 1 9 8 5 ) '.
CAP. 10 — LA CRISIS DE LOS AÑOS ’30 347
10,6,3. A R A N C E L E S Y O T R A S R E S T R I C C I O N E S A L C O M E R C I O
i Años
1913 1931
1 Países
1 Estados Unidos 41,0 53,0
i Alemania 16,7 40,7
| Francia 23,6 38,0
| Italia 24,8 48,3 !
I F u e n t e : C a p íe ( 1 9 9 4 ) . i
(1 8 ) A l e m a n i a s e p r o v e y ó e n e s o s p a í s e s d e m a t e r i a s p r i m a s q u e c o n t r i b u y e r o n
i m p u l s a r s u r e a r m e . V e r K -b n w oo d y L o u g h e e d ( 1 9 7 2 ) .
350 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAR
1932, que imponía una tasa general del 10 % sobre todas las importaciones^
excluyendo los bienes procedentes del Imperio, y una “lista libre” que com
prendía la mayor parte de las materias primas y alimentos. A la ley siguie
ron una serie de recargos de mayor significación que afectaban a productos
individuales.
Otra manifestación de la política comercial durante la crisis consistió en
la ampliación de los contingentes y otras formas de control cuantitativo
sobre las importaciones. Se utilizó para proteger las manufacturas domés
ticas y, en mayor medida, los productos agrícolas de la competencia exterior
que siguió a la caída internacional de los precios- Además, la adopción de
restricciones cuantitativas resultó de relevancia para los países que se man*
tuvieron deni.ro del patrón-oro después del abandono dei sistema por parle
de Gran Bretaña y los Estados Unidos. A l no utilizar los controles de cam
bios, intentaron afrontar sus problemas de balanza comercial imponiendo
controles a las importaciones para tratar de mantener un cierto equilibrio en
la misma.
10,8,1. LO S EST AD O S U N ID O S
(1 9 ) A : 'R o r r (1 9 8 9 ).
CAP. 10— LA CRISIS DE LOS ANOS ’30 353
Maíz T rigo A lg o d ó n ]
(2 0 } B a i n e s (1 9 8 6 ].
( 2 i ) T emjn ( 1 9 9 5 ) .
354 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
- ..... 1
Años 192S 1935 | 1936 I 1937 1938 1939]
95 99 94
o
o
In dices 83 102
í ! .
F u e n t e : e la b o ra c ió n prop ia a partir d e M aodíson (1 9 9 7 ). j
10,8,2. G R A N B R E T A Ñ A
La política económica británica en los años ’30 estuvo marcada por la tras
cendente decisión de abandonar el patrón-oro en setiembre de 1931. Por una
parte, íue vista como una decisión desesperada —ocasionada por la sangría de-
oro que estaba afectando el nivel de reservas del país— que marcó el retiro
definitivo por parte de los ingleses de su tradicional actitud de intervenir en
el restablecimiento de cualquier situación crítica que se produjera en la eco
nomía y las finanzas internacionales, consecuencia lógica de la posición de
liderazgo que habían sustentado hasta 1914, y que intentaron mantener du
rante la década de 1920. Por otra parte, la flotación de la Hbra esterlina no fue
acompañada por un incremento de la intervención gubernamental, tal como
se dio mayoritariamente en otras naciones durante este período.
La nueva política británica se sustentó en el crédito barato y en el protec
cionismo y fue impulsada por un gobierno “nacional” encabezado por el labQ-.
rista R a m s a y M a c D o n a l d , pero con una mayoritaria presencia conservadora C22}.
Las posibilidades de acceso a préstamos a bajo costo fue uno de los facto
res que contribuyó a impulsar eí mercado de la construcción, ei sector más
dinámico de la economía durante la década. La demanda reprimida por las\
dificultades de acceso a una vivienda propia en los años anteriores, surada
da a ios movimientos migratorios internos, producto de la reestructuración,
espacial de la economía a consecuencia de los altibajos experimentados en
los años de la posguerra, fueron algunos de ios factores que contribuyeron;
al crecimiento del sector.
En cuanto al establecimiento de una política arancelaria, a la que ya nos
hemos referido, dio por finalizado un período de casi noventa años de comer
cio libre, con Ja importante consecuencia de colocar al mercado interno como-
motor del crecimiento. Este nuevo rasgo de la economía británica — que ya.
había empezado a manifestarse en la década anterior-- se vinculaba cierta':
mente con la progresiva pérdida de compelítividad de ios producios ingleses,
pero también con el descubrimieuto de las posibilidades de expansjó-; del con
sumo de masas. Aquellos sectores orientados hacia el mercado iuierno tuvie
ron un comportamiento claramente superior al de los sectores exportadores,;
el que fue apuntalado por ía protección sistemática del gobierno.
F u e n te : O very (1996).
Cuadro 11. Movimiento del producto bruto interno de Alem ania (1929 - 100).
10,8,4. FRANCIA
(2 8 j A d e m á s , A le m á n ja c o n t r o ló , lo s p r e c io s a p a g a r p o r ¡o s p ro d ú c e o s primarios,
y a c u m u ló g r a n d e s s u p e ra v ir d e im p o r ta c ió n q u e ie. p e r m itie r o n fin a n c ia r sin in fe r e - ;
s e s p a rte d e su re a rm e a e o s ra d e s u s p r o v e e d o r e s , a p a r a r d el d ií'e riro íe a io c e lo s pa
gos.
In d ic e s j 100 94 88 94 93 90 j
Cuadro 12, Evolución del producto bruto interno en Francia (1930 = 100).
Cuadro 14. Movimiento del producto bruto interno de Francia (1935 ---- 100).
Las ideas centrales de esta obra son bastante ciaras, aunque su funda
r e n tación lia sido con frecuencia calificada de "oscura” , en
buena medida
p o r las características de la prosa del autor. En su análisis, el
problema cen
tral de la economía no es determinar cómo se establece el precio de los bie
nes ni tampoco la forma de distribuir los ingresos resultantes; la cuestión
consiste en averiguar cómo se determinan los niveles de producción y de
empleo.
Cuando se produce una expansión económica, esto es, cuando aumen
tan la producción, el empleo y las rentas, se verifica una disminución del
porcentaje de estas últimas que los agentes económ icos —-individuos, em
presas— dedican al consumo (lo que K e y n e s denomina “propensión marginal
,al consumo”); o sea, se produce un aumento de ios ahorros. En ese momen
to, el economista inglés plantea que no hay seguridad respecto de que tales
ahorros puedan ser invertidos, porque existe una variedad de razones — pre
caución, especulación, etc.— por las que los agentes pueden optar por rete
ner el dinero (“preferencia por la liquidez” ). Si los ingresos se ahorran y no
se invierten, tendrá lugar una reducción de la demanda total de bienes y
servicios { “demanda agregada” ), y, con ello, del producto y del empleo. Por
lo tanto, se puede llegar a una posición de equilibrio entre el ahorro y la
inversión sin que esto implique una ocupación plena; la expresión “ equili
brio con subem pleo” designaba la nueva situación, que cualquiera podía
verificar en ía realidad de la década de 1930.
: La argiiinentación de K e y n e s atacaba también la concepción neoclásica
de desempleo, que culpaba del problema a la rigidez de los salarios a la
.baja (3y), sostenida por eí accionar de los sindicatos. Para él, tal hipótesis ya
■no respondía en absoluto a la realidad, ya que si los empresarios redujeran
{3 1 ) L a c o r r i e n t e h e t e r o d o x a d e m a y o r p r e s t i g i o p r o v e n ía d e S u e c ia , d o n d e d e s d e
íaobra d e K n u t W eckrem. (1 8 5 1 -1 9 2 6 ) h a b ía s u r g id o u n g r u p o d e e c o n o m i s t a s q u e s o m e
tían a u n e x a m e n e m i e o la s id e a s e c o n ó m i c a s v i g e n t e s e n r e l a c i ó n c o n i o s a s u n t o s
pú b licos. F r u t o d e e s a s id e a s fu e e l d e s p l i e g u e a p r i n c i p i o s d e l o s a ñ o s '3 0 d e u n a m
plío p r o y e c t o i n t e r v e n c io n is t a q u e in c lu ía u n s is t e m a d e s e g u r id a d s o c i a l , p r e c i o s s o s
tén p a ra la a g r ic u lt u r a , y e l a p o y o a ia c r e a c ió n d e c o o p e r a t iv a s a g r a r ia s y d e c o n s u m o .
¡3 2 ) U n r e s u m e n d e la v id a d e K eynks e n V e r c e i -u (1 9 8 9 ).
(3 3 ) P a ra lo s p e n s a d o r e s n e o c lá s ic o s , e n u n a c o y u n t u r a d e p r e s iv a lo s s a la r io s
'..tienden a b a ja r, y ll e g a u n m o m e n t o e n e l q u e é s t o s h a n d e s c e n d i d o d e ta l m a n e r a q u e
; alientan a l o s p o s e e d o r e s d e r e n c a s a i n v e r t i r e n ia a c t iv id a d p r o d u c t i v a . A h o r a faicu ,
. si i?, a c t u a c i ó n s in d i c a l im p id e la c a íd a d e s a l a r i o s , la s i t u a c i ó n d e e s t a n c a m i e n t o v a
'- a p e r s is t ir .
362 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
r
I Granjas colectivas
1928
%
1,2
1937
%
8 5 ,9
I Granjas estatales 1,5 8 ,9
I Granjas privadas con
I componentes colectivos 1,0 4,6
| Granjas privadas 9 6 ,3 0,6
| F u en te : N o v e (1973).
C u a d ro 17. E v o lu c ió n d e la p r o d u c c ió n in d u s tr ia ! b ru ta d e la URSS
(1 9 2 7 - 1928 = 100).
C u a d ro 18. D is tr ib u c ió n d e la re n ta n a c io n a l s o v ié tic a .
(3 4 ) L o s p r e c i o s f u e r o n e s t a b l e c i d o s d e m a n e r a q u e i o s p r o d u c t o s a g r a r i o s s e v e n
d ía n b a r a t o s y l o s i n d u s t r í a l e s s e c o l o c a b a n a p r e c i o s s u p e r i o r e s .
Por su parte, los trabajadores fueron los que la pasaron peor; la depre
sión los golpeó tanto material como políticamente, rompiendo su unidad al
enfrentar a quienes trabajan con quienes no han encontrado empleo. Es que
la crisis creó una nueva clase de proletarios de rango inferior: la de los des
ocupados. Perjudicada por la baja de los salarios nom inales, pero, sobre
todo, quebrada por el desempleo, la clase obrera se encontró en una posi
ción claramente desventajosa frente a la patronal. La misma repercutió so
bre las organizaciones obreras: en un primer momento, la depresión produjo
una disminución de los afiliados y de la actividad de los sindicatos. Mientras
que en algunos países —Alemania, Japón, Portugal, España— la instalación
de gobiernos dictatoriales terminó con el sindicalismo libre, reprimiéndose
con dureza a la clase obrera, en otros, como los Estados Unidos y Francia,
coyunturas particulares —-la protección del New Deal a los sindicatos en el
primer caso y la reacción de los trabajadores franceses frente al peligro fas
cista en el segundo— condujeron a una mejora de la posición relativa de los
sindicatos en ei escenario de la época. En cualquier caso, el balance global
es negativo: eí número de obreros sindicalizados disminuyó de forma signi
ficativa durante la década, al tiempo que los enfrentamientos entre social-
demócratas y comunistas en Europa Occidental contribuyeron a debilitar su
posición frente a los avances del fascismo, por lo menos, hasta mediados de
la década.
Un párrafo aparte merece la situación del campesinado, que en todas par
tes se vio afectado no sólo por la drástica caída de los precios, sino también
por el ya. citado deterioro de los términos del intercambio con los productos
industriales. En algunos países, los agricultores se refugiaron en la produc
ción de subsistencia; en otros, la quema de cosechas y las migraciones in
ternas en búsqueda de mejores oportunidades fueron los recursos u tiliza
dos para enfrentar las consecuencias de una coyuntura económica que 'os
castigaba con saña y no les dejaba mayores opciones.
W SCGUNOfl GU€RRfl MUNDIAL
La década del '30 com enzó con una profunda crisis económica y finali
zó con la guerra más generalizada y destructiva que el mundo había experi
mentado hasta ese momento. En su transcurso se activó un agudo conflic
to ideológico, en el que una de las partes optó por buscar su resolución a
través de la guerra, con todas las implicaciones que conllevaba esa decisión.
A diferencia de lo ocurrido en 1914-1918, el enfrentamiento involucró
países y escenarios extraeuropeos, pero además incluyó, como rasgo único
y distintivo, un componente racista que condujo a una matanza en Alema
nia y otros territorios conquistados por los nazis, situación que no entraba
dentro de la “lógica" de la guerra.
Por otra parte, las decisiones de H h -l e r en relación con la Unión Sovié
tica y el ataque de Japón a los Estados Unidos trajeron como consecuencia
la conform ación de una alianza impensable poco tiempo antes, que tuvo
enormes repercusiones a partir del momento en que eí curso de la guerra
comenzó a revertirse, En efecto, la debacle experimentada por los nazis en
Rusia fue el punto de partida para el avance del Ejército Rojo sobre territo
rios de Europa Oriental y la posterior conformación de un bloque socialis
ta controlado por la Unión Soviética, verdadero desafío para Occidente.
Los Estados Unidos, a su vez, tuvieron una intervención mucho más
activa y prolongada respecto de lo que había ocurrido en ocasión de la Pri
mera Guerra Mundial, situación que se mantuvo durante la posguerra, con
tribuyendo a que no se repitieran los errores que impidieron que la vida
política se estabilizase en 1919. Justamente, la renuncia norteamericana a
retornar a su tradicional aislamiento llevó con rapidez a un enfrentamiento
con la Unión Soviética, en lo que casi de inmediato se denominó “Guerra
Fría’’.
370 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
¿ í.b U O 3
Japón 1.256 I
Gran Bretaña 1.200 |
Estados Unidos 1.175 |
Francia 1.Ü88 ■ j
Italia
C u a d ro 1. G a s to s rni.H tñ re s d a t'ss p o t e n c ia s c o n t e n d ie n t e s o n la S e g u n d a
G u e rra M u n d ia l, 1 5 3 3 -1 93S ( m iií o n e s d e lib r a s e s c s rU n a s ).
CAP. 1 1 — LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 371
(1 ) E s tn b s n :o i.iv a d a !'u n d a m e n t a lm e n t e e n la s e n s e ñ a n z a s q u e d e j ó la g u e r r a d e
1.914, y q u e i i r n . e » h a b ía v i v i d o m u y d e c e r c a ; s e p o d ía n r e s u m i r e n u n a fr a s e : “ i-a s
g u e r r a s la r g a s s e p ie r d e n s o la s * ’ . P e r o a d e m á s e x is t ía 1n in c o n t r a s t a b l e r e a lid a d cié q u e
A le m a n ia chr e c ia de- 'm a t e r ia s p r im a s e s e n c i a l e s —- h ie r r o , p e t r ó l e o , c a u c h o . ‘V .e tiü e s
.to fe r r o s o s ™ , p o r !o q u e h a b ía q u e e v it a r u n a o s t r a íe ^ ia q u e s e b a s a r a e n un r«Jlo m v e í
:e i m p o r t a c í o u t - s .
372 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
C u a d ro 2. In d ic e d e l p r o d u c to b r u to in te rn o (1 9 3 9 = 100).
( 2 ) A l d c r o n~ { 1 9 8 9 } .
CAP. 1 1 — LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 375
t Años
1940 1941 1942 1943 1944 i
Ín d ic e s ^
C u a d ro 3. In d ic e s de !a a c tiv id a d e c o n ó m ic a e n ia U n ió n S o v ié tic a .
C u a d ro 4 „ in g r e s o s d e l E s ta d o e n la U n ió n S o v ié tic a
(m ile s d e m illo n e s d e ru b io s ).
( 4 ) M ;: a v a r d ( 1 9 8 6 ) .
{ 5 ; ¡S'o v k ( 1 9 7 3 ) .
CAP. 11 — LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 377
¡7 ) M íl w a k d f i S 8 6 ¡ .
380 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
años '30, sino también a una redistribución de las rentas en beneficio de las
clases asalariadas. Pero no todas las consecuencias fueron positivas: la
acelerada urbanización, producto del crecim iento industrial, trajo consigo
una notable escasez de viviendas, y las nuevas condiciones de vida, afecta
das en muchos casos por la ausencia del jefe de familia alistado en el fren
te, condujeron a la aparición de un serio problema de delincuencia juvenil,
q u e se agravó en los años siguientes.
| " P e río d o s
1900-1913 1313-1950 1950-1973 j
| P a ís e s —____
C u a d ro 1. C re c im ie n to d e ¡ p r o d u c to b r u to in te r n o , 1900-1973 (ta s a m e d ia
a n u a ; a p r e c io s c o n s ta n te s ).
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 387
—__ P erío d o s 1
1900-1913 1913-1950 1950-1973 ;]
P a íses
¡ Promedio aritmético
para 16 paises desarrollados 1,6 1,2 3,8 J
F u e n t e : e la b o r a c ió n p r o p i a a p a r t ir d e Maüdisow (1 9 9 2 ).
C u a d ro 2. C re c im ie n to d e l p r o d u c to b r u to in te r n o p o r h a b ita n te , 1900-1973
(ta s a m e d ia a n u a l c o m p u e s ta ).
(t ) En c¡ e s t u d io t ío i c ü a ’ si: h a n e x iü a ú lo m s y o r p a r te d e la s .e s ía c iL s d c a s d e esu-,
p u n t o , Mamnson u iü iz a la e x p r é s i ó n '“ p a í s e s c « -d e sa -rró M o -, .p e r o c r e e d n o s -qtta m is
m a p ia n rea c u e s t i o n e s q u e n o e s - p o s ib le d e b a u r a q u í, .r a z ó n p o r la c u a l h e m o s p r e
f e r i d o la . e x p r e s ió n " p a í s e s a t r a s a d o s ” , a r e a c iie n d o a .la s itíifcren ciH S ..cx -ií».tc;iJ :r s .-en e l
p r o d u c t o b r u t o p o r h a b lta n .U : r e s p e c t o d e i o s p a í s e s d e s a r r o l l a d o s , a ! .m o.m ea ito ele
r c a U z a r s c .el e s t u d io .
(2 } R s t a s c if r a s g l o b a l e s e n c u b r e n s i t u a c i o n e s .p a r t ío t ila r e s - q n e \ m a n á l i s i s m á s
f i n o d e ü e le n fr r e n c u c n t u . P a r a .c it a r ux< sui.a .e je m p lo , a l g u n o s .p a ís e s — C a o n d á y .«Ja
p ó n coresn-i ij-yea i o s c a s o s m á s c l a r o s p e r o i o s ú n ic o s - — p a s a r o n h i o ía r ^ o d e i s i
g l o X X -ríe u n U ío p o a o t r o .
388 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
—j
P ro d u c to b ru to P ro d u c to b ru to
in t e r n o in t e r n o / h a b it a n t e
P r o m e d io aritm é tic o 5 ,3 (4 ,9 ) 2 ,7 (3 ,8 )
p a r a 15 p a í s e s a t r a s a d o s
C u a d ro 3. C re c im ie n to d e ! p r o d u c to b r u to in te r n o y d e ! p r o d u c to b r u to in te rn o
p o r h a b ita n te de 15 p a ís e s a tra s a d o s , 19 50 -197 3 (ta s a a n u a ! a p r e c io s
c o n s ta n te s p a ra e l p r o d u c to b r u to in te r n o y ta s a m e d ia a n u a l c o m p u e s ta p a ra
e l p r o d u c to b r u to in te r n o p o r h a b ita n te ).
Años
1950
• l e c t o r e s
Agricultura
industria
Servicios
; N o ta : los porcentajes constituyen eí promedio aritmético
d e la s ta s a s d e o cu p ació n corre sp o n d ie n tes a ios 1 6
. ‘‘P'aises desarrollad os citados en el cuadro 1.
F u en te : M addison (19S2).
C u a d ro 4. D is tr ib u c ió n d e l e m p le o p e r s e c to re s en 15 p a ís e s
d e s a rro lla d o s , 1950 y 1980.
( 3 ) M a d d is o n ( 1 9 9 1 ) .
CAP. 1 2 - L A EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 389
1913-1950 ^ 1950^1973~~]
Promedio aritmético
para 16 países desarrollados 1,0 8,6
Promedio ariímético
para 15 países atrasados 1,1 5 ,9
Fuente: M a d d is o n (1 9 9 2 ).
C u a d ro 5. V o lú m e n e s d e e x p o rta c ió n (ta s a m e d ía a n u a ! c o m p u e s ta
d e c re c im ie n to ).
1 2,2,1. L A FUNDAMENTACION N E O C L A S IC A
(4 ) D bnssok (1 9 6 7 ).
390 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
12.2,2. L O S A R G U M E N T O S K E Y N E S íÁ N .O S
Los econom istas de orientación es truc tura lista afirman que el creci
miento es Básicamente un proceso desequilibrado en el que el progreso téc
nico no se distribuye con uniformidad entre los diferentes sectores. Por el
contrario, el impulso dado por la demanda conduce a inodificacion es en la
estructura productiva: algunos sectores crecen, otros declinan. A su vez, los
cambios- producidos en la com posición de la demanda a raíz del crecim ien
to origina nuevas modificaciones en la dinámica de los sectores productivos.
El modelo, clásico del que parten ios es tr uc:t üra I i s ta s es ei de Lewis (3). El
mismo supone la existencia de dos sectores, uno avanzado y otro atrasado.
Al comienzo del proceso, el sector avanzado es pequeño, y el atrasado, muy
grande. Exi aquél, tanto la productividad como ios salarios son altos; en el
sector atrasado, por su parte, la productividad, media es baja-, y los salarios
son de subsistencia. La expansión. del: sector avanzado atraerá trabajadores,
y en determinadas condiciones también recursos 1 del sector rezagado. Al
término, dei proceso de transferencia de trabajo y de recursos, y de la ade
cuación. de los niveles de productividad, el sector atrasado desaparecerá
como tal, porque lo que quede de él habrá alcanzado los niveles dei sector
avanzado.
E l modelo de L e w ís , pensado para los países atrasados, fue también apli
cado; con matiz-aciones, por K i n d l e b e r g e r al crecim iento de Europa Occiden
tal (Q). En su análisis, este autor subraya el papel desempeñado por los al
tos porcentajes de desempleo y snbempieo, existentes en varios países eu
ropeos (no en todos), sobre ios niveles- salariales, los que se mantuvieron
contenidos: hasta, que se absorbieron los- remanentesoeupaeíenales. Más alia
de que muchos críticos enfa tizaron el: hecho de que la presión de los s ¡ncí i ■
calos en algunos p a ís e s — Italia es un ejem plo— elim inó los beneficios dei-
subempleo antes de que éste hubiera, desaparecido, el punto débil principal
de esta explicación es la. falta de identificación: del motor áel desarrollo, esto
es, la respuesta a la pregunta “ ¿por qué, en determinado' momento, ei sec
tor avanzado se toma dina m ico?”'.
í$ ! i-K'-V!:v ; j '-H>
•6-1- (:I:9 f í 7 j .
392 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
12,2,5. E L E N F O Q U E MARXISTA
17) S u s p r i n c i p a l e s e x p o s i t o r e s s o n A o ü am o vitz Í1 9 8 6 ). y B au m ol y o í i o s (1 9 8 9 ).
[8- M an o el (1 9 7 9 ).
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 393
(9 ) E n ia t e r m i n o l o g í a m a r x is t a s e d e n o m in a “ r e p r o d u c c i ó n a m p l i a d a d e l c a p i t a l ”
al p r o c e s o p o r e l c u a !, d e s p u é s d e la p r o d u c c i ó n y v e n t a d e m e r c a n c í a s , s e i n i c i a u n
n u e v o c i c l o c o n un in c r e m e n t o d e l v a lo r r e s p e c t o d e l c i c l o a n t e r i o r , lo q u e i m p l i c a q u e
p a r te d e la p lu s v a lía o b t e n id a s e h a i n v e r t i d o d e m a n e r a p r o d u c t i v a .
394 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
('1 0 } V a n » kk W kr (1 9 S S }.
{t E n t r e IaJ> m u e r t e s y l o s m r »v im ic n io s .m 3 ir h * o .s fie p o b l a c i ó n . P o l o n i a p a s ó de
32 m i s i o n e * d e h a b it a n t e s e n 1 9 3 9 r¡ ¡r ía n o s ■
{) 2) A i . ! i l-SSS).
CAP. 12 — LA EXPANSION D E LA SEGUNDA POSGUERRA 3S5
El fin de la guerra con todas sus secuelas puso en primer plano el tema
de la reconstrucción para los países directamente afectados por la misma y
de normalización económica para el resto. En Europa Occidental la situación
coyuntural era muy difícil: en muchos países había escasez de alimentos,
materias primas y bienes de consumo, y todos estaban desprovistos de los
recursos necesarios para financiar las importaciones imprescindibles que
permitieran relanzar de manera razonable la actividad económica. Frente a
esta situación, el gobierno de los Estados Unidos comenzó a enviar ayuda
— que también se extendía a ia Europa Oriental— a través de varias organi
zaciones, entre las que se destacaba la UNRRA (United National Relief Reha
bilitaron Administration). La misma no contribuyó excesivamente a la recu
peración económica pero sirvió para atenuar las privaclones.
E1 proceso de reconstrucción se vio dificultado por la inflación, originada
por la aparición de una cantidad enorme de dinero y una limitada oferta de
bienes de consumo. Las tensiones inflacionarias fueron abordadas de dife
rentes maneras por los afectados, resultando Bélgica el país donde se pusie
ron en práctica medidas de ajuste más duras, que incluían un cambio forzo
so de los billetes y el bloqueo de los depósitos bancarios. Recetas parecidas
pero no tan drásticas se concretaron en Holanda, Noruega, Suecia, Austria
y Suiza.
En cuanto a los principales vencedores y vencidos —Gran Bretaña, Fran
cia, Alem ania e Italia— , aplicaron políticas económicas variadas, que iban
desde un fuerte intervencionismo estatal en el primero hasta un liberalismo
ortodoxo en el último, con resultados positivos en dos terrenos: se contu-
vQ. la. inflación y eí crecimiento económico fue acelerado, hasta el purxro que
se ha afirmado qúe la ayuda proveniente del plan Márshall se hizo efectiva
sobre unas economías nacionales que ya habían despegado.
Los índices del producto bruto interno correspondientes a esos años
corroboran, con algunas excepciones, esa afirmación (cuadro 6 ).
I Anos
1S45 1S46 1S47
f P a ís e s
(1 3 ) ü u e n f o q u e d e Ja G u ftrra F r ía p u e d e e n c o n t r a r s e e n P ü r k ík a (1 9 S 3 ).
HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
12,5,1- JLA E C O N O M I A M I X T A
Uno de los rasgos más novedosos del escenario de la posguerra fue la.
emergencia de lo que se denominó "econom ía mixta” . La misma se basaba,
en una relación entre el sector privado, el Estado y los sindicatos.
Después de lo ocurrido durante los años ‘30. quedó claro que la Inter
vención creciente del Estado en la economía fue consecuencia de lo que en
esó's momentos se interpretó como unífíncapacidad de ia economía de mer
cado para resolver los problemas generados por la crisis y tomó la forma de
una serie de decisiones políticas pragmáticas que intentaban actuar sobre
los aspectos más negativos de la. misma. Pero, por otra parte, como se ha
tratado en el punto I 2 T2 , surgieron teorías que intentaban fundamentar el
nuevo derrotero que estaba tomando la economía, de las cuales la obra de
K js yn b s ; fue la contribución de mayor repercusión.
12,5,2. L A I M P O R T A N C I A B E L A O F E R T A D E T R A B A J O Y
C A P IT A L
C u a d ro 7. C re c im ie n to d e m o g r á fic o d e lo s p r in c ip a le s p a ís e s , 1920-1970.
Anos
1,950 1973
P a íses- % • %
C u a d ro 8. C o m p o n e n te fe m e n in o d é la fu e rz a la b o ra l.
S e c to re s Agricultura Industria S e rv ic io s I
F u e n teT v A ^ D g R V V g E {1 9 8 6 ). ~ |
Por otra parte, hay una dimensión cualitativa de la oferta de trabajo que
se vincula básicamente con la mejora del sistema educativo, destinada a
elevar ei nivel de formación de la población. Está claro que cuanto más ele
vado sea el nivel medio de educación, más fácil les resulta a los trabajado
res comprender y aplicar los frutos del progreso técnico. Si bien es difícil
valorar con precisión el impacto de la educación sobre la productividad,
existe una relación estrecha entre los niveles de ésta y la distancia econó
mica entre naciones. En general, todos los países incrementaron sus inver
siones en educación en los años '50 y ’ 60, tanto en términos reales como en
relación con el producto bruto interno, como lo índica ei cuadro 10 .
í i 5) E n L u x e m b n r g o e s e p o r c e n t a je l l e g ó a s e r d e l 35 %. V e r d a t o s en V an d e r Wr.x
Í19S6}.
402 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
i Años
1955 1964 Increm ento I
1 P a íses % % % |
C u a d ro 10. P r o p o rc ió n d e io s g a s to s e d u c a tiv o s e n e l p r o d u c to
b r u to in te rn o , 1955-1964.
12,5,3. E L P R O G R E S O T E C N I C O Y L A S M O D I F I C A C I O N E S E N
L A O R G A N IZ A C IO N D E L T R A B A J O Y D E L A E M P R E S A
(1 6 ) L a ia w e s íig a c É ó s G b á s i c a s e c o m p o n e d e t r a b a j o s e n c a m i n a d o s a l a n á l i s i s d e
p r o p ie d a d e s , e s t r u c t u r a s y r e l a c i o n e s m u t u a s d e l o s o b j e t o s y s e r e s q u e c o n s t i t u y e n
e í u n iv e r s o , c o n v i s t a s a s i s t e m a t i z a r e n l e y e s g e n e r a l e s l o s h e c h o s d e s p r e n d i d o s d e
e s e a n á l i s i s . L a Ésr&esfcigá’c s o s i pap-a e l d e s a r r o l l e , p o r s u p a r t e , p r o v i e n e d e la u t i l i
z a c i ó n d e l o s t r a b a jo s y r e s u l t a d o s d e la i n v e s t i g a c i ó n a n t e r i o r p a r a l l e g a r a l a e x p lo -
■t n c ió n d e n u e v o s p r o d u c t o s , d i s p o s i t i v o s , s i s t e m a s o p r o c e d i m i e n t o s , o p a r a m e j o r a r
l o s y a e x i s t e n t e s . V e r P a la z u b lo s (1 9 8 0 ).
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 405
(1 7 ) C k a k o i .er (1 3 7 7 ).
406 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
Años
1953 1960 1973 ;
P a íses
C u a d ro 12. In d ic e d e in c re m e n to d e lo s s a la r io s re a le s,
19 53 -197 3 (1 9 5 3 = TOO).
P e río d o s
-------------------- ~1
1913-1950 1950-1973 j
P a ís e s
F u en te : M a d o i s o n (1991).
_ _________________ 1
C u a d ro 13. C re c im ie n to ü e l v o lu m e n d e ! c o m e rc io e x te rio r
(ta s a m e d ia a n u a l c o m p u e s ta ).
Esta expansión tuvo una estrecha relación con decisiones políticas. Las
enseñanzas del período de entreguerras, en las que el increm ento de los
aranceles, los controles de divisas y las restricciones cuantitativas resulta
ron enormemente negativas, fueron bien aprendidas. Las recomendaciones
sobre liberalización del com ercio exterior formuladas en la reunión de
Bretton Woods condujeron a una baja sustancial de las barreras aduaneras
y al desarrollo de formas de cooperación económ ica, con consecuencias
positivas para la creación de nuevas y crecientes oportunidades de inversión.
Asimismo, el Estado realizó otras contribuciones significativas a través de
medidas impositivas y crediticias que beneficiaron a las empresas exporta
doras. A su vez, los progresos técnicos en los sistemas de transporte y los
bajos precios del petróleo condujeron a una reducción de los fletes, de tal
suerte que los costos de traslado incidieron de manera decreciente sobre t:.l
precio final de las mercaderías.
La importancia de las exportaciones en el crecim iento económ ico ha
sido un tema muy debatido: luego de haber gozado de un apoyo casi unáni
me el argumento que Ies otorgaba un papel independiente y dinámico en ci
proceso áe crecimiento, en la actualidad la evidencia empírica tienrie a po
ner de relieve ia concepción, más cauta, de que las exportaciones se incre
ír» en tan en un contexto de expansión económica generalizada. Por lo tumo,
los países de crecim iento acelerado ganaron en com petí ti vidad e x t e r i o r a
través de la rápida inversión Interior y, a 5a inverna, Jos.países de crecimiento
lento tuvieron pocas posibilidades de m ejorar su posición exportadora a
causa de su baja tasa de inversión.
408 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
A partir de la puesta en marcha del plan Marshall por parte de los Esta
dos Unidos, quedó claro que había una intencionalidad diferente en la ma
yor potencia del mundo respecto del funcionamiento de la economía mun
dial. El aislamiento fue reemplazado por la cooperación, y la búsqueda de
acuerdos sustituyó a las decisiones unilaterales.
El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) fue
la primera manifestación de ese nuevo espíritu. La idea de un mecanismo
internacional de este tipo había surgido en Bretton Woods pero se concre
tó, tras algunas reuniones preparatorias, en la Conferencia Internacional
sobre Comercio y Empleo que se celebró en La Habana entre noviembre de
1947 y marzo de 1948. Los principios fundamentales del GATT fueron dos:
la igualdad de trato y el multilateralismo, teniendo como trasfondo la defensa
del librecambio, al que se le reconocían algunas excepciones, justificadas
por la necesidad de garantizar el pleno empleo o por las pautas impuestas
por el desarrollo. Dotado de un secretariado que se instaló en Ginebra, el
GATT se convirtió desde un principio en un foro de liberaiización del comer
cio, convocándose periódicamente “ rondas” en las que se busca profundizar
este proceso. En su origen, el GATT fue firmado por veintitrés países, pero
ya en 1952 el número de participantes había aumentado a treinta y cuatro,
totalizando más del 80 % del comercio mundial. La eficacia del GATT pue
de juzgarse por el hecho de que, para citar sólo un ejemplo, a mediados de
los '50, los derechos aduaneros norteamericanos estaban un 50 % por debajo
de los niveles de 1934. Pero, por otra parte, su efectividad ha ido acompaña
da de-un desconocimiento de las desigualdades existentes entre los países
desarrollados y los subdesarrollados, por lo que su gestión ha sido vísta con
frecuencia desde estos últimos países como una institución inequívocamen
te conservadora del status comercial vigente.
El logro más significativo verificado en el proceso de cooperación eco
nómica fue la creación del Mercado Común Europeo. La idea de la integra
ción estaba en la mente de muchos europeos cuando finalizaba la Segunda
Guerra Mundial, y así fue que ya en 1944 los gobiernos de Bélgica, Holanda
y Luxemburgo, aún en el exilio, acordaron la creación a partir del I o de enero
de 1948 del Benelux, una unión aduanera que con el tiempo se transforma
ría en una unión económica completa.
Los Estados Unidos, embarcados en el proceso de liberaiización del
comercio internacional, estaban, sin embargo, dispuestos a admitir estruc
turas arancelarias discrim inatorias si los arreglos promovían el logro de
objetivos que iban más allá del terreno económico. La integración económica
crearía una barrera fuerte y próspeaa contra la propagación del comunismo,
y por eso fue estimulada.
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 409
marca en 1972. Se avanzaba así en la idea de una efectiva anión europea, que
se extendiese hasta ei ámbito político.
Una sola referencia sirve para sostener que la CEE fue un gran éxito
desde el punto de vista comercial: las transacciones entre los países que la
componían se cuadruplicaron entre 1958 y 1969. El dinamismo derivado de
su creación condujo a un incremento de las inversiones extranjeras, sobre
todo norteamericanas, acompañadas por mievas tecnologías y nuevos méto
dos de gestión, que apuntalaron de -manera sólida el crecimiento económ i
co del continente.
El ejemplo proporcionado por la formación de la CEE y ía EFTA facilitó
el camino para el establecimiento de otros bloques regionales, entre los que
cabe citar a 1a A sociación Latinoam ericana de Libre Com ercio (ALALC),
constituida en 1961 por Argentina, Brasil, Chile, México, Paraguay, Perú,
Uruguay y los países de Centroamérica (Costa Rica, Eí Salvador, Honduras,
Guatemala y Nicaragua), así como también el acercamiento entre los países
de la antigua Africa Gccidental francesa {Dahomey, Costa de Marfil, Malí.
Mauritania, Níger, Senegal y Alto Volta), y la Unión Aduanera Ecuatorial,
integrada por el Chad, Gabón y la República Centroafricana.
entre los principales partidos políticos en torno a los temas sociales. Así, el
Estado asumió de manera plena una función distributiva que, a partir de
sustanciales aumentos en las contribuciones patronales, concretó un con
junto de beneficios sociales que protegía a los ciudadanos a lo largo de toda
su vida, al tiempo que se comprometía a desplegar políticas de empleo que
aseguraran una desocupación máxima del 3 %.
El tercer componente de la política económica posbélica, las nacionali
zaciones, fue el aporte específico de los laboristas. A partir de una variada
gama de argumentos, que iban desde la aplicación de la doctrina socialista
hasta consideraciones que remitían al concepto de “ utilidad pública” , las
nacionalizaciones abarcaron seis casos destacados: el Banco de Inglaterra,
la minería del carbón, el gas, la electricidad, los ferrocarriles y la industria
siderúrgica (esta última de manera incompleta, dando lugar a una situación
híbrida). De esta forma, el Estado pasó a controlar una cuarta parte de la
fuerza de trabajo y aproximadamente la mitad de la formación total del ca
pital industrial.
La evaluación del impacto económ ico del proceso de nacionalizaciones
es desigual; lo cierto es que la falta de una política de planificación impidió
que el Estado hiciera uso efectivo de su poder económico. Más allá de los
controles, cada empresa conservó en la práctica niveles de autonomía como
para elaborar su propia estrategia.
La recuperación de ia economía británica, que se basó en el incremen
to de las exportaciones, tuvo entonces poca relación con el sector naciona
lizado de la economía. La contribución gubernamental se fundamentó en
persistir en los controles instaurados durante la guerra, lo que permitió
mantener un bajo nivel de importaciones, asegurando una balanza comercial
ampliamente favorable.
Hacía fines de la década del '40, las dificultades de la libra esterlina y los
problemas de la economía internacional, originados por la guerra de Corea,
pusieron en dificultades a los laboristas. La devaluación decidida er* 1949,
del orden del 30 %, potenció 5a posición exportadora rfei país, pero introdu
jo tensiones inflacionarias, en tanto las importaciones -—encarecidas por i a
devaluación— se vieron afectadas de manera adicional por el aumento de
precios a nivel internacional.
Ei Partido Conservador volvió ai poder en 1951, impulsado por una co
yuntura económica negativa que híxo perder credibilidad a los laboristas, y
lo mantuvo hasta 1964. Ese. l a r g o período de gobierno, y la alternancia pos
terior de ambos partidos ai frente dci. gabinete- — lab pristas entre 1964 y
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 415
12,6,3. FRANCIA
12,6,4. A L E M A N I A
Anos
1948 1949 1950 1951 1952 1953
| País
I Alemania 100 116 133 147 160 173
Fuente: elaboración propia a partir <je Maddison (1997).
de los señores feudales estaban los guerreros (sam urais); el largo período
que caracterizó al shogunato T o k u g a w a los convirtió en una clase ociosa,
sostenida por el trabajo de los campesinos. Estos constituían la mayor parte
de la población —alrededor del 75 % al final del shogunato— y vivían en una
situación de dependencia similar a la de los siervos europeos: tenían prohi
bido abandonar la tierra, y su libertad de cultivo estaba limitada por los se
ñores. El impuesto anual sobre la tierra, abonado en especie, oscilaba entre
el 40 y el 50 % de la cosecha total de los campos de arroz; a él se sumaban
otros pagos que llevaban a tornar justa la expresión de que los campesinos
“parecían existir solamente para pagar im puestos” .
El sistema feudal se vio afectado de manera progresiva por la irrupción
de relaciones comerciales que cambiaron los paisajes agrarios y los méto
dos de producción, a los efectos de responder a las demandas de los núcleos
urbanos. En las ciudades, la producción artesanal era diversificada, elabo
rada sobre la base de tecnologías primitivas, ímplementadas por industrias
controladas por gremios similares a los europeos, así como también por tra
bajadores domésticos instalados en el campo y coordinados en sus tareas
por un mercader. Los comerciantes eran considerados la clase más baja de
la sociedad, y “ aunque esto constituía una ficción obvia y podían usualmente
lograr sus demandas financieras, de todas maneras operaban con cierto te
mor respecto de exacciones arbitrarias” (n )-
Si bien hay elementos para sostener que el período T o k u g a w a n o confi
guró una era de estancamiento económ ico absoluto, lo cierto es que las
restricciones internas y externas impuestas por un régimen opresivo impi
dieron que el país experimentase un desarrollo significativo con anteriori
dad a los cambios que se implementaron a partir de 1868 (2a).
El último shogun T o k u g a w a fue depuesto en noviembre de 1867, retor
nando el p o d e r a la institución imperial por medio de un representante de
quince a ñ o s , M eijj, quien se instaló en Tokio a fines del año siguiente. Esta
revolución política fue en principio la culminación de un proceso de deterio
ro del shogunato, que se había acelerado con la ya citada aparición de las
¡21 } M a d o is o n (I 9 S 7 ).
(2 3 ) P:;>íton'K (1 9 9 4 ).
422 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
i2 a ; A :.u :n
( 2 S } ¡Wa u í k s o n í t 9 S n . y
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 423
( 2 8 ) ha r e f o r m a a g r a r ia d is tr ib u y ó u na te r c e ra p a r te d e ia t ie r r a c u lt iv a d a y a f e c
t ó a l 7 0 % d e la p o b la c ió n in s ta la d a en e l ca m po- V e r Doiu-; {1 9 6 4 ).
(2 9 ) MoftisHfMA ( i 984).
(3 1 ) E s t e U r i n a e s a n a liz a d o p o r I t o h (1 9 9 0 ).
(3 2 ) PoLt-AftD (1 9 9 1 ).
(3 3 ) Itoh (1 9 3 0 ).
(3 4 ) M a d d is o n (1 9 S 7 ).
(3 5 ) C ürvkra (1 9 9 6 ), a b o r d a e s t a c u e s t i ó n e n p r o f u n d id a d .
426 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
treinta y seis años, y aquella España inhabitable y rota que nos anunciaban
desde el lado rojo es una España alegre, de mil dólares per cápita” (37). Por
esos años, testimonios de este tipo abundaban entre quienes desde el riñón
del régimen utilizaban el desarrollo económico y el visible mejoramiento de
las condiciones de vida de la población como elementos de peso para legi
timar su perpetuación en el poder. Unas pocas cifras bastan para justificar
tan optimistas declaraciones: entre 1961 y 1974, eí PBI creció a una tasa
anual del 7 % y la producción industrial superó el 11 % anual de prom e
dio (3S).
El éxito español en la década de 1960, punto de partida para su incorpo
ración —sí bien como furgón de cola— en el reducido grupo de los países de
sarrollados con altos niveles de ingreso por habitante, justifica el tratamien
to sintético de su evolución económica en el largo plazo, así como también
el papel cumplido por el franquismo en ese éxito.
En el último cuarto de siglo, los estudios sobre historia económica con
temporánea de España han alcanzado un importante nivel en cantidad y
calidad, como consecuencia de la dedicación de un significativo número de
especialistas dentro del país, a lo que se suma la aportación de algunos pro
fesionales extranjeros. ,-Cs así, entonces, que se han producido avances tanto
en la elaboración (o rectificación) de series estadísticas razonablemente fia
bles, que permitieron alumbrar zonas oscuras del pasado peninsular, como
en la concreción de interpretaciones originales —muchas veces, divergen
tes— respecto de su evolución económica desde fines del siglo XVIII.
De cualquier manera, puede afirmarse que, en principio, hay acuerdo
respecto de una períodízación aproximada de la evolución económica veri
ficada en los últimos dos siglos ( 303.
Mientras que el siglo XIX fue de crecim iento lento, subdividido a su vez
en un estancamiento'que abarcó los cuarenta primeros anos y una recupe
ración gradual en los siguientes, el.siglo XX estuvo caracterizado por una
rápida expansión entre 1900 y 1930, veinte años de fuerte depresión debido
a ios electos sumados de la crisis mundial {•*«}, la guerra civil y ía largu ísi
ma depresión posbélica, y una expansión acelerada que tuvo.su manifesta
ción más. espectacular en los años *60, con tasas de crecim iento que supe
raron los niveles internacionales.
(3 7 ) C it. p o r F usí (L 9 S 5 ).
(4 1 } P rad os de l a B scosura (1 9 S 8 ).
(4 2 ) F e r n a n d e z d b P i n e d o y o tr o s (1 9 8 0 ) b rin d a n un p a n o ra m a a d e cu a d o de E s p a
ñ a al c o m e n z a r e l s ig lo X IX .
(4 4 } N a d a i . (1 9 7 5 ).
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 429
textil catalana— se vio, por lo tanto, limitado por este factor endó
geno.
— La desamortización del suelo en sus diversas etapas (4!>) no condu
jo a un avance importante del sector agrario, ya que consolidó la
situación de los antiguos propietarios, que no se preocuparon por
invertir capitales para aumentar la producción.
■— La explotación del subsuelo —sobre todo, las minas de hierro— es
tuvo a cargo de capitales extranjeros, que aprovecharon la coyuntura
para beneficiarse de manera abusiva, limitando la actuación del ca
pital nacional.
— Los problemas de la hacienda pública, continuamente agobiada por
la falta de recursos, determinaron tanto la política crediticia — altas
tasas de interés para captar el dinero de los particulares— como el
comportamiento de la banca estatai, que se dedicó casi exclusiva
mente a allegar fondos para el Estado en lugar de fomentar el desa
rrollo de las fuerzas económicas del país. Asimismo, la necesidad de
recurrir al crédito exterior obligó al otorgamiento de “ com pensacio
nes indirectas” a los acreedores extranjeros, que favoreció la pe
netración del capital foráneo en sectores importantes de la estruc
tura económica española.
Apartándonos de los análisis de N a d a l , aunque éste parece acordar con
el argumento, hay que destacar el papel trascendente (y negátivo) que mu
chos le confieren a la pérdida de las colonias americanas. En resumen: a io
largo del siglo XIX, España fracasó en el intento de modernizar su economía,
tal com o lo hicieron las naciones más avanzadas del continente, pero, ade
más, se convirtió en un país subdesarrollado, exportador de unas pocas
materias primas, con una industria raquítica, afectado negativamente por la
presencia del capital extranjero.
Trece años más tarde, L e a n d r o P r a d o s d e l a E s c o s u k a publicó De im perio
a nación (46j, un trabajo elaborado de manera explícita como una visión al
ternativa a la que había brindado N a d a l respecto de la evolución económica
española en el siglo XIX. Desde una visión económica neoclásica y utilizando
de manera sistemática variados recursos econom étríeos. P r a d o s d e l a E s c o
s u k a arribó a conclusiones diferentes de las del autor de El fracaso...:
(4 5) L a d e s a m o r t iz a c ió n c o n s is t ió e n la v e n ta p o r p a rte d e l E s ta d o d e la s tie r r a s
en p o d e r d e la Ig le s ia y ta m b ié n d e la s tie r r a s c o m u n a le s .
(4 6 ) P rados dk la B scosura (J 9 8 8 ).
430 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(5 1 ) V iñ a s y o t r o s (1 9 7 9 ].
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 433
(5 2) C arrehas (1 9 9 2 ).
(5 3) V iñas y o tr o s (1 9 7 S j.
{ 5 5 } Ic k ü ü .
( 5 6 ) Itien?.
(3 8 ) C a r r e r a s ( I 9 8 S )
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 435
C u a d ro 15. C re c im ie n to d e i p r o d u c to b r u to in te r n o y d e l p r o d u c to b ru to
in te r n o p o r p e r s o n a e m p le a d a en E u ro p a O rie n ta ! e n tre 1950 y 1952, y 1967 y
1969 (e n p o r c e n ta je a n u a l).
C u a d ro 16. In c id e n c ia de la p r o d u c tiv id a d e n e l c r e c im ie n to d e l p r o d u c to e n e l
s e c to r in d u s tr ia l, E u ro p a d e l e s te , 1950-1969.
(61.) M a ik r (1 .9 9 2 ),
440 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(6 2 ) L a o b ra q u e r e s u m e el p e n s a m ie n to d e la C E P A L e s la d e P kebíscí; (1 9 6 3 !
CAP. 12 — LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 441
los índices de crecim iento dei producto bruto industrial. Pero cuando ia
demanda interna se frenó y la sustitución de importaciones se extendió a los
bienes de capital, se hizo más visible el atraso tecnológico; la necesidad de
proteger actividades poco competitivas llevó a un incremento de las tarifas
arancelarias, con consecuencias inflacionarias que actuaron desequilibrando
la balanza de pagos y forzando a la devaluación de las monedas.
Un grupo limitado de países, ubicados en general en el sudeste asiático,
encaró desde mediados de los años ’50 un modelo de crecimiento sustentado
en la exportación de productos industriales, que fueron sustituyendo a las
tradicionales exportaciones de materias primas y alimentos. La base consis
tía en la expansión de sectores intensivos en trabajo —industria textil, elec
trónica—-, aprovechando la disponibilidad de una mano de obra abundante
y barata. Países como Corea del Sur y Taiwán, colonias japonesas antes de
ja guerra, se vieron favorecidos por un proceso de descolonización que in
cluyó reformas profundas en la propiedad de la tierra, favoreciendo un cre
cimiento más igualitario. El Estado, a su vez, apoi'tó orientaciones definidas
en materia de subsidios a la exportación y apertura al capital extranjero, e
implemento medidas de apoyo en los terrenos monetario y financiero.
Los resultados del comportamiento de estos países se aprecian en el
cuadro 3, que puede ampliarse con algunos elementos (S3): mientras que el
producto bruto interno por habitante de Am érica Latina se mantuvo en el
período 1950-1973 dentro del promedio (2,7 %), los países africanos crecie
ron a una tasa sensiblemente más baja, del 1,9 % anual, en tanto Corea del
Sur y Taiwán lo hicieron a un promedio del 5,7 %, datos que muestran con
claridad los desniveles existentes dentro de lo que en algún momento se
llamó de manera global “ tercer mundo” (°4).
Una situación particular es la de los países involucrados en el proceso
de descolonización abierto después de la finalización de la Segunda Guerra
Mundial, el cual concluyó con el acceso de numerosos países asiáticos y afri
canos a la independencia política. Sin embargo, la nueva situación se vio ne
gativamente afectada por el hecho de que, con pocas excepciones — reduci
das en general a las zonas de asentamiento europeo— , las nuevas naciones
eran muy pobres. Los países que durante aproximadamente tres cuartos de
.Agio cjcíctcion el ccuc7nr.’ i;,;¿íü extrajeron grandes fortunas en minerales y
otros productos pero com partieron muy poco de 1c 5. beneficios obtenidos
con ios nativos. La miseria extendida, agravada por el acelerado crccúmen-
ío demográfico, resultó entonces mi a io ra ie condicionante para Ja estabili
zación de gobiernos viables, afectados, además, por la persistencia de situa
ciones de dependencia respecto de las potencias colonizadoras, que ha con
{6 4 ) M a d d is o n (1 9 5 2 ).
442 HISTORIA ECONOMICA Y SOCIAL GENERAL
(66} M addíson (1 9 9 2 ¡.
( 7 0 ) H o í s s b a w ;--: ( i y 9 5 ) .
CAP. 12— LA EXPANSION DE LA SEGUNDA POSGUERRA 445
Curiosamente, en los países socialistas, donde la ideología hegemó-
nica defendía con fuerza la liberación femenina, y las circunstancias
habían determinado que casi la totalidad de las mujeres estuvieran
incorporadas al mercado laboral, la realidad mostró avances mucho
más modestos. Si bien se concretaron algunos logros — igualdad de
derechos políticos, acceso a la enseñanza— el tradicionalismo de las
poblaciones de los países en los que triunfó el socialismo se mani
festó bajo la forma de una falta de cooperación, abierta o disimula
da, a todo el proceso.
d] El proceso de innovación tecnológica característico de este período
de crecimiento económico impulsó la expansión de profesiones para
las cuales eran im prescindibles los estudios universitarios. Está
claro que en muchos países todavía estaba por resolverse el proble
ma de la alfabetización masiva, aunque se hubieran producido pro
gresos de significación, pero el incremento de la población que cur
saba estudios superiores fue generalizado, produciéndose situacio
nes que en muchos casos no tenían que ver con el desarrollo del
país, ya que si bien no es extraño que en Europa Occidental los es
tudiantes superasen en muchos casos el 2,5 % de la población total
en ios años *70, sí lo es que por la misma época en Ecuador ese por
centaje fuera del 3,2 %. Cabe agregar que el fenómeno no se dio con
la misma fuerza en los países socialistas, ya que allí el sistema no
estaba en condiciones de responder a una demanda que se disparó
más allá de toda previsión.
Estos centenares de miles de jóvenes —millones en algunos p a ís e s -
constituían un factor social y político nuevo. Si bien muchos —tal
vez la mayoría— de los estudiantes acudían a las universidades con
el objetivo definido de obtener un título, era mucho más llamativa la
presencia de quienes desplegaban una militancia activa, fundamen
talmente en agrupaciones de izquierda o de ultraizquierda. Durante
ios años ’60, eí movimiento estudiantil adquirió dimensiones mun
diales canalizando el descontento social y político. Los sucesos del
Mayo francés de 1968 (7l) fueron la manifestación más conocida y
difundida de una rebelión que se extendió desde los Estados Unidos
hasta Polonia y Checoslovaquia, pasando por México, donde los su
cesos sangrientos de la plaza de Tiatelolco culminaron con un nú
mero indeterminado de muertes [entre 35 y 350, según Jas distintas
versiones).
Han sido profundamente debatidas las razones por las cuales, en el
momento de mayor expansión económica y más amplia difusión del
bienestar generado por la sociedad industrial, un sector de quienes
eran en mayor medida beneficiados por sus avances reaccionó cues-
A ñ os
1970 1971 1972 1973 1974 1975
| Países
C u a d ro 17. In d ic e de c re c im ie n to d e l p ro d u c to b ru to in te rn o , T97G'1Q75.
1 A ñ os
1950 1960 1970 1971 1972 1973 1974 1975
1 P aíses
1 Alem ania 100 120 157 165 174 187 200 212
I Francia 100 174 258 272 288 310 352 393
I Gran Bretaña 100 149 221 242 260 283 329 408
| Estados Unidos 100 124 161 168 174 184 205 224
C u a d ro 19. In d ic e de p r e c io s a l c o n s u m id o r, 1950-1975.
( 7 5 ) M a o i m s o -n ( 1 9 9 7 ) .
( 7 6 ) M a iv d is o n ( 1 9 9 1 ) .
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R uO€N L 0eR€NBÜj«t
IR TRRNSiCSOW A lfl €CONOMIA
POSINDUSTRIAl
13,1. INTRODUCCION
Los análisis centrados en la descripción e interpretación del mundo
actual, tal como se ha venido configurando a partir de los tempranos años
'70, se han basado en la velocidad de las transformaciones, así como tam
bién en el cambio profundo de la lógica que rige los procesos socioeconó
micos e institucionales; esto último es lo que los dentistas sociales deno
minan “ cambio de paradigma” . Así, pues, las sociedades de hoy aparecen
inmersas en un complejo mecanismo de constante y acelerada transforma
ción que presenta dos características esenciales. La primera la constituye
el rol excluyente del factor tecnológico; decía T o m a s M o ro en la Utopía refi
riéndose a la Inglaterra del siglo XVI que las ovejas se estaban comiendo a
los hombres, tal parece hoy que las máquinas devoran a los humanos en la
medida de la difícil digestión social que las sociedades contemporáneas rea
lizan a propósito de la incorporación de la tecnología de avanzada.
Nunca como en nuestra época, la humanidad se había enfrentado al di
lema que plantea el desarrollo tecnológico de hoy, la asim etría entre un
desmesurado dominio de la naturaleza y de los procesos de transformación,
por un lado, y la capacidad de elaboración, interpretación y control de la
cultura sobre dichos procesos, por otro. Fenómenos como la destrucción de
la biosfera, de las copias clónicas y la creación de realidades virtuales, por
poner algunos ejemplos, escapan por ahora a una respuesta socialm ente
satisfactoria en eí campo de la filosofía y más concretamente de las normas
que regulan la vida en sociedad. De ahí, la crisis de los valores y de los có
digos que percibimos continuamente.
La segunda característica señalada reside en la destrucción del trabajo
tal como era concebido ai menos a partir de la aparición de la industria. La
desocupación, la pobreza y la marginalidad, aun dentro de las sociedades
más desarrolladas, atraen la atención del observador, como potenciadores de
la crisis a 1a que hacemos referencia más arriba; por otra parte, cabe la re
452 HISTORIA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
flexión acerca del futuro de un mundo que crece y se desarrolla cada vez más
y más rápido y en el que, sin embargo, no pueden solucionarse, sino más
bien se acentúan, los problemas de vida de miles de millones de seres hu
manos.
Nos encontramos en medio de una transición en marcha a la que valo
ramos con instrumentos analíticos que provienen del pasado, una transición
que, lejos de aproximarse a su fin, da inequívocas señales de que se encuen
tra en sus inicios. Debemos, pues, ser cautelosos. Nuestros objetivos se li
mitarán a la descripción e interpretación de lo que ha dado en llamarse “ so
ciedad posindustrial” , al examen de su dinámica y a la determinación de
algunas de las tendencias que influirán en el futuro próximo, siempre en el
marco de la perspectiva histórica.
tanto ciudadanos, votaban por los partidos que los representaban y solían
defender sus derechos por medio de la huelga y otras acciones reívíndicati-
vas vinculadas a su vez al proceso productivo.
Tal y como estudiamos en párrafos anteriores, este modelo llegó a su
madurez en los decenios posteriores a la Segunda Guerra Mundial y tendió
a mostrar ahora señales de su agotamiento a. fines de los año <5 '70.
El colapso energético y la escasez de las materias primas en general, el
estancamiento en el crecimiento de la productividad del sistema y las múl
tiples modalidades de la contestación política y cultural — hippies, rebelión
estudiantil, violencia política generalizada— por sólo mencionar algunos
ejemplos, pusieron en primer plano una crisis cuyas características cíclicas
llevaron a los economistas e historiadores de la economía a un temprano
análisis eoyuníural de la misma (V a n d er W e e , C a m b r ó n }.
Los años transcurridos desde entonces y las tendencias clave estable
cidas en el funcionamiento de la economía mundial demostraron que nos
encontramos frente a una transformación estructural en pleno desarrollo.
Si quisiéramos señalar las características más salientes de las transfor
maciones verificadas a partir de los años '70, seguramente las encontramos
en el comportamiento de los factores que venimos señalando.
En primer lugar, las materias primas naturales van "erdiendo el rol que
ostentaban en la llamada “era de la industria” . La tecnología llama a su re
emplazo sea por la creación de los insumos sintéticos o por la eliminación
de las técnicas de producción en las que eran necesarias. Los plásticos han
ido desplazando con naturalidad incontables variedades de madera, metales,
c eros, lanas y fibras textiles. El mismo destino tuvieron las grasas natura
les, los extractos vegetales y el caucho. Ei consumo de energía, con fuerte
énfasis en aquella de origen íósíi. fue drásticamente racionalizado a través
de Ja innovación tecnológica. Las naciones de desarrollo industrial aumen
taron en forma dramática su producción de alimentos y se acentuó la ten
dencia descendente de los precios de las materias primas.
Más arriba nos referíamos á la actividad productiva del trabajo Humano
como una de aquellas que registraba las modificaciones más sa.li.ent.es en e.¡
actual proceso de transformación. La producción agropecuaria hasta princi
pios dei siglo XX, las industrias extractivas y de transformación,, la presta
ción ce variados servicios y las tareas del intelecto y la creación, requirñ'-
roti enormes cantidades de.trabajo humano. Si la mecanización de h>s labo
res agrarias llevó prácticamente a la desaparición de la mano de obra ee .el
campo, dos innovaciones vinieron a reducir las exigencias de trabajadores
en ía producción industrial y en 1* prestación de ios servicios. -.La primera
de estas innovaciones está relacionada con eí usa) de las máquinas de las
cuales los robots son una ultima derivación del avance tecnológico. Sin
embargo, ia expansión de ía -robótica es limitada y aparece en un país como
Japón, pnr ejemplo, en e! cual la desocupación no se bn presentado corno
uno de los problemas a)á& llaves. He. todos moños, es cierto que las máqan
464 HISTORIA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
(! ¡ i í : , ( i 993).
CAP. 13 — LA TRANSICION A LA ECONOMIA POSINDUSTRIAL 465
13,3. EL RO L BE L A TECNOLOGIA
{2 ¡ í<i--. ¡wr;r:-Y ¡ 1 9 9 3 } .
CAP. 13 — LA TRANSICION A LA ECONOMIA POSINDUSTRÍAL 467
separando a las naciones ricas de las pobres y dentro de cada uno de los
países a las clases sociales privilegiadas de las carencia das. En el primero
de los casos, se hace evidente que los países tradicionahnente proveedores
de materias primas están sufriendo la baja de los precios o la desaparición
de la demanda de una cantidad de productos naturales.
Sin embargo, la m arginaíiiad favorecida por la desocupación y absten
ción del Estado es observable tí.mbién en las sociedades más evolucionadas.
Los Estados Unidos han visto aumentar significativam ente el número de
pobres sin hogar. Es posible que un 10 % de la población norteamericana se
encuentre por debajo de la línea de flotación económica. En Europa, el pro
blema de la desocupación es enfrentado de una manera diferente y será
objeto de un análisis en las próximas páginas.
Mirado globalmente, el problema del desempleo ha sido enfrentado por
el mundo contemporáneo a partir de ti es principios de solución, q leh a sido
posible observarlos en forma conjunta o por separado.
La primera de las soluciones mencionadas es propia del mundo desarro
llado y posee una larga historia. Se trata de la aplicación del subsidio de
desempleo por parte de lo:, Estados; tanto en los Estados Unidos co n o en
Europa, el Welfare State extendió salario; mínimos, cobertura médica y
otros beneficios sociales a buena parte de h< población activa paiada. Esta
política continúa aun cuando sabemos que viene siendo cuestionada a par
tir de la ideología de la abstención del Estado. La declarada necesidad de
incrementar la productividad y competitividad requerida por la competencia
internacional viene a enfrentarse con las urgencias que provoca la margina-
ción originada en el desempleo.
La segunda de las soluciones destinadas a enfrentar el problema de ?a
desocupación consiste en la redistribución del trabajo existente entre la
población potenciaímente activa. Este procedimiento conlleva la reducción
de la jornada de trabajo semanal de manera tal de hacer lugar a los parados
e implicaría la reducción de los salarios; tal decrcmento es, sin embargo,
inferior a la reducción horaria del trabajo. Quedaría aún por resolver el pro
blema de los aportes a la seguridad social. En el mediano y largo plazo está
pendiente la viabilidad en el tiempo de este procedimiento. En efecto, la
máquina y la eficiencia del control de los procesos destruye puestos de tra
bajo más rápido de lo que la población demora en reproducirse. Un buen
ejemplo de la reducción de la jornada labora) se aprecia en el debate por la
semana de treinta y cinco horas que ha tenido lugar en el Parlamento fran
cés en 1998.
Mientras que las dos soluciones anteriores dependían de una u otra for-
ma de políticas activas por parte del Estado, la tercera forma de enfrentar la
desocupación deriva del propio funcionamiento de la economía y de su po
sible expansión.
CAP. 13 — LA TRANSICION A LA ECONOMIA POSINDUSTRIAL 473
Aun cuando las características del sistema capitalista actual poseen cier
ta uniformidad —retroceso de la intervención del Estado, preeminencia del
mercado como asignador de recursos y distribuidor de la riqueza, ideología
de la globalización, megaevolucíón de las finanzas^—. la realidad muestra
distintos modelos de comportamiento que difieren entre sí en cuanto £ re
glas de funcionamiento y criterios de distribución de la riqueza; tamoíén
estos modelos provienen de una historia social política y económica que
presenta matices diferenciados. Nos referiremos brevemente a algunos de
ellos, comenzando por el que históricamente originó los principales logros
de la expansión industrial: la modalidad anglosajona (4).
( 3 ) R ífkin { 1 S 9 R ? .
( 4 ) A i ,b e r t ( 1 9 9 3 ) .
474 Hl-STOfíiA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
( 5 ) Tí'.UíOw £ 1 9 9 2 } .
( 7 ) H o h b a v .m ( 1 9 9 / ) .
478 HISTORIA ECONOMICA GENERAL SOCIAL
13,4,4. L A S T E M A T I C A S C R I T I C A S