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28 de junio de 2017
Tal como indica Fernández3 la disfagia puede derivar a consecuencias graves incluyendo la
muerte del paciente, esto en caso de no ser intervenido a tiempo por el profesional. Por ende el
trabajo fonoaudiológico en el paciente con disfagia es vital e indispensable. González por otra
parte, ejemplifica un riesgo importante en pacientes con disfagia, en donde “el 9 y 14% de los que
han sufrido un accidente cerebro vascular (ACV) presentan pasaje de contenido alimentario a la vía
respiratoria”4 Cabe mencionar que el Ministerio de salud de Chile (Minsal) indica que el ACV es la
principal causa de muerte en el país, siendo también la segunda causa de mortalidad prematura.
Además, esta misma entidad estima 24.964 nuevos casos anuales, lo que conlleva a que actualmente
haya 69 casos cada día. Con dichas estimaciones se presenta un factor importante y cuantioso a
nivel nacional en la posibilidad de que un paciente, producto de ACV, padezca disfagia necesitando
la supervisión de un fonoaudiólogo.
Por otra parte, está el examen oral. Este consiste en una exhaustiva evaluación de los
Órganos Fonoarticulatorios (OFA) que participan en la deglución, como también la función de la
faringe y laringe para evaluar riesgos de aspiración de alimentos al deglutir.
Nazar explica que realizar una evaluación fonoaudiológica para detectar aspiración en
pacientes disfágicos es “inaplicable en el 13-19% de los pacientes, principalmente por el
compromiso de conciencia.”1, es decir, el paciente al tener comprometida los actos voluntarios de la
deglución, presenta mayores factores de riesgo a su salud. Esto indica que hay un porcentaje de
pacientes que necesita de un tratamiento minucioso por parte del profesional.
El Flgo. González dice que “la terapia para los trastornos de la deglución está a cargo del
fonoaudiólogo”4. El principal objetivo del tratamiento es rehabilitar la función deglutoria del
paciente por vía oral, teniendo en consideración las secuelas de la enfermedad originaria de la
disfagia. El tratamiento presenta dos variaciones, por un lado están los pacientes con dificultad
cognitiva en donde se les aplica manejo compensatorio, es decir, tratamiento de alimentación en
donde no hay mayor colaboración del paciente por su compromiso neurológico, aquí el
fonoaudiólogo es el principal guía de alimentación, quien realiza cambios posturales, varía las
consistencias alimenticias, el volumen y consistencia de las mismas. Por otra parte están las
estrategias terapéuticas, aquí el paciente tiene sus facultades cognitivas intactas, por ende hay un
mayor requerimiento de la colaboración del paciente, ya que estas estrategias tienen por objetivo
cambiar la fisiología de la deglución del paciente a través de estimulación sensorial, ejercicios y/o
estimulación muscular para mejorar la movilidad al momento de deglutir, conjunto con maniobras
deglutorias. Nazar1 explica que de acuerdo a la severidad de la disfagia se evalúa la posibilidad de
una intervención quirúrgica, sin embargo, las terapias quirúrgicas en disfagia buscan apoyar el
proceso de rehabilitación llevada a cabo por el fonoaudiólogo.