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Esta problemática se manifiesta desde temprana hora, cuando la familia y el entorno social

influyen, a partir de lo que el educando observa, en su entorno próximo, es decir des de que el
comienza a interactuar. Y posteriormente al entrar al preescolar, al ver como se des envuelve, Los
factores que influyen en la violencia tienen que ver con la información transmitida, como ya se ha
mencionado en párrafos anteriores, en los cuales destacan la radio o el cine (a través de películas
con demasiada agresividad) y que pese a que existen códigos y reglamentos de clasificación, no
están apegados a ellos. Esto no quiere decir que sea exclusivo de esta época, lo cual favorece, pero
recordemos que la crueldad y la agresividad ya se veían desde tiempo atrás, mismo que justifica
que la edad vulnerable sea la adolescencia (por tener cambios físicos como consecuencia de
factores hormonales y que conlleven a modificar su conducta), siendo así el blanco para
modificarlas.
La existencia de una o más conductas de hostigamiento intencionadamente reconocidas como
tales. La repetición de la conducta que ha de ser evaluada por quien la padece como no
meramente incidental, sino como parte de algo que le espera sistemáticamente, en el entorno
escolar, en la relación con aquellos que le acosan. La duración en el tiempo, con el establecimiento
de un proceso que va a ir minando la resistencia del niño y afectando significativamente a todos
los órdenes de su vida académico, afectivo, emocional y familiar. Uno de los grandes problemas
del bullying es que las víctimas distorsionan la forma en cómo perciben a la persona que los acosa;
es decir, se le da al agresor parte del poder que usa contra su víctima. Éste se presenta
principalmente en la escuela, aunque no únicamente. Sin embargo, el origen del mismo puede
darse en la familia o en otros ámbitos. Como se ha visto en la vida diaria, a través de los medios de
comunicación masivos: la radio, televisión, el periódico o, los más actuales, como internet, Guerra
de Alcántara especifica que el fenómeno bullying es un término actual que afecta una faceta
principal de la vida de los adolescentes. Desde hace unos años, en México, la violencia se ha
posicionado como uno de los asuntos prioritarios del debate público y de la agenda
gubernamental. Alarmantes cifras en torno a los índices delictivos, especialmente relacionados
con la actividad del crimen organizado, nos despiertan cada mañana en los periódicos, las redes
sociales, la radio y la televisión. Sin embargo, la violencia escolar no es un simple reflejo de lo que
ocurre en la sociedad, es también, a menudo, una institución productora de violencia (Conde,
2011). Las agresiones físicas, las amenazas, la discriminación, y las ofensas verbales entre los
alumnos son fenómenos relativamente comunes, Por ello, abordar el problema de la violencia
escolar implica tener en cuenta el contexto donde tiene lugar, las relaciones sociales que se dan al
interior de las escuelas, así como el marco institucional que las contiene y que —de una u otra
manera— las propicia, las previene, las sanciona, o las promueve (Ortega, 2008). Concretamente,
en este trabajo medimos la violencia de la escuela a través del ejercicio punitivo y parcial de la
autoridad por parte de docentes y directivos a los alumnos, pero el espectro de prácticas
mediantes las cuales se puede ejercer este tipo de violencia es más amplio, y va desde la
utilización de motes hasta actitudes de desidia de los docentes y/o autoridades que ponen en
riesgo la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje. Brevemente se presentan aquí dos análisis
que permiten constatar que la violencia – más allá de las afectaciones relativas a la salud física y
emocional de las víctimas– condiciona negativamente las trayectorias vitales de los estudiantes.
Por esto Actualmente, en incremento de gravedad se habla de violencia física, verbal, psicológica,
consumo de drogas, robo, asaltos, incluso asesinatos y suicidios. Al hablar de violencia escolar,
rápidamente se piensa en las agresiones físicas, dejando de lado otro modo de violencia, Mediante
el ejemplo de buen comportamiento y ejerciendo un buen papel como orientador debe buscarse
una convivencia en el aula basada en el respeto, la paz y la tolerancia, para lo cual no sólo es
necesario que los docentes reconozcan que existe el problema de violencia en el aula, sino que
trabajen en conjunto para disminuirla con acciones y programas de prevención. El gobierno
federal y su lucha contra el narcotráfico, la lucha que el gobierno federal ha emprendido contra la
distribución y el consumo de drogas no ha fracasado, pero sí ha demostrado que es limitada,
parcial e indeseable; según Zavaleta (2011), especialista en temas de sociología, política y
seguridad. . El especialista Sauceda (2008), acota que la violencia escolar se ha incrementado
como resultado del entorno social y la difusión de conductas violentas a través de los medios de
comunicación, junto con la falta de educación sexual y la deserción escolar, principales problemas
de los jóvenes en la secundaria. Por eso los especialistas en psicología y padres de familia
coinciden en que los maestros fomentan y hacen persistente el problema del bullying -que sufren
los alumnos dentro y fuera de la escuela- al ignorar o minimizar el problema. Las pandillas de los
barrios ocasionan agresión en contra de las escuelas mexicanas porque aparte de dañar a los
alumnos pertenecientes a los centros escolares atentan contra las instalaciones haciendo pintas,
grafitis y muchas veces rompen candados, cerrojos y las mallas que dividen, si hay centros baldíos.
Y los alumnos son los principales receptores de la violencia cuando hay peleas a la hora de salida
de clases, o cerca de la misma, son golpeados o robadas sus mochilas. Al ser la Educación
Secundaria formadora de ciudadanos partícipes en el campo laboral y dignos representantes de la
sociedad mexicana, es loable promover actividades educativas que enaltezcan el valor del respeto
hacia sus compañeros y futuras acciones que repercutan en beneficio de la comunidad “La escuela
secundaria propone ‘una educación secundaria que forme a los jóvenes para su participación en la
construcción de una sociedad democrática, integrada, competitiva y proyectada al mundo’,
Secretaría de Educación Pública (2004). 1. Visualizar acciones para prevenir, atender la violencia
escolar contra niñas, niños y adolescentes en el sector educativo. 2. A partir del Modelo de
Atención a la Violencia Escolar (bullying) diseñar políticas públicas con perspectiva de género.3.
Revisar las políticas públicas vigentes y el planteamiento de nuevas políticas públicas con una
visión sensible ante la dimensión actual que presenta el fenómeno de la violencia escolar (bullying)
y Re-pensar y fortalecer la figura de Red Escolar para la atención de la Violencia Escolar. Por todo
esto la violencia psicológica es una forma de maltrato. A diferencia del maltrato físico, éste es sutil
y más difícil de percibir o detectar. Se manifiesta a través de palabras hirientes, descalificaciones,
humillaciones, gritos e insultos. Si se desvaloriza, se ignora y se atemoriza a una persona a través
de actitudes o palabras, se está hablando de maltrato o violencia psicológica. Y existe este tipo de
violencia en forma “pasiva” cuando el individuo, desde pequeño, no recibe amor y protección
necesarios para su edad por parte de sus padres o tutores.

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