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VIGILAR Y CASTIGAR

NACIMIENTO DE LA PRISIÓN
Reseña
Paul Michel Foucault es uno de los pensadores más importantes en el campo de la filosofía, la historia, el derecho
y la sociología del siglo XX. Al ser Historiador, psicólogo y teórico social, tuvo gran impacto en la sociedad
francesa, siendo participe en la revolución del mayo francés donde se unió a estudiantes, profesores, filósofos y
sectores populares para respaldar las luchas referentes al problema de la migración europea y la libertad en la
educación. Es considerado como uno de los principales exponentes de la teoría del poder y el discurso, plasmado
en obras como: Arqueología del saber, Las palabras y las cosas, Historia de la locura, historia de la sexualidad y
su obra más reconocida: Vigilar y castigar publicada en el año 1975.

En el libro vigilar y castigar, Foucault se encarga de analizar la transformación del castigo a la vigilancia y como
de ella surge la prisión. Para ello, divide el libro en cuatro acápites o conceptos (Suplicio, castigo, disciplina y
prisión) que le permitirán establecer el objetivo del libro: “Realizar una historia correlativa del alma moderna
y de un nuevo poder de juzgar; una genealogía del actual complejo científico-judicial en el que el poder de
castigar toma se apoya, recibe sus justificaciones y sus reglas, extiende sus efectos y disimula su exorbitante
singularidad”. En síntesis, lo que pretende es “tratar de estudiar la metamorfosis de los métodos punitivos a
partir de una tecnología política del cuerpo donde pudiera leerse una historia común de las relaciones de
poder y de las relaciones de objeto”, guiado bajo cuatro lineamientos:

 No centrar el estudio de los mecanismos punitivos en sus únicos efectos "represivos", en su único aspecto
de "sanción", sino reincorporarlos a toda la serie de los efectos positivos que pueden inducir, incluso si
son marginales a primera vista. Considerar, por consiguiente, el castigo como una función social compleja.
 Analizar los métodos punitivos no como simples consecuencias de reglas de derecho o como indicadores
de estructuras sociales, sino como técnicas específicas del campo más general de los demás
procedimientos de poder. Adoptar en cuanto a los castigos la perspectiva de la táctica política.
 En lugar de tratar la historia del derecho penal y la de las ciencias humanas como dos series separadas
cuyo cruce tendría sobre la una o sobre la otra, sobre las dos quizá, un efecto, según se quiera, perturbador
o útil, buscar si no existe una matriz común y si no dependen ambas de un proceso de formación
"epistemológico-jurídico"; en suma, situar la tecnología del poder en el principio tanto de la humanización
de la penalidad como del conocimiento del hombre.
 Examinar si esta entrada del alma en la escena de la justicia penal, y con ella la inserción en la práctica
judicial de todo un saber "científico", no será el efecto de una trasformación en la manera en que el cuerpo
mismo está investido por las relaciones de poder.

Los planteamientos básicos del escrito están explicados de manera concisa y tal vez poco clara para el lector en
la primera parte del libro: El suplicio. En el primer capitulo el cuerpo de los condenados, Foucault muestra su
escritura y forma argumentativa, partiendo de casos particulares, relacionándolos entre sí, con el propósito de
explicar la transición que hay de un capitulo a otro. Para el caso del primer capítulo, narra la condena y tortura de
Robert-François Damiens quien es condenado por parricidio al intentar matar al Rey Luis XIV de Francia.
Posteriormente, cita el reglamento de prisión juvenil francés en el cual se destacan los reglamentos generales y
de buena conducta que tenían que seguir lo reos. En ambos casos se presenta el castigo como una forma de
corrección ante las inapropiadas conductas sociales que pueden llegar a presentar los individuos dentro de la
sociedad. Sin embargo, la tortura física y la judicialización de la pena presentan formas diferentes de juicio; en el
primer caso el castigo se ejerce sobre el cuerpo y en el segundo sobre la conducta. Esta transición de
judicialización de la pena, tiene su origen en las leyes y el surgimiento de las normas quienes son las encargan de
establecer las condenas a ciertos delitos o conductas anómalas, ya no bajo el poder del soberano, sino del Estado,
representado bajo la figura del juez. En otras palabras, existe la transición del suplicio como tortura física al
suplicio penal, explicado desde la económica política del cuerpo como una nueva forma de intervención del
Estado sobre el castigo y libertad sobre el cuerpo.

En el segundo capítulo, la resonancia de los suplicios, Foucault expone la ordenanza de 1670 en Francia que
estipulaba la vigilancia y responsabilidad que tenia el carcelero sobre los prisioneros y que se mantuvo hasta la
revolución francesa. En el presidio, el suplicio penal tiene como fin la confesión del delincuente donde asuma su
propio crimen, por medio de la confesión lograda mediante la conciliación con el juez o la tortura física. Por ende,
en los excesos de suplicios se manifiesta toda economía de poder. Para el siglo XVIII la ejecución publica de las
penas incorporaría los siguientes aspectos: Hacer del culpable el pregonero de su propia pena; agregar, a la
confesión forzada de la retractación publica, un reconocimiento espontáneo y público; aprender el alfiler el
suplicio sobre el crimen mismo, establecer entre uno y otro una serie de relaciones descifrables; La lentitud del
suplicio desempeñan el papel de una prueba última.
Para la segunda parte del libro, El castigo, describe el fin de la pena física y el comienzo del castigo sobre el
cuerpo. En el capítulo 3 castigo generalizado, toma como punto de partida, las diferentes protestas llevadas a
cabo por filósofos, juristas y parlamentarios en el siglo XVIII contra la crueldad de las penas y el suplicio que
tenia que vivir el condenado. De ahí que, el castigo se concentre en la humanidad del culpable, donde la
normatividad del Estado sea quien decida interponer el castigo generalizado a cierto tipo de conductas anómalas
castigadas por la ley. Las reformas que se hacen a las leyes tienen como objetivo establecer la ilegalidad de ciertos
comportamientos que poco a poco van tomando importancia dentro de la sociedad y que están establecidos en los
códigos civiles y penales. El arte de castigar, tratado por Foucault en el capitulo 4 la benignidad de las penas,
tiene especial incidencia en el origen de las reformas en las leyes que hace el Estado, puesto que, las leyes son
estipuladas para evitar que los individuos ejerzan ciertos comportamientos que afecten el cuerpo social y se tome
como ejemplo el castigo que se ejerce sobre el delincuente.

La disciplina corresponde a la tercera parte del escrito. En el capitulo 5 los cuerpos dóciles, se toma la figura del
soldado como el exponente máximo de la disciplina. Los soldados del siglo XVI tienen una instrucción militar
diferente, menos rígida que los del siglo XVIII. Para este siglo se ejerce control en el soldado sobre el cuerpo y
su humanidad, corrigiendo posturas corporales y estableciendo una serie de comportamientos que hacen parte de
su rutina. En consecuencia, Foucault estudia la disciplina desde: El arte de las atribuciones, el control de la
actividad, la organización militar y la composición de fuerzas, ya que, ellas permiten dimensionar mediante la
figura del soldado, como se ejerce la disciplina en la sociedad francesa entre los siglos XVI y XVIII. En el capítulo
6 los medios del buen encausamiento, el autor explica el poder disciplinario desde tres perspectivas: La vigilancia
jerárquica, la sanción normalizadora y el examen, el cual, es producto de los dos primeros. La vigilancia jerárquica
se establece mediante el juego de la mirada donde se coacciona al individuo gracias a los efectos del poder. La
sanción normalizadora es comparada con los orfanatos, dado que su propósito es normalizar las conductas de los
individuos. El examen se relaciona con los hospitales, ya que ellos se encargan, no solo de diagnosticar las
conductas anómalas del individuo, de igual forma, tiene una función normalizadora sobre le individuo.
Finalmente, en el capítulo 7 el panoptismo, el autor se remite a las medidas tomadas por el Estado tras la peste
presentada en Francia en el siglo XVIII, y la construcción arquitectónica diseñada por Jeremy Bentham para
explicar la materialización de la disciplina, los instrumentos de vigilancia y el control ejercido ante enfermedades
epidémicas, educación, trabajos llevados a cabo en la sociedad o en la cárcel.
La última parte del libro La prisión, abarca el estudio respecto a instituciones completas, ilegalismos y
delincuencia, lo carcelario correspondientes a los capítulos 8, 9 y 10 del libro respectivamente. Por lo tanto, la
prisión es estudiada por medio de la técnica desde: los medios arquitectónicos; la observación jurídica criminal y
jurídica criminal y psicológica. Allí, cobra importancia los principios de aislamiento y el trabajo forzado
implementando un modelo moral, económico y técnico, por el cual se rehabiliten las conductas de los presidiarios
o delincuentes. De esta manera, Foucault establece los principios básicos de las penitenciarias los cuales consisten
en: la corrección, clasificación, modulación de penas, trabajo obligatorio, educación indispensable, con las cuales
se readapte el individuo delincuente, en la medida en que sea posible.

Como se puede inferir vigilar y castigar es un escrito indispensable para el estudio del derecho, la criminalidad y
el impacto de las prisiones en las sociedades modernas. A pesar de ser un estudio dedicado al contexto francés
desde el absolutismo europeo hasta la revolución francesa, se pueden observar sus postulados en los diferentes
sistemas legales, penitenciarios y penales del mundo. Para el caso nacional, el estudio de la criminología y el
derecho, presente en vigilar y castigar, ayuda a comprender la evolución del sistema penal en Colombia en los
siglos XIX y XX, debido al análisis que Foucault expone respecto a normalización de las conductas a través de
la norma, la evolución de los códigos penales y civiles articulando nuevos delitos y penas, el entendimiento social
del delito y el delincuente, y la legitimización social de las leyes que controlan y coaccionan las conductas de los
individuos dentro del cuerpo social. De manera adicional, los estudios respecto al sistema penitenciario, ayudan
a comprender el impacto social que tienen las cárceles como instituciones, las cuales ayudan de cierta manera a
corregir los comportamientos anormales que tiene las personas que transgreden la ley, presentado una
rehabilitación del individuo al cuerpo social, que el mismo se encargo de afectar mediante la realización de un
delito. En consecuencia, el libro es indispensable en la formación académica e intelectual de aquellas personas
que se dediquen al estudio del derecho, la sociología y la historia.

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