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herramienta de diagnóstico
Adrián A. Cerrado y Fernando O. García IPNI Cono Sur. Av Santa Fe 910,
Acassuso, Buenos Aires, Argentina. lacs@ipni.net
Mg Deficiency
El análisis vegetal, a veces referido como análisis foliar, es es una técnica que
determina el contenido de los nutrientes en tejidos vegetales de plantas de un
cultivo muestreado en un momento o etapa de desarrollo determinados. Esta
herramienta se basa en los mismos principios que el análisis del suelo, asumiendo
que la concentración de nutrientes en la planta está directamente relacionada con
la habilidad del suelo para proporcionarlos y a su vez, con la productividad de las
plantas.
Extraído de https://www.fertilab.com.mx/Sitio/Vista/La-Concentracion-De-Nutrientes-En-La-
Planta-I.php, - Esta información es propiedad intelectual de Fertilidad de Suelos S. de R.L,
FERTILAB se reserva el derecho de su publicación y reproducción, Total o Parcial
SUBSIDIO DE NUTRIENTES:
LOS FERTILIZANTES
Son también temas de debate, hecho demostrado, que sus aplicaciones tienen
límites, bastante precisos en términos de respuestas de los diferentes cultivos, ya
que las plantas absorben sólo una proporción de los fertilizantes que se aplican.
Asociado con lo anterior está el efecto negativo, o inhibidor, que pueda tener
sobre los mecanismos naturales de fijación de nitrógeno la adición de
fertilizantes sintéticos. Ambos fenómenos agravan los efectos contaminantes.
Finalmente, es materia de controversia el elevado costo energético que presupone
el uso de fertilizantes.
Los expertos señalan que, por lo general, entre 30% y 60% del nitrógeno
aplicado es directamente absorbido en los tejidos del cultivo. Para la mayoría de
los cultivos de granos es normal que entre un cuarto y la mitad del nitrógeno
absorbido regrese al suelo en forma de residuos del propio cultivo (incluyendo el
nitrógeno de las raíces). La otra mitad del nitrógeno absorbido es removido junto
con la cosecha. Otro 20% a 40% regresa al suelo en diferentes residuos, y 20% a
40% restante se pierde en el medio ambiente con el agua o en forma de gas en la
atmósfera, siendo causa de contaminación nítrica.79
La Ley del Mínimo fue reenunciada por Bartholomew (1958) para que fuese aplicable al
problema de la distribución de especies y que tuviera en cuenta los límites de tolerancia de
la manera siguiente: La distribución de una especie estará controlada por el factor
ambiental para el que el organismo tiene un rango de adaptabilidad o control más
estrecho.
Es importante enfatizar que tanto demasiado como demasiado poco de cualquier factor
abiótico simple puede limitar o prevenir el crecimiento a pesar de que los demás factores se
encuentren en, o cerca de, el óptimo. Esta modificación de la ley del mínimo se conoce como
la Ley de los Factores Limitantes. El factor que esté limitando el crecimiento (o cualquier
otra respuesta) de un organismo se conoce como el factor limitante.
Con respecto a las plantas, el factor abiótico que con mayor frecuencia es limitante en
los ecosistemas terrestres naturales es el agua. El agua es el principal factor de definición de
los principales biomas en bosques, pastizales y desiertos. Esto ocurre de la manera siguiente:
La cantidad óptima de lluvia para muchas especies de árboles es de alrededor de 150 cm por
año; ellos alcanzan su límite (inferior) de tolerancia alrededor de 75 cm por año. Los pastos
(gramíneas) tienen un límite inferior para el agua mucho menor, alrededor de 25 cm por año,
pero hay especies de cactus y otras plantas especializadas que pueden sobrevivir con tan
poco como 5 a 10 cm por año. A consecuencias de ello, los ecosistemas naturales de regiones
con pluviometrías superiores a 100 cm por año son típicamente bosques. Las regiones con
25 a 75 cm de lluvia son típicamente pastizales (sabanas), y las regiones con menos de 25
cm de lluvia presentan una vegetación esparcida con especies como cactus, artemisas y
similares. Tales áreas son reconocidas como desiertos. Como es de esperarse, en los valores
intermedios de lluvia, los bosques penetran en los pastizales y estos, a su vez, en los
desiertos.
En las regiones más al norte, la capa superficial de suelo se descongela cada verano pero
permanece congelado permantentemente (permafrost) unos pocos centímetros debajo de la
superficie. Este factor limita la extensión hacia el norte de los bosques de coníferas de abetos
y píceas pero permite el crecimiento de pequeñas plantas resistentes que ocupan la tundra.
Desde luego, las temperaturas todavía más frías limitan la vegetación de tundra y producen
los casquetes polares de hielo.
Por todo lo anterior, la distribución de las especies vegetales que caracterizan los
principales biomas del planeta está determinado en gran parte por los factores abióticos de
precipitación y temperatura. Sin embargo, es frecuente que otros factores abióticos causen
variaciones dentro del bioma principal. Por ejemplo, dentro de los bosques de caducifolias
del Este de Estados Unidos, generalmente predominan los robles y nogales sobre los suelos
rocosos, pobres y bien drenados; las hayas y arces se encuentran en los suelos más ricos.
Dicho de otra manera, dentro del bioma bosque de caducifolias (decíduo), el tipo de suelo
frecuentemente es el factor que determina la distribución de ciertas especies de árboles.
Igualmente, la abundancia relativa o ausencia de ciertos nutrientes en el suelo puede
determinar la distribución de varias especies en los pastizales.
Un factor abiótico secundario puede ser crucial, especialmente en las áreas de transición.
Por ejemplo, considere un área con una precipitación de más o menos 25 cm, lo que viene a
ser la cantidad fronteriza entre desierto y pastizal. En tal área, un suelo con buena capacidad
de retención de agua puede presentar pastos mientras que un suelo arenoso con poca
capacidad retentiva solamente tendrá especies desérticas.
El rendimiento del cultivo depende de muchos factores, como por ejemplo, las propiedades
del suelo, el riego, la genética de la planta, el clima, las prácticas culturales, control de plagas
y enfermedades y la aplicación de fertilizantes.
Las condiciones ambientales pueden variar significativamente, entre una localidad y otra. Por
lo tanto, una curva que se ha elaborado para un campo específico probablemente debería ser
reajustada a otro campo.
Esto significa que el mismo cultivo requiere diferentes tasas de aplicación de fertilizantes en
diferentes lugares y en diferentes momentos, ya que por ejemplo, el rendimiento potencial
puede variar de un año a otro, debido a cambios en el suelo (exceso de fertilizantes,
fertilizantes residuales no absorbidos por la planta, falta de nutrientes etc.), cambios en
fuentes de agua clima y otros factores.
Para conseguir el mejor resultado, Usted debería ser capaz de planificar un programa de
fertilización específico ajustable regularmente para Su propio campo, cultivos y máximos
beneficios.
Sin embargo, no sólo la tasa total de aplicación de fertilizantes afecta el rendimiento del
cultivo. También lo afecta y desestabiliza, “la tasa de aplicación específica de cada nutriente
individual”.
De acuerdo con la "Ley del mínimo" de Leibig, el rendimiento del cultivo es determinado por el
factor más limitante en el campo.
Esto implica que si un solo nutriente es deficiente, el rendimiento será limitado, incluso si todos
los otros nutrientes se encuentran disponibles en cantidades adecuadas.
Por lo tanto, se puede dibujar una curva de respuesta individual para cada nutriente.
Aumentando las tasas de aplicación de fertilizantes para obtener mayor producción, incluso
podría resultar en pérdida de cosecha. Las tasas de aplicación de fertilizantes para el
rendimiento económico óptimo, son las tasas que resultaran en la ganancia máxima.
Fertilizantes. Tipos y formas de aplicación
por AdminFertilizer | 24 enero, 2018
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Entendemos como fertilizantes las sustancias que se utilizan para mejorar las características
biológicas, químicas y físicas de los terrenos de cultivo, con el fin de que las plantas obtengan
su desarrollo óptimo.
El suelo va perdiendo sus nutrientes naturales debido al consumo que han realizado las
cosechas anteriores, motivo por el que el terreno no llega a recuperarse para aportar los
nutrientes necesarios a una nueva cosecha. Ante esta situación es necesario el uso de
fertilizantes.
El origen de estos fertilizantes o abonos puede ser animal, vegetal, mineral o sintético y se
podrían clasificar en diferentes grupos:
Fertilizantes orgánicos
Son los formados naturalmente bien por vía animal o vegetal, como por ejemplo el estiércol, la
composta, el yeso agrícola, humus de lombriz, cenizas, turba, guano o los residuos de otras
cosechas.
Su misión es proporcionar al suelo el nitrógeno orgánico necesario para que las bacterias lo
conviertan en inorgánico y sea absorbido por las raíces de las plantas. Estas sustancias son
denominadas de acción lenta, ya que se va descomponiendo poco a poco, siempre en
relación con las temperaturas, la humedad y el tipo de terreno. Otro punto a tener en cuenta
es que su uso consigue mejorar el terreno, al mezclarse con la tierra la despelmazan y airean
favoreciendo la retención de agua y nutrientes.
Su principal desventaja radica en que al ser de lenta liberación no pueden ser utilizados por
los cultivos con rapidez, y en caso de necesidades urgentes de nutrientes, estos no se
encuentran disponibles de forma inmediata. Por otro lado, estos abonos orgánicos pueden
causar una disminución temporal del nitrógeno debido a su acción bacteriana.
Este tipo de abonos son imprescindibles y forman parte de las técnicas para la agricultura
ecológica.
Fertilizantes Inorgánicos
Son compuesto utilizados para aumentar el material orgánico disponible en el suelo y añadir
nutrientes. Son producidos por el hombre y buscan aportar la combinación de nutrientes que
necesita cada tipo de cultivo en particular.
Sin embargo su mal uso puede traer graves consecuencias. Una aplicación excesiva produce
que las sales químicas del fertilizante puedan llegar a “quemar” la planta, a la vez que
aumentan las sales toxicas del suelo, desequilibrándolo químicamente.
Biofertilizantes
Son aquellos compuestos que contienen microorganismos vivos (bacterias y hongos). Su
aplicación hace que estos microorganismos se desarrollen en simbiosis con la planta o en la
raíz, ayudándola en sus procesos naturales y consiguiendo que el terreno incremente los
nutrientes primarios.
Estos microorganismos se encuentran de forma natural en todos los terrenos que no hayan
sido tratados de forma excesiva con fertilizantes y consiguen fijar el nitrógeno atmosférico, la
solubilización del fósforo, la antibiosis estimulando el desarrollo vegetal y protegiendo a la
planta de microorganismos patógenos del suelo.
Los Biofertilizantes son muy respetuosas con el medio ambiente y permiten reducir costes de
producción.
Fertilizantes químicos
Su origen puede ser químico o mineral. Y conjugan la mezcla de diferentes elementos junto
con los nutrientes principales, los macronutrientes y los micronutrientes. Estos compuestos
agroquímicos se aplican al suelo o directamente a las plantas, obteniendo resultados muy
rápidos y visibles en las plantas. Si bien su mal uso o en exceso serán los causantes de
consecuencias negativas para el medio ambiente.
Dentro de los fertilizantes o abonos químicos podemos encontrar diferentes tipos:
Simples
Son los formados exclusivamente por uno de los nutrientes principales, pueden ser
nitrogenados, potásicos o fosfatados.
Compuestos
Aquellos procedentes de la combinación de por lo menos dos nutrientes principales.
Complejos
Son fertilizantes compuestos que al presentarse en forma granulada, cada gránulo tiene que
estar compuesto de todos los nutrientes declarados. Su proceso de fabricación incluye una
reacción química.
Mezclas
Se obtienen al mezclar en seco dos abonos diferentes, sin que esta mezcla produzca ningún
tipo de reacción química.
Foliares
Son lo producidos para que la absorción de nutrientes por la planta sea efectuada a través de
las hojas.
Líquidos
Su aplicación puede ser realizada directamente sobre el suelo o disueltos en el agua de riego.
Su condición liquida consigue que las plantas lo absorban con facilidad y rapidez. Estos
fertilizantes se pueden clasificar en dos clases:
Fertilizantes quelatados
Los quelatos son compuestos químicos donde un ion de metal está ligado o unido a una
molécula orgánica.
Estos quelatos ofrecen a la planta una buena disponibilidad de micronutrientes tales como el
hierro, el manganeso, el zinc y el cobre. Sin que estos elementos se degraden por efecto del
agua o la hidrolisis. Los quelatos más comunmente utilizados son EDTA, DTPA y EDDHA.
Formas de aplicación de los fertilizantes
Podemos distinguir tres formas de aplicar los abonos o fertilizantes, dependiendo de los
diferentes productos, sus cualidades y los resultados que necesitamos en nuestros cultivos.
Radicular o al suelo
Son los productos que se aplican directamente a la base de la planta, bien diluida en agua o
de forma directa. Su uso puede ser realizado en la superficie o incorporándolo dentro del
suelo.
Con esta forma de aplicación buscamos acercar los nutrientes a las raíces, para que estas los
absorban y asimilen rápidamente. Su uso depende de las necesidades de la planta,
pudiéndose utilizar durante todo el ciclo.
Es conveniente conocer que estos productos pueden ser muy eficientes, pero su exceso
puede llegar a matar a las plantas a la vez que producir graves daños al medio ambiente.
La aplicación de Fertilizantes al suelo se puede hacer de dos maneras:
Localizada. Se aplica alrededor de las plantas para que sea más accesible por las raíces, se
puede incorporar sobre la superficie o en profundidad.
A voleo. Bien se expolvorea por todo el terreno o se utilizan medios mecánicos como el arado
o las rastras
Foliar
La misión de los fertilizantes de aplicación foliar es la de poner a disposición de planta de una
forma rápida los nutrientes primarios como el fosforo, el potasio y el nitrógeno, ya sea de
forma combinada o individual. Este tipo de aplicación es ideal para corregir las deficiencias en
las plantas en los momentos que los nutrientes se encuentran muy fijos en el suelo, y los
cultivos no pueden asimilarlos de forma óptima.
Se aplica en forma similar a la lluvia y son absorbidos por las hojas. Este tipo de aplicación
suele usarse como complemento a los fertilizantes o abonos de suelo, o cuando las
condiciones del suelo limitan la absorción de nutrientes por las raíces.
Al ser absorbidos foliarmente sus efectos en los cultivos se aprecian con mucha rapidez. Es
conveniente para un uso eficaz de la aplicación foliar, tener en cuenta factores como, el calor,
la humedad y la luz que puede interferir en su asimilación por parte de las plantas.
Fertirrigación
La fertirrigación consiste en la disolución de los distintos fertilizantes o abonos en el agua de
riego. A través del flujo del agua los nutrientes se repartirán por el terreno, para que la planta
los absorba por vía radicular. Estos productos pueden ser aplicados mediante las diferentes
técnicas de riego.
Este modo de aplicación es el método más racional, ya que aumenta la producción de las
plantas con menores dosis de abonos o fertilizantes, aunque es fundamental tener en cuenta
las necesidades de los cultivos y las características del agua utilizada.
* Ayudan a mejorar la estructura del suelo, alivianan aquéllos pesados y mejoran la retención de
agua y nutrientes en los muy arenosos.
Desventajas:
* No se puede saber con exactitud qué nutrientes van a estar disponibles para las plantas, porque la
velocidad con que son liberados depende de muchos factores, como ser pH, temperatura y
humedad.
* El estiércol seco, mantillos de hojas y otros abonos orgánicos pueden ser más difíciles de
desparramar uniformemente, y los nutrientes no estarán disponibles hasta que las bacterias los
transformen. Por lo tanto, es recomendable incorporarlos a la tierra unas semanas o meses antes de
plantar.
* El origen de los abonos orgánicos es muy diverso y el aporte de nutrientes varía notablemente en
cada uno.
Los fertilizantes están hechos de materiales orgánicos o inorgánicos producidos a partir de orígenes
naturales o sintéticos que se agregan a los sistemas de la planta con el fin de suministrar uno o más
nutrientes necesarios para el crecimiento saludable de las plantas.
Los fertilizantes producidos a partir de materiales orgánicos contienen carbono y uno o más de los
nutrientes esenciales de la planta, nitrógeno, fósforo y potasio.
El abono orgánico más común es el abono animal, el compost, el lodo de alcantarillado y los
subproductos de animales procesados y vegetales.
Por otro lado, el carbono normalmente no es un componente en la estructura química básica de los
fertilizantes inorgánicos. Usualmente denominados como fabricados, comerciales, sintéticos o minerales,
los fertilizantes inorgánicos se producen a partir de las sustancias naturales de nitrógeno, fósforo y
potasio.
El nitrógeno (N), el nutriente más utilizado en las plantas, comprende aproximadamente el 78% de la
atmósfera. Para producir nitrógeno para los fertilizantes, el aire se combina con el metano del gas natural
y, bajo presión y temperatura, se convierte en amoníaco anhidro, que es la base de la mayoría de los
fertilizantes nitrogenados.
Los restos fosilizados de vida marina depositados en la tierra son la principal fuente de fósforo (P), el
segundo más utilizado de los macroanutrientes de plantas primarias, NP y K. Su conversión a forma
utilizable por la planta imita los procesos naturales que ocurren en el suelo.
Los océanos evaporados son la principal fuente de sales a partir de las cuales se produce potasio (K).
La principal diferencia entre los fertilizantes orgánicos e inorgánicos es el contenido de nutrientes. Los
fertilizantes orgánicos contienen pequeñas concentraciones de nutrientes vegetales, lo que significa que
deben aplicarse a altas tasas para proporcionar las necesidades nutricionales de las plantas.
Si bien contienen nutrientes, los niveles de nutrientes del abono varían mucho de una carga a otra. Los
nutrientes en el estiércol usualmente no se pueden usar fácilmente en las plantas y no se equilibran
adecuadamente para proporcionar todas las necesidades de nutrientes que la planta requiere. Los
fertilizantes inorgánicos por otro lado se pueden aplicar a la exacta concentración de niveles o nutrientes
requeridos por las plantas.
Los costos de transporte para el estiércol son relativamente altos debido a que su contenido de nutrientes
es relativamente bajo, por lo que no es económico para los productores agrícolas mover el estiércol a
más de unos pocos kilómetros del corral de engorde. Se deben aplicar grandes cantidades de fertilizantes
orgánicos para satisfacer las necesidades de las plantas en crecimiento. una aplicación de estiércol
excesivo puede crear un riesgo ambiental en lugar de una fuente de nutrientes.
Sin el uso de fertilizantes inorgánicos, los agricultores no podrían producir alimentos suficientes para
alimentar al mundo. El uso de fertilizantes representa aproximadamente el 30-50% de los rendimientos
de los cultivos en los EE. UU. Los rendimientos más altos son comunes en las áreas en desarrollo del
mundo a través del uso de fertilizantes inorgánicos. Aún así, los cultivos usan y eliminan
más nutrientes del suelo que regresamos con fertilizantes. Es una necesidad utilizar fertilizantes
inorgánicos para reemplazar los nutrientes tomados del suelo durante el crecimiento del cultivo. El uso
de fertilizantes inorgánicos produce mayores cosechas y un mayor rendimiento significa más alimento
disponible para un mundo hambriento.