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Curso Plantas Medicinales y Fitoterápicos

de uso frecuente en Clínica

APARATO RESPIRATORIO

Introducción

Las enfermedades respiratorias constituyen un importante problema de salud de la población en todo el


mundo, partiendo de la base que el solo hecho de respirar nos pone en contacto con microorganismos y
contaminantes ambientales. A ello se suman factores relacionados con malos hábitos (tabaquismo,
obesidad), climáticos (invierno), emocionales (asma) y laborales (ambientes poco ventilados, humedad),
los cuales determinan condiciones de inmunodeficiencia susceptibles a la aparición de enfermedades
infecciosas, funcionales o alérgicas.
Desde un punto de vista anatómico-fisiológico el aparato respiratorio se divide para su estudio en dos
partes: vías aéreas superiores (nariz, laringe, senos maxilares y frontales) e inferiores (tráquea,
bronquios, bronquiolos, pulmón y pleura).
Las enfermedades que afectan a los órganos de la respiración pueden tener 6 orígenes:

1) Genético (fibrosis quística).


2) Alérgico (rinitis, fiebre del heno, etc.).
3) Inflamatorio (asma).
4) Infeccioso (sinusitis, bronquitis, pleuritis, neumonía).
5) Tumoral (carcinoma de laringe, carcinoma bronquial)
6) Otros (traumatismos, neumotórax, neumoconiosis, complicaciones cardíacas, etc).
La Fitoterapia desempeña un importante papel en el tratamiento de muchas de ellas, principalmente:
resfriado común, rinitis, sinusitis, faringitis, laringitis, tos ferina, bronquitis crónica, tráqueobronquitis,
traqueítis y asma bronquial. No es fácil establecer grupos definidos de drogas y principios activos según
su mecanismo de acción o indicaciones, ya que a menudo no son únicos y pueden superponerse.
Muchos principios activos de origen vegetal son antitusivos, estando destinados a combatir la tos en
sus distintas manifestaciones (productiva o no productiva). Otros tienen acción antiséptica
respiratoria, estando conformados principalmente por aceites esenciales, los que a su vez también
poseen acción expectorante y descongestionante. Un tercer grupo corresponde a los broncodilatadores,
utilizados hace años como antiasmáticos y hoy en día empleados principalmente para facilitar la
expectoración y la ventilación pulmonar. Adicionalmente, en el tratamiento sintomático de resfriados y
procesos gripales que afectan las vías respiratorias altas, puede estar indicado la prescripción de
antipiréticos, diaforéticos, antiinflamatorios e inmunomoduladores, estos últimos también útiles en
la prevención de determinados cuadros.

Datos epidemiológicos

Dentro de las principales patologías que se diagnostican en la consulta clínica diaria, las alergias
respiratorias y el asma bronquial constituyen el grupo más importante. A pesar de tratarse de
entidades aparentemente diferentes, casi un 80% de las causas de asma bronquial obedece a una
etiología alérgica.

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De acuerdo con un estudio del National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID, USA), las
alergias en general afectan entre 40 y 50 millones de personas en Estados Unidos.
Según la organización Mundial de Alergia en Chile alrededor de un 20% de la población sufre de
síntomas que afectan principalmente las vías respiratorias, la piel y los ojos. La alergia al polen (fiebre
del heno o rinitis alérgica) afecta aproximadamente al 10 % de la población norteamericana (26
millones de personas), sin incluir en este grupo a los pacientes asmáticos.

De etiología generalmente alérgica, aparece también la sinusitis crónica, que afecta a unos 35 millones
de personas en Estados Unidos. Es muy importante señalar aquellas reacciones alérgicas a los
medicamentos (principalmente antibióticos, como la penicilina y las cefalosporinas) los cuales generan
cuadros de insuficiencia respiratoria cuya incidencia nosocomial abarca el 2-3% de las
hospitalizaciones. Una entidad aparte la constituye la reacción alérgica conocida como anafilaxia, la
cual ocurre en un 3.3% de la población de Estados Unidos como resultado de las picaduras de insectos.
Se producen, al menos, 40 muertes anuales como consecuencia de reacciones anafilácticas por este
hecho, vinculadas clínicamente con complicaciones respiratorias fulminantes.
Finalmente, cobran cada vez mayor interés epidemiológico las alergias alimentarias, en especial
aquellas relacionadas con alimentos envasados, conservantes, aditivos, lácteos, alimentos marinos,
frutos secos, chocolates y gramíneas, afectando al 8% de los niños menores de 6 años y al 1-2% de la
población adulta. Cuando la reacción pulmonar es desencadenada por alimentos, suelen producir una
reacción generalizada con urticaria y angioedema.

Breve reseña de fisiopatología respiratoria


El proceso de la respiración es un acto involuntario y automático que permite el intercambio gaseoso
entre el aire inspirado y los gases de deshecho producto del catabolismo celular. En este proceso
intervienen los diferentes órganos que integran el árbol respiratorio, sumado a las estructuras músculo-
esqueléticas que conforman la caja torácica.
Las vías respiratorias (fosas nasales, faringe, laringe y tráquea) conducen el aire del exterior a los
pulmones y viceversa. En las fosas nasales el aire es filtrado, calentado y humedecido. La faringe
constituye un elemento adicional de calentamiento y humedecimiento. El aire inspirado pasa por
laringe, tráquea y bronquios. La pared interior de los bronquios posee cilios y moco para filtrar el aire
y atrapar las partículas que lleva en suspensión. Los bronquios están constituidos por dos tubos
cilíndricos que se dirigen al interior de los pulmones donde se ramifican repetidamente, formando los
bronquiolos, los cuales también se dividen hasta conformar conductos cada vez más finos que culminan
en unas bolsas llamadas alvéolos, recubiertas de capilares sanguíneos. Finalmente, el aire inspirado
termina confluyendo en los pulmones, un par de órganos de consistencia esponjosa recubiertos por un
tejido externo de doble pared llamado pleura, con una fina capa de líquido entre ambas para suavizar
los movimientos respiratorios. El pulmón derecho está dividido en tres lóbulos y el izquierdo en dos.

En la inspiración, el diafragma se contrae, los músculos


intercostales se elevan y ensanchan las costillas. La caja
torácica gana volumen y penetra el aire del exterior para
cubrir ese espacio. Durante la espiración, el diafragma
se relaja y las costillas descienden y se desplazan hacia
el interior. De esta manera, la caja torácica disminuye su
capacidad y los pulmones permiten liberar, de manera
pasiva, el aire hacia el exterior. El intercambio de gases
entre el aire y la sangre (hematosis) tiene lugar a través
de las finas paredes de los alvéolos (existen alrededor de
300 millones) y de los capilares sanguíneos.
El oxígeno del aire inspirado atraviesa los capilares y se fija a los hematíes (oxihemoglobina), en tanto
que la sangre venosa proveniente de la arteria pulmonar libera el dióxido de carbono procedente del
metabolismo de todas las células del cuerpo. La sangre ya oxigenada regresa por la vena pulmonar hacia
el corazón, el cual la bombeará a todo el cuerpo.
La frecuencia respiratoria normal es de 17 ciclos/minuto, donde se incorpora alrededor de medio litro de
aire. Los pulmones están capacitados para albergar hasta 5 litros de aire, mientras que la cantidad de
aire que se pueda renovar en una inspiración forzada (capacidad vital) suele ser de 3.5 litros.

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Abordaje Fitoterápico de las afecciones respiratorias


Los preparados fitoterápicos empleados para el tratamiento de enfermedades respiratorias, se
administran generalmente por vía interna y entre ellos se encuentran infusiones, jarabes, gotas,
cápsulas, comprimidos y supositorios. Sin embargo, en un buen número de casos son muy útiles
también los productos de aplicación tópica, como por ejemplo: preparados para inhalación, ungüentos,
gotas y pomadas nasales, y gargarismos. En general, de no existir contraindicación, es fundamental que
el tratamiento vaya acompañado de una ingestión de líquido elevada (2-3 l de agua diarios) y de una
correcta humidificación del aire, lo cual favorece la fluidificación de las secreciones bronquiales y
previene la sequedad de las mucosas.
Las inhalaciones pueden prepararse a partir de infusiones de drogas con
aceites esenciales, tales como: la manzanilla común, el tomillo o el anís
verde, o directamente con aceites esenciales (pino, eucalipto, menta, salvia),
añadiendo 3-5 gotas de esencia a un determinado volumen de agua hirviendo
y utilizando un dispositivo adecuado para inhalar los vapores que se
desprenden, durante 5-10 min. Otra posibilidad más simple consiste en echar
unas gotas de aceite esencial sobre un pañuelo o sobre la almohada antes de
acostarse.
De esta manera, los aceites esenciales que alcanzan la mucosa nasal y el tracto
respiratorio estimulan el movimiento ciliar y la eliminación de secreciones, al mismo tiempo que se
consigue mantener el grado de humedad de las mucosas. El uso de aceites esenciales por vía tópica
puede tener algunos riesgos y contraindicaciones. Particularmente, el mentol y el alcanfor no deben
utilizarse en la región facial, y en especial cerca de la nariz de recién nacidos y niños menores de 2
años, debido al riesgo de espasmo de glotis y paro respiratorio. Asimismo, el aceite esencial de pino o
de abeto y la esencia de trementina pueden provocar espasmo bronquial en asmáticos y en pacientes
con tos ferina.
Los aceites esenciales pueden también ser administrados por vía percutánea en forma de ungüentos o
linimentos pectorales, con los cuales se consiguen rápidamente resultados efectivos. Debido a su
carácter lipófilo, los aceites esenciales se absorben a través de la piel, pasan a la circulación sanguínea y
llegan finalmente a la mucosa bronquial. Un cierto porcentaje de ellos se volatiliza en contacto con la
piel caliente y es inhalado. Estos preparados deben utilizarse con moderación ya que pueden producir
irritaciones locales en la piel, razón por la cual deben emplearse con precaución en niños pequeños. No
se aplicarán nunca en la cara, especialmente en la región nasal. Los aceites esenciales más empleados en
esta forma poseen actividad antiinflamatoria, expectorante, antiséptica y antiespasmódica, y entre ellos
se encuentran el de tomillo, eucalipto, salvia y los de coníferas. También pueden emplearse
directamente en las formulaciones el mentol, el eucaliptol o el alcanfor, por ejemplo.
En la formulación de gotas y pomadas nasales intervienen principalmente el mentol, el alcanfor y la
esencia de eucaliptus, los cuales estimulan localmente los receptores para el frío de la mucosa nasal y
conducen a una mejora subjetiva de las molestias, a pesar de que según algunos autores no se produce
un efecto descongestionante mesurable. No obstante, la termoregulación va estrechamente ligada a la
vasoregulación, por lo que puede establecerse la hipótesis de que estos productos pueden inducir una
vasoconstricción refleja y ejercer un efecto descongestivo. Tener en cuenta que en casos de preparados
con excipiente graso, la elevada viscosidad de las bases hidrofóbicas (lanolina, parafinas, aceites
vegetales) dificulta el movimiento ciliar, hecho que no se da con otro tipo de preparados (inhalaciones,
ungüentos y sprays nasales).
Las tabletas, comprimidos y pastillas para la tos, como así también los gargarismos, se emplean para
aliviar la inflamación de la garganta y calmar la tos seca irritativa que se produce al secarse la mucosa
faríngea y ser más irritables los receptores de la tos. Las pastillas contra la tos deben dejarse disolver
lentamente en la cavidad bucal el mayor tiempo posible (20-30 minutos) con dos finalidades: estimular
la producción de saliva (mantiene la mucosa hidratada e indirectamente calma la tos), y favorecer la
liberación de los principios activos y su contacto con la zona afectada para que puedan ejercer
plenamente su actividad, ya sea ésta antiespasmódica, demulcente, antiséptica, antiinflamatoria, etc.
Entre los componentes más habituales se encuentran aceites esenciales (anís, menta, eucalipto, tomillo,
bálsamo de Tolú, manzanilla, salvia), mucílagos (malvavisco), taninos (salvia, tormentila), saponinas
(regaliz, prímula, hiedra) y flavonoides (regaliz).

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Los gargarismos están indicados en caso de inflamaciones orofaríngeas, permitiendo al mismo tiempo
un lavado de la zona. Los ingredientes más comunes son aceites esenciales (y drogas que los contienen)
así como drogas con taninos. Se preparan como infusión caliente, aunque hay soluciones farmacéuticas
a la venta.

RESFRÍOS

El resfriado común es una patología de origen viral, producida principalmente por Rinovirus (con más
de 100 serotipos que provocan entre el 30-40% de los episodios) y en menor medida Coronavirus (10-
15%), virus Coxsakie, Parainfluenza, Influenza, Adenovirus y Virus sincicial (menos del 5% paca cada
uno). Afecta fundamentalmente las vías respiratorias superiores, siendo de carácter autolimitado y
generalmente estacional, cuya mayor incidencia acontece en otoño y primavera. Se caracteriza porque,
tras un corto período de incubación (2-3 días), aparece congestión nasal con secreción mucosa,
estornudos y tos, sequedad y dolor de garganta, laringitis, febrícula y cefalea, variando los síntomas
según el grado de evolución. En niños pequeños pueden aparecer cefaleas y fiebre, siendo esta última
infrecuente en el adulto (la persistencia del síndrome febril hace presagiar la presencia de un cuadro
gripal). La inflamación catarral afecta particularmente a la nariz, faringe, senos nasales y laringe.

Cuando afecta a niños pequeños, en especial menores de 2 años, puede llevar connotaciones graves. Los
niños en edad preescolar suelen introducir la infección en el seno de la familia. El carácter autolimitante
del proceso hace que se resuelva favorablemente en un período variable de 4 a 10 días. Durante este
lapso, existe una profusa secreción serosa y estornudos reiterados que pueden provocar desde irritación
hasta excoriaciones en las fosas nasales o en el labio superior.
La secreción va tornándose más espesa y mucopurulenta en la medida que evoluciona la enfermedad.
Algunos síntomas, como por ejemplo la tos, pueden persistir después que la crisis del resfriado haya
sido superada. Las complicaciones suelen ser raras, y aparecen como cuadros inflamatorios de órganos
o estructuras anexas: sinusitis, adenoiditis, faringitis, laringitis, traqueítis y bronquitis.
La clínica del resfriado común producida por rinovirus no se puede diferenciar de la producida por otros
virus. Muchas patologías graves (sarampión, difteria, faringitis estreptocócica, meningitis, etc.) causan
sintomatología catarral de las vías respiratorias en su inicio, por lo que pueden confundirse con el
resfriado común. La diferenciación estará dada por la diferente evolución de cada patología.
El resfriado es una virosis fácilmente transmisible, principalmente por vía aérea, a través de microgotas
de saliva, pero también puede ocurrir a través de las manos y el contacto con objetos. Los virus se
eliminan por las secreciones respiratorias desde un día antes del comienzo de los síntomas hasta 6 días
después del mismo. En algunos casos, puede producirse una sobreinfección bacteriana que puede
ocasionar sinusitis, otitis, y traqueobronquitis. Entre los virus más comunes productores de resfriados
figuran:

• Picornavirus: Rinovirus (más de 100 serotipos)


• Paramixovirus: Parainfluenza 1, 2 y 3, Virus Sincitial Respiratorio
• Mixovirus: Gripe A y B
• Coronavirus
• Reovirus
• Adenovirus
Rinovirus
Tratamiento

Al tratarse de una enfermedad de tipo viral, no existe tratamiento específico; de ahí, que éste vaya
dirigido a atenuar sus principales síntomas o, en el mejor de los casos, a prevenir su aparición. En este
sentido, las vacunas no siempre son efectivas y los descongestivos nasales tradicionales pueden acarrear
algunos efectos adversos. Los principales grupos de drogas y principios activos empleados en su
tratamiento incluyen:

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Inmunomoduladores: El mejor tratamiento del resfriado es la prevención, lo cual se logra


estimulando al sistema inmunitario. Entre las especies que cuentan con aval científico para ello destacan
la raíz y la parte aérea de equinácea (Echinacea purpurea y E. pallida), los propóleos, las especies
ricas en vitamina C o ácido ascórbico, como ser los frutos de acerola (Malpighia glabra), guayaba
(Psidium guajaba), naranja (Citrus sinensis), limón (Citrus limon), el pseudofruto de Rosa canina
(escaramujo o cinorrodon).
El que contiene mayor concentración de vitamina C es la acerola, que proviene
de un arbusto que crece en América Central y Norte de América del Sur. El
jugo de sus frutos proporciona entre 1.5 a 4 g de vitamina C por cada 100 ml
(varía dependiendo del almacenaje y de la época de cosecha). En menor
medida le siguen la guayaba (180 mg/100 ml), la naranja (80 mg/100 ml) y el
limón (30 mg/100 ml). El cinorrodon de Rosa canina puede tener un contenido
en vitamina C de hasta el 1.7%. Una vez instalado el resfrío, la vitamina C solo acerola
logra atenuar los síntomas.

Diaforéticos: Las drogas diaforéticas son aquellas que administradas


en infusión provocan sudoración, facilitando así la eliminación de
toxinas y reduciendo la temperatura corporal. En general, se
recomienda su empleo en caso de resfriados con febrícula y gripes. Si
bien se ha estudiado en mayor o menor grado la composición química
de las drogas utilizadas a tal efecto, en realidad se desconoce cuál o
cuáles son los principios activos responsables de dicha actividad. Las
más utilizadas son: la flor de saúco (Sambucus nigra), la sumidad
forida de ulmaria (Filipendula ulmaria) y la flor de tilo (Tilia Sambucus nigra
platyphyllos y T. cordata).

Antipiréticos: En este grupo se incluye la corteza de ramas jóvenes o brotes del año de diferentes
especies de sauce, tales como Salix purpurea, S. daphnoides y S. fragilis entre otras.

Antiinflamatorios: Las drogas que se relacionan a continuación se incluyen principalmente en


formulaciones de preparados de uso tópico dirigidos a aliviar inflamaciones de la mucosa bucofaríngea
(comprimidos, tabletas para ser disueltos lentamente en la boca o gargarismos) y de la mucosa nasal
(sprays o preparados para inhalación). Entre las especies antiinflamatorias más importantes sobresalen:
los capítulos florales de la manzanilla (Matricaria recutita), la raíz de regaliz (Glycyrrhiza glabra),
la hoja de salvia (Salvia officinalis), el rizoma de tormentila (Potentilla erecta) y la parte aérea de
potentila (Potentilla anserina), así como las proteínas proteolíticas papaína y bromelaína, procedentes
del fruto de Carica papaya y del jugo de tallo y fruto de Ananas comosus (piña).

Matricaria recutita Potentilla erecta Glycyrrhiza


glabra
Otros: En los casos en que los resfriados se compliquen con accesos de tos se recurrirá a una serie de
drogas vegetales antitusivas o béquicas, las cuales estarán sujeta al tipo de tos que presente el paciente.
Las plantas antitusivas se verán en un capítulo aparte. Dentro de los mucolíticos y expectorantes, cobran
importancia los derivados de la vasicina, alcaloide presente en la planta Adhatoda vasica: bromhexina,
ambroxol (metabolito de la bromhexina) y adamexina (derivado del primero).

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Finalmente, en aquellos casos en que los resfriados se compliquen con cuadros disneicos se podrá
recurrir a drogas vegetales broncodilatadoras, tales como la hoja de Ephedra sinica (contiene
efedrina), la tintura elaborada con la hoja de belladona (Atropa belladonna) o especies ricas en teofilina
(Camellia sinensis), todas ellas como coadyuvantes para facilitar la ventilación pulmonar y la
eliminación de secreciones, en casos de tos congestiva u obstrucción de vías respiratorias.

RINITIS

Con el nombre de rinitis se designa el proceso de inflamación de la mucosa nasal, cuya etiología
responde a factores microbianos, vasomotores o alérgicos (estacionales, perennes o polinosis),
produciendo congestión, insuficiencia respiratoria leve, picazón o prurito, rinorrea y estornudos. Ataca
tanto a adultos como a niños y su curso puede ser tanto agudo (hasta 21 días de duración) como crónico
(superior a 21 días). Entre los factores predisponentes figuran los cambios climáticos bruscos, el exceso
de humedad y el estrés, este último como mecanismo de alteración inmunológica.
En los casos de rinitis aguda, los cambios climáticos bruscos
predisponen a la aparición de virus, los cuales se erigen en la causa
más común en la infancia (en especial, en niños menores de 5 años),
provocando en general 4-6 episodios anuales. El contacto con niños en
guarderías y colegios es un factor de contagio importante. Las rinitis,
ocasionalmente, puede experimentar complicaciones con bacterias
(Streptococcus sp., Haemophylus sp.) y, en el caso que se prolongue
por más de una semana, es posible la complicación con una sinusitis.
Las rinitis alérgicas suelen presentarse en familias con predisposición
atópica, y caracterizan por congestión, prurito naso-ocular, rinorrea y
estornudos, que inician ante la presencia de un alérgeno (polen, pelos
de animales, ácaros, alimentos), participando en el mecanismo de
acción la IgE.

En las rinitis alérgicas existen cinco signos clásicos:


1) La característica arruga nasal horizontal en los niños mayores de cinco años producida por la
tendencia reiterada a restregarse la nariz con la palma de la muñeca de abajo hacia arriba.
2) La línea de Denie, que es un pliegue profundo en la bolsa de los ojos.
3) La mucosa nasal edematizada y pálida (en las infecciosas no hay palidez sino rubor).
4) La rinorrea clara a modo de clara de huevo (signo típico de rinitis alérgica).
5) Estornudos en salvas.
El tipo de pólenes responsables de provocar reacciones alérgicas varía de una zona geográfica a otra. En
la zona mediterránea de España, los pólenes de las gramíneas que suelen polinizar de abril a junio, son
los responsables de numerosas rinitis y asmas. De igual modo la hierba Parietaria judaica, que florece de
marzo hasta septiembre. Entre los árboles destacan el olivo en el sur de la península Ibérica y el abedul
en el norte de Europa. En América del Norte, la mayor parte de las polinosis son debidas a la especie
conocida como ambrosía, mientras que en Chile, la especie más abundante es el Plátano Oriental, un
magnifico árbol ornamental que puede medir 30 metros de altura. Desarrolla una copa ancha, hojas
grandes caedizas y una corteza color amarillo-verdoso que se desprende en placas. Crece
preferentemente en climas templados y suelos fértiles, pero es bastante resistente a diversas condiciones
climáticas. De los pólenes registrados, es el más abundante, y aunque produce serios problemas de
alergía, no es el principal alérgeno de primavera, Entre los pacientes con alergia a la primavera, el 35%
es sensible a este polen (chequeados mediante test cutáneos).
Es el árbol más difundido en parques y avenidas de Santiago, como por ejemplo, el Parque Forestal,
Quinta Normal, calles como Pedro de Valdivia, Ricardo Lyon, Américo Vespucio etc.
La polinización ocurre al inicio de la primavera, registrándose la mayor concentración de polen en el aire
a mediados del mes de Septiembre. La duración total del periodo de polinización es de aproximadamente
6 semanas. Durante su periodo de polinización en Septiembre, es frecuente sobrepasar los 2.000
granos/m3 de aire en Santiago siendo una de las ciudades del mundo con mayor concentración de este
polen en primavera.

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Veamos a continuación una breve clasificación de los pólenes alerginizantes:

De gramíneas silvestres:
- Cynodon sp (grama)
- Dactylis sp (caracolillos)
- Lollium sp (ballico).
- Phleum pratense (timote, hierba timotea)
grama
De gramíneas cultivadas (cereales):
- Avena sativa (avena)
- Secale cereale (centeno)
- Triticum sativum (trigo)

De hierbas, malezas y flores:


- Asteráceas en general
- Matricaria recutita (manzanilla)
- Parietaria judaica
- Plantago lanceolata (llantén)
- Taraxacum officinalis (diente de león) diente de león
Árboles ornamentales y frutales:
- Betula alba (abedul)
- Corylus avellana (avellano)
- Fraxinus sp (fresno)
- Olea sp (olivo)
- Platanus acerifolia (plátano ornamental)
- Quercus (encina) Platanus acerifolia
- Ulmus sp (olmo)
Entre los ácaros más alerginizantes destaca Dermatophagoides pteronyssinus, que constituye la fracción
más antigénica del polvo doméstico. Los antígenos responsables de las reacciones alérgicas son
glucoproteínas excretadas con las deyecciones de los ácaros. Algunos estudios recientes han demostrado
que la exposición a cantidades de alergeno superiores a 10 μg/g de polvo favorecen la aparición de asma
en los hijos de padres atópicos. Los ácaros proliferan sobre todo en ambientes húmedos y cálidos.
Moquetas, alfombras, bibliotecas, armarios de ropa y, sobre todo, colchones y almohadas son los lugares
donde proliferan rápidamente los ácaros. Los más comunes son:

- Dermatophagoides farinae
- Dermatophagoides micronae
- Dermatophagoides pteronyssinus
- Euroglyphus maynei
- Sytophilus granarium.
- Tyrophagus sp.
Dermatophagoides pteronyssinus

Los hongos aerógenos constituyen otro grupo de alergenos cuya importancia real no es bien conocida
debido a las dificultades que plantea su estudio. Entre ellos destacan:

- Alternaria sp.
- Aspergillus sp. (en especial A. fumigatus)
- Botrylis sp.
- Cladosporium sp.
- Fusarium sp. Aspergillus fumigatus
- Mucor sp.
- Penicillium sp.
- Pullularia sp.
- Stemphyllium sp.

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Finalmente, la pelambre de gatos, perros y ratas, como las plumas de aves, caspa de cabello, fluidos
biológicos (orina y saliva de gato y ratas) pueden producir rinitis y hasta asma bronquial. Más raros son
los casos de alergias provocados por pájaros, insectos, cucarachas, orugas y larvas.
En casos de rinitis alérgica, la citología nasal (extendido de hisopado nasal) permite reconocer una
abundante cantidad de eosinófilos, mientras que en la rinitis infecciosa se observan neutrófilos.

La sinusitis poliposa, la rinitis vasomotora y la hipertrofia de cornetes son complicaciones indeseables de


la rinitis alérgica. La primera es tributaria de cirugía endoscópica nasosinusal y las otras dos se
benefician notablemente con la crioterapia. En ambos casos, el tratamiento de la atopía debe llevarse a
cabo. Otras eventualidades que pueden aparecer en el curso de rinitis son la formación de costras en el
vestíbulo nasal (que incitan al rascado digital, el cual produce erosiones, excoriaciones y posteriormente
sangrado), otitis, bronquitis y sinusitis.
En cuanto a las rinitis crónicas, las mismas pueden ser hipertróficas (con mucosa incrementada en su
tamaño), o atróficas, las cuales suelen representar la fase final de otras rinitis como consecuencia de
cirugías o cauterizaciones amplias, infecciones específicas (leishmaniasis, tuberculosis o sífilis nasal) o
hiperventilación nasal post-cirugía funcional de fosas.
Una variante de la rinitis atrófica es la ocena, cuya atrofia está acompañada de costras, mal olor, fetidez,
supuración crónica (estadíos iniciales), obstrucción nasal y cefalea. Se le atribuye como causa a los
gérmenes de Pérez y Belfanti, pero no está confirmado.

Tratamiento

El tratamiento de las rinitis es fundamentalmente sintomático y preventivo de sobreinfecciones, lo cual


se consigue, por un lado, mediante la administración de preparados para inhalación o sprays nasales a
base de aceites esenciales con actividad antiinflamatoria (pore ejemplo manzanilla común) y/o
antiséptica y fluidificante de las secreciones (menta, eucalipto, pino, esencia de trementina), y por otro
lado con inmunomoduladores (parte aérea y raíz de equinácea). El empleo ocasional de un
descongestionante nasal como es la efedrina proporciona una mejora transitoria del paciente. Respecto a
los tratamientos convencionales con productos sintéticos (clorfeniramina, loratadina, desloratadina) en
algunos casos pueden generar somnolencia. Vale destacar aquí que se ha prohibido en muchos países el
empleo de la fenilpropanolamina, la cual ha sido señalada como responsable de casos de derrames
cerebrales, en especial en uso prolongado (tener en cuenta que esta sustancia fue ampliamente utilizada
en formulaciones adelgazantes durante las décadas del ’70 y ’90).

Dosis y formas de empleo de especies útiles en resfríos y rinitis


Especie Parte Usada Tisana E.Seco (5:1) Tintura (1:5)
Equinácea Raíz-P. Aérea 1g c/ 150 ml 500 mg-1 g/día En etanol 55%,
2-6 ml/día
Manzanilla Inflorescencias 3 g/150 ml Hasta 1 g/día 50 gotas 3 v/día
Regaliz Raíz 20-30 g/l Hasta 1 g/día 40 gotas 3 v/día
Salvia Hojas 20 g/l Hasta 1 g/día 50 gotas 3 v/día
Sauco Flores7frutos 4 g/150 ml Hasta 2 g/día 15-25 ml/día
Tormentilla Rizoma 4-6 g/día 500 mg/día 30 gotas 3 v/día

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SINUSITIS

La sinusitis es un proceso infeccioso (en la gran mayoría de los casos), cuyo curso puede ser agudo o
crónico, y que afecta a uno o más senos paranasales. Éstos son estructuras huecas que cumplen la función
de calentar, humedecer y filtrar todo el aire que penetra en ellos, mejorar la resonancia de la voz y
disminuir el peso del cráneo. De acuerdo a la localización se clasifican en: frontales, maxilares,
etmoidales y esfenoidales.
El síntoma predominante es el dolor localizado en los propios senos, el cual se intensifica al agachar la
cabeza o al acostarse. Cuando el foco se localiza en los senos frontales, genera un dolor superciliar que
implicará realizar un diagnóstico diferencial con cefaleas o migrañas. Entre los síntomas que pueden
acompañar (o no) al cuadro inicial figuran: tos, fiebre y escalofríos. La presencia de moco color verdoso
como secreción mucosa nasal no es infrecuente.
La sinusitis aguda es causada por infección bacteriana o polimicrobiana, generalmente como
complicación tras un fuerte resfriado. En el 70% de los casos los gérmenes involucrados son
Streptococcus pneumoniae y Haemophylus influenzae, en tanto el 30% restante pueden deberse a
Moraxella catarrhalis, Staphylococcus pyogenes o Staphylococcus sp. La sinusitis aguda puede
permanecer por más de 30 días, y se presenta con cefalea, secreción mucopurulenta y fiebre.
Ocasionalmente, aparece epistaxis, tos, alteraciones olfativas (hiposmia, anosmia), dolor al masticar,
afonía y malestar general.
La sinusitis crónica puede deberse tanto a infección bacteriana como fúngica, pero también puede
obedecer a una complicación de una enfermedad crónica (por ejemplo, asma bronquial). Comúnmente, se
observa secreción post-nasal purulenta, congestión y cefalea. Otros síntomas menos habituales son: tos,
halitosis y rinorrea crónica. Para realizar un diagnóstico acertado, se recurrirá al examen clínico,
observación de la mucosidad, radiología (frontonasoplaca) o tomografía computada. A nivel sanguíneo,
resulta importante efectuar una determinación cuantitativa de inmunoglobulina, ya que puede haber
anormalidades en este sistema y traer como consecuencia una sinusitis crónica.

Tratamiento
El tratamiento debe estar orientado a proveer un adecuado drenaje de los senos paranasales y a la
erradicación de la infección local y/o sistémica. Las infecciones de los senos paranasales generalmente
requieren de una combinación de medicamentos. Además de un antibiótico adecuado, cuando se ha
demostrado que la sinusitis está relacionada con una infección bacteriana, se puede recetar algún
preparado que contribuya a mantener abiertos los conductos de drenaje de los senos, reduciendo la
obstrucción y controlando la alergia. Puede tratarse de un descongestionante, un mucolítico o un
broncodilatador. Así, las inhalaciones con preparados de manzanilla común (Chamomilla recutita)
producen un efecto descongestivo y antiinflamatorio útil. Como mucolítico, se aconseja la raíz de
regaliz (Glycyrrhiza glabra). Entre los medicamentos broncodilatadores tradicionales, se optará por la
efedrina o teofilina (tomando los recaudos necesarios de sus efectos adversos y contraindicaciones).
En el manejo de las sinusitis crónicas, al tratarse de un proceso de varias semanas de evolución, es muy
probable que el paciente haya recibido un gran número de medicamentos sin éxito. De ahí, que recetar un
primer grupo de antibióticos (penicilina o amoxicilina) que suele carecer de utilidad, por lo que se debe
pensar en un segundo grupo (cefalosporina o trimetoprima + sulfametoxazol).

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Curso Plantas Medicinales y Fitoterápicos
de uso frecuente en Clínica

Dados los efectos adversos e intolerancia de estos fármacos, pueden resultar muy útiles algunos aceites
esenciales de potente actividad antiséptica, como el aceite esencial de tomillo (Thymus vulgaris, T.
zygis) activo frente a gérmenes tanto grampositivos como gramnegativos, el aceite esencial de las
acículas de pino (Pinus pinaster), la esencia de trementina purificada (Pinus sp.) o el alcanfor
(Cinnamomum camphora). La duración del tratamiento de la sinusitis aguda debe ser de al menos 10-14
días y la de la sinusitis crónica de 3-4 semanas.

FARINGITIS

Se trata de un proceso infeccioso de la faringe que generalmente provoca inflamación, dolor y afonía.
Puede ser causado por una variedad de microorganismos, ya sean virus o bacterias. Entre los virus más
comunes se encuentran los causantes de resfriados y gripe (virus de la influenza) y el adenovirus. Sólo en
casos muy puntuales puede ser producida por mononucleosis y VIH, entre otros. Entre los agentes
bacterianos, se incluye el estreptococo del grupo A, que produce la faringitis estreptocócica, además de
Corynebacterium sp., Arcanobacterium sp., Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia pneumoniae y otros. En
un 30% de los casos no se identifica ningún germen.
La faringitis tiene una incidencia predominantemente estacional, siendo los meses invernales los de
mayor morbilidad. Los agentes virales suelen ser los más frecuentes, en tanto que las faringitis
estreptocócicas se consideran una afección grave dada sus implicancias y complicaciones intraorgánicas
que pueden generar, a saber: fiebre reumática aguda, insuficiencia renal, bacteriemia y el síndrome de
shock tóxico por estreptococo.
La clínica de la faringitis cuenta con un síntoma capital que es el dolor de garganta y secundariamente
la dificultad para deglutir. La aparición de mucosidad es típica de las faringitis virales. En los casos en
que el agente etiológico es el estreptococo, pueden aparecer fiebre y adenopatías en el cuello. Si existe
sospecha de faringitis estreptocócica, se puede realizar un examen para estreptococo y/o un cultivo por
frotis de la garganta. Se pueden llevar a cabo cultivos adicionales de fauces y/o exámenes de sangre de
acuerdo con el microorganismo que se sospeche (por ejemplo, mononucleosis, gonorrea, etc.).

Tratamiento

El tratamiento depende de la causa subyacente. Las infecciones virales suelen ser autolimitantes y se
manejan con medidas de soporte tales como: gárgaras con agua caliente y sal, hidratación, y
administración de preparados emolientes (drogas mucilaginosas), antisépticos (aceites esenciales),
antiinflamatorios (aceite esencial y extracto hidroalcohólico de manzanilla común) y astringentes
(drogas con taninos), que se recomiendan tanto en caso de faringitis crónica como aguda, así como en
tonsilitis. Estos productos intervienen en la formulación de gargarismos y de comprimidos para ser
disueltos lentamente en la boca. Particularmente, el lavado repetido de la garganta realizado de forma
enérgica alivia el dolor y tiene un efecto
claramente positivo en el proceso de curación. La terapia antibiótica está indicada, siempre y cuando se
diagnostique una faringitis estreptocócica.

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Curso Plantas Medicinales y Fitoterápicos
de uso frecuente en Clínica

Entre los emolientes más eficaces en cuadros de faringitis se hallan los mucílagos del liquen de
Islandia (Cetraria islandica), parte aérea de llantén (Plantago lanceolata), raíz de malvavisco
(Althaea officinalis), hoja de tusílago (Tusilago farfara) y flor de gordolobo (Verbascum thapsus).
Por su acción astringente y, a menudo, antiinflamatoria, los preparados a base de taninos también
están indicados en el tratamiento de inflamaciones leves de la cavidad oral y zona faríngea. Existen
numerosas drogas cuyos extractos contienen taninos en concentraciones más o menos elevadas, y son
útiles en el tratamiento de la faringitis. Algunas de las más empleadas son: el rizoma de tormentila
(Potentilla erecta) y la parte aérea de potentila (Potentilla anserina), o la corteza de roble (Quercus
robur).
En las faringitis infecciosas multirresistentes a antibióticos, puede ser útil el empleo de bardana
(Arctium lappa). Diferentes extractos de la raíz han evidenciado actividad inhibitoria in vitro frente a
gérmenes gramnegativos (Escherichia coli, Shigella flexneri y S. sonnei), en tanto que los procedentes de
flores y hojas son efectivos tanto frente a gramnegativos como grampositivos (Staphylococcus aureus,
Bacillus subtilis, Mycobacterium smegmatis). En este último caso, se ha señalado a la arctiopicrina como
el compuesto más activo. Por ello, se recomienda la tintura de bardana en el tratamiento de las
infecciones bucofaríngeas con flora patógena mixta, bloqueando así el traspaso hacia niveles inferiores
(tractos respiratorio y digestivo).

Fórmulas Útiles

Fórmula inmunoestimulante Fórmula mucolítica-expectorante

E.S. (5:1) de tomillo................. 100 mg E.F. (1:1) de líquen de Islandia....... 5 g


E.S. (5:1) de equinácea............. 200 mg E.F. (1:1) de manzanilla.................. 5 g
E.S. (5:1) de regaliz.................. 50 mg E.S. (1:1) de llantén.................... 15 g
Ácido ascórbico........................ 100 mg Ácido ascórbico............................ 0,5 g
Jarabe de malvavisco c.s.p........... 100 g
Indicación: Prevención de resfríos,
gripes. Indicación: Faringitis, laringitis,
Dosis: 1 cápsula 2 veces al día. resfríos.
Dosis: 1 cuch. Sopera cada 8 hs.

Gel para sinusitis y rinitis Gotas nasales para rinitis aguda

Ext. Glic. de eeucalipto............... 5g Ext. Fluido de eufrasia................. 10 ml


Ext. Glic. de pino………….….. .5 g Ext. Fluido de hisopo................... 10 ml
Ext. Glic. de harpagofito…….... 5g Ext. Fluido de tomillo.................. 10 ml
Aceite esencial de eucalipto........ 0,1 g Glicerol........................................ 10 ml
Gel neutro de absorción c.s.p..... 30 g
Dosis: 2-4 gotas en cada fosa nasal.
Dosis: 2-3 aplicaciones diarias. Aplicar 2-3 veces al día.

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