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La ausencia, en este período, de una delimitación real de los inmuebles era uno de los
problemas más serios del sistema, puesto que los inmuebles que se vendían no estaban
mensurados en su mayoría, siendo insuficientes las informaciones sobre la extensión y los
límites de los mismos. Era frecuente que los límites se establecieran por apreciación del titular
o tomando como referencia, ríos, arroyos, trochas, árboles, cercas y caminos que se
encontraban en los alrededores del inmueble. Pero no usar las mismas referencias, o utilizar
referencias difusas o circunstanciales para establecer los límites, producía confusión en la
descripción del objeto, lo que permitía que la misma cosa fuese transferida varias veces.
Como en todos los sistemas registrales, la inscripción establece la fecha cierta de los derechos
y los hace oponibles a los terceros. En el Sistema Ministerial se cumple el principio de
prioridad, que garantiza la preferencia de los derechos que han llegado primero al registro,
cumpliéndose con la máxima romana: “Prior tempore, potior jure”. (Primero en el tiempo
mejor en el derecho). Como la trascripción era facultativa y los elementos esenciales de los
derechos (en particular el sujeto y el objeto) no siempre estaban bien determinados, eran
frecuentes los conflictos con respecto al derecho de propiedad de los inmuebles. En el año
1911, se promulga la Ley sobre División de Terrenos Comuneros, la cual tenía por finalidad
eliminar la copropiedad existente en los terrenos comuneros, propiedad que se expresaba en
cuotas porcentuales, llamadas acciones de peso. Esta situación se presentaba en la mayoría de
los terrenos del país, debido a que los mismos se encontraban indivisos y carentes de mensuras
que indicaran sus límites. Con esta ley se pretendía determinar e individualizar los predios,
estableciendo sus límites y la extensión superficial de los mismos, a través de los trabajos de
los agrimensores, quienes, autorizados por el Juez de Primera Instancia, conjuntamente con un
notario realizarían el procedimiento de partición de los derechos, mensurando los predios y
dejando en manos de los titulares una copia auténtica del procedimiento de partición.
La Ley sobre División de Terrenos Comuneros es considerada el primer gran esfuerzo del
Estado por regularizar y normar la propiedad inmobiliaria en la República Dominicana. Sin
embargo, la crisis de la propiedad inmobiliaria seguía siendo muy grave. El
Sistema Ministerial entrañaba grandes riesgos para el crédito territorial y la movilización
de los derechos. Puesto que en el país operaban bandas de falsificadores que alteraban las
inscripciones en los libros del Registro y Conservaduría de Hipotecas, haciendo inscripciones
que establecían, por medio de maniobras fraudulentas, la prioridad en el Registro, con lo cual
despojaban de sus derechos a los legítimos propietarios. Desde el 1916 hasta 1924, los Estados
Unidos de Norteamérica ocupan la República Dominicana, período en que procuran establecer
un nuevo sistema registral que garantice las inversiones inmobiliarias en el país, ya que desde
finales del siglo XIX y comienzos del XX, grandes corporaciones estadounidenses se habían
establecido en el país con la finalidad de construir centrales azucareras, y explotar las tierras
nacionales con el cultivo de la caña de azúcar, por lo cual muchas operaciones de estas
compañías habían sido afectadas por el clima de inseguridad jurídica imperante. Jurisdicción
Inmobiliaria, (2015) Historia, recuperado http://ji.gov.do/index.php /quienes-somos/historia
Por esto, el 1ro de julio de 1920 fue dictada la Orden Ejecutiva No. 511, publicada en la
Gaceta Oficial No. 3138 del citado año. Con esta Ordenanza se establece el Sistema Torrens,
como sistema registral de la propiedad inmobiliaria en la República Dominicana. Este sistema
tiene una presunción de exactitud, puesto que el contenido del asiento registral se presume
exacto, y no admite prueba en contrario cuando se trata de terceros adquirentes de buena fe y a
título oneroso. Jurisdiccion Inmobiliaria, (2015)
El Sistema Torrens parte del principio de que el Estado es el propietario originario de todas las
tierras, y los particulares deben probar su derecho en un proceso judicial: el saneamiento.
Como resultado del proceso de saneamiento, el tribunal interviniente adjudica la propiedad a
quién corresponda, y ordena la emisión de un Certificado de Título, que es el documento
oficial que acredita la existencia del derecho y quien es su titular; este documento es un título
inatacable (principio de autenticidad característico del Sistema), y el derecho por el contenido
es imprescriptible y goza de la garantía del Estado.
Todo esto como parte del esfuerzo del Poder Judicial, en la tarea de fortalecer la seguridad
jurídica y la calidad de la administración de justicia de la República Dominicana. Jurisdicción
Inmobiliaria, (2015) Historia, recuperado http://ji.gov.do/index.php/quienes-somos/historia
Bajo este sistema, para que efectivamente un derecho real inmobiliario sea reconocido debe
estar debidamente registrado. Prima así la máxima de que aquello que no está en el registro no
existe y el principio de prioridad que establece que el primero en el tiempo es el primero o
mejor en el derecho (prior in tempo prior in iure). Esto busca evitar la existencia de derechos,
cargas o gravámenes ocultos que afecten a un inmueble.
Como elementos cardinales de éste sistema se erigen cuatro principios registrales que
constituyen sus pilares: (Rodríguez M., 2015)
A esto se suma la debida identificación del sujeto y de la causa del derecho, siendo
introducidos acertadamente en la legislación dominicana como elementos nodales a fin que
transparentar la realidad del inmueble.
d) El principio de publicidad, a través del cual tiene lugar la materialización del asiento que
lleva a la constitución, convalidación y oponibilidad de los derechos. El mismo tiene a la vez
por finalidad que haya una fuente de información para los terceros que permita transparentar la
situación jurídica del inmueble, pesando sobre el registro una presunción de exactitud y
dotando de fe pública su constancia.
Se conforma así un sistema que busca fortalecer la seguridad jurídica preventiva a fin de
proteger a los terceros adquirientes y las transacciones e inversión en el sector inmobiliario, a
la vez que se salvaguardan los derechos reales inmobiliarios en sí mismos. (Rodríguez M.,
2015)
1.2. Cultura institucional: Misión, Visión y Valores.
Misión:
Somos administradores de justicia, para decidir conflictos y garantizar los derechos de las
personas; generando seguridad jurídica y paz dentro del marco de un estado constitucional,
social y democrático de derecho.
Visión:
Constituimos un Poder Judicial modelo que administra un sistema de justicia independiente y
oportuna, y que genera confianza en la sociedad por la integridad de los servidores judiciales y
por la excelencia y calidad de su servicio.
Valores:
1. Equidad: Atribuir a cada ciudadano aquello a lo que tiene derecho: igualdad, calidad y
eficiencia en el servicio.
2. Imparcialidad: Actuar con objetividad, juzgar con ecuanimidad y equidad, sin parcialidad
o pasión.
3. Honestidad: Actuar con decoro, legalidad y rectitud.
4. Transparencia: Actuar de forma abierta y clara, permitiendo el control y el seguimiento
por parte de la ciudadanía.
5. Independencia de Criterios: El Poder Judicial deberá ejercer su función con independencia
funcional, administrativa, económica y presupuestaria.
6. Excelencia: Actuar promoviendo la calidad y eficiencia en el servicio.
Jurisdicción Inmobiliaria, (2015), Misión Visión y Valores, recuperado
http://ji.gov.do/index.php/quienes-somos/mision-vision-y-valores
Son los tribunales de segundo grado que conocen de las apelaciones contra las decisiones que
emanan de los Tribunales de Tierras de Jurisdicción Original, así como del Recurso de
Revisión por causa de fraude, contra las Sentencias de Saneamiento y los recursos
administrativos contra las resoluciones emitidas por los Tribunales de Tierras de Jurisdicción
Original, que se encuentran dentro de su jurisdicción.
Tribunal Superior de Tierras del Departamento Norte: con asiento en Santiago de los
Caballeros y competencia sobre las provincias de Santiago, La Vega, Monseñor Nouel,
Santiago Rodríguez, Espaillat, Valverde, Puerto Plata, Montecristi y Dajabón.
Tribunal Superior de Tierras del Departamento Nordeste: con asiento en San Francisco de
Macorís y competencia sobre las provincias de Samaná, María Trinidad Sánchez, Duarte,
Sánchez Ramírez y Salcedo.
Son tribunales unipersonales que conocen en primer grado, el Saneamiento, Litis sobre
derechos registrados y actuaciones administrativas dentro de la jurisdicción a la que
corresponden. Se encuentran adscritos a un Tribunal Superior de Tierras.
En la actualidad existen veintitrés (23) Tribunales de Jurisdicción Original, uno en cada
Provincia sede de un Registro de Títulos, con la excepción de Azua, que no cuenta con un
Registro de Títulos.
Registros de Títulos.
Registro de Títulos de Bani: con sede en la ciudad de Baní y competencia sobre las
provincias de Azua, San José de Ocoa y Peravia.
Registro de Títulos de Barahona: con sede en la ciudad de Santa Cruz de Barahona y
competencia sobre las provincias de Bahoruco, Barahona, Independencia y Pedernales.
Registro de Títulos de Bonao: con sede en la ciudad de Bonao y competencia sobre la
provincia Monseñor Nouel
Registro de Títulos de Cotuí: con sede en la ciudad de Cotuí y competencia sobre la
provincia de Sánchez Ramírez.
Registro de Títulos del Distrito Nacional: con sede y competencia sobre el Distrito
Nacional.
Registro de Títulos de El Seibo: con sede en la ciudad de Santa Cruz del Seibo y
competencia sobre las provincias de El Seibo y Hato Mayor.
Registro de Títulos de Higüey: con sede en la ciudad de Salvaleón de Higüey y competencia
sobre la provincia la Altagracia.
Registro de Títulos de La Vega: con sede en la ciudad de Concepción de La Vega y
competencia en la provincia de La Vega.
Registro de Títulos de Mao: con sede en la ciudad de Mao y competencia sobre la provincia
de Valverde.
Registro de Títulos de Moca: con sede en la ciudad de Moca y competencia sobre la
provincia de Espaillat.
Registro de Títulos de Montecristi: con sede en la ciudad de San Fernando de Montecristi y
competencia sobre las provincias de Dajabón y Montecristi.
Registro de Títulos de Monte Plata: con sede en la ciudad de Monte Plata y competencia
sobre la provincia de Monte Plata.
Registro de Títulos de Nagua: con sede en la ciudad de María Trinidad Sánchez, Nagua y
competencia sobre la provincia de María Trinidad Sánchez.
Registro de Títulos de Neyba: con sede en la Ciudad de Neyba y competencia sobre las
provincias de Bahoruco e Independencia.
Registro de Títulos de Puerto Plata: con sede en la ciudad de San Felipe de Puerto Plata y
competencia sobre la provincia de Puerto Plata.
Registro de Títulos de Salcedo: con sede en la ciudad de Salcedo y competencia sobre la
provincia de Salcedo.
Registro de Títulos de Samaná: con sede en la ciudad de Santa Bárbara de Samaná y
competencia sobre la provincia de Samaná.
Registro de Títulos de San Cristóbal: con sede en la ciudad de San Cristóbal y competencia
sobre la provincia de San Cristóbal.
Registro de Títulos de San Francisco de Macorís: con sede en la ciudad de San Francisco
de Macorís y competencia sobre la provincia Duarte.
Registro de Títulos de San Juan de la Maguana: con sede en la ciudad de San Juan de la
Maguana y competencia sobre las provincias de Elías Piña y San Juan.
Registro de Títulos de San Pedro de Macorís: con sede en la Ciudad de San Pedro de
Macorís y competencia sobre la provincia de San Pedro de Macorís y de La Romana.
Registro de Títulos de Santiago de los Caballeros: con sede en la ciudad de Santiago de los
Caballeros y competencia sobre la provincia de Santiago.
Registro de Títulos de Santiago Rodríguez: con sede en la ciudad de San Ignacio de
Sabaneta y competencia sobre la provincia Santiago Rodríguez.
Registro de Títulos de Santo Domingo: con sede en la provincia de Santo Domingo de
Guzmán y competencia sobre las provincias de Santo Domingo Norte, Santo Domingo Este y
Santo Domingo Oeste; así como sobre los Municipios de Boca Chica y Pedro Brand.
Oficina de servicios de Punta Cana: con sede en el Distrito Municipal Punta Cana. Unidad
de Consultas y Centro de Atención al usuario para la Recepción y entrega de documentos.
(Olivares, 2005).
Son órganos subordinados a la Dirección Nacional de Mensuras Catastrales, que cumplen con
la función de controlar los trabajos técnicos (mensuras, modificaciones parcelarias, deslindes,
división para la constitución de condominios, etc.), aprobando, rechazando u observando los
mismos. De igual modo, se encargan de otorgar la designación catastral de las parcelas, dando
con ello cumplimiento al principio de especialidad del Sistema Torrens, en relación al objeto.
En la actualidad existen cuatros Direcciones Regionales de Mensuras Catastrales:
Lo mismo ocurre cuando un propietario quiere subdividir, refundir o lotificar sus inmuebles;
las nuevas parcelas deben estar correctamente determinadas, ubicadas e individualizadas.
Todas las modificaciones parcelarias deben ser realizada por mensura, y todas las nuevas
parcelas deben tener su correspondiente documento de identidad.
Las mensuras y las modificaciones parcelarias deben ser ejecutadas por profesionales
capacitados específicamente para ello: Los agrimensores, cuando ejecutan una mensura o una
modificación parcelaria, actúan como auxiliares de la Justicia, pasan a ser, durante la tarea,
oficiales públicos.
Derogadas
Ley No. 108-05: De Registro Inmobiliario, del 23 de marzo de 2005. G. O. No. 10316 del 2 de
abril de 2005. Modificada por la Ley No. 51-2007.
Fecha: 23/03/2005
Ley No 305: Que modifica el artículo 49 de la Ley No. 1474, sobre Vías de Comunicación, de
fecha 22 de febrero de 1938. G. O. No. 9082, del 29 de mayo de 1968.
Fecha: 30/04/1968
Ley No. 684: Que modifica el Capítulo II, del Título II de la Ley No. 1474, de fecha 23 de
febrero de 1938, sobre Vías de Comunicación. G. 0. No, 8939, del 8 de Abril de 1965.
Fecha: 31/03/1965
Vigentes
Ley No. 202-04: Ley Sectorial de Áreas Protegidas.
Fecha: 22/07/2004
Ley No. 64-00: Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Fecha: 18/08/2000
Ley No. 5038: Sobre Condominios, del 21 de noviembre de 1958.
Fecha: 21/11/1958
Ley 189-11: Para el desarrollo del Mercado Hipotecario.
Fecha: 13/07/2011
Ley No. 675: Sobre Urbanización, Ornato Público y Construcciones.
Ley No. 1542: De Registro de Tierras.
Ley No. 176-07: Del Distrito Nacional y los Municipios.
Jurisdicción Inmobiliaria, (2015), leyes, recuperado http://www.ji.gov.do/ index.php/marco-
legal/leyes
En este capítulo esta la definición del fraude, lo que es el fraude inmobiliario, las causas que
originan el fraude inmobiliario, y también se pretende contestarla pregunta, ¿Cómo se
manifiesta el fraude inmobiliario?
El fraude es el delito más creativo: requiere de las mentes más agudas y podemos decir que es
prácticamente imposible de evitar. En el momento en que se descubre el remedio, alguien
inventa algo nuevo. (Gómez-Aller, Pérez, 2006).
Esta norma define el fraude y el error e indica que la responsabilidad de la prevención de los
mismos radica en la administración. El auditor deberá planear la auditoria de modo de que
exista una expectativa razonable de detectar anomalías importantes resultantes del fraude y el
error. Se sugieren procedimientos que deben considerarse cuando el auditor tiene motivos para
creer que existe fraude o error.
En el sentido más amplio, el fraude puede abarcar cualquier delito para ganancia que utiliza el
engaño como su principal modus operandi. Más específicamente, el fraude se define por el
Black´s Law Dictionary como:
“Una declaración falsa a sabiendas de la verdad o la ocultación de un hecho material para
Esquema del fraudeinducir a otro a actuar a en su detrimento”.
Al hablar sobre fraudes, se refirió: “Primero digamos, por un lado, que es más conocido el
término “fraude” que el de delito económico y financiero, y por el otro, que es un concepto
más desarrollado por la ciencia contable que por el derecho, lo cual en la práctica hace que no
se especifique la conducta delictiva cometida y que de forma genérica a cualquier desfalco se
le llame fraude y que si no tiene una manifestación en los estados financieros no sea
perseguido penalmente.
Se considera que hay dos tipos de fraudes: el primero de ellos se realiza con la intención
financiera clara de malversación de activos de la empresa.
Los fraudes denominados internos son aquellos organizados por una o varias personas dentro
de una institución, con el fin de obtener un beneficio propio.
Los fraudes conocidos como externos son aquellos que se efectúan por una o varias personas
para obtener un beneficio, utilizando fuentes externas como son: bancos, clientes,
proveedores, etc.
El fraude comprende una amplia gama de irregularidades y actos ilegales caracterizados por la
intención de engañar o proporcionar falsa información.
El Marco Internacional para la Práctica Profesional (IPPF, en inglés) del Instituto de Auditores
Internos (Institute of Internal Auditors - IIA, en inglés) definen el fraude como: Cualquier acto
ilegal caracterizado por engaño, ocultación o violación de confianza. Estos actos no requieren
la aplicación de amenaza de violencia o de fuerza física. Los fraudes son perpetrados por
individuos y por organizaciones para obtener dinero, bienes o servicios, para evitar pagos o
pérdidas de servicios, o para asegurarse ventajas personales o de negocio.
El fraude es perpetrado por una persona que sabe que el mismo podría resultar en algún
beneficio no autorizado tanto para sí personalmente, para la organización o terceros, y que
puede ser perpetrado por personas que estén dentro o fuera de la organización. Algunos
esquemas de fraude comunes incluyen:
2.1.2 Prevención
Consiste en desarrollar controles para impedir que las situaciones de fraude interno ocurran y
reducir las oportunidades de uso sin autorización de los recursos de la organización.
Las preguntas obligatorias para saber si existe un buen sistema de prevención en la empresa:
¿qué controles internos hay que mejorar o implementar? ¿Cuáles son los controles que
previenen el fraude? Los objetivos principales de un programa integral de administración de
riesgos de fraude son: prevenir, detectar y dar respuesta a los fraudes y conductas impropias en
la empresa.
Un adecuado sistema de administración de riesgos debe partir de una estructura sólida de
gobierno corporativo. Todos en la organización desempeñan un papel importante en el proceso
de supervisión y monitoreo, tanto el Consejo de Administración como el Comité de Auditoría,
la gerencia y los auditores internos.
Hoy en día, diseñar y establecer controles internos es de suma importancia. Es decir, los
accionistas, el consejo de administración, los comités y directivos de las entidades, deben estar
pendientes de que existan políticas y procedimientos adecuados y suficientes con respecto a
los riesgos de fraude, así como dar seguimiento a una vigilancia permanente mediante reportes
que se emitan de las diferentes áreas de las entidades.
2.1.3 Detección
Dado que los sistemas de control pueden ser tarde o temprano evadidos, detectar actividades
irregulares tan pronto como sea posible es extremadamente importante. Para ello, la detección
aplica controles diseñados para alertar al personal apropiado cuando se presentan
circunstancias asociadas con actividades fraudulentas. Esto incluye desde mecanismos de
auditoria interna hasta canales directos para reportar fraudes de manera anónima.
Se puede afirmar que es un engaño hacia un tercero, abuso de confianza, dolo, simulación, etc.
El término "fraude" se refiere al acto intencional de la Administración, personal o terceros,
que da como resultado una representación equivocada de los estados financieros, pudiendo
implicar:
Manipulación, falsificación o alteración de registros o documentos. Malversación de activos
Supresión u omisión de los efectos de ciertas transacciones en los registros o documentos.
El delito de estafa inmobiliaria se comete tanto cuando el autor vende una vivienda, local,
terreno, no siendo propietario del mismo o bien cuando lo vende a varias personas distintas
habiéndose vendido anteriormente.
El sector inmobiliario vive una buena época desde que se acabó la crisis y empieza a remontar.
La entrada de internet en el sector también ha beneficiado al crecimiento de este mercado que
permite busca, compara y compra online de forma cómoda y rápida. Pero como en cualquier otro
negocio en red también ha promovido la proliferación de estafas y timos inmobiliarios efectuados
desde cualquier punta del mundo. Todos nos hemos sentido atraídos alguna vez hacia un anuncio
inmobiliario que es una joyita a un precio irrisorio. Pero lamentablemente en el 99,99% de las
veces en realidad no es un chollo, se trata de un fraude. (Gómez-Aller, Pérez, 2006)
Según reiterada jurisprudencia, los elementos configuradores del delito de estafa son:
Todos saben que los portales que ofertan gran cantidad de inmuebles poseen un filtro para las
publicaciones consideradas fraudulentas. Sin embargo, estas plataformas no siempre pueden
librarse de aquellos expertos del engaño que logran esquivar tales barreras. (Gómez-Aller,
Pérez, 2006)
Para saber cuándo puede ser un fraude con un anuncio fraudulento, primeramente debemos
aprender a señalarlo. Éstos son los signos que te permitirán reconocerlos:
El anuncio es demasiado atractivo para ser verdad: casas de apariencia lujosa con precios
baratos.
La persona que publica la propiedad contacta con los interesados para que todo parezca
creíble.
El propietario solicita un depósito a pagar por adelantado.
Después de que se realice el pago, desaparece el anuncio por arte de magia.
Una vez detectado el fraude, existen 4 pasos esenciales que deberían darse para empezar a
tomar las medidas necesarias y así evitar ser estafados. Para evitar perder nuestro dinero.
Si la casa es muy barata para lo zona en la que se encuentra, es posible que el anuncio no sea
real. (Gómez-Aller, Pérez, 2006)
No se aplica en todos los casos, pero es una posible alerta. En zonas muy cotizadas es poco
factible que exista un inmueble de bajo costo. Te recomendamos visitar el lugar para
comprobarlo in situ, pues exista la posibilidad de que el precio bajo se deba al estado en el que
se encuentra la casa o el departamento, independiente del barrio o colonia donde se halle.
También tendrías que considerar la plusvalía de la zona para poder tener un estándar de los
precios.
La mejor garantía al comprar una casa viene dada por la persona que te la vende: por eso es de
agradecer que la persona en cuestión sea la propietaria de la propiedad. Sin embargo, existen
clientes que realizan tratos con agentes inmobiliarios para adquirir la vivienda de forma más
rápida. Debes asegurarte de la transparencia de la inmobiliaria solicitando conocer al dueño
que oferta su propiedad. Resulta indispensable. Insiste al agente en concretar una cita con
ellos, sé insistente. Deshazte de aquella vocecita interior que te dice que estás siendo pesado.
Más vale pecar de desconfiado que sentirte estafado. ¿No crees?
Un síntoma inconfundible que indica un fraude clarísimo. Sí o sí. Es bien sabido que para
comprar o rentar una casa primero se debe firmar un contrato. Si no se celebra este contrato, es
posible que la inmobiliaria no esté del todo consolidada en el mercado, eludiendo con ese
método pagar impuestos. O puede que simplemente se trate de un engaño. No deposites dinero
hasta no llegar al acuerdo por escrito. Cuando realizas una compra o renta en el extranjero, las
inmobiliarias suelen enviar un contrato por email. Lo más recomendable que puedes hacer es
pedir siempre una factura de la transacción que vayas a realizar.
Otro aspecto relevante tiene que ver con la fiabilidad que debería desprender la agencia con la
que tratemos. Si una empresa es veraz y transparente siempre podrá llegar a formarse una
buena reputación, algo que tendría que apreciarse no sólo mediante el boca a boca de sus
clientes, sino a través de las herramientas que nos brinda internet.
Por estos instrumentos podemos conocer la imagen de la que disfruta la agencia. Esta
fiabilidad se debería transmitir por la red, y cuando decimos red nos referimos a un portal y
unas redes sociales que rezumen confianza. Si quieres averiguar el grado de fiabilidad de una
agencia inmobiliaria, como primer tendrías que navegar por su Facebook o LinkedIn y revisa
qué tipos de comentarios le dejan los usuarios, así como las calificaciones por sus servicios.
Ahora que ya sabes cómo evitar los maliciosos fraudes en internet, podrás disfrutar de tener
esa residencia que tanto has soñado. Si deseas consultar información más detallada, puedes
empaparte de información sobre el tema gracias a nuestras instrucciones, dónde te lo
explicamos paso a paso.
La estafa difiere del robo, porque en este caso, la victima a entregado voluntariamente la cosa,
que el inculpado se ha apropiado.
La estafa difiere del abuso de confianza, porque la entrega ha sido determinada por el empleo
de maniobras fraudulentas. (Isa, M. 2014).
Sin embargo, los delitos de robo, estafa y abuso de confianza, son de la misma naturaleza.
2º.- Que la entrega o remesa de valores, capitales u otros objetos haya sido obtenida con la
ayuda de esas maniobras fraudulentas.
3º.- Que haya un perjuicio.
a) El uso de un falso nombre o de una falsa calidad. Este uso es suficiente para caracterizar la
estafa, siempre que haya relación de causa al efecto entre el uso y la entrega de la cosa
estafada, como es el caso del individuo que toma el nombre de una persona conocida por su
solvencia y honestidad. (Isa, M. 2014).
Estafa. Especie en que se establece que hay estafa, cuando una persona valiéndose de personas
fraudulentas, hace creer que ella tiene poderes sobrenaturales, para hacerse remitir o entregar
dinero o cualquiera otro de los objetos enumerados en el artículo 405 del Código Penal (Isa,
M. 2014).
La tentativa de estafa queda concretizada desde el momento en que el agente pone en acción
los medios fraudulentos exigidos por la ley para la ejecución del delito. Son estos medios
constituyen el comienzo de ejecución de la estafa.
En cuanto a la complicidad, está regida por los Arts. 59 y 60 del Código Penal.
Art. 402. Cuando en los casos previstos por el Código de Comercio, se declare a alguno
culpable de bancarrota, se le impondrán las penas siguientes: en los casos de bancarrota
fraudulenta, se aplicará la reclusión; y en los de bancarrota simple, se aplicará la prisión
correccional de quince días a lo menos, y un año a lo más.
Art. 403.- Los cómplices de una bancarrota fraudulenta, declarados tales, sufrirán la misma
pena en que incurra el bancarrotero fraudulento.
Art. 404.- Los agentes de cambio y los corredores que hubieren quebrado, se castigarán con la
pena de reclusión; y con la de trabajos públicos, si la bancarrota fuere fraudulenta.
Art. 405.- Son reos de estafa, y como tales incurren en las penas de prisión correccional de seis
meses a dos años, y multa de veinte a doscientos pesos:
1o. los que, valiéndose de nombres y calidades supuestas o empleando manejos fraudulentos,
den por cierta la existencia de empresas falsas, de créditos imaginarios o de poderes que no
tienen, con el fin de estafar el todo o parte de capitales ajenos, haciendo o intentando hacer,
que se les entreguen o remitan fondos, billetes de banco o del tesoro, y cualesquiera otros
efectos públicos, muebles, obligaciones que contengan promesas, disposiciones, finiquitos o
descargos;
2o. los que para alcanzar el mismo objeto hicieran nacer la esperanza o el temor de un
accidente o de cualquier otro acontecimiento quimérico. Los reos de estafa podrán ser también
condenados a la accesoria de la inhabilitación absoluta o especial para los cargos y oficios de
que trata el artículo 42, sin perjuicio de las penas que pronuncie el Código para los casos de
falsedad.
Párrafo.- Cuando los hechos incriminados en este artículo sean cometidos en perjuicio del
Estado Dominicano o de sus instituciones, los culpables serán castigados con pena de
reclusión si la estafa no excede de cinco mil pesos, y con la de trabajos públicos si alcanza una
suma superior, y, en ambos casos, a la devolución del valor que envuelva la estafa y a una
multa no menor de ese valor ni mayor del triple del mismo.
Abuso de confianza.
Art. 406.- El que, abusando de la debilidad, las pasiones o las necesidades de un menor, le
hiciere suscribir en su propio perjuicio, obligación, finiquito o descargo, por préstamos de
dinero o de cosas muebles, o efectos de comercio u otros efectos obligatorios, incurrirá en la
pena de prisión correccional de uno a dos años, y multa que no bajará de cincuenta pesos ni
excederá el tanto de la tercera parte de las indemnizaciones y restituciones que se deban al
agraviado. Estas disposiciones tendrán su aplicación, cual que fuere la forma que se diere a la
negociación, o la manera que se emplee para dar al abuso los visos de la legalidad. Las
accesorias de inhabilitación de que trata el último párrafo del artículo anterior podrán
pronunciarse en los casos de este artículo.
Art. 407.- Las penas que señala la disposición que precede, se impondrán a los que abusaren
de una firma en blanco que se les hubiere confiado, escribiendo fraudulentamente obligación,
descargo o cualquier otro acto que pueda comprometer la persona o bienes del firmante. Si la
firma en blanco no hubiere sido confiada al culpable, se le considerará reo de falsedad, y como
a tal, se le impondrán las penas que señala este Código.
Art. 408.- Son también reos de abuso de confianza y como tales incurren en las penas que trae
el artículo 406, los que, con perjuicio de los propietarios, poseedores o detentadores,
sustrajeren o distrajeren efectos, capitales, mercancías, billetes, finiquitos o cualquier otro
documento que contenga obligación o que opere descargo, cuando estas cosas les hayan sido
confiadas o entregadas en calidad de mandato, depósito, alquiler, prenda, préstamo a uso o
comodato o para un trabajo sujeto o no a remuneración, y cuando en éste y en el caso anterior
exista por parte del culpable la obligación de devolver o presentar la cosa referida, o cuando
tenía aplicación determinada.
Si el abuso de confianza ha sido cometido por una persona, dirigiéndose al público con el
objeto de obtener, bien sea por su propia cuenta o ya como director, administrador, o agente de
una sociedad o de una empresa comercial o industrial, la entrega de fondos o valores a título
de depósito, de mandato, o de prenda, la pena en que incurrirá el culpable será la de reclusión
y multa de quinientos a dos mil pesos.
Si el abuso de confianza de que trata ese artículo, ha sido cometido por oficial público o
ministerial, por criado o asalariado, por un discípulo, dependiente, obrero o empleado, en
perjuicio de su amo, maestro o principal, se impondrá al culpable la pena de tres a diez años de
trabajos públicos. Estas disposiciones en nada modifican la penalidad impuesta por los
artículos 254, 255 y 256, con respecto a las sustracciones y robos de dinero o documentos en
los depósitos y archivos públicos.
Párrafo.- En todos los casos de abuso de confianza, cuando el perjuicio causado exceda de mil
pesos, pero sin pasar de cinco mil pesos, la pena será de tres a cinco años de reclusión y del
máximum de la reclusión si el perjuicio excediere de cinco mil pesos.
Art. 409.- El que se haga reo de sustracción de título, pieza, memoria o cualquier otro
documento producido anteriormente por él, en el curso de una contestación judicial, sufrirá
una multa de diez a cien pesos. El tribunal que conozca de la contestación impondrá la pena.
Para concluir especialmente se quiso destacar el fraude inmobiliario, que a nuestro juicio por
lo investigado son muy comunes en la sociedad y, cuya realización afecta grandes intereses
financieros, lo cual afecta de manera significativa la seguridad jurídica. Ellos son: el fraude
procesal y el fraude inmobiliario.
El primero es un fraude que tiene una gran incidencia social, ya que el mismo ocurre con gran
frecuencia en los tribunales del país y en la mayoría de los casos queda impune. Además, se
diferencia de la estafa en que éste fraude está dirigido al juez y no a un particular cualquiera.
Mientras que el fraude inmobiliario reúne todas las defraudaciones que se pueden realizar por
medio de comportamientos engañosos, en este caso manipulaciones informáticas fraudulentas
que ocasionan daños a intereses económicos, con ánimo de lucro y que se llevan a cabo
aprovechándose de las características de sistemas registrales y de la jurisdicción inmobiliaria.
Hacer cumplir esta jurisdicción inmobiliaria para que de una vez y por todas se llene la laguna
y vacío legal que existe en nuestro país al respecto y se califiquen de manera apartada al delito
de estafa. Para que así reciban una adecuada sanción, pues resulta que en la actualidad el
castigo a esta variedad de fraude es muy difícil por lo sofisticada que es la obtención de la
prueba.