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Acrílico:

Técnica pictórica donde al colorante se le añade un aglutinante


plástico, seca muy rápido, en la mayoría de las veces, una vez que la
pintura seca no puede volver a trabajarse, pues forma una “piel
plástica” cohesiva que no se disuelve con agua y por lo general es de
apariencia brillante. Se puede aplicar capas gruesas a diferencia del
óleo para cubrir y volver a trabajar en los colores ya aplicados porque
las capas secan muy rápido, generalmente lo usamos mucho en la
escuela, son las famosas “pinturas vinci”.

Acuarela:
Técnica realizada con pigmentos transparentes diluidos en
agua, con aglutinantes como la goma arábiga, usando como
color blanco el del propio papel, siempre les comento a mis
alumnos que la acuarela su fascinante característica es que
“son simples manchas de agua de color”.

Aguada o gouache:
Técnica similar a la acuarela, con colores más espesos y diluidos en agua, de textura
gruesa y secado rápido. La pintura adquiere opacidad durante el proceso de
fabricado debido a la adición de pigmento blanco a todos los colores, lo que crea el
típico acabado mate y ligeramente terroso, es una técnica popularmente empleada
en las carreras de diseño.

Pastel, lápiz o barras de pigmento:


Consta de diversos colores minerales, con aglutinantes (caolín,
yeso, goma arábiga, látex de higo, cola de pescado, azúcar
candi, etc.), amasado con cera y jabón de Marsella y cortado
en forma de barritas, también se encuentra en presentación de
lápices.

Temple:
Pintura realizada con colores diluidos en agua temperada o engrosada
con aglutinantes con base de cola (yema de huevo, caseína, cola de
higuera, cerezo o ciruelo)

Encáustica:
Pigmentos mezclados con cera derretida.
Grafito:
Consiste en una mina o barrita de pigmento (generalmente de grafito y
una grasa o arcilla especial, pero puede también ser pigmento
coloreado de carbón de leña) y encapsulado generalmente en un
cilindro de madera fino, es la más conocida, la más sencilla e
inmediata.

Lápices de colores:
Se empezaron a fabricar industrialmente hasta finales del siglo
XIX, consisten en una barrita de madera que contiene una
mina de materia coloreada, más dura y más fina de la de los
pasteles, respecto a los cuales, y aunque tengan su misma
variedad de tonos y matices, presentan una mayor facilidad de
uso. Desde entonces se han difundido muchísimo debido a
que son prácticos y de uso inmediato, por la riqueza de sus
tonos.

Pluma y tinta:
Formada por un mango y unas plumillas metálicas para dibujar con tinta
china, ha sustituido a la antigua pluma de madera de arce o bien a la de
ganso. El dibujo a pluma no admite errores o dudas; una vez realizado,
no puede borrarse. Este carácter inmediato es lo que marca su
peculiaridad y también su dificultad.

Óleo:
El aglutinante del óleo tarda más en secar, por eso la
superficie de un cuadro al óleo permanece maleable por
cierto tiempo. Puede uno aplicar los colores en capas
gruesas o delgadas, diluidos con aguarrás y/o aceite, y
mezclados con facilidad. Tal vez debas dedicar varios días a
un cuadro, así darás tiempo a que se sequen las capas, la
pintura gruesa seca más despacio que los “glaseados o
veladuras” así que si aplicas capas de colores la técnica recomendada es trabajar “grueso sobre
delgado” y adquirir poco a poco la textura deseada. Este proceso de colocar capas
gradualmente es una técnica tradicional del óleo.

Carboncillo:
Uno de los más antiguos materiales de dibujo es sin duda el “tizón”, es decir,
el carboncillo, obtenido por la combustión de delgados bastoncillos vegetales.
Para su fabricación es especialmente indicada la madera de sauce, que da
un negro cálido. Aunque el trazo de carboncillo es blando y pictórico,
precisamente por esto resulta especialmente delicado, termina uno todo
manchado, pero podemos frotar el trazo de carbón sobre el papel, obteniendo
especiales efectos de difuminado.

Los factores bióticos son los organismos vivos que influencian la forma de
un ecosistema. Pueden referirse a la flora y la fauna de un lugar y sus interacciones. Los
individuos deben tener comportamiento y características fisiológicas específicas que permitan
su supervivencia y su reproducción en un ambiente definido. La condición de
compartir un ambiente engendra competencia u otros tipos de interacciones
entre las especies, dados por el alimento, el espacio, etc. Como consecuencia
modifican las poblaciones de otras especies.1
Una población es un conjunto de organismos de una especie que están en una
misma zona. Se refiere a organismos vivos, sean unicelulares o pluricelulares.
En contraste con los factores bióticos están los factores abióticos, aquellos que
no son vivos, no forman parte o no son productos de los seres vivos. Son los
factores inertes: climático, geológico o geográfico, presentes en el medio
ambiente y que afectan a los ecosistemas.

Los factores abióticos son los factores que no tienen vida,


entre los más importantes podemos encontrar: el agua,
la temperatura, la luz, el pH, el suelo, la humedad,
el oxígeno y los nutrientes.1
Específicamente, son los principales factores sin vida que
conforman un ecosistema.
Por contraste, los factores bióticos son todos los organismos
que tienen vida. Pueden referirse a la flora y la fauna de un
lugar y sus interacciones.

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