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La comunicación verbal puede realizarse de dos formas: oral: a través de signos orales y
palabras habladas o escrita: por medio de la representación gráfica de signos.
Hay múltiples formas de comunicación oral. Los gritos, silbidos, llantos y risas pueden
expresar diferentes situaciones anímicas y son una de las formas más primarias de la
comunicación. La forma más evolucionada de comunicación oral es el lenguaje articulado, los
sonidos estructurados que dan lugar a las sílabas, palabras y oraciones con las que nos
comunicamos con los demás.
Las formas de comunicación escrita también son muy variadas y numerosas (ideogramas,
jeroglíficos, alfabetos, siglas, graffiti, logotipos...). Desde la escritura primitiva ideográfica y
jeroglífica, tan difíciles de entender por nosotros; hasta la fonética silábica y alfabética, más
conocida, hay una evolución importante.
Para interpretar correctamente los mensajes escritos es necesario conocer el código, que
ha de ser común al emisor y al receptor del mensaje.
Es el uso de las palabras para la interacción, el lenguaje propiamente tal, expresado de
manera hablada o escrita. Es aquí cuando recordamos a los factores de la comunicación, pues es el
sustento de la misma: emisor, receptor, mensaje, canal, código y contexto (por mencionar a los
más importantes y los que sirven de base fundamental).
La comunicación verbal es oral, es decir:
Se utiliza el canal auditivo
Se capta por medio de la percepción
Es espontánea y se puede retractar
Es efímera
Hay interacción: feedback
Utiliza soportes verbales y no verbales (movimiento de manos, gestos varios)
Posee sintaxis diversa, muy elaborada o no (uso de “muletillas”)
Es posible escribirla
Es lineal, o sea, no se pueden decir o leer dos letras al mismo tiempo
CLASIFICACIÓN DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL
La comunicación no verbal se clasifica en:
• Kinésica o aquella basada en el movimiento de las diferentes partes del cuerpo (gestos
corporales, expresiones faciales, etc.). Las expresiones corporales son los comportamientos no
verbales más fáciles de observar. Muchas veces los gestos no sólo son inseparables de las
palabras, sino son marcadores del propio lenguaje: marcan nivel de educación, cansancio, inicios y
finales de relación...
Dentro de los gestos podemos distinguir:
La comunicación no verbal tiene hasta un 93% más de injerencia que la comunicación
verbal.
- los emblemas, que se utilizan de manera consciente como hacer V de victoria con los
dedos.- los reguladores, que facilitan la conversación con la otra persona, indicando que continúe,
pare,…
- los adaptadores, donde se incluyen las conductas adaptativas, como satisfacer
necesidades y dominar emociones (rascarse, dibujar mientras hablamos o escuchamos, doblar
papeles...).
- la postura corporal, que indica amistad, hostilidad, indiferencia, confianza en sí mismo,
desconfianza.
- la sonrisa y la risa, que pueden servir para insultar, como signo de amistad, de vergüenza,
de felicidad, de ridículo, aceptación...
- las muestras de afecto, con el rostro y la postura del cuerpo.
La comunicación no verbal en las películas de Charlie Chaplin…
- el atractivo físico y la apariencia física, que se relaciona con la percepción del
comportamiento social e incluyen la ropa, la piel, el pelo...
- los ilustradores, que acompañan al habla para esclarecerlo, como por ejemplo, los gestos
que hacemos con las manos cuando nos referimos a “todo el grupo”.
- el contacto físico también pertenece a la kinésica, diferenciándose su significado y su
forma según el contexto social y cultural en el que se desarrolla.
- la orientación espacial, que marca la relación entre los interlocutores. Situarse a mayor
altura indica dominio.
• Proxémica, que incluye el uso que se le da al espacio físico donde se desenvuelve el
hablante y también a la percepción que éste tiene de su entorno cercano. Así el ritmo, la actitud,
el comportamiento espacial, la orientación, la sincronización del habla y la dirección de la vista,
entre otros, complementan este lenguaje. El silencio también se puede emplear como canal de
comunicación.
El sistema de clasificación proxémica, establecida por Edward T. Hall en 1966, se basa en
conductas propias de los animales (etología), incluyendo al ser humano, cuando se interfiere o
invade su territorialidad, entendida como el área que el individuo defiende contra los miembros
de su propia especie. Todo ser humano desarrolla ciertos sentimientos de pertenencia sobre su
equipo y puesto de trabajo, ya que esto le puede dar una sensación de pertenencia e integración a
la organización.