Vistos: En estos autos rol Nº 759-2009 caratulados ?Fuentes Castro Patricio con Codelco?, juicio ordinario por indemnización de perjuicios, la parte demandada Sociedad Somacor Limitada ha deducido recurso de casación en el fondo contra la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago que revocó la de primera instancia en cuanto había acogido la demanda de indemnización de perjuicios a título de lucro cesante, negándole lugar por tal concepto, y la confirmó con declaración de que los demandados quedan solidariamente condenados al pago de la suma de $ 80.000.000 a título de daño moral en beneficio de los demandantes Patricio Fuentes Castro y Jenny del Carmen Valdivia Urra y la cantidad de $ 5.000.000 para los actores René Fuentes Valdivia y Gustavo Fuentes Valdivia, por el mismo concepto. Se trajeron los autos en relación. Considerando: PRIMERO: Que en su libelo de nulidad el recurrente denuncia la vulneración de los artículos 2314, 1437, 2329, 1698, 2320 y 2322 del Código Civil y además del artículo 76 de la Constitución Pol dtica de la República en relación a los artículos 1 y 10 del Código Orgánico de Tribunales. Explica que la sentencia impugnada acogió la demanda de indemnización de perjuicios prescindiendo en su análisis de la determinación y concurrencia del elemento de causalidad, el que erróneamente incluye en la culpa, defecto que incide en el error de establecer que la responsabilidad que a la recurrente le cabría en estos hechos debe deducirse desde el resultado del hecho dañoso ?la muerte de un trabajador- coligiendo de ello una supuesta negligencia que le cabría al recurrente en su calidad de empleador, por infracción del deber de seguridad y cuidado que habría sido establecido por órganos administrativos ajenos a la función jurisdiccional. De otra parte, sostiene que el fallo aplica equivocadamente el estatuto de responsabilidad contractual para el solo efecto de presumir la culpa, pero que en lo demás se funda en las normas que regulan la responsabilidad extracontractual y, dentro de ellas, aplica de manera incorrecta al caso la teoría del riesgo creado. Además, denuncia que la sentencia ha infringido la carga de la prueba en lo relativo al daño moral demandado, el que, en concepto del recurrente, debe determinarse de acuerdo a las reglas generales sin que exista norma que autorice al juez a presumirlo, lo que se hace patente por la existencia de razonamientos jurídicos distintos que se observan en el fallo, el que en un caso acude y da énfasis a la prueba aportada por el actor y en otro pondera el daño moral sin probanza que lo sostenga. SEGUNDO: Que al explicar cómo los errores de derecho denunciados han influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, señala que de no haberse incurrido en ellos no podría haberse establecido la responsabilidad que se ha declarado, ya que al desconocerse las circunstancias que rodearon la muerte del trabajador resulta imposible formular causas hipotéticas y, por lo mismo, dejar de considerar las distintas hipótesis de exoneración de responsabilidad que formuló en su defensa la recurrente. De haberse aplicado correctamente las reglas generales de responsabilidad extracontractual, por culpa probada, necesariamente se habría rechazado la demanda, ya que, reitera, la actora nada pudo probar respecto a las circunstancias de la muerte del trabajador. El defecto de prescindir de la relación de causalidad ha llevado a los sentenciadores a descansar en la responsabilidad declarada por órganos ajenos a la actividad jurisdiccional. TERCERO: Que conviene analizar, en primer término, la efectividad de haber existido la infracción de las normas reguladoras de la prueba que se denuncia, las que, como lo ha sostenido reiteradamente esta Corte Suprema, cabe entender vulneradas cuando los sentenciadores invierten el onus probandi o carga de la prueba, rechazan las pruebas que la ley admite, aceptan las que la ley rechaza, desconocen el valor probatorio de las que se produjeron en el proceso cuando la ley les asigna uno determinado de carácter obligatorio, o alteran el orden de precedencia que la ley les diere. CUARTO: Que el recurrente ha sostenido que el fallo recurrido altera la carga de la prueba al condenarlo al pago de una indemnización por daño moral pese a que estableció que no existen pruebas respecto de tres de los cuatro demandantes, ya que sólo en el caso de uno de ellos -Patricio Fuentes- se acompañó un informe sicológico que fue ratificado por su autor. Destaca que la sentencia de segundo grado, en su motivo sexto, declara que además de dicha probanza ?no se ha rendido otra prueba directa al efecto? y, sin embargo, para los restantes actores declaró la procedencia de la indemnización por daño moral en base a meras conjeturas, incurriendo en el error de suponer que cierto hecho provoca necesariamente un grado de aflicción para todos sin ser necesaria su demostración en juicio, lo que implica desconocer la diversidad interna de cada persona, equiparando el dolor probado en uno con el no probado en otro, relevando a cada demandante de su obligación de probar su propio daño reclamado. QUINTO: Que en lo relativo a este capítulo de impugnación debe recordarse que el fallo de segunda instancia confirmó lo razonado y resuelto en la sentencia de primer grado teniendo además presente las consideraciones que expone, algunas de las cuales han sido objeto del reproche del recurrente que se viene analizando. Lo cierto es que la sentencia dictada por el Juez del Décimo Séptimo Juzgado Civil de Santiago analiza la prueba que al efecto rindió la actora, la pondera y conforme a ella funda su decisión de acoger la demanda en lo que al daño moral se refiere. En efecto, los nu merales 24, 26 y 27 de su motivo segundo se refieren a las declaraciones de los testigos de la actora que mencionan los sufrimientos y padecimientos sufridos por toda la familia del trabajador, incluyendo en sus dichos a la madre y los hermanos. El motivo quinto del fallo expone la manera en que se pondera la prueba rendida asignando en el motivo siguiente la calidad de presunciones judiciales, en el carácter de graves y precisas, a las declaraciones de los referidos testigos. Asimismo, el motivo noveno da cuenta de la apreciación comparativa de los medios de prueba para dar por probados, en el motivo décimo quinto, los hechos constitutivos del daño moral demandado y, en el décimo sexto, la relación de causalidad entre el hecho de la muerte y el daño moral pretendido. Así, el fallo impugnado ha hecho suyos tales razonamientos, de manera que la afirmación de no haberse rendido otra prueba directa, que no fuera la que se menciona en el primer párrafo del motivo sexto, carece de la relevancia y trascendencia que le atribuye el recurrente. SEXTO: Que atento a lo expuesto y habida consideración que el recurso discurre únicamente sobre la base de una inexistencia de medios probatorios, los que sí fueron producidos en juicio, ponderados y considerados según su mérito, no resulta demostrado que la sentencia recurrida haya infringido las normas reguladoras de la prueba en lo que a su carga se refiere, por lo que en cuanto a este capítulo el recurso no puede prosperar. SÉPTIMO: Que las alegaciones del recurrente referidas a la infracción de los artículos 2314, 1437, 2329, 1698, 2320 y 2322 del Código Civil denuncian que el fallo recurrido: a) no abordó el elemento de la causalidad, el que dedujo o incluyó en el elemento culpa; b) imputa a las demandadas ser culpables tanto del hecho propio como del ajeno, sin precisar cuál fue la acción u omisión de los dependientes que origina la responsabilidad de las demandadas, considerando que no pudo establecerse las circunstancias de la muerte del trabajador; c) deduce la culpa de las demandadas únicamente por la ocurrencia de la muerte del trabajador; d) pese a haberse demandado en sede extracontractual, determina la culpa, presumiéndola, en base al incumplimiento de una obligación contractual; e) aplica erróneamente la presunción de culpa en sede extracontractual contenida en el artícu lo 2329 del Código Civil; y f) interpreta y aplica en forma improcedente la teoría del riesgo creado. OCTAVO: Que para abordar este capítulo del libelo de nulidad debe señalarse, en lo que interesa para la adecuada resolución del recurso, que en la sentencia impugnada ha quedado asentado que: 1.- A las 9:30 horas del día 30 de octubre de 2004 fue encontrado el cuerpo sin vida del trabajador Nicolás Fuentes Valdivia, de 19 años de edad, indicando su certificado de defunción como causa de la muerte asfixia por sofocación/accidente del trabajo. Dicho trabajador había sido contratado el 4 de octubre de 2004 para desempeñar funciones como operador de aseo en la Planta Caletones de la División El Teniente de Codelco, pero encontró la muerte desarrollando labores distintas a aquellas para las cuales fue contratado. 2.- Esas nuevas funciones, consistentes en la selección de material conducido por la cinta transportadora 210 desde la Planta de Filtro y Secado hacia un chute de vaciado para su posterior procesamiento, ya las había realizado los días 26 y 27 de ese mismo mes y año, recibiendo capacitación consistente en charlas y entrega de procedimiento elaborado por la recurrente. 3.- Al momento de ocurrir el accidente el occiso se encontraba solo en el lugar, la correa transportadora en la que trabajaba carecía de rejas o elementos de protección a sus costados (a diferencia de otra contigua que sí los tenía), no existía en el lugar de trabajo adecuada señalética de seguridad o se encontraba en mal estado, el suelo o piso del lugar de trabajo se encontraba resbaladizo por la existencia de abundante polvo y material de desecho y sobre la correa transportadora existía una cámara de video, la cual no se encontraba operativa. 4.- Hasta la ocurrencia del accidente, la nueva función encargada al trabajador tenía una evaluación de riesgo leve y no contaba con procedimiento escrito. Con posterioridad al accidente, por recomendación del Sernageomín, de la Dirección del Trabajo y del Servicio de Salud O'Higgins, se reemplazó el referido procedimiento por uno escrito, de Trabajo Seguro, para retirar materiales contaminantes de la correa 210 y se dispuso la capacitación de los operarios sobre los riesgos específicos de la tarea, señalándose que dicha labor debe ser desempeñada por a lo menos dos personas, y 5.- Los órganos administrativos encargados de fiscalizar la labor de la demandada determinaron numerosas deficiencias en materia de seguridad y prevención de riesgos, disponiéndose diversas acciones correctivas destinadas a reforzar la actividad preventiva. NOVENO: Que los referidos hechos han sido declarados por los jueces del grado como constitutivos de infracción de diferentes disposiciones legales y reglamentarias relacionadas con seguridad industrial, minera y del deber general de seguridad que obliga a los empleadores, contenidas en el artículo 184 del Código del Trabajo, en la Ley N° 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, en el Decreto Supremo N° 40 de 1969, Reglamento de la citada ley, en el Decreto Supremo N° 40 de 1969 sobre Prevención de Riesgos Profesionales, en el Decreto Supremo N° 72, Reglamento de Seguridad Minera y en el Decreto Supremo N° 205 de 1970, del Ministerio del Trabajo. DÉCIMO: Que asimismo, sobre tales hechos, los jueces del grado concluyeron que la causa básica del accidente fue: ?haber destinado al trabajador a actividades de apoyo a la producción, de mayor riesgo que aquellas de operario de aseo, contratadas, sin habérsele proporcionado suficiente instrucción sobre los riesgos específicos de su labor y del entorno de trabajo de correas transportadoras en movimiento, en que se debía desempeñar; lo que era absolutamente necesario, atendida su juventud y su absoluta falta de experiencia laboral. Además, se le envió solo a un trabajo que, como ineludible medida de seguridad, debe ser realizado por dos personas, a lo menos. A todas estas circunstancias se agregan, como concausas determinantes del accidente: el hecho que la correa transportadora 210 carecía de rejas o resguardos laterales para evitar atrapamiento, el piso del lugar de trabajo se encontraba resbaladizo por acopio de material extraño, no existía la señalética adecuada que advirtiera los riesgos del entorno y que la cámara de video existente en el lugar se encontraba desconectada. Que, como consecuencia de las causas básicas precedentemente referidas, especialmente la falta de conciencia preventiva del trabajador, motivada por la insuficiente internalización de la escasa instrucción recibida, resulta posible que el trabajador, por motivos que se desconocen, haya adoptado una posición de trabajo inadecuada al entorno de correas transportadoras en movimiento, o haya realizado una acción insegura, exponiéndose a un riesgo innecesario, provocando con ello el fatal accidente?. UNDÉCIMO: Que determinado el hecho dañoso y sus causas, y a diferencia de lo que sostiene la recurrente, los sentenciadores analizaron correctamente el estatuto de responsabilidad aplicable al caso, estableciendo un incumplimiento negligente de la recurrente en las obligaciones de orden laboral que le imponía el contrato de trabajo celebrado con el señor Fuentes Valdivia. Si bien la demanda que se ha deducido invoca el estatuto de la responsabilidad extracontractual, lo cierto es que se ha imputado a la recurrente una omisión negligente en el deber de cuidado que el ordenamiento jurídico le hace exigible, por lo que la carga de acreditar el cumplimiento de tales deberes ha de recaer en quien está llamado por ley a respetarlos. Además, también debió probar la concurrencia de las hipótesis de exoneración de responsabilidad que a su favor invocó. Tal razonamiento no resulta extraño en el ámbito de una demanda civil de indemnización donde se persigue la declaración de responsabilidad extracontractual, puesto que el hecho dañoso ha consistido precisamente en la muerte de un trabajador en el contexto de una relación laboral donde el dependiente desempeñaba funciones distintas para las cuales fue contratado y que desarrollaba sin la debida capacitación y sin las medidas de seguridad que eran exigibles. En virtud del régimen de responsabilidad que gobierna la acción, los actores han sostenido que el hecho de la muerte del trabajador es consecuencia del incumplimiento negligente del deber de seguridad que pesaba sobre la demandada y, por su parte, los sentenciadores han calificado dicho incumplimiento como negligente, conforme al mérito del proceso, determinándose que si bien la culpa que se imputa tiene, en ciertos aspectos, un carácter contractual, reviste respecto de los terceros que sufrieron daño por la muerte culpable del trabajador el carácter de un simple hecho de terceros, que da origen a responsabilidad extracontractual. Es en este contexto que el fallo alude al artículo 2329 del Código Civil, para señalar que también en sede extracontractual está prevista la presunción de culpa en el evento de incumplimiento y, en ese mismo sentido, alude también a la teoría del riesgo creado. Sin embargo, tales referencias no constituyen ni sustentan en forma exclusiva la decisión a que se arriba, por lo que no han tenido para la resolución del asunto la incidencia que supone la recurrente. DUODÉCIMO: Que, asimismo, para los efectos resarcitorios que busca la demanda y declara la sentencia, no resulta indispensable determinar con precisión las circunstancias del accidente que costó la vida del hijo y hermano de los demandantes, ya que el hecho se produjo con ocasión de un trabajo al que la recurrente lo destinó sin preparación suficiente y sin adoptar las medidas de prevención y seguridad a las que estaba obligada. El desconocimiento de las circunstancias del fallecimiento no impide la aplicación del estatuto de responsabilidad extracontractual, ya que lo reprochado es la omisión en el deber de seguridad del empleador, quien frente a los actores responde tanto del hecho propio como del ajeno, siendo de su cargo la prueba destinada a eximirse de tal responsabilidad, de acuerdo a las reglas generales que el fallo ha respetado para la determinación de la imputabilidad. Por lo demás y a diferencia dee lo sostenido en el arbitrio en estudio, la sentencia impugnada no acude a la decisión de otros órganos ajenos a la función jurisdiccional para determinar la responsabilidad que en la muerte del trabajador le cabe a la recurrente ya que los jueces del fondo han analizado las probanzas del proceso -y entre ellas las investigaciones y fiscalizaciones a que fue sometida la recurrente luego del accidente- para establecer, como hecho de la causa, las diferentes deficiencias que en materia de seguridad laboral incurrió la empleadora, lo que no es susceptible de modificarse por esta vía desde que el reproche sobre la infracción a las normas reguladoras de la prueba se dirigió únicamente a lo relativo al establecimiento del daño moral y no a esta materia. DÉCIMO TERCERO: Que establecido lo anterior corresponde analizar el principal aspecto denunciado en el recurso en estudio, consistente en haberse prescindido del elemento de causalidad, el que, según la recurrente, se ha deducido o incluido en el elemento de la culpa. Debe recordarse que en la responsabilidad por culpa la causalidad ha de expresar la relación entre el hecho culpable y el daño provocado. En el caso en estudio se ha imputado un hecho por omisión, consistente en la falta de medidas eficaces para el resguardo de la seguridad de un dependiente que ha derivado en la ocurrencia de un accidente con ocasión del trabajo con resultado de muerte, omisión que además se ha estimado culpable ya que supone la existencia de un deber positivo de actuar. De la manera en que se plantea el libelo, la circunstancia de la muerte del trabajador ha debido analizarse desde dos aspectos, en lo tocante a la responsabilidad del empleador: como la consecuencia del incumplimiento del deber de seguridad a que estaba obligado y, a la vez, como el hecho generador del daño moral cuya indemnización se pretende. El primero se ha resuelto de manera correcta conforme al estatuto contractual, pues fue en ese ámbito en el que sucede el infausto suceso, determinándose la responsabilidad de la empleadora atendido que ésta no acreditó, como era de su cargo, el haber dado cumplimiento al deber de seguridad que le era exigible ni la ocurrencia de los hechos conforme a las teorías que ensaya en su contestación, los que, aun en el evento de haberse verificado como lo ha sostenido la empleadora, sólo dan cuenta de la insuficiente capacitación que brindó a su operario. Luego, forzoso es concluir que las deficientes medidas de seguridad que adoptó, sumada a la inadecuada y escasa capacitación entregada a un trabajador joven e inexperto que fue contratado además para otras funciones menores, constituyen una condición necesaria para la ocurrencia del accidente laboral que le costó la vida a su dependiente, puesto que el legislador ha impuesto tales deberes precisamente para evitar el resultado que en este caso se produjo. En lo relativo al segundo aspecto, ha correspondido a los actores acreditar que el referido hecho ha ocasionado el daño que alegan, cuestión que también se ha cumplido según da cuenta el motivo trigésimo primero del fallo de primer grado. DÉCIMO CUARTO: Que del modo que se ha venido razonando, es acertada la aplicación de las normas que el recurrente ha estimado infringidas, lo que lleva al rechazo del recurso de nulidad sustancial intentado. Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 764, 765, 767, 805 y 806 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación enel fondo deducido en lo principal de fojas 2549 contra la sentencia de diez de octubre de dos mil ocho, escrita a fojas 2534. Regístrese y devuélvase con sus agregados. Redacción a cargo del Ministro señor Brito. Rol Nº 759-09.
Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema, Integrada por
los Ministros Sr. Héctor Carreño, Sr. Pedro Pierry, Sra. Sonia Araneda, Sr. Haroldo Brito y el Abogado Integrante Sr. Benito Mauriz. No firma la Ministra señora Araneda, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar en comisión de servicios. Santiago, 04 de mayo de 2011.
Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.
En Santiago, a cuatro de mayo de dos mil once, notifiqué en Secretaria por el Estado Diario la resolución precedente.