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lito) sino que tampoco se podría garantizar que los Porque, ¿de qué se trata desde la pcrpectiva aboli
no'profesionales déla ley tengan un sentido más jus-_ cionista,jJel castijjo o de la prevención del delito? Si
to que,éstos. Ep efecto, idealizar al "liombrc coimln" bien-ambos se realiincntan entrecruzando los discur
es concebir un liombrc abstracto, jiarecido al ciudada sos, la ideología de la defensa social es el operador
no que las concesiones liberales creyeron descubrir que permite instrumentar distintas formas de control
, o con&mirCüMidoderribaron el orden corporativo feu- social de los que el castigo y las políticas de preven
I daL ¿A/.<•', • 1- ........v ción forman parte. " I !
i. Por otra parle, la reasunción por la sociedad dél Es cierto como dicen los abolicionistas (y toda
sistema de recompensas y caftrgbs enajenado i>or el la criminología crítica) que 110 se puede partir de una
Estado, implica en los hechos la creación de una nue concepción ontológica del delito, de la existencia por
va forma de control social, que en la realidad se mani lo tanto de un derecho natural; éste, aún en su ver
festará tanto o más controladora que la actual. Como sión duikheimiana, como un sentimiento colectivo
algunos trabajos pusieron de manifiesto, los medidas que cuando se lo viola íiace reaccionar el cuerpo so
alternativas a la cárcel que se han puesto en práctica cial, es tan endeble como maleable la reacción de la
en países desarrollados lian sido simplemente medi sociedad. En efecto, la reacción de la sociedad es una
das complementarias de ésta; así se ha scfíalado que variable dependiente,' un producto, un resultado de
el proceso de "descarcelación" que se produjo en USA una sociedad con tal historia, estructurada de tal mane
y en los países europeos en la década de los 70’, las ra, con tal división del trabajo, con tal estratifica
medidas alternativas a la cárcel crecieron geométrica ción, con tal estructura de poder, y en el medio de un
mente; las sentencias que antes fueron absolutorias, clima cultural; y como recordara Melossi que escribie
guiadas muchas veces por el humanitarismo de los ra Marx, también por una clase obrera que por educa
jueces (algunos seguramente influenciados por la rea ción, tradición y hábito reconoce como leyes natura
lidad de la cárcel y por las críticas hacia ella) ahora se les, obvias, las exigencias del modo de producción.
ejecutan por medio de trabajos para la comunidad, o Arduatarca, aunque parezcaunaformulaciónconspira-
para el propio damnificado. El aumento del control tiva, la de este modo de producción (y su control so
social informal fue denunciado reiteradamente por cri- cial) que logra tanto en los países desarrollados como
tninólogos críticos. en Argentina que la reacción social sea más fuerte y
Además para que exista un control de la comuni efectiva para castigar al ratcrilo de stereos que a un
dad es preciso que ésta exista, que ésta se materialice banquero fraudulento.
o se personifique; ¿cuál será esa personificación? ¿es
posible una comwtidad inmersa ella en una sociedad
donde la explotación, la dominación, las desigualda
des sociales, el racismo, el sexismo, los cuerpos dóci
les, la tortura, el nacionalismo agresivo, el trabajo
sucio, la cárcel, el hospital, son expresiones comu
nes y además parles constitutivas y necesarias de este
modo de vida? Valorizar el utilitarismo como rela
ción social articuladóra y rechazar sus aspectos negati
vos es creer que puede existir uno sin ía olio.. . .
La propuesta abolicionista, en resumen, signifi
ca la supresiSfnW-sistema penal en su realidad ac
tual, y su sustitución por Otro Ch el que los indivi
duos más que la sociedad y sus órganos cspccífiqos
se encarguen del control social. A los innumerables
problemas prácticos que aparecen como difíciles o im-
posiblcs do resolver (pienso cu un "delincuente” que
se iiiégá a ^negociar" con su víctima, en las dificulta
des de representar individualmente intereses difusos
como la salud, la vivichda, la Seguridad en el trabajo,
el medio ambiente, en poner en práctica trabajos para
la comunidad ante el creciente desempleo, etcétera, et
cétera) se suma una discutible concepción sobre la so
ciedad y el individuo. La sociedad como orgánica (la
comunidad) j)cro agredida por eT sísTcína pcílál; y el
iñdlvtduo conío individuo abstracto, despojado de sús
relaciones sociales. Quiero decir de hombres que po
drían dejar de ser portadores en la "negociación" de
sus relaciones de fuerza que como todos sabemos no
están distribuidas igualitariamente en la sociedad.
Es cierto que la propuesta abolicionista es cauti
vante, o candorosa; como dijera Pavarini los abolicio
nistas contribuyen a difundir la convicción de que
aquello a lo cual debemos temer y por ello defender
nos, es más bien del sistema de la justicia penal que
de la criminalidad, y que esto es una obra cultural y
política muy meritoria.
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Por olra parte serla necesario detenerse sobre el Porque la pewpeetiva abolicionisla prclendc "des-
carácter negativo del castigo que denuncian los abolí- 1 cubrir" lo que eS jmto éilco y'^gmáüfco, sin const-'
cionistas. ¿Es siempre así, un valor negativo? Por derar que ei sistemapenal, tal cual se lo conoce es
que aparte de que el castigo es una de las formas que ' una obra de ingeniería social y como tal el resultado
asume él enfrentamiento entre sectores o individuos, de un proceso histórico! Por ello desde mi perspecti
desde el punto de visto de íá o las víctimas, o desde va el sistema jíenai actual ño es una injusticia, una
los débiles, el castigo de los poderosos debería ser.' incongruencia lam en tada fx>rIá crueldad o la eslupP
considerado un hecho positivo. En tal sentido si bien dez hiimana; es parte de esta économía del control so
lós abolicionistas pueden mostrar que la ley penal g e -! cial que con sus prácticas, políticas, discursos, perso-
neraTmente no cumple una función protectora de Tos : najes e íristituciones creatambién el gran equívoco
débiles (movimientos democráticos, pobres, margina- ? de que lo necesario és d "descubrimiento" del reino
les...) ellos se organizan también alrededor de un refe /, & k» «ddos. '
rente legal, casi siempre de orden penal aunque más < '• En resumen; cautivante propuesta, como progra
no fuere simbólico. "r ma de crítica al sistema penal, por otra parte ya acu
Hace ya veinte aflos que la perspectiva abolido-" muladas en gran tnedida por lo que se conoce genérii
njsta pretende cambiar el sistema penal; no creo que • camente como Criminología Crítica. Pero Como al
se trate de una propuesta sólo para las sociedades in ternativa de control social en lá actualidad mis funda
dustriales pos-modernas que avanzan hacia formas co- ’ das reservas. El avance sobré Ids derechos individua
munitarias de vida, porque su fracaso nos estaría indi les que el Leviáthán justifica por razones de estado,
cando o que las sociedades no son post-modemas (?) de estabilidad de la democracia, dé preservación de las
o no han avanzado hacia formas comunitarias de vi instituciones republicanas de defensa de la sociedad,
da, o la propuesta abolicionista es una fantasía o las merecen acumular fuerzas políticas que garanticen los
tres cosas a la vez. derechos de los débiles mas que la cruzada descubrido
ra de la comunidad perdida, compuesta por muchos
"buen salvaje" sobre el que ni Rousseau creía en su
existencia real A f ’ ’ ■ ' ' •
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