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Cultura de paz

Una cultura de paz está basada en los principios enunciados en la Carta de las
Naciones Unidas y en el respeto de los derechos humanos, la democracia y la
tolerancia, la promoción del desarrollo, la educación para la paz, la libre circulación
de información y la mayor participación de la mujer como enfoque integral para
prevenir la violencia y los conflictos, y que se realicen actividades encaminadas a
crear condiciones propicias para el establecimiento de la paz y su consolidación.

¿Qué significa cultura de paz?

¿Cómo se convierte ese concepto en realidad? En otras palabras, ¿cómo se


transforman las ideas e ideales que encierra la expresión "cultura de paz" en
políticas públicas y actos individuales que modifiquen la vida en todas sus
facetas?
La cultura de paz supone ante todo un esfuerzo generalizado para modificar
mentalidades y actitudes con ánimo de promover la paz. Significa transformar los
conflictos, prevenir los conflictos que puedan engendrar violencia y restaurar la
paz y la confianza en poblaciones que emergen de la guerra. Pero su propósito
trasciende los límites de los conflictos armados para hacerse extensivo también a
las escuelas y los lugares de trabajo del mundo entero, los parlamentos y las salas
de prensa, las familias y los lugares de recreo.
RESPETAR LA VIDA

La vida es sagrada. Un tesoro que cada uno tiene y que comparte en su día a día.

Un camino que recorremos, lleno de sorpresas, tristezas, alegrías, amigos,


compañía y soledades.

Buscamos hacer de nuestra vida y de quienes están a nuestro alrededor, un


espacio amable, en el que podamos querer y sentirnos queridos. De eso, de
afectos y de pequeños instantes se compone el devenir de nuestras vidas.

Pero qué triste resulta conocer hechos en los que esos pequeños instantes están
atravesados por la irracionalidad y acaban con el preciado regalo de la vida.

Y duelen tanto las muertes de adultos como las de niños en situaciones que nadie
puede explicar y en la que otro ser humano se dejó llevar por sus emociones. Que
el respeto por la vida sea el valor fundamental de nuestra convivencia en
sociedad. La vida, de nuevo, es sagrada.

Derecho a la paz

La Paz es requisito para el ejercicio de todos los derechos humanos y, al mismo


tiempo, puede ser considerado un derecho humano en sí mismo.

Se considera importante reflexionar sobre el derecho a la paz no sólo por su


función preventiva de las guerras, sino, sobre todo, por su carácter subjetivo como
derecho fundamental de toda persona que implica, ante todo, un deber.

En el ordenamiento jurídico colombiano la paz tiene un carácter multifacético: es el


fin por el cual se promulgó la Carta Fundamental, es un fin esencial del Estado, es
un derecho fundamental de toda persona y deber de obligatorio cumplimiento, es
la finalidad inmediata hacia la cual debe propender el Estado y es el origen de los
instrumentos contemplados para resolver los conflictos y proteger los derechos
fundamentales.

Como derecho colectivo pertenece a los derechos de la tercera generación, que


para su logro requieren el concurso de diversos factores (sociales, políticos,
económicos e ideológicos). Entonces, el derecho a la paz es el respeto a la vida,
es no a la guerra, no a las armas, es garantía de seguridad, como función social y,
en síntesis, es la garantía de todos los derechos fundamentales.

Justicia social

En sentido general, el término Justicia Social es un concepto referido a las


situaciones de desigualdad social, que define la búsqueda del equilibrio entre
partes desiguales por medio de la creación de protecciones o desigualdades de
signo contrario, a favor de los más débiles.
El concepto de Justicia Social (giustizia sociale) fue utilizado por primera vez en
1840 por el sacerdote italiano Luigi Taparelli d?Azeglio, en el librotitulado Saggio
teoterico di dritto naturale, appogiato sul fatto
(Ensayo teórico del derecho natural apoyado en los hechos), publicado en
Livorno, Italia, en el año 1843. En dicho trabajo, el sacerdote Taparelli dice que la
justicia social debe igualar de hecho a todos los hombres en lo tocante a
los derechos de la humanidad (TI: 355).
Históricamente, el concepto de justicia social aparece relacionado al conflicto que
en el siglo XIX se le llamó la cuestión social. Es decir, el creciente malestar y
reclamo de los trabajadores, que fue creciendo en importancia en todo el mundo a
partir del surgimiento del capitalismo. Por ello, Taparelli, considerado como uno de
los fundadores de la
doctrina social de la Iglesia, creó el término de justicia social para aplicarlo a
los conflictos obreros que se extendieron a raíz del establecimiento de
la sociedad industrial.

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