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Son principios procesales o principios del derecho procesal las reglas que
constituyen puntos de partida para la construcción de los instrumentos esenciales
de la función jurisdiccional, en el sentido de originarlos, determinando que sean
sustancialmente como son. De otra forma, puede decirse que son los criterios
inspiradores de la capacidad de decisión y de influencia del órgano jurisdiccional y
de las partes en el nacimiento del proceso, en su objeto, en su desenvolvimiento y
en su terminación.
Los principios procesales son reglas generales que se siguen por numerosas
disposiciones que establecen reglas concretas.2 Como tales, son la fuente de
inspiración de los actos procesales concretos, y al mismo tiempo, de normas
generales y abstractas como las normas legislativas de derecho procesal. Estos
principios tienen interés en la organización por el legislador de un determinado
ordenamiento procesal, en la integración normativa y en la interpretación del
Derecho.2 En este sentido, Couture mencionaba que «toda ley procesal, todo texto
particular que regula un trámite del proceso, es, en primer término, el
desenvolvimiento de un principio procesal (...)».2 3
Principio de igualdad
El principio dispositivo dispone que las partes pueden dirigir en todo momento el
proceso, así las partes tienen a su libre disposición el proceso para ejercer sus
derechos procesales en el momento indicado por la ley o no ejercerlos, pudiendo
caer en preclusión o si es por parte de ambos en caducidad procesal.
No sólo puede el juez iniciar de oficio el proceso, sino que está facultado para
buscar los hechos, utilizando cualquier medio tendiente a la averiguación de la
verdad.
Se busca que el proceso vaya sin errores desde el momento de su comienzo, para
evitar costos innecesarios al Estado y a las partes afectadas.
Es un principio que impone a todas los sujetos partícipes del proceso la obligación
de actuar con lealtad y buena fe procesal ajustando su conducta a la justicia y al
respeto entre sí, debiendo evitarse cualquier conducta fraudulenta o dilatoria del
proceso.
Principio de publicidad
Este principio se traduce en que todo proceso debe ser público salvo en los casos
que la ley establezca lo contrario. La publicidad puede ser interna, en el caso de
que el conocimiento de los actos procesales sólo es permitido a las partes
intervinientes; o puede ser externa, cuando el conocimiento es de todas las
personas.8 10 Además, el conocimiento público del proceso y sus actuaciones
puede ser inmediato, esto es, que se conoce la actividad en el momento en que se
realiza; o diferido si el conocimiento se da de forma mediata, es decir, que se da
tiempo después de realizada la actividad o una vez finalizado el proceso. 8 10
EL PRINCIPIO DE PRECLUSIÓN
Enseña J. Ramiro Podetti que el vocablo preclusión, que deriva del vocablo latino
praeclusio que significa la acción de cerrar, encerrar, impedir o cortar el paso. Es
de imponderable eficacia para aclarar conceptos y delimitar institutos, como el de
cosa juzgada y los efectos de los plazos procesales. Sin embargo, no resulta fácil
su definición. Chiovenda dice "entiendo por preclusión la pérdida, o extinción o
caducidad de una facultad procesal, que se produce por el hecho: a) o de no
haberse observado el orden señalado por la ley para su ejercicio, como los
términos perentorios o la sucesión legal de las actuaciones o de las excepciones;
b) o por haberse realizado un acto incompatible con el ejercicio de la facultad,
como la proposición de una excepción incompatible con otra , o la realización de
un acto incompatible con la intención de impugnar una sentencia; c) o de haberse
ejercitado ya una vez válidamente la facultad (consumación propiamente dicha)".
En los casos del ausente y del rebelde se admitirá la publicación de los datos
indispensables para su aprehensión por orden judicial.
Artículo 7.- Finalidad del proceso penal. El proceso penal tiene como finalidad
solucionar los conflictos de naturaleza penal y restablecer la paz jurídica y la
convivencia social armónica, mediante el esclarecimiento de los hechos y la
determinación de la responsabilidad de los acusados, la aplicación de las penas y
medidas de seguridad que en justicia proceda y de otras soluciones basadas en la
disposición de la acción penal, la mediación y acuerdos entre las partes en los
casos autorizados por este Código.
No existirá proceso penal por delito sin acusación formulada por el Ministerio
Público, el acusador particular o el querellante en los casos y en la forma
prescritos en el presente Código.
Artículo 11.- Juez natural. Nadie podrá ser juzgado por otros jueces que los
designados conforme a ley anterior a los hechos por los que se le juzga. En
consecuencia, nadie puede ser sustraído de su juez competente establecido por
ley ni llevado a jurisdicción de excepción. Se prohíben los tribunales especiales.
Artículo 15.- Libertad probatoria. Cualquier hecho de interés para el objeto del
proceso puede ser probado por cualquier medio de prueba lícito. La prueba se
valorará conforme el criterio racional observando las reglas de la lógica.
Artículo 17.- Derecho a recurso. Todas las partes del proceso tienen derecho a
impugnar las resoluciones que les causen agravio, adoptadas por los órganos
judiciales en los casos previstos en el presente Código. Igual derecho tendrá el
Ministerio Público en cumplimiento de sus obligaciones.