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Mielopatias

Mielopatía es un término general que hace referencia a la afectación medular por múltiples
etiologías. El término mielopatía se refiere a las condiciones patológicas que dañan o generan
disfunción de la médula espinal, meninges y del espacio perimeníngeo del canal espinal. Lesiones
traumáticas, enfermedades vasculares, infecciones y procesos inflamatorios/autoinmunes pueden
afectar la médula espinal (1), debido a que está contenida en un canal pequeño. Con frecuencia, las
lesiones de la médula espinal tienen consecuencias devastadoras, que producen cuadriplejía,
paraplejía y alteración sensitiva grave

Gestión de la terapia física

Como sabemos muchas causas pueden dar lugar a mielopatía. Por eso es difícil tratar una
mielopatía. Antes de tratar la mielopatía debemos tener una idea acerca de la etiología. También se
ha informado que los síntomas de la mielopatía leve se han mejorado con un tratamiento
conservador en una alta proporción de pacientes. Además, la tracción continua de la columna
mejora los síntomas de la mielopatía. [19]

Mielopatía espondilótica

En la información basada en el informe de un caso, la fisioterapia puede lograr resultados


satisfactorios en pacientes con mielopatía espondilótica. Desafortunadamente, no se logró la
reducción completa de los síntomas. Se informó que en la fase inicial se pueden emplear técnicas
de terapia manual para reducir el dolor. El objetivo de la terapia es dar algo de espacio. Por lo tanto,
la extensión y la rotación en el nivel doloroso pueden ser útiles. [20] Se han formulado hipótesis
para explicar la reducción del dolor y la mejora de la función lograda con la terapia manual. [21]

En una segunda fase, la terapia manual puede ser necesaria, pero no es la parte principal de la
terapia. Esta fase consistió en ejercicios dinámicos de las extremidades superiores e inferiores y
diagonales funcionales o primitivas de PNF para las extremidades superiores e inferiores. El FNP es
necesario solo cuando el paciente muestra signos de parestesia. [21]

En una fase final, el terapeuta puede involucrar ejercicio aeróbico como 20min en una caminadora,
entrenamiento de equilibrio como pararse sobre una pierna con los ojos abiertos o cerrados y
ejercicios de estabilidad del núcleo como el puente trasero o el puente lateral. [21] Nivel de
evidencia 4

Otro estudio informó que debemos tener en cuenta que el número de pacientes que se someten a
un tratamiento conservador para la mielopatía espondilótica está disminuyendo debido a la mejoría
en los resultados quirúrgicos recientes. [19] Este estudio realizó una tracción continua con el
método de Good-Samaritan de la columna vertebral si el paciente lo deseaba. Se realizó durante 3-
4 horas diarias. Esto fue en combinación con la terapia con medicamentos y la terapia con ejercicios.
El tratamiento conservador para el CSM se considera efectivo si se realiza en pacientes
seleccionados de manera intensiva. [19]
La cirugía está indicada cuando los síntomas no mejoran o se exacerban. Por lo tanto, solo los
pacientes que respondieron bien al tratamiento conservador reciben un seguimiento durante un
período prolongado. [19] nivel de evidencia 3B

Mielopatía viral

Hasta el momento, solo unos pocos estudios han considerado los resultados de la fisioterapia en la
mielopatía viral, especialmente los pacientes con el virus T-linfotrópico 1. Los ejercicios físicos han
mostrado los mejores resultados. Por lo tanto, solo un protocolo simple de seis ejercicios
funcionales parece tener un impacto positivo en la funcionalidad. Este protocolo incluía el uso de
escaleras, pararse de puntillas, ponerse en cuclillas, sentarse y pararse. [22] Nivel de evidencia 2A

Mielopatía degenerativa

Cuando observamos los efectos de la terapia física antes y después de la cirugía en pacientes con
trastornos lumbares degenerativos, vemos que hay poca evidencia para describir la terapia física
que se utiliza. Algunos investigadores sugieren que cuando se administra postoperatoriamente la
rehabilitación temprana y el ejercicio temprano, el paciente reanudará la actividad laboral, se le
dará el alta antes de la hospitalización y alcanzará algunos de los hitos postoperatorios medidos
antes. [23]

El virus linfotrópico T humano tipo II causará una mielopatía degenerativa. Por lo tanto, se pueden
seguir los consejos de arriba. [24] Nivel de evidencia 1A

Mielitis transversa aguda

1. Definicion

La mielitis transversa es un trastorno neurológico causado por inflamación en ambos lados de un


nivel, o segmento de la médula espinal. El término mielitis se refiere a inflamación de la médula
espinal; transversa describe la posición de la inflamación—a través del ancho de la médula
espinal. Los ataques de inflamación pueden dañar o destruir la mielina, la sustancia grasa aislante
que cubre las fibras celulares nerviosas. Este daño causa cicatrices en el sistema nervioso que
interrumpen las comunicaciones entre los nervios de la médula espinal y el resto del cuerpo.

Bajo el término mielitis transversa aguda (MTA) se engloban un grupo heterogéneo de


enfermedades que tienen el nexo común de producir una lesión focal inflamatoria de la médula
espinal, de instauración brusca. Se caracterizan por la aparición de inflamación, edema y necrosis
en uno o varios segmentos medulares, produciendo una alteración de la función motora, sensitiva
o autonómica

No se pueden prevenir los resultados de forma individualizada, pero se pueden definir factores de
mal pronóstico como son un inicio hiperagudo del cuadro, presencia de dolor, paraplejia,
incontinencia urinaria y ausencia de recuperación a los tres meses de evolución.

La mielitis transversa aguda es un desorden medular que se caracteriza por alteraciones motoras,
sensitivas y autonómicas en forma bilateral, ya que compromete los tractos espinotalámicos,
piramidales, las columnas posteriores y el funículo anterior de uno o más nivele

2. Etiopatogenia
Las etiologías o agentes desencadenantes son muy diversos, como procesos infecciosos, tumorales
o relacionados con enfermedades sistémicas, fundamentalmente inmunitarias.

Puede afectar a cualquier edad, aunque es más frecuente en adultos, y su incidencia es mayor en
pacientes inmunocomprometidos. El segmento medular más frecuentemente afectado es el
torácico.

Es una entidad poco frecuente, con una incidencia de 1,34 casos por cada millón de habitantes.
Afecta a cualquier individuo, independientemente de raza, sexo, edad o predisposición familiar. Es
más frecuente en adultos, donde existen dos picos de frecuencia, entre los 10 y 19 años y entre los
30 y 39 años. Aproximadamente el 28% de los casos ocurre en edad pediátrica

La etiología de la MTA está principalmente asociada a procesos autoinmunes, tanto sistémicos como
localizados en el sistema nervioso central, afectando a la vainas de mielina. Otros procesos
causantes son los de origen infeccioso, que provocan una agresión directa en la médula espinal. Son
muchos los microorganismos causantes, principalmente virales, como sarampión, rubeola,
parotiditis, polio, dengue, VHC, B y E, CMV, VEB, VVZ, Coxachie, influenza, VHS y VIH. En menor
medida puede estar causada por microorganismos bacterianos como micobacterias, Mycoplasma
pneumoniae, sífilis, Listeria o Borrelia; o por parásitos . Podemos encontrar además, con mucha
menor frecuencia, mieli! s transversas asociadas a enfermedades del colágeno (LES), enfermedades
vasculares, síndromes paraneoplásicos y tratamientos con radioterapia. Es importante remarcar
que en un número importante de casos, hasta dos tercios del total, es complejo discernir su
patogenia, quedando definidos como de etiología idiopática.

3. Signos y síntomas

DEPENDIEDNO DEL SEGMENTO MEDULAR

Los síntomas de mielitis transversa incluyen una pérdida de función de la médula espinal durante
varias horas a varias semanas. Lo que generalmente comienza como el inicio súbito de dolor en la
zona lumbar, debilidad muscular, o sensaciones anormales en los dedos de los pies y los pies puede
progresar rápidamente a síntomas más graves, que incluyen parálisis, retención urinaria y pérdida
del control intestinal.

La mielitis transversa aguda es un síndrome clínico en el que se manifiestan señales de pérdida


parcial o completa de las funciones neurológicas por debajo de una lesión que suele tener una
dimensión longitudinal limitada en la médula espinal, en ausencia de enfermedad neurológica
previa.

En cuanto a la clínica de la MTA, es importante destacar que son pocos los síntomas guía para su
sospecha. Aproximadamente un tercio de los pacientes refieren antecedente de enfermedad aguda
infecciosa reciente. Uno de los primeros síntomas en aparecer es el dolor súbito de la zona afecta,
frecuente pero no siempre constante. Asimismo aparecerán también de forma temprana disestesias
o parestesias en extremidades y abdomen, y pérdida sensitiva. El paciente presenta paraparesias,
seguidas de parálisis progresiva, que afecta principalmente miembros inferiores y que asciende
hasta comprometer miembros superiores, progresando siempre de forma paralela y simétrica. Otro
de los síntomas iniciales es la alteración vesical y rectal, con retención urinaria. Generalmente, el
máximo déficit se produce en un lapso menor a 4 semanas.
4. Clasificación
5. Formas clínicas
6. Diagnostico

RMN columna con contraste

Estudio de LCR

Se realizarán además estudios de electromiogra! a y neuroconducción, y potenciales


somatosensoriales y motores, en los que se evidencia bloqueo de la conducción central.

Una publicación estableció los siguientes criterios para la mielopatía transversa: disfunción de la
médula espinal bilateral durante cuatro semanas con un nivel sensitivo bien definido sin
antecedentes de enfermedad y con exclusión de etiología compresiva. Posteriormente, se proponen
criterios para diferenciar la mielitis transversa inflamatoria de mielopatías no inflamatorias y la
mielitis transversa idiopática de la asociada a enfermedad sistémica o del sistema nervioso central.
Estos criterios son (5): • Disfunción sensitiva, motora o autonómica de origen espinal. • Signos y
síntomas bilaterales. • Nivel sensitivo claramente definido. • Inflamación medular (pleocitosis en
LCR o aumento de la inmunoglobulina G o realce con gadolinio). • Progresión máxima desde cuatro
horas a cuatro semanas. En el 2002 el Grupo de trabajo consorcio de mielitis transversa propuso
unos criterios de LCR y de imágenes de RM para el diagnostico de mielitis transversa idiopática.
Estos incluyen: 1) disfunción medular motora, sensitiva o autonómica bilateral, 2) síntomas y signos
de nivel sensitivo bilateral, 3) prueba de la inflamación espinal por RM o por LCR 4) síntomas que
desde el inicio hasta el déficit máximo llevan desde horas hasta 21 días y 5) exclusión de compresión
extraxial (40). En los casos agudos, histopatológicamente se encuentra infiltración focal medular y
perivascular por monocitos y linfocitos con activación de la astroglía y la microglía; mientras que en
las fases subagudas se encuentra infiltración por macrófagos (5). Los hallazgos en RM incluyen áreas
focales y centrales de alta señal en secuencias con información T2, que generalmente ocupan más
de dos tercios de la médula axialmente y se extienden entre tres y cuatro segmentos, la mayoría de
las veces en la médula torácica. La expansión medular puede o no estar presente y, por lo general,
tiene realce con el medio de contraste; si lo hay, es “parcheado” o difuso. En un 40%, la RM es
normal. Hay una creciente evidencia de que la longitud de la lesión es probablemente importante
desde un punto pronóstico. Las lesiones que se extienden menos de dos segmentos están en riesgo
de desarrollar una EM

7. Tratamiento medico

Como tratamiento de la MTA, se administra de forma rutinaria tratamiento corticoideo intravenoso


en dosis altas, suponiendo un mecanismo inmunopatogénico de la enfermedad, dado que los
corticoides poseen actividad antiinflamatoria, inmunosupresora y antiproliferativa. Se recomienda
la administración de me" lprednisona a dosis de 30mg/kg/día I.V. durante 5 días, seguido de
esteroides orales de 4 a 6 semanas. Otras opciones terapéuticas son la inmunoglobulina intravenosa
a dosis de 2g/kg/día durante dos días y la plasmaféresis, que se puede utilizar en casos leves o
moderados que no responden a tratamiento corticoideo.

8. Abordaje fisioterapéutico

Mielopatia subaguda: (virales, poliomieliti, por VIH, sifilítica)

a. Mielopatia subaguda viral

Tabes dorsal

Es el prototipo de lesión medular asociada a la sífilis. Se caracteriza por incoordinación, dolores,


anestesia y trastornos tróficos viscerales.

La más antigua descripción de esta condición data de la mitad del siglo XVIII.

En el siglo XX era reconocido frecuentemente y de acuerdo a Erb, como la enfermedad más


frecuente e importante.

Actualmente, probablemente sea responsable de no más del 5% de los casos de neurosífilis.


Aproximadamente 65% de los enfermos recuerdan una historia previa de enfermedad venérea. La
latencia desde la infección al desarrollo del tabes oscila entre 10 y 15 años, pero varía entre 2 y 38
años. La edad media de comienzo son los 40 años con la mayoría entre los 40 y 50 años.

El tabes dorsal puede ser una complicación rara de la sífilis congénita. Exhibe en este caso
frecuencia igual en ambos sexos, a diferencia del adulto, en la que es mucho más frecuente en
hombres que en mujeres (10 a 1).

El cuadro clínico del tabes dorsal se divide en 3 fases.

La inicial, llamada “preatáxica” o “de inicio del dolor”, es insidiosa en el comienzo y puede durar
meses o décadas, aunque generalmente dura 3 años. Se caracteriza por una variedad de síntomas
subjetivos, siendo el más clásico las crisis dolorosas, un dolor severo y lancinante. Ocurre casi en el
90% de los enfermos y constituye la clínica de inicio en 70% de los casos. La impotencia y trastornos
esfinterianos pueden ser también síntomas tempranos.
El examen físico revela arreflexia profunda, déficit sensitivo, signo de Romberg, sin latencia, y pupila
de Argyll Robertson. Esta última se caracteriza por agudeza visual intacta, reflejo fotomotor
disminuido (reacción pupilar a la luz disminuída), acomodación convergencia intacta, miosis y pupilas
irregulares. Está presente en el 50% de los tabéticos y es patognomónica de neurolúes. En etapas
tempranas del tabes la sensibilidad superficial puede estar indemne pero los disturbios en relación
al dolor están siempre presentes. Grados variables de hipoalgesia, hiperalgesia, aloquiria,
hipopalestesia, retardo de hasta 15 segundos en la percepción del dolor luego del estímulo y una
prolongación de la percepción del estímulo de hasta 30 segundos.

Pérdida del dolor profundo –sensación disminuida al presionar el nervio ulnar (signo de Biernachi),
el tendón de Aquiles (signo de Abadie) y el testículo (signo de Pitre) pueden ocurrir en ausencia de
trastorno de la sensibilidad táctil superficial.

La segunda fase del tabes se conoce con el nombre de atáxica; tiene una duración variable, entre 2
y 10 años y se caracteriza por severa ataxia, sobre todo de los miembros inferiores.
Coincidentemente, los dolores tabéticos se exacerban y aparece la artropatía en 5 a 10% de los
casos, como resultado de la injuria traumática recurrente debido a la pérdida de la sensación del
dolor profundo.

La pérdida de la sensibilidad propioceptiva resulta en una marcha típica, en la que se entrechocan


las rodillas entre sí, con traumatismo permanente de la articulación y su continuo deterioro.

La tercera fase es denominada “terminal” o “paralítica”, con una duración que oscila entre 2 y 10
años. Son prominentes en esta etapa, caquexia, espasticidad y parálisis, disfunción autonómica con
constipación pertinaz e incontinencia esfinteriana. El evento terminal es habitualmente una
septicemia a partir de úlceras de decúbito y pielonefritis.

Los signos clásicos del tabes dorsal están ausentes cerca del 50% de los casos en etapas precoces.
Los signos más frecuentemente presentes en esta fase son la arreflexia aquiliana e hipopalestesia.
Casi en 10% de los casos el tabes dorsal tiene una expresión clínica atípica y puede asociarse con
otras complicaciones de la neurosífilis, como ser parálisis general, meningomielitis sifilítica y gomas
medulares.

La tabes dorsal es una complicación de la sífilis no tratada que se caracteriza por debilidad
muscular y sensaciones anormales.

Causas

La tabes dorsal es una forma de neurosífilis, que es una complicación de la infección por sífilis en
etapa tardía. La sífilis es una infección bacteriana que se transmite por contacto sexual.

Cuando la sífilis no se trata, la bacteria daña la médula espinal y el tejido nervioso periférico. Esto
produce los síntomas del tabes dorsal.

En la actualidad, la tabes dorsal es poco frecuente ya que la sífilis se trata generalmente en las etapas
iniciales de la enfermedad.

Síntomas
Los síntomas de la tabes dorsal se deben al daño en el sistema nervioso. Los síntomas incluyen
cualquiera de los siguientes:

 Sensaciones anormales (parestesia), a menudo llamadas "dolores fulgurantes"

 Problemas para caminar, por ejemplo tener las piernas muy separadas

 Pérdida de la coordinación y de reflejos

 Daño en las articulaciones, especialmente en las rodillas

 Debilidad muscular

 Cambios en la visión

 Problemas de control de la vejiga

 Problemas de disfunción sexual

Pruebas y exámenes

El proveedor de atención médica hará un examen físico enfocado en el sistema nervioso.

Si se sospecha de una infección por sífilis, los exámenes pueden incluir los siguientes:

 Examen de líquido cefalorraquídeo (LCR)

 Tomografía computarizada de la cabeza, de la columna o resonancia magnética del cerebro


y la médula espinal para descartar otras enfermedades

 VDRL en suero o RPR en suero (utilizados como prueba de detección para la infección por
sífilis)

Si las prueba de VDRL o RPR en suero son positivas, se requerirá uno de los siguientes exámenes
para confirmar el diagnóstico:

 FTA-ABS

 MHA-TP

 TP-EIA

 TP-PA

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento son curar la infección y frenar la enfermedad. El tratamiento de la
infección ayuda a prevenir el daño neurológico nuevo y puede disminuir los síntomas. El tratamiento
no contrarresta el daño neurológico existente.

Los medicamentos que pueden ser administrados son:

 Penicilina u otros antibióticos por períodos largos de tiempo para garantizar que la infección
desaparezca
 Analgésicos para controlar el dolor

Es necesario tratar los síntomas del daño existente al sistema nervioso. Las personas que sean
incapaces de comer, vestirse o cuidar de sí mismas pueden necesitar ayuda. La rehabilitación, la
fisioterapia y la terapia ocupacional pueden ayudar a las personas con debilidad muscular.

Expectativas (pronóstico)

Si la enfermedad no se trata oportunamente, la tabes dorsal puede producir discapacidad.

Posibles complicaciones

Las complicaciones pueden incluir:

 Ceguera

 Parálisis

b. Mielopatia por poliomielitis

1. Definicion
2. Etiopatogenia
3. Signos y síntomas
4. Clasificación
5. Formas clínicas
6. Diagnostico
7. Tratamiento medico
8. Abordaje fisioterapéutico

Mielopatia toxica: opiáceos, cocaína, anestecia raquídea, quimioterapia cáncer

Mielopatías tóxicas

Distintos agentes de uso industrial, farmacológico y médico, pueden actuar como tóxicos capaces
de producir mielopatías. Se trata de causas iatrogénicas de compromiso medular, e incluyen la
anestesia epidural y la exposición a medios de contraste para mielografía y angiografía. La
mielopatía en el curso de anestesia espinal, por administración de anestésicos locales, ya sea
epidural o intratecal, es excepcional, y puede ser permanente, con paraplegia, deficit sensitivo y
disfunción esfinteriana. La real incidencia de esta mielopatía es, para algunos investigadores, sub-
evaluada, especialmente por razones médico-legales. El mecanismo de la lesión medular, si bien no
definido, incluye neurotoxicidad directa, toxicidad de los diluyentes o contaminantes, hipotensión,
con infarto medular (sindrome de la arteria espinal anterior), hematoma epidural, absceso epidural,
traumatismo provocado por la aguja epidural y exacerbación de una enfermedad oculta.

Los medios de contraste liposolubles o hidrosolubles pueden producir aracnoiditis, así como una
mielopatía tóxica, que en su variedad más frecuente, consiste en síntomas mielopáticos transitorios.

Una mielopatía puede ser la complicación de la angiografía medular. Esta patología, si bien es
atribuída a vasoespasmo o trombosis con embolia de los vasos espinales y consecuente infarto
medular, puede deberse a efecto neurotóxico directo del medio de contraste. Los pacientes
desarrollan dolor y espasmos inmediatamente a la administración del contraste o en forma diferida,
progresando rápidamente a una paraplegia fláccida con deficit sensitivo y esfinteriano. Se produce
una recuperación parcial en la mitad de los pacientes y recuperación completa en 20% de ellos.

La administración intratecal de agentes antineoplásicos, como el metotrexate o citosina arabinósido,


pueden inducir mielopatía, ya sea permanente o transitoria.

La administración intratecal de corticoides puede iniciar una reacción meníngea aguda, debida
probablemente al detergente de polietilenglicol incluido en la preparación. Este sindrome agudo
produce dolor en la espalda y piernas, parestesias y disfunción esfinteriana.

La administración intravenosa de heroína puede producir una mielopatía del tipo de la mielitis aguda
transversa. Este sindrome es el resultado de toxicidad medular directa, de una reacción sistémica a
la droga, al diluyente, a una reacción de hipersensibilidad o a una isquemia transitoria.

El triortocresil-fosfato, un lubricante industrial de aceites y solventes, es altamente neurotóxico. Si


bien la intoxicación ocupacional es excepcional, la exposición habitual es por ingestión del
triortocresil-fosfato en lugar de etanol, o por ingestión de aceites cocidos contaminados. La
mielopatía es permanente y se caracteriza por degeneración Walleriana de los haces piramidales y
cromatolisis en los cuernos dorsales y ventrales medulares.

9. Definicion
10. Etiopatogenia
11. Signos y síntomas
12. Clasificación
13. Formas clínicas
14. Diagnostico
15. Tratamiento medico
16. Abordaje fisioterapéutico

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