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CONSTRUIDO POR:
LUIS HERNANDO VALENCIA MEJÍA
UNIVERSIDAD DE MANIZALES
NOVIEMBRE, 2012
INTRODUCCIÓN
La cultura en su concepción clásica es un concepto abstracto que intenta explicar
la complejidad relacional existente entre tres elementos básicos: el ser humano, la
naturaleza y la sociedad. Algunos autores e investigadores como Edward Tylor
(1871-1958) en su libro Cultura primitiva define la cultura como “ese todo complejo
que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la
costumbre y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre
como miembro de la sociedad”.
1
Banco Mundial (2003). Estudio sobre la educación terciaría en Colombia “preparar el terreno para su
reforma”.
La educación terciaria, como un subsector sólido, capaz de responder a las
necesidades crecientes de la sociedad por un capital humano de alta calidad,
debe no sólo contar con una capacidad dinámica de monitorear y evaluar, sino
también para difundir a todos los interesados la información referente a la
educación terciaria, sus oportunidades y costos incluyendo perspectivas del
mercado laboral; de otro lado, debe atraer a los estudiantes de todos los grupos
sociales, promoviendo mayor equidad en el acceso a la universidad así como a la
educación terciaria técnica y a los procesos de entrenamiento que conlleva, y, por
último, debe diversificar y ofrecer mecanismos flexibles de transferencia de
créditos académicos entre diferentes modalidades e instituciones de enseñanza
superior”.
Este mismo estudio plantea que la educación superior presenta dos problemas
esenciales. El primero, relacionado con una cobertura reducida y una demanda
creciente por acceso equitativo, debido a un mayor número de estudiantes que se
gradúan de la enseñanza secundaria. La segunda, reconoce que los actuales
egresados de las instituciones de educación terciaria no alcanzan a cumplir con
las exigencias del mercado laboral respecto a una fuerza de trabajo altamente
capacitada y flexible, debido a la baja calidad de los programas y al insuficiente
número de egresados de pregrado y posgrado en campos de gran importancia
para el desarrollo nacional.
Si bien este estudio realizado por el Banco Mundial nos brinda un contexto
contemporáneo sobre la educación superior en Colombia, sobre todo relacionado
con entornos globalizados y cambiantes, es evidente también que este focaliza la
función de las universidades al papel sustantivo de la docencia en la preparación
de profesionales competentes con el sector productivo, evitando reconocer el
papel transformador de la universidad en el desarrollo integral de los entornos
locales, regionales y nacionales, producto de la investigación y la proyección
social como procesos sustantivos emergentes en la concepción misional de las
universidades que transitan por la modernidad como postura de actuación.
Así, entonces, la universidad y por ende la Universidad de Manizales, deja de ser
consumidora pasiva de las demandas del entorno y, como se expresa en algunos
textos institucionales, se convierte en un faro de realidad que exige una
comunidad académica que si bien debe adaptarse a las condiciones cambiantes
del entorno académico, tecnológico, ambiental, laboral, familiar y sociocultural,
esta debe propender por fortalecer su potencial transformador de dichos entornos.
Cabe entender entonces que la universidad y muy particularmente la Universidad
de Manizales, apuestan a la modernidad como época de sentido, un concepto que
desbordan algunas concepciones estetizantes y de temporalidad muy propias del
concepto instrumental de la modernización. Ubicándonos así en una realidad
institucional que como proyecto político reconoce la diversidad y el disenso; pero
que convoca a sus diferentes actores a la construcción consciente de sus
escenarios de interacción, situación que fundamenta el nacimiento de la Cátedra
de Cultura Formativa.
2
Universidad de Manizales. (2010). Una Universidad moderna “garantizar institucionalidad y
sostenibilidad para dentro de 40 años” Departamento de comunicaciones. Pág. 3.
3
Universidad de Manizales. (2010). Estructura conceptual y modelo teórico de Universidad.
Departamento de comunicaciones. Pág. 5.
b) Capacidad de evaluarse y autoevaluarse permanentemente.
c) Sensibilidad ante las condiciones sociales y con un alto sentido de lo
político.
d) Capacidad de entregar respuestas oportunas al medio.
e) Capacidad de estar en permanente texto y contexto.
f) Capacidad para investigar y resolver problemas, con pertinencia e impacto
social.
Esta postura conceptual parte en consonancia con una pequeña frase que se
desprende del economista chileno Manfred Max-Neff (1986) quien manifiesta que
“el desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos”.
Alexis Carrel (1953), en su obra La incógnita del Hombre, plantea: “la ciencia de
los seres vivientes en general y la del individuo en particular, no ha hecho tan
grandes progresos, todavía permanece en estado descriptivo, el hombre es un
conjunto indivisible de complejidad suma, no existe método capaz de
comprenderlo simultáneamente en su totalidad, sus partes y su relación con el
mundo exterior”4. Este concepto nos traslada al sentido del término complejidad,
4
Carrel, Alexis (1953). La incógnita del hombre. México: Editorial Diana.
entendiéndose más allá de la ubicación espacio-tiempo de múltiples variables
como: el entramado de dichas variables en el marco de un contexto espacio-
tiempo particular o fenomenológico.
Ubicar al ser humano como categoría de análisis, resulta ser una tarea compleja,
en primera instancia, por las múltiples y variadas condiciones de su naturaleza
ontológica, en segundo lugar, por las múltiples y variadas condiciones de su
naturaleza relacional con otros seres humanos y con el medio natural o artificial en
el que convive, en tercer lugar, por requerir comprender de forma particular las
condiciones del ciclo vital por la que atraviesa y, en cuarto lugar, por el contexto de
tiempo y espacio que lo transversa.
5
Restrepo S, Jaime Alberto. (2009). Desarrollo humano y habilidades para vivir. Pág. 16. Manizales:
Universidad de Manizales.
6
Gutiérrez G, Martha Cecilia y otros. (2002). Desarrollo Humano compromiso de todos. Pp. 17-18.
Manizales: Universidad de Manizales.
Cooperación: el ser humano es un ser social que vive en una compleja red de
estructuras, estas van de la familia al Estado, de lo local a lo multinacional, donde
la cohesión da la cultura, los valores y creencias para construir desarrollo humano
individual y social, fruto de la interacción e interrelación solidaria.
Equidad: entendida como la capacidad básica y las oportunidades de las
personas de manera igualitaria, tiene en cuenta grupos poblacionales que por sus
condiciones de limitación o discapacidad, necesitan más recursos para
mantenerse en el mismo nivel de vida.
Sustentabilidad: entiende la satisfacción de las necesidades de la generación
actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras.
Seguridad: todas las personas deben disfrutar de un nivel básico de seguridad,
entendido en términos de poder ganarse el sustento, estar libre de amenazas
crónicas, represiones o perturbaciones nocivas en su vida cotidiana.
La evolución conceptual del desarrollo humano nos lleva entonces a entender el
panorama más contemporáneo de los enfoques centrados en lo humano, que se
consideran dan pertinencia a proyectos institucionales como los presentados en
este documento, sustentado en lo manifestado por el profesor Jaime Alberto
Restrepo (2009): “Todo desarrollo debe enfocarse en esencia al desarrollo
humano; es irracional un modelo de desarrollo que no conduzca al desarrollo
humano”. Realizando una abstracción de estas y otras premisas como las de
Max-Neff (1986), quien manifiesta que: “El desarrollo humano se refiere a las
personas y no a los objetos” se determinaría que así como para medir el desarrollo
real y potencial de una nación es necesario hacerlo a través del desarrollo de los
seres humanos que la habitan, el desarrollo de una organización, en este caso
educativa como la Universidad de Manizales, solo es posible en la medida en la
que los seres humanos que hoy clasificamos en estamentos estudiantiles,
docentes, egresados y administrativos, desarrollen sus condiciones y
potencialidades humanas en pro de sí mismos y la organización u organizaciones
sociales a las que pertenecen.
Estos enfoques, que claramente ubican al ser humano como centro del desarrollo
y que son vitales para el sustento de este proyecto, hacen su aparición conceptual
a través de la CEPAUR (Centro de Alternativas de Desarrollo) de Chile, y
Fundación Dag Hammarskjôld de Suecia, y con autores como Max-Neff, que
desde 1996 inician con una progresiva concepción del desarrollo a escala
humano7, un enfoque que parte de reconocer la existencia de una necesidades
humanas fundamentales para garantizar el desarrollo, como las de subsistencia
(alimentación, salud, trabajo, vivienda y educación), existenciales (ser, tener,
hacer, estar) y axiológicas (protección, afecto, entendimiento, participación, ocio,
recreación, identidad, libertad) y que, según sus autores, la ausencia o presencia
de estas necesidades se convierten para el desarrollo de los seres humano en
factores carenciales o potenciales. Otros enfoques como el de Amartya Sen
(2000) retomado por Restrepo (2009), hablan de la agencia del desarrollo
humano, referenciado así por plantear “que es la capacidad de gestión de las
personas y las comunidades para lograr sus intereses, de ser dueñas de su propio
destino”.
Estos y otros enfoques están conectados en reconocer, como se ha expresado en
diferentes partes del documento, que el desarrollo se refiere a los seres humanos
y de forma muy particular reconocen que este desarrollo debe ser visto más allá
del acceso a bienes y servicios, lo cual permite que emerjan nuevos conceptos
asociados y concomitantes al de desarrollo humano que hablan de procesos
tangibles e intangibles, como calidad de vida, gestión humana, bienestar, entre
otros conceptos muy presentes en la concepción estratégica y táctica de la
Universidad de Manizales.
7
CEPAUR. (1986). Desarrollo a escala humana: Una opción para el futuro. Versión de Manfred Max-Neff y
otros. Santiago de Chile. Pp. 13-19.
LA CULTURA, UN PASO A LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA
“La cultura es un campo de dispersión de los lenguajes. En nuestra cultura se da
una irremediable guerra de los lenguajes:
Nuestros lenguajes se excluyen los unos a los otros.
Es evidente que en esta guerra de lenguajes no podemos huir por cultura, o por
opción política; hemos de comprometernos, participar en uno de los lenguajes
particulares a los que nos obliga nuestro mundo, nuestra historia.
Y no obstante, no podemos renunciar al goce, por utópico que sea, de un punto
de vista descolocado y desalineado”.
Así, entonces, establecer una cátedra que movilice y comprenda la esencia de los
conceptos de cultura y ciudadanía y el poder que estos ejercen en la
transformación de la sociedad, permitirá de forma estratégica impactar a su
comunidad académica, y de forma particular a los estudiantes como beneficiarios
principales del proceso, facilitando una comprensión del mundo que fortalezca sus
capacidades de relación y transformación consigo mismo, con sus pares y con sus
entornos particulares.
Utilizar las palabras cultura ciudadana para darle nombre y connotación a esta
cátedra institucional, evidencia en definitiva un interés por impactar de forma
profunda la naturaleza humana de quienes conforman su comunidad; sin
embargo, ambas palabras tienen connotaciones de complejidad dado no solo por
sus significados, sino por la historia, la utilización y el número importante de
disciplinas que en las últimas décadas la han estudiando y le han dado, en
términos de Kant, significantes propios de la época en la que se han concebido.
Por su parte Adela Cortina (2001) expresa que el concepto de ciudadanía, sin ser
un concepto claramente acabado, está relacionado con un “estado social de los
seres humanos donde se conjuga la razón dada desde su naturaleza política y
jurídica y el sentimiento propio de su naturaleza biológica y psicológica”.
Explorar estos conceptos nos impulsa a entender en este documento y con fines
prácticos para el desarrollo de esta cátedra institucional, que la cultura ciudadana
para la Universidad de Manizales debe tener implícito un accionar hacia la
convivencia, la diversidad, la comunicación, lo axiológico, la política, entre otros
conceptos que deben transversar las acciones de esta propuesta institucional en
el marco del sistema de desarrollo humano, un proceso que no permita que la
comunidad académica observe la cultura ciudadana como una herencia social en
la cual no puede intervenir y mucho menos transformar, por el contrario este
proceso debe permitir que los beneficiarios de esta cátedra reconozcan sus
potencialidades como sujetos transformadores de la realidad o las realidades que
nos plantean unos tiempos contemporáneos en los que lo único constante es el
cambio.
LA PARTICIPACIÓN
La ética es posible si la relación de alteridad no es simplemente una relación
de diferencia sino de deferencia con la palabra del otro. La ética es posible
cuando el yo se convierte en responsable del otro. La palabra que es solícita
con la palabra del otro, la palabra deferente, la palabra ética, es hospitalaria,
acogedora, y es una palabra capaz de imaginar un futuro diferente al que ella
había previsto en un principio.
Mèlich, J. C. (2002). Filosofía de la finitud
Entre ellos, el Banco Mundial publicó en 1996 varios textos sobre participación,
señalando que "la gente afectada por intervenciones para el desarrollo debe ser
incluida en los procesos de decisión", esta iniciativa facilitó la formulación de
lineamientos muy concretos tendientes a fortalecer la incorporación de los
métodos participativos en el desarrollo de los proyectos sociales y económicos
nacientes de esta institución, lo cual inicia un cambio en la concepción sobre la
participación, entendiéndose para el Banco Mundial que esta es la forma explícita
de diálogo con el país y uno de los indicadores esenciales para medir su nivel de
desarrollo.
Otras entidades como las Naciones Unidas han integrado en fechas similares la
promoción de la participación como un eje de sus programas de cooperación
técnica en el campo económico y social. Los informes sobre desarrollo humano
que viene publicando desde 1990 y que examinan problemas sociales
fundamentales del planeta, indican en todos los casos a la participación como una
estrategia imprescindible en el abordaje de los mismos. El Banco Interamericano
de Desarrollo editó en 1997 un libro de consulta sobre participación. En su
introducción se indica que "La participación no es simplemente una idea sino una
nueva forma de cooperación para el desarrollo". El Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, PNUD, de 1993, destaca que: "La participación es un
elemento esencial del desarrollo humano".
Debe trascender el marco de las estrategias para preguntarse por otras cuestiones
indispensables en el discurso pedagógico: participar, ¿en qué sociedad?, ¿para
qué? Y las repuestas nunca deberían ser de “laboratorio”, cerradas y definitivas.
Necesariamente deberían ser provisionales, desde la incertidumbre que provocan
las situaciones cambiantes de una sociedad en permanente transformación. En
educación no hay respuestas prefabricadas, ni definitivas. En la sociedad del
riesgo todas las respuestas están por hacer”.
Bibliografía