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Universidad de Piura

Lengua y Comunicación 1
Tema 1

1. Concepto de texto

Arribar a un único concepto de texto no es tarea fácil, pues son diversas las
definiciones que sobre este término se pueden encontrar; no obstante, intentaremos
delimitar su contenido.

Partamos de que el texto es una unidad de análisis de la lengua; es más, la unidad


de análisis superior de la lengua, entendida como el máximo nivel al que se puede llegar
en un acto de comunicación. El texto es, pues, el producto final de este acto
comunicativo en el que interrelacionan emisor y receptor dentro de unas circunstancias
determinadas, en un proceso de negociación de intenciones: el emisor se comunica
con el receptor con una finalidad (saludar, explicar algo, persuadir, contar...), que el
receptor debe saber reconocer.

Una de las definiciones de texto, propuesta por Enrique Bernárdez (1982: 85), puede
ayudar a comprender mejor lo que implica este concepto:

Texto es la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la


actividad verbal humana, que posee siempre carácter social; está
caracterizado por su cierre semántico, así como por su coherencia profunda
y superficial, debido a la intención (comunicativa) del hablante de crear un
texto íntegro y a su estructuración mediante conjuntos de reglas: las propias
del nivel textual y las del sistema de la lengua.

Si analizamos esta definición podremos encontrar aquellas características que,


según Bernárdez, configuran al texto. En primer lugar, se habla del texto como unidad
lingüística comunicativa fundamental. Esto es, el texto es una unidad, un todo, en el que
se integran unidades menores (frases, oraciones, sintagmas, palabras, fonemas) que
funcionan estrechamente relacionadas entre sí y que ayudan a configurar el texto
como tal, ya que se trata de un producto lingüístico, es decir, que se produce con los
signos y reglas propios de un lengua determinada, sea de forma oral o escrita; es
comunicativa, ya que el texto siempre se produce dentro de un acto de comunicación
entre dos o más hablantes; y es fundamental, porque es la base de la comunicación;
toda comunicación se entabla con textos, diversos según las necesidades de los
hablantes. Cuando nos comunicamos no lo hacemos a través de frases, palabras u
oraciones, sino a través de textos.

En segundo lugar, se señala que el texto es producto de la actividad verbal humana,


ya que solo los hombres con su facultad del lenguaje pueden utilizar textos para
comunicarse. Si bien el hombre puede valerse de códigos no lingüísticos (imágenes,
señales, sonidos...), la plenitud de su pensamiento solo puede ser comunicado por
medio del habla.

En tercer lugar, posee carácter social, pues la comunicación se produce siempre en


sociedad, exige la presencia de otro con quien desea comunicarse. Todo texto se dirige
siempre a un receptor, conocido o supuesto, único o múltiple, etc. Además, el texto va
ligado siempre al contexto en el que se ha producido, lo cual es determinante muchas
veces para su correcta interpretación.

El texto posee cierre semántico, esto es, tiene sentido completo. El texto debe bastar
para comunicar lo que se quiera. Por ejemplo, si alguien desea saludar de manera
informal y rápida a otra persona, bastará con que diga “¡Hola!” para cumplir con esa
intención y para transmitir a cabalidad su mensaje en esas circunstancias. Tanto el
emisor como el receptor entenderán ese único signo como suficiente para lograr el acto
comunicativo.

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Asimismo, la coherencia profunda y superficial del texto se logra por la relación entre
las partes que componen el texto, de modo que no haya entre ellas contradicciones o
imprecisiones que distorsionen o impidan la comunicación del mensaje. Además, el
texto cobra sentido en cuanto se ajusta a la lógica del pensamiento humano y no
contraviene el conocimiento del mundo. Por ejemplo, decir que el caballo blanco de
San Martín es negro sería incoherente, ilógico, pues no puede ser blanco y negro a la
vez; o afirmar que la capital del Perú es Piura sería ir contra lo que se sabe respecto de
la división geopolítica del Perú. Esto es, la coherencia atiende a lo que se dice en el
texto mismo, pero también le otorgamos sentido en relación con lo que se sabe del
tema del que se habla; así, mientras mayor sea nuestro conocimiento enciclopédico,
mayor será la comprensión del texto y se podrán detectar las incoherencias que
puedan filtrarse en él, intencionalmente o no.

Todo texto parte de una intención comunicativa del hablante de crear un texto
íntegro; es decir, que en la comunicación partimos a priori de que el emisor si entabla
una comunicación, lo hace guiado por algún motivo o alguna razón y que brindará la
información que haga falta para lograr tal fin. No obstante, según las circunstancias, el
emisor podría esconder su intención, maquillarla y será tarea del receptor poder llegar
a ella o hacer de cuenta que no ha descubierto la intención real del emisor, con lo que
la comunicación sería fallida.

El texto, por último, se estructura en torno a dos tipos de reglas: las del nivel textual y
las del sistema de la lengua en que se produce (español, inglés, francés...). Así, no basta
con saber escribir bien en un idioma, o sea, saber las letras, formar palabras, oraciones,
pronunciar bien los sonidos, no cometer faltas ortográfica o fallos de redacción; todo
ese conocimiento es preciso, pero no es suficiente. Cuántas veces nos habremos
enfrentado al hecho de que a pesar de ser hablantes nativos, que conocen y dominan
su lengua, nos ha costado escribir un texto porque no sabemos cómo hacerlo: la primera
vez que se nos pidió hacer un resumen, una reseña o una solicitud o una declaración
jurada o hacer un brindis en una fiesta. En estas situaciones, lo que nos faltaba era el
modelo que teníamos que seguir para poder hacerlo, un modelo del que, a lo mejor
carecíamos y que impedía realizar el texto. Por tanto, para poder producir a ese texto
tendremos que recurrir a la ayuda de otros, de fuentes que nos indiquen qué modelo
seguir para, por imitación, poder producir el texto propio. Cuando se aprende una
lengua, no se aprender, pues, solo su gramática o su fonética, se aprende también los
distintos tipos de textos que rigen la vida en esa comunidad. El alumno universitario, por
ejemplo, tendrá que aprender a comunicarse con tipos de textos propios de su ámbito
académico: el examen oral o escrito, la exposición, el trabajo, la presentación
audiovisual, la solicitud, el reclamo..., que, conforme vaya avanzando en su vida
académica, irá dominando y lo mismo hará cuando se enfrente a su vida profesional y,
en general, en todos los ámbitos de si vida.

El texto como unidad de nivel superior

El texto supera el nivel oracional de la lengua, excede los límites de la oración y


recurre, incluso, a factores extralingüísticos para su producción y comprensión. Por
ejemplo, si analizamos la oración “Ponlo allí” podemos reconocer que la está formada
por un verbo en modo imperativo (pon) seguido de un pronombre enclítico (lo) y un
adverbio de lugar (allí); que indica una orden hacia un receptor (tú) y que el mensaje
señala que se debe poner algo (masculino singular) en un lugar cercano al hablante.
Sin embargo, no podríamos precisar qué es lo que se pondrá y en qué lugar
exactamente, pues esa información queda fuera de la oración, se debe obtener del
contexto, que no es un hecho lingüístico, sino extralingüístico y que, sin embargo, es
completamente necesario para poder interpretar el mensaje a cabalidad.

Veamos otro ejemplo con un texto más amplio.

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Lluvias y vientos debilitan a los algarrobos y tamarices de la ciudad

Desde la semana pasada, las ramas de los árboles en la ciudad se están


cayendo. “Estos inusuales incidentes son producto de la naturaleza y el cambio
climático”, afirma el jefe de la oficina de Ecología y Medio Ambiente de la
Municipalidad de Piura, Juan Echeandía.
El funcionario explicó que por la lluvia registrada en la ciudad hace casi una
semana, las ramas de los árboles se mojaron y se volvieron más pesadas hasta
terminar cediendo ante los fuertes vientos.
(...)
Ante esta situación, el jefe de Ecología dijo que a través de la División de Ornato
se está realizando un estudio para identificar cuáles serían los árboles que
necesitan ser podados para evitar estos accidentes, pues en la ciudad hay
muchos algarrobos y tamarices, sobre todo, que tienen muchos años y ya no
soportan el peso de sus ramas.
(...)

Zonas afectadas
Cabe recordar que la mañana del martes se cayó casi la mitad de un tamariz
en el cruce de la avenida Las Palmeras y la calle Los Manzanos, en la
urbanización Santa María del Pinar. Esta situación generó que se obstaculizara el
paso vehicular por unos momentos.

Una situación similar sucedió el miércoles de la semana pasada, cuando se


desprendió la rama de un algarrobo, en la avenida Grau, entre Sullana y Loreto,
según contó Juan Echeandía.

Piura, El Tiempo, 20 de febrero de 2015. Disponible en http://bit.ly/1JE9YQO

El texto anterior está conformado por siete oraciones (marcadas con el punto
como signo de cierre) conectadas entre sí no solo por su contenido temático,
sino también por mecanismos lingüísticos que superan el límite de la oración y,
además, por referencias extralingüisticas, como se verá a continuación.

a. Las referencias espaciales y temporales se comprenden atendiendo a


información que está fuera del texto en sí. Por ejemplo, en el titular y en la
primera oración se habla de “la ciudad” sin especificar cuál, pero que el
lector deduce que se trata de la propia ciudad en la que se publica el diario
(Piura, en este caso), ya que el artículo “la” nos habla, pues, de una realidad
conocida, información que se corrobora en la segunda oración en la que se
menciona a la Municipalidad de Piura.
En cuanto al tiempo, existen en el texto referencias al tiempo que solo
pueden ser comprendidas atendiendo a un factor externo: el día de la
publicación de la noticia. Solo así se puede comprender a qué fecha se
refiere “la semana pasada”, “hace casi una semana”, “el martes” o “el
miércoles de la semana pasada”.

b. A lo largo del texto se habla de un mismo referente, pero que es designado


de distintas formas. Por ejemplo, para mencionar a la persona que ha sido
entrevistada para la noticia se emplea “el jefe de la oficina de Ecología y
Medioambiente”, “el funcionario”, “el jefe de Ecología” y “Juan Echeandía”.
Del mismo modo, en el texto se recurre a la repetición literal en “las ramas de
los árboles” o al recurso de la hiperonimia (árboles) e hiponimia (algarrobos
y tamarices).

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c. Asimismo, en el penúltimo párrafo la segunda oración se conecta con la


primera a través de una proforma léxica “situación”, que sintetiza lo
explicado en la oración previa y que, a su vez, sirve para iniciar el párrafo
siguiente.

d. De otro lado, se encuentran palabras relacionadas entre sí semánticamente,


que ayudan a mantener el tema del que se habla: ramas, árboles, podar,
algarrobos, tamariz.

Este análisis rápido del texto permite ver, pues, que existen conexiones entre las
distintas partes del texto que no se pueden entender solo desde el nivel oracional y que
exigen, más bien, tratar el texto como una unidad informativa, una unidad superior en
la que todos sus elementos apuntan a mantener el sentido completo, a mantener la
coherencia, a través de distintos recursos lingüísticos, pero también apoyados en los
datos extralingüísticos (contexto).

Así, como señala Cuenca (2010: 10), un texto no es simplemente un conjunto de


oraciones, sino uno o más enunciados relacionados entre sí y con su enunciación, de
manera que su materialidad (“texto” en sentido estricto) interactúa con sus condiciones
de enunciación (su contexto “extralingüístico”). De este modo –continúa Cuenca–, un
texto es un conjunto de enunciados interrelacionados desde el punto de vista
pragmático, semántico y sintáctico.
Acorde con esta definición, podemos decir que el texto está conformado por
unidades mínimas, que son los enunciados. Los enunciados pueden tener forma
oracional (oraciones simples: ¡No vayas! o compuestas: Te dije que no fueras) o no
oracional (frases: ¡Hola!, ¡Cuidado!, Aforo 30 personas, Piso mojado).

2. Texto y contexto

En todo acto de comunicación se hallan presentes unos elementos no lingüísticos


que ayudan a los interlocutores a la elaboración e interpretación del mensaje. Se suele
hablar de contexto o entorno para designar aquella realidad que rodea la
comunicación, sea física o virtual (conocimientos, experiencias y actividades del
hablante).

Todo texto –oral o escrito– existe ligado a un contexto, se relaciona directamente


con él, tanto para su producción como para su comprensión. El contexto abarca no
solo el espacio físico o el tiempo en el que se produce, sino que también incluye el saber
compartido (conocimientos y creencias) entre emisor y receptor, que el emisor
presupone en el receptor y que ese activa para poder comprender el texto.

Según el lingüista rumano E. Coseriu (1989: 313), el contexto viene constituido por
toda la realidad que rodea un signo, un acto verbal o un discurso, como presencia física,
saber de los interlocutores y como actividad. Pueden distinguirse tres tipos de contexto1:

1Si la clasificación de E. Coseriu resultara difícil de comprender para los alumnos, presento otra
clasificación de contexto que se puede emplear.
“En la actualidad el término «contexto discursivo» designa realidades diversas, en función de la
adscripción teórica de los autores que lo utilizan. En su sentido más restrictivo, el término alude
únicamente a las circunstancias de espacio y tiempo en las que tiene lugar la comunicación,
para las que algunos autores reservan el término «contexto comunicativo»; en un sentido más
amplio, sin embargo, se incluyen también factores sociales, culturales y cognitivos relativos a los
participantes del intercambio comunicativo. Según esta última visión, el contexto discursivo
comprende, al menos, los siguientes tipos de factores interrelacionados:

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a) Contexto idiomático: es la lengua misma como contexto; es decir, el significado que


posee una palabra en cuanto parte de una lengua determinada. Todo signo
realizado en el discurso significa en complejos sistemas de oposiciones y
asociaciones formales y semánticas con otros signos, que no se dicen pero que
pertenecen al acervo lingüístico de los hablantes 2 . Por ejemplo, los significados
posibles del signo piña en español: ‘fruto del pino’; ‘fruta’ (= ananá); ‘conjunto de
personas muy unidas’, etc. 3

b) Contexto verbal: es el que rodea al texto en sí, los elementos verbales que
conforman el mensaje que se transmite. En este sentido, un signo adquiere valor
dentro del texto, en relación con los signos anteriores y posteriores a él. Por ejemplo,
fijémonos en los siguientes enunciados en los que el signo piña delimita su
significación según el resto de elementos que conforman el enunciado, lo que
permite al receptor discernir, en cada caso, de qué acepción de piña se habla.
 ¡Pon una piña en tu balcón! (planta)
 ¿Cómo preparar una piña colada? (bebida alcohólica a base de jugo de piña
= fruta)
 Orlando Bloom le pegó una piña a Justin Bieber por una mujer (= puñetazo,
pegar ayuda a saber que se trata de un golpe.)
 Patri Soler: “Somos una piña dentro y fuera de la cancha”. Hoy conocemos un
poco más a la joven ala-pívot malagueña del Club Baloncesto Conquero,
Patricia Soler Suárez. (= grupo unido)

• Contexto espacio-temporal: se trata del entorno en el que tiene lugar la comunicación,


e incluye las coordenadas espaciales y temporales en las que se produce un enunciado. Esta
información tiene una especial relevancia para interpretar elementos deícticos, como los
adverbios de lugar (aquí, allí) o de tiempo (ahora, hoy), las personas del discurso (yo, tú, él) o los
tiempos verbales.
• Contexto situacional: comprende tanto las circunstancias que perciben los interlocutores
mientras hablan como el mismo discurso que van produciendo, que construye un contexto al que
los emisores se pueden referir. En este sentido, en la producción y comprensión del discurso no
sólo influye lo que los hablantes dicen, sino también lo que hacen, lo que ocurre mientras hablan
y el hecho mismo de que lo hagan.
• Contexto sociocultural: también condicionan la forma y la interpretación de un mensaje
las características sociales de los interlocutores, que tienen por ejemplo una importancia decisiva
en el empleo de fórmulas de cortesía.
• Contexto cognitivo: incide finalmente en la comunicación el conocimiento del mundo
que poseen y comparten los hablantes, así como las intenciones que persiguen en su acto
comunicativo o que presuponen en su interlocutor”.
(Instituto Cervantes [1997-2015]. Diccionario de términos claves de ELE, s.v. contexto discursivo)
2 Además, Coseriu añade que también puede funcionar como contexto idiomático otra lengua,
distinta a la que se emplea para el texto, como sucede en las personas bilingües o plurilingües.
Por último, se debe considerar que cada palabra significa en un contexto menor o subcontexto,
que es su campo significativo, constituido por todos aquellos signos con los que se relaciona
directamente en una clase y propone como ejemplo el caso de verde, cuyo campo significativo
incluye todos los signos que designan nombres de color (a los que se opone, además): azul,
amarillo, rojo, rosado...
3 DRAE (2003)1. f. Fruto del pino y de otros árboles (...); 2. f. Ananás; 3. f. Mazorca del maíz,

especialmente cuando carece de farfolla; 4. f. Conjunto de personas o cosas unidas o agregadas


estrechamente; 5. f. Tejido blanco mate, transparente y finísimo, que los indígenas de Filipinas
fabrican con los filamentos de las hojas del ananás. Sirve para hacer pañuelos, toallas, fajas,
camisas y vestidos de niños y señoras; 6. f. Ingen. Masa esponjosa de plata, de forma cónica, que
queda en los moldes, donde se destila en los hornos la pella sacada de minerales argentíferos.; 7.
f. Mar. Especie de nudo, generalmente redondeado, que se teje con los chicotes descolchados
de un cabo; 8. f. Sal. Cresta de pavo; 9. f. Can., Arg., Bol., Cuba, Hond., Par. y Ur. Puñetazo; 10. f.
Cuba. Dispositivo que permite conectar simultáneamente tres enchufes en una única toma; 11. f.
despect. coloq. Cuba. Camarilla; 12. f. El Salv. Hombre homosexual; 13. f. Nic. Racimo de frutas.
Piña de cocos; 14. f. coloq. Perú Persona con mala suerte. U. t. c. adj,

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 Delly Madrid sigue bien piña con los accidentes. Se rompió los ligamentos
grabando spot. (= mala suerte, accidentes, romperse los ligamentos ayudan a
comprender que se trata de algo negativo.)

c) Contexto extraverbal: todas las circunstancias no lingüísticas que se perciben


directamente o son conocidas por los interlocutores. Por ejemplo, en los enunciados
anteriores todo aquello que escapa a los propiamente lingüístico y que, sin
embargo, es un conocimiento que se activa para poder interpretar los mensajes: en
el primer caso, saber que en los balcones la gente coloca plantas para decorar; en
el segundo, saber que existe una bebida alcohólica llamada así; saber quiénes son
los involucrados en la pelea (Bieber y Bloom); conocer cómo se juega el básquet
(ala-pívot, que es un juego de equipo, que se forman clubes, que hay
competencias, etc.); saber quién es Delly Madrid.

3. Información explícita e implícita en los textos.

La comunicación humana, a través de diversos textos orales o escritos, supone en el


emisor la capacidad de valorar qué información hace falta expresar de manera
explícita y qué otra puede dejar suspendida, pues será recuperada por el receptor.
Este balance entre contenido implícito y explícito en el texto permite una
comunicación fluida entre los interlocutores.

Así, por ejemplo, si analizamos el siguiente anuncio publicitario, además de la


información explicita, manifiesta en el texto, tendríamos que atender a otros datos
no presentes directamente, pero que reclaman su presencia para poder entender
el mensaje completamente y que el anuncio sea efectivo:

“Tus hijos también necesitan crecer


El pan Bimbo es frescura y nutrición creado especialmente para garantizar el
desarrollo de tus hijos porque está enriquecido con hierro y vitaminas.
Bimbo.
Lo hacemos con amor”.

Si observamos la imagen, el mensaje viene acompañado de una figura reconocida


mundialmente, el argentino Leo Messi, importante futbolista de un famoso equipo
español, que funciona como gancho del producto.

En primer lugar, el uso del adverbio también en la


primera oración indica que la información que presenta
es un dato adicional a algo ya mencionado, pero que
en este caso debe ser deducido por el receptor. Y es ahí
donde este debe conectar la frase con la imagen del
futbolista, lo cual supone en el receptor un saber
compartido: la historia de la vida de este jugador4; sin
ese dato, el mensaje pierde la fuerza que quiere lograr.

Sabido es que en su niñez Messi, apodado ‘La pulga’,


era un futbolista destacado, pero era muy pequeño
para su edad, pues padecía de “déficit parcial de la
hormona de crecimiento”. Sus padres pudieron
someterlo por un tiempo al tratamiento requerido que,
felizmente, pudo completar cuando el jugador pasó a formar parte del Fútbol Club

4Para más datos ver: http://www.elespectador.com/deportes/futbolinternacional/historia-del-


problema-de-crecimiento-de-lionel-messi-articulo-489999

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Barcelona. Gracias a este tratamiento Messi superó su problema y logró un desarrollo


normal, lo que de lo contrario le hubiera impedido llegar a jugar en la primera división.
Entonces, con esta información implícita en el mensaje a través de la figura de Messi, se
entiende que también es un añadido a “Así como Leo Messi creció, tus hijos también
necesitan crecer”. Es más, se podría pensar en “crecer” no solo literalmente (‘aumentar
de talla’), sino metafóricamente: hacerse alguien grande, reconocido, famoso.

De otra parte, el texto continúa señalando dos características del producto ofrecido,
marcadas en negrita, frescura y nutrición, que indican al receptor también una
información implícita: ya que se trata de un producto envasado, que tiene un periodo
de conservación, se indica que este hecho no es impedimento para que el producto se
mantenga fresco y conserve todos sus nutrientes. Esto es, se trata de equiparar este
producto con el pan de panadería.

Asimismo, se apoya en otra información implícita: la preocupación de los padres por


alimentar correctamente a sus hijos, brindándoles alimentos nutritivos que les permitan
su correcto desarrollo, que es justo lo que intenta ofrecer el producto: garantizar el
desarrollo de tus hijos porque está enriquecido con hierro y vitaminas. El hierro y las
vitaminas, que es lo que se marca como el diferencial del producto, también brinda una
información implícita: se sabe que tanto el hierro como las vitaminas ayudan a los niños
a crecer, evitan la anemia infantil (generada por una mala alimentación); las vitaminas,
aunque no se dice cuáles, son también un complemento a la alimentación balanceada
que deben recibir los niños.

Por último, se recurre al eslogan del producto “Lo hacemos con amor”, que también
contiene una información implícita: los padres brindan amor a sus hijos y por ello se
preocupan de darles lo mejor.

Vemos, pues, que la información implícita complementa lo expuesto en el texto, lo que


requiere que el receptor establezca una serie de conexiones (muchas veces
inconscientemente) entre lo que se dice y sus saberes previos, su conocimiento del
mundo, de los textos a los que se enfrenta. El anuncio de Bimbo se vale de información
implícita para reforzar el valor de su producto y, por tanto, generar un mayor impacto
en el consumidor. Así, señala Reyes (2012: 126), uno de los rasgos más notables de los
anuncios es que los anunciantes adoptan el punto de vista de los clientes,
presuponiendo sus expectativas, creencias, deseos.

En este ejemplo, no obstante, el receptor deberá saber que este texto, al ser un anuncio
publicitario, lo que busca es motivar al receptor al consumo de un producto, que es
presentado de manera atractiva y destacando solo lo bueno que tiene y, teniendo en
cuenta eso, sopesar qué tan fiable puede ser la información y asumirla como cierta.

Propiedades de los textos

El texto, para ser considerado como tal, debe cumplir con un conjunto de propiedades
o características que permiten que funcione como una unidad discursiva, dotado de
sentido completo. Algunos autores señalan como fundamentales en el texto dos
propiedades: la coherencia y la cohesión, que apuntan a la forma en que se conectan
las partes del texto entre sí, de ahí que se las considere propiedades estructurales. La
primera atiende al sentido del texto, el cual no se obtiene solo de la suma de un grupo
de oraciones, sino que exige que entre ellas haya conexión, lo que ayuda a mantener
la unidad temática del texto, tanto de forma global (el texto completo) como local (las
partes en que se puede dividir). Así, por ejemplo, en una noticia reconocemos una
unidad temática: de qué trata la noticia y cada parte de esta informa de un aspecto

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de este tema: el titular aporta los datos principales (qué paso) y el cuerpo desarrolla la
información (cuándo, cómo, dónde, en qué circunstancias...).

La coherencia, como unidad de sentido, supone considerar factores internos al texto


(que las oraciones entre sí no se contradigan, que no repitan información
innecesariamente, que sean informativas...), pero también externos al texto (que lo que
este comunica no contradiga nuestro conocimiento del mundo o de la lógica, a menos
que sea intencionalmente por lograr otro efecto (humorístico, por ejemplo). Además,
como señala González Ruiz (2009: 107), los hablantes no tienen en cuenta únicamente
el conocimiento universal del mundo, sino también otros conocimientos extralingüísticos
(enciclopédicos, culturales, históricos, situacionales) y todas su creencias y opiniones.
(...) Además, no hay que olvidar que un texto conecta con otros textos y con
experiencias anteriores del lector u oyente que le proporcionan marcos de referencia
para la interpretación.

La cohesión, en tanto, presta atención a las relaciones lingüísticas (semánticas y


sintácticas) que se entablan entre las distintas partes que componen el texto, para lo
cual el hablante que construye el texto emplea los recursos que le brinda su lengua:
repeticiones de palabras, uso de sinónimos, paráfrasis, pronombres, adverbios, elipsis...;
esto es, recursos que le permitan al emisor ir avanzando con la información que quiere
brindar sin perder el hilo conductor y que, a su vez, le ayudan al receptor a reconocer
cómo avanza el texto, cómo se mantiene y se desarrolla el tema del que habla el texto.
Así, por ejemplo, en el titular: “Alejandro G. Iñárritu, mejor director en los Oscar 2015. El
cineasta consigue la preciada estatuilla por su trabajo al frente de 'Birdman'”, la
conexión entre las dos oraciones se logra mediante la recurrencia entre Alejandro G.
Iñárritu y cineasta; entre Oscar y la preciada estatuilla, como recursos cohesivos, que a
su vez ayudan a que se mantenga la coherencia.

La relación entre coherencia y cohesión es muy estrecha, no obstante, el empleo de


mecanismos de cohesión no garantiza que la coherencia. Se pueden establecer
correctamente las relaciones entre las distintas partes de un texto, pero si este no guarda
coherencia, el texto no puede ser considerado como tal. Por ejemplo, “Es un muchacho
alto; sin embargo, tiene acné”. En este caso el marcador discursivo “sin embargo”
contrasta dos realidades que no conectan entre sí lógicamente, pues no es posible
pensar en una relación entre la altura de una persona y la aparición del acné; por tanto,
aunque las oraciones se conecten entre sí por medio del marcador, su lógica no resulta
válida y torna el mensaje incoherente.

De otro lado, los estudios sobre la textualidad apuntan a que el binomio coherencia-
cohesión no es suficiente para poder discernir qué puede ser considerado texto o no,
sino que se requieren de otros parámetros que ayuden a definir de forma más precisa
los elementos que se conjugan en la producción e interpretación de un acto
comunicativo. En este sentido, la propuesta de R. Beaugrande y W. Dressler (1981)
intenta cubrir este vacío, considerando siete propiedades o características que
funcionan interrelacionadas y que permiten formar y entender los distintos tipos de
textos: coherencia, cohesión, intencionalidad, aceptabilidad, situacionalidad,
intertextualidad e informatividad.

Estas siete propiedades pueden ser agrupadas según el elemento en el que se centran.
Así, la coherencia y la cohesión se centran en el texto en sí; la intencionalidad y la
aceptabilidad se orientan hacia la actitud de los interlocutores; la situacionalidad, la
intertextualidad y la informatividad se enfocan en la relación entre el texto y la situación
comunicativa en que se produce.

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De la coherencia y la cohesión ya se ha hablado, por lo que interesa centrarse en las


otras propiedades.

a) La intencionalidad. Mediante esta propiedad el hablante-escritor plasma los


objetivos o propósitos que quiere alcanzar con su escrito. La intención responde
a las reacciones que el emisor desea que se produzca en el interlocutor. La
intencionalidad se refiere, pues, al objetivo propuesto por el emisor frente al texto
que producirá; es el propósito, la meta o finalidad que por medio del texto quiere
lograr el participante de un acto comunicativo. De este modo, la intención actúa
como moldeador del discurso del emisor, puesto que la configuración de su
mensaje, de sus actos lingüísticos, apuntan a lograr el propósito que persigue
(aunque sea de forma inconsciente), a la vez que también influye en la
interpretación del receptor. Son intenciones, por ejemplo, solicitar algo, saludar,
hacer un reclamo, etc. Pensemos, por ejemplo, en cómo un niño construye su
mensaje cuando quiere pedir algo; en la “Chilindrina” 5: "Papito lindo, mi amor,
papacito..., ¿me das un peso para ir a comprar a la tienda?” La Chilindrina
recurre a los diminutivos, a los adjetivos calificativos, a las frases cariñosas, una
especie de captatio benevolentiae antes del pedido. El receptor, en estos casos,
sabe reconocer que lo que viene a continuación de tanta frase cariñosa suele
ser alguna petición; esto es, descubre que la intencionalidad del mensaje no es
el halago, sino la petición.

b) La aceptabilidad. Gracias a esta propiedad el receptor es libre de aceptar o no


un texto en función del tema y de cómo este se ha desarrollado, así como de la
atractividad y utilidad que tenga para él. Así, la aceptabilidad es entendida
como el grado de tolerancia con que el destinatario se acerca al texto para
dotarlo de sentido. Es decir, la responsabilidad de validar un texto o desecharlo
recae sobre el receptor que deberá valorar si el texto producido por el emisor
cumple con los requisitos mínimos según el tipo de texto que es. Por ejemplo, en
un examen escrito, si un alumno obtiene el puntaje completo, significa que su
respuesta ha sido satisfactoria para el profesor; en cambio si obtiene solo parte
del puntaje, eso indica que la respuesta ha presentado fallos o deficiencias que
el profesor no ha pasado por alto, aunque no invaliden totalmente la respuesta.
Si el alumno, en cambio, no obtiene nada de puntaje, es que su respuesta no
resulta satisfactoria y, aunque el profesor desee ser flexible, la respuesta dada por
el alumno, el texto producido, no lo permite pues presenta o información errónea
o irrelevante. Del mismo modo, un hablante nativo puede ser más o menos
tolerante con un interlocutor que no domina su idioma. Por ejemplo, si un
extranjero nos abordara en la calle y dijera: “Yo necesitar Plaza de Armas, por
favor. Dime uno camino correcto”, el interlocutor podrá esforzarse por tratar de
entender el mensaje e indicarle, de laguna forma, el camino hacia la Plaza; o,
por el contrario, dar por fallida la comunicación por no compartir el código.

De otra parte, en la aceptabilidad interviene lo que ha denominado Grice (1975)


como el Principio de Cooperación 6 , un supuesto pragmático presente en el

5 Contextualizar si hace falta.


6 “La elaboración de este modelo pragmático de la comunicación se debe al filósofo americano
H. P. Grice, que lo define del siguiente modo: «Haga que su contribución a la conversación sea,
en cada momento, la requerida por el propósito o la dirección del intercambio comunicativo en
el que usted está involucrado». Es este un principio no normativo, que se supone aceptado
tácitamente por todos cuantos participan en la conversación (Grice 1975, 45). En una
conferencia dictada en 1967, y publicada en 1975, H. P. Grice sostuvo que hasta ese momento
no se había prestado debida atención a la naturaleza e importancia de las condiciones que
gobiernan la conversación. Este autor propone un análisis del tipo particular de la lógica que
actúa y rige en la conversación. Para ello, intenta establecer los mecanismos que regulan el

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Tema 1

intercambio comunicativo, por el que los interlocutores esperan ciertos


comportamientos, como consecuencia de un acuerdo previo, de colaboración
en la tarea de comunicarse. Puede definirse, por tanto, como un principio
general que guía tanto a emisor como receptor en la interacción comunicativa.

Este Principio se desglosa en cuatro máximas:

1. Máxima de cantidad. Se refiere a la cantidad de información que el emisor debe


aportar. Comprende, a su vez, las siguientes submáximas:
«Haga su contribución tan informativa como se requiera (de acuerdo con el
propósito de la comunicación)».
«No haga su contribución más informativa de lo requerido»

2. Máxima de calidad. Esto es, que lo que se exprese se ajuste a la verdad. Presenta
las siguientes submáximas:
«No diga lo que crea que es falso».
«No diga aquello sobre lo que no tiene pruebas».

3. Máxima de relación. Dar información relevante, pertinente; es decir aquello que


tenga relación con el tema del que se habla.

4. Máxima de manera. Relacionada con la forma en que se presenta el mensaje.


Contiene las siguientes submáximas: «Sea claro», «Evite la oscuridad de
expresión», «Evite la ambigüedad», «Sea breve», «Sea ordenado».

Si bien las máximas se presentan como imperativos, se trata, en realidad, de


normas regulativas que se suponen presentes en la comunicación, que los interlocutores
asumen a priori, por lo que las intervenciones que no se ajusten a ellas despiertan en los
interlocutores procesos de inferencias para tratar de comprender el porqué de dichas
trasgresiones y darle sentido a la comunicación.7 De este modo, un hablante puede
dejar en suspenso estas normas, guiado por otro interés o propósito, por ejemplo,
cuando se miente, cuando no se quiere progresar en la comunicación, cuando se
exagera, o se quiere mitigar el efecto del mensaje. Pensemos, por ejemplo, en un jefe
que debe despedir a un empleado. Podrá optar por decirle simplemente “Estás
despedido porque no has llegado a la meta en los último cuatro meses”, lo que se ajusta
a la máxima de cantidad (es la información esencial que se quiere transmitir), de
calidad (es la verdad, no hay otra razón para el despido), a la de relación (es la
información relevante) y a la de manera (es breve, claro y ordenado); sin embargo, por
consideración con el receptor y con el fin de evitar un conflicto o una situación
incómoda con el receptor, el emisor puede optar por saltarse estas máximas y en vez
de ese mensaje formular el siguiente: “Estamos muy agradecidos con tu trabajo y todo
lo que has aportado a la empresa, vemos que has hecho tu mejor esfuerzo, que has
intentado llegar a las metas propuestas; sin embargo, las ventas no han sido muy buenas

intercambio comunicativo y la interpretación de los enunciados; es decir, los mecanismos


responsables del «significado añadido», esto es, de la información implícita”. (Instituto Cervantes
[1997-2015], Diccionario de términos claves de ELE, s. v. aceptabilidad)
7 “Pese a la enunciación imperativa de estas categorías, lo importante para la teoría de Grice no

es tanto el cumplimiento de estos supuestos mandatos como el hecho de que los interlocutores
actúan como si dieran por descontado su cumplimiento. La violación de las máximas es un indicio
que permite a los interlocutores activar un proceso inferencial que les permita acceder a la
implicatura. Así, por ejemplo, si ante la pregunta [¿Cómo te llamas?], formulada por un chico a
una chica, se obtiene la respuesta [Tengo novio], se está violando la máxima de relación, pues,
aparentemente, no guarda relación la respuesta con la pregunta. Ahora bien, a partir de ese
desajuste lógico, el interlocutor podrá inferir, esto es, deducir, que la chica no quiere ser
molestada” (Instituto Cervantes [1997-2015], Diccionario de términos clave de ELE, s.v.
aceptabilidad).

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este año y tenemos que recortar gastos, ajustar el presupuesto. Esto, como te darás
cuenta, exige algunos sacrificios y debemos prescindir de algunos empleados...” Esto es,
intencionalmente el emisor da más información de la que se necesita, no se ajusta a la
verdad de los hechos, da rodeos a fin de suavizar el mensaje final: el despido del
trabajador.

b) La informatividad. Por medio de esta propiedad, el receptor de un texto evalúa qué


tan predecibles o inesperadas son las secuencias de un texto, si transmiten
información conocida o novedosa. La informatividad es el factor de novedad
informativa que despierta el interés por la recepción de un texto. Seguramente todos
conocemos a alguien que siempre cuenta las mismas historias, los mismos chistes, las
mismas anécdotas; sabemos perfectamente, a fuerza de haberlo escuchado más
de una vez, cómo empieza y cómo termina la historia. Estos textos no resultan, por
tanto, informativos, pues el receptor sabe que no encontrará ninguna novedad,
nada que no haya escuchado antes. Esto es, el texto nos permite ir anticipando qué
es lo que vendrá después y generar hipótesis sobre el contenido del mensaje. Si el
texto no brinda información nueva para el receptor, este resulta intrascendente y
desestimará el texto.

Desde este punto de vista un buen texto debe saber combinar dos tipos de
información: una conocida (supuestamente) por el receptor, que sirve de anclaje, y
una información nueva (informativa según del emisor), que es la que interesa
comunicar al receptor. Esta estructura de la información se explica con los
conceptos de tema (o tópico) y rema (o foco); esto es, el tema es aquello de lo que
se habla, mientras que el rema es lo que se dice o se quiere comunicar del tema.
Por ejemplo, si la profesora dice en clase: “Para la práctica del viernes entra el tema
1 y 2”, el tema (lo que el emisor asume que el receptor conoce, la información
conocida) será “la práctica del viernes” y el rema (la novedad, la información
relevante y lo que el receptor desea conocer) será “entra el tema 1 y 2”. La
profesora asume que el receptor (los alumnos) sabe que habrá práctica (y qué es
una práctica) de su curso, lo que informa es solo lo que los alumnos desconocen:
qué contenidos serán evaluados.

Un texto, por tanto, cumplirá con esta propiedad siempre que sepa combinar
ambos tipos de informaciones: la conocida y la nueva, de modo que el receptor del
texto pueda dotar al texto de sentido y aceptar que lo que en él se comunica resulta
para él relevante, aporta datos nuevos y no redunda sobre lo mismo o le brinda
información evidente u obvia.

c. La situacionalidad. Se refiere a todos aquellos factores o circunstancias que


intervienen en cualquier acto comunicativo. La situacionalidad incluye las
coordenadas espaciotemporales en que tiene lugar el texto y que hace que un
texto sea pertinente en el contexto en que aparece, así como los factores que
hacen que un texto sea más o menos relevante. Estos factores dependen o están
creados por la situación comunicativa en la que el texto aparece. Por ejemplo, el
que en un reclamo el alumno plantee que le falta un punto (o más o menos) para
aprobar el curso, aunque al alumno le parezca relevante, en este tipo de texto no
lo es, pues no es lo esperado en este contexto comunicativo; al contrario, lo que se
espera es que el alumno demuestre con argumentos sólidos que el profesor ha
cometido un error o una injusticia en la calificación de su examen.

La situacionalidad permite al emisor tomar en cuenta factores externos al texto: a


quién se dirige, qué relación mantiene con el receptor (confianza, amistad,
subordinación, diferencia de edad o de sexo...), de qué tema va a hablar (y qué
sabe su receptor del tema), en qué soporte (mensaje en Facebook, correo

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electrónico, llamada telefónica...), qué finalidad persigue con su texto, qué tipo de
texto debe emplear para lograr ese objetivo, qué registro debe emplear (formal o
informal). Todo estas preguntas se las plantea el emisor –consciente o
inconscientemente– al momento de producir un texto. Y sobre esta base el receptor
valora si el emisor las ha tomado en cuenta o no.

d. La intertextualidad. Comprende aquellos factores de los que depende el uso


adecuado de un texto en relación con otros textos, con los que establece una
relación necesaria, ya que la producción e interpretación de un texto depende del
conocimiento que se tenga de textos anteriores relacionados con él, que sean del
mismo tipo.
La intertextualidad es, por tanto, la relación que un texto (oral o escrito) mantiene con
otros textos (orales o escritos), ya sean contemporáneos o históricos; el conjunto de
textos con los que se vincula explícita o implícitamente un texto constituye un tipo
especial de contexto, que influye tanto en la producción como en la comprensión del
discurso.
Nuestra vida diaria está rodeada de textos que sabemos interpretar y, en mayor o
menor medida producir. Si vemos la televisión, nos enfrentamos a anuncios
publicitarios, que reconocemos como tales con sus características propias, que
permiten distinguirlos de otros textos: las noticias, el capítulo de la novela, la película, la
serie, el dibujo animado... De otro lado, en la escuela hemos ido aprendiendo a
producir diversos tipos de textos: el esquema, el resumen, el mapa conceptual, el
examen, la carta, la solicitud, el cuento, la anécdota... En la vida familiar y cotidiana
hemos asimilado inconscientemente más textos: el saludo, la despedida, el brindis, la
felicitación, e regaño, la lista de las compras, los chistes, los chismes...
Pensemos, por último, en el enamorado al que la chica le dice “Tenemos que hablar”;
esas tres palabras bastarán para que el enamorado, si es que ha reconocido el tipo
de texto, sepa lo que viene a continuación: la inminente ruptura de su relación
amorosa.

Todas estas propiedades se conjugan, no actúan independientemente, sino que entre


todas ayudan a la configuración y a la interpretación del texto, aunque algunas veces
una influya más que otra, de forma intencionada o no.

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EJERCICIOS

1. Lea las siguientes definiciones de texto y encuentre los puntos que tienen en
común.

Enunciado o conjunto coherente El texto está constituido por elementos verbales


de enunciados orales o escritos. combinados, que forman una unidad
(Diccionario de la Real Academia comunicativa, intencional y completa.
Española, 2003: texto) (Calsamiglia y Tusón, 1999:17)
a) El texto es la unidad de análisis de la lengua propia de la lingüística textual.
Producto verbal -oral o escrito- es la unidad mínima con plenitud de sentido, que
se establece mediante procedimientos de negociación entre emisor y receptor, y
que se mantiene en una línea de continuidad de principio a fin del texto. (Instituto
Cervantes, Diccionario de términos clave de ELE)
b) El texto es la unidad de uso del lenguaje, el marco en el que se integran y
organizan todas las unidades menores para alcanzar plena eficacia
comunicativa. Es decir, cuando hablamos o escribimos producimos textos, no
cadenas de sonidos, de palabras o de oraciones, que son solo sus componentes
y no tienen valor más que en el marco de la unidad de la intención comunicativa
que es el texto. Su condición más genuina es el carácter unitario y completo. Es
completo, pues la información que contiene es toda la disponible y necesaria en
la situación comunicativa en que se emite, y es unitario, pues toda la información
de las palabras, oraciones y párrafos se encuentra interrelacionada creando un
sentido homogéneo y coherente.
(Álvarez, A. Escribir en español, 2005: 50)
c) Se puede definir el texto como d) Cualquier manifestación verbal y completa
“un acto de hablar o una serie que se produzca en una comunicación.
conexa de actos de un (Cassany, D. 1994: 313)
individuo en un situación e) El texto es una unidad de comunicación,
determinada”. (Coseriu, E. oral o escrita, encuadrada dentro de un
1977: 242) contexto determinado, expresada con una
intencionalidad y presentada con un
sentido unitario. (Cervera, Á. 2010:72)

2. Teniendo en cuenta que la lengua es un sistema de niveles sucesivos compuesto de


unidades que combinadas a su vez generan estructuras de nivel superior, complete
el cuadro con las palabras del recuadro, colocándolas en el lugar correcto.

ENUNCIADO -- FONEMA -- MONEMAS -- ORACIÓN -- PALABRA -- PÁRRAFO --


SINTAGMA -- TEXTO

UNIDADES QUE INTEGRAN EL TEXTO


CLASES CONCEPTOS MATERIAS
↑ → Unidad máxima de comunicación y de sentido Lingüística textual
completo, expresada por alguien en un o Pragmática
contexto, con una intención y finalidad
determinada.
→ Unidad estructural y de significación formada por Lingüística textual
una o un conjunto de oraciones que desarrollan o Pragmática
un mismo subtema.
→ Unidad mínima de comunicación, formada por
una o varias palabras con sentido unitario.
→ Unidad superior sintáctica y significativa. Gramática
→ Unidad mínima de función sintáctica. oracional
Sintaxis

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Tema 1

→ Unidad de significado y gramatical. Morfología y


→ Unidad mínima con significado léxico y Lexicología
gramatical.
→ Unidad mínima sin significado. Fonología

3. Relacione los ejemplos con las consideraciones del texto que se mencionan.

a) Aunque normalmente un texto está compuesto en un idioma, no


necesariamente tiene que ser así.
b) Los textos pueden trasgredir las normas de un idioma y no se consideran como
“incorrecciones”, sino que resultan aceptables si están justificadas por la
configuración del texto o en virtud de alguna función textual. Así pues, una
determinada finalidad expresiva reconocible puede dejar en suspenso una
norma idiomática.
c) Los textos, a diferencia de los idiomas, se encuentran condicionados por la
situación extraverbal concreta, que contribuye decisivamente a su sentido.

1. 2. Ya se me pegó la 3. ¡Dos más! (al mozo,


kncion xq hoy la estuve en un restaurante)/
scuxando n l cel d una ¡Dos más! (en la fila
amiga :) [en para entrar a un
Facebook]. lugar).
4.

5.

6. Era una vez que a un niño al que le 7. “Conoce el sector”. “Tiene experiencia
habían regalado una bicicleta, y en esa actividad”. Conocimiento y
salió a estrenarla al jardín. En eso le experiencia en el tema son los atributos
grita a su mamá: que se suelen privilegiar para la
–¡Mamá, mira, sin una mano! designación de cargos públicos, olvidando
Y el niño siguió y siguió. que la idoneidad no es solo un tema de
–¡Mamá, mira, sin dos manos! ‘know how’ y ‘know who’, sino de valores.
Y al poco rato llegó con su mamá y
le dijo: B. Boza ,“Compromiso público”, en
–¡Mamá, shin dientesh! Ciudadano al día (blog), Lima, El
Comercio, 4/10/11

4. Diga qué tienen en común los siguientes ejemplos. ¿Se puede decir que todos son
textos? Diga, además, en qué situación comunicativa podrían haberse producido.

a) Quiero hacer un brindis por los novios, por que les vaya muy bien en su nueva vida
de casados.

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b) Vendo departamento amoblado 90m 2, de estreno, sala-comedor, 2 dormitorios, 2


baños. Teléf. 969876544.
c) Amix:
Feliz cumple!!! Que lo pases superbien. Un besototototote!
d) ¡Felicitaciones por el nuevo bebé!
e) ¿Cree que los ‘Cuatro Fantásticos’ (Pizarro, Farfán, Vargas y Guerrero) deberían ser
incluidos en la selección?

5. Diga si los siguientes casos pueden ser considerados textos. Justifique su respuesta.

Caso 1:
La Municipalidad de Piura está organizando un evento cultural para el sábado. El
sábado es el día de la semana que más me gusta. También me gusta salir a pasear,
comer helados, ir al cine y bañarme en el mar. El Océano Pacífico baña las costas
peruanas. Los peruanos tenemos una gran riqueza escondida en el mar que deberíamos
explotar más. El progreso de nuestro país, creo yo, está en la explotación de los recursos
naturales.
Caso 2:
Había un pozo en el medio del parque y en ese pozo había un árbol y en ese
árbol, una rama, y en esa rama, un nido, y en ese nido, un huevo y en ese huevo, un
ave: el ave más linda que pudiera existir.

5. Diga qué tipo de contexto debe activar el receptor de manera especial para poder
entender cabalmente cada uno de los siguientes enunciados.

6. Piense en un ejemplo en que un mismo enunciado cambie de significado si se


cambia de contexto extraverbal. Explique.

7. Analice la información implícita y explícita que contiene el siguiente texto. ¿Qué


conocimientos compartidos se precisan para entender plenamente algunas de las
referencias del texto?

"¿Qué es televisión basura?", por Pedro Canelo


Proponer una marcha contra la televisión basura puede tropezar con la ineficacia y la
banalización
http://bit.ly/1Dlca9Q
Pedro Canelo

La televisión peruana, en muchos días y en diversos horarios, es un cruel espejo de la


deformación social en que vivimos. Esa caja boba cada vez más nítida y plana es

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Tema 1

también un Frankenstein monstruoso que cultiva todos los vicios: sexismo, violencia,
homofobia y racismo. Eso es más conocido que la canción del “Taxi”. Pero proponer
una marcha contra la televisión basura puede tropezar con la ineficacia y con la
banalización. Con tantas apuradas protestas, ahora en Facebook están proponiendo
marchas para que Marco encuentre a su mamá y para que Quico pueda jugar con su
pelota cuadrada.
Como cuestión previa deberíamos definir: ¿qué es televisión basura? Preferiría utilizar
otro término: televisión degradante. Allí podríamos reunir a las producciones que abusan
del sexismo (el concurso de traseros en “La noche es mía”), los que atentan contra la
dignidad (los bizarros concursos de los programas de Laura Bozzo) o los que despiertan
racismo y homofobia (casi todos los programas cómicos de nuestra historia televisiva
alguna vez han caído en eso). A pesar de que todos estos ejemplos son casi irrefutables,
hay que reconocer que cualquier sentencia a un programa de TV está dentro del
terreno de lo subjetivo. Para mí pudo ser televisión degradante aquel “Trampolín a la
fama” de Ferrando, para otros no.
No es ridícula la idea de marchar contra los pobres contenidos de la señal abierta, sin
embargo tampoco es una medida que determine los cambios que muchos soñamos
después de, quizá, lanzar el control remoto por la ventana. Es casi como salir a protestar
en contra del tráfico en Lima o para que en la comida de los restaurantes ya no
aparezcan inoportunos insectos. Una protesta política es distinta, la mayoría se enfoca
en exigirle reformas o buenas conductas al Estado. Aquí hay más actores. Los culpables
en las miserias de nuestra TV no solo están en el switcher de un canal.
Si un niño de 12 años hace abdominales todos los días en casa para parecerse a uno
de los modelos de “Esto es guerra”, la responsabilidad no solo es del programador o de
los conductores. Hay padres de familia o hermanos mayores que pueden ser más
decisivos en la educación de estos adolescentes. No sé si tengamos la televisión que
merecemos, pero sí una que se empata con nuestros niveles de educación.
Una protesta no modificará el ráting de Magaly o de ‘Peluchín’. Dejemos mejor las
marchas para cuando los políticos se porten mal. No malgastemos un derecho cívico
que estos últimos tiempos ha recuperado un terreno perdido. Si no quieren saber de la
última pelea entre Sheyla y Pavón, mejor sigan las enseñanzas de ese filósofo de calle
llamado Melcochita. ¿Te parece basura? Entonces: no los veas.

8. Diga cuál es la intencionalidad de los siguientes textos.

a) No hay café.
–Mañana compro.
b) Clínica Los Tiempos. ¿Quieres volver a encontrar el equilibrio? 13 años de
experiencia. Pioneros en desarrollo de tratamientos.
c) ¿Quieres hacer el favor de no poner la música tan alto?
d) Durante la Colonia, la producción de plata necesitaba una compleja serie de
actividades y procesos en las fases de extracción y refinamiento. Los minerales se
extraían en las galerías con máquinas especiales y luego se llevaban hasta la
superficie. Allí eran clasificados y luego molidos. Tras esta preparación venía el
tratamiento final.
e) (El padre a su hijo de 3 años) A ver, repite lo que has dicho. ¡A ver, repítelo!

9. Diga qué propiedad(es) textual(es) no se respeta(n) en cada ejemplo.

a) Estimada profesora: La saludo atentamente esperando que se encuentre muy


bien de salud. El motivo de la presente es decirle que considero más puntaje
en la pregunta uno y en la cinco. Por ser de justicia.
Se despide atentamente, XXY

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b) Profesor presento esta solicitud por la razón que considero que me ah puesto
muy bajo no le escrito mucho pero si lo mas importante por favor espero que
me considere esta solicitud y petición.

10. Intertextualidad: A qué otros textos hacen referencia los siguientes enunciados.

a) A Natalia Málaga le dicen “la flor de la canela”.


b) Era una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una
Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía
acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una
Cucaracha.
c) Copiar o no copiar. He ahí el dilema.
d) La hora peruana es la hora cabana.
e) Luis Iberico: “Trabajaremos hasta quemar el último cartucho” (anuncio
publicitario para la alcaldía de Lima)

Bibliografía

Álvarez, Alfredo (2005). Escribir en español. Oviedo: Ediciones Nobel.


Calsamiglia, Helena; Tusón, Amparo (1999). Las cosas del decir: manual de análisis del
discurso. Barcelona. Ariel.
Cassany, Daniel, Luna, M.; Sanz, G. (1994): Enseñar lengua. Barcelona, Graó.
Cervera, Ángel (2010). Guía para la redacción y comentario de texto. Madrid: Espasa.
Coseriu, Eugenio (1989 [1962]). Teoría del lenguaje y Lingüística General. Madrid:
Gredos.
_____________ (1977). El hombre y su lenguaje. Madrid: Gredos.
Cuenca, María Josep (2010). Gramática del texto. Madrid: Arco Libros.
De Beaugrande, Robert; Dressler, Wolfgang (1997). Introducción a la lingüística del
texto. Barcelona: Ariel.
Instituto Cervantes (1997-2015). Diccionario de términos claves de ELE. En línea:
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/indice.htm
Reyes, Graciela (2012). Cómo escribir bien en español. Madrid: Arco Libros, 8.ª ed.
Romero, María Victoria (coord.).(2009). Lengua española y comunicación. Barcelona:
Ariel, 3ª ed.

Obras de consulta:

Real Academia Española. Diccionario de la Lengua española (2003). En línea.

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