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DEFINICIÓN DE APEGO

El psicólogo británico John Bowlby fue el primero en describe el apego como una
“conexión psicológica duradera entre los seres humanos”. Él define el apego como
un vínculo emocional profundo y perdurable que conecta una persona a otra a
través del tiempo y el espacio.

Bowlby estaba interesado en la comprensión de la ansiedad por separación y la


tristeza que los niños experimentan cuando están separados de sus cuidadores
primarios, generalmente sus padres.

¿Qué es el apego?
Como ya hemos visto, el apego es un vínculo emocional con otra persona. Bowlby
afirmó que los enlaces formados por niños con sus cuidadores en sus etapas más
tempranas, tienen un tremendo impacto que no desaparece y continúa durante toda
la vida.
Sugirió que este apego también sirve para mantener al bebé cerca de la madre, lo
que mejora las posibilidades de supervivencia del niño.
Él vio el apego como un producto de los procesos evolutivos. Mientras que las
primeras teorías del comportamiento de apego sugirieron que la unión era un
proceso aprendido, Bowlby y otros propusieron que los niños nacen con una
tendencia innata a establecer vínculos con los cuidadores.

Fases del apego


Según Bowlby, el establecimiento del vínculo afectivo consta de cuatro fases de
evolución.
1. Fase Pre-apego
Desde el nacimiento hasta los 3 meses, los niños no muestran ningún apego
particular a un cuidador específico. Señales del bebé como el llanto y el malestar
natural atraen la atención del cuidador, y las respuestas positivas del bebé estimulan
al cuidador a permanecer cerca para así poder atenderle.
2. Fase de formación del apego
A partir de alrededor las 6 semanas y hasta los 7 meses, los bebés comienzan a
mostrar preferencias por los cuidadores primarios y secundarios. Durante esta fase,
los bebés desarrollan un fuerte sentimiento de confianza. Mientras que todavía
aceptan el cuidado de otras personas, distinguen mucho mejor entre las que les son
conocidas y las desconocidas. También responden más positivamente al cuidador
principal.
3. Fase de apego
En este punto, entre los 7 a los 11 meses de edad, los bebés muestran un fuerte
apego y la preferencia por un individuo específico. Protestan cuando se les separa
de la figura de apego primario (ansiedad de separación), y comienzan a mostrar
ansiedad con los extraños (ansiedad ante los extraños).
4. Formación de relaciones recíprocas
Después de aproximadamente los 9 meses de edad, los niños empiezan a formar
fuertes lazos emocionales con otros cuidadores más allá de la figura de apego
primaria. Esto incluye a menudo el padre, los hermanos mayores y los abuelos.
Aunque este proceso puede parecer sencillo, hay una serie de factores que pueden
influir en cómo y cuándo vínculos se desarrollan. En primer lugar, si los niños que no
tienen una figura de atención primaria, como sucede en los orfanatos, pueden no
desarrollar el sentido de la confianza necesaria para formar un apego seguro. En
segundo lugar, la prestación de cuidados de calidad es un factor vital. Cuando los
cuidadores responden de forma rápida y consistentemente, los niños aprenden que
pueden depender de las personas que son responsables de su cuidado, que es la
base fundamental para la unión.

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