Control 4 Grandeza mexicana, Capítulos VIII y epílogo
1. Balbuena opone, en el capítulo VIII, dos virtudes propias de las
flores. ¿Cuáles son, qué dice de ellas y a cuál le da más importancia? Balbuena hace una dualidad entre el simbolismo de las flores, distingue entre el estado, el poder, y la iglesia, y las virtudes de las flores que acompañan a cada uno. A la vista entretiene su pintura, el olor por el alma se reparte: este deleita, aquélla da frescura;
Donde califica aquello que salta a la vista y su pintura como lo que
corresponde al gobierno y el estado. ¿Quién me dirá desta real grandeza cuál sale más: la gracia en su gobierno, o el olor de virtud en su nobleza?
Mientras que, el olor, en el cual se detiene para tratarlo con mayor
detalle, se percibe únicamente por el alma es lo que corresponde a la iglesia y la religión. las varias Religiones (que al decoro de su flor son olores soberanos y pedrería a sus engastes de oro)
2. En qué terceto se refiere Balbuena al chocolate (o, según otra
interpretación, al pulque) ¿Pues quién dirá la cantidad de azúcar que en una golosina que se bebe gasta el más pobre cual si fuera un Fúcar?
En el cual se pueden observar las dos propuestas de lectura, refiriéndose
al pulque por ser “una golosina que se bebe”, que se complementa con el siguiente terceto: “¿quién a dar suma y número se atreve / a las tabernas que hay de esta bebida?, / ¿qué esponja alcanza a lo que aquí se embebe?”, pero contrastando con el azúcar, el cual no lleva el pulque, lo que nos lleva a pensar que se refiere al chocolate.
3. ¿Qué relación tiene el “Epílogo y capítulo último con los
capítulos I al VIII de la Grandeza mexicana? Balbuena, en el epílogo, hace una recapitulación de lo que trató a lo largo de los ocho capítulos. Hablando del oficio de escribir su obra y un recorrido por todo lo que catalogo como la grandeza mexicana. Y se maravilla de quien es capaz de reunir en un pequeño cuadro la grandeza del lugar que él mismo retrata. Luis Cortina Optativa: Literatura Mexicana 9
Y pues ya al cetro general te ensayas,
con que dichosamente el cielo ordena que en triunfal carro de oro por él vayas,
entre el menudo aljófar que a su arena
y a tu gusto entresaca el indio feo, y por tributo dél tus flotas llena,
de mi pobre caudal el corto empleo
recibe en este amago, do presente conozcas tu grandeza, o mi deseo de celebrarla al mundo eternamente.