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FADE
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TAO GRUPAL Nº 2:

“CONTRATOS POR PERSONA A


NOMBRAR DE LAS ARRAS”
Monografía

CURSO : DERECHO CIVIL V “A” (Contratos “A”)

ALUMNOS:
• MORALES CONDORI, Diego Alonso Marcial
• COLQUE HUAYTA, Kevin Tony
• FLORES QUISPE, Eduardo Francisco Elías
• CHOQUECORA MAMANI, Jessica Alexandra
• JIMENEZ RIVERA, Yanet

DOCENTE : Dra. Nora Acevedo Velásquez

TURNO : Mañana (M)

CICLO : VII

TACNA – PERÚ
2018
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“El siguiente trabajo, va dirigido


con motivación a nuestras familias por su apoyo,
como a docentes que crean incentivos
para hacer de la teoría, una práctica constante”

DEDICATORIA
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ÍNDICE:

Resumen___________________________________________________04
Abstract____________________________________________________05
Introducción_________________________________________________06

1. CONTRATO POR PERSONA A NOMBRAR_____________________07


1.1. Concepto_____________________________________________07
1.2. Declaración de nombramiento_____________________________11
1.3. Formas_______________________________________________13
1.4. Efectos del contrato_____________________________________15

2. DE LAS ARRAS___________________________________________16
2.1. Arras Confirmatorias____________________________________18
2.1.1. Concepto_______________________________________ 18
2.1.2. Incumplimiento contractual__________________________19
2.1.3. Ejecución o resolución de contrato____________________21
2.2. Arras de Retractación___________________________________22
2.2.1. Concepto_______________________________________22
2.2.2. Alcances y efectos________________________________23
2.2.3. Renuncia________________________________________25

3. DIFERENCIA ENTRE LAS DOS INSTITUTICONES: ARRAS


CONFIRMATORIAS Y ARRAS DE RETRACTACIÓN________________27

4. CONCLUSIONES__________________________________________29

5. BIBLIOGRAFÍA____________________________________________30
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RESUMEN:

El contrato por persona a nombrar, es un acuerdo bilateral por el que una parte

llamada estipulante se reserva la facultad de nombrar posteriormente a la persona que

deba adquirir los derechos y obligaciones que nacen de dicho contrato, creando así una

relación jurídica de carácter patrimonial.

Este tipo de contrato tiene como sujetos al promitente (se obliga ante el estipulante a

cumplir una prestación en beneficio a una tercera persona) y al estipulante (una de las

partes de la relación jurídica, ya sea el acreedor o el deudor) y el tercero beneficiado

(persona que se integrará en el contrato para adquirir el bien por acuerdo), es un nexo

jurídico por el que las partes que han celebrado un contrato pueden designar a una

persona que desempeñe las funciones de dicho contrato típico o nominado

De las arras son consideradas como una garantía que asegura el cumplimiento de una

de las partes para la continuidad o conclusión de un contrato, esto se materializa en la

entrega de una suma de dinero o de una cosa, ambos siendo susceptibles de un valor

económico lo que hace válida a una arra, ya sea confirmatoria o de retractación.

Las arras confirmatorias son aquellos bienes o suma de dinero que se entregan como

una garantía que asegura el cumplimiento de la prestación, que al ser cumplida deberán

ser devueltas; en caso de las arras de retractación solo es válida para algunos contratos y

agrega la facultad de retractarse sobre ellos.

Palabras Clave: Contrato – Tercero – Partes – Arras – Garantía – Bienes


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ABSTRACT:

The contract per person to be named is a bilateral agreement whereby a party called a

stipulator reserves the right to appoint the person who must acquire the rights and

obligations arising from said contract, thus creating a legal relationship of a patrimonial

nature.

This type of contract is subject to the promisor (the stipulant is obliged to fulfill a

benefit for a third party) and the stipulator (one of the parties to the legal relationship,

whether the creditor or the debtor) and the third party beneficiary (person who will be

part of the contract to acquire the property by agreement), is a legal link by which the

parties that have concluded a contract can appoint a person to perform the functions of

said typical or nominated contract

Of the deposits are considered as a guarantee that ensures the compliance of one of

the parties for the continuity or conclusion of a contract, this materializes in the delivery

of a sum of money or a thing, both being susceptible of an economic value. that

validates an arra, either confirmatory or retraction.

Confirmatory deposits are those goods or sum of money that are delivered as a

guarantee that ensures compliance with the benefit, which upon completion must be

returned; in the case of the withdrawal draws only valid for some contracts and adds the

power to retract on them

Keywords: Contract - Third - Parties - Arras - Guarantee - Goods


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INTRODUCCIÓN:

Todo contrato es considerado como un acuerdo celebrado entre dos o más para crear,

modificar o extinguir una relación jurídica patrimonial, lo que refiere al contrato por

persona a nombrar compete a la intervención como inclusión de un tercero en el acuerdo

cebrado, por el que será nombrado por la parte con el fin de prestar una ayuda que

garantice satisfacer una necesidad.

En el siguiente trabajo hemos reunido información en base a teorías como

comparaciones planteadas en autores que interpretan a la base normativa de este tipo de

contratos, el Código Civil Peruano de 1984. Asimismo estudiaremos como se define

esta modalidad de contrato, los efectos que produce, la declaración de nombramiento al

tercero como formas.

Las arras serán también un tema a tratar, en base a las contempladas en nuestro

código civil que son las arras confirmatorias y las arras de retractación. Las cuales será

de interés conocer su respectiva definición como contenido legal e interpretativo para su

estudio y entendimiento.
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CONTRATO POR PERSONA A NOMBRAR DE LAS ARRAS

1.- CONTRATO POR PERSONA A NOMBRAR

1.1. CONCEPTO

Art. 1473.- Al celebrar un contrato puede convenirse que cualquiera de las partes se

reserve la facultad de nombrar posteriormente a un tercero que asuma los derechos y

obligaciones derivadas de aquel acto.

La reserva de nombramiento no procede en los casos en que no es admitida la

representación o es indispensable la determinación de los contratantes.

Al celebrarse un contrato, puede convenirse que cualquiera de las partes se reserva el

derecho de nombrar posteriormente a un tercero que adquiera los derechos y asuma las

obligaciones derivadas de dicho contrato, con efectos retroactivos al momento de su

celebración.

A la persona que se reserva el derecho de nombrar al tercero que lo sustituirá en el

contrato se le denomina estipulante.

Como señala Roppo, el instrumento es utilizado sobre todo en los contratos

preliminares de compraventa inmobiliaria: A se compromete con B propietario de un

inmueble, a comprarlo para sí o para persona para nombrar al momento del contrato

definitivo puede indicar como comprador a C, que se convierte entonces en parte de la

compraventa y propietario del bien.

La reserva de nombramiento a un tercero para que asuma la calidad de contratante

sustituyendo al estipulante opera en cualquier contrato típico o atípico, con las únicas

excepciones de los contratos en los cuales no esté permitida la representación o sea


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indispensable la determinación de los contratantes, casos en los cuales no procede la

reserva de nombramiento.

No es necesario que preexista una relación de representación (mandato sin

representación) entre el que hace la reserva de nombramiento y el tercero. El tercero a

nombrar puede ser de momento una persona desconocida para el estipulante. Por

ejemplo, alguien quiere comprar un bien para revenderlo obteniendo una ganancia; para

evitar los mayores gastos que implica la doble venta, celebra un contrato de

compraventa con reserva de nombrar, dentro del plazo de 15 días, a un tercero que

asuma la posición de comprador. Si dentro del plazo encuentra a un tercero que quiera

comprar el bien, hace el nombramiento, en caso contrario queda como comprador

definitivo.

Considerar la improcedencia de la reserva en los casos en que no es admitida la

representación, parecería tener su origen en otorgarle al contrato que contiene la

estipulación, la referida naturaleza. Lo que ocurriría, en este entendido, es que el

estipulante, con poder del tercero, celebra un contrato reservándose, precisamente, la

posibilidad de designarlo con posterioridad con el fin de que asuma sus derechos y

obligaciones.

Perfeccionado el contrato por persona a nombrar produce inmediatamente sus efectos

entre las partes, es decir, los efectos contractuales no quedan suspendidos hasta que

venza el plazo para el nombramiento.

El estipulante es parte del contrato, por tanto su incapacidad absoluta es causa de

nulidad del contrato; si su incapacidad es relativa o si ha actuado bajo los efectos del

error, dolo, violencia o intimidación, el contrato es anulable.


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Se puede considerar contrato por persona a nombrar, a todo contrato que incluya la

estipulación en cuestión. Por supuesto, esta afirmación no lleva consigo ningún afán

generalizador, sobre todo si consideramos que no todo contrato puede contener una

estipulación de esta naturaleza.

Como indicamos, el hecho que un negocio en particular se configure como un

contrato por persona a nombrar es accesorio. Lo principal es el tipo de contrato que se

está celebrando, sea una compraventa, una permuta, un arrendamiento, etc. La

estipulación "por persona a nombrar" estará sujeta al tipo de contrato ante el cual nos

encontremos. De esta manera, la posibilidad de incluir la referida figura estará

condicionada por la naturaleza del contrato al que se pretenda anexar.

Bajo esta premisa, será necesario evaluar la importancia de la fungibilidad del

estipulante, lo que nos lleva, finalmente, a ver si es posible que el uno llamado el

tercero, pueda reemplazarlo válidamente sin afectar la ejecución del contrato.

Precisamente, es la fungibilidad del estipulante la que nos lleva a cuestionarnos la

posibilidad de insertar la estipulación en aquellos contratos que, por su propia

naturaleza, deban ser ejecutados intuitu personae, ya que en estos son las

particularidades del contratante, su propia persona y sus atributos, las que son tomadas

en cuenta y determinan finalmente la celebración del contrato. En principio, por tanto, el

referido carácter y la posibilidad de establecer la cláusula son contradictorios. O se tiene

en cuenta lo uno o lo otro. Por supuesto, el pacto de la cláusula "por persona a nombrar"

determinaría que, para las partes (y principalmente para el acreedor), el carácter

personalísimo a tener en consideración en la etapa de cumplimiento obligacional no es

tan relevante.
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Curiosamente, lo primero que se debe decir del llamado contrato por persona a

nombrar es que no existe o, por lo menos, que no existe como un contrato independiente

cuyo objeto se limite a designar a un tercero y constituirlo en parte, sin hacer una

referencia concreta a un conjunto de derechos y obligaciones que serían, finalmente, la

fuente que justifica la existencia de la figura.

A pesar que el nomen iuris otorgado a la institución bajo análisis pareciera decir lo

contrario, es claro que el legislador ha pretendido referirse a una estipulación

contractual que se puede incluir en diversos contratos. Esta consistiría en la reserva del

derecho de designar a una tercera persona que asumiría todos los derechos y

obligaciones derivados del negocio, reserva que puede ser efectuada por una o por

ambas partes.

• Utilidad de la estipulación

Dado que las instituciones jurídicas son exclusivamente medios para facilitar la

interrelación social, deben contar con un determinado nivel de utilidad que justifique su

incorporación a un ordenamiento particular. De lo contrario, resultarían por demás

ociosas.

Precisamente, se ha justificado la inserción de esta figura en el Código Civil por

cuanto a una de las partes puede no interesarle necesariamente mantener dicho estatus,

por lo que se plantea la posibilidad de designar a una persona que asumirá sus derechos

y obligaciones. Asimismo, se entiende que la estipulación será útil en todos aquellos

casos en que el interesado real, el tercero, no desea aparecer como parte al momento de

celebrar el contrato, cuestión que se puede deber a las más diversas circunstancias

• Es posible celebrar cualquier contrato con la estipulación "por persona a

nombrar".
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Hemos mencionado que se puede considerar contrato por persona a nombrar, a todo

contrato que incluya la estipulación en cuestión. Por supuesto, esta afirmación no lleva

consigo ningún afán generalizador, sobre todo si consideramos que no todo contrato

puede contener una estipulación de esta naturaleza.

Como indicamos, el hecho que un negocio en particular se configure como un

contrato por persona a nombrar es accesorio. Lo principal es el tipo de contrato que se

está celebrando, sea una compraventa, una permuta, un arrendamiento, etc. La

estipulación "por persona a nombrar" estará sujeta al tipo de contrato ante el cual nos

encontremos. De esta manera, la posibilidad de incluir la referida figura estará

condicionada por la naturaleza del contrato al que se pretenda anexar.

1.2. DECLARACIÓN DE NOMBRAMIENTO

Art. 1474.- La declaración de nombramiento debe comunicarse a la otra parte

dentro de un plazo que no podrá exceder de veinte días, contados a partir de la fecha

de celebración del contrato.

La declaración de nombramiento no tiene efecto si no es acompañada de la

aceptación de la persona nombrada

La declaración de nombramiento es una declaración unilateral recepticia del

estipulante, quien debe comunicarla a la otra parte contratante, acompañando la

aceptación de la persona nombrada, dentro del plazo convenido o legal. En ese sentido,

son condiciones de eficacia del nombramiento:

a) Que se realice dentro del plazo previsto por las partes, el cual no podrá ser

mayor de veinte días. La ley tutela el interés de la contraparte de saber si el


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destinatario de los efectos del contrato es el estipulante o un tercero, lo que

lleva a establecer que dicho plazo es de caducidad.

b) El nombramiento no tiene efectos si no está acompañado de la aceptación de

la persona nombrada de asumir los efectos del contrato estipulado por otro. El

nombramiento tardío o el que no está acompañado de la aceptación del

nombrado no desplaza sobre estos los efectos contractuales. Si concurren

todos los requisitos de la eficacia del nombramiento, el nombrado adquiere

los derechos y contrae las obligaciones derivadas del acto jurídico desde el

momento en que fue celebrado.

El plazo convencional no puede superar el plazo máximo legal de veinte días fijado

por el art. 1474. La disposición de este artículo se justifica por la exigencia de hacer

desaparecer lo antes posible el estado de incertidumbre que hay con relación a que si el

estipulante permanece como contratante definitivo o es sustituido por un tercero por él

nombrado. Las partes pueden convenir en un plazo menos, pero no superando los veinte

días contados a partir de la fecha de celebración del contrato.

La comunicación de la declaración de nombramiento que no esté acompañada de la

aceptación de la persona nombrada es ineficaz.

Si la designación del tercero no se hace o se hace fuera del término convencional o

legal, la relación contractual se consolida en cabeza del estipulante. En todo caso, el

estipulante puede ceder su posición contractual.

La declaración de nombramiento del tercero hecha por el estipulante tiene el carácter

de recepticia en el sentido de que debe ser comunicada a la otra parte contratante, puesto

que esta tiene interés en conocer con quién vinculada mediante contrato, pero no en el

sentido de que la declaración de nombramiento requiera la aceptación del promitente.


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La otra parte (el promitente) no puede cuestionar el nombramiento hecho por el

estipulante, sin que medie una causa justificada.

Se considera que la declaración de nombramiento constituye un negocio jurídico

unilateral de carácter puro y simple plasmado por el estipulante que determina que

opere, con efecto retroactivo, la cesión de sus derechos y obligaciones al tercero

designado.

Se pretende que, una vez celebrado el contrato con la estipulación "por persona a

nombrar," el período de incertidumbre relativo a quién será el sujeto sobre el que

finalmente recaerán los efectos jurídicos del negocio dure el menor tiempo posible. En

este sentido, el legislador ha establecido un período limitado dentro del cual la otra parte

debe tomar conocimiento de la declaración de nombramiento. Nótese que, en la lógica

del Código no es relevante el momento en que se efectúa la declaración sino, más bien,

el momento en que esta es conocida por la contraparte.

De acuerdo a lo anterior, se ha considerado que la declaración en cuestión debe

comunicarse a la otra parte dentro de un plazo que no podrá exceder de veinte días

contados a partir de la fecha de celebración del contrato. Dada su naturaleza, se entiende

que el mencionado es un plazo de caducidad

La potestad de designar a un tercero para que asuma los derechos y obligaciones de

una de las partes es transferible, ya sea por acto inter vivos o mortis causa. Por supuesto,

en el primer caso, una vez transferida la potestad de designación, si el tercero (que

ostenta la referida potestad) no efectúa el nombramiento, los efectos del negocio se

mantendrán en la esfera jurídica del estipulante salvo que la transferencia en cuestión

haya sido parte de una cesión de posición contractual o se haya pactado en contrario

1.3. FORMAS
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Artículo 1475.- La declaración de nombramiento y la aceptación por la persona

nombrada deben revestir la misma forma que las partes hayan usado por el contrato,

aunque no esté prescrita por la ley.

Uno de los antecedentes normativos del art. 1475 es el art. 1403 del código civil

italiano, el que prescribe: “Art. 1403. Forma y publicidad. La declaración de

nombramiento y la procura o la aceptación de la persona nombrada no tendrían efectos

si no revistiesen la misma forma que las partes han usado para el contrato, aunque no

esté prescrita por la ley. Si en virtud del contrato se requiriese para determinados

efectos, también la declaración de nombramiento con indicación del acto de procura o la

aceptación de la persona nombrada”

La declaración de nombramiento y la aceptación por persona a nombrada integran el

contrato, de ahí que deben ser hechas en la misma forma que las partes han usado para

el contrato, aunque no esté prescrita por la ley.

Si el contrato en el que se ha incluido el pacto de reserva de nombramiento se ha

inscrito en los registros públicos (la inscripción es un régimen de publicidad), también

se debe inscribir el acto de la designación.

En este entendido, dependiendo de la naturaleza del contrato celebrado (en el que, de

manera accesoria, se incluya la estipulación "por persona a nombrar'), nos

encontraremos ante una forma u otra. Y esta puede ser el resultado de un mandato legal

que sanciona su inobservancia con nulidad, una formalidad establecida ad

solemnitatem, o producto del acuerdo de las partes, una formalidad establecida ad

probationem. Es esta forma, legal o convencional, el referente normativo.

Sin embargo, entendemos que no es la validez del contrato celebrado lo que se

encuentra en discusión. Así, la norma bajo comentario no establece un requisito


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adicional para la validez de llamado contrato por persona a nombrar. Se refiere a un

requisito de forma de dos declaraciones posteriores a este y que, aunque vinculadas al

mismo, pueden incluso no darse nunca sin que por esto quede mellada la validez del

mentado negocio.

1.4. EFECTOS DEL CONTRATO

Artículo 1476.- Si la declaración de nombramiento se hizo válidamente, la persona

nombrada asume los derechos y las obligaciones derivadas del contrato, con efecto

desde el momento de la celebración de este.

En caso contrario o cuando no se efectúa la declaración de nombramiento dentro

del plazo, el contrato produce efectos entre contratantes originarios.

El antecedente normativo del primer párrafo del art. 1476 es el art. 1404 del Código

civil italiano que dispone: “Art. 1404. Efectos de la declaración de nombramiento. Si la

declaración de nombramiento se hubiera hecho válidamente, la persona nombrada a

adquirirá los derechos y asumirá las obligaciones derivadas del contrato con efecto

desde el momento que fue estipulado”.

El antecedente normativo del segundo párrafo del art. 1476 es el art. 1405 del Código

civil italiano que dispone: “Art. 1405. Efectos de la falta de declaración de

nombramiento. Si la declaración de nombramiento no se hubiera hecho válidamente

dentro del término por la ley o por las partes, el contrato producirá sus efectos entre los

contratantes originarios.

Efectuada válidamente la declaración de nombramiento y comunicada por el

estipulante a la otra parte dentro del plazo convencional o legal, acompañando la

aceptación de la persona nombrada, ésta adquiere los derechos y las obligaciones.


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Celebrado un contrato con la estipulación "por persona a nombrar" y habiéndosele

otorgado al estipulante la facultad de designar a un tercero para que asuma sus derechos

y obligaciones, podemos encontramos ante diversos escenarios dependiendo de si el

mencionado ha efectuado la declaración de nombramiento o " no y, de haberla

efectuado, de si se lo hizo válidamente o no.

Queda por dilucidar lo que ocurre cuando el estipulante no ha efectuado ninguna

declaración de nombramiento dentro del plazo establecido o, efectuándola, esta sea

inválida. A estos casos se pueden sumar aquellos en que, aun cuando se haya efectuado

una declaración de nombramiento válida, el tercero no se haya pronunciado al respeto,

haya rechazado manifiestamente el nombramiento o, habiéndolo aceptado, su

declaración sea inválida.

La consecuencia ante la verificación de cualquiera de los casos mencionados es,

sencillamente, que el contrato seguirá surtiendo efectos entre las partes que

originalmente lo celebraron. Se entiende, así, consolidado el estatus del estipulante

como parte del contrato.

Se ha observado que la redacción de la norma en cuestión puede llevar a confusión

por cuanto podría entenderse que el contrato que contiene la estipulación "por persona a

nombrar" solo produciría efectos desde el momento de la invalidación de la declaración

de nombramiento o desde que vence el plazo para efectuar esta última. No es ocioso

reiterar, entonces, que en estos supuestos, al igual que en el caso de los otros

mencionados anteriormente, el contrato surte efectos desde el momento de su

celebración. Este es, finalmente, el sentido de la norma

2.- DE LAS ARRAS


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Cuando, en el momento de perfeccionamiento del contrato, una de las partes entrega

a la otra una suma de dinero o una cantidad de otras cosas, la dación puede cumplir

varias funciones; puede tratarse: a) de un pago a cuenta de la prestación debida; b) de

una garantía por el cumplimiento de las obligaciones que nacen del contrato; c) de una

cantidad que cumpla la función de indemnización por daños que puedan surgir como

consecuencia del incumplimiento; o, d) puede tratase de arras (del griego arrhas:

garantía), denominadas también seña o caparra.

No hay una definición que comprenda a todas las arras. El rasgo común que existe

entre ellas es que todas consisten en una dación; se perfeccionan in re. Consisten en una

cantidad de dinero o de otros objetos. “Los romanos tenían costumbre de dar por arras

un anillo”

Solamente califican como arras confirmatorias o de retractación las que se entregan

con la celebración del contrato o con posterioridad. Lo que se entregue en la etapa de

negociación de un contrato no constituye arras, sino pactos atípicos que no se regulan

por la normatividad que disciplina las arras, sino por lo que acuerdan las partes.

A continuación se explica la funcionalidad de cada una de ellas comprendidas en el

código:

a) Arras confirmatorias.- La principal función de las arras confirmatorias es que

sirven como señal de la celebración de un contrato o prueba de su

perfeccionamiento, siendo la suma (o el bien) entregada(o) un anticipo del

precio (pago), de ser el caso. De esta manera, las arras suponen un principio

de ejecución del contrato pues no solo demuestra su celebración, sino que

también demuestra que ya ha empezado a ser cumplido.


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b) Arras penales.- Las arras penales se pueden ubicar en una posición

intermedia entre las arras confirmatorias y las arras de retractación,

considerando nuestro Código Civil que son una especie de las arras

confirmatorias. No funcionan solamente como entrega de señalo de parte del

precio a cuenta, pero tampoco otorgan la posibilidad de liberarse de la

obligación. En ese sentido, podemos decir que las arras penales cumplen la

función de perderse (por quien las dio) o devolverlas dobladas (por quien las

recibió) en caso de incumplimiento.

c) Arras de retractación.- También llamadas penitenciales o de desistimiento,

permiten a las partes la posibilidad de desvincularse del contrato ya

perfeccionado, perdiendo la cantidad entregada o devolviendo el doble del

monto recibido. Nuestro Código Civil dedica el Título XIV de la Sección

Primera del Libro de las Fuentes de las Obligaciones a tratar este tipo de

arras, haciendo una clara distinción con relación a las arras confirmatorias y

penales, pues las refiere única exclusivamente a los contratos preparatorios.

2.1. ARRAS CONFIRMATORIAS

2.1.1. Concepto

Art. 1477. La entrega de arras confirmatorias importa la conclusión del contrato.

En caso de cumplimiento, quién recibió las arras las devolverá o las imputará sobre su

crédito, según la naturaleza de la prestación.

La entrega de la suma de dinero o de otros bienes por una de las partes a la otra en

título de arras confirmatorias es una prueba irrefutable de la celebración del contrato. En

caso de cumplimiento del contrato, salvo pacto en contrario, las arras deben ser

restituidas o imputadas a la prestación debida.


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Las arras (arrha) tienen, principalmente, una función confirmatoria. En la práctica de

los negocios, no hay duda que cualquier cosa que se entregue con la finalidad de

manifestar exteriormente el contrato tiene mucho significado para los contratantes.

“Dame una seña” es la frase que se escucha con frecuencia en el mundo de los negocios.

La entrega de arras confirmatorias es la prueba incontestable del perfeccionamiento del

contrato.

En caso de cumplimiento del contrato, hipótesis normal, el efecto de las arras

confirmatorias consiste en que quién las recibió, salvo pacto en contrario, las aplicará al

cumplimiento de la prestación a cargo de quien las entrego, pero si, por la naturaleza del

bien dado en arras, ello no fuera posible deben ser restituidas a quien las entregó. Por

ejemplo, si las arras consisten en dinero y el objeto de la prestación debida por el que las

entregó consiste también en una suma de dinero, las arras deben aplicarse como pago a

cuenta de la suma debida. Pero si, por ejemplo, las arras están constituidas por un juego

de muebles y lo que debe el que las dio es dinero, entonces las arras (juego de muebles)

deben ser restituidas.

En cuanto a la naturaleza del pacto por el cual se incorporan las arras en un contrato,

podemos decir que proviene del acuerdo de ambas partes contratantes, es de naturaleza

accesoria y tiene carácter real, porque se perfeccionan con la entrega de bien o bienes a

título de arras. No se excluye que, cada parte contratante entregue a la otra un bien a

título de arras.

2.1.2. Incumplimiento contractual

Art. 1478. Si la parte que hubiese entregado las arras no cumple la obligación por

causa imputable a ella, la otra parte puede dejar sin efecto el contrato conservando las
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arras. Si quién no cumplió es la parte que las ha recibido, la otra puede dejar sin efecto

el contrato y exigir el doble de las arras.

Las arras confirmatorias devienen en penales por incumplimiento de contrato.

Si se incumple el contrato, el efecto de las arras confirmatorias es perderlas o

devolverlas dobladas, según que el incumplimiento sea a causa imputable al que las

entregó o al que las recibió. Es decir, las arras que en un principio fueron confirmatorias

devienen a penales. La pérdida o devolución doblada de las arras es una sanción civil

para el contratante que ha incumplido el contrato y evita a la parte perjudicada con el

incumplimiento el tener que recurrir necesariamente a jueces o árbitros demandando el

cumplimiento o la resolución del contrato, más la indemnización de daños, con los

consiguientes gastos y pérdida de tiempo.

Frente al incumplimiento del contrato por una de las partes, la otra puede optar por:

1. Solicitar el incumplimiento del contrato y la indemnización de daños (art.

1428 y 1479)

2. Solicitar la resolución del contrato y la indemnización de daños (art. 1428 y

1479)

3. Deja sin efecto el contrato, conservando las arras si el que incumple es el

tradens, o exigiendo el doble de las arras si quién no cumplió es el accipiens

(art. 1478)

El acreedor puede optar arbitrariamente por cualquiera de estas tres alternativas. En

la tercera de estas alternativas, conforme al art. 1478, el mecanismo de las arras es

distinto, según que no cumpla el que las ha dado o la contraparte:


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i. Si incumple el que ha dado las arras, la contraparte tiene derecho a dejar sin

efecto el contrato quedándose con las arras; y

ii. Si incumple el que ha recibido las arras, la otra parte puede dejar sin efecto el

contrato y exigir el doble de arras. Como la norma del art. 1478, es de

carácter dispositivo, nada impide que las partes pacten para que el que dio las

arras puede exigir más o menos del doble de las arras.

En ambos casos, las arras desempeñan el papel de una indemnización

predeterminada, no requiriéndose de prueba al respecto, de modo que el acreedor no

podrá solicitar adicionalmente el pago de una indemnización por daños.

Se llaman arras penales porque conllevan la aplicación de una penal civil al que no

cumple con la obligación, como es el de perder las arras o devolverlas dobladas.

2.1.3. Ejecución o resolución de contrato

Art. 1479.- Si la parte que no ha cumplido la obligación prefiere demandar la

ejecución o la resolución del contrato, la indemnización de daños y perjuicios se regula

por las normas generales.

Si el acreedor, en vez de dejar sin efecto el contrato conservando las arras recibidas o

exigiendo el doble de las pagadas, opta por solicitar, a su elección, el cumplimiento o la

resolución del contrato con la indemnización de los daños efectivamente causados, las

arras pierden su función resarcitoria de daños, los que se regulan por las normas

generales, no por las relativas a las arras.

Señalamos el ejemplo más común: Juan compra un bien de Pedro y da diez mil soles

por concepto de arras. Sucesivamente Juan no quiere pagar el saldo del precio; Pedro,

ante el incumplimiento de la otra parte, puede dejar sin efecto el contrato reteniendo las
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arras, peor puede también demandar el cumplimiento o la resolución de contrato,

además del resarcimiento del daño según las normas generales.

Ahora, suponer que Pedro es el vendedor quien no quiere cumplir el contrato, ósea

no quiere entregar el bien vendido. Juan, en este caso, puede dejar sin efecto el contrato

por incumplimiento de la otra parte, exigiendo el pago del doble de las arras; pero si

prefiere, puede hacer valer sus derechos en vía judicial o arbitral, demandando el

cumplimiento del contrato por el incumplimiento de la otra parte y el resarcimiento por

daños.

2.2. ARRAS DE RETRACTACIÓN

2.2.1. Concepto

Art. 1480.- La entrega de las arras de retractación solo es válida en los contratos

preparatorios y concede a las partes el derecho de retractarse de ellos.

En términos generales, arra significa lo que se da en "señal", "manifestación",

"garantía" o "prueba", usualmente una cantidad de dinero u otro bien (mueble o

inmueble), que una de las partes entrega a la otra como testimonio del acuerdo

contractual. Con el devenir del tiempo las arras pasaron a convertirse en institución de

aseguramiento de derechos, al ser considerado como aquello que se da en prenda o

garantía de un contrato. Es precisamente este último matiz, al que se le conoce como

arra de retractación o penitencial, pues concede la facultad o potestad para arrepentirse

de la conclusión de un contrato, vale decir, que aquel que entrega las arras en calidad de

retractación, tiene el derecho de consumar íntegramente el contrato o arrepentirse del

mismo, siendo que en este último caso perderá aquello que haya entregado a la otra

parte, funcionando como una prima de castigo o multa, estipulada en beneficio de la

parte que se mantiene fiel a la obligación contractual.


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Las arras confirmatorias acreditan la celebración del contrato, lo vigorizan, impiden

que las partes se puedan arrepentir. Por el contrario, las arras de retractación,

denominadas en la doctrina arras penitenciales (arrha poenitentialis) o arras de

arrepentimiento o de arras de desistimiento, no confirman la celebración del contrato ni

aseguran su cumplimiento, sino, por el contrario, permiten retractarse del contrato

preparatorio, no cumplido, es decir, arrepentirse o desvincularse de la relación

contractual; en vez de reforzar, debilitan el contrato, mediante la posibilidad de

extinguirlo por el ejercicio del derecho de retractación.

Las arras de retractación no se entregan como seña de la celebración del contrato,

sino como retribución para que las partes adquieran el derecho de desistirse del contrato

preparatorio que han celebrado; constituyen el precio que se paga para tener el derecho

de retractarse, es decir, de separarse unilateralmente del contrato sin tener que dar

explicaciones. Con la entrega de las actas de retractación, las partes contratantes están

acordando que cualquiera de ellas puede decidirse alternativamente por cumplir o no

cumplir el contrato; tanto el cumplimiento como el incumplimiento del contrato

constituyen el ejercicio legítimo del derecho.

En el contrato de arras con retractación, es legítimo que cualquiera de las partes opte

por cumplir el contrato o por retractarse del mismo, de ahí es acertado que el Código

Civil peruano hable de arras de retractación en vez de arras penitenciales.

Las arras confirmatorias se pueden pactar en un contrato definitivo o en un contrato

preparatorio, en cambio, las de retractación solamente se pueden establecer en un

contrato preparatorio no ejecutado.

2.2.2. Alcances y efectos


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Art. 1481.- Si se retracta la parte que entrega las arras las pierde en provecho de

otro contratante.

Si se retracta quien recibe las arras, debe devolverlas dobladas al tiempo de

ejercitar el derecho.

En efecto de las arras de retractación cuando una de las partes contratantes opta por

retractarse es perderlas o devolverlas dobladas, salvo que las partes hayan convenido

efectos distintos, por ejemplo, que la pérdida sea solamente de parte de las arras o que la

devolución sea más o menos del doble.

La pérdida o devolución doblada de las arras no es una sanción, sino la

contraprestación que paga el contratante por ejercer su derecho previsto en el contrato y

en la ley.

Si las partes no han dispuesto lo contrario, el derecho de retractación puede ser

ejercitado tanto por el traddens como el accipiens. Cuando el que ejercita el derecho de

retractación es el que dio las arras deberá devolverlas dobladas. Es decir, la pérdida de

las arras o la devolución dobladas constituye la única contraprestación que paga quien

se retracta, cualquiera que sea el perjuicio sufrido por la otra parte como consecuencia

de la retractación.

Con las arras de retractación, los contratantes adquieren el derecho de escoger entre

el cumplimiento y la disolución del contrato. Si una de las partes contratantes opta por

ejercer su derecho contractual de retractación no está incumpliendo sino cumpliendo

con el contrato, razón por la que la otra no podrá exigirle el cumplimiento del contrato

ni la indemnización de daños por incumplimiento.


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En este escenario, el bien dado a título de arras de retractación lo pierde quien lo

entrega y se retracta; o lo tiene que devolver doblado, cuando el que se arrepiente es

quien lo recibió al momento de celebrarse el contrato preparatorio. En ambas

situaciones se habrá provocado la extinción de la relación jurídica obligacional.

• Efectos si se celebra el contrato definitivo

Si el contrato definitivo se celebra, esto es, no tiene ocurrencia el derecho de

retractarse, las arras penitenciales que hayan sido entregadas deberán ser devueltas o

pueden ser imputadas al crédito, según la naturaleza de la prestación. Las arras de

retractación se entregan al momento de celebrarse el contrato preparatorio o preliminar,

de tal forma que al otorgarse el contrato definitivo, el artículo 1483 del Código Civil,

obliga a devolverlas de inmediato. Alternativamente, a elección del contratante que las

recibió, se puede imputar sobre el crédito, es decir, que lo puede considerar como parte

de la prestación debida, si es que la naturaleza de la prestación lo admite.

• Efectos de las retractaciones recíprocas

Habrá que ponerse en el escenario en donde todas las partes contratantes desean

ejercer su derecho de retractación en la misma oportunidad. En primer lugar, tenemos

que quien las recibe y se retracta queda obligada a devolver el doble (segundo párrafo,

artículo 1481), y en segundo lugar, el que las entrega está penado con perder lo

transmitido (primer párrafo, artículo 1481). Entonces, si compensamos dichas

prestaciones tenemos como resultado que quien las recibe, deberá restituir el bien

originalmente pactado, generando un efecto parecido así se hubiera celebrado un mutuo

disenso.

2.2.3. Renuncia
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Art. 1482.- La parte que recibe las arras puede renunciar el derecho de

retractación.

Las arras de retractación permiten a ambas partes contratantes retractarse del contrato

celebrado: el que las dio, perdiéndolas en favor del que las recibió o el que las recibió,

devolviéndolas dobladas. Sin embargo, conforme al art. 1482, el contratante que recibe

las arras puede renunciar al derecho de retractación, en cuyo caso el único que puede

desligarse válidamente del contrato es el que dio las arras.

La norma permite que el contratante que recibe las arras pueda renunciar al derecho

de retractación, pero no permite la renuncia de tal derecho al que entrega las arras. Esto

debido a que el contrato preparatorio de opción, una de las partes queda vinculada a su

celebración de celebrar en un futuro un contrato definitivo y la otra tiene el derecho

exclusivo de celebrarlo o no (art. 1419). Por ejemplo, Pedro concede la opción de

compra de un bien a Juan, quién le entrega la suma de diez mil soles a título de arras de

retractación. Pedro puede renunciar al derecho de retractación, lo que significa lo que

mantendrá su opción de venta por el plazo convenido, con la posibilidad de dejarla sin

efecto. En cambio, conforme al art. 1482, el optante Juan, quién entregó las arras, no

puede renunciar a su derecho de retractarse porque se desnaturalizaría el contrato de

opción, pues quedaría obligado, de todos modos, a celebrar el contrato definitivo de

compraventa.

La renuncia al derecho de retractación puede constar del contrato o del pacto

posterior.

Evidentemente, la oportunidad para ejercer el derecho a retractación es hasta antes

del vencimiento del plazo dispuesto en el contrato preparatorio para la celebración de la


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relación contractual definitiva. No cabe renuncia a este derecho después de vencido

dicho plazo.

Si bien el pacto arral es de carácter real, no lo será necesariamente el ejercicio del

derecho de arrepentimiento, vale decir, que este opera con la sola manifestación de

retractación, sin requerirse, por ejemplo, la entrega del doble de lo recibido, en el caso

que quien se desiste es aquel que lo recibió.

En términos generales los derechos pueden ser materia de renuncia, expresa o tácita.

Así que se puede renunciar a los derechos ganados como consecuencia del

arrepentimiento del otro contratante (p.e. el doble de lo entregado), como también cabe

la renuncia al derecho de retractarse.

Sin embargo, llama la atención que el Código Civil regule únicamente la renuncia

del derecho a la retractación y no a otros derechos derivados de las arras penitenciales o

de arrepentimiento. No solo ello, sino que careciendo de amplitud, solo consagra la

renuncia al derecho de retractación para la parte que recibe las arras penitenciales,

obviando a la parte que las entrega.

3. DIFERENCIA ENTRE LAS DOS INSTITUTICONES: ARRAS

CONFIRMATORIAS Y ARRAS DE RETRACTACIÓN

• Las confirmatorias se entregan como seña de la celebración de contrato,

contrariamente las de retractación, denominadas también penitenciales o de

arrepentimiento, se entregan para adquirir el derecho de retractarse del contrato.

• Las arras confirmatorias vigorizan, refuerzan el contrato, en cambio, las de

retractación debilitan el contrato.


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• Las arras confirmatorias refuerzan la posición de la parte contratante que sufre el

incumplimiento de la parte contraria, al conferirle la posibilidad de: a) dejar sin efecto el

contrato reteniendo las arras recibidas o exigiendo el doble de las arras pagadas; o, b)

demandar la ejecución o la resolución del contrato con la indemnización de los daños

efectivamente causados.

• Las arras confirmatorias proceden en los contratos definitivos y en los

preparatorios, las de retractación solamente son válidas en los contratos preparatorios.

• Si el contrato se cumple, el que recibió las arras confirmatorias debe devolverlas o

imputarlas a su crédito, según la naturaleza de la prestación que se le debe; en cambio,

en caso de incumplimiento del contrato: si incumple el que las dio, las pierde en favor

del que las recibió, y si incumple el que las recibió, deberá devolverlas dobladas.

• Con las arras de retractación las partes quedan en libertad de cumplir o de

incumplir el contrato. Si una de las partes se retracta, o sea se arrepiente de celebrar el

contrato definitivo, la otra no puede forzarlo para que cumpla o exigirle el pago de

daños. El único efecto del incumplimiento del contrato preparatorio, mediante el

ejercicio legítimo del derecho de retractación, es la pérdida de las arras por quién las

entrego o su devolución dobladas por quién las recibió.


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3. CONCLUSIONES:

• Los contratos por persona a nombrar son un acuerdo por que la parte considerada

estipulante pondrá en reserva su facultad de nombramiento en una tercera persona sobre

la cual recaerán los derechos y obligaciones, siendo esto acordado para su conocimiento

y realización.

• Las arras son un mecanismo que cubre una obligación, siendo una garantía

materializada en la entrega de una suma de dinero o de una cosa, que será retenida hasta

su debido cumplimiento, entre ellas la confirmatoria que concede esta medida de

garantía y la retractación que solo es empleada en algunos contratos pero concede el

derecho de retractarse o rehusarse a recibir las arras.


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4. BIBLIOGRAFÍA:

Bibliografía
Gaceta Jurídica. (2011). CÓDIGO PROCESAL CIVIL
COMENTADO. Lima : Gaceta Jurídica.
Torrez Vásquez, A. (2012). TEORÍA GENERAL DEL
CONTRATO (Primera Edición ed., Vol. TOMO II). Lima,
Lima, Perú: Pacífico editores.

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