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¿Cristo revolucionario? ¿Socialista? Por favor...

Alberto Mansueti

Apunte sobre Juan Germán Roscio,

venezolano católico y liberal

El inmediatismo consume a la oposición, y es causa principal por la que el Presidente sigue en


su puesto. Chávez en cambio se ha trazado una visión de largo plazo, y le es fiel, con empeño
digno de mejor causa.

Cristo y los Chávez. Sus opositores no quieren temas que no sean de vuelo gallináceo. Y Chávez,
de firmes convicciones ideológicas, las transmite sin timidez: no deja pasar minuto sin lanzar
una rotunda expresión de su neocomunismo, como esa de rebajar a Jesucristo y presentarlo
como un revolucionario (“el primer socialista”, para algunos izquierdistas de muy atrevido
irrespeto.) Y al igual que su hermano Adán Chávez -uno de sus principales mentores-, afirma el
Presidente que el liberalismo es anticristiano.

Chávez se atreve incluso a corregir a Jesucristo. Lo repite siempre: allí donde Cristo manda
amar al prójimo como a uno mismo, Chávez le enmienda la plana al propio Salvador, y dice
“MÁS que a uno mismo”. Cae en esa muy generalizada confusión entre la ética cristiana,
realista en sentido filosófico, que no reniega del amor a sí mismo cuando es ordenado; y la
rigorista moral kantiana, que sí lo rechaza o condena.

¡Pero nadie le replica a Chávez! ¡Nadie dice nada! La oposición no puede. Reúne tan poca
inteligencia, que sólo le alcanza para supuestos tests probabilísticos, arrogantemente exhibidos
ante una opinión pública que no los entiende -ni tiene por qué entenderlos-; farragosos
escritos judiciales presentados a tribunales prevaricadores; quejosas y lamentables
reclamaciones a burócratas internacionales que ya ni quieren escucharlas; y sobre todo,
comicios locales presididos por un jurado electoral parcial. Todos recursos inefectivos. Pero
debate ideológico, confrontación de pensamiento ... ¡nada! Le deja libre a Chávez ese terreno,
para que siga adoctrinando.

Es muestra de la decadencia cultural e intelectual de nuestro país, fruto de al menos 5 o 6


décadas de educación hegemonizada por el socialismo, antes socialdemócrata (menchevique),
y ahora neocomunista (bolchevique). Los primeros fracasan, porque el socialismo no puede
introducirse democráticamente; y después llegan los segundos, más coherentes, con la
coacción y la violencia. Así el socialismo viene siempre en dos etapas: primero los
mencheviques minan y socavan los anticuerpos, las defensas sociales, tanto económicas como
espirituales; y luego los bolcheviques fagocitan una sociedad carente de sistema inmunitario,
inerme e indefensa, por empobrecimiento material, y mental también. No falla; y lo estamos
viendo a diario.

¿Y los cristianos? ¿Por qué callan? Pero lo que más indigna -al menos a uno como cristiano-, no
es el silencio de la oposición, sino el de las Iglesias y denominaciones cristianas, y sus líderes y
pastores. A todo cristiano debería repugnarle que ni una voz defienda a Jesucristo. Que Chávez
no sea refutado por un solo obispo o sacerdote católico, pastor protestante o evangélico. O por
un laico cristiano calificado, si el clero calla para no involucrarse en asuntos políticos, lo cual
sería respetable ¡y encomiable! ¿Por qué este silencio? Tres razones son imaginables:

1- Miedo. A eventuales represalias.

2- Conformidad. Mucho cristiano es socialista, y entonces está de acuerdo con Chávez. (i)

3- Ignorancia. Los pocos cristianos no socialistas, no saben qué contestar. Tiene que ver con el
ya apuntado decaimiento de la cultura.

Debe descartarse la primera razón. Chávez es de temer, por los daños a Venezuela, pero no en
el aspecto represivo -digámoslo, en su descargo-; al menos por ahora. Aún podría un dirigente
cristiano, sin correr riesgos mayores, señalarle al Presidente su error -no faltando los debidos
respetos a la persona y su investidura-, e ilustrar de paso a la opinión cristiana y al público
sobre el tópico, lo más necesario y urgente. (ii)

Conformidad y desconocimiento parece entonces que explican el silencio de tantos cristianos.


Pero no son razones de aceptar en Venezuela, ¡patria natal del Dr. Juan Germán Roscio!,
firmante y corredactor del Acta de la Independencia y de la Constitución de 1811, católico, y
liberal. (iii) Y autor de un excelente tratado bíblico sobre política: “El triunfo de la libertad sobre
el despotismo”, publicado en 1817 en EEUU, y en su momento obra de mucha circulación y
gran influencia fuera de Venezuela. El libro explica y demuestra que el liberalismo es cristiano
nada menos que por su origen, ya que la fuente más remota de esta corriente de pensamiento
es la Biblia.

¿Dice algo la Biblia sobre Gobierno? No es difícil responder a Chávez. Bastaría resumir unas
pocas proposiciones sobre la Biblia, condensadas de los 51 capítulos del libro de Roscio, de
modo actualizado a nuestro hoy en día. Para los cristianos de toda denominación y época, la
Biblia es Revelación escrita y Palabra inspirada de Dios. Son las escrituras hebreas y griegas,
Antiguo y Nuevo Testamento, dos colecciones de libros, algunos muy cortos. (iv) Ahora bien,
independientemente de la posición de Ud. en la materia ...
La Biblia es un documento ...

Que incluye orientación política.

1) abundante, reiterada y consistente. Pero más que nada en el Antiguo Testamento, que trae
la Constitución política y leyes que Dios entregó al pueblo hebreo a través de Moisés. La más
extensa de las dos grandes partes de la Biblia, enseña sistemáticamente que la economía, la
educación, y hasta el culto religioso, deben separarse del Gobierno o poder político, a cargo de
funciones meramente represivas, defensivas y judiciales. (v)

La Biblia manda el Gobierno limitado.

2) La preceptiva es muy clara, y opuesta frontalmente a toda forma de estatismo o Gobierno


ilimitado, y por tanto desordenado, abusivo e injusto. A través de los profetas y demás
escritores inspirados, se advierte a los hebreos que Dios rechaza el Gobierno ilimitado. Es
enseñanza constante de todos los libros -en algunos más larga y detenida que en otros-,
mediante normas, declaraciones, poemas, visiones o profecías, historias y episodios. La
obediencia debida a las autoridades no es ciega, sino que se condiciona a que ellas se
mantengan en sus justos límites.

Creyentes y liberales.

3) Como Roscio, muchísimos cristianos -de toda denominación o confesión-, y judíos, y


asimismo musulmanes, en diversos épocas y naciones, pensamos que esa normativa es
obligante para todo tiempo y lugar. Somos, por tanto, políticamente liberales, en el sentido que
el mundo solía dar a este vocablo: partidarios del Gobierno limitado. En este sentido puede
decirse que el liberalismo es muy antiguo; y lejos de empezar con Adam Smith, comienza,
digamos, con Moisés, 1200 años antes de Cristo. Moisés bien pudo haber sido el primer liberal,
pues la práctica de un Gobierno limitado era desconocida en el mundo antiguo, excepto en el
pueblo de Israel. En Atenas hubo democracia, que es Gobierno popular o electivo, no limitado.

El primer socialista.

4) Fue quizá el rey Acab, quien a sugerencia de su esposa Jezabel procedió a la expropiación de
la hacienda de Nabot, acto condenado por Dios mediante el profeta Elías (vi). El socialismo es
una forma de Gobierno ilimitado, así como los totalitarismos de las antiguas ciudades-Estado,
el imperialismo romano, el feudalismo avasallante, y la monarquía absoluta; y los liberales
creyentes, apoyados en bases bíblicas, nos oponemos a cualquiera forma de Gobierno
ilimitado.

La Biblia condena todo abuso de poder.

5) El estatismo es abuso de poder gubernamental, del Estado o estructuras de poder político.


Hay también clericalismo o abuso del poder sacerdotal; militarismo o abuso del poder armado;
guildismo o abuso del poder gremial. Las Escrituras hebreas también condenan estos otros
abusos de poder.

Cristo y el Nuevo Testamento. Jesucristo es la tercera persona trinitaria; su reino “no es de este
mundo”. Lo conocemos a través de los cuatro Evangelios. Es el Redentor, el Salvador. Esto Ud.
lo encuentra explicado más clara y largamente en las Epístolas de San Pablo. Ahora bien,
independientemente de la posición de Ud. en la materia ...

6) No busque orientación política en los Evangelios o en parte alguna del Nuevo Testamento
porque no la hay. Está en el Antiguo. Y no busque en las Escrituras griegas que Dios se
contradiga con lo establecido antes en asuntos de política y Gobierno. Jesús y sus Apóstoles no
desmienten a Moisés o a los otros profetas veterotestamentarios en esto; no hay libros,
capítulos o versículos neotestamentarios que nieguen o en algún grado morigeren la firme
oposición al estatismo u otro abuso de poder, o que manden obedecer ciega e
incondicionalmente a las autoridades.
7) Aunque hay varios textos del Nuevo Testamento que de una u otra forma confirman la
enseñanza política liberal del Antiguo.

Cielos y tierra.

8) Para el creyente, una cosa es lo concerniente a la Salvación eterna, y otra lo relativo al


Gobierno humano en esta tierra. Sobre lo primero hay un Plan de Salvación, divinamente
anticipado desde “antes de la fundación del mundo”, revelado al hombre por etapas; y la
“Buena Nueva” o Evangelio corresponde a esta materia. Pero en lo que hace a Gobierno
limitado, no hay novedad, y el consejo de Dios a las naciones es el mismo. Dios no cambia de
ideas.

No confundir moral con política.

9) Para esta vida, hay en el Nuevo Testamento enseñanzas y preceptos morales, abundantes, y
extensos. En narraciones, discursos, parábolas, cartas y otras referencias. Que indican p. ej. no
apegarse desmedida y desordenadamente a las riquezas, al poder, o a los goces de este
mundo. Los cristianos los tomamos por obligantes para nuestro comportamiento, como
normas morales. Pero, si bien para el creyente la política está sometida a la ética, estos
mandatos y consejos no son propiamente políticos.

10) Por ello, el tomar todas o alguna de tales directivas morales de los Evangelios -o de otros
escritos neotestamentarios- por expresiones favorables o legitimadoras del socialismo, es
cuando menos abuso de interpretación. Por no decir un insulto, una ofensa a la dignidad,
bondad, santidad y majestad de Dios, Quien no apoya ni justifica despotismo o totalitarismo
alguno. Como muy bien decía el Dr. Roscio.
¿Y en la historia del cristianismo? ¿Cómo ha sido interpretada la Biblia? El Dr. Roscio -hijo de
italiano (de Milán) y con un hermano sacerdote- sabía también dos cosas:

11) Que como la Biblia es Palabra de Dios para buena parte de la humanidad, por miles de años
ha sido interpretada abusiva y caprichosamente por muchos enemigos de la libertad, para
justificar sus tropelías. En Caracas, como estudiante de Derecho entre 1785 y 1797, supo Roscio
cómo la Biblia era malinterpretada por las autoridades -gubernativas, religiosas y académicas-,
para legitimar la monarquía española y sus abusos de poder. Y para deslegitimar la causa
independentista, que llegó a ser condenada por una Encíclica del Papa Pío VII, en 1816.
Igualmente hoy, la llamada “Teología de la Liberación” distorsiona los pasajes de la Santa
Escritura para legitimar el socialismo y aún el comunismo, y por consiguiente, condenar la
causa liberal.

12) Pero es la Biblia un texto. Y ser malinterpretado es desgracia que le puede ocurrir a
cualquier texto, siendo víctima y no culpable de las interpretaciones torcidas. Cada
interpretación incorrecta puede y debe ser refutada con la correcta, que en el caso de la Biblia
es a favor de la libertad; lo cual hizo cumplidamente el Dr. Roscio. La Biblia puede oponerse con
éxito a cualquier violación de la libertad, en toda época, y así ha ocurrido.

Un profesor de Derecho hispánico. Es sana doctrina bíblica que gobernantes y reyes lo son por
“derecho divino”, porque todo poder viene de Dios ... Pero precisamente por eso, todo poder
tiene límites. ¡Dios no concede poderes ilimitados! Y hasta el siglo XV inclusive, esa doctrina del
poder limitado se practicó, y con mucho éxito, en la península. Desde 1798 profesor de
legislación española pre-Indiana, Roscio estudió mucho el caso de las Españas visigoda, judía y
musulmana. Estas “tres culturas” convivieron pacíficamente, y por varios siglos -antes de la
Reconquista y al Descubrimiento-, gracias a la liberal legislación inspirada en las Sagradas
Escrituras.
Un intelectual activo y no limitado. Ejerció Roscio elevados cargos, antes, durante y después de
los sucesos de Abril de 1810, de los cuales fue alma e inspiración, según Andrés Bello. Muy
involucrado en actividades políticas -conspiratorias las primeras-, sufrió persecuciones,
afrentas, exilio y cárcel (de la cual se fugó). ¡Pero no por activo dejó de investigar y
documentarse, ni de pensar! Y sus discursos y escritos prueban que sus lecturas y estudios no
se limitaban a la Biblia y sus comentaristas. (vii)

Una formación liberal del XVIII. Los hermanos Roscio pertenecían a la primera generación de la
Independencia, como asimismo los hermanos Mendoza, Luis Ignacio el sacerdote, y Cristóbal,
el primer Presidente. En esa época todavía la gente culta leía la Biblia, a diferencia del siglo XIX.
Juan Germán era varios años mayor que p. ej. Simón Rodríguez, y mucho más instruido. Y es
cuestión de edades, y de la formación y cultura correspondientes; no de razas ni clases
sociales, porque los Roscio no eran precisamente mantuanos (viii). Pero eran intelectuales. Y en
aquellos años, los liberales católicos razonaban tanto o más que los ateos, deístas y agnósticos,
y éstos por su parte no habían emprendido la violenta lucha antirreligiosa de generaciones
posteriores. Cooperaban los liberales de diferentes persuasiones religiosas. En este ambiente la
Independencia fue posible como empresa política, de sólidas bases intelectuales, mucho antes
que su gesta militar. Todavía no había llegado esa contaminación de utilitarismo y demás
filosofías de la Ilustración, que con sus celos reformadores mal entendidos hizo al liberalismo
negar su principio fundamental de Gobierno limitado, confundió y dividió a sus partidarios, y
fue causa de todos sus ulteriores fracasos.

(i) La uniformidad es extrema: Gobierno y oposición se parecen como dos gotas de agua. Ahora
unos y otros esgrimen la tesis de que los varios alcaldes de Caracas deben ser todos de un
mismo color político para que puedan servir. ¡Más excusas para justificar problemas
irresueltos, que son irresolubles bajo el estatismo!
(ii) Para justificar su colectivismo, repite Chávez que “las personas somos mortales, y los
pueblos eternos”. Sin embargo, la verdad es lo contrario: lo más importante de la persona, el
alma espiritual, es individual, y convocada a compartir la vida eterna con Dios; mas no así los
pueblos. Aunque Chávez diga lo contrario, no existe esa tan mentada “alma colectiva” de los
pueblos.

(iii) Católico, y liberal, en política; no es igual a “católico liberal”, expresión que suele calificar a
un católico cuya teología y/o práctica es poco ortodoxa.

(iv) Y la Biblia es una sola, aunque las varias Iglesias cristianas (católica, ortodoxas, protestantes
y evangélicas) emplean distintas traducciones, no tan diferentes como se piensa, si bien
algunas ediciones incluyen unos pocos libros más que otras.

(v) Muy especialmente Deuteronomio 17:14-20 y cap. 8 del Primer libro de Reyes.

(vi) Primer libro de Reyes, cap. 21.

(vii) Según la doctrina cristiana, hay dos revelaciones de Dios al hombre: “Especial” es la Biblia;
y “General” es la revelación mediante el Universo creado y su contenido, la cual conocemos
por las leyes naturales -puestas por Dios-, que la ciencia descubre, incluyendo las de Economía,
Gobierno, y Derecho. En los escritos de Roscio hay muchas alusiones a esta doctrina de “las dos
revelaciones”, conforme a la cual la Sagrada Escritura y las ciencias son mutuamente
complementarias, y conviene estudiarlas en paralelo.

(viii) La mamá, Paula María -de La Victoria, Edo. Aragua-, era medio india. Por ese motivo Juan
Germán -ya graduado-, tuvo que litigar dos años “in causa sua” para ser admitido en el por
entonces muy exclusivo Colegio de Abogados de Caracas.

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