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CITA BIBLIOGRÁFICA:

JOUBERT, Josep. Lo necesario impureza del nuevo documental, pp. 19 - 26

La necesaria impureza dei nuevo documcnrai


L 'imaginotion est l'oei/ J, /'áme
Constatada, por tanto, la disolución de lo real en una apariencia de realidad, quedaba
dejar claro que esta apariencia tenía dueño y esto es lo que hacía público la noticia del
Joseph Joubert

s obvio que la realidad se degrada por momentos. Hace unos tres o cuatro años, Pentágono, lo que se queria dejar claro con la misma: la última palabra sobr� la verd_ad o la
E cuando apareció el fenómeno de "Gran Hennano" -haberle dado este nombre a falsedad de las noticias referentes a la realidad la iban a tener ellos, es decfr, no nosotros, cada
un programa de televisión indica hasta q�pu';;;Tactesmemoria y el cinismo se mezclan uno de nosotros, sino una agencia político-militar. No se trataba de crear incertidumbre, que
en la so�iedad contemporánea-¡, podía parecer que habíamos.tocado fondo. Pero faltaba siempre ayuda a pensar, sino de determinar, por el contrario. quién posee la autoridad, a
quizá el efecto rebote que pondría las cosas en su sitio, y éstese produjo tras el 11.de quién hay que acudir para poder saber si algo es o no es cierto, sí es o no es real. Vivianne
septiembre, cuando aparecieron noticias en los periódicos sobre la intención de!J,t'll!���? Forrester, en su libro El horror económico, indica que "el régimen real bajo el cual vivimos y a
de crear una agencia especializada en la difusión de noticias falsas, información que cuya autoridad estamos cada vez más sometidos no nos gobierna oficialmente sino que
sorprendía no tanto por su contenido, como por el hecho de que se decidiera hacerlo resuelve las configuraciones, el sustrato con los cuales los gobiernos deberán gobernarnos".
público. No creo que se haya calibrado lo suficiente el alcance de esta nueva situación.
Por un lado, pues, el míto de la transparencia re¡,resentacional que nos persigue desde Cabe preguntarse, pues, qué sentido tiene hablar de cine documental en un panorama
el Renacimiento culminaba en un dispositivo en el que �edío y mensaje se diluian en una como éste. La palabra documental proviene de documento, concepto que se refiere a los datos
mirada perperua y ensimismada, adherida al _espacio y al tiempo hasta convertirse en su
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fidedignos que son tapaces de pl'Oba,· algo, y tiene que ver con una detenninada mentalidad
misma piel: si Godard había dicho que el cine �ra la verdad veinticuatro veces po� segundo, que cree que lo real en su transcurso deja siempre una huella objetiva que conecta directamente
ahora se podía afirmar que la televisión era la verdad veinticuatro horas al día. Pero sin con la verdad, a través de un procedimiento epistemológico que se de�omija pr11eba, y q�e,
sujeto'enuhciador 'tampoco hay sujeto perceptor y, a la postre, tampoco hay realidad, por por lo tanto, basta con encontrar esa huella para restiruir la verdad de lo rea . Este �oncepto
lo que en i:odo caso, "Gran Hermano" venía a instaurar, a consolidar más bien, la era del de prneba, y en consecuencia el de documento necesario para probar algo, está diseminado
Simulacro anunciada por Baudrillard: la era de la copia que no tiene referente porque ella por todo el imaginario occidental, en multitud de apartados: el judicial, el cientifico, el médico,
misma se consti.tuye en referencia. el ético e incluso el coloquial "ipruébalo!". De ello se deduce la paradoja de q�e el cine
documental ha sido siempre un dispositivo para producir documentos, e� decir, pruebas." película de ficción como Rosetta de Jean-Pierre y Luc Dardenne, que es de ficción pero pretende
Paradoja, puesto que, estrictamente hablando, las pruebas, para ser fidedignas, deberían imitar las fonnas del cinéma vérité, muestra rodas ·sus contradicciones. No se trata, pues, de
destilarse d� la propia real.id ad sin intervención de ninguna clase: por ejemplo, ningún juez¡ apelar a los notorios montajes que realizó Flaherry para documentar aquello que ya no existia
aceptária tina pruéba confeccionada por la policía y menés aún si lo fuera porel delincuente., y que, por lo ramo, había que reconstruir, como ocurrió desde Nanuk a Hombres deAmn, sino
Que los do'cumentos son pruebas fidedignas es algo en lo que en el fondo se quiere cre�r. de constatar el hecho de que la idea de que es posiblé llegar y rodar, como qüien llega al lugar
pero en iealidad tod1 eJ mundo sabe que siempre hay alguieri que confecciona el documento: de un suceso y se limita a abrir los ojos para ver mejor, es más un deseo que una posibilidad
un notario, un médico, un sacerd!)te, un policía, un militar, un periodista, un fotógrafo, un real. Decidir algo tan simple como a qué distancia se coloca la cámara es urt factor de
cineasta, y que detrás de ellos se encuentra una ínstirución con sus reglas y tradiciones. intervención bastante detemiinante, no digamos ya establecer hacia .dónde enfocarla o qué
Básicamente, pues, los documentos, más que probar la realidad, se refieren y describen la encuadrar exactamente. Quizá cabría recurrir a André Bazin.para constatar con él que, en
instirución que los produce, e incluso, a través de sus trazos estilísticos más íntimos, al sujeto última instancia, la cámara es capaz de captar las relaciones espacio-temporales básicas que
que los ha confeccionado. se dan en una siruación cualquiera; en este sentido, la cámara documental captaría, por lo
Nos encontramos, pues, en un campo de minas y ya no cabe seguir andando en línea menos, una verdad esencial: la de que aquello que está sucediendo ante ella ha ocurrido
recta como si tal cosa, a pesar de que todavía..hay voces, inconscientes o malintencionadas, alguna vez en lo que se refiere a su estructum visual abstmda, al conjunto de acciones visibles
que nos instan a seguir haciéndolo. Creo que lo más conveniente es dejar de lado el concepto que p1men en escena esa siruación. Pero el problema es que lo mismo puede decirse de· una
de documental, ambiguo, inexacto e intelectualmente mermado, y adoptar, por el contrario, película de ficción: también en este caso la cámara captará relaciones espacio-temporales que
la acepción algo más sólida d�5L�,e,.:!!.f.o. r.raf1 para detenninar un tipo de cine que busca sus habrán sido .cierras, que habrán ocurrido de verdad ante ella, por mucho que antes hayan
materiales en la realidad en lugar de hacerlo en la ficción, es decir, que utiliza lo que ya existe sido simuladas por guionistas, decoradores, iluminadores, etc. En consecuencia, este postulado
en lugar de consouirlo para la cámara. sólo es válido si no tenemos en cuenta lo que ha sucedido ames de llegar con la cámara; es
Evidentemente, seguimos en peligro. lQue significa exactamente utilizar lo que ya existe? más, sólo es válido si no tenemos en cuenta lo que ocurre más allá del encuadre, donde en
,Significa que debemos plantar nuesrra cámara delante de una siruación detenninada. y un caso habrá técnicos y en el otro, gente mirando.
captar las imágenes sin intervenir? Éste es el posrulado esencial del documental clásico, pero La intuición de Bazin es, pues, cenera;como c.asi siempre. pero no nos sirve para delirrutar
hay que decir que pocos documentalistas han podido seguirlo al pie de la letra y que, en todo el alcance del cine de lo real, ya que lo existente no puede considerarse un segmento autónomo
caso, los esfuerzos se han acabado invirtiendo más en procurar dar la impresión de que se del que la cámara y el cineasta podrían apropiarse como si esruvieran buscando en los fondos
respetaba esta regla que en verdaderamente respetarla, como sucede en el cinéma vén'té y sus de un archivo donde los documentos dan la impresión·de ser fragmentos independientes
característicos efectos de realidad que colocaban al cine documental ante la misma cuestión unos de otros y capaces de tener senódo desde su aislamiento. No obstante, hay quien sigue
de la verosimilirud que interesa al cine de ficción; una confluencia que, por ejemplo, en una pensando que trabajar cinematográficamente con la realidad significa efectuar este proceso
La necuoria impurna dtl Jostph M. Ciisl1
nuevo document.a.l Domtnech

de fragm entación que pennite extraer del continuo de lo existente detenniriados segmentos películas de realidad como en películas de ficción, que apenas si nos damos cuenta de que
que de esta manera se convierten en documentos que luego se pretenden utilizar como su textura responde a un estricto punto de vista. Sin embargo, se trata de un punto de vista
_prueba. Pero ya hemos visto que este procedimiento esconde muchas cosas, entre otras, el retórico, tan bueno para un.roto como para un descosido: en ningún caso marca ninguna
hecho de que el documento fonna parte de una red de significados mucho más amplia que tendencia ni hacia lo real ni hacia lo ficticio, ni hacia lo verdadero ni h�cia lo falso. Entonces,
lo que su contendido deja entender y-el hecho de que el documento no es un fragmento de Yarda decide colocar su mano ante el objetivo y enlazar el índice con el pulgar para fonnar
naruraleza, sino un artefacto confeccionado ·por una institución y un sujeto: lim porta-mucho un círculo en el que caben exactamente los grandes camiones que circulan delante de ella por
que un individuo simule ante la cámara porque le pagan por ello, como OCl!ITe en el cine de la carretera. Se trata de un momento mágico. La transparencia del plano se diluye y se hace
ficción, o que lo haga porque así oculta algo que no quiere mostrar, como puede ocurrir en visible no sólo ese punto de vista de poca densidad que permaneda adormilado en la trastienda
el cine de lo real? Si al documentalista le interesa la verdad, lcómo puede ir más allá de estas de la representación, sino la propia mirada y la propia presencia de la cineasta en el plano,
simulaciones sin intervenir? Es más, ¿qué debe hacer en el caso de que sea consciente de que además de la materialidad óptica de la imagen que ahora establece una relación antinatural,
aquello que se le muestra es una ocultación o solamente una parte de la verdad? Y si interviene, pero relacionalmente verdadera, entre el tamaño de la mano y el del camión correspondiente.
si interpreta lo que ve y pone en escena lo que no puede verse pero es igualmente real, lpuede Pocas veces un gesto tan simple tiene tantas repercusiones. La mano de Agnes Yarda, su
seguir considerándose documentalista? gesto, desmorona no sólo todo el edificio de la representación occidental, que ya es decir,
Hablar de cine de lo real en lugar de referimos a documentales supone.sin embargo, un sino el propio dispositivo filmico y de paso el del cine documental.
paso en la dirección correcta, puesto que, por lo menos, al poner en evidencia todas las La cineasta francesa trabaja, pues, con lo real hasta las últimas consecuencias. No se
contradicciones de la antigua denominación, hemos dejado atrás el engaño y la serie de confonna con la versión óptica, y por tanto superficial; de la realidad, sino que pretende
malentendidos que la palabra "documental" arrastraba consigo. Ello nos ha de pennitir comprender lo real a iravés de sus implicaciones ópticas y visuales, que es muy distinto. Bill
trabajar con las manos más libres.. Rerrocedamos, sin embargo, a la pregunta que nos hacíamos NichoIs en su conocida taxonomía de las voces del documental, al establecer el desarrollo
al principio y veamos si estamos en condiciones de responderla niefor: ¿qué si_ gnifica veladamente· progresivo de las mismas, es decir, de la instancia enunciadora en los
exactamente trabajar con la realidad? documentales, se detenía en el denominado documental aurorreflexivo, es decir, aquel que
Agnes Yarda en su último filme, Les glaneurs et la glaneuse ("Los espigadores y la pretende resolver las contradicciones del cinéma vérité incorporando los dispositivos filmicos
espigadora"), que más que un documental es un film-�nsayo, nos �uestra un ejemplo.mtiy en la propia imagen del documental. Si el cinéma vérité mostraba la presenci2 de la cámara a
claro del alcance que puede tener esta decisión de trabajar con lo real. De hecho, la película través de las consecuencias de su intervención -movimientos bruscos.tomas la:gas e informes,
está plagada de eje�plos, pero escojo uno especialmente revelador. La cineasta viaja P?r una encuadres deséquilibrados, iluminación improvisada, etc.-, el documental autorrefl�vo.
autopista y la cámara capta, a través del parabrisas de su automóvil, los demás vehículos que por su pane, introducía la cámara en la propia escena. Pero lo cierto es que ello no basta para
circulan por la.misma. El plano es tan habitual, estamos _can acostumbrados a verlo tanto en desbaratar el dispositivo hipnótico que sie�pre destila la comunión directa con la realidad,
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como muestran los-reality shows que, como "Gran Hermano", mantienen a la audiencia ya que las elipsis cinematográficas dan forma a los sucesos, los moldean a rravés del flujo
·pegada a un televisor donde ininterrumpidamente se muestra el lento transcurrir de la temporal, lo que nos indica que los acontecimientos, como los fenómenos, pueden tener
banalidad más absoluta. No basta con mostrar la cámara, que tampoco tiene ningún pudor fonna, algo que la mayoría de cineastas, documentalistas y narradores olvida fáciLnente. Esca
en aparfcer como parte del -�spectáculo en la mayoría de megashows televisivos; no basta posible visibilidad formal de los acontecimientos y 'los fenómenos.hennana a ciertos cineasras _
porque en últi'.11 i�stancia est�s procedimie�tos de desve�amien�o, ��em�s de pro�ucir de lo ficticio con los cineastas de lo real.
_ 1
parado¡as del t1p codos -los gnegos son mentirosos, afirmo un gnego , es tan en realidad · En d siglo XIX, Baudelaire d�brió el nacimiento de una nueva sensibilidad en el aímulo
instalados aún en el viejo paradigma, es decir, en lo que podríamos denominar el fetichismo de sensaciones que podían obtenerse en las nuevas configu raciones urbanas y adjudicó la
de lo real, que arras era a los cineastas no sóio a la búsqueda de un objeto inexistente, sino a capacidad de detectarlas a una determinada _figura que surgía precisamente en aquel momento:
lijar el significado en una simple referencia; de la misma forma que un ferichista se comenta el dandi. Walter Benjamín, al pasar revista más tarde a la ciudad de París como capital del
con un pie o un zapato, ignorando el cuerpo y el alma de la persona deseada. siglo XIX, destacó dos fonnaciones oascendentales que anunciaban _el fururo. Por un lado, el
Lo real visible no puede ser nunca un fin, sino que debe ser siempre un punto de parrida. personaje deljlimeur, una suerte de sofisticado vagabundo que va recogiendo con indolencia
Agnes Yarda lo enciende perfectamente y así, en su film-ensayo, no sólo consnuye su objeto, esas impresiones que detectó Bauddaire y que, por lo tanto, es una prolonganción del dandi,
es decir, la realidad que quiere mostrar -una abstracción que podríamos denominar el acto y, por ocro, la aparición en la ciudad de los deriominados pasajes, primera semilla de los modernos
de espigar, en un sentido amplio-, sino que también compone los medios para representarlo. cencros comerciales, donde la realidad se reproduce artificialmente para el consumo directo. De
La cineasta francesa ha comprendido que al trabajar con lo real hayq ue ir fundamentalmente entrada es curioso ver cómo Agnes Yarda, a principios del siglo XXI, recoge los despojos de ese
en busca de gestos individuales y gestos sociales, y que éstos no se atrapan con la cámara arquetipo y nos lo presenta en la figura del espigador; que tiene en común con aquél el gesto
como si ésta fuera una caña de pescar, sino que se visualizan. Ha comprendido también que de recoger residuos delo real, sólo que en este caso los residuos no son los rutilantes destellos
para representar los gestos no basta con poner en funcionamiento la cámara o los demás de las nuevas ciudades, sino los detritus de la sociedad postindustrial, donde la realidad está
dispositivos filmicos y esperar a que haya suerte, sino que los gestos sólo se visualizan cuando· encerrada en los cencros comerciales.
se ordena, con lcis elementos reales, la ecuación que los determinará. Los gestos constituyen En el primer caso nos encontramos frente a lo que Isabelle Stengers denomina un tipo
el significado visual de la realidad, suponen la afloración de to.das las implicaciones de lo psico-social; en el segundo frente a una escrucrura psico-social. ¿cómo se manifiestan ambos?
visible en una fonnación detenninada. Son la puesta eri superficie del sentido de lo real. Por lCómo captarlos? Yarda nos revela una manera de establecer la existencia de un ripó psico­
ello, es can errónea la actuación que se conforma con _mostrar lo que no es más que una letra socíal a través de la estructura psico-social: no solamente hay que prestar atención a lo que
del alfabeto que compone el 'discurso de la realidad. La realidad, por el conrrario, hay que dicen los individuos -a través de la típica encrevista, esa lacra del documental, heredera del
escribirla vis�meme, conjuntando los elementos que c�nfiguran el gesto. Roben Bresson, reportaje televisivo-, sino que hay que ver también qué hacen los individuos, y así la cineasta
por ejemplo, es un verdadero maescro en la composición de estos gestos a través de las elipsis, se muestra más decidida a captar la actuación qe sus personajes que sus palabras: lo que
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La necesaria impureza del Joseph Ad. Cátala Documentaria


nuevo documental Domenech muestre Internacional de cine
dommenval de mujeres

ravés del flujo hacen en los campos, en los mercados, en los contenedores de basura de los supermercados, más en favor del mestizaje que de la pureza epistemológica, a pesar de que Espada pretenda
pueden tener etc. De este modo, mediante la suma de determinadas acciones se configura un gesto, que es interpretarlo en el sentido contrario. El mismo Joubert, por otra parte, también afirmaba
icilmente. Esta individual porque lo ejecuta un individuo y que es social porque ese individuo lo realiza a algo que pondría los pelos de punta a los realistas: "aquello que es ingenioso está muy cerca
ertos cineastas través, o dentro, de una estructura socialmente establecida que determinada las características de ser verdad".Arcadi Espada, y con él muchos más, se parapeta tras una idea de hecho social,
de ese gesto. Un gesto no es, pues, la imagen de una determinada acción, sino la visualización histórico, científico que, cuando menos, es inoperante: el problema es que todos ellos lo
id en el cúmulo cinematográfica, con todo lo que esto implica, del conjunto de acciones que configuran un hacen desde una postura moral que es asumible, aunque no pueda defenderse cómo lo hacen.
s y adjudicó la comportamiento individual y social: social-a través del individuo, individual a través de la El periodista apela, por ejemplo, al respetable historiador Eric Hobsbawm para constatar la
quel momento: estructuración social. Es- obvio que esta fenomenología no puede ser captada por un solidez de los hechos históricos ante la ambigüedad de las interpretaciones: "Roma venció
mo capital del documentalista tradicional que pretenda mantenerse a distancia y levantar acta de lo que y destruyó a Cartago en las guerras púnicas, y no viceversa", lo cual es como decir que esa
Por un lado, el sucede en los escasos límites que le permite el visor de la cámara y la superficie de los sucesos montaña que vemos ahí delante existe, algo que nadie niega, y pretender que esta evidencia
con indolencia que contempla. agota todo su significado. Que la transición española existió es un hecho histórico evidente,
don del dandi, Hoy en día, nos enfrentamos a fenomenologías que ya no pueden expresarse aunque no lo sea tanto si acabó o no con el franquismo: se han escrito infinidad de libros
e los modernos mecánicamente, mediante el fragmento, sino que precisan de una mentalidad distinta que sobre la transición sin ninguno nos acabe de dar el perfil definitivo de ese hecho histórico
imo directo. De sea capaz de conectar hechos diversos y de calibrar cómo se distribuye fluidamente el tan incontrovertible como las guerras pánicas. El problema está en otra parte, como indica
iespojos de ese significado en las configuraciones que surgen de esa interconexión. Hemos pasado de la Edgar Morin en unas certeras palabras sobre el cine de lo real: "hay dos formas de concebir
aquél el gesto epistemología del hecho a la del gesto. Pero no creamos que la transición es tan fácil. Por el cine de lo real . La primera es la de pretender dar a ver lo real. La segunda es la de plantearse
antes destellos ejemplo, desde el periodismo, tan cercano al documental tradicional, Arcadi Espada, en el problema de lo real. De la misma forma hay dos manera de concebir el cinérna vérité.
la realidad está algunas de las páginas de su último libro, Diarios, lanza una diatriba ante lo que él Considera La primera es la de pretender aportar la verdad. La segunda es la de plantearse el problema
insostenible posición de los que se empeñan en mezclar realidad y ficción, y afirma que "lo de la verdad". El problema de la verdad requiere una actitud más abierta hacia lo real que la
- omina un tipo primero que hay que decir de una verdad poética es que es falsa". Son palabras que hacen mera afirmación de la existencia de hechos objetivos.
Gestan ambos? pensar, pero que también revelan un cierto nerviosismo ante la disolución de la categoría de Actualmente están surgiendo multitud de dispositivos, literarios, cinematográficos,
un tipo psico- hecho, que a su vez desenmascara una actitud suspicaz ante el arte tan antigua como la que artísticos, que intentan afinar nuestras capacidades cognitivas pata adaptarlas a las
'nción a lo que sostenía Matón. Espada apela a un oscuro pensador francés y católico —características que complejidades de la nueva realidad. Cualquier instalación artística que combine vídeo, pintura,
11, heredera del reunía también el propio Bazin— de finales del XVIII para dar fundamento a sus argumentos escultura, sonido y escritura nos muestra una realidad mucho más dinámica y certera que
/así la cineasta á ntipoéticos: se trata de Joseph Joubert, quien afirmó que "muchos van hacia la verdad por la que nos ofrecía, por ejemplo, un retrato al óleo, donde aquélla había quedado inmovilizada
alabras: lo que los caminos de la poesía; yo llego a la poesía por los caminos de la verdad", lo cual dice mucho para siempre, pero también más cierta que la aparece en úna película clásica, en la que se
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pretendía ofrecer igualmente una realidad absoluta y sin dimensiones�Bs-pteeisamente en ofrece en cambio muchas más herramienras para trabajar con el significado de _la misma,
el n�evo documental, el documental que protagoniza el resurgimiento del medio y que herramientas capaces de mostrar los fenómenos complejos que están implícitos e� ella,
propone un cambio drástico en su co��pción, donde aparece la voluntad más enérgica de siempre que el cineasta se lo proponga. En caso contrario, el cineasta puede �ear tanto la
enfr�ntarse con esta realidad complej\il nuevo documental nos ofrece una renovada serie perdiz como cualquier periodista afiliado a la más anglosajona de las objetividades. Pero al
de propuescas que problematiz.an en su�io seno las relaciones enrre la realidad y la ficción, menos en ningún momento podrá pretender que está diciendo la Verdad (no podrá decirlo
a!� par que afna dispasitivos nuevos para enfrentamos a ellas. Estos docwnentales no son porque la propia estructura representativa que maneja. le desmentirá), es decir, no podrá
tanto documentales de la superficie de lá realidad, como del significado de la misma, y por añadir un grado más de ignominia y de engaño al hecho de por sí deplorable de mentir
tanto se convienen, cuando alcanzan el grado necesario de. radicalidad, en verdaderos films­ conscientemente.
ensayo, una categoría que va más allá de la frontera epistemológica que había establecido La férrea estructura del docwnenta! tradicional, que se ha ido diluyendo paulatinamente
Nichols en el documental �utorreflexivo. Lo hemos visto en la película de Agnes Varda, pero a lo largo de los años, aunque sin perder nunca una serie de ���en�";;, ha-;c�b;d�
también lo encontramos en filmes como el dejoaquim Jorda,Mones com lr:i Becley (Monos por dar paso, pues, a una constelación de estilos que.se centran más en el proceso de investigar
como Becky). cuya inaincada combinación de elementos reales, autobiográficos, históricos lo real que en ejercer de testimonio objetivo y ausente del proceso. Para lograrlo proponen
· y ficticios resulta mucho más efectiva, nos permite comprender muchas cosas más que cuatro un mestizaje de esttucruras representativas que terminan por.alumbrar un producto híbrido
películas distinras, enfrascadas cada una de ellas en su autistica especíalización. De la misma mu� potente que elq�e se desprendía de las acritudes purira�as y minimalistaG'on
manera, no es posi.ble negar -aunque haya quien lo niegue- que una novela como los films-ensayo, los diarios videográficos, las reflexiones visuales, etc., cuya textura es
Sold<1dos de Safomina de Javier Cercas, con su delicada mezcla de realidad y ficción, nos equivalente a la que se destila de las nuevas tecnologías, donde también impera la
permite comprender cierras aspectos de la guerra civil española imposibles de transmitir intertextualídad, la conexión hipertexrual y las expresiones polifacéticas. Pero el nuevo
mediante una fría crónica descriptiva. No se trata de sustituir la verdad objetiva por la documental no habría dado el salto definitivo hacia el cine de lo real, no se habría desprendido
ambigüedad cognitiva, sino de complementarla y, sobre todo, de poner de manifiesto los del todo del antiguo paradigma, a menos que hubiera incorporado en su estructura un
problemas que esconden los mecanismos sustentadores de la denominada verdad objetiva. elemer¡to que el-viejo documental,.siendo como era heredero del espíritu cíenrific� había
Con el mito de la objetividad en la mano se puede desinformar tanto como se quiera, y en olvidado prácticamente por completo; me refiero a l��:_n;ici�n �:.�.:�oc��nesJ
los telediarios abundan ejemplos de ello. También se puede desinformar mediante un film­ Cabe preguntarse, pues, si el documentalista puede o debe transmitir también las
ensayo, puesto que, a la pasrre, la relación entre verdad y mentira no es tanto retórica como emociones que envuelven cualquier acontecimiento. Es una pregunta que una vez formulada·
ética: un asunto de honestidad personal. Sin embargo, si el fetichismo de lo real que sustenta es irrecusable: podemos ignorar las emociones, siempre que ignoremos .la pregunta. Y el
la crónica supuestamente objetiva ofrece todas las garantias para la desinformación, puesto documental rradicional, como ramos otros dispositivos modernistas, ha ignorado ia pregunta
que oculta los dispositivos que la confonnan, un film-ensayo, un verdadero cine de la realidad, porque no había lugar para ella en el terreno epistemológico en el que aquél se aposentaba.

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La nece.snria impurua del Joseph M. Chala Doc:wnmtuia
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Apelar a las emociones es apelar a la subjetividad pura y dura, es apelar, en fin, a la ficción, En ella se encontraban también enormes estatuas que yacían r�tas y descontextualizadas,
al arte, es decir, apelar a todo aquello que no sólo está más allá de la ciencia, sino que se había m�estras visibles del delirio deificador, así como de su posterior desmantelamiento.
encuentra en esa zona a la que la mentalidad científica tradicional ha relegado siempre lo Era una impresionante colección degestos que traslucían un determinado imaginario, incluso
que no le interesa o no comprend�. es decir, los componentes emocionales de la realidad. una determinada locura, pero cuyos cadáveres destilaban también una cierta melancolía, que
Pero ¿cómo pcdemos hablar de una realidad completa sin las emociones que suscita? No no debe confundirse nunca con la nostalgia; emoción perfectamente posible en este caso,
importa que las emociones no puedan fijarse a la realidad con garantía; no importa que no aunque quizá menos susceptible de ser generalizada: sienten nostalgia los que toman partido
puedan establecerse tablas emocionales que relacionen estrictamente una situación con la por lo que ha desaparecido, mienttas que la melancolía es una fonna de captar emocionalmente
e�ón correspondiente (aunque la política de géneros, que también alcama al documental, los cambios y el paso del tiempo sobre la realidad. La nostalgia es un gesto indivi�ual; la
lo ha intentado con bastante éxito). No importa, porque la realidad -desde un eclipse de sol melancolía es social, en el sentido de que pertenece al imaginario contemporáneo (occidental)
a un protozoo moviéndose ante la lente de un microscopio- provoca emociones, y no digamos y hay que ir a buscarlo allí para trabajar con él. ¿Qué documental puede enfrentarsé con esta
una guerra o un despropósito político. Y ladónde van estas �mociones cuando se pretende intrincada f;íbrica si _lo único que pretende es captar sucesos, hechos, uno detrás de otro, y
captar la realidad sin intervenir, a distancia ("a dist.ancia" quiere decir por lo general desde dejarlos desfilar ante el espectador como estilizadas modelos en la pasarela de �n edulcorado
ninguna parte)? O dicho de manera más precisa, ¿qué realidad es esa que deja fuera la desfile de modas?
inmediata reacción que provoca en el que la observa (puesto que primero es la emoción y Las emociones también poseen su historia y cada una de ellas cristaliza en el talante más
después la razón)? adecuado para una época. El amor cortesano, estudiado por C. S. l.ajs: el deseo mimético
Recordemos la magnifica película de Theo Angelopoulos La mirada de Ulises. que René Girare! detectó en las obras de Shakespeare; el pensamiento abstracto, sin emociones.
Concretamente, esa secuencia admirable en la que una enorme estlltua de Lenin es transportada y desapasionado, del que nos habla Giedion y que ha caracterizado la modernidad; lo que
por el río. La gente se agolpa en las márgenes para verla pasar; algunos se arrodilla.n y se de
nos cuenta Feyerabend acerca la formación de una nueva idea del honor en Homero; la
santiguan, otros la co.ntemplan en silencio, estupefacros. El espectador se va dando cuenta indignación ante la injusticia, que no parece haber sido estudiada todavía, si bien se púede
de que está asistiendo al sepelio de un dios, cuya carcasa inerte surca cansinamente las aguas, afirmar que sin duda pertenece: generalmente hablando, al siglo XIX, como nos demuestran
y tiene la misma s�nsación que debió de experimentar Nietzsche cuando declaró que Dios novelas del talante de El Conde de Monteciisto de Dumas o Los miserables ie Hugo, y �uya
había muerto: un gran alivio, unido a una cierta tristeza. Creo que esta mezcolanza de .
plena efectividad llega prácticamente hasta la Segunda Guerra Mundial. La �sma melancolía.
emociones es muy contemporánea y se designa con un término bastante preciso: melancolía. tal como nos la describe Panofsky, también es un sentimiento que tiene s� historia ; sus
¿cómo captarla, o, mejor dicho, cómo representarla? Angelopoulos lo hace desde la-ficción. momentos álgidos. Sin embargo, algo distinto subyace en el rescate acrual de esta emoción.
Tiempo atrás tu� ocasión de asistir en el Centro de·C�tura Contemporánea de Barcelona La melancolía siempre ha estado relacionada con el conocimiento, aunque curiosamente no
a una exposición titulada Ttmn(,)ci, sobre la aborrecible dictadura albanesa de Enver Hoxha. con el conocimiento cienáfico moderno, que apartó de su seno toda subjetividad y, por tanto,
Documentarla Joseph M. Cátala La necesaria impurez.a dcl
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toda emoción. En cambio, ahora, cuando nos enfrentamos a una realidad que se difumina Marc Petit en su disputa con el realismo desde un encendido elogio a la ficci_ón: "rodo ese
en la distancia, decimos que nos invade una gran melancolía, un se.nrimiento de pérdida que, kitsch, esa nulidad exhibicionista, esa violencia de pacotilla, celebra el tt,iunf�·del realismo
a la vez que nos conforta, también nos produce una inquietante sensación de tristeza. burgués llevado al apogeo: cuando la idea misma de un mundo a representar, como la
Se trata de un sentimiento fronterizo que, como Jano, tiene al menos dos caras: una que institució� del Estado, se evapora para dar paso a lo 'natural' de la actividad bursátil". El
mira,al pasado y �era, alfururo. Es un sentimiento ambiguo, pero tremendamente fértil. Un verdadero cine de lo real" se involocra en la realidad para ponerla de manifiesto en codas sus
seritjmiento que pos mueve a la acción, pero que al tiempo nos preseiva de movimientos dimensiones, no como obj�pyo perfilado de una· vez por codas, sino como etapa en una
viólentos, drásti�os y definitivos. Un sentimiento que nos obliga a conocer íntimamente las conversación interminabl¿, El nuevo documental se enuncia, en resumen, desde una
cosas antes de_pmender modificarlas, que nos acfviene que aquello que dejamos atrás, por perturbadora mirada melant5Tica cuya caracteóstica fundamental reside en movemos a la
muy horroroso que sea, forma parre de nosotros mismos. Un sentimiento, en suma, acción, pero a una acción reflexiva y profunda. Hemos hablado de los últimos filmes deAgnes
absolutamente imprescindible para comprender una nueva realidad que está hecha con la Varda yJoaquimJ orda; pensemos rambién en Tren d.e sombras o En constrncción deJosé. Luis
amalgama de u�a realidad perdida y de otra realidad que aún no ha sido del codo encontrada. Guerín, en Diario deJohan van der Keuken o en D'Est de ChamalAkennan: en codos ellos
El documental contemporáneo se encuentra y. en sus momentos más lúcidos, se sitúa en hay una mirada melancólica que extrae del supuesto esplendor de lo real inquietantes
esta encrucijada. Como en el final de Les glaneurs et la glaheuse, cuando Agnes Varda, consecuencias, un magma importanúsimo que estaba ya allí pero que_no se va a manifiestar
inteivencionista entre las inreivenci�nistas; hace que saquen de los sótanos del museo de de manera automática, con tan sólo plantar la cámara frente a los hech1j. Dice Arcadi Espacia
Villefranche-sur-Saóne un oscuro cuadro de. Edmond Hédouin, Les glaneuse.s fi,yant l'orage. que un amigo le llamó la tarde del 11 de septiembre y exclamó angustiado que "Jo simbólico
La directora del museo y su ayudante llevan el cuadro al pario; el viento hace temblar la te_la estaba matando a lo real". Se trataba obviamente de un optimista, puesto que lo que estaba
que muestra a �spigadoras y tormentas, y la cámara lo capta todo, pero no a distancia, sino ocurri�ndo ¡quella tarde en todos los televisores del mundo era codo lo contrario: lo real, la
fonnandd pane del conjunto: es la penadora de un mómento que sin ella no existiría, obtusa tiranía de lo real, estaba matando a lo simbólico..Cuántos nuevos documentales no
compone un gesto que es absolucamenre melancólico y, precisamente a través de esta serán necesarios para recuperamos de este trance.
melancolia, se conviene.en fenómeno explicativo de infinidad de cosas. No deja de ser
paradójico que sea a través de una emocion como perdure el verdadero espíritu científico,
un espíritu que en sus momentos álgidos se ha movido más por la curiosidad y la voluntad Joscph M. Cátala Domenech
Profesor de Esrética de la imagen y de Dirección cinematográfica
didáctica que por el afán descupridor y el empeño normativo.
en la Universidad Autónoma de Barcelona y coordinador del Máster
Hemos completad�. pues, �rfil del nuevo documental, un doCl!Jllenral que se interesa de Documental Creativo que se i"mparte en esa universidad.
por el significado de la realidad, que es de textura hibrida, que problematiza lo real desde lo
• ficticio y lo ficticio desde lo real; un cirie documental, en fin, que hace suyas las palabras de

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