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“INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO DE IMMANUEL KANT”

MARCELO ZÚÑIGA CRUZ

Kant es considerado como uno de los filósofos más importantes de la historia


del pensamiento. Kant fue un defensor de la ilustración, una corriente del
pensamiento que criticaba la mentalidad del antiguo régimen y pretendía que el
hombre asumiera la autonomía en todos los ámbitos de su vida sin coacción alguna.
Según Kant, el hombre tiene una herramienta básica que lo hace distinto a todos, y
es la razón, a través de la cual éste puede salir de su minoría de edad, entendida
como su culposa incapacidad de servirse de la propia razón. Afirma que debemos
tener el coraje de pensar por nosotros mismos, lo cual queda expresado en el
famoso apotegma “sapere aude”.

Partiendo de esos principios Kant planteó su teoría. Según él, la filosofía debe
dar respuestas a tres preguntas fundamentales:

(1) ¿Qué puedo saber?


(2) ¿Qué debo hacer?
(3) ¿Qué puedo esperar?

Estas tres preguntas se pueden reducir a una cuestión antropológica mucho


más sustancial: ¿qué es el hombre? Para estudiar todos estos elementos Kant
escribió su obra filosófica, entre las cuales destacan: La crítica de la razón pura, La
crítica de la razón práctica y, La crítica del juicio. Cada uno de estos libros es una
respuesta a las preguntas planteadas. En La crítica de la razón pura analiza la
cuestión de la posibilidad y los límites de nuestro conocimiento. En La crítica de la
razón práctica trata temas éticos. Y finalmente, en La crítica del juicio desarrollará
cuestiones relacionadas con la religión, Dios y la metafísica.

Teoría epistemológica de Kant

Con respecto a la teoría del conocimiento, básicamente se puede hablar de


dos motivaciones que lo condujeron a construir su teoría. En primer lugar, Kant
recibió una educación exclusivamente racionalista pero, según él, el exceso de

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confianza en la razón había conducido al racionalismo al dogmatismo, de hecho,
nos explica, que fue la lectura de David Hume, el máximo exponente del empirismo
británico, el que lo hizo despertar de su sueño dogmático y lo impulsó a escribir.
Con esta doble perspectiva, Kant pudo ver que las dos orientaciones tenían sus
problemas porque la conclusión del empirismo extremo de Hume implicaba el
escepticismo, del cual Kant jamás será partidario. Frente a estas corrientes, Kant,
adoptó posiciones alternativas. Frente al racionalismo y al empirismo adoptó una
posición criticista (filosofía crítica) y, frente al dogmatismo y al escepticismo adoptó
una posición apriorística. De acuerdo con estas posiciones adoptó su método de
conocimiento, que denominó “método trascendental”, que lo explica como un giro
copernicano. Según él, las teorías del conocimiento estaban centradas en el objeto
de conocimiento y su pregunta básica era ¿qué conocemos? Pero Kant desplaza el
interés del objeto hacia el sujeto. En este momento la pregunta cambia, porque lo
que interesa saber es ¿qué necesita el sujeto para convertirse en sujeto de
conocimiento? O, en otras palabras, ¿qué necesita el sujeto para poder conocer?
Kant estaba convencido de la posibilidad del conocimiento y de la ciencia, pero tenía
que demostrarlo.

Como la ciencia se expresa en sus teorías en forma de juicio, lo que hace


falta es realizar una revisión previa de las clases de juicio. Tradicionalmente se han
distinguido cuatro clases de juicios:

(1) Juicios a priori.


(2) Juicios a posteriori.
(3) Juicios analíticos.
(4) Juicios sintéticos.

Los juicios a priori son aquellos cuya verdad no depende de la experiencia,


por ejemplo, al afirmar “el cuadrado de la hipotenusa es la suma de los cuadrados
del cateto opuesto y del cateto adyacente en un triángulo rectángulo” no requerimos
de la experiencia para demostrar que dicha frase es verdadera. Los juicios a
posteriori, en cambio, son empíricos pues su verdad depende de la experiencia, por
ejemplo, para conocer la veracidad o falsedad de la siguiente frase es menester

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recurrir a la empírea o la experiencia en aras de comprobar su verdad: “el actual rey
de España es calvo” o “el perro de Juan Carlos es de color blanco”. Los juicios
analíticos son los que el predicado ya está incluido en el sujeto de manera implícita
y, por ende, son juicios explicativos dado que no añaden ningún contenido nuevo al
sujeto, como por ejemplo al afirmar que los triángulos tienen tres lados. Y, por último,
Los juicios sintéticos son aquellos en el que el predicado no está incluido en el sujeto
y, por lo tanto, son juicios informativos o extensivos, porque el predicado añade
información nueva al sujeto, por ejemplo, “todos los cuerpos son pesados”.

Los filósofos anteriores a Kant habían relacionado, por un lado, los juicios a
priori con los analíticos, ya que, los dos tipos de juicio son universalmente válidos,
y, por otro lado, relacionaron los juicios a posteriori con los sintéticos, ya que aportan
información. Aquí Kant introduce un cambio, pues los juicios científicos deben ser
universalmente válidos y extensivos. La ciencia ha de permitirnos ampliar nuestro
conocimiento de una forma segura, por esta razón, los tipos de juicios por los cuales
se interesará Kant, serán los juicios sintéticos y a priori. A partir de esto Kant analiza
el acto de conocimiento. Según él hay tres facultades aplicadas en el acto de
conocimiento: (1) la sensibilidad, (2) el entendimiento y (3) la razón. Aunque cuando
conocemos las utilizamos de forma conjunta, Kant las estudia de forma separada y
dedica un apartado de La crítica de la razón pura a cada una de ellas.

El apartado de la sensibilidad corresponde a la estética trascendental, el del


entendimiento a la analítica trascendental y el de la razón a la dialéctica
trascendental. Como de lo que se trata es de analizar la posibilidad del conocimiento
y de la verdad de la ciencia, lo que tenemos que hacer es preguntarnos por la
posibilidad de los juicios sintéticos a priori en las diversas disciplinas científicas. Así
Kant reformula la pregunta inicial: ¿Son posibles los juicios sintéticos a priori en
matemáticas en el análisis de la sensibilidad? ¿Son posibles los juicios sintéticos a
priori en física en el análisis del entendimiento? ¿Son posibles los juicios sintéticos
a priori en metafísica en el análisis de la razón? Veamos como los desarrolla:

La estética se ocupa de la sensibilidad que es la capacidad de recibir


representaciones. Es una facultad meramente receptiva. ¿Qué es lo que hace que

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la sensibilidad actúe? ¿Qué necesitamos para que una cosa sea percibida? La
respuesta a ello es que necesitamos que la cosa esté situada en un espacio y en
un tiempo. Cualquier sensación se da en un espacio y en un tiempo determinado.
El espacio y el tiempo son las estructuras que hacen posible tener cualquier
impresión, sensación o experiencia, y no podemos conocer nada fuera de estas. Es
por lo anterior que Kant dirá que son las formas puras de la sensibilidad. Aunque
humanamente es imposible conocer sin estas formas, nos podemos imaginar otra
realidad: la realidad en sí, y este tipo de realidad es lo que Kant denomina
“noúmeno” que por definición es incognoscible. Así los juicios sintéticos a priori en
matemática son posibles porque se basan en el orden que el espacio y el tiempo
proporcionan al noúmeno. La pregunta se responde afirmativamente. Kant nos dirá
que las matemáticas son esencialmente geometría y aritmética y el espacio
posibilita la geometría y el tiempo la aritmética.

Una vez identificadas las primeras estructuras a priori del conocimiento, Kant
continúa en la analítica trascendental. La suma del noúmeno y las formas a priori
de la sensibilidad producen lo que Kant llama “fenómeno” que es lo que percibimos,
pero nuestro conocimiento no se limita sólo a la percepción, y necesitamos clasificar
a las sensaciones para que sean inteligibles o comprensibles y esto es el trabajo
del entendimiento. Kant nos dirá que el entendimiento ordena os datos de la
sensibilidad a través de las categorías, y las categorías son los conceptos puros,
vacíos de contenido empírico. Son las maneras que tiene el entendimiento de
organizar los fenómenos. Un ejemplo de ello es la categoría de la causalidad que
nos ayuda a entender que cualquier fenómeno que percibamos tiene una causa.
Otro ejemplo es la categoría de sustancia que nos ayuda a clasificar la realidad
percibida de forma que podamos distinguir las cosas y sus características. Kant nos
dirá que en total hay 12 categorías distintas y todos son conceptos a priori del
entendimiento y eso significa que no son perceptibles. Es en este momento en
donde Kant critica el empirismo radical de Hume pues el conocimiento para Kant
comienza con la experiencia, pero no todos los elementos que participan en nuestro
conocimiento provienen de la experiencia. Con este análisis Kant invalida las críticas
de Hume al principio de causalidad y de sustancia. Vuelve a responder de forma

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positiva a la pregunta de la analítica trascendental: ¿son posibles los juicios
sintéticos a priori en física? Sí son posibles y esto valida a la física como ciencia ya
que esta se preocupa de explicar el origen y las causas de los diferentes fenómenos.

Finalmente, en la dialéctica trascendental examina la razón humana. Esta


vez Kant responderá negativamente a la pregunta planteada: no son posibles los
juicios sintéticos a priori en metafísica, veamos porqué. El entendimiento produce
categorías, y la razón, lo que hace es producir ideas, pero ¿qué clase de ideas?
Básicamente tres:

(1) La idea de alma


(2) La idea de Dios
(3) La idea de mundo

La razón crea estos tipos de ideas, porque tiende a buscar lo incondicionado,


el problema es que no contienen nada empírico, y es por eso que la metafísica no
puede ser considerada una ciencia. Si la razón intenta dar un uso constitutivo a
estas ideas, entonces es cuando aparecen las ilusiones. Y ¿qué función tienen las
ideas de la razón? Kant dirá que su función es regular el conocimiento. Las ideas
sirven como modelo para que nos sigamos preguntando, pero en ningún caso
pueden constituir ellas mismas un conocimiento en sí, es por eso que nunca pueden
tener un uso constitutivo, sino que sólo regulativo.

Así en la conclusión del análisis del conocimiento, Kant, señala los límites de
la razón, por eso en La crítica de la razón práctica nos dice que ha tenido que
suprimido el saber para dejar sitio a la fe. Para comprender más esto último
debemos entrar en la teoría ética de Kant.

Cuadro resumen
¿Son posibles los juicios sintéticos a priori en …?
Método Sujeto/objeto Juicio sintético Juicio a priori
Estética Sensibilidad Noúmeno Espacio/ … matemática?
trascendental tiempo
Analítica Entendimiento Fenómeno Categorías … física?
trascendental
Dialéctica Razón Vacío Ideas … metafísica?
trascendental

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Teoría ética de Kant.

Kant pretende encontrar un referente moral racional, pues quiere formular


una ética universal y para hacerlo parte de unos principios: las ideas que no podían
constituir un conocimiento en la razón pura son, paradójicamente, postulados de la
razón práctica. Para construir su teoría ética, Kant establece estos principios:

(1) La existencia de un alma inmortal.


(2) La existencia de Dios.
(3) La existencia de libertad en el mundo, ya que, sin libertad la moral es
imposible en el mundo.

De acuerdo con estos principios, Kant hará una serie de distinciones. Por un
lado, distingue las éticas autónomas de las heterónomas. La característica principal
de las autónomas es que son éticas libres, en cambio, las éticas heterónomas
buscan el motivo de la voluntad en una cosa externa a esta, como por ejemplo una
definición del bien, o la felicidad.

Por otro lado, también nos dirá que no es lo mismo actuar por deber que
hacerlo conforme al deber. Para Kant sólo tienen valor moral los actos que se hacen
por deber por esto nos dirá que una voluntad que actúa por deber es una voluntad
buena, pues cuando actuamos por deber no perseguimos ningún interés particular,
en cambio, cuando actuamos conforme al deber lo hacemos movidos por nuestros
propios intereses.

Actuar por deber es la necesidad de actuar por reverencia a la ley moral y


esta ley se expresa en forma de imperativos, es lo que Kant llama el imperativo
categórico. El imperativo categórico también se debe distinguir de otros tipos de
imperativos, como el imperativo hipotético. Este último nos invita a actuar para
alcanzar una finalidad X, es decir, actuamos para recibir un premio o evitar un
castigo, en cambio, el imperativo categórico es un principio objetivo que nos da una
pauta de conducta basada en principios como la universalidad y la humanidad. El
imperativo categórico nos dice que actuemos como creemos que tendría que

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hacerlo todo el mundo: “obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer
que al mismo tiempo se convierta en ley universal”.

El imperativo categórico es incondicionado porque la voluntad moral no


puede estar condicionada por nada. La ética autónoma nos dice cómo debemos
comportarnos o cómo debemos actuar, mientras que la ética heterónoma especifica
qué tenemos que hacer, pues buscan el origen de la voluntad en algo externo (la
virtud, la felicidad, el placer, etc.) y, por tanto, no merecen la catalogación de
morales.

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