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> de sus cuadros sean referencias Reflexión

ESPACIOS

Espacios
al paisaje de su Suiza natal, como
las montañas piramidales del Mon-

El arte de pasear
ch o el Niesen, los lagos de Thoune
o Leman, la secuencias montaño-
sas del paraje de Ginebra, las dispo-
siciones rítmicas del juego de las
nubes. En las composiciones con fi-
guras ese orden simétrico y repeti-
tivo se manifiesta aún con más cla-
ridad, puesto que la simetría se rea- JOAN NOGUÉ
liza alrededor de un eje compues- Viajar y pasear no es exactamente
to de un grupo de dos personajes, lo mismo. El viaje suele implicar
como en La noche, o en grupos rít- no sólo el desplazamiento a una
Miércoles, 30 enero 2008

micos como Los cansados de vivir. cierta distancia a través de cual-


El dibujo y el color, junto al prin- quier medio de transporte, sino
cipio de composición, son los otros también un mínimo de logística y
valores plásticos que permiten a preparación tendentes a reducir
Hodler profundizar en el orden en lo posible los inevitables impre-
subyacente de la naturaleza y que vistos. El paseo, en cambio, se sue-
le realizar a pie o, a veces, en un
El artista transita desde medio de transporte de velocidad
muy limitada (a caballo o en bici- Mujer paseando en un túnel
un simbolismo de © PETE LEONARD/ZEFA/CORBIS
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cleta, por ejemplo) y, en él, uno no


perfil clasicista se aleja demasiado del punto de jado el paseo y su historia en un se- sus paisajes o, dicho de otra mane-
partida inicial. Se puede pasear en gundo nivel, olvidando demasiado ra, entre el acto de pasear y el com-
hasta el umbral entornos familiares o en espacios a menudo que la experiencia geo- plejo proceso de aprehensión del
de la abstracción desconocidos, pero en ninguno de gráfica –y paisajera– de la moderni- entorno por parte del individuo. El
los dos casos se asocia el paseo a dad está también estrechamente li- paseo se convierte entonces –y por
se manifiesta a través de la pintu- riesgo alguno. gada al paseo, como se puso de ma- primera vez– en un objeto de re-
ra: el dibujo permite fijar las ideas Se ha escrito muchísimo sobre nifiesto en las excelentes jornadas flexión filosófica y ello incidirá, sin
y combinarlas porque lo que im- la historia del viaje y de los viaje- sobre Paseantes, viaxeiros e pai- ningún género de dudas, en una
porta del dibujo es la línea y su mo- ros, hasta el punto que los denomi- saxes celebradas hace unos meses nueva forma de relacionarse con el
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vimiento (semejante a la línea in- nados libros de viaje, capaces de cu- en el Centro Galego de Arte Con- territorio y de vincularse con sus
tensa y autónoma de Gauguin), brir metros lineales de estanterías temporánea, en Santiago de Com- paisajes, ya sean urbanos o rurales,
que sugiere el volumen y el espa- en librerías y bibliotecas, represen- postela, y cuyas ponencias se aca- una relación monopolizada hasta
cio. El color se ajusta y se engasta tan un género literario con mayús- ban de publicar en un magnífico aquel momento por el modelo pau-
en el dibujo, a las líneas y a las for- culas. Nadie discute a estas alturas volumen coordinado por María tado por las representaciones pic-
mas y está al servicio de la línea y la enorme relevancia del viaje en el Luisa Sobrino Manzanares y Fede- tóricas del paisaje.
de la forma y les ofrece substancia proceso de adquisición de una con- rico López Silvestre. Este renovado interés por el pa-
plástica y materia pictórica, tan ciencia geográfica del mundo. Sin A finales del siglo XVIII apare- seo da lugar, por aquellos años, a la
próximo a la vibración de Rothko. embargo, esta preeminencia del cen los primeros intentos de esta- publicación de la obra Las ensoña-
Estos valores plásticos defendi- viaje, imbuido aún hoy de una cier- blecer una relación teórica y prácti- ciones del paseante solitario
dos con vehemencia por Hodler ta aureola mítico-legendaria, ha de- ca entre el paseo y el territorio y (1776-1778), de Jean-Jacques Rous-
fueron reconocidos muy pronto
(1911) por Vassily Kandinsky que
en su obra De lo espiritual en el arte
exponía “las tendencias constructi-
vas en pintura” y reconocía en Cé-
zanne y en Hodler “las composicio-
nes melódicas que tienen el nom-
bre de rítmicas. Éste fue en pintu-
ra el punto de partida del renaci-
miento de la composición”. A par-
tir de los análisis de Kandinsky, Fri-
tz Bürger, pintor e historiador del
arte, publicó en 1913 una reflexión
sobre el arte de su tiempo Cézanne
y Hodler donde marcaba las dife-
rencias entre ellos, en el contexto
del fauvismo, el cubismo y el expre-
sionismo alemán. Mühlestein, Sch-
midt, Haftmann, Hofmann, Benes-
ch han situado a Hodler en el cen-
tro de sus análisis sobre la autono-
mía de la obra de arte que obedece
exclusivamente a sus propias le-
yes. En 1975 Robert Rosenblum ex-
puso la tesis de un simbolismo mís-
tico en el arte moderno que ocupa-
ba de Caspar David Friedrich a
Rothko. En este marco tan amplio
Hodler ocupa un lugar muy impor-
tante junto a Edgard Munch.
El Museo D'Orsay da buena
cuenta de la belleza, el orden y la
sabiduría de un pintor que recono-
ció el ritmo de la naturaleza y sus
transformaciones y supo mostrar-
los para mayor goce, alegría y reco-
nocimiento de la modernidad. | Gustave Courbet: ‘El encuentro’ o ‘Buenos días, señor Courbet’, 1854 © THE GALLERY COLLECTION/CORBIS
seau, a las alusiones a los paseos li- aprehensión del territorio tal co-

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Sida i malària,

Lusaka Colonial Club


terarios en obras como Werther mo lo concibió Schelle, pero con
(1802), de Goethe, y, muy especial- acentuadas dosis de denuncia y crí-
mente, a la aparición del libro El ar- tica social, explícita o implícita.
te de pasear, también de 1802, de
Karl Gottlob Schelle. Este librito,
un tratado filosófico sobre el paseo
Me refiero, por ejemplo, a los pa-
seos dadaístas de principios del si-
glo XX a los paisajes urbanos bana-
la mort
en toda regla, supone la emergen- les, anodinos y amorfos, como XAVIER MONTANYÀ
cia de una nueva estética de los pla- aquella primera visita dadaísta a
ceres ligados a dicha actividad, se- Saint Julien-le-Pauvre, un descam-
gún la cual las condiciones físicas pado en los alrededores de París, La pandèmia de sida és devastadora, malgrat els molts
del itinerario seguido repercuten que tuvo lugar una lluviosa tarde esforços de prevenció que hi ha en marxa. Als països
directamente en las experiencias del 14 de abril de 1921. A los paseos de l'Àfrica del sud, entre un 15 i un 30% de la població
vividas por el paseante. En pala- dadaístas (que cincuenta años más està infectada. A Zàmbia, només s'ha fet la prova un

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bras de Federico López Silvestre, a tarde Fluxus recuperará en los 15% de la població, tot i que hi ha un servei gratuït.
partir de ahora –es decir, del des- Free Flux-Tours para visitar los tú- Esborrona pensar quina deu ser la xifra real de seropo-
puntar de la modernidad–, el paisa- neles del tren, los urinarios y los lu- sitius. Les campanyes preventives no arriben a gran
je será más el fruto de un recorrido gares despreciables del Soho), les part de la població, que viu aïllada del món. Molta gent
que de una instantánea, más una seguirán las deambulaciones su- encara creu que és un invent dels blancs o dels espe-
experiencia que una cosa o una rrealistas por espacios vastos y des- rits. L'actitud de les esglésies en contra del preservatiu
idea, lo que pone en entredicho el habitados, buscando en ellos la di- no ajuda, més aviat en facilita la propagació. El bisbe
énfasis tradicional en la relación mensión inconsciente del territo- de Maputo, capital de Moçambic, en creuada perma-
entre el paisaje y el punto de vista, rio. Y, en la década de 1950, las deri- nent pro abstinència sexual, ha arribat a acusar Europa

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auspiciado por el canon pictórico vas situacionistas –con Guy De- d'infectar els condons amb el VIH. “Pretenen acabar
paisajístico. El paisaje no puede bord a la cabeza– buscarán una for- ràpidament amb els africans”, ha dit. Per contra, hi ha
apreciarse ni descubrirse, se argu- ma alternativa de habitar la ciudad posicionaments molt més civilitzats i ètics. El presi-
ye, sin el estado de ánimo recepti- apoyándose en un método psico- dent dels sanadors tradicionals té un anunci a la televi-
vo que genera el paseo. El filósofo geográfico. sió, on demana als seus col·legues que no menteixin
francés Jacques Leenhardt consi- Esta particular tradición del pa- dient que poden curar la malaltia, perquè no té remei.
dera en este sentido que Schelle, seo urbano, a menudo impregnada Però, al mateix temps, insòlitament, el govern sud-afri-
con su libro, ofrece por primera de una crítica explícita por el deso- cà, per comptes de retrovirals, recomana als seroposi-
vez una fenomenología de la sensi- lado estado de estos paisajes, sigue tius una dieta a base d'oli d'oliva, alls, remolatxa i pata-
bilidad paisajística basada en una hoy vigorosa. Curiosamente, en es- ta dolça. L'OMS els hauria de portar al Tribunal Inter-

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estética del paseo que requiere, pa- tos singulares paseos están coinci-
ra que haya placer, la convergen- diendo más que nunca artistas, geó-
grafos, arquitectos y urbanistas.
Cuando el paseo Así sucede en el proyecto europeo
Post-it city, centrado en el estudio
individual se convierte de las ocupaciones temporales del
en itinerario espacio público y en la necesidad
de reinterpretar la ciudad contem-
socializado, surge poránea de manera alternativa a la
el camino lectura derivada del skyline oficial;
en la iniciativa Transurbancia, im-
cia de un sentimiento, por un lado, pulsada por Francesco Careri en
y de un entorno que ofrece una Roma; y, en la región metropolita-
contrapartida apropiada al mismo, na de Barcelona, en experiencias
por otro. La noción de paisaje se tan interesantes como Rieres/Ram-
construiría, pues, a partir de una se- bles (Roaming Ultrabarcelona), pro-
rie diferenciada y continuada de puesta basada en un recorrido a
apropiaciones del espacio natural pie a lo largo de tres días por los
o social, perspectiva sin duda sin- espacios periféricos de la Barcelo-
gular para la época y no muy aleja- na metropolitana o, más reciente-
da de la defendida hoy por muchos mente, en el taller Límites, impulsa-
autores, como Mathieu Kessler en do por el colectivo Sitesize en el Mural de preven- nacional per atemptat a la salut pública. El problema
su ensayo El paisaje y su sombra marco de las actividades del Obser- ción del sida. Nam- de fons és l'extrema pobresa, la desinformació i la man-
(1999) o Glòria Soler en L'estiueig vatorio Nómada Barcelona. pula, Mozambique ca d'una estructura sanitària ben estesa, de carreteres i
FOTOGRAFÍA DE XAVIER
a Catalunya, 1900-1950 (1995). De una forma u otra, lo cierto es MONTANYÀ ambulàncies per traslladar els malalts a temps i el nego-
Después de Schelle han apareci- que, a diario, millones de personas, ci que tenen muntat les multinacionals farmacèutiques.
do otras muchas aportaciones en aunque no reflexionen sobre ello, Ara bé, potser la sida ens impressiona més i li dedi-
torno al paseo como experiencia practican el paseo, ya sea en el cen- quem més atenció perquè també mata els blancs. I no
estética y forma de apropiación del tro de la ciudad, en su periferia, o té remei. Però el que és moralment inassumible és que
paisaje, muy especialmente el urba- en el campo. Y cuando el paseo in- la malària, que té remei des de fa dècades, sigui la cau-
no. La figura del flâneur de Baude- dividual se convierte en itinerario sa número u de mortalitat a l'Àfrica. La gran esperança
laire, que Walter Benjamin explo- socializado, surge el camino. Éste és la vacuna. El doctor Pedro Alonso, de l'Hospital
tará en sus Pasajes, es un hito fun- no es más, en última instancia, que Clínic de Barcelona, que treballa a Moçambic, i el doc-
damental en esta línea. El arte, la una socialización del paseo. Como tor Manuel Patarroyo, a Colòmbia, estan fent progres-
literatura y el cine se han inspira- bien decía Perejaume en las jorna- sos prometedors. Però la realitat és que a l'Àfrica cada
do una y otra vez, a lo largo de los das de Santiago y en una línea muy any mor un milió de persones, infants en gran part,
dos últimos siglos, en el paseante y parecida a la que transmite la obra d'una malaltia que per a nosaltres és com la grip. Molts
el paseo, como desearía mostrar al de autores como Francis Alÿs, To- africans encara creuen, com Stanley fa més d'un segle,
lector si dispusiera de espacio sufi- ny Smith, Richard Long o Erwin que la malària és un verí que segrega la terra i la vege-
ciente. Valga, como botón de mues- Wurn, con los años, los seres huma- tació morta. Ara estan distribuint mosquiteres impreg-
tra, la última película de José Luis nos nos hemos perfeccionado co- nades d'insecticida en certes àrees de Kenya i Zàmbia.
Guerin, En la ciudad de Sylvia. mo sujetos e instrumentos de cami- A Kenya, la mortalitat infantil ja ha disminuït un 44%.
Sí quiero destacar, en los párra- no, como paseantes, en definitiva. És una mesura preventiva de la qual me'n va parlar un
fos que siguen, un paseo algo pecu- Quizá sea verdad, entonces, que es metge epidemiòleg francès a Burkina Faso, fa més de
liar, pero ya presente en los inicios en el camino y actuando como pa- deu anys. I comença a aplicar-se ara! Vist l'èxit a Ke-
de la modernidad entre artistas e seantes donde mejor podemos re- nya, l'OMS acaba de recomanar-ne –per primera vega-
intelectuales. Se trata del paseo co- conocer aquello que nos hace hu- da!– el repartiment gratuït.
mo experiencia estética y forma de manos. |

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