Sei sulla pagina 1di 1

Carta de un “amorista” a un terrorista:

Amo a esta ciudad y a la vida. Y mi amor, por Bogotá y por la vida, es mucho más grande que su
pequeño odio.
No sé si usted lea estas palabras un día, sin embargo quiero decirle que seguiré construyendo
mientras usted destruye. Seguiré amando mientras usted hace lo contrario. Seguiré yendo al
Andino y a otros centros comerciales. Seguiré disfrutando de las cosas pequeñas de la vida, esas
que usted decidió no notar y de paso destruir. Seguiré emocionándome con una flor, una nube,
una mariposa, con la sonrisa de un anciano, de esos que caminan Bogotá con sus bastones, y
recuerdan seguramente a hijos o nietos como usted, que ya les olvidaron. Seguiré sonriendo con
las sonrisas de los bebés que van en brazos de sus padres, recibiendo a través de sus manos, ese
cariño que tal vez le hizo falta a usted. Seguiré cediendo el paso y levantando mi pulgar a quien me
lo cede. Seguiré soñando con un mundo y una ciudad mejor, mientras usted sepulta sus sueños y
los de otros. Seguiré acompañando, rodeando y expresando todo mi amor a las personas que
dejaron de existir por la decisión equivocada que usted optó tomar. Seguiré orando por las
familias de estas personas, que también perdieron hoy la vida, solo porque usted lo decidió.
Y rodearé con mi amor y mis oraciones a su propia familia, terrorista, esa que usted ha olvidado y
deshonrado, esa que usted pisotea con cada decisión equivocada que toma. Y lo hago porque soy
un amorista.
Siembro amor por Bogotá sin que usted lo note. En cada parte, en cada tubo de TransMilenio, en
cada parque, en cada Centro Comercial.
Y los amoristas somos cada vez más. Somos un movimiento enorme e imparable. Somos más
fuertes, más felices. No somos dueños de la vida, solo de nuestros actos. Sembramos amor por
ahí, para que un día personas como usted lo encuentren. Y tal vez, si usted, encuentra un poco por
ahí, en un poste, en una baranda, en un baño o en un jardín, algo en usted cambie y piense en
unírsenos. Y si un día decide hacer parte de nuestro movimiento, el del amor y el perdón,
entonces tal vez se pregunte si lo aceptaremos. La respuesta es obvia y contundente. Sí. Lo
aceptaremos solo tiene que decidir construir en cada acto de lo que le resta de vida. Esa que ha
pisoteado, deshonrado y desperdiciado. Solo tiene que encontrar a alguien que haya sufrido por la
destrucción que usted o alguno de los suyos, ha causado, y dedicarse a sanar las heridas de su
alma. Día y noche. Noche y día. Solo así usted también podrá sanar las heridas de propia alma
desmembrada.

Con todo mi amor y solidaridad por las víctimas de su acto canalla, uno de los millones de
amoristas que pueblan esta ciudad.

Potrebbero piacerti anche