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De Isidora Amisre R m20 2 4 63 9

por Alfonso HERRERA


“Doy por vivido todo lo soña- progresih es pretérita. E n este zos, sólo debes pensar ue mi
do”, es la primera novela de Isi- mirar hacia a t r h de Laura hay ausencia será más larga. q3úsca-
dora Aguirre, editada en espa- una especie de determinismo, me entonces en las horas felices

rtir
ña por Plaza-Janés y reciente- un mandato soñado que ella le- que tuvimos la dicha de com-
mente presentada en Chile. La gará a sus hijas -se lo dice a ”, le escribe el coronel
escritora es vastamente conoci- Palmira y la otra escribe la no- upper a Isolda poco antes de
da como autora teatral (baste vela: “Cuando escriba la histo- morir. Toda la novela se hace
recordar la Pérgola de las Flo- ria de nuestros antepasados, cómplice de este intento y el es-
res). Ahora incursiona en una cuente cómo recibimos el man- pacio no está libre de ello. E l
forma de arte nueva para ella, dato en ese veraneo en Za- jardín de la mansión donde vi-
como es la narrativa, y es nece- paliar”. De esta manera, la ven los Cupper va creciendo con
sario reconocer que lo hace con existencia de Laura supera las cada recuerdo y los objetos
éxito: ha escrito una novela her- fronteras de lo concreto, mo- arrojados, como el calefont que
mosa. Su título tiene origen en viéndose libremente en un cobija flores, cobran nueva vida
un soneto de Juan Guzmán diálogo mágico con sus antepa- gracias al significado de los re-
Cruchaga, uno de cuyos cuarte- sados: “jSe aprovechan de mis cuerdos, “las plantas siguen
tos sirve como epígrafe al libro: recuerdos para no morirse nun- creciendo como las uñas de los
“Doy por ganado todo lo perdi- ca!” nos señala. Este universo muertos”. El anhelo por perpe-
do y por recibido todo lo espera- onírico, atemporal, permite al tuarse es la ley de estructura de
doy por vivido todo lo soña- lector compartir con Laura sus esta novela, porque esta novela
doy por soñado todo lo vivi- sueños. De esta forma conoce- no es otra c o s a ~ u ela concien-
do”, versos conjugadores de lo mos la bella y trágica historia cia de Laura. E s su mundo y su
que encontraremos a través de del coronel John Cu per, su bi- tiempo. El presente, en el cual
las páginas de este volumen. sabuelo, e Isolga Zeder Laura no se reconoce, es doloro-
Isidora Aguirre entrega una -1sidora Zegers en la so y difícil de vivir: “Le dolía
narración en la cual el raconto realidad- cuyo amor cercenó la la luz tan pura de esos días le-
es la justificación del relato. E s muerte de Cupper después de la janos, irremediablemente idos,
así como nos enfrenta a una su- batalla de Lircay; el amor de que se habían tragado tanta
perposición de estratos tempo- Palmira y Lorenzo; la cálida y gente y edades de gente, y la su-
rales que se organizan y fluyen generosa presencia de Fermín, ya también. E l tiempo se vol-
motivados por la memoria de su marido, tan poco dotado pa- vía tan ancho hacia atrás y tan
Laura Cupper. La voz que por- ra el lenguaje amoroso. poblado. Un lugar, una frase,
ta el relato corresponde a una La constitucional rebeldía de una fecha de esas cartas anti- do” es una novela posible de mostrado a través de toda eiia
de sus hijas (Isidora Aguirre) y Laura para vivir el mundo de guas la trasladaban a un punto considerar en el campo de lo como conocedor acabado del
ésta se inicia termina el día de los vivos, prefiriendo su mundo preciso del recuerdo, un recuer- que se ha llamado el realismo mundo que entre a. Pero por
cumpleaños i e Laura. Sin em- irreal, esa “dulce costumbre de do que irradiaba una luz inso- mágico, cuyos modos narrati- sobre este tipo f e considera-
bargo, al interior de este ámbi- hablar con los muertos”, es un portable, y luego se apagaba vos son expresión de un pasado ción, “Doy por vivido todo lo
to temporal cobran existencia notable testimonio del intento haciéndola sentir con más niti- mítico y una estructura conse- soñado” es un libro ue con-
los personajes que pueblan su por sostener el tiempo; es una dez los despojos del presente”. cuente con esa formulación, la tiene pasajes de innega%iebelle-
recuerdo. Es ésta, por lo tanto, sublimación de lo perecedero, Señala de Laura el narrador al novela incluye, al ir finalizando, za, que va ad uiriendo consis-
una historia que ’mira hacia de la muerte: “La muerte no final de la novela, haciendo gala cartas de los personajes, permi- tencia a me&a que avanzan
atrás pues no le interesa dónde existe, mi pequeña. Y si esta del uso de estilo indirecto libre. tiendo el alejamiento de la figu- sus páginas que, sin duda,
va sino de dónde viene, su vez tardo en volver a tus bra- “Doy por vivido todo lo soña- ra del narrador, que se ha entretendrá afiector.
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Lta Nación Sahtiago de Chile,Domingo 9 de Agosto de 1987 t a N & i VI1

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